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NAGARI

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Cuentos para Despertar


NAGARI

ISBN: 978-9915-40-687-9

e-mail: nagarinns@gmail.com
Instagram: @nagari_circulo
Facebook: nagari_now

www.nagari.com.uy
NAGARI

Advertencia:

Cuentos que aletargan,


cuentos para evadir,
cuentos para que las masas
tranquilas puedan dormir.

Cuentos que al futuro


proyectan las promesas,
cuentos donde príncipes
rescatan a princesas.

Cuentos que dividen


en bando a los hermanos,
cuentos donde buenos
persiguen a villanos.

Cuentos que depositan


el poder en alguien más,
cuentos donde las guerras
intentan lograr la paz.

Querido lector,
permíteme precaverte,
decirte que estos cuentos
no buscan entretenerte.

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No buscan darte ideales


difíciles de alcanzar,
tampoco hacerte promesas
con las que puedas soñar.

Verás, por el contrario,


ellos desean sacudirte,
sacarte del letargo
en el que supieron sumirte.

Ayudarte a descubrir
tus tesoros, tus poderes,
ayudarte a recordar
el milagro que eres.

Pues estos, mi amigo,


no son cuentos para soñar,
son cuentos para renacer,
cuentos para despertar.

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Metamorfosis

Era un alma salvaje


que vivía en la ciudad,
infatigable peregrina
confinada en sociedad.

Una sacerdotisa,
maga en potencia,
chamana de la selva,
que ignoraba su esencia.

Sí, la ignoraba,
desconocía sus poderes,
sus dotes, sus talentos,
su intuición, sus saberes.

Desconocía ese espacio


tan lleno de poder,
esa fuente de misterios,
escondida en su propio ser.

Será tal vez por eso


que se sentía oprimida,
atrapada en esa ciudad
tan carente de vida,

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donde sentir era un pecado


imposible de perdonar,
donde ser libre era penado
y sancionado el amar.

Será tal vez por eso


que soñaba despierta
con viajar sin equipaje
y con el alma descubierta,

por ese mundo escondido


donde ella era una diosa,
por esa tierra salvaje,
tan viva y misteriosa.

Vaya contradicción
que sentía al despertar
y encontrarse aprisionada
en aquel muerto lugar,

esa lúgubre oficina


fuente de su tedio,
en la cual se consumía
atrapada sin remedio.

“Esto es realidad,
lo demás es ilusión”,
solía repetirse
con pena en el corazón,

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matando poco a poco,


la confianza en su ser,
sepultando así aquel mundo
que sus ojos no podían ver.

Mas por algún raro motivo,


la maestra no moría,
la sabia en su interior
la llamaba noche y día,

generando mil imágenes


que perfumaban su mente,
conectándola a esa vida
tan sagrada y envolvente.

Por eso, esa misma noche,


ante aquel caos inmenso,
abrió las puertas de su alma
para hablarle al universo,

aunque hubo un detalle


del que no se percató,
arrodillada junto a su cama
fue la maga quien habló:

“Amigo cosmos,
padre y madre,
la niña duerme,
sus ojos abre,

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su mente entera
ya está rendida,
su corazón
lo abrió la herida.

Amigo cosmos,
magia innombrable,
la niña espera
que tú le hables,

dale la señal,
muéstrale el camino,
ella está lista
para su destino.

Querido cosmos
cierro el conjuro,
haz hoy tu magia,
yo a ti te juro,

que a cada paso


estaré con ella,
resplandeciendo tu luz
igual que una estrella”.

Entonces cayó dormida


en un sueño profundo,
luego de que por vez primera,
la bruja pisara este mundo.

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De pronto sus ojos


abrió suavemente,
se sentía una niña,
contemplaba dulcemente,

aquel atardecer,
teñido de rosa,
cuando de pronto apareció
una enorme mariposa.

Sus delicadas alas


eran gigantes,
de un fuerte azul,
poderoso y brillante,

las cuales movía


con decisión y elegancia,
pues traía consigo
el mensaje de la confianza.

Se posó frente a la niña


con mirada compasiva,
y le habló con ternura
de la magia y de la vida:

-¿Sabes? querida amiga,


no siempre fui mariposa,
no siempre viví mi vida
volando de rosa en rosa,

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pues mucho antes de esto


me arrastraba contra el suelo,
era un débil gusano
que no conocía el cielo;

viviendo su día a día


en un mundo de oscuridad,
condenado a aquella triste
y apagada realidad.

Sin embargo, por las noches,


cuando desaparecía el mundo,
cuando me encontraba a solas
con mi ser más profundo,

una nueva realidad


brotaba en mi interior,
una llena de magia,
luces y color.

En ella veía paisajes


que me quitaban el aliento,
sobrevolando los árboles,
guiada por el viento,

confiando en mis alas,


que se abrían libres,
sintiendo que allí
todo era posible.

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Pues en ese mundo oculto


me sentía una diosa,
en él, no era un gusano,
allí era una mariposa.

Cuán duro era despertar


y abandonar el vuelo,
cuán duro era volver
a arrastrarme contra el suelo,

sintiendo que el sueño


había sido en vano,
sintiendo que en realidad
tan solo era un gusano.

Por eso mi dulce niña,


vengo a darte una señal,
los sueños que hoy sueñas
reflejan tu potencial,

ellos desean mostrarte


tu más profundo ser,
revelando esa identidad
que tus ojos no pueden ver.

Es por eso que la vida,


te dará oscuridad,
para que busques esa luz
en tu propia interioridad,

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muy dentro de ti,


en el centro de tu capullo,
para encontrar ese tesoro
que siempre ha sido tuyo.

Luego habrás de regarlo


con confianza y optimismo,
una vez crezcan tus alas
ya no habrán espejismos.

La mariposa voló,
la mujer despertó,
de aquel hermoso sueño
en un instante regresó,

preparada para jugar


y ser, en libertad,
lista para que sus sueños
transformen su realidad.

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Cero a la derecha

Cero no era un número


común y corriente,
el no tener valor
lo volvía diferente,

del resto de los números


que él conocía,
buscando a toda costa
estar en su compañía.

Pues cada vez que cero


quedaba a solas consigo
le era imposible
evitar su vacío.

Pero había otro problema


con nuestro amigo cero:
se sentía tan pobre
que quería ser primero,

poniéndose en todo momento


por delante de los demás,
restándoles su valor,
sin disculparse jamás.

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¿Te imaginas la situación?


cero delante de uno,
sin dudas aquel escenario
no favorecía a ninguno.

Pero lo mismo ocurría


con el ocho y con el cinco,
a todos él opacaba
siempre con el mismo ahínco.

Será por eso que los números


comenzaron a apartarse
y que nuestro vacío amigo
solo empezó a quedarse.

Pues si somos honestos,


cero estaba un poco loco,
estar solo no podía
y acompañado tampoco.

Las cuestión es que ahora


se había quedado aislado,
cara a cara con la soledad
que tanto había evitado,

solo con ese vacío


que se negaba a afrontar,
solo con la carencia
que nunca pudo tolerar.

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Cuanto sufría ser cero,


como dolía ser nada,
cuanto anhelaba el valor
que los demás ostentaban.

Así pasó varios días


a solas con su herida,
digiriendo el conflicto
que en su interior ardía.

Pero un día, inesperadamente


el dolor quedó atrás,
cero no lo había notado,
pero empezaba a estar en paz,

pues sin ser consciente de ello


a los demás números olvidó,
y al dejar de compararse,
por primera vez se aceptó.

Por primera vez


abrazó su existencia,
sintiéndose a sí mismo,
disfrutando de su presencia.

Y entonces comprendió,
que en su falta de estructura,
que en su inmenso vacío
se escondía su hermosura,

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su magia, su misterio
al que siempre fue reacio
cero no era una forma,
cero, era espacio.

Él era un vacío
inconmensurable y profundo,
dentro del cual cabían
todos los números del mundo.

El origen primordial,
el punto de partida,
cero era el espacio
que a los demás daba cabida.

“Gracias vida
que dejé de compararme,
gracias existencia,
que al fin puede aceptarme”,

dijo cero esa noche


en la que al fin descubrió,
que su esencia era el vacío
del cual siempre se escapó.

Luego de este hallazgo


cero había cambiado,
sus números compañeros
se sentían extrañados,

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pues lo veían relajado,


más cómodo que antes,
sin aquella fea costumbre
de ponérseles delante.

Ahora por el contrario


se mantenía atrás,
sin nada que demostrar,
pues se sentía en paz.

Será tal vez por eso


que todos se le acercaban,
pues sentían que a su lado
su potencial aumentaba,

a la vez que él disfrutaba


a su lado tomar forma,
igual que un camaleón,
en su base se transforma,

para luego regresar


a su esencia original,
carente de comienzo
y carente de final.

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También eres cero,


en tu núcleo interior,
y en ese vacío
es donde surge el amor.

Abraza ese espacio


donde nunca estás solo,
permítete ser nada
y descubre que eres todo.

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Sin apuro

Todo a su alrededor
crecía con velocidad,
aumentando de tamaño
con gran facilidad.

Todo se expandía
multiplicando su altura,
todo aumentaba
con espontánea hermosura.

Sin embargo él
se mantenía pequeño,
sin buscar agrandarse,
sin hacer ningún empeño.

-¿Qué hay mal contigo?


-le preguntaban a diario-
intentando comprender
su estancado escenario.

Aunque no eran capaces


de hallar una explicación,
incomprensible sentían
su extraña resignación.

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Hasta que una mañana


su gigante vecino
intentó hablar con él
y advertirle su destino.

-Realmente me cuesta
comprender tu conformidad,
¿qué, no anhelas crecer,
no sientes incomodidad?

La vida es muy corta


para ser tan pasivo,
no pierdas el tiempo,
¡haz algo contigo!

Sin embargo, el pequeño


lo escuchaba inalterado,
desde un estado de paz
profundo y conectado.

Pues había algo en él


misterioso y sorprendente,
un exuberante aplomo
que lo volvía diferente,

imposible de explicar
con su pobre apariencia,
y que aún así derrochaba
confianza y paciencia.

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-Señor, disculpe usted,


pero estoy bien como estoy,
quizá me vea pequeño
pero me agrada lo que soy,

así es que no tengo apuro


por aumentar mi tamaño,
en verdad no me importa
que eso pueda tardar años.

Agradezco su interés,
es un gesto muy noble,
le dijo al gran arbusto,
el retoño de roble.

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La montaña de la vida

En una inmensa montaña


alta y escarpada,
tres pequeños pichones
junto a su madre anidaban.

Reyes en potencia
del cielo y las alturas,
crecían protegidos
y rodeados de ternura.

Pasaron las semanas,


había llegado el momento
de abandonar el nido
para entregarse al viento.

-¿Quién saltará primero?


-la madre preguntó-
mientras que el más valeroso
de un salto se paró,

acercándose al abismo
sin atisbo de temor,
sin sentir en sus patas
el más mínimo temblor.

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-Sé que podrás lograrlo,


confía en ti mismo
y de un salto se lanzó
al interminable abismo.

Orgullosa su madre
contempló su recorrido,
-¿quién será el siguiente
en saltar del nido?

Muy tímidamente
uno de ellos se paró
y con gran desconfianza
al precipicio se acercó.

-Sé que lo lograrás


-dijo su madre con aliento-
tan solo abre tus alas
y confía en el viento.

El pichón cerró los ojos


y aún lleno de dudas
se lanzó al vacío
entregado a la aventura.

La madre lo observó
perderse de vista,
-mi querido pequeñín
eres el próximo en la lista.

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-Disculpa mamá
pero no estoy preparado
-contestó el pequeño-
con cara de asustado.

Mientras ella le dijo


amorosa y comprensiva,
-te entiendo mi bebé
probaremos otro día.

Pero el día llegó


y la situación se repitió,
otra vez el pichón
a saltar se resistió,

aferrándose esta vez


con fuerza al nido
cuando su madre intentó
empujarlo al vacío.

-Solo tienes que saltar,


tus alas harán el resto.
-Lo siento mamá
pero no estoy dispuesto.

Y de esta manera
transcurrieron las semanas,
transcurrieron los meses
en el mismo panorama.

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Ya el pequeño pichón
había dejado de serlo,
pero a pesar de su tamaño
nadie podía convencerlo.

Fuerte era el bloqueo


que le impedía saltar,
bloqueo que nadie
era capaz explicar.

Un año había pasado


ya desde aquel día,
el ave en su nido
resignada vivía,

y al ver a sus hermanos


volando en libertad,
se decía a si misma:
“No tengo esa necesidad.

No todas las aves


nacimos para volar,
en mi nido estoy contenta
no me puedo quejar”.

Sin haberlo notado


su frustración cubría
camuflando de conformidad
su falta de valentía.

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Pero esta falacia


se haría insostenible,
tras dos años en el nido
mentir ya no era posible.

Su gran incomodidad
resultaba evidente,
su estrés y nerviosismo
lo hacían parecer demente,

y las excusas con las cuales


a sí mismo se mentía,
se cayeron por completo
desnudando lo que sentía.

“Tengo mucho miedo”


-exclamó hacia adentro-
y por primera vez asumió
aquel duro sentimiento.

Toda la noche pasó,


digiriendo la sensación,
volviéndose consciente
de su gran paralización.

Entonces en un instante
lo pudo comprender:
“vivir así es la muerte
ya no hay nada que perder”.

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Y esa misma mañana


apenas el sol salió
en el borde del precipicio
nuestro amigo se paró,

dispuesto a conocer
una mejor suerte
y abrirse a la vida
abandonando la muerte.

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La vida es una montaña


diseñada para saltar,
una cumbre muy alta
desde la cual poder volar.

Por eso nuestros sueños


suelen causar espanto,
para alcanzarlos deberás
lanzarte desde lo alto.

La vida que ya conoces


se asemeja al alto nido,
la vida con la que sueñas
habita en lo desconocido.

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Por eso para alcanzarla


habrás de tener valor
y confiar que la aventura
siempre será mejor,

que vivir igual que un ave


presa en la comodidad,
intentando ignorar las alas
que recuerdan su libertad.

Pero de esta montaña


tendremos que saltar,
por eso te recuerdo
que siempre puedes optar:

Ser el pichón confiado


que no perdió su tiempo,
que armado de coraje
se lanzó hacia el viento,

ser el segundo pequeño


que aún vacilante
y lleno de temor
se impulsó hacia delante,

ser el ave miedosa


que precisó media vida
para comprender que saltar
era la única salida;

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o ser el desafortunado
que jamás confió en su suerte
y abandonó el pequeño nido,
pero el día de su muerte.

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¡Qué buena idea!

Viajaba enardecida
brillando en la oscuridad,
vibrante de energía,
desbordada de felicidad.

Buscaba un canal,
una vía, una puerta,
quizá una matriz
que permaneciera abierta,

receptiva y disponible
para darle cabida
y así permitirle
manifestarse en la vida.

Golpeó muchas puertas


pero ninguna se abrió,
ningún recipiente
vacío encontró,

pero estaba decidida,


determinada a nacer
y en lo oscuro siguió ardiendo
para no desvanecer.

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Y justo cuando parecía


que no había posibilidad,
justo cuando pensaba
desintegrarse en la oscuridad,

vio a lo lejos
una luz que resplandecía,
¡era una puerta abierta!
que al mundo conducía.

Contempló el recipiente,
estaba vacío,
listo para recibirla
a ella y su contenido,

así que sin dudar


hacia él se lanzó
y en ese mismo instante
a este mundo entró.

El joven en su cama
sonrió de repente,
su rostro se iluminó
casi totalmente.

Y con la inesperada alegría


de quien sin buscarlo crea,
se dijo a sí mismo:
“¡Wow, qué buena idea!”.
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Hay millones de ideas


viajando en la oscuridad,
recorriendo lo inmanifiesto
desbordadas de intensidad,

en busca de un canal,
en busca de un dueño,
creaciones del universo
cargadas de sueños,

viajando por el cosmos


deseosas de nacer,
buscando un recipiente
en el que puedan florecer.

Esta noche querido amigo


estés o no alerta,
una idea inspirada
pasará por tu puerta.

Sal de tu mente
y su ruido trillado,
abandona de una vez
tu pequeño mundo privado,

y permanece abierto
alerta y disponible,
para que así el universo
haga su sueño posible.

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El legado de la abuela

Mi abuela, mi mentora,
un buen día partió,
pero antes de hacerlo
un sobre me entregó.

Desde muy pequeño


me hablaba de los sueños,
de ser protagonistas,
de nuestra vida los dueños.

Me hablaba de la pasión
pero también de la templanza,
de que solo quien persiste
sus sueños alcanza.

Por eso, al abrir el sobre


dejé de estar triste,
en él, habían tres semillas
y una palabra: persiste.

Sin saber de qué se trataba


esa noche las planté,
en la tierra de mi jardín
con amor las enterré.

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Siete años las regué


sin ausentarme un solo día,
por siete años les hablé
dedicándoles mi energía.

Sí, durante siete años


su negra tierra aboné,
durante siete largos años
con que brotaran soñé.

Pero a pesar de mi ahínco


perseverancia y esmero,
la tierra seguía igual
que en el día primero,

sin que un solo retoño


saliera a la luz del día,
sin que un minúsculo brote
diera señales de vida.

Aquel día comprendí,


que eso no iba a cambiar,
que después de siete años
ya nada iba a brotar,

sintiendo que la culpa


rasgaba mis huesos
quizá por haber errado
alguna parte del proceso.

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Ese día con mis lágrimas


la negra tierra regué,
ese día los retoños
y los brotes olvidé.

Sin embargo, aquel espacio


aún visitaba a diario,
él se había vuelto
mi templo, mi santuario,

en el que volvía a sentir


a mi abuela a mi lado,
en el que podía regar
sus semillas, su legado,

sus nobles enseñanzas


de confianza y optimismo,
regando aquella tierra
me regaba a mí mismo.

Entonces lo más valioso


comprendí ese mismo día,
en aquel bello proceso
era yo quien florecía.

Era una fresca mañana,


temprano me levanté,
calenté unas tostadas,
preparé un rico té,

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y salí al jardín
a regar mis semillas,
aunque mis ojos no pudieron
concebir la maravilla,

de ver en mi tierra
la increíble hermosura:
¡tres cañas de bambú
de medio metro de altura!

Lo primero que pensé,


es que estaba soñando,
luego creí que alguien
estaba bromeando,

al clavar en la tierra
esos trozos de caña,
cruel y despiadado
el que a un soñador engaña.

Por eso acercarme


a inspeccionar quise,
escarbé un poco su base
¡hasta que vi sus raíces!

Y la tierra nuevamente
con mis lágrimas regué,
GRACIAS QUERIDA ABUELA,
LA LECCIÓN NO OLVIDARÉ.

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Enseguida entré a mi casa


gritando como un loco.
“¿Qué ocurre?” -dijo mi madre-,
“ven, cálmate un poco”.

Y a gritos le conté
que mi sueño se realizó,
entonces fue hasta su cuarto
y un sobre me entregó.

“Toma, es de tu abuela,
me pidió que te lo diera
el día en que tu hazaña
finalmente se cumpliera”.

Y arrodillado en mi tierra
aquella carta leí,
sintiendo que mi abuela
se encontraba junto a mí:

“Te escribo esta nota


con profunda confianza
en tu gran corazón,
en tu fe y tu templanza.

Segura que nuestras charlas


han calado hondo,
segura que te has entregado
y llegado hasta el fondo.

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NAGARI

Las semillas que te dejé


eran de bambú japonés,
las cuales germinan,
pero muy rara vez,

tras siete arduos años


de inadvertido crecimiento,
tras siete intensos años
de crecer, pero hacia adentro.

Preparando así la base


para una gran estructura,
trabajando en silencio
para alcanzar las alturas.

Hoy te digo con fe:


de tu futuro eres dueño,
si has germinado el bambú
también germinarás tus sueños.

Pues él solo florece


a manos de soñadores,
que amando el proceso
se vuelven cada vez mejores,

quienes saben con el alma


atesorar la labor,
quienes saben que la persistencia
se funda en el amor.

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Pronto serás un hombre,


en ti está el poder,
descubre cuál es tu semilla
y riégala hasta florecer.

Recurre a mi cada vez


que la duda adentro duela,
me llevas en tu corazón,
con amor: la abuela.”

Vaya que valió la pena


emprender aquel bello reto,
en solo seis semanas
¡el bambú creció treinta metros!

Compensando así la espera


tras esos siete años,
al alcanzar en pocos días
aquel inmenso tamaño.

Recuerda que tus sueños


son igual que este bambú,
llegarán a ser gigantes
pero debes regarlos tú.

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A ras del suelo

Jamás en la historia
del reino animal
existió una mariposa
tan descomunal.

Su presencia era imponente,


realmente exuberante,
exóticos los colores
de sus alas gigantes.

Pero hay un detalle


imposible de obviar:
a pesar de su belleza
no sabía volar,

y lo que era aún más triste,


es que tampoco caminaba,
sino que a ras del suelo
cual gusano se arrastraba.

¡Era un espectáculo
realmente penoso!
ver como ese ser
tan bello y majestuoso,

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NAGARI

podía vivir
de esa manera,
sin dudas padecía
algún problema.

-¿Por qué te arrastras?


-le preguntó una hormiga-
¿por qué vas pegada al suelo
y ni siquiera caminas?

¿Nunca has pensado


en alzar el vuelo,
explorar los misterios
alejados del suelo?

Eres una mariposa,


no una lombriz,
y a menos que vueles
jamás serás feliz.

-¿Qué es una mariposa?


-la mariposa preguntó-
entonces de inmediato
la hormiga comprendió.

-!Oh!... ya veo
cual es el problema,
no te muevas de aquí,
resolveremos este tema.

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NAGARI

Por algunos minutos


la hormiga se ausentó,
mas acompañada por alguien
de pronto regresó.

Era una mariposa


común y corriente,
con alas traslúcidas,
casi transparentes.

Pero ella si sabía


lo que era volar,
por eso con nuestra amiga
se acercó a conversar.

-Mejor las dejo solas


-dijo la hormiga y se marchó-
Entonces de inmediato
la recién llegada exclamó:

-Como ves, tus alas


no podrán ayudarte
hasta que del gusano en ti
no logres liberarte,

pues comienza por dentro


la libertad verdadera,
que una vez madura
se plasma en el afuera.

44
NAGARI

-Entiendo lo que dices


casi perfectamente,
¿pero cómo hacer para sacar
al gusano de mi mente?

-Lo primero que harás


será serenarte,
oirás el silencio,
dejarás de arrastrarte.

Así el gusano en ti
comenzará a perder poder,
cuando sus viejos patrones
comiences a disolver.

Entonces te sentirás
más holgada y espaciosa,
en tu interior estarás haciendo
lugar para la mariposa.

Mas precisamente allí


deberás mantener la calma,
pues estarás atravesando
la noche oscura del alma,

en la cual del gusano


te habrás desprendido,
sin que la mariposa interior
aún haya nacido.

45
NAGARI

Pero en esa oscuridad


la mariposa madura,
afronta de buena gana
cualquier atisbo de locura.

Dale la bienvenida
a la intensa incertidumbre,
y deja que tu corazón
con sus latidos alumbre,

ese mundo soñado


despegado del suelo,
deja que él despierte
las ganas de alzar vuelo.

Entonces la oscura noche


habrá cumplido su función:
prestarte su oscuridad
para que enciendas tu corazón.

46
NAGARI

Volver atrás

Niño: -Papá no te vayas,


mejor quédate a jugar.

Padre: -No puedo hijo mío


tengo que ir a trabajar.

Niño: -Pero llegas muy tarde,


cuando ya estoy dormido,
¿para qué trabajas tanto?
¡quédate conmigo!

Padre: -Trabajo para poder


comprarte regalitos.

Niño: -No preciso juguetes,


juguemos con palitos.

Padre: -Trabajo para que vivas


en esta casa bonita.

Niño: -Quédate conmigo,


vivamos en una chocita.

Padre: -Hijo mío, sin trabajo


tampoco habrán vacaciones.

47
NAGARI

Niño: -Papá, son a tu lado


las mejores diversiones.

Padre: -Tranquilo hijo mío,


al crecer lo entenderás.

Niño: -Cuando crezca serás tú


quien querrá volver atrás.

48
NAGARI

El cuarto sin paredes

-Tengo una petición


realmente urgente:
le imploro me ayude
a calmar la mente,

-dijo el hombre-
con voz nerviosa,
al anciano que sentado,
admiraba una mariposa.

-Bien, te lo explicaré
en apenas un momento,
pero primero explícame tú:
¿cómo calmarías al viento?

-Eso es imposible
-contestó indignado-
-Regresa cuando la respuesta
finalmente hayas encontrado.

El hombre no insistió
y se retiró como pudo,
sabía que el anciano
era un tanto testarudo.

49
NAGARI

Así que esperó


a la mañana siguiente
para volver y hablar
con él nuevamente.

-Imposible calmar al viento


-dijo apenas lo vio-
entonces el anciano
en silencio se quedó.

-¿Puedes calmar al mar?


-preguntó enseguida-
¿puedes calmar al río,
puedes cambiar el clima?

-No, no puedo,
-dijo el hombre sin más-
-¿Entonces por qué la mente
te quita la paz?

Verás, el problema
no es que ella haga ruido,
el verdadero problema
es que no has comprendido,

cuál es su naturaleza
y por eso la combates,
mientras entre el estrés
y el conflicto te debates.

50
NAGARI

La mente no es otra cosa


que una pequeña habitación
en la que todos los sentidos
archivan su información.

Todo lo que has visto,


todo lo que has escuchado,
en el cuarto de tu mente
permanece etiquetado,

en caos absoluto
más allá de tu empeño,
pues en él las etiquetas
revolotean sin dueño.

Así que amigo mío,


¿para qué tanto esmero?
¿qué sentido tiene
ordenar un basurero?

Basta con que lo uses


como depósito de lo vivido,
y tomes lo que precises
en el momento requerido,

pero por favor desiste


de buscar la paz allí,
pues solo podrás hallarla
una vez salgas de ahí.

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NAGARI

El hombre estaba alerta


escuchando atentamente,
y de pronto preguntó:
-¿Qué hay fuera de la mente?

Entonces el anciano
respondió a su mente inquieta,
-¿Pretendes que te lo explique
con otra etiqueta?

Puedo explicarle a alguien


la belleza de bucear,
pero solo podrá conocerla
cuando se zambulla en el mar.

Puedo intentar explicarte


la inmensidad de tu ser,
pero hasta que tú no lo vivas
seguirás sin conocer.

Solo debes recordar


lo que no cabe en las palabras,
solo debes sentir
para que el portal se abra,

y así descubrir
el misterio que eres
al ingresar a este cuarto
sin techo ni paredes.

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NAGARI

Últimas palabras

Rodeado por el calor


de su gente querida,
abrigado por esa selva
tan llena de vida,

el viejo chamán
con su último aliento,
entregó a la tribu
su mensaje con el viento:

-El hombre es como un iceberg


que ignora su inmensidad,
perdido en la superficie
de su estrecha personalidad.

Él ha olvidado
la vastedad de su ser,
absorbido por el mundo
que los ojos pueden ver.

Preso de una mente


que en conceptos lo encasilla,
opacando así la magia
que en su interior brilla.

53
NAGARI

Recuerda que al mirarte


solo ves tu sombra,
recuerda que al pensarte
lo que eres deformas.

Duda de tu apariencia
también de tus pensamientos,
por fuera eres pequeño,
mas, gigante por dentro.

Abandona tus sentidos


para sentir tu realidad,
abandona los conceptos
para habitar tu verdad.

Recuerda que espíritu


es la base de lo que sos,
recuerda que por dentro
siempre estas unido a Dios.

54
NAGARI

El pozo de agua

Una solitaria casa


en medio de la pradera,
allí vivía él,
con su familia entera.

Padre de familia
dedicado y protector,
cuidaba de los suyos
con entrega y amor,

aprovechando las bondades


de aquel lugar,
donde crecía todo
lo que uno fuera a plantar.

Pero había una preocupación


que le quitaba el sueño,
una incertidumbre
que lo invadía sin remedio,

día tras día


sin darle tregua:
el pozo de agua
y su constante mengua.

55
NAGARI

Hacía dos meses


que allí no llovía,
grande e intensa
era la sequía,

pero gracias al pozo


todo prosperaba,
el problema era uno:
el agua se acababa.

Pensando lo peor,
se la pasaba a diario,
intentando adelantarse
al más hostil escenario,

intentando precaverse
contra lo inesperado,
buscando mentalizarse
para estar preparado,

pues grande era el peso


que había de cargar,
sin dudas nadie querría
ocupar su lugar.

Pero justo cuando todo


parecía empeorar,
justo cuando el pozo
se estaba por secar,

56
NAGARI

y la pesadilla estaba a punto


de volverse verdadera,
fue que las negras nubes
invadieron la escena,

y todo rápidamente
de negro se cubrió,
mientras el soleado día
en noche se convirtió.

De pronto un gran trueno


destruyó el silencio
y un diluvio descendió
desde el negro lienzo,

llenando el gran pozo


a toda prisa,
mientras el padre respiró
sin esbozar sonrisa.

Al final de la jornada
el poso estaba lleno,
tapado hasta la boca
absolutamente pleno,

jamás en la historia
había estado tan colmado,
sin embargo, el padre
seguía estando preocupado,

57
NAGARI

porque claro, quizá hoy


la calma volvía,
pero… ¿y mañana?
¿qué garantía tendría?

______________________

Si tu pozo está lleno


y aun así te sientes carente,
recuerda que el problema
no está en el pozo, sino en tu mente.

58
NAGARI

Regalo de Dios

En una pequeña aldea


esta pareja vivía,
su amor y sencillez,
a diario se compartían,

nutriéndose y disfrutando
de sus propias presencias,
viviendo día a día
con ternura e inocencia.

Al contemplar tanta belleza,


un ángel desde las alturas,
no pudo resistirse
ante tanta hermosura,

y hasta ellos descendió


envuelto por su halo,
para entregarles así
su más preciado regalo.

Dulcemente dormían
abrazados ellos,
cuando de pronto en la oscuridad
afloró un destello,

59
NAGARI

tan intenso y envolvente,


que carecía de explicación,
inundando por completo
con su luz la habitación.

Primero despertó ella,


luego despertó él,
sintiendo un escalofrío
que le erizaba la piel,

seguido por las lágrimas


de sus ojos llorosos,
que jamás habían visto
espectáculo tan hermoso.

-Tengo un alma a mi cuidado,


un ser muy especial,
que aguarda para entrar
a este mundo terrenal.

Durante largo tiempo


a sus padres he buscado,
hasta que hoy finalmente
creo haberlos encontrado.

Pero eso solamente


si deciden aceptar
el enorme desafío
que les vengo a entregar.

60
NAGARI

-¿Por qué un desafío?


-la mujer preguntó-
mientras el ángel a los pies
de la cama se sentó,

y mirándolos mansamente
comenzó la explicación
mientras ellos lo escuchaban
con su máxima atención.

-Único es el niño
que aguarda en el umbral,
como él nunca ha existido
otro niño igual.

Pues este fue concebido,


para crear un mundo mejor,
se trata ni más ni menos
que del hijo del creador.

El hombre y la mujer
se miraron con incredulidad,
acusando el enorme peso
de tamaña responsabilidad.

Al presenciar esto,
el ángel estalló en risas,
-Tranquilos, criar a este ser
será una tarea sencilla.

61
NAGARI

De hecho, mi elección,
la razón de mi preferencia,
es que ustedes podrán hacerlo
sin crear interferencia.

-¿A qué te refieres?


-preguntó el hombre confundido.
-Este niño es una semilla
con mil tesoros escondidos.

En él el creador
ha trabajado con fervor
para llenar todo su ser
con el más perfecto amor,

con la más pura alegría,


con la más profunda paz,
con la más dulce pureza
que este mundo haya visto jamás.

Por eso habrán de olvidarse


de enseñarle estas cuestiones,
de seguro será él,
quien nutrirá sus corazones,

con la bella emanación


que su presencia contagia,
recordándoles su origen,
al revelarles su magia.

62
NAGARI

Solo vestirán su cuerpo,


alimentarán su vientre,
le enseñarán a hablar,
a comunicarse con la gente,

lo ayudarán a adaptarse
a esta nueva dimensión,
la cual luego transformará
con su inmenso corazón.

Si la aceptan, será esta


una mágica experiencia,
¿están dispuestos a criarlo
sin hacer interferencia,

sin tejer ningún velo


que se anteponga a sus ojos,
sin imponerle juicios
que actúen cual cerrojos,

impidiendo que la magia


pueda ser manifestada,
al verse por tantas capas
oculta y distorsionada?

-¡Aceptamos! -dijeron ellos-


sin pensarlo demasiado,
abrazando aquel regalo
con los ojos cerrados.

63
NAGARI

-Los felicito de corazón


pero jamás olviden esto,
él no solo será su hijo,
también, será su maestro.

El ángel se esfumó,
ellos fuerte se abrazaron
prometiendo ser leales
al regalo que aceptaron.

Pero hubo un secreto


que él no les contó,
un pequeño detalle
que el ángel omitió:

y es que padre y madre


son siempre los correctos
y que no hay hijo de la vida
que no nazca perfecto.

64
NAGARI

Encuentro

-Humano, despierta
la oscuridad es tu cruz,
sueñas con pesadillas
porque aún no enciendes la luz,

y seguirás sin hacerlo


mientras la busques en tu recipiente,
mira más allá de ti,
la luz proviene de la fuente.

-¿De qué fuente hablas?


-preguntó él con intriga-
-De la única que abastece
la existencia de toda vida,

esa invisible,
presente en todos lados,
esa a la que todos
estamos conectados.

Siempre que ignoras


esta fuente universal
te pierdes en las sombras
de tu mundo individual,

65
NAGARI

que da vueltas y vueltas


sobre su propio eje,
perdiéndote en la trama
que su egocentrismo teje,

con millones de pensamientos


que buscan la claridad,
sin saber que te condenan
a vivir en la oscuridad.

Sal de ti mismo,
tu mente es la prisión,
ve aún más allá
de su falsa creación,

trasciende las barreras


de tu propio envoltorio,
deja de alimentar
ese ruido ilusorio,

y comienza a escuchar,
el silencio en tu interior,
un silencio que no es tuyo
sino parte de algo mayor,

uno que está presente


aun debajo de los sonidos,
uno que podrás sentir,
al trascender tus sentidos.

66
NAGARI

Entonces dejó de hablar,


el silencio aumentó,
y el humano con curiosidad
por primera vez lo oyó,

totalmente atento,
alerta a su presencia,
mientras este se expandía
aumentando de frecuencia,

inundando su ser
de una extraña paz,
la paz más expansiva
que el humano sintió jamás.

De pronto sintió
que su cuerpo se encendía,
vibrando tenuemente
con una fresca energía,

llena de misterio
gracia y liviandad,
que recorría su cuerpo
cual si fuera electricidad.

-¿Qué es esto?, -preguntó


el humano de repente-
-No lo sé -le respondió-
tal vez hallaste la fuente.

67
NAGARI

La puerta de lo abismal

-Buscador, ¿a dónde vas?


-el maestro preguntó-
-En busca de la verdad
-éste respondió-

-¿Y para qué tanto equipaje?


-le volvió a preguntar-
-Largo es el camino
que tengo por andar.

-Entiendo, -dijo el maestro-


suerte en tu expedición,
busca con el alma,
también con el corazón,

te esperaré a tu regreso,
bajo este ciprés,
recuerda que dispones
de un solo paso a la vez.

Asintió con la cabeza


y rumbeó hacia el horizonte,
perdiéndose en la maleza
de aquel espeso monte.

68
NAGARI

Los años pasaron,


el buscador regresó,
bajo el inmenso ciprés
al maestro encontró.

Sin hacer ni un solo ruido


se sentó a su lado,
al resplandor de aquel fuego
ya casi apagado,

mientras la noche ensordecía


con su estruendosa calma,
que resonaba silenciosa
en el fondo de sus almas.

-¿Buscador qué has encontrado?


-preguntó el ya anciano-
¿hallaste la verdad,
o has viajado en vano?

El hombre hizo silencio


y luego comenzó a hablar:
-Maestro, le contaré
lo que pude encontrar.

Allí fuera hallé un mundo


inmenso, descomunal,
carente de principio
y también de final,

69
NAGARI

donde todo era ambiguo,


repleto de dualidad,
donde detrás de la luz
acechaba la oscuridad.

Mundo en el que el cambio


era la única constante,
lleno de verdades
relativas y variantes,

pero nada de lo conocido


pudo saciar mi sed,
por eso maestro
estoy a su merced.

-Veo que tu viaje


cumplió su cometido,
veo que te encuentras
cansado, rendido,

con tus ojos desgastados


por el mar de multiplicidades,
con tu mente repleta
de mil y una verdades.

Descansa en tu interior,
olvida la verdad,
deja que tus sentidos
reposen en la unidad,

70
NAGARI

retorna a la fuente,
a la madre del Universo,
descansa en su regazo
arrullado por lo inmenso.

Buscador has encontrado


de la búsqueda el final,
has llegado al Ahora,
la puerta de lo abismal.

71
NAGARI

Maestra de la noche

-Aún no lo entiendes,
sufres innecesariamente,
la vida es cambio,
un fluir permanente.

Por eso es que te aferras


a tus ciclos preferidos
sin saber que cada uno
cumple un cometido:

hay tiempos para reposar


en el vacío lienzo,
gestando en silencio
un nuevo comienzo.

Hay tiempos para emprender


con entusiasmo la acción,
avanzando paso a paso
y escalón a escalón.

Luego existen ciclos


desbordantes de abundancia,
donde el proceso culmina
con plenitud y extravagancia.

72
NAGARI

Pero también hay otros


en los que toca menguar,
recargar energías
para volver a empezar.

La vida es un proceso
de vaciados y llenados,
unas veces estarás hueco,
otras, colmado.

Aumenta tu comprensión
fluye con los procesos,
deshójate plenamente,
despójate de los pesos,

solo así florecerás,


de manera verdadera,
cuando evitas el invierno
evitas la primavera.

-Fluye con la vida


o no hallarás paz alguna,
le dijo una hermosa noche,
a un humano, la luna.

73
NAGARI

Un árbol en la pradera

Era un pequeño árbol


en una vasta pradera,
tan joven que conocía
solo verano y primavera.

Sus hojas eran frondosas


a pesar de su juventud,
sus coloridas flores
evidenciaban plenitud,

y de eso nuestro amigo


se sentía orgulloso,
vislumbrando un futuro
realmente maravilloso.

Por eso una mañana


quedó tan sorprendido
al notar que algunas hojas
se le habían caído.

Restó importancia
al aislado incidente,
hasta que este se repitiera
otra vez al día siguiente.

74
NAGARI

“¿Que me está ocurriendo?”


-el árbol se preguntó-
realmente no podía
entender qué pasó.

Buscando una respuesta


observó en la lejanía
que a un inmenso árbol
lo mismo le ocurría.

Sus hojas también caían


desnudándolo poco a poco,
el pequeño sintió miedo,
comenzó a volverse loco.

La vida que conocía


se volvía un infierno,
en su ingenuidad ignoraba
que se acercaba el invierno.

“Debo estar atento


y enfocar mis energías
para conservar las pocas hojas
que me quedan todavía”.

Es por eso que su invierno


fue un tortuoso drama,
pendiente de mantener
cada hoja en sus ramas,

75
NAGARI

luchando contra el viento


que las quería arrancar,
dedicando todas sus fuerzas
a poderlas conservar.

Así se resistía
a aquel aparente mal,
sin saber que se oponía
al mismo ritmo natural,

viviendo sin ganas


y de muy mal humor,
consumido por aquella
infructífera labor.

Mientras su enorme vecino


se encontraba ya pelado,
como si a marchitar
él se hubiera resignado.

Un buen día el frío


de pronto comenzó a cesar,
poco a poco la temperatura
empezó a aumentar.

La fauna a su alrededor
lentamente retornaba,
del letargo invernal
sin apuro despertaba.

76
NAGARI

Y el sol suavemente
templó la pradera,
el invierno se había ido,
llegaba la primavera.

Sin embargo, el pequeño


se encontraba tan cansado
que apenas del cambio
se había percatado,

aunque claro que la guerra


la pena había valido,
cinco marchitas hojas
él había mantenido.

Tremenda resultó ser


la sorpresa que se llevó
cuando toda la pradera
de pronto reverdeció,

y aquel enorme árbol


al que un día vio deshojarse
hoy, con miles de retoños
otra vez volvía a adornarse.

Esa misma primavera


fatigado se encontraba,
pocas hojas le nacieron,
ninguna flor lo acompañaba.

77
NAGARI

Sin embargo, el pequeño


se sentía agradecido
por la invaluable lección
que había aprendido.

Disfrutó la primavera
y la flora a su alrededor,
luego vivió el verano
y su intenso calor,

en otoño de sus hojas


se despidió feliz,
y en el invierno se adentró
hasta su misma raíz,

recargándose de energía
al retornar a su fuente,
donde la tierra lo acogió
cálida y amorosamente.

Allí durmió tres meses


en los brazos de su madre
quien calentó sus raíces
como una brasa que arde,

para luego despertarlo


señalando hacia fuera,
alentándolo a salir
a una nueva primavera,

78
NAGARI

en que miles de retoños


le dieron la bienvenida,
en la cual brillaría
con entusiasmo y alegría,

adornando la pradera
con su aroma y color,
agradeciéndole a la vida
cada hoja y cada flor.

___________________

Hay ciclos en la vida


en los que todo florece,
instancias donde las cosas
sin esfuerzo crecen.

Ciclos de abundancia
y energía verdadera,
ciclos de prosperidad,
ciclos de primavera.

Pero también existen


ciclos de recogimiento,
ciclos de introspección
y de mirar hacia adentro,

79
NAGARI

ciclos de acumular
energías nuevamente,
ciclos para retomar
contacto con la fuente.

Cuando ese momento llega


lo viejo ha de soltarse,
lo que ha cumplido un ciclo
comienza a marchitarse,

haciendo colapsar
nuestro conocido mundo,
mientras dentro se gesta
uno nuevo en lo profundo.

80
NAGARI

Dijo el maestro

-Persigues ahí fuera


la satisfacción en vano,
como quien busca la luz
con la antorcha en la mano.

Si buscas lo que ya tienes


vivirás en un espejismo,
a menos que te detengas
a buscarlo en ti mismo.

81
NAGARI

El adulto y el anciano

-Naces en un mundo
en el que no hay pequeñez,
donde todo es inmenso
al verlo por primera vez.

Cada cosa es nueva,


todo es aventura,
caminando por la vida
desbordado de hermosura.

Pero el tiempo pasa


y la repetición va matando
aquella mística fantasía
que te iba deslumbrando.

La costumbre desgasta
la experiencia sincera,
pues cada vez son menos
las cosas por vez primera.

Así, el mundo comienza


a resultarte conocido,
volviéndose predecible,
insípido y aburrido,

82
NAGARI

y en la cotidianidad
te percibes enjaulado,
sintiendo que el presente
está lleno de pasado.

Por eso, ya cansado


te lanzas con premura,
a recuperar la novedad,
el sentido de aventura,

y hastiado de lo pequeño,
del tedioso día a día,
comienzas en lo grande
a buscar la fantasía.

Grandes planes,
grandes amistades,
grandes logros,
grandes posibilidades,

grandes viajes,
grandiosos destinos,
grandes lujos
para tu gran camino.

Hasta que un buen día,


tarde o temprano,
lo grande también
se vuelve cotidiano,

83
NAGARI

tornando a su vez
lo pequeño invisible,
pues entre tanto estímulo
te has vuelto insensible.

Entonces ya nada colma


tus sentidos desbordados,
tus manos ya no sienten,
tus ojos están cegados,

tu lengua ya no puede
distinguir los sabores,
tu nariz ya no capta
los sutiles olores,

y tu mente dormida
al momento presente,
sigue buscando más,
soñando con lo siguiente;

pues otra vez tu mundo


se ha vuelto conocido,
en una jaula más grande
hoy te encuentras recluido.

Entonces otra vez


regresa la incomodidad,
el destino vuelve a ponerte
cara a cara con la cotidianidad,

84
NAGARI

para ver si esta vez


con ella te amigas,
y descubres la magia
que la pequeñez escondía.

Por eso, resignifica


lo simple y ordinario,
renueva tus ojos
a ese milagro diario,

que se brinda silencioso


como un mudo presente,
que la vida te regala
cuando te vuelves consciente,

y aprendes a percibir
lo nuevo en la cotidianeidad,
al ver en cada instante
su magia y singularidad;

sin que las manchas del pasado


distorsionen su inmediatez,
notando que este momento
está ocurriendo por primera vez.

-Gracias por el mensaje,


prometo no será en vano
-respondió mi yo adulto-
a mi sabio yo anciano.

85
NAGARI

La confianza de fluir

Fluía y fluía
sin saber su destino,
dejando que el cause
le mostrara el camino.

Contemplando su apariencia
mutar constantemente,
de a ratos estanco,
de a ratos corriente.

A veces recto,
a veces sinuoso,
por momentos cristalino,
por momentos barroso.

Pero a pesar de eso


no menguaba su confianza
y continuaba fluyendo
con valentía y templanza.

-Río, ¿a dónde vas?


-le preguntaban los humanos-
-Tan solo sé que voy,
saber a dónde, es en vano,

86
NAGARI

pues fluir es un regalo


al que honro fluyendo,
entregándome al instante,
sin saber dónde estoy yendo.

_______________________

Humano, escucha al río,


empápate en su voz,
él viaja hacia el mar,
igual que tú viajas a Dios.

87
NAGARI

El juez y el testigo

Esta es la historia
del juez y el testigo,
a pesar de las diferencias,
dos grandes amigos.

Uno era severo,


controlador y moral,
siempre atento a juzgar
lo que estaba bien o mal.

Pero era natural,


después de todo, él era juez,
su tarea era decidir
y condenar a la vez.

Por otro lado el testigo,


jamás se involucraba,
y mantenía distancia
para observar lo que pasaba.

Es por eso que nunca


reaccionaba al contenido,
su tarea era reflejar
cual espejo lo ocurrido.

88
NAGARI

Un día ellos se fueron


juntos de vacaciones
para descansar de la corte,
el estrés y las tensiones.

El testigo conducía
por la ruta atentamente,
mientras el juez a su lado
exclamó vehementemente:

-El día está muy gris,


estos truenos me asustan,
¡declaro que, sin dudas,
este día no me gusta!

Y pasó el resto del viaje


con el clima en conflicto,
pues ya había emitido,
su tajante veredicto.

Pero el testigo se mantuvo


indiferente a su sentencia
y continuó conduciendo
en estado de presencia.

Llegaron al lago,
armaron campamento
y el testigo se sentó
a contemplar un momento,

89
NAGARI

el sereno paisaje
en alerta silenciosa,
mientras el juez irrumpió
con su voz estrepitosa:

-Amo este lugar,


y que en él no haya gente,
¡declaro que es este
un entorno excelente!

Aunque horas más tarde


se llenó de campamentos,
y su enorme felicidad,
enseguida, mutó en tormento.

Así, día tras día,


se repitió la secuencia,
el juez era incapaz
de no emitir sentencia,

analizando cada hecho,


juzgando las situaciones,
encasillando lo ocurrido
en sus cuadrados cajones.

Por otro lado el testigo,


vivía relajadamente,
permitiendo que la vida
se moviera libremente.

90
NAGARI

Pero entonces una mañana


ocurrió lo inevitable,
cuando el juez juzgó al testigo
de manera poco amable:

-¿Sabes una cosa?


tras estos días contigo
he llegado a concluir
que eres bastante aburrido.

Declaro que tu problema


habrás de resolverlo,
o deberé sentenciarte
a que dejemos de vernos.

Con su calma habitual


miró al juez con compasión,
sin juzgarlo por emitir
aquella dura opinión,

y abriendo su corazón
le habló con ternura,
intentando atravesar
su psicológica armadura.

-Querido amigo mío


la vida no es un juicio,
no lo ves, pero juzgar,
se ha convertido en tu vicio.

91
NAGARI

Te lo digo con amor,


para que observes eso,
no son los delincuentes,
sino tú, quien está preso,

detrás de los barrotes


de su rígida moral,
incapaz de relajarse
entre tanto bien y mal.

Emitiendo veredictos
subjetivos y banales,
los cuales tú mismo
luego tomas por reales,

reaccionando ciegamente
con vehemencia y efusión,
sin saber que ellos se tratan
de tu propia creación.

Pero todo vuelve a ti,


observa el mecanismo,
con la vara que mides a otros
también te mides a ti mismo,

pues quizá aún no lo sepas


o no lo hayas notado,
pero por tu juez interior
a cada instante eres juzgado,

92
NAGARI

una y otra vez,


sin ninguna benevolencia,
aplicando a tus errores
las más horrendas sentencias,

condenándote a prisión
sin tenerte piedad,
enfadado en la imperfección
de tu inocente humanidad.

Vuélvete testigo
de la magia y el cariño,
vuelve a mirar la vida
con tus ojos de niño,

pues solamente él
te rescatará de tu prisión,
derritiendo los barrotes,
con el fuego del corazón.

Al oír estas palabras


enmudeció por primera vez,
por completo había olvidado
su personaje de juez.

Pues en esta ocasión


se convirtió en testigo,
entonces exclamó:
-Dame un abrazo amigo.

93
NAGARI

Gracias de corazón
por levantar mi sentencia,
gracias por recordarme
mi olvidada inocencia.

94
NAGARI

Dijo el árbol

-Tus sedientos sentidos


te han perdido en el mundo,
has abandonado
tu hogar más profundo.

Tu ruidosa mente
ha eclipsado el lienzo,
has olvidado
la inmensidad del silencio.

Por eso te hallas


perdido en el exterior,
intentando allí
hallar algo de valor.

Despierta del sueño,


el mundo es un espejo,
en el que simplemente
contemplas tu reflejo.

Encuentra tus raíces


y no tengas ninguna duda,
de que las flores que buscas
vendrán por añadidura.

95
NAGARI

El templo de rosas

Su novio la dejó,
su madre se había ido,
se sentía sola,
triste, con frío.

Estaba desconsolada
abandonada, malherida,
humillada y rechazada,
enojada con la vida.

Aunque este sentimiento


de soledad e insignificancia
la acompañaba desde pequeña
en su temprana infancia,

llevándola a mendigar
atención y amor
de todas las personas
que tenía a su alrededor.

Esa noche se acostó


rogándole a los santos,
que aquella enorme herida
ya no le doliera tanto

96
NAGARI

Caminaba por el parque


con sus ojos lagrimeando,
cuando de pronto pudo oír
a una mujer cantando,

sentada en un banco
alimentando a las palomas,
disfrutando intensamente
de su momento a solas.

La joven había quedado


congelada allí mismo,
sentía que la atraía
un extraño magnetismo,

hacia aquella mujer


que ni siquiera conocía,
quien al notar su presencia
la miró con simpatía.

-Disculpe señora
no deseo molestarla,
pero al verla tan dichosa
sentí ganas de acompañarla

y aunque hoy esté pasando


un momento complicado,
siento que su alegría
usted me ha contagiado.

97
NAGARI

-Cuando uno habita su templo


su vida es un compartir,
cuando uno lo ha abandonado
tan solo puede pedir,

caminando por la vida


cual si fuera un mendigo,
sin saber que su templo
lleva siempre consigo.

-Puede contarme más.


-preguntó la joven intrigada-.
-Si te sientas a mi lado,
no te quedes ahí parada.

Entonces le hizo un lugar


tras correr algunas cosas.
-¿Vive usted en la calle?
-Vivo en mi templo de rosas.

-¿En su templo de rosas?


-la joven preguntó-
y entonces sin apuro
la mujer contestó:

-Tú eres a la vez


el templo y su habitante,
si este último se extravía
por el mundo vaga errante,

98
NAGARI

mendigando un espacio
en cualquier pobre rincón
de algún templo ajeno,
el habitante es tu atención.

Tu templo es tu cuerpo
la morada sagrada,
que se siente solitaria
cuando es abandonada,

y se consume en soledad
agobiada por el desamor
anhelando que su habitante
vuelva a darle calor.

-Creo que empiezo a entender


lo que me intenta decir,
¿pero acaso no precisamos
ser amados para vivir?

-Ni todo el amor del mundo


podrá erradicar el frío
que siente un pobre templo
cuando su amo lo deja vacío.

Tampoco templos prestados


podrán alojar tu consciencia,
solo cuentas con la morada
que te ha dado la existencia.

99
NAGARI

Un día tuve una familia,


esposo, hijos y amor,
pero olvidé alimentar
mi propio templo de calor,

dejándolo olvidado,
solitario y abandonado
mientras su habitante vagaba
pidiendo amor por todos lados,

cansado y desnutrido,
sin nada que brindar,
pidiendo amor prestado
para poder continuar.

Pero nunca es tarde


para aprender la lección,
hoy habito mi templo
con profunda devoción,

y ya nunca jamás
volví a sentirme olvidada,
por mi hogar y mi presencia
hoy camino acompañada.

Por eso querida niña


-le dijo con compasión-
regresa a habitar tu templo
trae a casa tu atención,

100
NAGARI

así, ya no pedirás
que alguien te venga a amar,
te sentirás tan colmada
que tan solo podrás dar.

Se miraron con amor


compartiendo su presencia,
y sus templos se abrazaron,
al igual que sus consciencias.

101
NAGARI

Hombros de gigante

Siendo ya una adolescente


confuso era mi rumbo,
cada vez más gris
comenzaba a ver el mundo.

Mas, de pronto recordé


lo que me dijo el abuelo:
-no arrastres tus pies,
mejor, alza el vuelo.

-¿Y eso cómo se hace?


pregunté sorprendida,
-sobre hombros de gigante,
ve a una librería.

Verás que desde lo alto


podrás ver con claridad,
las librerías son el templo
que contiene a la humanidad.

No sé si fue coincidencia
o un mensaje del más allá,
pues, hacía algunos años
que el abuelo no estaba ya,

102
NAGARI

y recordando su consejo
a una librería fui,
entonces aquel día
a mi abuelo comprendí.

Filosofías para el alma,


fantasías para soñar,
en los libros estaba todo
lo que pudiera imaginar.

Leía atentamente
con un libro en la mano
cuando de pronto suavemente
oigo decir a un anciano:

-Si la vida te da oscuridad


no hagas de ella una cruz,
recuerda que esa es su forma,
de alentarte a encender tu luz.

¡Cuánta dulzura
en su frágil apariencia!
¡Cuánta familiaridad
emanaba su presencia!

-Verás, de aquí saldrás


aún más sabia que antes,
quien viaja junto a los libros
va sobre hombros de gigante.

103
NAGARI

Dos templadas lágrimas


brotaron del puro amor:
“Gracias vida querida,
has recobrado el color”.

104
NAGARI

El valor de ver

En la oscuridad de la noche
a tientas caminaba
por un rústico sendero
que apenas divisaba.

De pronto un anciano
cojeando se acercó,
y algo muy pesado
en las manos me entregó.

-Es una piedra preciosa


te la puedes llevar,
muy pronto la muerte
me vendrá a buscar.

Sin hacer más preguntas


di las gracias y me fui,
cargando la pesada piedra
hacia mi hogar partí.

Largo era el camino


que faltaba para llegar,
mucho aquella piedra
había de pesar,

105
NAGARI

pero dispuesto hubiera estado


a cargarla hasta el fin del mundo,
así que con ella en brazos
contento seguí mi rumbo.

El primer tramo del viaje


lo hice corriendo,
cerciorándome de que nadie
me estuviera siguiendo.

Entrada la segunda parte,


solo podía caminar,
mis brazos poco a poco
se empezaban a agotar.

A lo lejos divisé
un farol encendido,
que solitario iluminaba
aquel rotoso camino.

Pero justo cuando a él


estaba por llegar,
el miedo me invadió
la piedra no quise mirar,

pues temí que en un instante


se esfumara la ilusión,
aquella piedra preciosa
podía ser mi salvación.

106
NAGARI

Sin mirar hacia abajo


la débil luz atravesé
y tras honda inhalación
mi camino continué.

“¿Será que esta piedra


realmente es tan valiosa?”,
caminaba sin ser capaz
de pensar en otra cosa.

De pronto el cielo estrellado


de nubes se cubrió,
un poderoso trueno
y la tormenta explotó.

Pero caminando seguí,


empapado y solo,
resbalando a cada paso
que daba sobre el lodo,

pidiéndole al universo,
rogándole a los santos,
que aquella bendita piedra
realmente valiera tanto.

Dos horas de viaje


habían transcurrido,
una más faltaba
para llegar a destino,

107
NAGARI

cuando de pronto mis piernas


comenzaron a fallar,
pero eso no me detuvo,
me comencé a arrastrar.

Con un brazo me impulsaba


igual que con las piernas,
con el otro sujetaba
fuertemente la piedra.

Pero esta situación


no sería sostenible,
entonces comprendí
que seguir no era posible.

Pero justo cuando estaba


a punto de desfallecer,
no muy lejos de mí
otro farol pude ver,

solo que esta vez


ningún miedo sentí,
por eso con decisión
hacia él me dirigí,

dispuesto a descubrir
el final de la historia,
sea que este fuera
de fracaso o de gloria.

108
NAGARI

Con el resto de mis fuerzas


la piedra cargué,
tembloroso y tambaleante
hacia el farol caminé.

Con la brutal necesidad


de conocer la verdad,
rogando que la luz
extinguiera la ansiedad.

Cuando al farol logré llegar


sentí un gran escalofrío
que por mi cuello corrió
con la fuerza de un río.

Miré hacia el cielo,


profundo inhalé,
y en un acto de coraje
la vista entonces bajé,

para mirar aquel objeto


fuente de sacrificio,
que de mis manos cayó
igual que de un precipicio,

incrustándose en el lodo
tras la brutal caída,
mientras sentía invadirme
la tristeza y alegría.

109
NAGARI

Tristeza porque esa piedra


en verdad no valía nada,
alegría porque ese hecho
del martirio me liberaba.

Y entre lágrimas y risas


nació esta moraleja,
disponible para quien sienta
que el camino lo aqueja:

No siempre es valioso
el legado de un mayor,
cerciórate al cargarlo
que para ti, tenga valor.

Con amor cada padre


da la piedra que tiene,
ser adulto es decidir,
si uno la suelta o la sostiene.

No rechaces la oportunidad
de conocer la verdad,
con uno mismo, el valor supremo
se llama honestidad,

capaz de destruir
las más bellas promesas,
pero también de ahorrarnos
agonías y tristezas.

110
NAGARI

Por eso si acaso sientes


que tu camino es pesado,
no cometas mi error,
detente bajo el faro.

Aunque déjame adelantarte


mi más preciada verdad,
ninguna pesada piedra
podrá darte libertad.

111
NAGARI

La cara oscura

Una enorme montaña


en medio de la llanura
embellecía el paisaje
con su imponente figura.

Colosal y esplendorosa,
firmemente se erigía,
pero había una gran pena
que la gigante escondía:

pues a pesar de su tamaño


y de su majestuosidad,
tenía una cara rota
que vivía en la soledad.

Así es, una cara árida,


rocosa y desolada,
que por ningún animal
solía ser visitada.

Sin embargo, la otra,


estaba plena de vida
gracias a la vegetación
que completa la envolvía.

112
NAGARI

Por eso, la montaña


se sentía rechazada
al ver que una parte suya
por los demás era evitada.

Y así cada vez más


le costaba aceptarse,
hasta que un día fue ella misma
quien comenzó a rechazarse.

Comenzó a mirar
aquella cara con rencor,
comenzó a sentir
por ella misma desamor,

y criticarse duramente
se volvió su nuevo vicio,
al castigarse a sí misma
a través de su propio juicio.

Así pasó algún tiempo


luchando contra su mitad,
hasta que un día, sin aviso,
la golpeara la novedad,

de que su lado exuberante


comenzaba a perder vigor,
tras haberse infectado
de su propia falta de amor.

113
NAGARI

La montaña no entendía
que era lo que ocurría,
era su lado infértil
el que ella aborrecía,

con su mitad vigorosa


no tenía inconveniente,
por eso le sorprendió
que marchitara de repente;

observando con la pena


de quien lágrimas llora,
como la abandonaba
la fauna y la flora.

Aquella misma noche


lloró desconsolada,
al sentirse destruida,
desnuda y abandonada.

A solas con un ser


al que solo podía negar,
sola con su presencia
tan imposible de amar.

Y al ver que no podía


encontrar paz alguna,
tierna y compasivamente
de pronto le habló la luna:

114
NAGARI

-Amiga, sé que pasas


por un momento duro,
te entiendo perfectamente,
también tengo un lado oscuro.

Lado que por nadie


jamás fue contemplado,
lado que por el sol
nunca fue acariciado.

Y mucho lo negué
hasta entender que el dualismo
no es más que una trampa,
uno se ataca a sí mismo,

pues negando la parte oscura


también matas la luminosa,
amiga tú eres ambas,
y a la vez ninguna cosa.

Verás, tú eres más


que una u otra mitad,
querida, eres el ser,
abraza la totalidad.

La montaña la escuchaba
aun con lágrimas en los ojos,
digiriendo aquella mezcla
entre angustia y enojo.

115
NAGARI

-Ya lo comprenderás
-dijo la luna con compasión-
la vida es muy sabia,
todo cumple una función.

La oscuridad que te duele


no desea lastimarte,
ella se encuentra en ti
para que aprendas a amarte.

Y este sin duda alguna


es el más difícil reto,
pero solo amando a ambas partes
puede uno estar completo.

Luego no hace falta


que alguien venga a acompañarte,
te acompañas a ti mismo
cuando aprendes a valorarte,

y entonces es que ocurre


la paradoja del amor,
cuando dejas de precisarlo
te ama el mundo exterior,

pues nadie puede amar,


a aquel que se rechaza,
mas al que se ama a sí mismo,
a ese, el mundo lo abraza.

116
NAGARI

¿Ya lo ves mi querida?


no hace falta nada más,
el universo es perfecto,
él te da lo que te das.

Así que deja el conflicto


y comiénzate a querer,
abraza tu parte rota
y volverás a florecer.

117
NAGARI

¿Zona de confort?

Joven, rebelde,
soñadora empedernida,
hastiada de habitar
su tan conocida vida.

Sentía un llamado,
un impulso profundo
de salir a buscar
su lugar en el mundo.

Su primer paraíso
la dejó sin aliento,
vasta era su pradera
y templado su viento;

cálida su gente
y llena de bondad,
distinta de la gente
de su antigua ciudad.

Sentía fascinación
por aquella cultura,
por aquel mundo nuevo
tan lleno de aventura,

118
NAGARI

el cual no la dejaba
ni un minuto de asombrar,
parecía haber hallado
en el mundo su lugar.

Pero al cabo de unos meses


sin motivo aparente,
su enorme felicidad
tomó un rumbo diferente,

y una gran incomodidad


ocupó su lugar,
“Claro”, -pensó ella-
“Estoy extrañando el mar”.

Preparó su equipaje
se despidió de sus amigos,
agradeció a cada uno
los favores recibidos,

y emprendió su viaje
confiada y decidida,
determinada a encontrar
su tierra prometida.

Tras larga travesía


por fin logró arribar,
tal como lo deseaba:
pueblo rodeado de mar.

119
NAGARI

“!Esto me faltaba!”
gritó con emoción
caminando por la orilla,
al sentir tanta expansión.

Además allí la gente


era dulce y atenta.
“Al fin hallé mi hogar”
-pensó ella contenta-.

Pero ignoraba que su paraíso


pronto mutaría en infierno,
luego que de repente
llegara el crudo invierno,

y se sintiera invadida
por la intensa incomodidad
provocada por los días grises
el frío y la humedad.

Pero a pesar de su esfuerzo


no lo toleró más,
aprontó sus valijas
y aquel pueblo dejó atrás.

Así pasó durante años


viajando como quiso,
empecinada en encontrar
su anhelado paraíso,

120
NAGARI

pero a cada lugar


le veía un problema,
la gente, el clima,
siempre había un tema.

Hasta que un buen día,


finalmente lo halló,
después de tanto buscar
su paraíso encontró.

Pueblo con mar,


clima perfecto,
gente hospitalaria,
¡no tenía defectos!

Allí pasó seis meses


dando gracias a la vida,
pero no pudo explicarse
por qué motivo un día,

la intensa incomodidad
volvió a hacerse presente,
“no lo entiendo” –pensó-,
“no hay motivo aparente”.

“Quizá sea que extraño


a mis seres queridos,
o quizá a la cultura
en la que he nacido”.

121
NAGARI

Por semanas intentó


explicar su sensación,
hasta que en un instante
le llegó la comprensión:

“He corrido por el mundo


intentando escapar
de mi propia sombra,
de mi propio malestar.

Y si a cada lugar
le encontré un problema,
era por proyectar
mi incomodidad afuera.

Mi zona de confort
nunca fue estar en mi hogar,
mi zona de confort,
siempre ha sido deambular,

y el verdadero reto
al que debo enfrentarme,
en realidad no es partir,
sino más bien quedarme”.

Así pasó algunos meses


llorando deprimida,
permitiéndose sentir
lo que antes escondía,

122
NAGARI

afrontando su dolor
sin buscar responsables,
sin dejar que su pena
encontrara culpables,

mirando su sombra
directo a la cara,
permitiendo que la ansiedad
por momentos la desgarrara.

Pues ella bien sabía


que no había otra manera,
que seguir escapando
alargaría su condena.

Pero de pronto un día


su invierno pasó,
tras permitirle ser,
en primavera se convirtió.

Entonces sus maletas


ella aprontó feliz,
aunque esta vez
para regresar a su país,

y así volver a la vida


de la que un día escapó,
lista para abrazar,
lo que una vez rechazó.

123
NAGARI

El ángel y el prisionero

En una antigua prisión


un anciano vivía,
sus cuatro viejas paredes
eran todo lo que conocía.

Aunque no puedas creerlo


él allí había nacido,
la prisión era su hogar
y su mundo conocido.

Lúgubre y oscura
por carecer de aperturas,
la impenetrable celda
por demás era segura,

y el gorjeo de las aves


más algún gallo cantor
era su único contacto
con el mundo exterior.

Un día, un dulce ángel


que habitaba en las alturas,
al ver al pobre viejo
se llenó de ternura,

124
NAGARI

y decidió descender
para cambiarle la vida,
sintió en su corazón
que el pobre se lo merecía.

-Tranquilo, no te asustes,
he venido a ayudarte,
tengo algo muy valioso
que quisiera regalarte.

La divina providencia
un deseo puso en mis manos
para que yo se lo entregue
a un solo ser humano,

y lo cierto es que tu historia


mucho me ha conmovido,
por eso estoy aquí,
yo a ti, te he elegido.

Indaga en tu corazón,
te daré tres días,
luego regresaré
y cumpliré lo que me pidas.

Como por arte de magia


su figura se esfumó,
mientras cegado y atónito
el viejo hombre quedó,

125
NAGARI

dudando si aquello
en verdad había pasado,
o si su delirante mente
se lo había inventado.

Los siguientes tres días


fueron de meditación,
de indagación profunda,
de aguda reflexión,

no podía desaprovechar
la increíble oportunidad,
debía pedir algo
que valiera en verdad.

Por suerte el último día


logró tomar su decisión,
minutos antes de que el ángel
hiciera su aparición,

inundando aquella celda


con su mágica luz,
listo para despojarlo
de su tan pesada cruz.

Lo miró con dulzura


con gran compasión,
entonces le preguntó:
-¿Cuál ha sido tu elección?

126
NAGARI

Recuerda que una vez


esté hecho el conjuro,
no habrá marcha atrás,
puedes estar seguro.

El viejo hombre
se encontraba ansioso
sabía que le esperaba
algo maravilloso,

y con sus ojos brillando


como nunca antes,
pidió su gran deseo:
-¡quiero una cárcel gigante!

____________________

Tu mundo conocido
limita tu percepción,
y aunque carezca de barrotes
puede ser una prisión,

en la que vives sin saber


que te encuentras atrapado
repitiendo los patrones,
que jamás has cuestionado.

127
NAGARI

Una prisión invisible


camuflada de cotidianeidad,
de formas de ver la vida,
de automaticidad,

en la cual has nacido


y recibido como herencia,
la que has aprendido
a honrar con reverencia.

Por eso el primer paso


para verte liberado
es tan simple como notar
que te encuentras atrapado,

para entonces desistir


de adornar tu prisión,
para entonces comenzar
a desear la liberación.

Solo debes comprender


una cosa plenamente,
el mundo no te encarcela,
la cárcel, es tu mente.

128
NAGARI

El pez que buscaba el mar

-Tras largos años


en su monasterio
sigo sin poder
develar el misterio.

He hecho todo
lo que me ha mandado,
he sido paciente,
me he cultivado,

he meditado,
he hecho ayuno,
pero sigo sin ver
progreso alguno.

Así que por favor


aclaremos este tema
¿acaso es usted
o soy yo el problema?

-Es muy cierto,


te has esforzado,
más que cualquiera
has trabajado,

129
NAGARI

pero hay una cosa


que no has comprendido,
pues sigues esperando,
no te has rendido,

Tu foco continúa
puesto en el futuro,
por eso a tu alrededor
todo lo ves oscuro.

Sin embargo, en el ahora


están las respuestas,
en él mora la vida,
la suprema maestra.

-Ahora yo no veo
ninguna solución,
no quiero este instante,
¡quiero la iluminación!

-Oh mi querido amigo


mucho me haces acordar,
al pez que rechazaba el agua
por estar en busca del mar.

130
NAGARI

Mi amigo el puercoespín

Hoy quisiera contarte


una historia sin fin,
se trata de la vida
de mi amigo el puercoespín.

Puede que esté mal,


pero me resultó gracioso
verlo atrapado
en su círculo vicioso.

Mi amigo el puercoespín
vivía con gran pasión,
pero en ocasiones pecaba
de ser un tanto rezongón,

pues se irritaba al extremo


cuando algo salía mal,
padeciendo una reacción
un tanto inusual,

la cual solía hacer


muy incómoda su vida,
pues cuando esto ocurría
se pinchaba con sus espinas.

131
NAGARI

Así, como te lo cuento,


¡has leído bien!
con sus filosas espinas
hería su propia piel.

Sin embargo, este hecho


le era desconocido
y atribuía su dolor
a lo que hubiera ocurrido.

Imagínate el escenario,
cada vez que se enojaba,
padecía el dolor
que él mismo se ocasionaba,

alimentando así el enojo


que se volvía aún más doloroso,
¿entiendes por qué decía
que era un círculo vicioso?

Un día el puercoespín
se acercó a hablar conmigo,
¿recuerdas que él y yo
éramos amigos?

Entonces me dijo
con voz quejosa.
-¿Por qué tiene la vida
que ser tan dolorosa?

132
NAGARI

La situación no era sencilla,


sino más bien complicada,
¿cómo explicarle a un puercoespín
que era él mismo quien se pinchaba?

Debía tener tacto,


ser atento y delicado,
pues de hacerlo enojar
sería yo el pinchado.

Así que con la suavidad


de quien evita corregir,
a mi espinoso amigo
le comencé a decir:

-Entiendo lo que sientes


con respecto a la vida,
también solía pensar
que era un camino cuesta arriba,

pero un día aprendí


a hacer una distinción,
a separar las situaciones
de mi propia reacción.

-¿Y eso cómo se hace?


-preguntó con curiosidad-
-Dejando de mirar afuera
para observar la oscuridad.

133
NAGARI

-¿Podrías darme un ejemplo?


-dijo él vacilante-
-Claro -le respondí-
pero seré un tanto desafiante.

-Crearé una situación


para generarte estrés,
no te enredes en ella,
mírala como es.

Te lo advierto de antemano
para que estés preparado,
atento para observar
lo que hasta ahora no has notado.

Así que permanece alerta


para no explotar ante ésta,
por el contrario observarás
en tu pecho la respuesta.

-¡Adelante! -dijo él-,


con asombrosa motivación,
entonces procedí
a estimular su imaginación.

-Se acerca un puercoespín


enorme, esplendoroso,
el puercoespín más bello,
inteligente y majestuoso,

134
NAGARI

entonces comienza a hablarte


con soberbia en su mirada,
intentando rebajarte
como si no fueras nada.

-Eres el puercoespín
más feo que he conocido,
no entiendo cómo puedes
convivir contigo.

Además eres torpe


bruto y vulgar,
ninguna puercoespina
junto a ti querría estar.

Nuestro amigo comenzó


a sentir irritación,
manifestada en su pecho
como una intensa contracción.

Observaba su rechazo
a lo que estaba escuchando,
mirando en su interior
lo que iba pasando.

-Como si eso fuera poco,


-continuaba la historia-
siempre has fracasado,
no conoces la gloria,

135
NAGARI

deberías aprender
un poco más de mí,
para intentar crecer
y dejar de ser así.

Ante tanta arrogancia


el enojo lo desbordó,
y antes de darse cuenta
¡con sus espinas se pinchó!

Pero en esta oportunidad


el pinchazo fue diferente,
pues por primera vez en su vida
lo sentía conscientemente,

y observó con claridad


aquel oculto mecanismo,
comprendiendo que el dolor
se lo causaba él mismo.

__________________________

Hazte responsable
de tu propio dolor,
antes de buscar
culpables en el exterior.

136
NAGARI

Quizá las situaciones,


nunca fueron las enemigas,
quizá solo te pinchabas
con tus propias espinas.

137
NAGARI

La cueva del tesoro

Seguro, convencido,
que nada lo detendría,
buscando su tesoro
emprendió la travesía,

a través de la selva
sin brújula ni equipaje,
a solas con su confianza,
a cada metro del viaje.

Primero halló una cueva


pequeña y desolada,
con algunas plantas dentro
perfectamente iluminada,

sin pensarlo dos veces


entró a inspeccionar,
y en un rincón de la misma
comenzó cavar,

y entonces encontró
su primer tesoro,
dos piedras hermosas,
y una pequeña de oro.

138
NAGARI

“!Mucho más es lo que busco!”


se dijo a sí mismo,
y continuó la travesía
con total optimismo.

Cuatro días caminó


buscando hasta el hartazgo,
cuatro días exploró
sin hacer ningún hallazgo,

sintiendo como ya
temblaban sus piernas,
cuando de pronto divisó
esta enorme caverna.

Su tenebrosa penumbra
lo hacía dudar,
no sabía qué hacer,
si marcharse o entrar.

Toda la mañana
la pasó en la entrada,
sintiendo como el miedo
su ser paralizaba,

pero entonces pensó


“para eso he venido”
y se introdujo en la caverna
con su farol encendido.

139
NAGARI

Comenzó a cavar
debajo de la maleza,
cuando de pronto se llevó
una enorme sorpresa:

un antiguo cofre
con piedras preciosas,
monedas de oro
y algunas otras joyas.

Celebró un momento
y continuó la travesía,
“el tesoro que busco
es más grande todavía”.

Caminaba por la selva


en busca de su tesoro
con pocas energías
cansado y solo,

cuando de pronto
divisó un túnel aterrador,
totalmente oscuro
con animales a su alrededor,

cuyos ojos destellaban


con la luz de su farol,
en aquella fría guarida
donde no alcanzaba el sol.

140
NAGARI

Esto hizo dudar


a nuestro amigo explorador,
quien se sintió atemorizado
a pesar de su valor,

quedando petrificado,
congelado por el miedo,
que convertía su sangre
en frías gotas de hielo.

Pero por otro lado


algo podía intuir,
en lo más hondo de su ser
él había de sentir

que en esa horrible fosa


donde nadie entraría solo,
se escondía algo importante,
quizá su ansiado tesoro.

Se encontraba en un dilema,
en una contradicción:
por un lado sus miedos,
por otro, su corazón,

quien jamás le perdonaría


marcharse con la duda,
quien el resto de su vida
sufriría esa amargura.

141
NAGARI

Una semana pasó


frente al túnel acampado,
debatiéndose entre el miedo
y su sueño anhelado.

Pero al volver a mirar


aquel espacio cruel,
tan solo sentía ganas
de alejarse de él.

Y así mismo lo hizo


aquella triste mañana,
en la que se marchó
de muy mala gana,

abortando su misión,
aunque bien él sabía
que jamás podría
perdonarse la cobardía.

Emprendió la retirada
con los ojos llorosos,
sin dejar de pensar
en el tesoro precioso,

que debía esconder


aquel feo lugar,
tesoro que alguien más
habría de encontrar.

142
NAGARI

Cada paso que daba


aumentaba su frustración,
cuanto más se alejaba
mayor era la opresión,

que sentía en su pecho


tras abandonar su sueño,
sintiendo como la pena
lo consumía sin remedio.

Entonces, de repente,
su marcha detuvo,
se quedó en silencio,
la respiración contuvo,

y de sus mismísimas entrañas


dejó salir un alarido,
que recorrió toda la selva
con la fuerza de un estallido.

Sin pensarlo regresó


al túnel de la muerte,
dispuesto a lo que fuera
con tal de saber su suerte.

Ató bien sus botas,


empuño su cuchillo,
encendió su farol
de intenso amarillo,

143
NAGARI

rezó a todos sus dioses,


se golpeó fuerte el pecho
y sin más, se adentró
en aquel infierno estrecho,

sintiendo de antemano
orgullo por su valentía,
notando como el miedo
mutaba en adrenalina.

Desde la entrada pudo ver


los mil ojos encendidos,
acechándolo en silencio
cual focos encendidos,

mientras gritos estridentes


hacían eco en el lugar,
amedrentando a cualquiera
que pensara en entrar.

Pero estaba decidido,


no había marcha atrás,
a menos que se animara
jamás viviría en paz,

así continuó avanzando


con sus manos sudorosas,
entregado a su destino
fuera de espinas o de rosas.

144
NAGARI

De pronto descubrió
que los gritos de horror,
provenían de pequeños
insectos a su alrededor,

cuyos agudos sonidos


sonaban amplificados
por la acústica del túnel
y su eco endiablado.

Respiró aliviado
de esta cuestión,
continuó adelante
con determinación,

y se acercó a los ojos


preparado para pelear,
aunque una gran sorpresa
se habría de llevar:

y es que estos no eran ojos,


sino piedras destellantes,
que reflejaban la luz
de su farol brillante.

Avanzó unos metros más


acercándose a un recodo,
dio vuelta la curva
alerta, dispuesto a todo,

145
NAGARI

y cayó de rodillas,
quebrado en llanto
al ver el gran tesoro
que había soñado tanto.

Objetos de oro,
piedras preciosas,
las más coloridas
y diversas joyas,

adornaban el lugar
con todo su esplendor,
esperando por su dueño
al final del corredor.

___________________________

Cuando la cueva sea oscura


y el miedo paralizante,
cuando te invadan las dudas
de continuar hacia adelante,

cuando tu mente te advierta


de retos imaginarios,
cuando se adelante a crear
los mil y un escenarios,

146
NAGARI

escucha tu corazón,
y si acaso él sospecha,
que detrás de la cueva
más inhóspita y estrecha,

se esconde el tesoro
que siempre has anhelado,
sigue su intuición
con los ojos cerrados.

Pues él sabe con certeza,


con total claridad,
que detrás del miedo más grande
se halla el tesoro de la libertad.

147
NAGARI

La abuela sabia

-Deja de escapar,
abrázate con amor,
curas lo que duele
aceptando el dolor.

Dándole atención
a esa abierta herida,
que a gritos reclama
tu mirada y energía.

No, no es el tiempo,
lo que cura es la consciencia,
que desvanece la oscuridad
iluminando tu presencia.

148
NAGARI

De adentro hacia afuera

Era un gusano
débil y acomplejado,
se sentía inferior,
triste, desvalorado.

Observaba resignado
a los gusanos a su alrededor
cuyas vidas interesantes
derrochaban esplendor.

“Ya es suficiente”
-se dijo un buen día-
en el que manos a la obra
por fin echaría,

para cambiar al gusano


que siempre había sido,
por uno mejor,
por uno más pulido.

Lo primero que hizo


fue trabajar su figura,
fortaleciendo sus músculos
cual si fueran armadura.

149
NAGARI

Luego se enfocó
en adquirir conocimientos
para ser más interesante
y reforzar sus argumentos.

Pulió su personalidad,
su carisma, su humor,
ya comenzaba a sentirse
un gusano mejor.

Y por último cubrió


su inquietud con templanza,
cambiando su inseguridad
por aires de confianza.

Poco a poco los gusanos


sintieron curiosidad,
deseando conocer
más de su personalidad.

Fue así que comenzó


a sentirse atendido,
a sentirse valorado,
a sentirse querido.

Por eso no comprendió


por qué extraña razón
un día lo invadió
otra vez la depresión,

150
NAGARI

y el sentimiento de desamor
volvió a hacerse presente
al igual que la sensación
de no ser suficiente.

-No maquilles al gusano,


has venido a ser otra cosa,
-le dijo al verlo llorar,
una enorme mariposa-.

-¿Maquillar al gusano?,
¿de qué estás hablando?
-Maquillarte era lo que hacías
al creer que estabas cambiando.

Solo tapabas tus miedos


de manera temporal,
pues cambiando la superficie
no alcanzaste lo esencial.

-Tú eres una mariposa,


creo que hablas en vano,
me gustaría ver qué harías
si también fueras gusano.

La mariposa sonrió,
mas no explicó su procedencia,
quería que él descubriera
las cosas por experiencia.

151
NAGARI

-Cuando te cambias a ti mismo


solo adornas tu prisión,
la verdadera libertad
se llama transformación.

Pero puedes estar seguro


que no la hallarás afuera,
deberás viajar hacia adentro,
hacia el núcleo de tu esfera.

-Pero adentro solo hay miedos,


angustia e inseguridad,
tú quieres que me deprima
¿no es eso verdad?

-Ya estás deprimido,


no hay nada que perder,
ilumina tu oscuridad,
solo así podrás ver.

Recuerda que ningún cambio


será capaz de saciarte,
solo abrazando tus sombras
es que podrás transformarte.

-¿Y eso cómo se hace?


-preguntó el pequeño asustado-
-Abriéndote a sentir
lo que hasta ahora has rechazado.

152
NAGARI

Solo debes permanecer


algún tiempo en tu capullo
y asumir ese dolor
que siempre ha sido tuyo.

Dijo esto y desplegó


sus alas con hermosura,
aleteando hacia el cielo
hasta perderse en las alturas.

El gusano quedó en silencio


asimilando el mensaje,
dudando si adentrarse,
o no, en aquel viaje.

Pero como ella había dicho


no había nada que perder,
por eso en su capullo
se introdujo al anochecer.

Al principio lo invadió
una gran incomodidad,
a solas consigo mismo
en esa gran oscuridad,

más huérfano que nunca,


triste y abandonado,
con esa falta de amor
que siempre había cargado.

153
NAGARI

Esa, que a cada paso


había intentado ocultar,
esa, que hoy veía
y hasta podía escuchar:

-¿Por qué nunca me miras?


me siento abandonado,
vas buscando allí afuera
amor por todos lados,

de esta forma me ignoras


y me causas dolor,
¿acaso no lo sabes?:
solo yo puedo darte amor.

El gusano se estremeció,
no lo podía creer,
aquella voz provenía
del núcleo de su ser.

De ese mismo lugar


que con fuerza dolía,
de ese mismo espacio
del que la angustia nacía.

-¿Cómo quieres que te abrace


si es dolor lo que me das?,
si lo hiciera seguramente
me dolerías aún más.

154
NAGARI

Entonces la voz respondió


con serena armonía,
-¿Cómo sabes que doleré
si no me abrazas todavía?

¿Piensas que tú y yo
nos encontramos separados?
rechazándome te rechazas,
amándome eres amado.

El gusano estaba confuso,


aunque se sentía mejor,
parecía que estaba hablando
con su mismísimo dolor.

Aunque éste dolía menos


cuando él lo escuchaba,
poco a poco disminuía,
poco a poco se apagaba.

-Cada vez dueles menos,


ya me caes mejor,
-le dijo lagrimeando
el gusano a su dolor-.

-¿Seguro que soy dolor?


-preguntó la voz suavemente-
y el gusano se quedó
perplejo nuevamente.

155
NAGARI

Entonces se abrazaron
de forma muy hermosa,
tras su dolor el gusano
encontró la mariposa.

156
NAGARI

El mensaje y el mensajero

-Llévame muy lejos


-dijo el mensaje al mensajero-
solo tú puedes ayudarme
a alcanzar el mundo entero.

Y éste conmovido
ante aquella petición,
al mensaje abrió las puertas
para llevarlo en su corazón.

Aunque nunca imaginó


cuánto templaría su alma,
cuánto llenaría su vida
cuánto la inundaría de calma.

Así comenzó su andanza


juntos eternamente,
el mensaje susurraba
al mensajero suavemente,

mientras éste daba voz


al impulso transmitido,
transformando en palabras
al mensaje y sus latidos.

157
NAGARI

Cuando esto ocurría


el mensajero se encendía,
sus pupilas destellaban,
rebosaba de energía,

sus palabras inundaban


la atmósfera de amor,
hechizando a todo aquel
que tuviera alrededor.

Es por eso que la gente


de él se fue enamorando,
de sus gestos, de su mirada,
de la forma en que iba hablando,

mas cegados por la magia


de este bello personaje,
poco a poco las personas
olvidaron el mensaje.

El mensajero por su lado,


les decía con amor,
que la magia provenía
del mensaje en su interior,

que verdad era este


el tesoro verdadero,
que él era un portavoz,
solamente un mensajero.

158
NAGARI

Pero era en vano,


nadie le creía,
pensaban que por ser
tan humilde lo decía,

lo cual alimentaba
hacia él su admiración,
transformándolo así
en objeto de su devoción.

Mientras tanto el mensaje,


contemplaba desalentado,
de qué forma los seres
permanecían cerrados,

y de esta manera
se consumía impotente
al ver los corazones
encandilados por las mentes.

__________________________

Cuando veas un mensajero


vibrando al hablar,
cuando sientas que puedes
su magia respirar,

159
NAGARI

no te encandiles
con su bello bagaje,
recuerda lo esencial
y hazle espacio al mensaje.

Permítele ahondar
y transformar tu interior,
permítele usarte
cual recipiente de amor,

pues él anhela habitarte


para llenarte de paz,
él desea encenderte
y así fluir a los demás.

160
NAGARI

El festín

La maestra ordenó ayuno,


era todo un misterio,
nadie probó ese día
ni un bocado en el monasterio,

y esa misma noche


antes de irse a dormir,
a sus discípulos reunió
para brindarles un festín.

Al enterarse de esto
estallaron de adrenalina
y con sus estómagos vacíos
se reunieron en la cocina.

Pero ocurrió algo extraño,


esta estaba desierta,
allí solo encontraron
sentada a su maestra.

-Señores, hoy probarán


el manjar de sus vidas,
la más deliciosa
y exótica comida,

161
NAGARI

finamente elaborada
por un maestro culinario,
quien aplicará su arte
ancestral y milenario.

Se servirán platos fríos,


y también humeantes,
bocados cremosos
y otros crocantes,

también dulces postres


adornados con esmero
luego de lo salado,
que irá primero.

Así continuó horas


explicando con precaución
cada plato del menú,
su sabor y preparación,

mientras los vientres ruidosos


resonaban al compás,
incapaces de aguantar
ni un solo segundo más.

Todo indicaba
que se acercaba el momento
de llenar de delicias
sus estómagos hambrientos.

162
NAGARI

-Buen provecho -dijo ella-


poniendo a su sueño fin,
espero hayan disfrutado
el delicioso festín.

Todos sus discípulos


quedaron desconcertados,
ni un solo bocado
habían ellos probado.

-¿Qué ocurre? –preguntó ella-


con sarcasmo evidente,
¿No es esto lo que ustedes
hacen permanentemente?

¿Hablar de espiritualidad
alimentándose de conceptos,
que al final del día
los dejan aún más hambrientos?

¿Hablar del espíritu,


del ser, de la consciencia,
venerando las palabras
tan vacías de experiencia,

tan carentes de vida


y de todo realismo,
palabras con las cuales
se mienten a ustedes mismos?

163
NAGARI

Permanezcan vulnerables,
abracen su ignorancia,
sin vestir su desnudez
de adornada extravagancia.

No la cubran de palabras,
no intenten esconderla,
por el contrario ábranse a ella
para entonces conocerla.

Pues ella es el vacío


de su ser hambriento,
la cual podrá guiarlos
hacia el verdadero alimento.

164
NAGARI

El templo y la choza

Choza- ¡Cuánta paz hay en ti,


qué majestuoso eres!
admiro tus ventanales,
tus pisos, tus paredes.

Mucha gente te visita,


toda muy espiritual,
sin embargo, solo albergo
un trabajador rural.

De poder pedir un deseo


sobre cualquier otra cosa,
pediría ser como tú,
en lugar de ser una choza.

Templo- Oh, mi querida amiga


amante de lo material,
mirando lo que puede verse
es que olvidas lo esencial,

donde todos somos uno,


templos, cuevas y chozas,
sin importar que las estructuras
sean simples o lujosas,

165
NAGARI

sin importar que alberguemos


reyes o trabajadores,
sin importar que nos visiten
mendigos o emperadores.

Más allá de lo visible


se halla nuestro valor,
que no está en los objetos
sino en el espacio interior.

Choza- ¿Espacio interior?


no entiendo a qué te refieres,
yo soy mi techo,
mi piso, mis paredes.

Tempo- Nuestros techos y paredes


tienen un solo cometido:
albergar dentro nuestro
ese espacio vacío,

el cual hace posible


que seamos de utilidad,
espacio del cual deriva
nuestra real identidad,

por ser mucho más vasto


que toda nuestra estructura,
el cual, cuando ésta cambia
inmaculado perdura.

166
NAGARI

En lugar de anhelar
transitorios ornamentos,
mejor contempla el espacio
que contienes en tu centro.

Verás que al sentir


su silenciosa plenitud,
sentirás desbordarte
una inmensa gratitud,

y olvidarás por completo


querer ser otra cosa,
te sentirás contenta
de haber nacido choza.

Entonces cierta alquimia


ocurrirá en tu interior,
te habrás convertido en templo,
habrás descubierto el amor.

Eres mucho más grande


por dentro que por fuera,
no dejes te limiten
tu apariencia o tus ideas,

167
NAGARI

ninguno de los sentidos


será capaz de entrever
la pureza escondida
en el espacio de tu ser.

168
NAGARI

Nagari

-¿Sabes quién eres?


-Perfectamente, -respondió-
entonces toda su historia
en un segundo vomitó.

Mencionó sus nombres,


su profesión, su edad,
habló de su ideología,
creencias, nacionalidad.

Mencionó los mojones


importantes en su historia,
reconstruyó rápidamente
su identidad con la memoria.

Luego, al terminar,
jadeaba agitado,
mientras que ella le respondió:
-Aún no me has contestado.

-¿Cómo?, no entiendo,
te he dicho todo sobre mí,
te expliqué prácticamente
como he llegado hasta aquí.

169
NAGARI

-Eres tú quien no entendió


lo que te he preguntado,
quien eres, es una pregunta
que no apunta al pasado.

Por eso no podrás


responderla desde tu historia,
para hacerlo deberás
hacer a un lado la memoria,

solo así en mi pregunta


serás capaz de enfocarte,
quien eres, es presente,
búscate en el instante.

-¡Es que no lo sé!


ahora soy un hombre,
-Lo siento, eso es historia,
del pasado proviene ese nombre.

-Bueno, soy humano,


una persona, soy consciencia,
-viejos carteles
fuera de esta experiencia.

-¡Ya lo tengo!, soy vida,


soy amor, soy un ser.
-Aunque suene más profundo,
aun sigues sin ver.

170
NAGARI

Mírate sin nombres,


mírate sin mente,
observa tu existencia
en el momento presente,

y dime si acaso
etiquetarte puedes,
mírate aquí y ahora
y entonces dime quien eres.

El hombre quedó en silencio


sin palabras que decir,
entonces comenzó a indagar,
entonces comenzó a sentir.

Su expresión había cambiado,


parecía muy atento,
como si estuviera descubriendo
algo nuevo aquel momento.

-¡No sé quién soy!


de repente exclamó,
mientras que una sonrisa
en su rostro se dibujó.

-Oh.. sí que lo sabes


dijo ella rápidamente,
la sabiduría aparece
cuando apartas la mente.

171
NAGARI

Es por ese motivo


que sientes que ignoras,
sin embargo nunca has sido
tan sabio como ahora,

pues acabas de salir


del campo de la teoría,
ahora te has sumergido
en las aguas de la vida.

El hombre se encontraba
en un trance inmerso,
asombrado al adentrarse
en su propio universo.

-No sé quién soy,


-susurró sorprendido-
sin embargo nunca antes
me he sentido tan vivo.

-Has cruzado la barrera,


has atravesado el umbral,
has encontrado tu néctar,
tu ser puro y esencial,

el cual está más allá,


de todo nombre o apariencia,
el cual no es un recuerdo
sino una viva experiencia.

172
NAGARI

El hombre sonreía,
al fin podía comprender
el misterioso lenguaje
de aquella mística mujer,

y con cada palabra


se sentía ir más hondo,
parecía haber descubierto
un manantial sin fondo,

donde mil tesoros


yacían guardados,
y de a poco, uno a uno
iban siendo encontrados.

-Siento que en este instante


no hace falta nada más.
-Eso es porque tu ser
es la fuente de la paz.

-Siento que al mirarte


puedo ver tu interior,
-Eso es porque tu ser
es la fuente del amor.

-Me siento expandido,


con todo en unidad.
-Eso es porque tu ser
es la fuente de la libertad.

173
NAGARI

Cuando de tu ser esencial


te vuelves consciente,
conectas con la vida
y sus infinitos presentes,

porque tú y la vida
no están separados,
¡tú eres vida!,
¿te has percatado?

Solo debes despertar,


salir de tu mente,
para abrir los ojos
al instante presente.

y entonces recordar
quien eres en realidad:
un hijo de la vida
que te ama de verdad.

174
NAGARI

En busca de la luz

Hay buscadores
que cansados de su cruz,
hastiados de oscuridad
van en pos de la luz,

en busca de claridad,
en busca de un camino,
en busca de un profundo
y verdadero sentido.

Esta es la historia
de una lámpara buscadora,
que buscó la claridad
cada minuto y cada hora.

-Desde muy pequeña


me hablaban de la iluminación,
del propósito de la vida
de cumplir una misión.

Y de grande me esmeré
en lograr iluminarme,
aunque debo confesarte
que mucho llegué a cansarme.

175
NAGARI

Pues aún seguía a oscuras


y sin aviso ni razón,
un día me invadió
una fuerte depresión,

rodeando de oscuridad
cada rincón de mi ser,
mas cansada de luchar,
me entregué a caer.

A partir de ese día


viví sin motivos,
ni la luz, ni el mundo
tenían ya sentido,

y habiendo olvidado
por completo la iluminación,
ya no habían búsquedas
que agitaran mi corazón,

cuando sentada en una banca


de pronto la vi a ella,
y mi ser se estremeció
alcanzando las estrellas.

Pues aquella simple lámpara


que serena contemplaba,
no era como las otras,
estaba iluminada.

176
NAGARI

Así es, iluminaba,


irradiaba calor,
con su luz alumbraba
todo alrededor.

y mis desconfiados ojos


creerlo no podían,
pues segura estaba ya
de que la luz no existía.

Pero conforme me acercaba


aumentaba el calor,
contemplar su presencia
me transmitía amor.

-¿Puedo acompañarla?
pregunté tímidamente,
-Claro -respondió-
serena y amablemente.

-He viajado por el mundo


buscando la iluminación,
he visitado maestros,
pase mil horas al sol,

y aunque pude disfrutar


de sentir la luz ajena,
al volver a mi oscuridad,
también volvía la pena.

177
NAGARI

-Te enfocas en la luz


con demasiada insistencia
y olvidas que en la oscuridad
se gesta su presencia.

Abandona lo claro,
zambúllete en lo oscuro,
es allí donde se esconde
el tesoro más puro.

Hablo de la unidad,
silenciosa, omnipresente,
hablo de la madre,
la infinita fuente.

Solo de su pecho,
beberás satisfacción,
solo en su silencio,
sentirás la expansión.

Entonces la luz
será el resultado,
pues brillarás sin pedirlo
cuando te hayas conectado.

178
NAGARI

Momento a Momento

-Abuela, estoy perdido,


ya no sé qué hacer,
ignoro si avanzar,
quedarme o retroceder.

¿Podrías ayudarme
con esta situación?
me siento paralizado
por mi propia indecisión.

-Perdón, pero no podré


ayudarte en tu dilema,
sobre todo si eres tú
quien está creando el problema.

No existe decisión capaz


de equilibrar la balanza,
cuando el miedo lo empuja a uno
hacia la falta de confianza.

Ve y pregúntale al árbol
acerca de sus decisiones
y te dirá que él se deja
guiar por las estaciones,

179
NAGARI

ve y pregunta a las nubes


sobre su próximo movimiento
y sin dudas te dirán
que quien las guía, es el viento;

pregúntale a tu corazón
cómo planea latir
y te dirá que él late
según lo que has de sentir.

Nada hace planes


en toda la naturaleza,
todo en ella se adapta
al instante con simpleza,

dejándose guiar
por cada acontecimiento,
viviendo paso a paso
y momento a momento.

-Pero tú no entiendes,
muy mal la estoy pasando.
-No lo suficiente
por eso estás esperando.

Si puedes sostener la brasa


es porque ésta ya no arde,
cuando la brasa quema
no esperas a más tarde.

180
NAGARI

Confía en el momento,
vívelo con atención,
cada pequeño acontecimiento
te está indicando la dirección,

la cual pasarás por alto


vacilando inseguro,
ignorando todas las pistas
al pendiente del futuro.

Confía querido nieto,


la vida quiere ayudarte,
pero en el momento presente
es que ella habrá de guiarte.

181
NAGARI

El ciclo de la vida

Jamás conocí
a otro niño igual,
era introvertido
aunque valiente y leal.

Era observador
atento y sensible,
capaz de percibir
hasta lo imperceptible.

Alguien como él
a nada era indiferente,
sentía las energías,
los corazones de la gente,

apreciaba la misteriosa
magia de la naturaleza,
era un espectador,
un amante de su belleza.

Un día descansaba
bajo un limonero
cuando de pronto ocurrió
un milagro verdadero:

182
NAGARI

-¿Seguro eres un niño?


- oyó un susurro lejano-
contemplas de tal manera
que pareces un anciano.

El niño comenzó
a buscar sorprendido
cuál era la fuente
de aquel sonido,

cuando algo desde arriba


captó su atención,
-Hey por aquí
- le dijo el limón-.

El pequeño no pudo
ocultar su incredulidad,
que un limón hablara
no era una posibilidad.

-No te sorprendas
las frutas también hablamos,
solo que con humanos
rara vez nos comunicamos,

pues no todos tienen


la sensibilidad suficiente
para captar nuestra vibración
sutil y transparente.

183
NAGARI

El niño se encontraba
totalmente paralizado,
intentando asimilar
lo que había pasado,

y al no poder hacerlo
de inmediato se paró
y con un rápido gesto
del limón se despidió.

El día entero se pasó


dudando de su cordura,
creyendo que padecía
algún tipo de locura,

aunque luego comprendería


que no estaba loco,
cuando a orillas del mar
charlara con el coco.

-¡Amigo, aquí arriba!


te noto preocupado,
si quieres puedes contarme
lo que te haya pasado.

El pequeño una vez más


se sintió sorprendido
aunque la empatía del coco
lo había conmovido.

184
NAGARI

-Eres la segunda fruta


que me habla en el día,
¿es esto verdad,
o tan solo fantasía?

-Tranquilo amigo mío


posees un gran don,
esto sí es verdad
no es una ilusión,

así que relájate


y disfrutemos de conversar,
nunca antes con un humano
he podido charlar.

Y de hecho, así lo hizo,


se relajó totalmente
y disfrutó con el coco
de aquel momento sorprendente,

abiertos al misterio
sin problema alguno,
intentando averiguar
del mundo de cada uno.

Esa tarde a su hogar


volvió contento,
feliz de haber compartido
con el coco aquel momento,

185
NAGARI

agradecido por no estar


tan loco de remate,
cuando al pasar por la huerta
lo llamó el tomate:

-¡Oye amigo!
vamos a hablar,
se ha corrido el rumor
de que nos puedes escuchar.

Siempre supe al verte


que eras diferente,
que no eras igual
al resto de la gente.

Imagino que no es fácil


dada tu sensibilidad,
poder relacionarte
con los niños de tu edad.

Y una lágrima rodó


por el rostro del niño,
quien se sintió conmovido
por esa muestra de cariño.

-No te preocupes
-agregó con sentimiento-
esto es simplemente
parte de tu crecimiento.

186
NAGARI

Nosotros nacemos verdes


y maduramos con el calor,
aunque a veces este nos queme
ocasionándonos dolor.

Vaya que fue un encuentro


amoroso y sentido,
el niño y el tomate
se habían vuelto amigos.

Tras un día agotador


finalmente llegó a su hogar,
su madre lo esperaba
con todo para cenar,

y al sentarse en la mesa
quedó petrificado
al ver en su plato
un tomate rebanado.

Su estómago se cerró
casi automáticamente,
las náuseas lo invadieron
inmediatamente.

-Disculpa mamá
pero prefiero no cenar,
me siento muy cansado,
mejor me voy a acostar.

187
NAGARI

La jornada siguiente
fue muy ajetreada,
todas las frutas
estaban desesperadas,

por poder hablar


con nuestro joven amigo,
pues claro, el chisme
se había corrido.

Y habló con los mangos,


también con las bananas,
habló con los duraznos,
las peras, las manzanas,

habló con los kiwis


y hasta con un melón,
todas las frutas querían
un poco de su atención.

El niño se sentía
agradecido, contento,
por poder conocer
de las frutas los sentimientos.

Por eso una decisión


tomó aquel día,
a alimentarse de frutas
nunca más volvería.

188
NAGARI

Lo sabía con certeza,


no tenía dudas,
desde ese mismo día
comería verduras.

Pero no tuvo en cuenta


una posibilidad,
hablando con las frutas
aumentaba su sensibilidad.

Hasta que un buen día


por la huerta pasó
y un tenue susurro
de pronto escuchó.

Se acercó sigiloso,
lleno de dudas
y descubrió con asombro
que le hablaba una lechuga.

-¿También puedes hablar?,


-preguntó él intrigado-
-Te hablo todos los días,
más nunca me has escuchado,

pero hablar con las frutas


te ha vuelto más sensible,
por eso escucharnos,
a partir de hoy, te será posible.

189
NAGARI

-No entiendo, ¿escucharnos?,


-preguntó el niño intrigado-
-Así es, las verduras,
también nos comunicamos.

-Ella tiene razón,


-agregó la espinaca-
-y las hortalizas también,
-bajo la tierra la batata-

El pequeño se vio abrumado,


se sintió confundido
y se marchó procesando
lo que había ocurrido.

Esa misma noche,


fue de introspección,
necesitaba madurar
aquella situación.

-¿Y ahora qué comeré?


-se preguntó con incertidumbre-
no me queda otra opción
que probar con las legumbres.

Pero una vez más


la historia se repitió,
cuando de compras por el mercado
una semilla le habló:

190
NAGARI

-Llévame contigo,
anhelo germinar,
siento que en mi interior
tengo algo para dar,

quizá tu podrías
llegar a ser mi dueño,
plántame en la tierra
ayúdame a cumplir mi sueño.

El niño no podía
creer lo que escuchaba,
las semillas también sentían
y además, soñaban.

Por eso es que no pudo


evitar sentirse culpable,
al pensar en alimentarse
de un ser tan adorable.

Así que simplemente


dejó de comer,
¡todo estaba vivo!
ahora lo podía entender.

Claro, sería imposible


alimentarse de lo inerte,
mas cuidando de la vida,
él mismo se acercaba a la muerte.

191
NAGARI

Entonces sin energías,


lleno de ira y congoja,
impotente ante la injusticia
de la vida y su paradoja,

aquella misma tarde


bajo un árbol se sentó
y con sus restos de energía
desconsoladamente lloró.

Estaba entregado
a las manos de Dios
rendido a la vida,
cuando de pronto oyó una voz,

que le habló dulcemente


para darle consuelo
mientras que al hacerlo
hacía temblar el suelo.

-Mi pequeño amigo,


solo sufres tu incomprensión,
la existencia es unidad,
en ella no hay separación,

por eso es importante


que cambies de paradigma,
la vida es una sola
y se alimenta de sí misma.

192
NAGARI

-¿Quién dijo eso?,


-el niño preguntó-
cuando de pronto una rama
del árbol lo acarició.

Parecía un anciano,
sabio y amoroso
que hablaba en un lenguaje
envolvente y poderoso,

quien lleno de compasión


se dirigía al niño,
transmitiéndole en cada palabra
su más profundo cariño.

-Mi amigo, los humanos


se sienten separados
por eso no comprenden
que todo está integrado,

que la vida y la muerte


son parte del mismo juego,
un ciclo evolutivo
incomprensible para el ego,

quien al ver solo cuerpos


no tiene consciencia
de que todo cuanto existe
comparte una misma esencia.

193
NAGARI

Es por eso que la fruta


vivirá en tu interior,
fundiéndose contigo,
eso es amor.

Y también la semilla
se brindará con empeño,
sabiendo que a través de ti
podrá cumplir sus sueños.

Esa es la ley,
del Universo la norma,
la vida nunca muere,
simplemente se transforma.

Así que mi pequeño,


confía en la vida,
ella no se equivoca,
perfecta es su sabiduría,

mas desiste en entender


su misteriosa trama,
recuerda que la naturaleza
no tiene mente humana,

y si sientes que la culpa


te genera cicatrices,
recuerda que un día tu cuerpo
alimentará mis raíces.

194
NAGARI

Más allá de la superficie

Me presento, soy el mar


y quiero darte un mensaje
a partir de mi experiencia,
de mi propio aprendizaje.

Cuando todo comenzó,


cuando la tierra nacía,
era un joven inocente
que apenas se conocía.

Mi vida en ese entonces


era un tanto agitada,
entre la locura y la calma
diariamente oscilaba.

En los días más serenos


me sentía en paz,
disfrutaba del sol
y de todo lo demás,

pero en los días de tormenta


comenzaba el mareo
y mi ser se enturbiaba
a causa del ajetreo.

195
NAGARI

Todo era caótico,


indomable, violento,
indefenso y vulnerable
a los caprichos del viento.

Luego volvía la calma,


el ciclo se repetía,
y una vez más
la tormenta aparecía.

Una bella mañana


el sol brillaba con fuerza,
el viento no soplaba,
mi superficie era tersa,

pero a pesar de eso


no encontraba consuelo
y al verme tan deprimido
desde lo alto preguntó el cielo:

-Buenos días amigo mar


¿por qué tan deprimido?
-No sé lo que me ocurre,
nada tiene sentido.

No veo cual es el punto


de esta vida tan cambiante,
en ella todo es fugaz
no existe nada constante.

196
NAGARI

Por eso, ni la calma


últimamente me alimenta,
pues sé que después de ella
se avecina la tormenta.

-Entiendo lo que te ocurre


-dijo el cielo con empatía-
también padecí ese tema
con las nubes algún día,

y aprendí que lo transitorio


no era mi última realidad,
pero solo lo comprendí
al conocer mi profundidad.

-¿De qué profundidad hablas?


-preguntó el mar sorprendido-
-De la profundidad escondida
detrás de lo conocido.

Más allá de la superficie,


esa cambiante apariencia,
se esconde en lo profundo
tu verdadera esencia,

una dimensión
basta y envolvente,
donde el viento no alcanza
y la calma es permanente,

197
NAGARI

un reino invisible
informe y espacioso,
alejado de todo ruido,
vasto y silencioso.

Ese es tu ser más hondo,


esa es tu identidad,
permite que tu atención
ahonde en la profundidad,

deja que el sentir


te dirija hacia adentro,
permite que la paz
te guíe hacia tu centro,

entonces habrás hallado


tu núcleo más profundo,
un sereno paraíso
inalcanzable para el mundo,

entonces comprenderás
quien tú eres en verdad,
amigo habrás descubierto
tu verdadera identidad.

El cielo continúo hablando,


pero ya no lo veía,
sentía una inmensa calma
que de amor me envolvía,

198
NAGARI

tampoco mis oídos


le podían escuchar,
era como si hubiera
viajado a otro lugar.

Desde ese día mi vida


cambió completamente,
la calma y la plenitud
me alimentaban diariamente,

atrás habían quedado


la agitación y el estrés
que atrapado en mi superficie
padecí alguna vez.

Hoy día en ella juego


y me divierto a su compás,
al tiempo que permanezco
arraigado en la paz,

pues, el cielo me recordó


mi más profunda verdad,
gracias a él aprendí
a vivir en unidad.

199
NAGARI

El silencio habla

Era un erudito,
recolector de conocimiento,
un joven brillante
con carisma y talento.

Capaz de deslumbrar
a la gente con sus palabras,
capaz de atraerlas
y hasta de hipnotizarlas.

Día a día se esmeraba


en aumentar su arsenal,
de técnicas y argumentos,
de conocimiento intelectual,

que lo hacían parecer


cada vez más deslumbrante,
más sabio e inteligente,
más raro e interesante.

Pero nuestro joven amigo


guardaba un secreto:
a pesar de su conocimiento
se sentía incompleto.

200
NAGARI

Quizá por eso evitaba


a toda costa la soledad,
quizá por eso amaba
el trajín de la sociedad.

Aunque aquel hueco vacío


en el centro de su ser
pronto se haría tan grande
que no lo podría esconder.

-Podrías ser capaz


de leer diez libros por día,
pero acumular conocimiento
no te dará sabiduría,

-le dijo un día su abuelo-


tras escucharlo disertar,
mientras él congelado,
dejó de hablar.

Su abuelo era un hombre


que hablaba poco,
trabajador rural,
sencillo y tosco,

pero envuelto por un halo


de misterio y profundidad,
que hacía que sus palabras
vibraran de intensidad.

201
NAGARI

-La verdadera sabiduría


no es la que has de leer,
es la que encuentras dentro,
en el silencio de tu ser.

Así que mejor olvida


por un rato lo que has leído,
de lo contrario jamás podrás
estar a solas contigo.

Pélate cual cebolla,


desnudando tu alma,
silencia tu ego
para escuchar la calma.

Pues allí, en tu núcleo


están las respuestas,
la sagrada comprensión,
la silenciosa maestra.

Da un paso fuera
del ruido en que estás inmerso,
y así podrás escuchar
el lenguaje del universo.

202
NAGARI

El regreso

Al llegar de su viaje
ya no era el mismo,
su presencia tenía
otro magnetismo.

Su mirada serena
irradiaba paz,
su sufrido pasado
había dejado atrás.

No entendía por qué,


pero, desde la montaña,
sentía que lo acompañaba
la sensación extraña,

de siempre estar
en el lugar correcto,
y de que cada acontecimiento
no era menos que perfecto.

Sí, definitivamente
algo en él había cambiado,
o quizá aún más que eso,
se había transformado.

203
NAGARI

Su historia y sus roles


ya no lo definían,
se sentía un ser nuevo,
al que apenas conocía,

sin embargo su presencia


resonaba muy profundo,
conectada y a la vez
alejada de este mundo.

Su percepción había cambiado,


todo lo veía nuevo,
sentía a cada instante
ser parte de un juego,

que disfrutaba intensamente


aunque bien no entendía,
un juego sin reglas
pero hecho a su medida.

Su mente que antes


era un río revuelto,
luego de este viaje
muy serena se había vuelto,

sus antiguos pensamientos


se habían tranquilizado,
el río turbulento
se había convertido en lago.

204
NAGARI

Sin embargo, un pensamiento


visitaba su razón,
o quizá fuera un sentir,
nacido del corazón,

cuya presencia silenciosa


lo obligaba a agradecer
a la vida y al universo
el conocer a esa mujer.

Giró las llaves,


abrió la puerta de su hogar,
entró de a una las maletas
y se sentó a contemplar,

aquel familiar
y extraño escenario,
que en su antigua vida
lo hospedaba a diario.

Las paredes que antes


circundaban el infierno,
ahora se habían vuelto
un espacio tierno,

en el cual solamente
encontraba paz,
el más bello templo
que visitó jamás.

205
NAGARI

Lo aseó con cuidado,


con ternura y paciencia,
con profunda devoción,
con calma y reverencia,

y luego se abrigó
para mirar las estrellas,
aunque claro que también
las vería más bellas.

Se tiró en el piso
con sus brazos abiertos,
entregado, rendido,
a la belleza del momento,

y bajo aquel cielo nocturno


se miró por primera vez,
sin dejar que el pensamiento
le recordara quien es.

Entonces cerró sus ojos


apagó sus sentidos,
sin saber que encontraría
en él, algo escondido.

Aunque la mayor sorpresa


se la llevó al día siguiente,
cuando viajando en el metro
notó algo extraño en la gente.

206
NAGARI

Primero observó a un hombre


cuyo rostro severo
parecía poner distancia
con el mundo entero.

Pero de pronto pudo ver


a través de su rudeza
y percibir en su interior
una enorme tristeza,

la cual ocultaba
detrás de su caparazón,
sintiendo aflorar
por él la compasión.

Luego su atención
posó sobre una anciana
la cual plácidamente
miraba por la ventana,

y detrás de su rostro
viejo y arrugado
percibió una dulzura
que lo dejó asombrado,

la cual se extendía
hasta su propio interior,
quizá no la conociera,
pero lo desbordó de amor.

207
NAGARI

Entonces uno a uno


contempló a los demás,
sorprendido al darse cuenta
que podía ver detrás,

de sus cuerpos cual fachadas


y de sus personalidades,
descubriendo así la fuente
de inmensos manantiales,

todos interconectados
con subterránea discreción,
acababa de experimentar
la verdadera comunión.

“Qué fácil es perderse


en este mar de diferencias,
qué fácil es quedar
preso en las apariencias,

bajo la ilusión de vivir


aislados en recipientes,
soñando que existimos
separados de la fuente”,

-pensó para sus adentros-


y del metro descendió,
el más intenso viaje
que en su vida jamás vivió.

208
NAGARI

Otro día, en la mañana


se detuvo a desayunar,
en aquel hermoso parque
al que de niño iba a jugar.

Allí, la fría brisa


su rostro acariciaba,
mientras los rayos del sol
lo calentaban.

Los árboles lo acompañaban


compartiendo su calma,
una bebida caliente
templaba su cuerpo y alma.

Entonces lo desbordó
un sentimiento de gratitud
mientras sentado en aquella banca
contempló a la multitud.

Acababa de comprender
la lección más importante:
solo dentro del Círculo
se puede ser abundante.

“Cuantas oportunidades
de disfrute habré perdido
por vagar en mis pensamientos,
sonámbulo, distraído”,

209
NAGARI

-pensó para sus adentros-


y entonces despertó,
dándose cuenta enseguida
que fue su mente quién habló,

y largó una carcajada


al detectar la picardía
de su ingeniosa compañera
que aún trampas le ponía.

Se encontraba parado
frente a la oficina,
respiró hondo,
tragó saliva.

Pues el gran día


había llegado,
ese que tanto
había soñado,

al fin su padre
le cedería
el timón
de la compañía.

Pero él ya no era el mismo


que una vez fue
y se sentía triste
sin saber por qué,

210
NAGARI

sentía que era otro


el motivo de su existencia,
algo en él quería
vivir su propia experiencia.

Se armó de coraje,
ingresó a la conferencia,
un enorme comité
lo saludó con reverencia,

su padre lo abrazó
con efusiva calidez,
agradeciendo su retorno
y su presencia otra vez,

listo pare cederle,


el lugar que se merecía,
listo para que su hijo
presidiera la compañía.

Hizo el anuncio
frente a todos los presentes,
y entonces su hijo
exclamó de repente:

- Gracias por su confianza


por su respeto y cariño,
bien saben que soñé
con este día desde niño,

211
NAGARI

pero aquel que conocían


ya no existe más,
algo en él se quebró
algo en él quedó atrás.

Por eso me disculpo


si he de defraudarlos,
pero un impulso me habla
y siento que debo escucharlo,

y aunque no sé a dónde voy,


ni cual sea el camino,
sé que ya no es este
mi verdadero destino.

Así que gracias padre


por haber sido mi guía,
pero hoy debo dejar
que mi guía sea la vida.

Y lleno de gratitud
abandonó aquel salón,
aunque su padre y los presentes
no entendieran su razón.

Vaya liberación,
vaya renacimiento,
algo se despertaba
aflorando desde dentro,

212
NAGARI

algo que lo hacía


sentir muy poderoso,
llenándolo de confianza
desbordándolo de gozo.

Y agradeció a la existencia
cada una de sus lecciones,
pues comprendió que florecer,
tomaba cuatro estaciones.

Se sentía tan lleno,


que creía iba a explotar,
buscó un lugar espacioso,
por eso se fue al mar.

Se sentó en la arena,
tranquilo, consciente,
totalmente alerta
al momento presente.

Dentro del Círculo


solo habitaban,
el cielo, el mar
y él, que los contemplaba.

No habían ideas
ni pensamientos,
solo la inmensidad
de aquel momento.

213
NAGARI

Entonces por un instante


se sintió desvanecer,
en el Círculo se había fundido
con todo lo que podía ver.

De pronto alguien se acercó


caminando por la orilla,
intrigado al percibir
su calma sencilla,

y sin dar rodeos


le preguntó sin más:
-¿Hijo, cómo lo logras,
cómo es que tienes tanta paz?

Y sin salir del trance


contempló a este señor,
que preguntaba humildemente
a pesar de ser mayor.

Lo miró y con ternura


contempló su presencia,
entonces le contestó:
-La paz es nuestra esencia.

Ella no es un logro
que alguien pueda obtener,
paz, es el material
del que está hecho nuestro ser.

214
NAGARI

Entonces se miraron
en un instante mudo,
en el que pareció detenerse
por completo el mundo.

-Suena muy bonito,


-contestó el señor-
pero en mi esencia no hay paz,
solamente dolor.

Pues dura fue la vida


que me tocó transitar,
y muy pesado el pasado
que en mis hombros he de cargar.

El hombre lo contempló,
aun sentado en la arena,
sin atisbo de lástima,
zozobra o pena,

y en tono amoroso,
le dijo para despertarlo:
-¿El problema es lo ocurrido
o que aún ha de cargarlo?

-No entiendo -dijo el señor-


con el ceño fruncido,
mi pasado es mi identidad,
siempre lo llevo conmigo.

215
NAGARI

Quizá pueda fingir,


o intentar maquillarla,
pero mi historia me condena,
ya no puedo cambiarla.

-Se me ocurre una idea,


-dijo el hombre hablando lento-,
le propongo, si está de acuerdo,
hacer un experimento,

pero antes debo saber


si está dispuesto a sanar,
pues de no ser así
no lo podré ayudar.

-Claro que lo estoy


-contestó enseguida-
estoy cansado de sufrir,
toda ayuda es bienvenida.

Entonces lo invitó
a sentarse a su lado
y el señor así lo hizo
con delicado cuidado.

-Mire a su alrededor
con alerta y detenimiento,
enfóquese con atención
en la singularidad del momento.

216
NAGARI

Observe cada cosa


simplemente como es,
como si ahora las estuviera
descubriendo por primera vez.

¿Puede usted observar


la simpleza inmaculada
con la que este instante existe
sin siquiera pedirle nada?

Mire con atención


la cualidad de este momento,
¿acaso él existe
a partir de su pensamiento,

o aunque deje de pensarlo


continúa allí presente,
será que este instante
necesita de su mente?

-No -contestó el señor-,


de inmediato, sonriendo,
aunque deje de pensar,
este instante sigue existiendo.

-Él existe más allá


de su mundo mental,
¿no será por ese motivo
que este momento es real?

217
NAGARI

E inmerso en el ahora,
que no requiere memoria,
¿podría usted decirme,
que ha pasado con su historia?

-De pronto se ha esfumado


-contestó con emoción-,
-¿No será porque su historia
es tan solo una ilusión?,

¿una que se desvanece


cuando despierta de su mente
y vuelve a conectar
con el instante presente?

La paz que tanto anhela


aquí y ahora está escondida,
pues en este simple instante
está contenida su vida.

Y el Círculo dibujó
en la arena emocionado,
con la extraña sensación
de que ella estaba a su lado.

-La vida es este instante


que pasado y futuro ignora,
ella solo conoce el aquí
ella solo conoce el ahora.

218
NAGARI

Esa misma noche


lloraba conmovido,
agradecido a la existencia
por haberla conocido.

Sentía un profundo impulso


de agradecerle su guía,
ella y su Círculo
habían cambiado su vida.

Gracias, mil gracias,


en silencio le dedicaba,
entonces se preguntó
quién era el que las daba,

pues cuanto más a ella sentía,


más de sí tomaba consciencia,
cuanto más la recordaba,
más se expandía su presencia.

Entonces lo comprendió:
“¡uno es el Ser!”
que en los distintos recipientes
su luz desea encender.

A la mañana siguiente
sus maletas aprontó,
y sin pensarlo dos veces
el gran viaje emprendió.

219
NAGARI

Sentía la necesidad
de verla personalmente,
de abrazarla y agradecerle
por su invaluable presente.

220
NAGARI

Respuestas a todo

Leyó miles de libros,


practicó cien rituales,
aprendió complejas técnicas
y conocimientos espirituales.

Analizó sus patrones,


estudió su genealogía,
probó infinitas dietas,
ateísmos y teologías.

También viajó por el mundo


en busca de su lugar,
pero no podía encontrarse,
ni a sí misma, ni a su hogar.

Seguro todo era culpa,


de ese chakra bloqueado
o algún trauma que en el vientre
de su madre había heredado.

Así es, en su mundo


todo tenía explicación,
todo era analizado,
cada hecho, cada situación,

221
NAGARI

cada porqué,
cada señal,
todo estaba claro
en el plano conceptual.

Pero había un detalle


del que no era consciente,
y es que vivía presa
en la complejidad de su mente.

Esa mañana caminaba


por la orilla del mar,
intentando develar
la causa de su malestar,

dando vueltas y vueltas


a esa nube de pensamientos
que buscaban explicar
y entender el sufrimiento.

Pero era en vano,


nada servía,
ni sus agudas reflexiones,
ni las técnicas que conocía,

por el contrario aumentaban


su ansiedad y frustración,
al sentirse impotente
ante aquella situación.

222
NAGARI

Y en medio de aquel
paraíso terrenal,
con la horrible sensación
de que todo estaba mal,

de pronto vio a un anciano


sentado sobre la arena,
cuya calma la atrajo
cual abeja a una colmena.

Se sentó a su lado
sin decir ni una palabra,
mientras él la recibió
como si hubiera de esperarla.

-¿Por qué lloras mi niña?


-el anciano preguntó-
-Porque todo está mal
-ella respondió-.

Plutón está retrógrado,


me falta la energía,
y mi chakra raíz
sigue cerrado todavía.

Como si eso fuera poco


me siento abrumada
de cargar con el peso
de mis vidas pasadas.

223
NAGARI

Además pago el karma


que heredé de un ancestro,
y el año de la rata
empeora todo esto.

-¡Ohh! exclamó el anciano


-con gesto de admiración-
entiendes perfectamente
toda esta situación.

-¿Lo ve?, todo está mal


ya no aguanto más,
así es imposible
que una pueda estar en paz.

-Concuerdo contigo
-dijo él en modo tierno-,
nadie puede estar en paz
mientras habite el infierno.

Pues él no está bajo el piso


como suele creer la gente,
el infierno está en uno
y no es otro que la mente.

Ella se congeló
al escuchar aquel mensaje,
sin saber cuan liviano
volvería su equipaje.

224
NAGARI

-Por eso mi querida niña


habrás de volverte sencilla
o vivirás presa de historias
soñando mil pesadillas,

sin saber que ellas nacen


de la mente miedosa,
quien sueña que interpretando
puede controlar las cosas,

buscando resolver
de modo complicado
los complejos problemas
que ella misma ha fabricado.

La chica lo escuchaba
con enorme atención,
y aun sin darse cuenta
entraba en relajación.

-La buena noticia,


-el anciano prosiguió-
es que el paraíso también
está en nuestro interior,

pero para entrar en él


debes volverte inocente,
abandonando el ruido
y la complejidad de la mente,

225
NAGARI

sacándote la coraza
de pensamientos construida,
confiando en que tu alma
nunca podrá ser herida.

Entonces los problemas


has de solucionarlos,
ellos desaparecen
cuando no insistes en crearlos,

y en lo hondo de tu ser
descubres tu paz,
la paz más profunda
que en tu mente nunca hallarás.

-Comprendo -dijo ella-


con otra luz en su mirada,
la cual se percibía
ya más dulce y relajada.

-¿Te das cuenta? -dijo él-


hablándole suavemente,
estás entrando al paraíso
has salido de tu mente.

Has elegido la inocencia


en lugar de la armadura,
y el silencio te protege
de la demencia y la locura.

226
NAGARI

Abraza la ignorancia,
en la paz confía,
y deja que el conocimiento
dé lugar a la sabiduría,

entonces no habrá nada


que necesites entender,
los porqués se disuelven
cuando encuentras tu ser.

227
NAGARI

Acuarela

-Las personas son acuarelas


con una gama infinita
de tonos y colores
que a pintar te invitan.

Tú eres el pintor
que en su encuentro con ellas
elige las emociones
más oscuras o más bellas.

Pero cada persona


habrá de regalarte
el color en el que tú
elijas enfocarte.

Así que querido nieto


selecciona bien el color,
no esperes te den su magia
si elijes ver lo peor,

y recuerda que hasta el ser


más pintado de gris,
en su paleta también esconde
algún amarillo feliz.

228
NAGARI

El poder de la atención

Amigo estás disperso


por eso no hayas tu rumbo,
has olvidado que tú
eres la luz de este mundo.

A través de tus sentidos,


a través de tu atención
ingresa a este mundo
algo de otra dimensión,

acariciando la materia,
con su delicada esencia,
a través de tu mirada
el Cosmos toma consciencia.

Por eso tu mascota


pide ser atendida,
al mirarla la iluminas
con la fuente de la vida.

Por eso tu niño


anhela ser contemplado,
al hacerlo de amor,
lo estas dejando bañado.

229
NAGARI

Incluso tu cuerpo
ama tu atención,
regálale consciencia
y sentirás su expansión.

Todo pide tu luz,


tu claridad, tu amor,
un amigo, un amante,
una estrella, una flor.

Y esto es así
porque tu luz es energía,
allí donde la posas
florece lo que miras.

-Wow, -exclamó el joven-


no me había percatado
de que la atención pudiera
ser algo tan codiciado.

-Más de lo que te imaginas


-respondió el maestro-
pero debes tener
mucho cuidado con esto.

Pues la persona iracunda


tu atención también ama
y con ella desea
alimentar su drama.

230
NAGARI

De igual modo tu ego


se regocija contento,
cuando tiene tu atención
atrapada en sus pensamientos.

Tan solo mira el mundo


con gran precaución,
verás allí una guerra
sin fin por tu atención:

medios de comunicación,
carteles, propagandas,
grandes corporaciones
que con tu atención se agrandan.

¿lo ves amigo mío?


debes ser cauteloso,
o puedes alimentar
un mundo muy tenebroso.

Por eso esta ecuación


tú debes comprender:
en este mundo, atención
equivale a poder,

y si vives dormido,
aletargado en el sueño,
puedes estar seguro
de que alguien será tu dueño.

231
NAGARI

Así es que despierta,


retoma tu poder,
atiende lo que amas,
lo que te hace encender,

alimenta tu pasión
con tu propia energía,
enfócate en tu camino
y enciéndelo de alegría.

Pero déjame contarte


el secreto mejor guardado,
cuando yendo hacia fuera
todo lo hayas logrado,

cuando tu vida brille


con tu luz consciente,
algo en ti pedirá
dar el paso siguiente.

Entonces toda esa luz


volcarás hacia tu interior,
para conocer así la fuente
de la vida y del amor.

232
NAGARI

Las puertas del Ser

-No entiendo por qué,


pero se ha ido el amor,
ya no siento arder
en mi pecho el calor.

Halago al atardecer,
a la flor, a mi esposa,
les dedico las palabras
más tiernas y amorosas,

intentando avivar
la llama consumida,
pero a pesar de las palabras
el fuego no se aviva.

¿Por qué es que no logro


a pesar de mi esmero
volver a sentir
ese amor sincero?

-El amor no nace


de las palabras en la mente,
el amor nace del acto
de observar totalmente,

233
NAGARI

permitiendo a lo observado
alcanzar nuestro interior,
pues fundirse en uno solo,
eso es el amor.

Así que en lugar


de pensar bellas palabras,
permite que la puertas
de tu ser se abran,

para así poder sentir


del otro, la presencia,
el amor es atención,
el nace de la consciencia.

234
NAGARI

La tortuga y el huracán

Una mañana el huracán


visitó a la tortuga
y ante la sabia maestra
comenzó a exponer sus dudas:

-Llevo años de mi vida


recorriendo este mundo
en busca de alimento,
aunque siento en lo profundo,

un enorme vacío
que no tiene solución,
un gran pozo sin fondo
fuente de insatisfacción.

He devorado campos,
ciudades enteras,
exóticas playas
rodeadas de palmeras,

He devorado templos,
he devorado bares,
pero nada me sació,
ni el alcohol ni los altares.

235
NAGARI

Por eso hoy me encuentro


en una encrucijada,
pues aun teniendo claro
que no me saciará nada,

continúo arrasando
muy frenéticamente,
buscando desesperanzado
alimento en lo siguiente.

Por eso querida tortuga


he venido hasta ti,
¿crees que puedes ayudarme
a dejar de vivir así?

La tortuga tenía
una sonrisa dibujada
y escuchaba al huracán
distendida y relajada.

Sus lentos ademanes


derrochaban amor,
su compasiva mirada
nacía de su interior,

reflejando afuera
su profunda paz,
una paz que el huracán
no había visto jamás.

236
NAGARI

-Huracán, amigo mío


tú no corres tras el mundo,
corres para escapar
del vacío profundo,

que sientes en el mismísimo


núcleo de tu ser,
amenazando con herirte
y hacerte perecer.

Sin embargo, en él
está la solución,
detrás de ese vacío
y de su insatisfacción,

se encuentra escondida
tu tan ansiada paz,
amígate con él
y no correrás más.

La tortuga dejó de hablar


y el huracán aun abrumado
se quedó en silencio
con los ojos cerrados,

observando su periferia
que no paraba de girar,
palpando su ansiedad
y sus ganas de escapar.

237
NAGARI

-¿Y eso cómo se logra?


-preguntó él con impotencia-
la tortuga cerró los ojos
para sentir su presencia,

y aun sin abrirlos,


comenzó su sermón,
permitiendo así que fluyera
la magia y la inspiración.

-Existe un espacio en ti
más allá de la periferia
que no conoce el movimiento,
el conflicto o la miseria.

Un lugar profundo
más allá de las apariencias,
un espacio envolvente
desbordante de esencia,

donde el ruido del mundo


no alcanza jamás,
donde puedes refugiarte
y sentirte en paz.

Cuando desde este lugar


contemplas el exterior,
lo que antes era miedo
se convierte en amor,

238
NAGARI

lo que antes era caos,


se transforma en quietud,
e igualmente el sinsentido
en profunda plenitud.

Solo debes tener fe


y armarte de coraje,
pues es hacia adentro
el más peligroso viaje,

que solo los valientes


se animan a emprender,
se trata de una travesía
hacia el centro de tu ser.

Allí encontrarás tus miedos,


tu densa oscuridad,
y también las emociones
que causan tu infelicidad,

las cuales deberás


asumir como tuyas,
hasta que todos los culpables
externos destruyas.

Pues es asumiendo
tu propia oscuridad,
que habrás dado el primer paso
hacia la real libertad.

239
NAGARI

Entonces, el mundo
ya no será tu dueño,
entonces habrás
despertado del sueño,

y todas las pesadillas


de pronto se esfumarán,
pues amigo, habrás hallado
el ojo del huracán.

240
NAGARI

Guiado por lo femenino

En otro lugar,
en otra dimensión,
existía un mundo
guiado por el corazón,

donde era alabado


y honrado lo divino,
un mundo conectado,
guiado por lo femenino.

Allí se reconocía
el valor de lo invisible,
en este mundo los seres
veneraban lo sensible,

como puente que unía


el mundo material
con el reino de la esencia,
con el plano espiritual.

Por eso la mujer


aquí era venerada
como envase continente
de energía sagrada,

241
NAGARI

capaz de traer
la magia a este plano,
permitiendo a lo intangible,
ingresar al mundo humano.

Por eso, aquí la madre


era fuente de amor,
con su tacto curaba
casi cualquier dolor,

con sus dulces palabras


guiaba a los demás,
con su ser iluminaba
el camino hacia la paz,

haciendo que este sitio


rebosara de armonía,
gracias a su sensibilidad
y conexión con la vida.

Por otro lado, estaba ella,


en otro mundo lejano,
padeciendo en carne propia
el conflicto cotidiano,

totalmente cansada
de avanzar a los codazos,
de la lucha permanente,
del conflicto a cada paso.

242
NAGARI

Se sentía asfixiada
detrás de la armadura
que a diario se ponía
para estar a la altura,

en un mundo desigual
en el que la mujer,
debía demostrar
a la fuerza su poder.

Ajetreada perdía su paz,


luchando perdía el amor,
compitiendo se perdía a ella,
ya no aguantaba el dolor.

Por eso esa misma noche


cansada de aparentar,
bajo aquella luna llena
se sentó a meditar,

buscando una respuesta


una luz, una guía,
que le ayudara a encontrar
la dirección en la vida.

Antes de darse cuenta


su trance era profundo,
aún no lo sabía,
pero estaba en otro mundo.

243
NAGARI

A contra luz vio acercarse


una silueta humana,
le costó distinguirla,
se trataba de una anciana.

-Bienvenida hija mía


-le dijo con amor-
conocer este mundo
aliviará tu dolor.

Aquí reconocerás
y honrarás tus poderes,
aquí podrás recordar
quien en verdad tú eres.

244
NAGARI

Cotidianamente sagrado

Dos amigos se juntaron


en un parque a charlar,
entonces uno de ellos
de pronto comenzó a hablar.

Su expresión era tensa,


su mirada ausente,
parecía que no estaba
en aquel lugar presente.

Quizá porque su mente,


no encontraba paz,
moviéndose sin cesar
hacia adelante y hacia atrás.

Mientras tanto el otro,


tenía un manso talante
y parecía estar a gusto
disfrutando del instante,

escuchando a su par
con gran atención,
mas sin reaccionar
con ninguna emoción.

245
NAGARI

Así, pasó una hora


oyendo sus historias,
los problemas y preocupaciones
que vomitaba su memoria,

los cuales parecían


alimentar su ansiedad,
como si todo estuviera
ocurriendo en realidad.

De pronto hubo silencio,


el monólogo se cortó,
el verborrágico interlocutor
agitado se quedó,

y mirando a su par
preguntó con efusión,
-¿amigo, tú qué opinas?
¿cuál será la solución?

Este estaba inmerso


en una profunda calma,
le dirigió una mirada
que llegó directo a su alma,

y sin siquiera pestañar


permaneció callado,
permitiendo que el silencio
vuelva a ser restaurado.

246
NAGARI

Entonces pausadamente
habló por vez primera,
disolviendo a cada palabra
de su par, las quimeras.

Amigo la solución
está aquí presente,
pero para verla, primero,
debes salir de tu mente.

Pues ella es sin dudas


tu problema principal,
eclipsado por sus nubes
todo lo verás mal.

Relájate un segundo,
respira el momento,
deja que poco a poco
se aquiete el movimiento.

Permite que este instante


en el que ahora estás,
te rebele su escondida
y subterránea paz.

Vuélvete alerta,
percibe el silencio,
siente ese espacioso
y eterno lienzo,

247
NAGARI

que detrás de los sonidos


permanece camuflado,
sintoniza con él,
tiene un mensaje guardado.

Su amigo se calmó
y así, despacio,
comenzó a prestar
atención al espacio,

al silencio escondido
detrás de las palabras,
el cual hacía posible
que pudiera escucharlas.

De pronto una gran paz


inundó todo su ser,
se sentía envuelto en algo
que no era capaz de ver.

El silencio se había expandido


más allá de sus fronteras,
no distinguía si procedía
de adentro o de afuera.

Sin embargo, intuía


que algo estaba cambiando,
que aquella profunda paz,
entero lo iba sanando,

248
NAGARI

disolviendo toda angustia


todo atisbo de ansiedad,
conectándolo a la vida,
recordándole la verdad.

-¿Lo ves querido amigo?


has hallado la solución,
has despertado a la vida,
has disuelto la ilusión.

249
NAGARI

El cerro de la luz.

“El talento no lo es todo,


menos la suerte es importante,
si el corazón está cerrado
no hay forma de ir hacia adelante”.

-Escuchó una suave voz


susurrarle al oído-
mas pensó que era un sueño,
pues se encontraba dormido.

Era un joven escritor,


bastante talentoso,
sus escritos producían
un efecto maravilloso,

en todas aquellas almas


que se abrían a escucharlo,
sin embargo él sentía
que algo había de frenarlo,

pues por mucho que se esforzara


en expandir su mensaje,
anónimo seguía siendo
el ya pesado equipaje.

250
NAGARI

-No te entiendo, -dijo un amigo-,


al verle cargar su cruz,
mañana quiero llevarte
a conocer el Cerro de la Luz.

-¿El Cerro de la Luz?


-preguntó con curiosidad-
mientras éste asintió
con gesto de complicidad.

-Mañana a primera hora


te pasaré a buscar,
seguro me agradecerás
presentarte este lugar.

En su ruta hacia el cerro


el nuevo sol los encontró,
mientras el joven escritor
a su par le preguntó:

-¿Qué tiene este cerro


que lo hace diferente,
por qué insistes en llevarme
a él tan vehementemente?

-Te conozco amigo mío,


por eso preferí omitir,
que en la cima de este cerro
dos monjes han de vivir.

251
NAGARI

-¡Monjes! -exclamó
nuestro amigo escritor-,
imaginándose de todos,
el escenario peor,

vislumbrando dos seres


amantes de los rituales,
de exuberantes vestimentas
y aires espirituales.

Sin embargo de shorts


haciendo honor al clima,
parados frente a un salón
en la esplendorosa cima,

los “monjes” disfrutaban


de las brisas matinales,
-mientras pensó para sí-
“son personas normales”.

El más joven de ellos


le dio un abrazo sentido,
mientras que al mirar al mayor
se quedó sorprendido,

su serena inocencia
irradiaba cariño,
al conectar con sus ojos
volvió a sentirse un niño.

252
NAGARI

-Bienvenidos -dijo éste-


con amor en su mirada,
entonces nuestro amigo
largó una carcajada,

la cual fue respondida


por parte del hombre,
quien sin parar de reír
le preguntó su nombre.

El joven escritor
no encontraba explicación,
aquella extraña risa
le nacía del corazón,

y fluía tan fuerte


como un poderoso río,
parecía el reencuentro
de dos viejos amigos.

Abrazados caminaron
hasta el enorme salón
donde personas acostadas
estaban en meditación.

-Acuéstate -dijo el señor-,


con afecto verdadero,
a este bello salón,
lo llamo el matadero.

253
NAGARI

-¿El matadero?-dijo el joven-


dejando de reír,
-así es querido amigo,
aquí se entra a morir.

Suelta todo lo falso


que has insistido en cargar,
solo escucha la música
y déjate llevar.

Y con sus ojos cerrados


el joven emprendió el viaje
hacia su propio interior,
despojado de equipajes,

sintiendo que algo


lo había de guiar
de regreso a la luz
de vuelta a su hogar.

Una hora había pasado


en su dulce meditar
cuando una lejana voz
le pareció escuchar:

-Despierta, abre los ojos,


salgamos a la luz del día,
ya es hora de ser feliz,
de recobrar la alegría.

254
NAGARI

Y lo llevó de la mano
hacia fuera del salón,
donde le dio su primer
y cariñoso sermón:

-Amigo, hoy empiezas


una nueva vida,
desbordante de amor
de aventura y fantasía.

Pero no podrás vivirla


mientras sigas aferrado
a dolorosos recuerdos
de un muerto pasado.

Trepa a aquella cumbre,


siéntate en el suelo,
y desde el núcleo de tu vientre
comienza a grítrale al cielo.

Él abrazará
tus penas con ternura,
las águilas te darán
su bendición desde las alturas.

Ve amigo mío,
disfruta cada paso,
verás que una vez vaciado,
de amor llenarás tu vaso.

255
NAGARI

Y subió hasta la cumbre,


gritó con el alma,
vació su interior
hasta llenarse de calma.

Y en ese espacio
de magia y vida
se entregó al universo
y su amorosa guía,

mientras seres alados


sobrevolaban el gran lienzo,
presagiando el inicio
de un mágico comienzo.

Descendió de la cumbre
sereno y feliz,
contemplando el cielo
y el verde tapiz,

y allí, descansando,
bajo un árbol lo vio,
entonces en silencio
a su lado se acercó.

-Ven, siéntate,
-dijo el señor-
pero antes una pregunta
¿quién fue tu fuente de amor?

256
NAGARI

-¿Fuente de amor?
-preguntó con intriga-
-así es, la persona
que más amaste en tu vida.

Esa que te hacía


sentir valorado,
y que a la vez admirabas,
estando a su lado.

El joven hizo silencio,


su cabeza agachó
y con dos grandes lágrimas
su camisa mojó.

-Esa fuente fue mi padre


él era mi orgullo,
de la misma manera
en que yo, era el suyo.

De pequeño me llevaba
a todos lados consigo,
éramos más que padre e hijo,
éramos amigos.

Por eso mi mundo


se tiñó de gris,
el día en que se marchó
a trabajar a otro país,

257
NAGARI

y aunque cada pocos meses


venía a visitarnos,
algo se había quebrado,
me costaba abrazarlo.

-¿Y lo has perdonado?


-preguntó el señor-
-Jamás fui capaz
de superar el dolor.

-Pero lo sigues amando


¿lo puedes notar?
-dijo el señor-
y el joven rompió a llorar.

-Solo cuando puedas


reinterpretar la historia
soltarás el sufrimiento
que cargas en la memoria.

Solo cuando puedas


ponerte en su lugar
y sentir lo que él sintió
lo podrás perdonar.

Pero esto ocurrirá


si es que eliges el amor,
comprendiendo que él es,
de la vida, el motor.

258
NAGARI

Tan solo debes fluir


con lo que has de sentir,
es obvio que ese amor
aún en ti ha de vivir,

avívalo y verás,
no hay nada que perder
pues abrir el corazón
es comenzar a crecer.

-Dijo el hombre en suave tono-


y luego dejó de hablar,
mientras el joven lentamente
se comenzaba a calmar.

-¿Es por eso que no avanzo?


-de pronto él preguntó-
mi propósito en la vida
es ser un buen escritor.

Pero a pesar de mi enfoque


e incluso de mi capacidad,
siento que algo me frena,
me comprendes, ¿no es verdad?

-El talento no lo es todo,


menos la suerte es importante,
si el corazón está cerrado
no hay forma de ir hacia adelante.

259
NAGARI

El joven se estremeció
al escuchar lo pronunciado,
con la extraña sensación
de haberlo antes escuchado.

-Ve a dar un paseo,


repón tus energías,
pero antes quiero que bebas
el agua de la vida,

extraída de las rocas


a una gran profundidad,
permite que ella limpie
cualquier resto de oscuridad.

Al beber aquella agua


el joven se sintió nuevo,
y aún madurando lo hablado
salió a dar su paseo.

El sol brillaba con fuerza


en aquel mediodía,
los pájaros cantaban
su alegre melodía.

Sin embargo el lugar


se percibía silencioso,
envuelto en una paz
que lo tornaba misterioso.

260
NAGARI

Se sentó en un tronco
a los pies de la cumbre,
y comenzó a observar
su sentir con incertidumbre.

Percibiendo con asombro


el cambio en su interior,
aquella vieja herida
se había llenado de amor.

De pronto un estruendo
rompió el momento,
con un sonido
poderoso y violento.

Se trataban de rocas
que de la cumbre caían
estrellándose contra el suelo
sobre el que se partían.

“¿De dónde viene este ruido?”


-el joven se preguntó-
y al mirar hacia arriba
al otro hermano divisó,

quien lo invitó a subir


con un suave gesto
mientras el joven pensó:
“¿de qué se trata todo esto?”.

261
NAGARI

Lleno de curiosidad
escaló las alturas
y al llegar pudo ver
un montón de estructuras,

columnas de piedra
que la gente construía
las cuales en picada
colina abajo caían.

-¿Por qué las derrumbas?


-el joven preguntó-
-No queremos rituales
-el hermano contestó-,

una vez instalados


se repiten sin consciencia
y al pasar por su lado
la gente los reverencia,

haciendo que lo esencial


permanezca escondido,
pues alabando las formas
olvidan el contenido.

-Y yo pensaba que eran monjes


-dijo el joven a carcajadas-
-Los roles también son jaulas
cuyas puertas están cerradas.

262
NAGARI

Dijo esto y entonces


un abrazo le dio,
al joven que sorprendido
su camino continuó.

Desde lo alto de la cumbre


divisó claramente
un bellísimo lago
de aguas transparentes,

cuyas orillas estaban


circundadas por palmeras,
entonces descendió
para sentarse a su vera,

sobre una plataforma


con forma circular,
que volvía aún más místico
aquel bello lugar.

De pronto escuchó pasos


volteó hacia su costado
y entonces vio al señor
quien se sentó a su lado,

a compartir la paz
y el profundo silencio
frente al espejo del lago
que parecía un lienzo.

263
NAGARI

-Sobre este lugar


hay algo que me intriga,
aquí no hay religiones,
filosofías ni doctrinas,

no hay prácticas ni rituales,


solamente meditación,
y alguna que otra charla
que aflora del corazón.

Ya comienzo a sospechar
que esto no es casualidad,
¿cuál es el objetivo
de este extraño lugar?

-¿Acaso no es obvio?
-dijo el hombre con liviandad-
este es un espacio
para fluir en libertad.

Para salir de las cárceles


que los humanos crean,
celdas invisibles
construidas de ideas,

las cuales se transforman


en creencias y rituales,
convirtiéndose en jaulas
adornadas y espirituales.

264
NAGARI

Por eso mi amigo,


disfruta la naturaleza,
permite que el cerro
te impregne de simpleza,

y luego medita,
sabiendo reconocer,
que hacerlo, es simplemente,
bucear en tu propio ser.

El señor hizo silencio,


el joven quedó asimilando
la esencia de aquel mensaje
que dejó su alma vibrando.

Algo en él resonaba
con esa libertad,
algo en él reconocía
aquella sutil verdad.

Quizá fuera ese espacio


en el núcleo de su ser,
que su propia libertad
reflejada podía ver.

-Se acerca un tiempo


libre de ataduras,
donde veremos caer
mil y una estructuras,

265
NAGARI

-exclamó suavemente
y con dulzura el señor-
mientras el joven se acomodó
para escucharlo mejor.

-Las cárceles que antes


aprisionaban las mentes
perderán solidez
hasta tornarse transparentes.

Se trata de un tiempo,
fresco, liviano,
que exigirá ligereza
para volar de las manos

y así recobrar
el poder de la consciencia,
retornando al amor,
la dulzura y la inocencia.

Por eso querido amigo


debemos estar atentos,
de nosotros dependerá
acompañar el movimiento,

brindando de nuestra parte


confianza y apertura,
para así dejar caer
cualquier resto de estructura.

266
NAGARI

Miró fijo hacia el cielo


y entonces prosiguió
a compartir el mensaje
que él mismo un día aprendió.

-La mente deberá ser ágil,


tan ágil como la luz,
para desintegrar esas nubes
que hemos cargado cual cruz,

haciendo que nuestro mundo


recupere su claridad,
permitiendo que se relaje
y se ablande la personalidad.

Así, ésta se vuelve


flexible como el agua,
adaptándose a todo aquel
que necesite tomarla.

Entonces, amigo mío,


la magia comienza a actuar,
pues el corazón se expande
cuando empiezas a dar,

llenándote de fe,
de confianza y energía,
haciendo que el poder del águila
comience a guiar tu vida.

267
NAGARI

Y es justamente éste
el punto de equilibrio,
sintiéndote poderoso
comienza a aflorar el niño,

quien estando protegido


por tu águila en calma,
revela su pureza
brillando desde el alma.

Ágil como la luz,


como el agua flexible,
poderoso como el águila,
para que el niño sea posible.

Interioriza estas metáforas,


utilízalas de guía,
verás de qué manera
comenzará a cambiar tu vida,

cuando mente y corazón


trabajen en unidad,
cuando sientas fusionar
alma y personalidad.

El señor hizo silencio,


un águila cantó,
desde el lejano cielo
el mensaje confirmó,

268
NAGARI

mientras el sol se ocultaba


y la noche nacía,
envolviendo el escenario
de misterio y fantasía.

-Amigo, serás muy feliz


-de pronto dijo el señor-
gritando has vaciado
de rabia tu interior.

Perdonando, el amor
has dejado fluir,
has abierto el corazón
para volver a sentir.

Debes estar preparado,


te lo digo sin dudas,
a partir de hoy tu vida
se llenará de hermosura,

las puertas se abrirán


para ti de par en par,
la vida te colmará,
pues estas abierto a dar.

Sus miradas cruzaron,


sus espíritus fundieron
y sellando el momento
un gran abrazo se dieron.

269
NAGARI

Mientras el joven se sentía


desbordado de calma,
y aun sin decir palabras
le agradecía desde el alma.

Una semana había pasado


desde aquel intenso día,
y el joven azorado,
todavía no creía,

que aquellas palabras


se hicieran realidad,
su vida se había llenado
de mil y una posibilidad.

De todos lados surgían


bellas invitaciones,
su mensaje comenzaba
a expandirse sin limitaciones,

mientras su ser abierto


se dejaba guiar
por la vida que el camino
le había de mostrar.

Cuanta gratitud
sentía en su ser,
sin dudas al cerro
tenía que volver,

270
NAGARI

aunque no lo haría
con las manos vacías,
una gran sorpresa
al señor le llevaría.

Se dieron un abrazo
largo y afectuoso,
volverse a ver
los llenaba de gozo.

-Tengo algo para ti


-dijo el joven emocionado-,
mas no puedo dártelo aquí,
debe ser en otro lado,

y dirigió su mirada
hacia la alta cumbre,
mientras el hombre no pudo
ocultar la incertidumbre.

Escalaron a la cima
sin apuro por el sendero,
disfrutando de sus presencias
y de su afecto sincero,

y antes de darse cuenta


a su destino llegaron,
entonces sobre una roca
los dos juntos se sentaron.

271
NAGARI

-Esto es simplemente
una muestra de agradecimiento,
y el joven al señor
comenzó a leerle este cuento.

Muchas fueron las lágrimas,


muchas las miradas,
muchas las sonrisas,
y las carcajadas,

muchas las emociones


que se dejaron ver,
sin embargo ellos se habían
transformado en un mismo ser.

-Gracias querido amigo,


no esperaba este gesto.
-Tampoco yo esperaba
encontrar a mi maestro.

272
NAGARI

Aprendiendo a cantar

Comenzarás la escuela,
dijo su papá en el nido,
al pequeño pajarito
que escuchaba sorprendido.

-¿Para qué la escuela?


-preguntó sin dudar.
-En la escuela, mi pequeño,
te enseñarán a cantar.

Pon todo tu empeño,


cree en tus condiciones,
tu mamá y yo confiamos
traerás buenas calificaciones.

-Entiendo papá,
no los defraudaré,
pueden estar seguros,
todo mi esfuerzo pondré.

Pero al comenzar la escuela


se sintió paralizado,
pues las técnicas de canto
eran algo complicado,

273
NAGARI

y al ver a sus compañeros


avanzar con facilidad,
comenzó a frustrarse
y a dudar de su capacidad.

Como si eso fuera poco


su enorme auto exigencia
impedía completamente
que fluyera su inteligencia,

restringiendo su aprendizaje
y opacando sus actuaciones,
pues claro, permanecía
pendiente a las calificaciones.

Pues ellas representaban


mucho más que un valor,
tras ellas se escondía
de sus padres el amor.

Así lo sentía él
desde su inocente perspectiva,
por eso es que fallar,
profundamente le dolía.

El primer trimestre
fue desastroso,
llegó a su casa
con los ojos llorosos,

274
NAGARI

tras haberse enterado


de que tristemente,
sus ansiadas calificaciones
resultaron deficientes.

Se lo dijo a sus padres


entrecortado por el llanto,
quienes no concebían
que hubiera fallado tanto,

y reprocharon duramente
su insuficiente actuación:
-Pequeño, te castigaremos
si no pones más atención.

Intentó explicarle,
lo que a él le ocurría,
pero era en vano,
sus padres no entendían.

No eran capaces de ver


cuanto lo había intentado,
ni capaces de sentir
su estómago apretado,

por aquella sensación


de no ser suficiente,
por aquella sentencia,
que decía: “deficiente”.

275
NAGARI

Pero a pesar de eso


siguió adelante
intentando aprender
a cantar cuanto antes,

mientras algunos compañeros


se burlaban de su torpeza,
generándole angustia,
y una profunda tristeza.

Todo fue cuesta arriba


en sus años de escuela,
de la cual egresó
con profundas secuelas,

portando una herida


en lo más hondo de su ser,
que por el resto de su vida
le habría de doler.

Pero estaba dispuesto


a superar aquel dolor,
y siguió adelante
poniendo siempre lo mejor,

aunque claro, había un detalle


imposible de obviar,
a pesar de su optimismo
nunca más volvió a cantar.

276
NAGARI

-¿Por qué nunca cantas?


-le preguntaban a diario-
el resto de los animales
de su vecindario.

Pero él siempre respondía:


-No soy bueno en eso,
ya lo he intentado
y fracasado en el proceso.

Con el paso de los años


ya todos se enteraban
de que él era un pájaro
que no cantaba,

y dejaron de atormentarlo
los típicos cuestionamientos,
que antes le hacían,
siempre, a cada momento.

Así es que de a poco


se alivianaba su carga,
olvidándose del canto
y su sensación amarga,

dejando atrás el pasado


que tanto le dolía,
para vivir con entusiasmo
esta etapa de su vida.

277
NAGARI

E increíblemente
así mismo lo hizo,
lo que antes fue infierno
se transformó en paraíso,

De alguna manera,
recobró su magnetismo,
tras haberse aceptado
plenamente a sí mismo.

Por eso, cada día


se había vuelto una aventura,
volando por el bosque
o lejos, en las alturas.

Sobrevolando los valles


y las verdes praderas,
su ser florecía
cual si fuera primavera.

Quizá fue por eso


que aquella mañana,
despertó con esa
sensación extraña,

cuando un rayo de sol


acarició su pupila
avisándole la llegada
de un nuevo día.

278
NAGARI

Comenzó a despabilarse
en lo alto de su nido,
cuando de pronto se vio
sumamente sorprendido,

al ver que el cielo


se había vuelto más celeste,
al sentir que lo envolvía
la dulce brisa del este,

al ver que los árboles


explotaban de verdor,
al ver como todo
brillada a su alrededor.

Se paró al borde del nido


agradeció desde el corazón
y de su pecho afloró
la más hermosa canción,

que cautivó con su dulzura


a los animales del lugar,
quienes salieron de sus cuevas
para intentar averiguar,

de dónde provenía
aquel sonido majestuoso
que endulzaba sus oídos
y los llenaba de gozo.

279
NAGARI

Aunque ninguno de ellos


fue capaz de acreditar,
que era su amigo
quien acababa de cantar.

Pero la mayor sorpresa


se la llevó él,
quien tras su mágico canto
se le erizó la piel,

al notar que de su pico


afloró la melodía
más bella e imponente
que oyó en toda su vida.

_________________________

Llevas una canción


guardada en tu corazón,
que quizá esté olvidada
o sepultada de razón.

Eclipsada por los miedos


y por capas de exigencia,
trabada por el esfuerzo,
la comparación y la competencia.

280
NAGARI

Llevas una canción


guardada en tu alma,
esperando ansiosa
a que tu ser se abra,

canción que este mundo


aún no ha conocido,
canción que llenará
los corazones de sentido.

Lo único que precisas


es olvidar el pasado
y vivir el presente
que se te ha regalado,

pues allí está la musa


que sana las heridas,
allí está la magia,
la inspiración, la vida.

281
NAGARI

INDICE

Introducción…………..………………………………………………………….5

Metamorfosis……………..……………………………………………………..7

Cero a la derecha……..………………………………………………………15

Sin apuro…………………………………………………………………...….....21

La montaña de la vida……………………………………………….……..24

¡Qué buena idea!…………………………………………..........................32

El legado de la abuela ……………………………………………….…....35

A ras del suelo ………………………………………….……………………..42

Volver atrás ………………………………...…………………………………..47

El cuarto sin paredes ………………………………………....................49

Últimas palabras ………………………………………………………….....53

El pozo de agua……………………………………………………………....55

Regalo de Dios ……………………………………………………….………59

Encuentro ………………………………………………...............................65

La puerta de lo abismal …………………………………………...........68

Maestra de la noche ………………………………………………………72

282
NAGARI

Un árbol en la pradera …………………………………………..............74

Dijo el maestro …………………………………………………………….....81

El adulto y el anciano ………………………………………………….…..82

La confianza de fluir ………………………………..………………….…..86

El juez y el testigo …………………………….……………………...........88

Dijo el árbol …………………………………………………………….…..….95

El templo de rosas …………………………………………………...........96

Hombros de gigante …….………………………………………..…....102

El valor de ver ………………………………………………………….…..105

La cara oscura ………………………………………………………….…..112

¿Zona de confort? …………………………………………………..……118

El ángel y el prisionero ……………………………………….….…….124

El pez que buscaba el mar ………………………………….…...…..129

Mi amigo el puercoespín …………………………………….….…...131

La cueva del tesoro …………………………………………….….…....138

La abuela sabia …..……………………………………………….….…...148

De adentro hacia afuera……………………………………….…...…149

283
NAGARI

El mensaje y el mensajero ……………………………………………157

El festín ……………………………………………………………...…………161

El templo y la choza ……………………………………………….…….165

Nagari …………………………………………………………………………..169

En busca de la luz ……………………………………….......................175

Momento a momento …………………………………………….……179

El ciclo de la vida ……………………………………….........................182

Más allá de la superficie ………………………………………….……195

El silencio habla ……………………………………………………….…..200

El regreso ……………………………………………………………..……...203

Respuestas a todo ……………………………………………...............221

Acuarela …………………………………………………………………........228

El poder de la atención ………………………………………………..229

Las puertas del Ser ………………………………………………………233

La tortuga y el huracán …………………………………….………....235

Guiado por lo femenino …………………………………................241

Cotidianamente sagrado ………………………………………….…245

284
NAGARI

El Cerro de la Luz ……………………………………………................ 250

Aprendiendo a cantar ………………………………………………….273

285
NAGARI

Otras obras del autor:

NAGARI, El Círculo de la Vida describe en cada


uno de sus capítulos dos caminos opuestos
entre sí, invitando al lector a reflexionar sobre
cual de los dos se encuentra transitando.

NAGARI, Versos para el Camino, es el segundo


libro de esta trilogía. Relaciones, sueños,
sanación, son solo algunos de los temas en los
que estos versos ahondan con la sencillez y
sensibilidad características de NAGARI. Es
mediante ellos, que esta obra pretende ser una herramienta que
guíe y acompañe al aventurero en la desafiante búsqueda de su
propio y singular camino.

286

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