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Establece que el Estado asume la responsabilidad como principal garante de proteger a las
mujeres de todo tipo de violencia, es decir, la prevención, sanción y erradicación de la violencia
contra las mujeres, buscando promover una vida libre de violencia y discriminación en donde se
respete su integridad física, psíquica y moral.
El art. 5 (a) requiere que los Estados tomen las medidas apropiadas para modificar los patrones sociales
y culturales de la conducta de hombres y mujeres con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y
las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad
o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres.
Fue el primer tratado interamericano del mundo de Derechos Humanos abordó específicamente la
temática y la violencia contra las mujeres y que consagró el derecho de las mujeres a una vida libre de
violencia tanto en el ámbito privado como en el público.
LEY MICAELA - LEY 27.499
VIOLENCIA DOMÉSTICA
VIOLENCIA INSTITUCIONAL
VIOLENCIA LABORAL
VIOLENCIA OBSTÉTRICA – LIBERTAD REPRODUCTIVA
VIOLENCIA MEDIATICA
VIOLENCIA SIMBÓLICA
Es la que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos
transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las
relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
Esta último tipo de violencia es un gran aporte que expone la mencionada ley,
siendo central ya que desde esta perspectiva de género, es la violencia que se
encuentra en la base de todas las demás.
LEY 26485
Responsabilidad subjetiva
Requiere trabajar con sus historias biográficas, en las cuales predominan situaciones de
abandono y maltrato. Cuando en este espacio pueden registrar el dolor de lo vivido, se
produce cierta pacificación, ya no expresan lo no tramitado de su historia via conductas
impulsivas, y a su vez logran dar alguna versión al acto, diferente a la inicial.
Espacios de reflexión, puedan revisar tanto sus dinámicas familiares en las que predominan
trasgresiones deshumanizantes, como el modo de habitar la masculinidad, que no contemplan los
derechos del semejante.
Favorecer que el sujeto reconozca qué de lo propio está vinculado al acto imputado –
rectificación subjetiva – anudamiento con la ley y el lazo social
Cuando la sanción es un mero castigo, proveniente del exterior, el sujeto queda ajeno a su
acto, sin implicación alguna; y sabemos que los castigos deshumanizantes redoblan el
resentimiento y la impotencia
Se denomina patriarcado a toda forma de organización social cuya autoridad se reserva
exclusivamente al hombre o sexo masculino. En una estructura social patriarcal , la mujer
no asume liderazgo político, ni autoridad moral, ni privilegio social ni control sobre la
propiedad.
COERCITIVOS (o directos)
ENCUBIERTOS (de control oculto o indirecto)
DE CRISIS
INTIMIDACIÓN
CONTROL DEL DINERO
NO PARTICIPACIÓN EN LO DOMÉSTICO
USO EXPANSIVO ABUSIVO DEL ESPACIO FISICO Y DEL TIEMPO PARA SÍ
INSISTENCIA ABUSIVA
IMPOSICIÓN DE INTIMIDAD
APELACION A LA “SUPERIORIDAD” DE LA “LÓGICA VARONIL”
TOMA O ABANDONO REPENTINOS DEL MANDO DE LA SITUACIÓN
mM ENCUBIERTOS (de control oculto o indirectos)
En estos mM,son los que atentan de modo más eficaz contra la simetría
relacional y la autonomía femenina, por su índole insidiosa y sutil que los torna
especialmente invisibles en cuanto a su intencionalidad. Utilizan, no la fuerza
como los mM coercitivos, sino el afecto y la inducción de actitudes para disminuir
el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere
y conduciéndola en la dirección elegida por el varón.
HIPERCONTROL
SEUDOAPOYO
RESISTENCIA PASIVA Y DISTANCIAMIENTO
REHUIR A LA CRÍTICA Y A LA NEGOCIACIÓN
PROMESAS – MÉRITOS
VICTIMISMO
DARSE TIEMPO
DAR LÁSTIMA
Para lograr la equidad, para cambiar las
relaciones de poder entre los sexos, hay que
Ana Cecilia Escalante (2002)
incluir la discusión sobre los hombres y la
masculinidad. El problema son los roles
tradicionales, no los hombres. Se podrá
apartar a la víctima del hombre que perpetra
un acto violento, se podrán silenciar los gritos
y hacer cesar los golpes, pero si no se cambia
la creencia respecto al género, a los
estereotipos sexistas, el problema de la
violencia contra las mujeres se seguirá
reproduciendo. Si no se produce un cambio en
el hombre, en su percepción de la mujer y en
su propia virilidad, no habrá transformación
social posible.