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dictadas por los poderes públicos y establece límites e implica obligaciones para los
demás órganos del Estado.
La sentencia del juez se caracteriza por dos cosas, es acto del juez, de su voluntad y
también es manifestación del pensamiento del juez sobre los hechos que se le plantean.
Hay que tomar la base de la sentencia a raíz de ambas características, ya que en realidad
es ambas cosas, es tanto acto de voluntad como acto de pensamiento, ya que el juez emite
la sentencia por el Estado, es decir, es la voz de la ley a la hora de declarar las sentencias.
Sin embargo, la sentencia es diferente de cualquier orden del Estado, las principales
diferencias son, los caracteres de la ejecución de la sentencia y cosa juzgada.
Son sentencias las que deciden la pretensión que se ha planteado en el pleito, sea en
primera o segunda instancia.
Características de la sentencia:
La sentencia es acto final, que pone fin al proceso. Su forma está condicionada por el
proceso del que se trate, es decir, dependerá del contenido, la demanda y el tipo de proceso
del que se trate, por tanto, es correlativa a la demanda.
Significa que las normas, actos o contratos se aplican a todos los sujetos, en
contraposición con los actos y negocios inter partes (entre las partes) que sólo afectan a
aquellas personas que concurrieron a su celebración. Para que un contrato sea oponible a
tercero y tenga efectos más allá de inter partes, han de concurrir en él ciertas formalidades
que normalmente tienen fines probatorios, como haber sido inscritos en un registro
público.
Para que un contrato sea oponible a tercero y tenga efectos más allá de inter partes, han
de concurrir en él ciertas formalidades que normalmente tienen fines probatorios, como
haber sido inscritos en un registro público.
Las normas, por el contrario, suelen tener siempre efectos erga omnes, dado que por
definición son de aplicación general. Sólo en casos muy especiales se dictan normas
específicas para casos concretos.
Hecho al que se le reconoce eficacia desde un momento anterior. Salvo que se disponga
lo contrario, las leyes no tienen efecto retroactivo.