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Kenneth, Frampton, nacido Kenneth ;-::,,,:1mpton

en 1930, estudió Arquitec-:


tura en¡. la ArchiteCtürar
Assocíation School of Archi·
tecture de londr~s. Su activi-
dad profesional se,· reparte
. entre la de arquitecto y la de
historíador y crítico de arqui•
i_1
Historia crítica de la

la
•:;¡,
.-.,.;

Historiá crítica de arquitectura moderna


tectura, Jes·empeñando en la
)esde su prímera aparic1pn en 1980, este actl!alidad labores doc~.ntes traducción de Jorge Sainz
!studio sobre la arquitectura del síglo xx y en la Graduate School of
-~ Architecturp anQ P.lanning, 72.03
lUS origenes es ya un cláslCo en su geriero.
de ia Cohíinbia UníVersi:tv de
(enneth Frampton lo sometió a revisión y
1mpliación en 1985 y 1992. Ahora con uoa -Nueva Yórk .• como prof~soc F 813
de la catedra Waca. No obs:
rneva traducción a cargo_ de Jorge SairÍz,
1rquitecto, -el libro sigue teniendo una
tante, -también ha impartido 2.002
clases en· centros tan impor~
1ígencia, .fuera de dudas y consigue una
nayOr precísión en numerosos detalles_ d~I
tantes como el Royal College 11.16
éxico arquitectónico. · . of Art de Londres y la ETH de
.os últimos capitules, centran la atención. ·en Zurich;_ y;._últimamente, en la
UniVerSity of Virginía, donde
Ej. 2
:uatro pajses en los que el talento personal
, un patrocinio inteligente se han combina•·· ha ocupado la cátedra Tho•
mas ~-Jeff8rson. Es autor de
io para producir una cultura arquitectónica
numerosos ensayos--sobre
:omp~eta y ~p~rS4asiv:1; _Finla~dia, ~Í-ancia,_'. arquitectÜra moderna y con-
:spana y Japo11; la b1bhograf1a, revisada. y <O
temporánea. '-
:::,
impliada, hacen que este libro sea todavía .µ
nas indispens8ble. u
:Esta amb.iciosa publicación, esta obra útil Y- QJ

le gran alcance por su erudición ·en -temás
:rquitectóni~os, contiene muchos. cap¡'1:lJios-'
-~
:::,
o-
¡ue por derecho son ensayos perceptivos; '-
oda ella tiene el sello de una inteligencia <O

ritica en plena madurez... La investigación y ;_:rq


·1 análisis de Fr~mpton tienen un alto nivel ,-~-
ie calidad ... , ef~sP!!cíal valor de este Qenero "'fu
le historía revisíonista radica en que busca -·>o
uentes y las examina a fondo>>. {Ada louise
luxtable, New York Review of Books). uUna
le las obras más importantes de que- hoy
lisponemos sobr~ _arquitectura .. -modernan.
4rchitectural DesigI}). 325 iLustr~Ciones:.,. ---2'~
72.03
F 813
2.01!)2

'ditr ,¡ Gustavo Gili, SA


e· ·celona..Rosselló, 87-89
Ej; 2
9161 - Fax 93 322 9205 /
·qilLcom
com
1- 1-335""
Gf.s.~ o'.l...° Kenneth Frampton J~e¡,tJ-

Historia crítica de la

arquitectura moderna
traducción de Jorge Saínz

Editorial Gustavo Gilí, SA


08029 Barcelona Rosselló, 87~89. Tel. 93 322 81 61
México, Naucalpan 53050 Valle de Bravo, 21. Te!. 55 60 60 11
Portugal; 2700-606 Amadora Praceta Noticias da Amadora, nº 4-8. Tel. 21 491 09 36

GG®
A mis padres Índice

Título original
Modern Architecture: A Critica/ History
Publicado por Thames and Hudson, Londres
Pretacio a la tercera edición - - - - 7 18. Mies van der Rohe y la significación de
Versión castellana de Jorge Samz . .. Introducción - - - - - - - - - ~ 8 los hechos, 1921-1933 ..................... 163
Revisión bibliográfica por Joaquim Romaguera I Ramio 19. La nueva colectividad: arte y arquitec-
Diseño de la cubierta de Estudi Coma Primera parte: Movimientos culturales y tura en la Unión Soviética, 1918-
técnícas proplclatorías, 1750-1939 1932 169
1. Transformaciones culturales: la arqw• 20. Le Corbusrer y la Vil!e Radieuse,
tectura neoclásica, 1750· 1900 ............ 12 1928-1946 - - - - - - - 180
2. Transtormaciones territoriales: los de• 21. Frank Lloyd Wright y la ciudad en de•
sarrol!os urbanos, 1800-1909 .............. 20 saparición, 1929·1963 ........................ 188
3. Transtormac1ones técnicas: la mgeme- 22. A!var Aalto y la tradición nordica: el
1ll edición, 1981 na estructura!, 1775-1939 ____ 29 romanticismo nacionalista y !a sensi•
bilidad doricista, 1895-1957 ............... 194
~.e.diGiÓn, 1983
Segunda parte: Una historia crítica, 23. Giuseppe Terragm y !a arquitectura
·;,'.;f'-3g, edición ampliada, 1987 1836-1967 del racionalismo italiano, 1926·1943 205
"' =4bedición, 1989 1. Notícms de nmguna parte: Inglaterra, 24. La arquitectura y e! estado: ldeolog!a y
54-edidón, 1991 1836-1924 - - - - - 42 representación, 1914-1943 ................ 212
,..;·~-- -6!! edición ampliada, 1993 2. Adler y Su!livan: el Auditórium y la 25. Le Corbusier y la monumenta!ización
J!l edición, 1994- construcción en altura, 1886·1895 ... 51 de lo vernáculo, 1930·1960 ............... 226
3. Frank Lloyd Wright y e! milo de ta pra• 26. Mies van der Rohe y la monumentali•
8!1 edición, 1996 -, -- , C} •·.-( ... dera, 1890-1916 _ _ _ _ _ _ 57 zación de la técnica, 1933-1967 ....... 234
9!1 edición, 1998 4. El racionalismo estructural y la m· 27. El eclipse del New Oeal: Buckmms•
1()! edición, 2000 fluencia de Viollet-!e•Duc: Gaudí, Hor- ter Fuller, Philip Johnson y Lou1s
111!. edición, 2002 ta, Gu1mard y Berlage, 1880-1910 ... 64 Kahn, 1934·1964,_____ 241
5. Charles Renme Macklntosh y la es-
Ninguna parte de esta publicación, incluído el diseñ~ _de la cuela de G!asgow, 1896-1916 .......... 74
6. La pnmavera sagrada: Wagner, QI.
cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transm1_t1r.se de Tercera parte: Valoración critica yextenM
brich y Hoffmann, 1886-1912 ............ 79
ninguna forma, ni por mngün medio, _s_ea éste electro~1co, slón hacia el presente, 1925M1991
7. Antonio Sant'E!ia y la arquitectura tu- 1. E! estilo mtemaciona!: tema y variac10•
químico, mecanice, optico, de grabac1on o de toto~op1_a, turista, 1909·1914 _ _ _ _ _ _ 86
nes, 1925·1965 .................................... 252
sin la previa autorización escrita por parte_ ~e la_ ~d1tonal. 8. Adolf Loas y la crisis de !a cultura, 2. El nuevo brutalismo y la arquitectura
La Editorial no se pronuncia, ní expresa m 1mpll?1tamente, 1896-1931 ............................................ 92 del estado de! bienestar: Inglaterra,
respecto a ta exactitud de la información contenida en este 9. Henry van de Velde y la abstracción
de ta etnpaUa, 1895-1914 _ _ _ 98 1949·1959 - - - - - - - - 266
libro razón por la cual no puede asumir nmgún tipo de 3. Las v1c1sltudes de la ideologfa: los
10. Tony Gamter y la ciudad industrial, C!AM y el Team X, crítica y contracríti•
resp~nsabilidad en caso de error u omisión. 1899-1918 · · · · · · · · - - - - - - 102 ca, 1928-1968 273
11. Auguste Perret: !a evolución del rac10• 4. Lugar, producción y escenografía:
nalismo clásico, 1899·1925 ............... 107 teona y práctica 1ntemac1onales des•
© 1980, 1985, 1992, Thames and Hudson Ltd., Londres 12. El Oeutsche Werkbund, 1898·1927 111 de 1962 __________ 284
13. La cadena de cristal: el expresionismo
y para la edición castellana 5. El regionalismo critico: arquitectura
arquitectónico europeo, 1910-1925 118
Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona, 1993 moderna e identidad cultural ............. 318
14. La Bauhaus: la evolución de una idea, 6. La arquitectura mundíaf y la practica
©dela versión castellana, Jorge Samz, 1998 1919-1932 125
15. La nueva objetividad: Alemania, Ho• reflexiva ---······························· 333
landa v Suiza, 1923-1933 _ _ _ 132
Et Printed in 5paín
16. De Stijl: evolución y disolución de!
os ISBN: 84-252-1665-6
neoplastícismo, 1917·1931 ................ 144 Agradeclmlentos ________ 349
M Depósito legal B. 35.242-2002 17. Le Corbus1er y el Esprit Nouveau, Bibliografía ................ _______ 351
Fotocompos1ción: Ormograf, SA, Barcelona
Pe 1907-1931 - - - - - - - 151 indice alfabético · · · - - - - - - - 389
Impresión: Hurope, si, Barcelona
5
Prefacio a la tercera edición

Toda historia esta me!udiblemente condiciona- megalópo!is ha de.1ado e! diseño urbano v1r•
da por e! modo de observarla; y no se puede tualmente reducido a una mcongruencia, la ar•
escribir una historra absoluta, igual que no se quitectura como acto critico sigue teniendo sm
puede alcanzar una arquitectura absoluta. El di- duda muchas posibilidades, en particular a
bu_io calidoscóprco altera su alineación mcluso una escala intermedia.
durante un penado de tiempo bastante corto. Hay que hacer también una sene de obser-
As], mientras que la segunda edición de este vaciones adicionales. La pnmera se refiere a
estudio se cerraba con la tesis prov1smnal del otra parado_1a: el hecho de que pese a la cns1s
regionalismo crítico considerado como una mo- en curso de la enseñanza de la arquitectura, la
dalidad descentralizada de resistencia cultural, capacidad conceptual y técnica en los niveles
esta tercera edición evoca el tema de la practica mas altos de !a profesión es probablemente
reflexiva tal como lo expuso el sociólogo Do- mayor hoy que en ningún otro momento des-
nald SchOn, aunque todavía se adhiere 1mplíc1- de el final de !a 11 Guerra Mundial. Tengo en
tamente a una especre de modelo autárqmco en mente no sólo la pericia excepcional de !os
el que fundamentar una practica critica de la me¡ores estudios hígh tech o de tecno!ogia
arqwtectura. A este respecto, es preciso recor- punta, smo también el grado igualmente 1m-
dar que los clientes bien informados y com- pres1onante de sofisticación tectónica que pue-
prometidos son absolutamente esenciales para de encontrarse entre los sectores profes1ona•
la cultura arquitectónica, y que el cast1go divi- les mas humanistas, algo que es patente, por
no de la arquitectura sigue siendo la 1mpos1- e¡emplo, en la obra del maestro portugués Al-
ción arbitraria de !a forma por parte de !a varo Siza. Estrechamente comprometidos con
burocracia. esta linea hay gran número de estudios artesa•
Presentar la última década de la arquitectu- nales, medianos y pequeños, dispersos por
ra contemporanea conlleva muchas dificulta- todo el mundo; y a ellos va mi pnnctpal discul-
des, y tal vez !a mayor de ellas sea el problema pa, pues s1 hubiese dispuesto de mas espacio,
de elegir entre un espectro tan amplio de co- habría incluido un abanico mucho mas amplio.
mentes. En este sentido nunca se esta del Me refiero, por supuesto, a algunas obras de
todo al día, pues cada década aporta una nue- la India, Australia, Canadá, América Latina y
va cosecha de arquitectos de talento mientras Oriente Próximo, y confío en que una edición
la generación anterior esta todavía camino de posterror permita correg1r este desequi!ibno.
su madurez. Al fina! he decidido responder al desafío
La década de los años ochenta ha sido tes- planteado por la riqueza de este espectro pnn•
tigo también de un sorprendente aumento de c1pa!mente de dos maneras. En primer lugar,
la calidad general de la producción arquitectó- he ampliado !a bibliografía de forma que no
nica. Esto último seguramente se debe en cier- sólo refle¡e el vasto alcance de !as últimas m•
ta medida a una expansión manifiesta en el vestigac·1ones en este campo, smo que tam-
campo de las publicaciones, de modo que, pe- bién indique, implícitamente, e! abanico de
se a sus aspectos reduccionistas, puede consi- obras arquitectónicas que habna incluido s1
derarse que la explosión informativa ha sido hubiese tenido mas espacio disponible. En se-
beneficiosa en cuanto que ha elevado el nivel gundo lugar, he reestructurado y ampliado el
general de la cultura arquitectonica no sólo en texto. El capitulo 4 de la tercera parte se ha re•
los centros, smo también en las zonas supues- visado con objeto de registrar !as últimas acti-
tamente menos desarrolladas del mundo. vidades de la neovanguardia y de documentar
Cualquiera que sea tan imprudente como los logros específicos de los arquitectos de la
para pers1stlr en el intento de defender un rela- tecnologia punta y de ese sector que hemos
to conciso y progresivo de !a arquitectura con- !legado a reconocer como estructura!ista. He de-
temporanea se entrenta mev1tablemente con la cidido dedicar el nuevo capitulo final a las obras
paradoJa de que si bien la urbanización global de cuatro países bastante desarrollados, en !os
de !os últimos veinte años !levó invariable- que puede afirmarse que existe un nivel profe-
mente a la depredación ambiental -casi como sional notablemente alto en general. Es a ese ni-
resultado directo del max1mo aprovechamien- vel general de producción, mas que al culto a
to tecnológico-, la practica de !a arquitectura las estrellas, al que esta edición está dedicada.
como discurso marginal ha mejorado casi por
doquier. Asi pues, aunque v1v1mos en un mo- Kenneth Frampton
mento en que la dispersión especulativa de la Nueva York, 1991

7
bastante breves que abordan tanto la obra de mente planeadas e industna!izadas; y por otro,
:e
Introducción arquitectos particularmente significativos como la negación de la propia realidad histonca de la lS
las pnnclpales comentes colectivas. producción maquinista.
En la medida de lo posible he intentado Si bien todas las artes están en cierta medi-
ofrecer la posibilidad de leer el texto de vanas da limitadas por sus medios de producción y
LS
maneras. As1, puede recorrerse como un relato
continuo u hojearse al azar. Aunque la secuen•
reproducción, no sucede fo mismo con !a arqw-
tectura, que esta condicionada no sólo por sus
19
era se ha organizado teniendo en mente al lec- propios medios técnicos, sino también por tuer-
tor profano o al estudiante umversitano, espero zas productivas externas a ella misma. El eJem-
que su lectura casual pueda servrr para tomen• plo más evidente de todo esto es la crudad,
tar el traba.10 de los titulados y se demuestre donde la separación entre arquitectura y desa-
útil para los especialistas que deseen desarro• rrollo urbano ha !levado a una situación en la
llar un punto en particular. que !a posibilidad de que se aporten algo mu•
Aparte de esto, la estructura del texto está tuamente durante un largo perrada de tiempo
en relación con el tono general del libro, en la ha quedado de pronto sumamente limitada. So-
medida en que he intentado, siempre que ha metida cada vez mas a los imperativos de una
sido posible, de¡ar que hablasen !os propros econom1a consumista en continua expansión, la
protagomstas. Cada capitulo comienza con una ciudad ha perdido prmc1palmente su capacidad
cita, elegida por su agudeza con respecto a para mantener su significación como con1unto.
a lo largo de todo el siglo, indica que las candi• una situación cultural concreta o blen por su El hecho de que ha sido disipada por tuerzas st•
Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus capacidad para revelar el contenido de la obra. tuadas tuera de su control queda demostrado
Novus. En él se ve un ángel que parece estar cmnes necesarias para !a aparición de la arqm•
tectura moderna se dieron en algún momento He procurado usar estas •voces' para ilustrar fa por la rápida erosión de las ciudades provincia-
aleiándose de algo sobre lo cual clava la "!,ra- manera en que la arqultectura moderna ha les norteamerrcanas tras el fin de la ll Guerra
da.' Tiene /os 010s desencajados, Ja boca a~1erta comprendido entre el desafío lanzado a finales
evoluc1onado como un estuerzo cultural conti- Mundial, coma consecuencia del efecto combi-
y Jas alas extendidas. El ángel de la ~1stona del siglo xvn por el médico-arquitecto Claude
Perrault en contra de la validez universa! de !as nuo, y para poner de manifiesto como ciertos nado de tas autopistas, las urbanizaciones y los
debe de tener ese aspecto. Su cara esta vuelta temas pudieron perder relevancia en algún supermercados.
hacia el pasado. En Jo que a nosotras nos pare- proporciones vitruv1anas, y la separación defini-
momento de la histona sólo para retornar pos- El ex1to y el fracaso de la arquitectura mo-
ce una cadena de acontec1m1entos, él ve una tiva entre ta mgenier1a y la arquitectura, que a
teriormente con un renovado vigor. En este re- derna y su posible papel en el futuro deben
catastrofe umca, que acumula sm cesar ruma veces se hace cmncidir con !a fundación en Pa- valorarse finalmente en relación con este tras-
lato aparecen muchas obras no construidas,
sobre ruma y las arra/a a sus pies. El ángel que- rís de !a Ecole des Ponts et Chaussées, !a pn•
pues para mi Ja historia de la arquitectura mo- fondo bastante comp!e¡o. En su forma más abs-
rría detenerse, despertar a los muertos y re· mera escuela de ingenierra, en 1747. derna tiene tanto que ver con !o consciente y tracta, la arquttectura ha tenido, por supuesto,
componer Jo despedazado. Pero una tormenta En este libro tan sólo se ha podido ofrecer alguna participación en el empobrectmiento del
con la intención polémica como con los pro-
desciende del Para1s0 y se arremolina en sus un sencillo esquema de esta prehistoria del Mo- pios edificios. entorno: en particular cuando ha sido un mero
alas, y es tan fuerte que el angeJ no puede ple- vimiento Moderno. Los tres pnmeros capítulos Como muchas otras personas de m1 genera- instrumento para la racronalización tanto de tos
garlas. Esta tempestad fo arrastra 1rres1st1ble- han de leerse, por tanto, ba_io una luz diferente ción, estoy influido por !a interpretación mane1s• tipos como de !os metodos edificatorios, y
mente hacia el futuro, aJ cual vuelve la espalda, a la del resto del libro; tratan sobre !as t~ansfor- ta de la histona, aunque incluso !a lectura mas cuando tanto e! acabado final como la forma
mientras el cúmulo de rumas sube ante él hacia maciones culturales, territoriales y técnicas de superficial de este texto revelara que no se han plammétrica se han reducido a su mínimo co-
el cielo. Tal tempestad es Jo que llamamos pro· !as que surgió la arquitectura moderna, Y ofre- aplicado ninguno de los métodos establecidos mún denommador con el fin de hacer mas
greso. cen un breve relato de cómo evolucionaron !a de anil!is1s marxista. Por otro lado, m1 afinidad barata la erecución y de optimizar e! uso. En su
arquitectura, el desarrollo urbano y la mgeme· con la teorra crítica de la escuela de Frankfurt preocupación, blenmtenc1onada, pero a veces
Walter Beníamm ria entre 1750 y 1939. ha teñido sm duda mi visión de todo este descaminada, por asimilar !a realidad de las téc-
'Tesis sobre la fi!osofia de la historia·; 1940 Los temas críticos que se han de introdu_crr penado y me ha hecho perfectamente cons- nrcas y los procedimientos del siglo xx, !a ar•
al escribir una historia completa pero co_ncr_sa ciente del lado oscuro de la Ilustración, la cual, qu1tectura ha adoptado un lenguaJe en el que !a
san: primero, decidir que matenal deberia in- en nombre de una razon poco razonable, ha lle- expresión reside casi por completo en compo-
cluirse; y segundo, mantener alguna clase de vado al hombre a una situación en la que em- nentes secundanos tales como rampas, paseos,
coherencia en la interpretación de los hechos. pieza a estar tan ale.iado de su propia produc- ascensores, escaleras, chimeneas, conductos y
Una de las pnmeras tareas que se han de atron- He de admitir que en ambos aspectos no he ción como del mundo natura!. colectores de basuras. Nada podía estar tan ale-
tar al intentar escribir una historia de la arqui• sido todo !o coherente que habría deseado: en Et desarrollo de fa arquitectura moderna Jada del !enguaie de la arqurtectura clásica, en
tectura moderna consiste en establecer el co- parte, porque la información con frecue~~1a de· después de la Ilustración parece haberse dividi- la que tales elementos estaban mvanab!emente
mienzo de! penado. Sin embargo, cuanto mas bla tener pnondad sobre la interpretacion; ~n do entre el utoprsmo de la vanguardia, formula• ocultos tras la tachada, y en ta que el cuerpo
rigurosamente se busca el origen de la moder• parte porque no todo el material se ha estudia· do por vez pnmera a comienzos de! siglo xix en principal de! edificio podía expresarse libremen-
nidad, más atrás parece encontrarse. Se tiende do c~n el mismo grado de detemmiento; Y en la fis1ocrát1ca ciudad ideal de Ledoux, y esa ac- te: una supresión de los datos emplrícos que
a proyectarlo hacia el pasado: si no hasta el Re- parte, porque m1 postura interpretativa ha va· titud antlc!ils,ca, antirrac1onal y antiutilitana de permitía a la arquitectura simbolizar el poder de
nacimiento, a! menos hasta ese momento de nado segun el tema considerado. En algunos la reforma cristiana promulgada por pr'lmera la razon mediante la racionalidad de su propio
mediados del siglo xv111 en el que una nueva casos he intentado mostrar como un. plantea- vez en el libro Contrasts, de Pugm, en 1836. discurso. El tunc1onalismo se ha basado msta•
visión de la histona llevo a los arquitectos a Desde entonces, en su esfuerzo por trascender mente en el pnnc1p10 opuesto, en concreto la
miento concreto denva de circunstanc1as-soc10·
cuestionar los canones clásicos de Vitruv_io Y la división del.traba¡o y la dura realidad de la reducción de toda expresión a la utilidad o a los
economicas o 1deológ1cas, mient~~s_- que en
a documentar los restos del mundo an~1gyo producción industrral y del proceso de urbanr- procesos de tabncación.
otros me he lim·1tado a hacer un an~l1s1s formal.
con el fin de establecer una base mas ob.1et1va zación, la cultura burguesa ha oscilado entre Visto el saqueo de esta tradición reduccio•
Esta vanacíón se refleJa en la p_ropia·e st ru.ctura
sobre la que traba1ar. Esto, junto con los extra- dos extremos: por un lado, las utopías total- nista moderna, en la década de los ochenta nos
del libro, dividido en un mosaico de capitulas
ordinarios cambios técnicos que se desarrollaron
9
8
l
,1
I'
¡I
vimos forzados a volver una vez mas a !as for-
mas tradicronales y a modelar los nuevos edifi-
cios -casi con independencia de su rango- con
la tconografía de un estilo kitsch vernacu!o. Se
decia que la voluntad popular exigía !a tranqui-
lizadora imagen de la comodidad domestica y
bia emprendido el camino-, tan sólo dos pare-
cían ofrecer la posibilidad de un resultado s1gnr-
ficat1vo. Mientras que la primera de ellas era
totalmente coherente con las formas de produc-
ción y consumo predominantes, !a segunda se
planteaba como una mesurada oposición a am-
Primera parte
Movimientos culturales
y técnicas propiciatorias
artesana!, y que !as reterencias 'clilsicas' aun- bas cosas. La prrmera, s1gUJendo ese ideal tor-
que abstractas, eran tan incomprensibles como mu!ado por Mies van der Rohe como bemahe 1750-1939
dominantes. Esta opinión critica raras veces ex- mchts ('casi nada'), buscaba reducrr !a labor
tendió el alcance de sus conseJos mas allá del edificatona a la categoría de diseno industnal a
tema superficial del estilo para ex191r que la una escala enorme. Dado que su preocupación
practica de la arqwtectura se orrentase hacia el consistía en optimizar la producción, mostraba
tema de !a creación de un lugar, hacia una re- muy poco o ningun interés por la ciudad. Oe-
definición critica pero creativa de las cualidades tendia un tuncronalismo no retónco con buenas
concretas del mundo construido. mstalac1ones y un buen envoltorio, cuya 'invisi-
La vu!ganzación de la arquitectura y su pro- bilidad' acnstalada reduc1a la torma al silencio.
gresivo a1s!am1ento de la sociedad llevo por en- La segunda, por otro lado, era claramente ·visi-
tonces a que la disciplina se volcase sobre si ble' y a menudo adoptaba la torma de un
misma, de modo que nos entrentamos con la recmto de muros que establecía dentro de su
paradóiica situación de que muchos de !os limitado mundo ·monastico' un con¡unto de
miembros mas jóvenes e inteligentes de la pro- relaciones, razonablemente abíertas y sin em-
fesión abandonaron toda idea de construir. En bargo concretas, que unían a !os seres huma-
su versión más intelectual, esta tendencia redu- nos entre si y a estos con la naturaleza. El he-
cra tos elementos arquitectónrcos a puros sig- cho de que este 'enclave' tuese con frecuencia
nos sintacticos que no significaban nada tuera introvertido y relativamente mdiferente al ambi-
de su propia operación 'estructura!'; en su ver- to contmuo, físico y temporal, en el que estaba
sión mas nostálgica, exaltaba la pérdida de !a situado caracterizaba el impulso general de este
ciudad mediante propuestas metafóncas e ira- planteamiento como un intento de huir, aunque
meas que se proyectaban hacia 'desiertos astra- tuese en parte, de las condicionantes perspecti-
les' o se situaban en el espacio metafísico del vas de !a Ilustración.
esplendor urbano del siglo x1x. La única esperanza de un discurso significa-
De las vias de acción que aun quedaban tivo en el tuturo radicaba, en m1 opinión, en un
abiertas para la arquitectura contemporánea contacto creativo entre estos dos puntos de vis-
-v1as por. las que de uno u otro modo ya se ha- ta extremos.

1 Págma s1gmente, Soufflot, Ste-GeneviE!ve (ahora


el Panteón), Pans, 1755~1790; los pilares de crucero
J'i
10
fueron reforzados por Rondelet.
¡
'
J'
25. Le Corbusier y la monumentalización }~istan Tzara, de 1926- manifestaba sus disyun- piedra vista, al natural en el exterior y pmtada
¡, de lo vernáculo, 1930-1960 diones ·estéticas· en más de un nivel. Mientras
q"ue acent_uaba la extrañeza de los ob_ietos a es-
de blanco en el mtenor; la madera del techo y
de los muros; el ladrillo tosco de la chimenea;

l .'éala domestica (el cesped del solánum_ parecia


;úna alfombra viva}, evocaba también insólitas
Ssoc1ac1ones de ideas de carácter urbano (topo-
Qráficol, como la seme.1anza 1somorfica entre la
la cerámica blanca del suelo; la fábrica de vidrío
de bloques 'Nevada·; y el mármol ctpolino de la
mesa.

;'..Chimenea falsa del solárium y el Arco de Triun- En resumen, se tenia !a impresión, como en To•
i·fo, posado sobre horizonte artificial del muro de Ión y Les Mathes, de estar ante un bncolage ex•
· borde. Esta sensibilidad surrealista {comparese pres1vo. En adelante, el contraste de matenales
'con Magritte y Piranesi) está latente en todo yuxtapuestos se convirtió en un aspecto esen•
.ese retorno de Le Corbus1er a la cultura verná- c1al del estilo de Le Corbus1er, no sólo como
cula: desde la casa De Mandrot, de 1931, hasta 'paleta' expresiva, sino también como medio de
"¡ 8 capilla de peregrinación de Ronchamp, cons- construcción.
fruida a mediados de los años cincuenta. Pasarse a los matenales naturales y a los
En muchos de !os ensayos ·vernaculos' ante- metodos primitivos tuvo consecuencias que
;iores a Ronchamp, lo remoto del propio em- fueron mas allá de un simple cambio de técnica
;p1azam1ento llego a ser la razón fundamental o de estilo superficial. Sobre todo significo
de! modo de construir. E! e_remplo extremo de abandonar el envoltorio clásico que se habla
Esta construcción, e¡ecutada por contratistas lo- Errazunz, proyectada en 1930 para un re ~todo esto es !a casa en Les Mathes (1935), cerca usado en las villas de finales de !os años veinte,
cales, está formada por forJados de hormigón emplazamiento en Chile, empezaron a idear ,·de Burdeos, construida con muy pocos medios en favor de una arquitectura basada en la fuer~
armado, sostemdos por muros de mampostería obras extendidas por pa1sa1es de proporcici -a partir de los planos, sm que el arquitecto visi- za expres1va de un único elemento tectómco, ya
vista de piedra local. Pese al uso de la mampos- titanicas. El sutil cambio hacia una sensibili tase el solar. Le Corbus1er escribió: tuera una cubierta mclinada de un solo faldón
teria comente, las tesis plasmadas habitual- topográfica contrastaba con su aceptación·a·· sostenida por muros de carga o bien un mega-
mente en nuestras casas vuelven a encontrarse rentemente espontánea de la construcción i' 'La imposibilidad de programar la dirección de ron abovedado. Mientras que la pnmera ver•
aqw. Esto qwere decir que se hace una distm- nacula' como medio de expresión. Aunq - , las obras y la necesidad de emplear un peque- sión lant1c1pada ya en Les Mathes) apareció en
ción muy clara entre los muros de carga, consi- habian usado antes los muros de carga, n <ño contratista del pueblo han llevado a la con~ los muros de tierra apisonada y en los faldones
derados como caballetes que sostienen los for- habian aprovechado !as cualidades expresi' ':·cepción misma del proyecto. Tres etapas suce~ de la cubierta de pa,ta de las 'Ma1sons Muron-
.iados, y las paredes acnstaladas que reflenan de la mampostería rústica. ,· sivas, absolutamente independientes, de la dins', propuestas en 1940 para alojar a los refu-
los paños de1ados vacíos. Esta ruptura con la estética dogmatica '' ·-,obra de la casa: giados, la segunda fue el módulo estructural
La compos1ción está ordenada según el paI- Punsmo (ant1c1pada ya en la pintura de · a, una mamposteria sin más, hecha total- básico tanto de la 'casa de fin de semana'
sa1e. La casa ocupa un pequeño promontorio Corbus1er de 1926) coincide con ese mame mente de una vez; como del con¡unto agncola proyectado para
que domina la llanura situada a espaldas de To- conceptual de su carrera en el que empez b, una armadura de madera sm más, que se Cherche!!, en el norte de Africa, en 1942. Que la
lón, una llanura delimitada par la magnífica si- abandonar su te en e! tunc1onamiento meVi · instalará libre y totalmente, despues de fa mam- preocupación de Le Corbus1er por el Mediterrá-
lueta de las montañas. Se ha querido conservar blemente beneficioso de !a civilización -dé' . postena; neo tras la II Guerra Mundial adoptó una forma
la sensación de sorpresa que ofrece el espec• era de la maquma. En adelante, desilusmtii c, una carpmteria que mclwra ventanas, vernacula en vez de clásica queda patente en
taculo mesperado de este mmenso despliegue por la realidad mdustnal y cada vez más:_¡~ 'puertas, tabiques y armarios, y que segutri'J una una secuencia de obras que denvan de! proyec-
paisajista, y para ello se han cerrado las habita- fluido por el 'brutalismo' del pintor Fernán' norma, un princ1p10 umtano de construcción; to de Cherche!! y, pasando por las VIV!endas
cwnes por el lado de las vistas y se fes ha prac- Leger, su estilo empezo a moverse a! misrTt ·marcos independientes con rellenos variados: aterrazadas de Roq et Rob diseñadas para Cap
ticado simplemente una puerta que al abrirse tiempo en dos direcciones opuestas. Poí 0;~: ·de vidrio, de contrachapado o de amianto- Martín en 1949, llevan a !a casa Sarabha1 en Ah•
desemboca en una escalinata desde donde el lado, volvió, al menos en su obra domésf"''
espectaculo es como una explosión. Al ba¡ar al lengua_1e de la tradición vernacula; por 9
por la pequeña escalera que conduce al terreno como en el proyecto de la Cite Man La misma Justificación de los recursos !imitados
se ve surgir una gran estatua de Lipschitz, una (1929) para Pau! Otlet, adoptó una monu · podría alegarse en e! caso de las casas Errazunz
estela cuya palmeta final se despliega en el cie- talidad de grandiosidad clásica, por no y De Mandrot, pero difícilmente podría aplicar~
lo por encima de las montañas. Beaux-Arts. .:Z se a la 'pequeña casa de fin de semana' cons*
Sin embargo, considerar este cisma c,{ truida en las afueras de París en 1935. En ésta
Le Corbuster una simple distinción de medio expresivo efl la tradición vernacula se adoptaba deliberada-
Oeuvre complE!te, 1929-1934, 1935 'construcción' y 'arquitectura; es describir; mente por su articulación material y por su ca·
un modo excesivamente simplificado su aét pacidad para enriquecer la naturaleza abstracta
dad en esta epoca. Y es que, pese a su 'd , y reducc1omsta de! estilo punsta. Le Corbus1er
interna', no sólo no habia abandonado tó escribia:
Le Corbus1er y Pierre Jeanneret ya habian con- mente !a estética de la maquina (como ptf'
cebido su arqmtectura doméstica de los anos apreciarse en los edificios con 'muro corti_it ' La elaboración de los planos de esta casa ha
veinte dotada de un fuerte vinculo con el entor- construidos por el estudio entre 1930 y 193 ex1g1do un cwdado extremo, siendo los ele~
no natural, pero nunca habían 1magmado que sino que algunas obras, como el ático De Be'.i mentas de la construcción los umcos medios
esa conexión pudiera tener lugar a una escala tegm en Paris, revelaban mesperadamente•ll arquitectómcos. El tema arquitectónico lo pro-
tan monumental. Con esta casa de vacaciones faceta surrealista en la imaginación de Le o· por_c10na una crujia tipo cuya influencia se ex•
diseñada para Héléne de Mandrot, construida busier. Este e_1ercic10 de ensueño -que recue'.í' · tiende hasta un pequeño pabellón situado en el 214 le Corbusier y Pierre Jeannere!, 'pequeña casa
en las atueras de Tolón en 1931, y con la casa los interiores de Adolf Loas para la casa· jardín. Aqu, están presentes la mampostería de de fin de semana', Parls, 1935.

226 227
medabad y a !as casas Jaoul en Parls, ambas
terminadas en 1955.
Como iba a de_Jar claro James Stirling, el di-
seño de las Ma1sons Jaoul era una afrenta a
aquellas sensibilidades que se habían alimenta-
do del mito de que la arquitectura moderna de-
bena manifestarse como una serie de superfi-
cies planas, tersas y de elaboración maquinista,
colocadas en un entramado estructural articula- 216 Le Corbus1er, casas Jaou!, París,

[l-~ ;~ºt-
do. Resultaba mqu1etante descubrir que este noreste.
conjunto ido estaban construyendo trabaiado-
res argelinos equipados con escaleras de mano,
martillo y clavosl!, y que, con la excepción del torma del plano.u En fugar de la forma puris
vidrío, no se estaban empleando materiales ar-
tificiales. Para Stirling, et mve\ casi medieval de
las casas Jaoul ofrecían una realidad t.ilcti! m -,---,-.oc,-.--1
ale.rnda de las v1s1ones utópicas de los Liltini
la tecnología era suficiente para relegar la obra años veinte; un pragmatismo que estaba !i i
'!
al terreno de! arte por e! arte, y consideraba, para aceptar -como ha observado Reyner Ba
con razón, que estaba en oposición directa a la ham- las contradicciones y contusiones de.¡'
tradición racionalista de! Movimiento Moderno.
Sin embargo, la ·arrac1onalidad' de Le Corbu-
suburbios.
El diseño de las casas Jaoul era una remt '
,·;
- -' ~
sier iba mas allá de la aplicación anacromca,
aunque oportuna, de la bóveda a !a catalana, de
pretación monumental de !a cultura vernác
mediterranea cuyo efecto denvaba tanto de,,s
;:o
la fábnca de ladrillo visto y del hormigon, direc- solemnidad introspectiva como de su esca! '
tamente pegados al cerramiento de madera. Esta smtax1s surrealista difícilmente podía usaº
Las gárgolas de hormigón, !os huecos estre- se para el bloque de dieciocho alturas de
chos de los muros de carga y los entrepaños Umté d'habitation, construido en Marsella en
transversales (estos últimos cerrados pnnc1pal- 1947 y 1952. Y sm embargo, al abandonar.
mente con paneles de madera contrachapada) tecnología maqum1sta ligera de! penado an·
se combinaban para dar !a impresión de una nora la guerra, la Unité se mostraba igualm
actitud deliberadamente hostil hacia el mundo te comprometida con !os métodos 'brutalis
externo. El arquetipo de ventana ya no era la fe- de construcción. Esto resulta especialmente 217 Le Corbusier, Unite d'habitation, Marsella,
nétre en longueur por la que mirar, smo mas 1947~1952.
dente en el modelado de su superestructura
blen una incisión enmarcada y cerrada con pa- sica de hormigón a base de encofrados de m
neles para ser mirada. uLos o.ros que encuen- dera rugosa, una exhibición deliberada d
tran interesante cualquier parte de un empaste proceso constructivo que Le Corbus·1er iba.
superficial», escribia Stir!ing, Hno buscan, como ¡ustificar aduciendo motivos que eran casi ex
en Garches, el alivio del duro acabado sm tex- tenciales.
tura gracias a un examen de los contornos y la Aparte de esta apanencia del béton b
{hormigón en bruto), la Unité era mucho m
comple_1a en su organización que el bloque tip
de la Ville Radieuse anterior a !a guerra. Mieri
tras que el prisma VR era un volumen honzon~·
tal continuo, herméticamente contenido dentr'
del vidrio, la Unité revelaba su estructura ce!
lar mediante el uso de balcones con parasoles· 219 Le Corbusier, monasterio de La Tourette, cerca
de Lyón, 1957-1960. Sección y planta de! segundo
marquesinas de hormigón que sobresalían del p!SO,
cuerpo prmc1pal del edificro. Estos bnse*soleil,
con sus paredes laterales, acentuaban el votui,
men de las vivrendas de dos alturas que atravec.'i
saban el bloque en toda su anchura: formas de\i
megarón construidas como elementos mdepen~;j.
dientes y colgadas dentro de! entramado de\
horm1gon de manera muy parecida a como séf
colocan las botellas en un botellero. Las 'calles'.:
mtenores cada tres plantas proporcionaban ac~;¡
ceso horizontal a estas v1v1endas contrapeada5:.¡
y cruzadas. i
215 le Corbusrer, proyecto Roq et Rob, Cap Martín, Esta morfología cetu!ar expresaba automáti.;\
1949. Una remterpretación de la casa de fin de sema• camente una agrupación de alo.1am1entos p • 218 Le Corbus1er, Unité d'habitation, Marsella,
na como prototipo de v1v1enda. culares !comparase con Roq et Rob), mientra,$' 1947-1952. Piscma mtantit en la azotea.

228
229
ide nuevo a !os años treinta, no sólo a la casa mampostena rustica esta recubíerto con ce-
;Dé Mandrot por su rntegración en el lugar, sino mento 'gumtado', pero el acabado que se busca
;"también a la torma bas1ca del Pabellón de .t?s ya no es la precisión maqutmsta de! Purismo,
(Nuevos Tiempos construido para !a Expostc1on smo la textura granulosa y encalada de la cons+
.<de Pans de 1937. Por improbable que pueda pa• trucción popular mediterránea.
;;facer, esta construcción de cables en suspen- El 1nteres de Le Corbus1er por la resonancia
:Síón tue el prototipo tundamental para Ron- escu!tónca de cada edificio en relación con su
;chamP en la medida en que estaba inspirada en emplazamiento tue enunciado por primera vez
:¡a· reconstrucción del templo hebreo en e! de- en 1923, cuando describió la Acropolis y sus
islerto, reproducido antenormente en Vers une Propi!eos como ese punto uen que no era ya
architecture. Como transposición posterior de la preciso quitar nada, smo deJar las cosas conci-
¡nisma metéfora, ese dominante caparazon de sas y violentas, que sonaran claras y trag1cas
'.hOrmigon que hace de cubierta en Ronchamp como trompetas de broncen. Esta apasionada
:¡.epetia el perfil de catenana de la cubierta de imagen de la Acropolis -que trasluce el aprecio
cable y lona de! pabellón de 1937. La reapan- por la unrdad iusto antes de que se rompa- rea-
:J;ción de este perfil en el Capitolio de Chandígarh parece como un tema constante a lo largo de
:{y en otros e_1emplos de su obra postenor parece toda su vida y con un acentuado patetismo ha-
})'indicar que Le Corbus1er estaba intentando cia e! final de su carrera. Era tanto el pnncip10
\.-,.establecer esta forma como el equivalente de la subyacente en la ·acust1ca visual' de Ronchamp
_.-;_¡·cúpula renacentista en e! siglo xx, es decir, como la razon de las diminutas termas volcánr•
· · como un signo de lo sagrado. cas que hacen erupción en la azotea de !a Urn-
220 Le Corbusier y Pierre Jeanneret, Pabellón de 221 Le Corbus1er, capilla de Ronchamp, Mas a!la de esto, Ronchamp se resiste al te.
los Nuevos Tiempos, Exposición Mundial, Pans, 1937. Be!fort, 1950-1955. análisis: en parte tumba de Malta, en parte tra• Un enteque mas cartesiano inspiro el diseño
dición vernacula de lschia, las capillas sem1c1- de Chandigarh, fundada en 1951 como nueva
lindrlcas laterales, iluminadas cemta!mente a capital admin1strat1va de la región india del
traves de capuchas esféncas y onentadas hac1a Pun_1ab. Dado que el terreno era llano, !a im-
que la galena comercial y !as rnstalacmnes CO* ma de 'soledad y comunión' que tanto le hab' la trayectoria del so!, sirven para recordarnos plantación de los monumentos vino determina-
lectivas de la azotea serv!an para establecer y conmovido cuando v1s1to por pnmera vez , que este lugar cristiano fue una vez emplaza- da por !a superposición de una malla proporc10•
representar el ambito público. E! rango honon- cartuJa de Ema en 1907. La Tourette senci miento de un templo solar. Construido en torno na!. Le Corbus1er ya habia usado esas 'líneas
fico de este gran coniunto se expresaba al mvel mente reinterpretaba este modelo idea! co a un entramado oculto de horm1gon armado, lo reguladoras' a escala urbana en la Cite Mon-
del suelo en las columnas cuidadosamente per- un esquema bipartito que incluía una tgle vernáculo en este caso se disimula más que diale de 1929 y en e! centro de St•Dié, de 1945.
filadas que sostenían e! vientre del edificio. 'pública' y un claustro 'pnvado'. Elevado p'o'r. reinterpretars'e en términos monumentales. A! Su descnpción del Capitolio de1a claro que esta-
Estos pilotls, dimensionados con precisión s1- encima del suelo en lugar de aterrazado en su· 1gual que en la villa de Garches, el relleno de ba convencido de que esos delicados refina-
gmendo la teona de! Modular {un sistema de emplazamiento, esta oposición entre el vo!u;
proporciones ideado por Le Corbus1er), suge- men vertical de !a capilla y el estrato honzon
nan la invención de un nuevo orden ·c1as1co'. de! deambulatorio quedaba espectacularmente
Con sus 337 VIV!endas umdas por una galena manifiesta debido a !a caída de! terreno. Colin 222 Le Corbus1er, capilla de Ronchamp, cerca de
comercial, un hotel y una azotea con pista de Rowe ha escrito: Belfort, 1950·1955.
carreras, piscina, 1ardín de mfanc1a y gimnasio,
la Umte tenia tanto de 'condensador social' En La Tourette, en efecto, el emplazamiento j~\~ 223 Le Corbusier, con Jeanneret, Drew y Fry. Chan-
digarh, 1951-1965. El Capítolio (arriba en la planta)
como los bloques-comuna soviéticos de los es todo y no es nada. Está dotado de una fuerte'
años veinte. Esta integración total de los servi- pendiente y de una caída transversal generosa-,'.. esta representado como una maqueta de madera en
pnmer plano, que muestra (de 1zqwerda a derecha}
cios colectivos recordaba ese modelo dec1mo- mente accidental. No se dan en absoluto !áS.:
los Ministenos, la Asamblea, e! Palacio del Gobema•
nornco del talansterio de Founer, no sólo por su condic10nes que 1ustificarian realmente esé'; dar y el Tribunal Supremo.
tamaño, srno por su aislamiento del entorno in- asentamiento domm1co por antonomasia qu~
mediato. Y al igual que el talansteno estaba parece haber sido concebido con anterioridad/
pensado para alorar a! hombre comente en un Es mas bien fo contrario: la arqwtectura y ei
recinto principesco lFouner detestaba !a mez- pa1sa1e, experiencias lúcidas e mdependientes}·
quindad de la casa individual), la Un1te, segun son como protagonistas nvales de un debate en
la ve1a su autor, devolvía !a dignidad de la ar- el que cada uno va contradiciendo y clarifican~:
quitectura a !a vivienda particular más modesta. do progresivamente el significado del otro. ·
La capilla de peregrinación de Ronchamp,
proyectada in1c1almente en 1950, y el monaste- Nada mas !e¡os de todo esto que la relacióñ'. ;.
r_10 dominico de La Tourette, construido en establecida entre el edificio y el emplazamiento:'-;
Eveux, cerca de Lyon, en 1960, representan los en Aonchamp, donde las formas crustilceas que
dos principales tipos edificatorios -el edificio componen el con_iunto -!a cubierta caparazon·
sagrado y el retiro espiritual- que preocuparon con su gargo!a gigante, las capillas laterales y"
a Le Corbus1er a !o !argo de los años cincuenta. el altar- se afinaron todas con precisión para· ·
El monasterio -que combina eficazmente am- dar respuesta a la 'acustica visual' de un pa1sa-
bos tipos- sirvió para recordarle aquel paradíg- ¡e ondulante. Roncharnp llevo a Le Corbus1er

230 231
mientes eran perceptibles con mdependencra A! contrano que Nueva Oe!hl o !a Cité. · enos al Tribunal Supremo- la presencia dia. Encarnaba la idea de un estado mdustnal
de la distancia. ula composrción del parque del dia!e, Chandigarh logro llegar a ser monu·' mbre es mas metafísica que real (lo que moderno, el destino utóprco que Nehru había
Capitolio, vasto como es, esta hoy regulada al tal sin hacer reterencias directas al vocab ·' uerda una vez más a De Chirico}. La herencia previsto para la India en total oposición a la vo-
centímetro en casi todas sus dimensiones, tan- tradicional del clas1c1smo occidental. Los 11 clásica de Le Corbus1er habia surgido para luntad de Gandhi. De este modo, Chandigarh ya
to de con_¡unto como de detalle. Esos son los tivos perfiles de sus tres monumentos defj -car el pa1saJe del genre terrible: !os edificios había sido trazada como una ·utopía motoriza-
medios, los poderes y !os objetivos de 'propor- ban, en primer lugar, de una respuesta direct fesentat1vos de !os 'tres poderes' -e! Tribu- da' por el urbanista norteamencano Albert Ma-
cionar'.» Que esos mismos recursos modulares la severidad de! clima. A diferencia de Luti Supremo, la Asamblea y los Mimstenos-- yer antes de que Le Corbusier -en colaboración
los había usado Edwm Lutyens al diseñar Nue- -que había aprovechado sólo los elemento{.' ban relacionados no por !a configuración con Pierre Jeanneret, Jane Drew y Maxwell
va De!hi es algo que no paso inadvertido para cundan os de la arquitectura mogola-, Le. C él emplazamiento, como en la Acropolis, smo Fry- la racionalizase precipitadamente convir-
Le Corbus1er, que escribió elog1osamente de bus1er se apropió del concepto tradic1onai": tn'ás• bien por líneas visuales abstractas que fu- tiéndola en una red de carreteras más o menos
esa nueva capital que utue construida por Lu- 'parasol' de Fatehpur Sikri como un recursci · g~ban en puntos muy le1anos, un escorzo pro- ortogonal. La naciente crrs1s del progresismo
tyens hace mas de treinta años con sumo cw- dificador monumental que habia de variarse'· gfésivo cuyos umcos limites parec1an estar en europeo, su mcapac1dad para alimentar una
dado, un gran talento y un verdadero ex1to. Los una construcción a otra. Usando esta forma as-montañas del honzonte. cultura existente o mc!uso para mantener !a sig-
críticos pueden despotricar cuanto quieran, caparazon como preludio (la marquesina de ·):La realización propiamente dicha de Chandi- nificación de sus propias termas clásicas, y !a
pero el logro de seme1ante empresa merece tracia a la Asamblea}, como constante (la·.· ~rh como un plan abstracto y poco acertado, taita de cualquier obiet1vo mas allá de la cons-
respetan. bierta abovedada del Tribunal Supremof: · mente puede separarse -como ha afirma- tante mnovación tecnica y el óptimo crecimien-
como dommante (el parasol que coronaba' () Stamslaus von Moas- de las asp1racmnes to econom1co: todo parece estar resumido en la
Palacro del Gobernador), podía mdicar el ca 'o!íticas de la India en la epoca de su 1ndepen- tragedia de Chandigarh, una ciudad diseñada
ter y el rango de cada institución. Los pe encia. Y es que Chandigarh era más que la ca- para los automoviles en un pa1s en e! que mu-
de estos caparazones derivaban en parte "ital del Punjab: era el simbolo de la nueva ln- chos aún no tenian ni una bicicleta.
ganado y del pa1sa1e de la región. La inten
evidente era representar una identidad j'
moderna que estuviera libre de cualquier
c1ación de ideas con el pasado colonial.
Al mismo tiempo, !a enorme escala de!i
pitolio !e privó de esos atributos pllb!icos·
'corazón de la ciudad' que en el VHI CIAM,:-
lebrado en Hoddesdon en 1952, Sert había-~
s1derado como algo que dependía de n!as·d[
tancias a pie y e! angulo de visión del hombrti
Dentro del temenos del Capitolio -donde se-ia
da más de veinte minutos en ir a pie desde'(

224 Le Corbus1er, Chandigarh, hacia 1951. Croq ''


de ganado y formas construcuvas vernáculas;;
sección transversal de los Ministerios.

225 Le Corbusier, con Jeanneret, Drew y F_


Chandigarh, 1951-1965. Los edificios de los M!n
nos (izquierda) y de la Asamblea.

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