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Kenneth, Frampton, nacido Kenneth ;-::,,,:1mpton

en 1930, estudió Arquitec-:


tura en¡. la ArchiteCtürar
Assocíation School of Archi·
tecture de londr~s. Su activi-
dad profesional se,· reparte
. entre la de arquitecto y la de
historíador y crítico de arqui•
i_1
Historia crítica de la

la
•:;¡,
.-.,.;

Historiá crítica de arquitectura moderna


tectura, Jes·empeñando en la
)esde su prímera aparic1pn en 1980, este actl!alidad labores doc~.ntes traducción de Jorge Sainz
!studio sobre la arquitectura del síglo xx y en la Graduate School of
-~ Architecturp anQ P.lanning, 72.03
lUS origenes es ya un cláslCo en su geriero.
de ia Cohíinbia UníVersi:tv de
(enneth Frampton lo sometió a revisión y
1mpliación en 1985 y 1992. Ahora con uoa -Nueva Yórk .• como prof~soc F 813
de la catedra Waca. No obs:
rneva traducción a cargo_ de Jorge SairÍz,
1rquitecto, -el libro sigue teniendo una
tante, -también ha impartido 2.002
clases en· centros tan impor~
1ígencia, .fuera de dudas y consigue una
nayOr precísión en numerosos detalles_ d~I
tantes como el Royal College 11.16
éxico arquitectónico. · . of Art de Londres y la ETH de
.os últimos capitules, centran la atención. ·en Zurich;_ y;._últimamente, en la
UniVerSity of Virginía, donde
Ej. 2
:uatro pajses en los que el talento personal
, un patrocinio inteligente se han combina•·· ha ocupado la cátedra Tho•
mas ~-Jeff8rson. Es autor de
io para producir una cultura arquitectónica
numerosos ensayos--sobre
:omp~eta y ~p~rS4asiv:1; _Finla~dia, ~Í-ancia,_'. arquitectÜra moderna y con-
:spana y Japo11; la b1bhograf1a, revisada. y <O
temporánea. '-
:::,
impliada, hacen que este libro sea todavía .µ
nas indispens8ble. u
:Esta amb.iciosa publicación, esta obra útil Y- QJ

le gran alcance por su erudición ·en -temás
:rquitectóni~os, contiene muchos. cap¡'1:lJios-'
-~
:::,
o-
¡ue por derecho son ensayos perceptivos; '-
oda ella tiene el sello de una inteligencia <O

ritica en plena madurez... La investigación y ;_:rq


·1 análisis de Fr~mpton tienen un alto nivel ,-~-
ie calidad ... , ef~sP!!cíal valor de este Qenero "'fu
le historía revisíonista radica en que busca -·>o
uentes y las examina a fondo>>. {Ada louise
luxtable, New York Review of Books). uUna
le las obras más importantes de que- hoy
lisponemos sobr~ _arquitectura .. -modernan.
4rchitectural DesigI}). 325 iLustr~Ciones:.,. ---2'~
72.03
F 813
2.01!)2

'ditr ,¡ Gustavo Gili, SA


e· ·celona..Rosselló, 87-89
Ej; 2
9161 - Fax 93 322 9205 /
·qilLcom
com HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
1- 1-335""
Gf.s.~ o'.l...° Kenneth Frampton J~e¡,tJ-

Historia crítica de la

arquitectura moderna
traducción de Jorge Saínz

Editorial Gustavo Gilí, SA


08029 Barcelona Rosselló, 87~89. Tel. 93 322 81 61
México, Naucalpan 53050 Valle de Bravo, 21. Te!. 55 60 60 11
Portugal; 2700-606 Amadora Praceta Noticias da Amadora, nº 4-8. Tel. 21 491 09 36

GG®
HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
A mis padres Índice

Título original
Modern Architecture: A Critica/ History
Publicado por Thames and Hudson, Londres
Pretacio a la tercera edición - - - - 7 18. Mies van der Rohe y la significación de
Versión castellana de Jorge Samz . .. Introducción - - - - - - - - - ~ 8 los hechos, 1921-1933 ..................... 163
Revisión bibliográfica por Joaquim Romaguera I Ramio 19. La nueva colectividad: arte y arquitec-
Diseño de la cubierta de Estudi Coma Primera parte: Movimientos culturales y tura en la Unión Soviética, 1918-
técnícas proplclatorías, 1750-1939 1932 169
1. Transformaciones culturales: la arqw• 20. Le Corbusrer y la Vil!e Radieuse,
tectura neoclásica, 1750· 1900 ............ 12 1928-1946 - - - - - - - 180
2. Transtormaciones territoriales: los de• 21. Frank Lloyd Wright y la ciudad en de•
sarrol!os urbanos, 1800-1909 .............. 20 saparición, 1929·1963 ........................ 188
3. Transtormac1ones técnicas: la mgeme- 22. A!var Aalto y la tradición nordica: el
1ll edición, 1981 na estructura!, 1775-1939 ____ 29 romanticismo nacionalista y !a sensi•
bilidad doricista, 1895-1957 ............... 194
~.e.diGiÓn, 1983
Segunda parte: Una historia crítica, 23. Giuseppe Terragm y !a arquitectura
·;,'.;f'-3g, edición ampliada, 1987 1836-1967 del racionalismo italiano, 1926·1943 205
"' =4bedición, 1989 1. Notícms de nmguna parte: Inglaterra, 24. La arquitectura y e! estado: ldeolog!a y
54-edidón, 1991 1836-1924 - - - - - 42 representación, 1914-1943 ................ 212
,..;·~-- -6!! edición ampliada, 1993 2. Adler y Su!livan: el Auditórium y la 25. Le Corbusier y la monumenta!ización
J!l edición, 1994- construcción en altura, 1886·1895 ... 51 de lo vernáculo, 1930·1960 ............... 226
3. Frank Lloyd Wright y e! milo de ta pra• 26. Mies van der Rohe y la monumentali•
8!1 edición, 1996 -, -- , C} •·.-( ... dera, 1890-1916 _ _ _ _ _ _ 57 zación de la técnica, 1933-1967 ....... 234
9!1 edición, 1998 4. El racionalismo estructural y la m· 27. El eclipse del New Oeal: Buckmms•
1()! edición, 2000 fluencia de Viollet-!e•Duc: Gaudí, Hor- ter Fuller, Philip Johnson y Lou1s
111!. edición, 2002 ta, Gu1mard y Berlage, 1880-1910 ... 64 Kahn, 1934·1964,_____ 241
5. Charles Renme Macklntosh y la es-
Ninguna parte de esta publicación, incluído el diseñ~ _de la cuela de G!asgow, 1896-1916 .......... 74
6. La pnmavera sagrada: Wagner, QI.
cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transm1_t1r.se de Tercera parte: Valoración critica yextenM
brich y Hoffmann, 1886-1912 ............ 79
ninguna forma, ni por mngün medio, _s_ea éste electro~1co, slón hacia el presente, 1925M1991
7. Antonio Sant'E!ia y la arquitectura tu- 1. E! estilo mtemaciona!: tema y variac10•
químico, mecanice, optico, de grabac1on o de toto~op1_a, turista, 1909·1914 _ _ _ _ _ _ 86
nes, 1925·1965 .................................... 252
sin la previa autorización escrita por parte_ ~e la_ ~d1tonal. 8. Adolf Loas y la crisis de !a cultura, 2. El nuevo brutalismo y la arquitectura
La Editorial no se pronuncia, ní expresa m 1mpll?1tamente, 1896-1931 ............................................ 92 del estado de! bienestar: Inglaterra,
respecto a ta exactitud de la información contenida en este 9. Henry van de Velde y la abstracción
de ta etnpaUa, 1895-1914 _ _ _ 98 1949·1959 - - - - - - - - 266
libro razón por la cual no puede asumir nmgún tipo de 3. Las v1c1sltudes de la ideologfa: los
10. Tony Gamter y la ciudad industrial, C!AM y el Team X, crítica y contracríti•
resp~nsabilidad en caso de error u omisión. 1899-1918 · · · · · · · · - - - - - - 102 ca, 1928-1968 273
11. Auguste Perret: !a evolución del rac10• 4. Lugar, producción y escenografía:
nalismo clásico, 1899·1925 ............... 107 teona y práctica 1ntemac1onales des•
© 1980, 1985, 1992, Thames and Hudson Ltd., Londres 12. El Oeutsche Werkbund, 1898·1927 111 de 1962 __________ 284
13. La cadena de cristal: el expresionismo
y para la edición castellana 5. El regionalismo critico: arquitectura
arquitectónico europeo, 1910-1925 118
Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona, 1993 moderna e identidad cultural ............. 318
14. La Bauhaus: la evolución de una idea, 6. La arquitectura mundíaf y la practica
©dela versión castellana, Jorge Samz, 1998 1919-1932 125
15. La nueva objetividad: Alemania, Ho• reflexiva ---······························· 333
landa v Suiza, 1923-1933 _ _ _ 132
Et Printed in 5paín
16. De Stijl: evolución y disolución de!
os ISBN: 84-252-1665-6
neoplastícismo, 1917·1931 ................ 144 Agradeclmlentos ________ 349
M Depósito legal B. 35.242-2002 17. Le Corbus1er y el Esprit Nouveau, Bibliografía ................ _______ 351
Fotocompos1ción: Ormograf, SA, Barcelona
Pe 1907-1931 - - - - - - - 151 indice alfabético · · · - - - - - - - 389
Impresión: Hurope, si, Barcelona
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Prefacio a la tercera edición

Toda historia esta me!udiblemente condiciona- megalópo!is ha de.1ado e! diseño urbano v1r•
da por e! modo de observarla; y no se puede tualmente reducido a una mcongruencia, la ar•
escribir una historra absoluta, igual que no se quitectura como acto critico sigue teniendo sm
puede alcanzar una arquitectura absoluta. El di- duda muchas posibilidades, en particular a
bu_io calidoscóprco altera su alineación mcluso una escala intermedia.
durante un penado de tiempo bastante corto. Hay que hacer también una sene de obser-
As], mientras que la segunda edición de este vaciones adicionales. La pnmera se refiere a
estudio se cerraba con la tesis prov1smnal del otra parado_1a: el hecho de que pese a la cns1s
regionalismo crítico considerado como una mo- en curso de la enseñanza de la arquitectura, la
dalidad descentralizada de resistencia cultural, capacidad conceptual y técnica en los niveles
esta tercera edición evoca el tema de la practica mas altos de !a profesión es probablemente
reflexiva tal como lo expuso el sociólogo Do- mayor hoy que en ningún otro momento des-
nald SchOn, aunque todavía se adhiere 1mplíc1- de el final de !a 11 Guerra Mundial. Tengo en
tamente a una especre de modelo autárqmco en mente no sólo la pericia excepcional de !os
el que fundamentar una practica critica de la me¡ores estudios hígh tech o de tecno!ogia
arqwtectura. A este respecto, es preciso recor- punta, smo también el grado igualmente 1m-
dar que los clientes bien informados y com- pres1onante de sofisticación tectónica que pue-
prometidos son absolutamente esenciales para de encontrarse entre los sectores profes1ona•
la cultura arquitectónica, y que el cast1go divi- les mas humanistas, algo que es patente, por
no de la arquitectura sigue siendo la 1mpos1- e¡emplo, en la obra del maestro portugués Al-
ción arbitraria de !a forma por parte de !a varo Siza. Estrechamente comprometidos con
burocracia. esta linea hay gran número de estudios artesa•
Presentar la última década de la arquitectu- nales, medianos y pequeños, dispersos por
ra contemporanea conlleva muchas dificulta- todo el mundo; y a ellos va mi pnnctpal discul-
des, y tal vez !a mayor de ellas sea el problema pa, pues s1 hubiese dispuesto de mas espacio,
de elegir entre un espectro tan amplio de co- habría incluido un abanico mucho mas amplio.
mentes. En este sentido nunca se esta del Me refiero, por supuesto, a algunas obras de
todo al día, pues cada década aporta una nue- la India, Australia, Canadá, América Latina y
va cosecha de arquitectos de talento mientras Oriente Próximo, y confío en que una edición
la generación anterior esta todavía camino de posterror permita correg1r este desequi!ibno.
su madurez. Al fina! he decidido responder al desafío
La década de los años ochenta ha sido tes- planteado por la riqueza de este espectro pnn•
tigo también de un sorprendente aumento de c1pa!mente de dos maneras. En primer lugar,
la calidad general de la producción arquitectó- he ampliado !a bibliografía de forma que no
nica. Esto último seguramente se debe en cier- sólo refle¡e el vasto alcance de !as últimas m•
ta medida a una expansión manifiesta en el vestigac·1ones en este campo, smo que tam-
campo de las publicaciones, de modo que, pe- bién indique, implícitamente, e! abanico de
se a sus aspectos reduccionistas, puede consi- obras arquitectónicas que habna incluido s1
derarse que la explosión informativa ha sido hubiese tenido mas espacio disponible. En se-
beneficiosa en cuanto que ha elevado el nivel gundo lugar, he reestructurado y ampliado el
general de la cultura arquitectonica no sólo en texto. El capitulo 4 de la tercera parte se ha re•
los centros, smo también en las zonas supues- visado con objeto de registrar !as últimas acti-
tamente menos desarrolladas del mundo. vidades de la neovanguardia y de documentar
Cualquiera que sea tan imprudente como los logros específicos de los arquitectos de la
para pers1stlr en el intento de defender un rela- tecnologia punta y de ese sector que hemos
to conciso y progresivo de !a arquitectura con- !legado a reconocer como estructura!ista. He de-
temporanea se entrenta mev1tablemente con la cidido dedicar el nuevo capitulo final a las obras
paradoJa de que si bien la urbanización global de cuatro países bastante desarrollados, en !os
de !os últimos veinte años !levó invariable- que puede afirmarse que existe un nivel profe-
mente a la depredación ambiental -casi como sional notablemente alto en general. Es a ese ni-
resultado directo del max1mo aprovechamien- vel general de producción, mas que al culto a
to tecnológico-, la practica de !a arquitectura las estrellas, al que esta edición está dedicada.
como discurso marginal ha mejorado casi por
doquier. Asi pues, aunque v1v1mos en un mo- Kenneth Frampton
mento en que la dispersión especulativa de la Nueva York, 1991

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bastante breves que abordan tanto la obra de mente planeadas e industna!izadas; y por otro,
:e
Introducción arquitectos particularmente significativos como la negación de la propia realidad histonca de la lS
las pnnclpales comentes colectivas. producción maquinista.
En la medida de lo posible he intentado Si bien todas las artes están en cierta medi-
ofrecer la posibilidad de leer el texto de vanas da limitadas por sus medios de producción y
LS
maneras. As1, puede recorrerse como un relato
continuo u hojearse al azar. Aunque la secuen•
reproducción, no sucede fo mismo con !a arqw-
tectura, que esta condicionada no sólo por sus
19
era se ha organizado teniendo en mente al lec- propios medios técnicos, sino también por tuer-
tor profano o al estudiante umversitano, espero zas productivas externas a ella misma. El eJem-
que su lectura casual pueda servrr para tomen• plo más evidente de todo esto es la crudad,
tar el traba.10 de los titulados y se demuestre donde la separación entre arquitectura y desa-
útil para los especialistas que deseen desarro• rrollo urbano ha !levado a una situación en la
llar un punto en particular. que !a posibilidad de que se aporten algo mu•
Aparte de esto, la estructura del texto está tuamente durante un largo perrada de tiempo
en relación con el tono general del libro, en la ha quedado de pronto sumamente limitada. So-
medida en que he intentado, siempre que ha metida cada vez mas a los imperativos de una
sido posible, de¡ar que hablasen !os propros econom1a consumista en continua expansión, la
protagomstas. Cada capitulo comienza con una ciudad ha perdido prmc1palmente su capacidad
cita, elegida por su agudeza con respecto a para mantener su significación como con1unto.
a lo largo de todo el siglo, indica que las candi• una situación cultural concreta o blen por su El hecho de que ha sido disipada por tuerzas st•
Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus capacidad para revelar el contenido de la obra. tuadas tuera de su control queda demostrado
Novus. En él se ve un ángel que parece estar cmnes necesarias para !a aparición de la arqm•
tectura moderna se dieron en algún momento He procurado usar estas •voces' para ilustrar fa por la rápida erosión de las ciudades provincia-
aleiándose de algo sobre lo cual clava la "!,ra- manera en que la arqultectura moderna ha les norteamerrcanas tras el fin de la ll Guerra
da.' Tiene /os 010s desencajados, Ja boca a~1erta comprendido entre el desafío lanzado a finales
evoluc1onado como un estuerzo cultural conti- Mundial, coma consecuencia del efecto combi-
y Jas alas extendidas. El ángel de la ~1stona del siglo xvn por el médico-arquitecto Claude
nuo, y para poner de manifiesto como ciertos nado de tas autopistas, las urbanizaciones y los
debe de tener ese aspecto. Su cara esta vuelta Perrault en contra de la validez universa! de !as
temas pudieron perder relevancia en algún supermercados.
hacia el pasado. En Jo que a nosotras nos pare- proporciones vitruv1anas, y la separación defini-
momento de la histona sólo para retornar pos- El ex1to y el fracaso de la arquitectura mo-
ce una cadena de acontec1m1entos, él ve una tiva entre ta mgenier1a y la arquitectura, que a
teriormente con un renovado vigor. En este re- derna y su posible papel en el futuro deben
catastrofe umca, que acumula sm cesar ruma veces se hace cmncidir con !a fundación en Pa- valorarse finalmente en relación con este tras-
lato aparecen muchas obras no construidas,
sobre ruma y las arra/a a sus pies. El ángel que- rís de !a Ecole des Ponts et Chaussées, !a pn•
pues para mi Ja historia de la arquitectura mo- fondo bastante comp!e¡o. En su forma más abs-
rría detenerse, despertar a los muertos y re· mera escuela de ingenierra, en 1747. derna tiene tanto que ver con !o consciente y tracta, la arquttectura ha tenido, por supuesto,
componer Jo despedazado. Pero una tormenta En este libro tan sólo se ha podido ofrecer alguna participación en el empobrectmiento del
con la intención polémica como con los pro-
desciende del Para1s0 y se arremolina en sus un sencillo esquema de esta prehistoria del Mo- pios edificios. entorno: en particular cuando ha sido un mero
alas, y es tan fuerte que el angeJ no puede ple- vimiento Moderno. Los tres pnmeros capítulos Como muchas otras personas de m1 genera- instrumento para la racronalización tanto de tos
garlas. Esta tempestad fo arrastra 1rres1st1ble- han de leerse, por tanto, ba_io una luz diferente ción, estoy influido por !a interpretación mane1s• tipos como de !os metodos edificatorios, y
mente hacia el futuro, aJ cual vuelve la espalda, a la del resto del libro; tratan sobre !as t~ansfor- ta de la histona, aunque incluso !a lectura mas cuando tanto e! acabado final como la forma
mientras el cúmulo de rumas sube ante él hacia maciones culturales, territoriales y técnicas de superficial de este texto revelara que no se han plammétrica se han reducido a su mínimo co-
el cielo. Tal tempestad es Jo que llamamos pro· !as que surgió la arquitectura moderna, Y ofre- aplicado ninguno de los métodos establecidos mún denommador con el fin de hacer mas
greso. cen un breve relato de cómo evolucionaron !a de anil!is1s marxista. Por otro lado, m1 afinidad barata la erecución y de optimizar e! uso. En su
arquitectura, el desarrollo urbano y la mgeme· con la teorra crítica de la escuela de Frankfurt preocupación, blenmtenc1onada, pero a veces
Walter Beníamm ria entre 1750 y 1939. ha teñido sm duda mi visión de todo este descaminada, por asimilar !a realidad de las téc-
'Tesis sobre la fi!osofia de la historia·; 1940 Los temas críticos que se han de introdu_crr penado y me ha hecho perfectamente cons- nrcas y los procedimientos del siglo xx, !a ar•
al escribir una historia completa pero co_ncr_sa ciente del lado oscuro de la Ilustración, la cual, qu1tectura ha adoptado un lenguaJe en el que !a
san: primero, decidir que matenal deberia in- en nombre de una razon poco razonable, ha lle- expresión reside casi por completo en compo-
cluirse; y segundo, mantener alguna clase de vado al hombre a una situación en la que em- nentes secundanos tales como rampas, paseos,
coherencia en la interpretación de los hechos. pieza a estar tan ale.iado de su propia produc- ascensores, escaleras, chimeneas, conductos y
Una de las pnmeras tareas que se han de atron- He de admitir que en ambos aspectos no he ción como del mundo natura!. colectores de basuras. Nada podía estar tan ale-
tar al intentar escribir una historia de la arqui• sido todo !o coherente que habría deseado: en Et desarrollo de fa arquitectura moderna Jada del !enguaie de la arqurtectura clásica, en
tectura moderna consiste en establecer el co- parte, porque la información con frecue~~1a de· después de la Ilustración parece haberse dividi- la que tales elementos estaban mvanab!emente
mienzo de! penado. Sin embargo, cuanto mas bla tener pnondad sobre la interpretacion; ~n do entre el utoprsmo de la vanguardia, formula• ocultos tras la tachada, y en ta que el cuerpo
rigurosamente se busca el origen de la moder• parte porque no todo el material se ha estudia· do por vez pnmera a comienzos de! siglo xix en principal de! edificio podía expresarse libremen-
nidad, más atrás parece encontrarse. Se tiende do c~n el mismo grado de detemmiento; Y en la fis1ocrát1ca ciudad ideal de Ledoux, y esa ac- te: una supresión de los datos emplrícos que
a proyectarlo hacia el pasado: si no hasta el Re- parte, porque m1 postura interpretativa ha va· titud antlc!ils,ca, antirrac1onal y antiutilitana de permitía a la arquitectura simbolizar el poder de
nacimiento, a! menos hasta ese momento de nado segun el tema considerado. En algunos la reforma cristiana promulgada por pr'lmera la razon mediante la racionalidad de su propio
mediados del siglo xv111 en el que una nueva casos he intentado mostrar como un. plantea- vez en el libro Contrasts, de Pugm, en 1836. discurso. El tunc1onalismo se ha basado msta•
visión de la histona llevo a los arquitectos a Desde entonces, en su esfuerzo por trascender mente en el pnnc1p10 opuesto, en concreto la
miento concreto denva de circunstanc1as-soc10·
cuestionar los canones clásicos de Vitruv_io Y la división del.traba¡o y la dura realidad de la reducción de toda expresión a la utilidad o a los
economicas o 1deológ1cas, mient~~s_- que en
a documentar los restos del mundo an~1gyo producción industrral y del proceso de urbanr- procesos de tabncación.
otros me he lim·1tado a hacer un an~l1s1s formal.
con el fin de establecer una base mas ob.1et1va zación, la cultura burguesa ha oscilado entre Visto el saqueo de esta tradición reduccio•
Esta vanacíón se refleJa en la p_ropia·e st ru.ctura
sobre la que traba1ar. Esto, junto con los extra- dos extremos: por un lado, las utopías total- nista moderna, en la década de los ochenta nos
del libro, dividido en un mosaico de capitulas
ordinarios cambios técnicos que se desarrollaron
9
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HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
l
,1
I'
¡I
vimos forzados a volver una vez mas a !as for-
mas tradicronales y a modelar los nuevos edifi-
cios -casi con independencia de su rango- con
la tconografía de un estilo kitsch vernacu!o. Se
decia que la voluntad popular exigía !a tranqui-
lizadora imagen de la comodidad domestica y
bia emprendido el camino-, tan sólo dos pare-
cían ofrecer la posibilidad de un resultado s1gnr-
ficat1vo. Mientras que la primera de ellas era
totalmente coherente con las formas de produc-
ción y consumo predominantes, !a segunda se
planteaba como una mesurada oposición a am-
Primera parte
Movimientos culturales
y técnicas propiciatorias
artesana!, y que !as reterencias 'clilsicas' aun- bas cosas. La prrmera, s1gUJendo ese ideal tor-
que abstractas, eran tan incomprensibles como mu!ado por Mies van der Rohe como bemahe 1750-1939
dominantes. Esta opinión critica raras veces ex- mchts ('casi nada'), buscaba reducrr !a labor
tendió el alcance de sus conseJos mas allá del edificatona a la categoría de diseno industnal a
tema superficial del estilo para ex191r que la una escala enorme. Dado que su preocupación
practica de la arqwtectura se orrentase hacia el consistía en optimizar la producción, mostraba
tema de !a creación de un lugar, hacia una re- muy poco o ningun interés por la ciudad. Oe-
definición critica pero creativa de las cualidades tendia un tuncronalismo no retónco con buenas
concretas del mundo construido. mstalac1ones y un buen envoltorio, cuya 'invisi-
La vu!ganzación de la arquitectura y su pro- bilidad' acnstalada reduc1a la torma al silencio.
gresivo a1s!am1ento de la sociedad llevo por en- La segunda, por otro lado, era claramente ·visi-
tonces a que la disciplina se volcase sobre si ble' y a menudo adoptaba la torma de un
misma, de modo que nos entrentamos con la recmto de muros que establecía dentro de su
paradóiica situación de que muchos de !os limitado mundo ·monastico' un con¡unto de
miembros mas jóvenes e inteligentes de la pro- relaciones, razonablemente abíertas y sin em-
fesión abandonaron toda idea de construir. En bargo concretas, que unían a !os seres huma-
su versión más intelectual, esta tendencia redu- nos entre si y a estos con la naturaleza. El he-
cra tos elementos arquitectónrcos a puros sig- cho de que este 'enclave' tuese con frecuencia
nos sintacticos que no significaban nada tuera introvertido y relativamente mdiferente al ambi-
de su propia operación 'estructura!'; en su ver- to contmuo, físico y temporal, en el que estaba
sión mas nostálgica, exaltaba la pérdida de !a situado caracterizaba el impulso general de este
ciudad mediante propuestas metafóncas e ira- planteamiento como un intento de huir, aunque
meas que se proyectaban hacia 'desiertos astra- tuese en parte, de las condicionantes perspecti-
les' o se situaban en el espacio metafísico del vas de !a Ilustración.
esplendor urbano del siglo x1x. La única esperanza de un discurso significa-
De las vias de acción que aun quedaban tivo en el tuturo radicaba, en m1 opinión, en un
abiertas para la arquitectura contemporánea contacto creativo entre estos dos puntos de vis-
-v1as por. las que de uno u otro modo ya se ha- ta extremos.

1 Págma s1gmente, Soufflot, Ste-GeneviE!ve (ahora


el Panteón), Pans, 1755~1790; los pilares de crucero
J'i
10
fueron reforzados por Rondelet.
¡
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HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
J
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1. Transformaciones culturales: so pronto llevo a una ardua controversia: ¿en Entre su libro Parere su l'archítettura, de
la arquitectura neoclásica, 1750-1900 cuál de las cuatro culturas mediterraneas -eg1p• 1765, y sus grabados de Paestum, publicados
cia, etrusca, gnega y romana- debenan buscar despues de su muerte en 1778, Piranesi aban-
un estilo auténtico? dono la verosimilitud arquitectónica y dio nen-
Una de las primeras consecuencias de esta da suelta a su 1magmación. En una publicación
nueva valoración del mundo antiguo fue la am- tras otra, culminadas en su extravagantemente
pliación del itinerano del ya tradicional Grand exótico trabajo de ornamentación intenor de
Tour más allá de las confines de Roma, para es• 1769, se entregó a las man1pulacmnes alucina-
tudiar asi en su perifena aquellas culturas en tonas de la forma histoncista. Indiferente a la
!as que, según Vitruv10, se había basado la ar- distinción prohelémca de Winckelmann entre
qmtectura romana. El descubrimiento y la exca- belleza innata y ornamento gratuito, sus deli-
vación de tas ciudades romanas de Herculano y rantes invenciones eierc1eron una atracción irre-
Pompeya durante la pnmera mitad del sr- sistible sobre sus c0ntemporáneos, y !os mte-
glo xvm alentó las expediciones aún mas leJa- nores grecorromanos de los hermanos Adam
nas, y pronto se hicieron visitas a los asenta- eran en gran medida deudores de los vuelos de
mientos antiguos de los gnegos, tanto en Sicilia su imaginación.
como én !a propia Grec1a. E! legado vitruviano En Inglaterra -donde el Rococó nunca habla
de! Renac1m1ento -el catecismo del Clas1c1smo- sido aceptado del todo- el impulso para redimir
debia confrontarse entonces con las rumas rea- los excesos del Barroco encentro su primera
El sistema barroco operaba una especie de do- comenzado a superar las barreras técnicas del les. Los dibuJos acotados que se publicaron en expresión en el palladianismo 1n1cmdo por lord
ble cruzamiento. A un jardín ·racionalizado· Renacimiento. La segunda tue un giro funda- tas décadas de 1750 y 1760 -Ruines des plus Burlington, s1 blen algo de este mismo espíritu
'! oponia fachadas con frecuencia 'vegeta/izadas;:
el reino del hombre y el de la naturaleza
mental en la naturaleza de la conciencia huma-
na -en respuesta a los cambios cruciales que
beaux monuments de la Grilce {1758), de Ju- purgativo puede detectarse en las últimas obras
lien-David Le Roy; Antiquities of Athens (1762}, de Nicho!as Hawksmoor en Cast!e Howard. Sin
seguian siendo ciertamente distintos, pera estaban teniendo lugar en la sociedad- que dio
:¡ permutaban su carácter interpenetrándose por origen a una nueva tormación cultura! igual-
de James Stuart y Nicholas Revett; y la docu-
mentación del palacio de Diocfec1ano en Sp!it
embargo, a finales de la década de 1750, !os
i bntámcos ya estaban completando asiduamen-
razones de decoración y de prestig10. Por el mente adecuada para los estilos de vida de la {1764), de Robert Adam y Charles-Lou1s Cléns- te su formación en la propia Roma, donde,
contrario, el parque ·a la mg/esa' en el que la in- aristocracia en declive y de la burguesía en as- seau- atestiguan la intensidad con la que se se- entre 1750 y 1765, se podía encontrar como re-
tervención del hombre pretende hacerse mvis1- censo. Mientras que los cambios tecnológicos gu1an estos estudios. Fue la defensa por parte sidentes a los pnnc1pales detensores del Neo-
ble, debe ofrecer el espectáculo ma1estuoso de llevaron a unas nuevas infraestructuras y a la de Le Roy de !a arquitectura grrega como on• clasicismo, desde el prerromano y proetrusco
la voluntad de la naturaleza; frente ai espac10 explotación de una creciente capacidad produc- gen del 'estilo autentico' lo que provocó la ira Piranes1 a los prognegos Winckelmann y le
del parque, las casas que construyen Moms o tiva, el cambio en la conciencia humana dio chovm1sta del arquitecto y grabador italiano Roy, cuya influencia estaba aún por llegar. En-
Adam llevan impresa la voluntad del hombre y paso a nuevas categotias del conocimiento y a Giovanm Battista Piranes1. tre el contingente británico se hallaban James
definen una permanencia racional en el seno una clase de pensamiento historicista tan refle- El libro de Piranesi Della magnificenza ed Stuart, que iba a emplear el orden dórrco grie-
del remo 1rrac1onal de la vegetación libre. En xivo que cuestionaba incluso su propia identi- architettura de' romani, de 1761, era un ataque go ya en 1758, y el .10ven George Dance, que
vez de Ja conexión barroca, descubnmos una dad. Los primeros, fundados en la ciencia, se directo a la polémica planteada por Le Roy: nada mas regresar a Londres en 1765 diseñó la
separación: ésta señala precisamente la distan- hicieron realidad inmediatamente en las exten- afirmaba no sólo que los etruscos habian pre- pnsión de Newgate, una construcción super•
cia a partir de la cual es posible realizar una sas obras de carreteras y canales de los si- cedido a los griegos, smo que, ¡unto con sus fic1almente p1ranes1ana cuya rigurosa organi-
contemplación nostálgica de la naturaleza. Aho- glos xvu y xvm, y dieron ongen a nuevas institu- sucesores !os romanos, habian elevado la ar- zación muy bien podia estar en deuda con las
ra bien, este ensueño contemplativo, segun he- ciones de carácter técmco como la Ecole des quitectura a un mayor nivel de refinamiento. La teonas neopaltadianas de las proporciones tor-
mos visto, sobreviene precisamente a titulo de Ponts et Chaussees de Paris, fundada en 1747; única prueba que pudo aportar en apoyo de su muladas por Robert Morris. El desarrollo defini-
compensación o de expiación, en el momento el segundo provocó la aparición de las discipli- l, declaración eran las escasas construcciones tivo de! Neoc!as1c1smo británico llegó rnic1al•
en que la actitud práctica frente a la naturaleza nas humanistas de la Ilustración, mc!u1das las etruscas que habian sobrevivido a los saqueos mente con la obra de John Soane, disc1pulo de
tiende a definirse como una explotación agresi- obras pioneras de la soc10Jogia, la estética, la de Roma -tumbas y obras de ingemena-, y fue• Dance, que smtetizó con un nivel notable diver-
va. El contraste entre la vivienda y el parque histona y la arqueología modernas: De /'esprit ron éstas las que al parecer orientaron e! resto sas influencias provenientes de Piranesi, Adam,
procede de esta situación de guerra, pero la des /01s (1748), de Montesquieu; Aesthetica de su carrera en una dirección tan extraordina- Dance e incluso del Barroco mglés. La causa del
transpone en armisticio localizado, funda el (1750), de Baumgarten; Le siécJe de Lows XIV ria. En una colección tras otra de grabados, fue Greek reviva! o revitalización del estilo gnego
sueño de la paz imposible, frente a una natura- {1751), de Voltaire; y Geschichte der Kunst des representando el lado oscuro de esa sensación tue más tarde populanzada por Thomas Hope,
leza de la que se ha procurado conservar la Altertums (1764), de Winckelmann. ya calificada por Edmund Burke en 1757 como cuyo libro Househo/d Furmture and /ntenor De-
imagen mtacta. La excesiva elaboración del lengua1e arqui- 'lo sublime': ese terror sosegado inducido por coration (1807) permitió contar con una versión
Jean Starobinski tectónico de los mterlores rococó del Ancren la contemplación del gran tamaño, la extrema- bntámca del 'estilo 1mpeno' napoleónico, por
L'inventlon de la liberte, 1964 Régime y la secularización del pensamiento de da antigüedad y e! desmoronamiento. Estas entonces en proceso de creación por parte de
la Hustración obligó a los arquitectos del si- cualidades adquirieron toda su tuerza en !a Percier y Fontame.
glo xvm, por entonces conscierites ya de !a na- obra de Piranes1 a través de !a infinita grandeza Nada más leJos de !a experiencia británica
La arquitectura de! Neoc!as1c·1smo surgió al pa- turaleza incipiente e inestable de. su momento de las 1magenes que plasmaba. Sin embargo, que el desarrollo teórico que acompañó a la
recer de dos comentes distintas, pero emparen- histónco, a buscar un estilo ·auténtico mediante esas nostálgicas 1magenes c!ásrcas eran trata- aparición del Neoclasicismo en Francia. La tem-
tadas, que transformaron radicalmente la rela- una reva!uación de la Antigüedad. Su motiva- das -como ha observado Mantredo Tatun- prana conciencia del carácter relativo de la cul-
ción entre el hombre y la naturaleza. La primera ción no cons1stfa s1mptemente en copiar a los 11como un mito a combatir•.. como meros trag- tura a finales del siglo xvu impulso a C!aude
tue un aumento repentino de la capacidad antiguos, sino en acatar los principios sobre los mentos, como símbolos deformados, como or- Perrault a poner en duda !a validez de las
humana para ejercer su control sobre la natu- que su trabajo se había basado, ,La investiga- ganismos alucinantes de un ·orden' en deca- proporciones v1truvianas tal como habían srdo
raleza, que a mediados del siglo XVII había ción arqueológica que surgió :de este ·1mpu!- denc1a>J. heredadas y depuradas a través de la teoría clá-

,¡! 12 13
' HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
1

i s1ca. Por e! contrano, Perrau!t elaboro su tesis tersticIos entre las columnas serian tan acnsta- pote' o 1gles1a metropolitana, compuesta en
de la belleza positiva y de la belleza arbitrana, lados como fuera posible. parte siguiendo el modelo de Ste-GeneviElve.
otorgando a la primera e! papel normativo de Esta construcción 'traslúcida' se hizo reali- Una luz similar se plasma en la vasta estera de
!a estandarización y la pertección, y a la segun- dad en la iglesia de Ste-Geneviéve de París, de mampostería de su proyecto para e! cenotafio
da esa tunción expresiva que puede ser reque- Jacques-Germain Souff!ot, comenzada en 1755. de Isaac Newton, donde, de noche, una hogue·
rida por una circunstancia o un caracter parti- Souff!ot -que en 1750 habla sido uno de !os ra se suspendería en medio del espacio para re-
culares. primeros arquitectos en visitar los templos dó- presentar e! sol, IT11entras que de día se apaga-
Este desafío a !a ortodoxia vitruv1ana tue ricos de Paestum- estaba decidido a recrear la na para mostrar la ilusión del firmamento
compilado por e! abate Jean-Loms de Corde- ligereza, la espac1os1dad y !as proporciones de producida al brillar la luz diurna a traves de !os
rnoy en su libro Nouveau Traité de toute l'ar- !a arquitectura gotlca a base de elementos clá- muros pertorados de la estera.
chitecture (1706), en el que reemplazaba los sicos, por no decir romanos. Con este obietlvo, Aunque los sentimientos politices de Bou!-
atributos vitruv1anos de la arquitectura -es de- adopto una planta de cruz griega, con !a nave lée eran sólidamente republicanos, s1empre se
cir, utilitas, flrm,tas y venustas (utilidad, solidez central y las laterales formadas por un sistema dedico obses1vamente a imaginar los monu-
y belleza)- por su triada propia: ordonnance, de cupu!as reba¡adas y arcos semicirculares mentos de cierto estado omnipotente consagra-
distribut10n y bienseance. Mientras que sus apoyados en un peristilo interior continuo. do al culto del Ser Supremo. Al contrano que
dos primeras categorías se retenan a la correc- La labor de integrar !a teoría de Cordemoy y Ledoux, no se sentia 1mpres1onado por las uto- 2 Boullée, proyecto para un cenotafio para Isaac
ta proporción de los órdenes clásicos y a su la obra magna de Souff!ot para formar la tradi- pías rurales descentralizadas de Morelly o Jean- Newton, haclil 1785. Sección 'de noche'
apropiada disposición, la tercera tntroduc1a la ción académica trancesa recayo en Jacques• Jacques Rousseau. Pese a ello, su 1nfluenc1a en
noción de decoro, con la cual Cordemoy adver- Franco1s Blondel, qwen, tras abrrr su escuela la Europa posrevoluc1onana tue considerable,
tía contra la inadecuada aplicación de los ele- de aÍquitectura en la Ruede !a Harpe en 1743, primordialmente gracias a la actividad de su
mentos clásicos u honorificas a las construc-
ciones uti!itanas o comerciales. As1 pues,
ademas de mostrarse crítico con e! Barroco
se convirtió en el maestro de esa generación
de arquitectos denominados 'visionarios· que
mc!u1a a Etienne-Lou1s Boullée, Jacques Gon-
disc1pu!o Jean-Nicolas-Louis Durand, que redu-
JO sus extravagantes ideas a una tipologia edifi-
catoria normativa y econom1ca, expuesta en su
a~J@2I
-que era el último estilo público retonco del doum, Pierre Patte, Mane-Joseph Peyre, Jean- libro Préc1s des le9ons données á l'Ecole Po/y•
Anc1en Régime-, el Traite de Cordemoy antici- Baptiste Rondelet y C!aude-Nico!as Ledoux, techmque 11802-1809).
paba la preocupación de Jacques-Franco1s probablemente el mas v1s10nano de todos. Tras qmnce años de desordenes milenanos,
Blonde! por !a expresión formal apropiad.a y Blondel estableció sus principales preceptos !a era napoleónica requería construcciones úti-
por una fisonomía diferenciada para adaptarse -relativos a la composición, el tipo y el carac-
les de grandeza y autoridad adecuadas, con la
al vanab!e carácter socia! de tos distintos tipos ter- en su Cours d'archítecture, publicado entre
condición de que todo ello pudiera lograrse del
de edificios. En esa epoca ya se empezaba a 1750 y 1770. Su diseño de 1g!es1a idea!, inclui-
modo más barato posible. Durand, el pnmer tu-
atrontar la articulación de una sociedad mucho do en el segundo volumen del Cours, estaba
tor de arquitectura de la Ecole Po!ytechmque,
mas compleia. emparentado con Ste-Geneviéve y presentaba
trató de establecer una metodología edificatoria
Aparte de insistir en la aplicación Juiciosa de de modo prommente un frente representativo,
los elementos clásicos, a Cordemoy le preocu- universa! -el equivalente arquitectomco del Có-
al tiempo que articulaba cada elemento mtenor
digo Napoleónrco- mediante la cual pudieran 3 Durand, posibles combinaciones y permutaciones
paba su pureza geométrica, como reacción en como parte de un sistema espacial continuo
contra de algunos recursos barrocos tales crearse construcciones economIcas y adecua- de plantas, del Prec,s, 1802-1809.
cuyas vistas infimtas evocaban el sentido de !o
como el interco!umnado irregular, los tronto- das gracias a la permutación modular de unos
sublime. Este proyecto de iglesia insinuaba ya
nes partidos y las columnas salomónicas. Tam- !a sencillez y la grandeza que iban a inspirar las tipos füos de plantas y vanos alzados alternati- m1c1rcular -que convirtió en el centro oval de su
bién la ornamentación había de someterse a !a vos. De este modo, la obsesión de Boullée por ciudad- puede considerarse uno de primeros
obras de muchos de sus alumnos, sobre todo
1 adecuación, y Cordemoy -antic1pilndose en Boullée, quien a partir de 1772 dedicó su vida a los vastos volúmenes ptatomcos se explotaba ensayos en el campo de la arquitectura mdus-
i;
doscientos años al célebre escrito de Adolf proyectar edificios tan vastos que hac1an impo- como un medio para conseguir un caracter ade• tnal, en !a medida en que mtegraba consciente-
i, Laos Ornament und Verbrechen ('Ornamento y sible su realización. cuado a un precio razonable. Las críticas de Du- mente las unidades productivas con !os aloIa-
1, delito')- argumentaba que muchos edificios no Ademas de representar et caracter social de rand a Ste-GeneviElve, por e1emplo, con sus 206 mientos de los obreros. Cada elemento de este
li requerian mngUn tipo de ornamento. Sus pre- sus creaciones de acuerdo con las enseñanzas columnas y 612 metros de muros, le tndu.1eron con¡unto fis1ocrático se modeló de acuerdo con
'! ferencias eran !a mampostena sin columnas y de B!ondel, Boullée evocaba las emociones su- a hacer una contrapropuesta para un templo su caracter. Asi, las naves para !a evaporación
las construcciones ortogonales. Para él, !a co- blimes del terror y el sosiego mediante la gran- ctrcular con una superficie seme¡ante, que ne• de la sal, situadas en el eIe transversal, teman
lumna exenta era la esencrn de !a pura arqui- deza de sus concepcrones. Influido por e! libro cesItaria tan sólo 112 columnas y 248 metros de cubiertas muy altas, al modo de los edificios
tectura, tal como habia quedado patente en la Géme de l'archítecture, ou l'analog,e de cet art muros: una considerable economía, con !a cual, agrícolas, y un acabado de sillena lisa con ade-
catedra! gótica y en el templo griego. avec nos sensatwns (1780), de Le Camus de segun él, se habna alcanzado un aura mucho rezos almohadillados; en cambio, la casa del di-
El abate Laugier, en su libro Essa1 sur l'ar- MéziElres, comenzó a desarrollar su genre tem- mas impresionante. rector, colocada en el centro, presentaba cu-
chitecture (1753), remterpretó a Cordemoy pro- ble, en e! que la inmensidad de la visión y !a Ledoux, despues de que su carrera quedase biertas ba1as y trontones, tenra todos sus muros
pugnando una arquitectura universal y 'natu- desornamentada pureza geometrica de !a for- truncada por la Revolución, volvió a desarrollar almohadillados y estaba adornada con pórticos
ral': la 'cabaña primitiva' original, compuesta ma monumental se combinan de tal terma que durante su encarcelamiento el proyecto de las clásicos. Aqui y allá los muros de las naves de
de cuatro troncos de arbol que soportaban una provocan el regoci.io y la ansiedad. Más que salinas que habia construido para Luis XVI en la sal y de las casas de los obreros mostraban
rllstica cubierta a dos aguas. Siguiendo a Cor- ningun otro arquitecto de la Ilustración, Boul!ée Arc-et-Senans entre 1773 y 1779. Amplió la ter- relieves de grotescos borbotones de agua petri-
demoy, detendía esta terma prímana como la estaba obsesionado con la capacidad de la luz ma semicircular de este con¡unto para formar el ficada, que no sólo simbolizaban la solución sa-
base de una especie de construcción gótica para evocar la presencia de lo divmo. Esta in- corazon representativo de su ciudad ideal de lina de la que dependía !a empresa, sino que m-
transformada en clásica en la que no habría m tención es evidente en la neblina diáfana y so- Chaux, publicada en 1804 ba.10 el título L'Archi- dicaban también que el sistema productivo y la
arcos m pilastras m pedestales ni nmgún otro leada que ilumina el interior de su 'Métro- tecture consideree sous Je rapport de l'art, des tuerza de traba10 teman un rango similar dentro
tipo de articulación forma!, y en la que los m- moeurs et de la fégislation. La propia salina se- del proceso.

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HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS
11:¡

Gondoum, dedicada a la Grande Armée, el ejér-


cito napoleomco. En Alemania, esta tenden•
cia se hizo patente por vez primera en la
puerta de Brandenburgo, de Carl Gotthard
Langhans, construida como entrada occidental
a Berlín en 1793; y en el diseño de Friedrich Gi•
lly para un monumento a Fedenco el Grande,
de 1797. Las formas primanas de Ledoux sirvie-
ron de inspiración a Gilly para emular la seven-
dad del dórico, haciéndose eco as1 de! poder
'arcaico' del movimiento Sturm und Drang en la
literatura alemana. Al igual que su coetaneo
Friedrich Weinbrenner, Gilly concibió una c1vili• 5 Schinkel, A!tes Museum, Berlín, 1828-1830.
zación primitiva y espartana, de elevados valo-
res morales, con la que exaltar el mito del esta•
do ideal prusiano. Su notable monumento Blondel tuvo su continuidad a mediados del si-
habría adoptado !a terma de una acropolis arti- glo xrx en ta carrera de Henn Labrouste, que
ficial en la Le1pzígerplatz. A este temenos se habla estudiado en la École des Beaux-Arts {la
habna entrado desde Potsdam a través de institución heredera la Acadérnie Royale d'Ar-
un rechoncho arco triunfal rematado por una chltecture después de la Revolución) con Léon
1 cuadriga. Vaudoyer, éste a su vez discipulo de Peyre. Tras
¡j
' Colega y sucesor de Gilly, el arquitecto pru-
siano Karl Friedrich Schinkel mostró imc1almen•
ganar e! Prix de Rome en 1824, Labrouste pasó
los cmco años siguientes en la Academia Fran-
te su entusiasmo por el Gótico no gracias a cesa de la capital italiana, dedicando gran parte
Berlín o París, smo a su propia experiencia per- de su tiempo en Italia a estudiar los templos
sonal con las catedrales italianas. Sin embargo, griegos de Paestum. Inspirado por la obra de
tras la derrota de Napoleon en 1815, este gusto Jakob-lgnaz Hittorff, Labrouste fue de los pri-
romant1co quedó en gran medida eclipsado por meros en afirmar que aquellas construcciones
la necesidad de encontrar una expresión apro- habian estado onginanamente cubiertas de bri-
piada para el triunto del nacionalismo prusiano. llantes colores. Esto, y su msistencia en la pri-
4 Ledoux, ciudad ideal de Chaux, 1804. La combinación de idealismo político y pericia mac1a de la estructura y en que todo ornamento
militar parecía ex1g!f un retorno a lo clásico. En derivaba de la construcción, le llevo a entrar en
todo caso, éste era el estilo que ligó a Schinket conflicto con !as autoridades tras la inaugura-
no sólo con Gilly, smo también con Durand, en ción de su propio taller en 1830.
Desarrollando de un modo ficticio esta res- pu!ar, que pretendían adm1mstrar, el Encemte la creación de sus obras maestras en Berlín: !a En 1840 Labrouste fue nombrado arquitecto
trmg1da tipolog1a para mclurr todas las mstitu- des Ferm1ers Gtlneraux, del que se decía: <1Le Neue Wache, de 1816; la Schauspielhaus, de de la biblioteca de Ste-Genevieve de París, que
c10nes de su cmdad ideal, Ledoux amplió la mur murant Pans rend Pans murmurant11. 1821; y el A!tes Museum, de 1830. Si bien los se habla creado para albergar parte de las co-
idea de una 'fisonomía' arquitectónica para Tras la Revolución, !a evolución del Neoc!a• dos pnmeros edificios (el cuerpo de guardia y lecciones embargadas por el estado francés en
simbolizar la intención social de sus formas, s1c1smo fue en gran medida mseparable de la e! teatro) muestran rasgos característicos de! 1789. Basado aparentemente en un proyecto de
por lo demás abstractas. Los significados se necesidad de albergar las nuevas instituciones estilo maduro de Schinkel -las esquinas maci- Boullée para una biblioteca en el palacio Maza-
establecen bien sea mediante slmbolos con- de la sociedad burguesa y de representar la zas de uno, y las alas con parteluces de! otro-, rin, de 1785, el diseño de Labrouste consiste en
venc1onales (como !os haces que evocan la ¡us- aparición del nuevo estado republicano. El he· la mfluencia de Durand se revela con más clan- un muro penmétnco de libros que encierra un
ticra y la unidad en e! edificio de !os Juzgados, cho de que estas fuerzas se decidieran micial• dad en el museo, que tlene una planta protot!• espacio rectilíneo y que sostiene un techo abo•
el llamado Pacifére), o bien por isomorfismo mente por el compromrso de la monarqula pica de esta clase de edificios extraida del Pre- vedado, de estructura metálica, dividido en dos
(como en el caso del Oikéma, con planta en ter- constitucional apenas quita mérito al papel que c1s y partida en dos: una transformación en la mitades y apoyado ademas en una fila de co-
ma de pene). Esta última construcción estaba el Neoclasicismo desempeñó en la formación que se conservan la rotonda central, el peristilo lumnas de hierro situadas en e! e_1e central.
dedicada al !ibert1naie, y su cunase proposlto del estilo 1mperralista burgues. La creación del y los patios, al tiempo que se elimman las alas Este racionalismo estructural fue depurado
socia! era inducir a la virtud mediante la sacie- style emp1re de Napoleón III en París, y de la laterales lvease pagma 239). Aunque la ancha aun más en la sala central de lectura y el alma-
dad sexual. francófila Kulturnat1on de Federico II en Berlín escalinata de entrada, el peristilo, y las aguilas cen de libros que Labrouste construyó para la
Todo un mundo separa la permutación ra- no son smo manifestaciones distintas de la mis• y los Dioscuros de la cubierta simbolizan las as- Biblioteca Nacional de Pans entre 1860 y 1868.
cional de los elementos clásicos heredados, tal ma tendencia cultural. El primero usaba de p1rac10nes culturales de! estado prusiano, Este con1unto, insertado en e! patio del palacio
como la formuló Durand, de la reconstitución modo ecléctico motivos antiguos -ya fuesen Schinke\ se apartó de los métodos tipológ1cos y Mazann, consiste en una sala de lectura cubier-
arbitraria pero purgativa de las partes clásicas romanos, gnegos o eg1pc1os- para crear la he• representativos de Durand para crear una arti· ta por un techo de hierro y vidrio apoyado en
fragmentadas, plasmada por Ledoux en los fie• rencia mstantanea de una dinastía republicana: culación espacial de delicadeza y potencia ex• dieciséis columnas de tundición, y en un a!ma-
latos que diseñó para París entre 1785 y 1789. un estilo que se plasmo significativamente en traordinanas, ya que el extenso pensti!o da cen de libros de vanos pisos construido con
Estas barrieres estaban tan desvinculadas de la los teatrales mteriores entoldados de las cam- paso a un pórtico estrecho que contiene una es· piezas de hierro tonado y fundición. Abando·
cultura de su época como las idealizadas mst1- pañas napoleónicas y en los compactos ador- calera s1métnca de acceso y su descansillo (una nando hasta la última traza de histonc1smo, La-
tuc1ones de Chaux. Con su gradual demolición nos romanos de su ciudad capital, como la calle --disposición que serla recordada por Mies van brouste diseñó este último espacio como una
despues de 1789, tuvieron el mismo destino Rivo!i y el arco de Carrousel, de Percrer y der Rohe). jaula iluminada cemtalmente, en la que la luz
que el penmetro aduanero, abstracto e 1mpo· Fontame, y la columna de !á plaza Vend6me, de La corriente principal del Neoclasicismo de se filtra hacia abajo atravesando las platafor-

16 17

HII - MATERIAL DE USO EXCLUSIVO CON FINES DIDÁCTICOS


li
\

de la construcción gótica a !a s1ntax1s clásica,


planteada en el siglo xvm, encontró un paralelo
en la descripción hecha por Cho1sy del orden
dórico como una construcción de madera tras-
pasada a piedra. Justamente esa trasposición
iba a ser puesta en práctica por Auguste Perret,
disc1pu!o de Cho1sy, que ms1st1a en modelar los
J
detalles de sus construcciones de hormigon ar-
mado segun las costumbres de las estructuras
de madera tradic1onales.
Racionalista estructural hasta la medula,
Cho1sy fue capaz, no obstante, de responder
a la sensibilidad romantica cuando escribió de
la Acrópolis: ulos griegos no 1magman nunca
un edificio independientemente del lugar que le
presta marco y de los edifictos que lo rodean.
(... ) Cada motivo arqu1tectomco considerado in-
dependientemente es s1métnco, pero está trata-
do como un pa1sa1e donde umcamente se pon-
deran !as masas.),
Esta noción pintoresca del equllibno parcial-
6. Labrouste, deposito
de libros de !a Biblio- mente simétnco resultaría tan a1ena a las ense-
teca Nacional, Pans, ñanzas de las Beaux-Arts como lo era con res-
pecto al enteque politecn1co de Durand. En 7 Cho1sy, axonometna de una parte del Panteon,
1860-1868. Pans (véase figura 1), de la Histo1re de l'architecture,
etecto, tendria un atractivo limitado para Julien
1899.
Guadet, qwen, en las conferenctas recopiladas
mas de hierro desde la cubierta hasta la planta Leo van Klenze en Alemania {sobre todo ese en su libro Éléments et théone de l'architecture
interior. Aunque esta solución denvaba de !a Walhalla sumamente romantico completado en {1902), trató de establecer un planteamiento
sala de lectura y el almacen de libros, ambos de Ratisbona en 1842). normativo para ta composición de edificios a
hierro tundido, construidos en 1854 por Sydney Desde el punto de vista de !a teoría, el clasi- partir de elementos técnicamente actualiza-
dos, dispuestos en la medida de lo posible de fluencia en sus alumnos Auguste Perret y Tony
Sm1rke en e! patio del neoclásico Museo Britá- cismo estructural comenzo con el Traité de /'art
acuerdo con la tradición de la composición Garnier, los pnncip1os de la compos1ción clási-
ntco de Robert Smirke, la terma precisa de su de batir (1802), de Rondelet, y culmino al final
axial. A través de !as enseñanzas de Guadet ca 'e!ementalista' fueron transmítidos a los ar-
e.iecución tra10 consigo una nueva estética cuyo del siglo con los escntos del ingeniero Auguste
en la Ecole des Beaux-Arts, y gracias a su in- quitectos pJOneros del siglo xx.
potencial no iba a hacerse realidad hasta las Cho1sy, en particular su Histo1re de /'architec-
obras construct1v1stas de! siglo xx. ture {1899). Para Chmsy, la esencia de la arqui-
E! tramo central del siglo x,x fue testigo de tectura es la construcción, y todas las trans-
la división de la herencia neoclásica en dos li- formaciones estilísticas son simplemente la
1 neas de desarrollo estrechamente relacionadas: consecuencia lógica de! progreso técnico.
:f el 'clas1c1smo estructura!' de Labrouste y el 'cla- uAlardear de! Art Nouveau es ignorar todas !as
,,
I'
s1c1smo romantico' de Schinkel. Ambas 'escue- enseñanzas de la histona. Asi no es como vie-

¡¡"
las' se enfrentaron con la misma proliferación ron la luz los grandes estilos del pasado. Fue en
dectmonon1ca de nuevas instituciones y hubie- !as sugerencias de la construcción donde los ar-
ron de responder igualmente a la tarea de crear quitectos de las grandes epocas artísticas en-
nuevos tipos edificatorios. Difenan ampliamen- contraron su verdadera insp1ración.n Choisy
te en et modo de alcanzar estas cualidades re- ilustró !a determinación estructural de su Histo1•
presentativas: !os clasrc,stas estructurales tendi- re con proyecciones axonométricas que revela+
an a enfatizar la estructura (línea seguida por ban la esencia de un tipo de forma en una unica
Cordemoy, Laug1er y Soufflot), mientras que los imagen gráfica que 1ncfuia la planta, la sección
c!as1c1stas romanticos tendían a acentuar el ca- y e! alzado. Como ha observado Reyner Ban-
racter fisonómico de la propia forma {línea se- ham, estas ilustraciones objetivas reducen a
guida por Ledoux, Boullée y Gilly). La pnmera una pura abstracción !a arquitectura que repre-
'escuela' se concentró más bien en tipos como sentan, y fue esto, unido a la cantidad de m•
pns1ones, hospitales y estaciones de ferrocarril, formación que sintetizan, lo que las hízo tan
como en e! caso de figuras como E.-J. Gilbert y atractivas para los proneros del Movimiento
F.-A. Duquesney (diseñador de la Gare de l'Est Moderno de prmc1p1os del siglo xx.
de París, de 1852), mientras que !a segunda se El entasrs que la historia de Cho1sy ponía en
orientó mas bien hacia las construccJOnes re- !as arquitecturas griega y gótica era la racionali-
presentativas, como los museos y bibliotecas zación de finales del siglo x1x de ese idea! gre-
umversitanas de C.A. Cockerelt en Inglaterra o co-gótico formulado por vez pnmera más de
los monumentos mas grandiosos erigidos por eren años antes por Cordemoy. Esta traslación
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