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Tarot Cuántico

Tarot Cuántico
Por Chano Castaño
Avanza sin mirar hacia atrás. Lo que has
vivido te sigue como un perro fiel.

A.J.

Dedicado a todos aquellos que buscan respuestas en la magia


El Mago
El viaje que emprende el Mago
Creando el mundo desde el infinito,
trayendo la armonía del mundo etéreo al mundo terrestre,
danzando entre los grandes salones de la cábala y la alquimia, Cuando el mago se fue de su puesto en la feria un mundo se cayó contra
hablando entre los desiertos, los humos y los silencios. el suelo. Había dolor en los niños y en ciertos pueblerinos con aires eso-
téricos que preguntaban siempre por su destino y suerte al susodicho tau-
El Mago nunca revela sus secretos pero sí muestra sus elementos. maturgo. Su partida parecía deberse a cuestiones de faldas, pues las malas
Trabaja con emociones, con elixires diversos y palabras encantadas; lenguas hablaban de sus amantes por millar y decían que había probado
utiliza la espada y la sangre que por ella corre como una muestra de dolor, la dulce almendra de la mujer del policía, del alcalde y del patrón. Nadie
de actuar en vano y no comprenderse ni bajo la luz de la muerte; lo señalaba directamente por tales situaciones, pero su faceta de sátiro se
y el Mago también tiene un disco de oro, una moneda del infinito, mezclaba frecuentemente con los relatos de sus hazañas.
la guarda para comprar la abundancia que traen las cosechas de los áto- El mago sabe interpretar la cábala y el tarot, componer con naturalezas
mos en movimiento. diversas los hechizos necesarios para expandir la consciencia y la energía;
sabe agradecer al cosmos por toda la providencia y la sabiduría con que ha
sido envestido, además de siempre enarbolar la escritura como un meca-
nismo para emprender un viaje dentro de si mismo hasta las profundidades
donde es necesario llegar si se quiere saber todo. El mago es especial y está
y su sabiduría en una carrera por la astucia. en el fondo de todos los corazones.
su deseo una forma del engaño
su certeza se vuelve un miedo seguro, Por eso se ha ido de la feria, porque ya no necesita de la exhibición mer-
desde allí ese Mago cae como no debe, y su magia se vuelve duda, cantil.
del fondo esencial del que brotas todos los días y a cada segundo,
Si el Mago está al revés puede ser un grito de protesta de tu alma, Ha emprendido un viaje en el que necesitará de toda la sabiduría y auto-
de seguro podrás aprovecharlos para muchas de tus tretas. conocimiento del que pueda proveerse para realizar su tarea en este mun-
pero posees el don del engaño y la distracción, do. El mago empieza una carrera por la vida, cuestionando el mundo que
No eres el hechicero que viene de las tierras fértiles y sus saberes, dibuja con sus poderes e ideas de transformación. También observa para
aprender y apropiarse de las fuerzas de la naturaleza, de sus sentidos, de
te hace de algún modo charlatán y pendenciero de pensamiento. sus direcciones y su consciencia. El mago sabe que todo lo que es tiene una
y ser un Mago que succiona la energía en vez de crearla, consciencia que lo une al todo, y cada uno es una consciencia por si mismo.
enfilar los poderes de la naturaleza contra el hombre es tu karma, El mago sabe que su danza con la realidad es una constante orquestación
Manipular el mundo y los corazones es tu virtud, de las circunstancias, a las que tiene que saber controlar con sus fuerzas y
dones internos y con la pericia propia de quien viaja por el espacio de las
variantes.
El Mago (al revés)
La Papisa (al revés)
El tiempo existe solo para que el hombre se ubique
en el punto cardinal en el que puede existir.
Para sostenerse allí necesita sentir el pasado, su brisa melancólica;
y aguardar el futuro, con todo el furor y la esperanza.
Quien no entiende (o no recuerda) su historia
nunca será capaz de conseguir su transformación interior. pero siempre termina lo que empieza.
Los humanos piensan que cambiar saben que nunca explica sus razones
solo sirve cuando el corazón estalla Quienes han visto a la Papisa entre sus sueños
o cuando las iras los arrastran al abismo.
a fecundarlos con su certeza, su firmeza y su sabiduría de mujer mágica.
No. se dedica a soñar los mundos de todos,
y luego de una sapiente lectura llena de imaginación,
A cada segundo se cambia. la Papisa interpreta los laberintos, los juegos y los papeles de cada uno,
Las moléculas se transforman en otras, Cuando llega a las grandes islas sembradas con memoria,
las ideas vuelan y se unen o se incendian, La Papisa viaja a los sueños en barcas que cruzan los adentros.
las palabras se agolpan entre ellas como orgías magnéticas,
y la música resuena entre contrastes de carácter y forma. el regreso a las infinitas olas que dan respiros al mundo.
el viaje al río donde comienza la vida,
Cambiar es necesario para entenderse completamente. En su tiara están coronados todos los reinos selenitas y la abundante vida,
Transformar lo que somos para entender lo que vivimos. su satélite de plata, su faro que pinta frutos y arrastra aguas.
La Papisa entiende los ciclos de la Luna,
La Papisa al revés es quemar las bibliotecas,
desechar la sabiduría de la luna, una fecunda energía que está en cada uno y en ella misma.
observar deterioro donde solo hay fecundidad, no olvida que debajo de toda materia hay una fuerza imperceptible,
encontrar la materia vacía, sin consciencia, No olvida los mitos de la sangre, de la tierra, del mar;
y volar entre fuerzas que no entendemos, Sabe los caminos certeros y fecundos, conoce bien su lealtad a si misma.
que no sabemos de donde vienen ni a donde van, En su libro la Papisa calcula probabilidades y elige cual ser.
y a las que no podrás entender y calmar
sino le das la cara al monstruo desfigurado
que has hundido en tu propia sombra.
La Papisa
Tu mismo eres esa monstruosidad,
esa bestia preciosa y ambulante en tus rincones.
Dale la bienvenida para hacerla parte de ti.
Antes de que sea tan errabunda que se apropie de todo tu ser
y destruya las verdaderas intenciones de tu personalidad.
De inmediato todos colocaron en tela de juicio la procedencia del papa
La historia de la Papisa Juan VIII y lo condenaron por ser una mujer. En verdad Juan era Juana, y
había quedado embarazada en alguna de las noches de lujuria que se suelen
Esa tarde, sobre la calle de la basílica de San Clemente, pasaba la proce- tomar los aposentos de los religiosos de más altura y prestigio.
sión de Semana Santa encabezada por el papa Juan VIII, quien elevaba la
mirada al cielo buscando la respuesta de Dios a todas las preguntas que se Una papisa de una época en que las mujeres no tenían derecho a la edu-
acumulaban a su espalda, pero que eran tan evidentes entre el silencio de la cación ni a conocer el mundo más allá de sus aldeas y los muros que les
muchedumbre que nadie tenía que pronunciarlas. Al papa todos lo respeta- construía el esposo, era una patada en los testículos para el dogma que ya
ban, su intelecto y su agudeza al momento de expresarse lo distinguían de empezaba a sentirse entre los cristianos. Una papisa que había nacido en
los otros eruditos de la época, algo más recalcitrantes y menos honestos. una casa de cabalistas, de escritores, de intelectuales que la impulsaron a
Aparte de eso, este papa tenía un buen gusto irreprochable. Cuidaba de la la lectura y la interpretación de los signos. Se había entregado a la vida
estética de los salones, de las plantas y de los templos como si en ello se religiosa para escalar posiciones a su manera, y entre amantes furtivos que
encontrará otra porción del destello divino. Para los arreglos de la Semana sabían su secreto y un disfraz de hombre que pudo mantener hasta el final
Santa había mandado construir varios carros alegóricos, diferentes trajes de sus días, Juana llegó a ser la gran jerarca de la iglesia católica. Su pon-
para sus ayudantes, acólitos y alumnos, se había preocupado hasta por el tificado no es recordado de manera muy detallada y hasta ha sido negado
camino que iba a tomar la caravana, pues quería cruzar las calles más so- reiteradas veces desde hace siglos. Finalmente murió aquel día en medio
lemnes y hermosas de Roma. Algunos en secreto admitían que en muchas de la procesión y fue enterrada junto a su bebé en la misma calle donde
cosas el papa no parecía un hombre sino una mujer, pero nadie osaba excla- tuvo el parto, luego de ser linchada por una masa de creyentes enardecida
mar tales señalamientos ante alguna autoridad o creyente sensato. que no sabía explicarse estos irreverentes sucesos, claramente inaceptables
en un mundo creado por su Dios. Dicen que desde entonces los papas no
Cuando la procesión se había detenido para escuchar un fragmento de pasan por esta calle en Semana Santa.
oración, el papa Juan VIII se dispuso frente a la Biblia de páginas dora-
das, aquel libro que decían contenía todas las ideas del universo. Tras las La papisa Juana, al igual que muchos de los jerarcas de la iglesia católica
primeras frases el papa se detuvo y se puso las manos sobre el estómago. homosexuales que alcanzaron a ser retratados en pinturas, han sido nega-
Había algo que no andaba bien. El papa se recostó contra el atril y comen- dos sistemáticamente por una lógica del encubrimiento que es una política
zó a tambalear. Cuando sus acólitos fueron a ayudarle lo tomaron de los de Estado en el Vaticano. Todos los excesos del ser humano y todos sus
brazos y lo pusieron en la silla señorial que siempre traían para este tipo de fantasmas y fatalidades, siempre han salido por de debajo de las sotanas
emergencias. Llamaron a un médico. Entre la muchedumbre un joven alzó en las formas más diversas y risibles, y son los mismos curas, clérigos,
la mano y pidió espacio para llegar hasta su santidad. Allí, se agachó para párrocos, cardenales y papas quienes se niegan a admitirlo, mientras que a
comenzar a examinar a Juan VIII. espaldas de toda la turba que dirigen con salmos y diezmos, esconden sus
verdaderos movimientos, los cuales avergonzarían hasta al mismo Dios
Lo primero que encontró fue que el papa sangraba a borbotones de su que representan con tanto ahínco y estoicismo. Con esto vemos que al
entrepierna. Parecía que le hubieran hecho un corte o algo así, porque era mundo le sobran papas, pero le han hecho falta todas las papisas.
mucha sangre la que empapaba su ropa. La muchedumbre al oír esto co-
menzó a enloquecer y los que clamaban por el juicio final comenzaron con
sus retahílas. Para sorpresa de todos los católicos que estaban allí pendien-
tes de lo que pasaba, un bebé comenzó a llorar entre los brazos del médico
que se ofreció para atender al sumo pontífice. La criatura llena de sangre
de su madre todavía estaba conectada a ella a través del cordón umbilical.
La Emperatriz
Andrógina, la Emperatriz juzga con el sol y con la luna.
La luz clarifica su juicio y lo transforma en lucidez;
y la marea de las emociones se agita en ella para celebrar la vida.

Y actúa como una lunática, la Emperatriz.


Emocionalmente confiada
sabe lo que su corazón le dicta,
y conoce los pantanos en los que algún invierno
perdió la guerra contra su propia sombra.

Su misión es materializar las fuerzas que crean la vida. se ha vuelto unos papeles rotos que van al viento.
Entiende el lenguaje del alma y el de la carne, y su pacto con los planetas y los signos astrales
aunque celebra con discreción sus victorias, Su escudo ha sido partido con la espada de la ceguera
pues su firmeza y templanza no pueden embriagarse; su trono vacío y su cetro enterrado en los pozos del olvido.
de la Emperatriz depende el inicio de la existencia. La Emperatriz ve su corona rodar por el suelo ensangrentado,
Cuando luz y sonido forman los cuerpos
ella danza con los átomos en búsqueda de la armonía. el máximo artífice de nuestros dolores y desesperos.
o destronar al espíritu de su lugar y poner allí al ego,
La fuerza creativa eterna del universo acabar la luz de la vida por su falta de voluntad para vivirla,
confía a la Emperatriz y sus dones Tapar el sol con sus acciones estériles,
el saber unir materia y consciencia, La Emperatriz puede castrarse a ella misma.
pues el tejido del hombre y de sus fuerzas
está forjado con esta mezcla única, sin fuerza ni templanza, sin equilibrio ni sabiduría.
todo para crear esto que llamamos vida. o también se desprende de su boca como una frase insulsa,
su juicio, severo y transformador, se revela como un dogma,
Todo inicio, todo nacimiento, De ser arrastrada por las mareas de ansiedad o paroxismo,
toda creación y todo comienzo pasan por la Emperatriz.
Ella es su garante, su fórmula de equilibrio, es la única consciente y capaz de su propio fracaso.
su polo a Tierra y el semillero de sus certezas. las grietas de las inmensos portones que protegen sus dominios,
La Emperatriz conoce los puntos débiles de sus muros,
Es la primera fuerza que puede destruirse a si misma.

La Emperatriz (al revés)


La historia de la Emperatriz
Una hermosa adolescente apasionada sale de su palacio y se en-
trega a los jardines coloridos. Entre caminos sinuosos y árboles cor-
tados para simular paredes, ella avanza hasta el destino que conoce
como su propia mano. Tal vez por eso todavía asistía en las mañanas
a la fuente de agua alejada del palacio, casi en los límites de la pro-
piedad, porque encontraba allí cosas que no le pertenecían aún, pero
que ya empezaban a llegar, como si la fueran preparando para volver
a nacer en vida.

Esa joven se convirtió en la Emperatriz. Coronada entre los distin-


tos poderes y celebrada como si fuera la primera, la única, se acos-
tumbró a los reinos que se hacían más grandes y a los emperadores
que buscaban todo el poder. Su voluntad de transformación la llevó
a familiarizarse con los dones del intelecto, la razón y la voluntad.
Cuando el águila vuela observando, se dice que es la fuerza de la
Emperatriz, auscultando la vida y percibiendo los elementos con que
a futuro construirá su juicio y su mandato vital.

La Emperatriz también tuvo que liderar los ejércitos de la sinrazón


y la peste, la esterilidad y la debilidad. Durante varios años pade-
ció distintas enfermedades y vivió con ideas que la mantuvieron al
margen de acontecimientos, personas y cambios. Solo la guerra por
su propia vida, por el anhelo de volver a ser lo que fue, lo que había
buscado desde sus fuerzas interiores, la llevó a consagrarse de nuevo
con la virtud de su causa y el ritmo natural de su corazón.

Su historia fue escrita por amanuenses que le prometieron una me-


moria fortuita y de reconocimiento, pero la verdad es que su figura
se fue trasformando tanto a lo largo de los siglos y fue adjuntándose
a la de tantas otras emperatrices, que su resumen está perdido entre
las cartas del Tarot, tanto como símbolo como conjuro, tanto como
designio como acción. La Emperatriz cobra vida en cada juego y sus
poderes creativos son los mismos que tiene el cosmos.
El Emperador es el rey de la estabilidad.
Lo dice su número y lo dice su mirada severa.
El Emperador Nada lo atemoriza, nada lo amedrenta.
Todo lo inspira, todo lo compone.
Ha nacido heredando el reino de las fuerzas esenciales de la cons- Piensa el mundo y lo hace con energía dichosa.
ciencia:
las emociones, El Emperador rompe paradigmas con sus ideas,
la sabiduría, fundamenta las nuevas realidades con su sabiduría
la materia, y despierta el ímpetu hacia la transformación de su reino.
la potencia creativa. Su mirada es una corriente que se dirige al occidente,
buscando los signos con que se construye el conocimiento.
El Emperador es abundante como una huerta de vino sin fin,
espiritual como el cielo que deja volar las nubes en forma de ave, Coronado por la riqueza material y espiritual,
y es un guerrero de magia, de trabajo, de inteligencia, pues realiza El Emperador tiene sobre su cabeza el símbolo de su poder.
el mundo. Apunta al cielo, sintonizando la poesía del universo,
el lenguaje que le muestra la claridad de sus intenciones.
El Emperador hace la materia y se pone de pie sobre la riqueza.
Acumula su fuerza poniendo sus ideas en los objetos, Bajo su trono El Emperador escolta todo lo que es,
en las acciones, en las palabras. todo lo que ha realizado a través de sus destrezas,
Maneja diferentes tipos de materia, la del agua, la del aire, y todo lo que ha visto a través del universo.
la de la tierra y la del fuego. Las mezcla y hace el cosmos que le
conviene.

El Emperador tiene un escudo de un águila masculina


que lo protege de sus contradictores—y de sus contradicciones—,
y que impulsa su inteligencia al nivel máximo de su consciencia,
la cual se proyecta sobre la realidad y pasa por sus dominios (el
cetro),
y acaba afinando la materia en las frecuencias que salen de su cora-
zón.

El Emperador se atiene a sus instancias fijas, benévolas con él,


y su puño cerrado sobre el trono macizo
le da el peso ideal a su juicio y a su razón,
lo que le permite controlar sus emociones.
El Emperador (al revés)
No sabe donde está su reino ni en donde encontrarlo.
Su guía celeste, el conocimiento, se ha perdido de su horizonte.
Las estrellas que le explicaban su firmeza están nubladas.
Su escudo siempre recio y grandioso se ha perdido.
Ya no lo guían sus dioses, lo han abandonado.
Ya no es favorito de las corrientes, está a la deriva.
Ya no abundan sus riquezas ni sus ideas,
ha quedado mudo ante la aspereza del cosmos.
El Emperador ha dejado de ser estable y equilibrado.
Su andar es indeciso, nada severo ni justo.
La firmeza de su pensamiento se ha vuelto un chiste,
y la fuerza de su palabra ha menguado, se debilita con los días.
Su corona rueda sobre el mármol frío del palacio solitario.
Sus acólitos huyeron antes del Apocalipsis que él ha conjurado.
Desnudo y en frenesí, El Emperador espera el juicio en su terraza,
mirando el firmamento que alguna vez le fue cálido y esencial.
Dejando ir sus perdones y sus dones, sus virtudes y multitudes.
Sus primeras batallas las tuvo que enfrentar en la abundancia. Sus
ejércitos lo seguían por convicción. Si les hubiese ordenado llegar al
La historia de El Emperador fin del mundo hasta allí lo habrían cargado entre sus pomposas mar-
chas que más parecían más un carnaval de formas y colores diversos.
El Emperador era un estratega nato, sabía hacer la materia y sabía
En su infancia, para El Emperador fueron primero los números y desintegrarla, conocía los secretos para volver realidad lo que está
las palabras. Luego vinieron los relatos y los juegos, el piano y la en la consciencia y llevar a cabo sus objetivos no le era nada difícil.
poesía. El niño sentía que su mundo interior tenía una respuesta para Siempre salía victorioso y mantenía en alto su cetro, iluminando los
él, que en sus adentros no solo despertaba el conocimiento de los nuevos horizontes de su reino.
maestros, sino la sabiduría que la vida le iba legando con los días.
La decadencia de El Emperador se dio cuando ya no tuvo equi-
Su padre un día en la cena le preguntó cuál reino escogería al ser librio. Su estabilidad permanente, su juicio fijo y firme, su palabra
gobernante, si el reinado de la guerra o el reinado de la paz, y El Em- elegante y certera, comenzaron a parecer todo lo contrario, y se per-
perador le dijo que prefería el reinado de las cosas, de lo palpable, y dieron entre la enfermedad y la contradicción. Alguien tuvo que sa-
que si sentir el mundo y transformarlo implicaba la paz, él haría la car la corona de su cabeza y ponerla en algún rincón, pues su tiempo
paz; pero si la conectarse con el mundo dependía de una guerra, él en este reino había terminado y debía ceder sus símbolos y poderes a
también crearía la guerra para hacerla un arte y una forma de con- otro. Ya en la locura, El Emperador apenas conseguía hacer realidad
quistar sus ideas. sus delirios mínimos y escribir como si no hubiera un mañana para
dejar testimonio. Al morir, su habitación estaba llena de papeles ta-
El niño creció y se volvió un joven militar con gallardía y mucha chados y garabateados con la misma frase:
presencia. Además de un talento excepcional para las matemáticas
y la ingeniería, poseía la diplomacia que se precisa para dirigir las “Antes del alma fui yo y antes del cuerpo fui otro’’
fuerzas que vienen de tantos ojos. Se volvió muy conocido por sus
grandes obras con la materia. Las primeras máquinas para facilitar la
vida de los campesinos que vivían en su reino fueron invento suyo,
así como las armas que el ejército tuvo bajo su mando. Era un alqui-
mista frustrado que se las ingeniaba para buscar la infinita luz en to-
dos sus inventos e iniciativas. Combinaba elementos de la naturaleza
con pociones que había encontrado en sus viajes, juntaba palabras
de un idioma del desierto con vocablos de otras tierras buscando la
belleza infinita, mezclaba las tradiciones de los dioses y de los hom-
bres intentando encontrar el rostro del misterio, y se involucraba en
aventuras intelectuales que se alternaban entre la poesía y la prosa
mejor tallada, pues para El Emperador siempre la palabra fue la pri-
mera forma del espíritu.
El Amor ofrecer el cuerpo, el agua, el abrazo y dar el pan con alegría a la
boca que amas.
Para graduarse en las sabidurías de la vida hay que haber amado. Compartir la vida mediante palabras, mediante sueños tejidos con
Anhelar un paraíso eterno que comienza con un beso, tinta y papel.
recordar los caminos andados en el silencio de la compañía, Compartir la música danzando hasta el final de los días, hasta que
escuchar las canciones que tienen su propia historia, se emborrache la muerte.
ver en los adentros de la consciencia las imágenes de los que llevas Compartir el fuego en la noche y el calor en el frío.
contigo, Entregar la sangre a la tierra y el canto al aire.
escribir en tu cabeza las palabras, las mejores de todas, que puedas Entregarse todo cuando se ama, serlo todo cuando el amor estalla.
decirle al amor.
Todo eso y mucho más aprende el que ama, Cuando el amor llega a la vida la imaginación se llena de movi-
y lo aprende amando porque no hay otra forma, mientos,
no hay otra vía para el sentimiento que nos destrona el alma en las de fugas entre los bosques rojos y de ríos serenos y tibios,
jornadas, de personajes de embrujo que parecen poseerte y no salir de ti.
para esa avalancha de emociones que recorre el cuerpo y lo deja en El amor es el mayor poder creativo del universo,
frenesí. a sus anchas va multiplicando los diseños del cosmos,
dejando músicas de placer en el camino y danzas de armonia este-
Y se ama de muchas maneras, no hay una sola forma de hacerlo. lar.
Se ama a los que llevan tu sangre y nunca lo han negado. El amor es una magnetización acompasada de las consciencias que
Se ama a los acompañantes del viaje, a los amigos de cuatro y dos danzan,
patas. es la perfecta atracción y protección de la naturaleza más íntima,
Se ama una idea, una creencia, una forma de hacer las cosas. es la creencia que nos levanta cuando estamos derrotados,
Se ama la belleza del día soleado, la tristeza de la lluvia, la nostal- y es la vida dentro de la vida, porque sin amor no vale la pena este
gia del tiempo. planeta ni su sacrificio.
Se ama la vida porque nace y la muerte porque cambia. El amor es la finalidad del universo y de su fuerza esencial.
Se ama al otro porque solo así la bondad se hará presente. Desde los átomos hasta los cuerpos, todo lo que nos une es atrave-
Se ama el pasado aunque nos haga llorar, pero es nuestra historia y sado por el amor.
es bella. Por eso existe el beso, la rosa, la escritura, la poesía, la tragedia, la
Se ama la vida porque existimos aquí, y amar da emociones y senti- comedia, la locura,
res vitales. la música, la danza, la ceremonia, la semilla, el éxtasis y la carne y
su magnetismo.
El amor también es compartir, dar lo que eres al otro, El amor desata nuestras virtudes y pone a prueba nuestros alcances
dar tus signos. y límites,
Preparar un café para empezar la mañana, dar la lengua para el nos conecta con todo lo que vive y nos despierta la bondad que nos
beso, hace más conscientes.
El Amor (al revés) El pasado de un amor puede volverse una carga de dolor e incomo-
didad.
Después de ser el aroma de un erotismo y de un romance
El corazón está diseñado con una alianza de cristal y fuego. el corazón hace una película de miles de rollos y canciones,
Sus impulsos acontecen como llamaradas que vienen del abismo para luego irla esquivando entre vasos, calles y vapores grises
y su fragilidad agrieta los puntos secretos del alma. que sirven como diluente del pánico.
El corazón es el átomo central del amor, de su poder infinito.
También es su baúl, su cofre, su botella al vaivén del océano cósmi- No te cases si también eres carne.
co. No seas carne si eres alma.
Cuando los corazones guardan por mucho tiempo el amor, se vuel- No seas alma sin cuerpo.
ve agrio, Y el cuerpo somos todos
y cuando lo dan a todos sin reparar, se vuelve una banalidad sin y uno.
fuerza.
El amor puede enloquecer al obsesivo, llevarlo al crimen.
Atrás del rostro siempre hay una calavera esperando ser arrastrada
a las profundidades,
pero la imagen del amor te hace olvidarlo y solo ver la belleza del
momento.
El amor también distrae, engaña, es lo que no es,
y entre las músicas y los besos y el retozar estelar,
los corazones humanos apenas comprenden (y disfrutan) la eterna
tragedia.
Siempre al inicio el sabor de los besos es de almíbar dulce,
pero con los días las bocas se vuelven amargas, lejanas, secas.
Los amantes que antes eran el volcán ahora son el hielo,
y su voluntad de amar es apuñalada porque ya nada es lo mismo.
Ya nada responde a la realidad que se adoró en un principio.
El amor es una fuerza que cambia y que debe ser comprendida,
sino puede convertirse en el tormento infinito de un alma.
Amor y pasado van de la mano cuando se comparte la vida con
alguien,
pero no al momento de salir de allí con dolor y cansancio.
Historia de El Amor Es impresionante. Nunca pensé que llegara a decir esto, pero siento
que es asfixiante. No pensé que vivir de esa forma tan obsesionada
Yo conozco a Mateo hace diez años. Para mí es lo más lindo del con los tratamientos de un animal se percibiese de forma (como de-
mundo. Es un amor tierno, inteligente, que me conoce y me sabe cirlo), arrogante. Camilo es insoportable cuando habla de Ramona.
llevar. Pero lo que más me gusta es que me es fiel a toda costa. No No me lo aguanto y tengo que pensar en otra cosa, irme a la Luna en
tiene corazón ni atención para nadie más. Su vida es mía y yo soy un viaje astral mientras el divaga sobre marcas, veterinarios, comi-
suya. Le ayudo en todo y él me observa con cautela mientras de sus das, perfumes, colchones especiales y el nuevo juguete que piensa
ojos brota el amor más puro que conozco. Mateo es mi perro y hoy comprarle cuando, en un par de meses, se vaya a trabajar unos días
que me dirijo a la veterinaria pienso todo esto porque llevo diez años a Nueva York.
de mi vida amándolo hasta el infinito y no quiero que le pase nada.
Para no sentir que me estaba contradiciendo, decidí dejar de llevar
A Mateo lo recogí de una calle del centro de la ciudad, muy cacho- a Mateo a la casa de Camilo y también dejar de hablar de él. El perro
rro. Estaba con otros perros maltratados y a cuidado de un mendigo se quedaba en casa y yo me veía con mi amante, un momento que era
fétido y violento. Le ofrecí lo que tenía de dinero por dos de los ca- para pensar en mí y en mis sentimientos. Camilo, en cambio, pareció
chorros, pero solo me dio uno y cogí entonces al que tenía las patas que no entendió el gesto, porque frente a la ausencia de Mateo argu-
más gruesas y el rabo más largo. Parecía estar enfermo y muy ham- mentó que ahora debíamos estar más pendientes de Ramona porque
briento. Comía dos veces por mí, cagaba por todos lados y se orinaba de seguro se aburriría. Yo atendía el juego con buenos sentimientos
en lo que considerara parte de sus dominios. Lo hice vacunar y bañar hasta un punto, pero cuando veía diluida la tarde en cuatro horas de
en un cajón lleno de espuma y al final quedó tan negra el agua que mimes a un perro y una hora de sexo, me sentía algo estafada. Algo
fue mejor volverlo a sumergir de nuevo. Mateo fue creciendo en mi en el fondo de todo esto era una mentira. Podía ser el papel que había
casa y vio cuando se murieron mi mamá y mi papá. Estuvo ahí con- asumido cada uno, no lo sé. Decidí entonces mejor acabar la rela-
migo y fue el mejor, nadie sintió tanta compasión y bondad, ni nadie ción con Camilo. No tuvo ningún problema (al fin y al cabo Ramona
consiguió darme tanto alivio y paz. Durante muchísimo tiempo me consumía toda su energía). Yo seguí saliendo con Mateo al parque,
alejé de la vida social excepto por mi trabajo. Hasta un día que salí siempre evitando que entre en contacto sexual con alguna perra.
al parque y Mateo en una calentura de perro casero se le montó a
la perrita de Camilo Santana, un vecino que no vine a conocer sino
hasta aquella tarde en que nuestros perros copularon como conejos.

Camilo se ha vuelto mi amante. Su hembra de raza labrador se lla-


ma Ramona. Juegan como yo juego con Mateo. Se mantienen juntos
y fieles. Cuando he pasado unas noches en la casa de Camilo me he
dado cuenta que compra las mismas cosas para su mascota y que lo
cuida con la misma alcurnia y cuidado con que lo hago yo.
El Carro El viaje es adentro de una consciencia golpeada
que debe quitarse las cadenas de las rutas propuestas por otros
y encontrar su frecuencia, su acorde en este mundo,
Huir de los espacios donde su voluntad ya era. la mágica sensación de una vida con sentido por si mismo.
Salir de las esquinas ya cosechadas, de las ideas puestas a prueba.
El príncipe sabe los dibujos que son el futuro en el cielo
y diseña una bitácora donde no perderá su viaje.
Sube al carro donde el corazón es el escudo
y las ideas el aire que alimenta los caballos.

La gloria es su propio plan, su ruta trazada con mil caminos.


Cruzar vidas y lenguas, su epopeya.
Quiere escuchar los dioses del desierto, del mar,
de los bosques y las profundas junglas
donde su camino seguirá el mapa estrellado en la cúpula celeste.
El príncipe domina sus instintos más hambrientos,
la locura que algunos encuentran en el silencio
y la fortaleza ensoñada que traen los signos.

El Carro hace el viaje necesario para culminar los días


y firmar la historia vivida con la sangre y la alegría de un último
baile.
Este viaje no siempre es a los confines del mundo
ni a las metrópolis donde gritamos y somos nadie.
La promesa de este viaje es la transformación última,
dar el salto entre todas las dimensiones de la consciencia humana
y volar sobre los arquetipos enloquecidos que tanto nos ayudan.
El viaje es adentro de sí mismo, sintiendo las estaciones más fami-
liares,
recorriendo las carreteras sinuosas de la memoria
sus museos imaginarios de otros días
las tormentas que centellean entre la sensación de un sistema ner-
vioso
que se embriaga entre la música y las pócimas.
El Carro (al revés) A quien son entregados los dones de la gloria y la sabiduría,
debe usarlos para aplicar justicia y llevar el mundo al interior de los
Quien conduce el carruaje que carga la fuerza de la tierra y de los otros.
cielos De lo contrario las virtudes pueden transformarse en vilezas
debe ser alguien diestro en las artes de la consciencia y la estabili- y el corazón que inició puro el viaje de sus estrellas
dad, convertirse en llanura triste donde la nada hace su presencia.
pues el riesgo de salir afectado es alto y si no se ve con claridad en
las estrellas,
si no se entiende la voluntad propia y el destino que se traza en
silencio,
el viaje puede ser una secuencia de ideas decepcionantes y desespe-
ración.
Es virtud del camino darle una luz a quien no se encuentra,
una señal para que comprenda su error y entienda sus demonios.
Es virtud de quien entiende sus demonios, perdonarlos,
y hacerlos parte de su historia, pues allí reposarán como signos de
un tiempo.
El ser que dirige el carruaje no debe sentir que lo ahoga la pasión.
Debe ser mesurado con lo que siente para controlar sus fuerzas
interiores.
Si libera los caballos y se une a ellos en su manso salvajismo
las fieras que acechan en la noche obscura del alma lo absorberán.
Un rey que guarda sus carros para hacer su guerra en casa,
es un rey corrupto al que nada importa su sangre ni su memoria.
Los carros son para abandonar el lugar que se tiene y volver con el
saber,
regresar a las raíces y plantar una nueva semilla sobre el tejido del
mundo.
Por eso el príncipe que prefiere no salir a buscar su propio reino—
aquella fatídica silueta del hombre que no ha decidido donde está
su mundo—
es un príncipe que puede volverse un déspota, un tirano, alguien de
no confiar.
La Historia del Carro su nocturno paso llevarse el silencio hasta los confines del bosque ;
y escuchó lobos aullar a la media noche consagrando entre su propia
Un caballero salió de los dominios de su familia para conocer los sangre las lunas por venir. Sensibilizar sus inmensas profundidades
secretos que había al otro lado de la cordillera de punta blanca. Hizo internas permitió al caballero encontrar la estabilidad. Sus pasión
una promesa al escudo de su sangre, que era lo mismo que habérsela ya no le retorcía el pescuezo ni la inseguridad le hacía temblar las
hecho a su propia consciencia, y emprendió el rumbo en su carro piernas. Era una figura estable, una geometría que entrelazaba los
tirado por dos caballos árabes de patas esbeltas y crin frondosa y mundos del cuerpo, la mente y el espíritu en un solo campo. Su di-
blanca. A los pocos días de haber dejado sus comodidades y haber namismo a través de las dificultades se volvió una habilidad innata
enfrentado los rumores del bosque y del río, el caballero tuvo que para superar cualquier tipo de prueba. La naturaleza interna, sus pro-
perder parte de la inocencia que todavía permanecía en su corazón. pios demonios y la escarcha del pensamiento simplista no pudieron
Un hambre voraz lo llevó a cazar, una actividad en la que había sido intoxicar su mente, y el caballero dejándose llevar por su instinto a
entrenado pero a la cual no le tenía mucho cariño debido a que la través del silencio y por el magnetismo de sus sensaciones lo que
muerte estaba de por medio. Pero esta vez era diferente. Esta vez la encontró fue el oasis de su propia fuerza y jamás volvió a mirar atrás.
muerte lo había mirado a través de los ojos de la liebre que se desan-
graba entre sus brazos, y le había dicho que vivir y morir eran como Al final del camino el caballero encuentra un reino donde sobra lo
el hombre y la mujer, pares hermanos que se necesitan mutuamente que él ya no necesita, pero que igual le sirve para ejercer el poder
para existir y que se distinguen por sus condiciones contrastadas. sobre los otros. El oro, la fuerza del metal. Ser un buen rey consiste
en tener esa posibilidad para transformar la realidad, pero al mismo
El caballero percibía que la lucidez venía con los designios del tiempo entender que allí no está el origen de la vida y sus grandes
camino. En ellos había una semilla que se abría en opciones de toda misterios. Para mantener lo ya conseguido se aferrará a su voluntad
índole y que se tejían o desamarraban con la intuición que le nacía para hacer su propio mundo y se ligará a su punto de vista para en-
del corazón. Aprendió a ver los complementos, los equilibrios, el tender el fin. Este rey, antes caballero, es un personaje que sabe de
valor de las palabras y del silencio. También dejó de creer en sus donde vienen sus cicatrices internas y externas; reconoce los signos
viejos dioses, los percibía fuera de su nueva consciencia y no los ad- de su propia historia y todas las jornadas pone en práctica su propia
mitía más como un dogma ni como unas virtudes. El caballero se iba filosofía; conoce los caminos andados y lo que depara cada porvenir
endureciendo a medida que el camino le iba cobrando los avances. en cada punto cardinal; habla con la potencia de los que han visto el
Si quería seguir adelante debía seguir sometiéndose a la transfor- mundo y lo han cultivado y lo han guerreado con sus propias manos.
mación. Era inevitable. Solo la memoria de los días y la sensación El carruaje que lo acompañó en todo su desplazamiento también tie-
de estar vivo lo comunicaban con su pasado, pues el resto era una ne un lugar de honor en su palacio, pues en el fondo sabe que sin él
realidad novedosa que le hacía una promesa distinta. su fortuna actual y su abundancia serían una quimera. Agradece a las
fuerzas de distinta índole que lo pusieron en su lugar. Les ofrece su
En la soledad del camino el caballero encontró las mil formas de día a día y todo viaje que haga al amanecer.
la gloria. Supo que la vida estaba tejida entre ella a través de todo lo
que existía en el planeta; vio a los pájaros ser la melodía de un gran
pensamiento, a las mariposas ser las estrellas del día; sintió al río en
La Justicia La Justicia del mundo se deriva de nuestra consciencia,
de lo gratos que somos con la vida
y de la justicia que le hacemos a ella al vivirla bien.
Lo que corresponde a cada uno corresponde a la consciencia. Ningún hombre en verdad es alguien para juzgar a otro,
Lo que corresponde a lo que Es simplemente sigue siendo. pero en el final del tiempo de cada uno siempre hay un suspiro
Lo que no responde ni al silencio ni al tiempo es el misterio. que nos indica que ya no somos parte de este mundo
y allí nosotros mismos somos el juez, el jurado y el acusado,
Los actos y los pensamientos tienen consecuencias, pues en aquel instante comprendemos si nuestra vida fue escrita por
hacen la verdad y son la verdad, otro,
y son los que confirman a la final si este mundo es justo o si fue nuestro corazón original el que estuvo allí
o es un vertedero de almas en el que todo está perdido. desde el principio.

La primera justicia en verdad es con nuestro corazón,


al cual debemos sentir en cada situación para no olvidar
que somos carne y nervios que duran un soplo,
y que ningún poder en este universo nos ha creado
para ser los dictadores de unas reglas ficticias que no existen.

La espada que nos entregó Atena es para afinar la intuición, no para


la guerra.
Es un instrumento para sintonizar la razón, los sentimientos y la
experiencia.
Su fuerza moldea el equilibrio y su determinación impone su lega-
do.
La justicia la aplicamos todos los días, sobretodo en nuestros pro-
pios actos,
y nuestra espada puede ser una palabra, una mirada, un silencio.

No hay peor sentencia que el destino.


No hay mejor juicio final que una mirada fiel a la historia
que se lleva escrita entre la sangre y la mirada.
No hay mejor balanza para lo hecho y no hecho
que saber cuánto llanto nos cabe al final de nuestros días,
o cuanta alegría podemos repartir hasta el último amanecer.
La Justicia (al revés)
Nada se ha escrito de las almas rendidas ante las dificultades,
de las consciencias que han dejado su destino en manos de otros,
de los discursos que han llamado a la derrota.
Pero somos tan injustos con nuestro propio destino
que todo lo sagrado en él nos parece inaccesible,
casi inexistente.
Nos gusta sentir la gloria pero somos animales del descaro,
de la trampa y la mezquindad, del autoritarismo y el desman,
no controlamos ni siquiera los dones escritos en nuestra sangre
ni las violencias heredadas que estallan con la furia de otros días.
Que nuestra razón no sea usada en nuestra contra,
que nuestra falta de sentimientos no cree un vacío sin fin,
que nuestra ansiedad no derrote la voluntad,
que la tristeza no sea la semilla de la locura.
La Justicia del mundo la hacemos nosotros,
ya sea basados en las ley o en nuestro criterio como consciencias,
pero su objetivo no debe ser el poder ni la arrogancia,
sino el orden dentro del caos.
No somos justos con nosotros mismos cuando no aceptamos
el llamado de la vida y su música estelar,
ni tampoco somos vida cuando no aceptamos
que la justicia del cosmos nos de una bofetada
y nos indique el camino del corazón.
Historia de La Justicia pasado por sus manos. Pero sobretodo este hombre era un fanático
del fútbol y todos los domingos llevaba a su hijastro Sig a ver al
equipo del barrio, los famosos Bullgods.
Sig Vainer no supo que al nacer su padre estaba borracho, ni que su
madre había preferido antes abortarlo que traerlo a este mundo sin Por cosas de la vida, una jornada de aquellos domingos de sol
reglas y lleno de crueldad. Sig fue un niño bastante llorón y afligido. opaco y frío soportable, Sig se enteró del pasado de su padrastro.
Cualquier ofensa parecía derrotarlo, cualquier fuerza en contra lo El juez del partido había enfermado y varios de los vecinos que allí
volvía transparente. Su incursión a los terrenos violentos y tensos de estaban le dijeron al padrastro de Sig que pitara el juego. Velozmen-
la testosterona se produjo gracias al juego más poderoso que ha po- te, el hombre se calzó unos botines más cómodos y de alguna parte
dido inventar el hombre: el fútbol. Su equipo debía empatar el juego salió una bermuda que lo dejó listo para entrar en acción. Sig vio a
y Sig fue el único jugador que estaba dispuesto a patear ese penalti. su padrastro pitar las faltas con justicia, señalar los tiros de esquina
La hinchada de niños gritones y uno que otro profesor con tono de y los goles con decisión y correr infatigable sobre la banda. Al final,
motivador profesional, eran el público de Sig, quien salió corriendo cuando los dos oncenos peleaban cada bola entre un lado y otro del
sin mucho control de sus movimientos y le dio tan duro como pudo campo, el padrastro de Sig señaló un penalti que le dio la vuelta al
al balón, tanto así, que cerró los ojos cuando su pie chocó la bola juego. Se armó una gresca monumental y alguien intentó dispararle
de plástico. El grito ahogado de gol no se hizo esperar y la turba muy de cerca al arbitro del partido. No lo consiguió pero el daño ya
entre ansiosa y violenta levantó en hombros a Sig. Por todo el jardín estaba hecho. Como dos ejércitos de naciones adversarias, los ban-
infantil corrían los niños celebrando su victoria y Sig veía como lo dos de cada barrio se remangaron la camisa y se batieron a golpes,
miraban, con ese brillo en los ojos que solo reflejan las estrellas. Por hasta dejar un charco de sangre, seis muertos y una mujer con las
un momento fue suya la gloria, la eterna gloria que las almas sensi- piernas rotas. Luego hubo paz y todo el mundo se fue a su casa a
bles simplemente necesitan tocar un instante para quedar extasiadas enterrar y llorar los caídos. A los ocho días, Sig, que todavía no se
por toda una vida. recuperaba del trauma que fue aquel acontecimiento, vio ante sus
ojos como estallaba la segunda guerra mundial.
La infancia de Sig no aconteció como se lo esperaba. Su padre se
fue de casa al momento en que él cumplía los ocho años y su madre, Su padrastro tuvo que salir a jugarse la vida y después de darle el
desesperada, agarró al primer hombre que vio pasar por la calle y último abrazo y un beso en la frente, se adentró al refugio militar
lo metió a su cama, con lo que Sig no hizo sino percibir con que donde le asignaron una placa, un uniforme y un fusil. También a Sig
rapidez crecía exponencialmente su familia, que aún embutida entre su padrastro le había dicho mentiras—así como los fascistas mien-
la pobreza, la poca comida y el espacio reducido en casa, tenía más ten, los comunistas mienten y los capitalistas mienten—, pues según
dignidad que muchos ricos y armonía a su manera. Finalmente el su versión de los hechos, se había ido lejos a trabajar como árbitro en
hombre que su madre había escogido al azar desde la ventana no fue los partidos de fútbol que habría entre varios países del continente.
una mala elección. No era un hombre de vivir pegado a la botella ni Entre bombas, tanques y balas, el pequeño Sig creció para más tar-
de andar de juerga entre los burdeles. Mas bien era un buen cristiano, de, cuando vio el muro de Berlín también crecer ante sus ojos, darse
lo más pulcro pese a sus limitaciones económicas, y lo más caballe- cuenta de toda la realidad que le había sido oculta. Pero perdonó a
ro posible pese a la escasa educación y los pocos libros que habían todos. Ya la sensación de dolor era tanta que la anestesia general
se alimentaba también del dolor. Nada podía ser peor, todo lo que
viniera, fuera para hacer cambios grandes o pequeños o para saber
verdades cruentas, era mejor que cientas de montañas de cuerpos
calcinados, entre los cuales estaba el del único hombre que había
intentado ser un héroe para Sig: su padrastro.

Con el tiempo, Sig se convirtió también en juez de línea y llegó a


pitar en las grandes ligas del fútbol, incluida una Copa del Mundo en
la que tuvo que hacer su mejor papel, pues de sus decisiones depen-
dieron dos equipos que buscaban llegar a la final del campeonato.
Sig tuvo una esposa y un hijo al que no le gustaba ni el fútbol ni las
armas, sino la guitarra. Después de cada pitazo final en un partido,
Sig tenía la costumbre de mirar al cielo y darse la bendición, pidién-
dole a su padrastro que no lo abandonara ni lo dejara solo en esta lu-
cha con el tiempo. Y siempre fue así. Hasta el final de su propia vida.

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