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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN N° 2 – SEGUNDO CUATRIMESTRE 2018

ALUMNO:

- Chamez Francisco, D.N.I. 28.369.950

ASIGNATURA: DERECHO ADUANERO

“JURISPRUDENCIA EN MATERIA DE CONTRABANDO”.


Introducción:

Cuando se habla de contrabando, en su definición genérica podemos decir que se trata del ingreso ilegal de mercadería
extranjera a nuestro país, burlando los controles aduaneros, así como, el mal uso de beneficios otorgados exclusivamente
a las zonas de menos desarrollo, habitualmente las zonas fronterizas.

Finalmente, el contrabando no es más que una actividad ilícita que elude y burla el control aduanero ya sea mediante el
ingreso o salida de mercancías del territorio aduanero, evitado que dicha mercancía pase por un reconocimiento y
verificación antes las dependencias de aduanas, con la finalidad de evadir o intentar evadir el pago de los derechos
arancelarios aplicables a las importaciones de mercancías.

Tal como menciona Edwards en el Régimen Penal y Procesal Penal Aduanero: “El bien jurídico que se tutela por medio de la
figura penal de contrabando es el ejercicio de la función de control del tráfico internacional de mercaderías, que ejerce el
servicio aduanero, y que se concreta en un doble objetivo: la aplicación y fiscalización de las prohibiciones de importar y
exportar, y la percepción tributaria”.

Se establece en el Código Aduanero Nacional los delitos aduaneros en la Sección XII respecto a las disposiciones penales, a
partir del artículo 863, indicando las conductas, penas y agravantes.

Jurisprudencia:

- C.S.J.N.

 Legumbres S.A.C.I.F.I.A. y otros. Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fallo 305:1022 año 1983

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico confirma la sentencia dictada por el juez de primera instancia
mediante la cual se decretó la prisión preventiva del apelante, por considerarlo prima facie coautor del delito de
contrabando (artículo 863 del Código Aduanero), agravado en su modalidad de delito complejo por mediar otro delito
(artículo 292 del Código Penal), por la intervención de tres o más personas, por la intervención de funcionario público en
ejercicio de su función y por la presentación ante el servicio aduanero de documentos falsos necesarios para cumplimentar
la operación aduanera (artículo 865, inciso a, b, d y f del Código Aduanero). Contra dicha sentencia se interpuso recurso
extraordinario.

Se discutió en este fallo si constituye o no el auto de prisión preventiva sentencia firme en los términos del artículo 14 de la
ley 48. El tribunal declara por mayoría que el auto no es sentencia firme ni es equiparable a ella y declara improcedente el
recurso extraordinario.

No obstante, es importante mencionar los votos en disidencia de los señores ministros César Black y Carlos A. Renom al
referirse en uno de sus considerandos al bien jurídico tutelado respecto a la figura de contrabando establecida en el
Código Aduanero. Se indica que este se refiere a todo acto u omisión que, mediante ardid o engaño, impidiere o dificultare
el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes acuerdan al servicio aduanero para el control sobre las importaciones y
las exportaciones, quedando excluidos los actos u omisiones que no fueran del control específico de las aduanas sobre la
importación o exportación, aun cuando tales controles le fueran encomendados por disposiciones legales.

El legislador ha concebido el delito de contrabando como algo que excede el mero supuesto de defraudación fiscal, lo
determinante para la punición es que se tienda a frustrar el adecuado ejercicio de las facultades legales de aduanas. La
extensión de este control aduanero eran las que estaban específicamente establecidas en el artículo 23 del código
aduanero quedan excluidas las eventuales facultades de contralor que la aduana pudiera tener, y que no hagan relación
directa con el tráfico internacional de mercaderías. En este sentido, se puede afirmar que el bien jurídico protegido de
cuya protección se trata excede al de la integridad de la renta aduanera, por ende, la configuración de contrabando era
independiente a la concurrencia de un perjuicio fiscal.

 Legumbres S.A.C.I.F.I.A. y otros. Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fallo 312:1920 año 1989

El banco Central dispuso que “con anterioridad al embarque” (de los productos a exportar) debía ingresarse el valor de los
productos tradicionales, mediante el pago anticipado o crédito documentado irrevocable, pagadero contra documentación
de embarque en nuestro país, a cuyo efecto la firma exportadora deberá dejar constancia, bajo declaración que debe ser
refrendada por la entidad bancaria interviniente, y que sin el cumplimiento de estos requisitos no podrán iniciar los

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trámites respectivos ante la Administración Nacional de Aduanas. Será la Aduana a quien le fuera encomendado la
verificación de este hecho.

Un particular presentó ante la Aduana un pedido de embarque usando refrendaciones bancarias falsas. La falsedad era
respecto al ingreso de divisas. De manera que se aparentaba ante la Aduana haber cumplido con la directiva del Banco
Central relativa a la negociación de divisas. Se dicta el procesamiento del sujeto y se lo imputa por cometer el delito de
contrabando establecido en el artículo 863 del código aduanero.

La cuestión radica en establecer por parte de la Corte Suprema de Justicia si la conducta efectuada configura delito de
contrabando en virtud del artículo 863 del código aduanero al afirmar que este se constituye con cualquier acto u omisión
que impidiere o dificultare, mediante ardid o engaño, el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes acuerdan al
servicio aduanero para el control sobre las importaciones y las exportaciones, o por el contrario, configura un acto u
omisión que infrinja las normas sobre el régimen penal cambiario (artículo 1° inciso f) de la ley 19.359).

La sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico confirmó la resolución del juez de grado que
declaró la incompetencia de ese fuero para conocer en la causa, por no constituir contrabando los hechos investigados y
dejó sin efecto los procesamiento decretados, ordenó remitir las actuaciones al Banco Central de la República Argentina
para que este investigará las presuntas infracciones al régimen penal cambiario, asimismo dispuso la extracción de
testimonios para la investigación de la posible comisión del delito de falsedad de instrumento público.

Contra la resolución de la sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico la Dirección Nacional de
Aduanas interpuso recurso extraordinario que fue concebido. La Dirección se vio agraviada por la interpretación que
efectúo el a quo de la norma federal que tipifica el delito de contrabando, artículo 863, al excluir de su alcance las
facultades de control en materia de cambios que delegó el Banco Central. Argumentaba que el control encomendado a la
aduana por parte del BCRA en la comunicación A-39 integraba el control aduanero al que se refiere el art 863 porque de
no haberse presentado ante el servicio aduanero el permiso de embarque con la correspondiente atestación bancaria, la
exportación no se habría autorizado.

Posición de la mayoría:

La Corte para solucionar la presente cuestión establece que resulta necesario desentrañar del sistema actual cuál es el bien
jurídico protegido que se pretende tutelar mediante la incriminación del contrabando. Efectúa un análisis de la evolución
legislativa y llega a la conclusión de que el legislador al proteger el bien jurídico del delito de contrabando, ha efectuado
una protección que excede la de la integridad de la renta aduanera y que se ha concebido el delito de contrabando como
algo que excede el mero supuesto de la defraudación fiscal (Fallos: 296:473, Fiscal y Querellante c/Gordo Humberto y
otros). Lo determinante para la punición es que se tienda a frustrar el adecuado ejercicio de las facultades de las aduanas.

La corte afirma que le corresponde en forma exclusiva al poder legisferante determinar los intereses que deben ser
protegidos, a cuyo fin debe expresarse la amenaza con indicación de la naturaleza y quantum de la pena, ya que sólo él
está legitimado para realizar esa tarea. Afirma que es inadmisible que el Poder que tiene la facultad de legislar delegue en
el Ejecutivo la facultad de establecer sanciones penales por vía de reglamentación. Solo quienes están investidos de la
facultad de declarar que ciertos intereses constituyen bienes jurídicos y merecen protección penal, son los legitimados
para establecer el alcance de esa protección mediante la determinación abstracta de la pena que se ha considerado
adecuada. En virtud de esto, las normas de menor jerarquía que integran las leyes penales en blanco deben respetar la
relación que el legislador ha establecido entre la conducta prohibida y la pena.

Se afirma que el hecho de que por razones prácticas el órgano que ejerce ese control lo haya delegado parcialmente en
otro organismo de la Administración mediante un acto administrativo, no puede tener virtualidad para cambiar la
naturaleza del control. La mera delegación de funciones no transforma el control de cambios en control aduanero, aunque
ambos se concentren circunstancialmente en el mismo órgano.

Establece que cualquier acto que afecte la actividad estatal en materia de policía económica no puede ser considerado
contrabando, del mismo modo que tampoco puede considerarse como propio de la función aduanera el ejercicio de todas
las facultades de policía económica que competen al Estado. La Corte afirmó que no todas las prestaciones y servicios
estatales merecen el mismo valor y protección penal.

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La Aduana tiene facultades de cooperación en materia de control de cambios, pero eso no es su función especifica en
relación al régimen del control de tráfico internacional de mercaderías ya que lo hacía por encargue y en relación a una
circular dictada por el Banco Central. En este sentido como conclusión se afirma que los bienes jurídicos en función de los
cuales se castiga el contrabando son diferentes de los que establece el régimen penal cambiario y que interpretar que
estos últimos se encuentran comprendidos dentro de los primeros sería aplicar de manera analógica una ley penal vedada
por el artículo 18 de la Constitución Nacional.

Posición de la minoría (Disidencia del señor ministro Dr. José Severo Caballero):

La posición de la minoría en primera medida fue la establecer por un lado la definición de que se entiende como bien
jurídico protegido, indicando como la necesidad de la Administración Pública de controlar y encausar la actividad comercial
de los particulares como bien común y velar por la correcta ejecución de las normas que estructuran el ordenamiento
económico nacional. Esto lo que hace es efectuar una formulación más generosa del interés protegido que la que propicia
el voto de la mayoría.

Asimismo, sostuvo que el actual texto castiga el impedir o dificultar el control sobre las importaciones y las exportaciones,
y que la Aduana había reglamentado, sobre la base del antecedente del régimen cambiario establecido por el Banco
Central, los requisitos de la solicitud del permiso de embarque, entre los cuales se contaba la exigencia de la refrendación
bancaria relativa a la forma en que se debía realizar el pago al exterior.

Esta posición entendió que el control de la existencia de dicha refrendación bancaria se encuentra incluido dentro de las
distintas sanciones que comprende el control aduanero.

 Vigil, Constancio y otros s/contrabando. Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fallo 185 XXXIII año 2000

La Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico condenó a Constancio Carlos Vigil y a Ana María
Dubovis de Garcia como coautor y cómplice secundaria, respectivamente, del delito de contrabando calificado previsto en
los artículos 864 inciso b) y 865 inciso a) del Código Aduanero. Le fue impuesta la pena de dos años y seis meses, dos años
y un año de prisión en suspenso, respectivamente, accesorias legales y costas. Contra esta decisión, la asistencia técnica
tanto de Vigil como de Dubovis de García interpusieron sendos recursos extraordinarios, que fueron concedidos pero la
Corte confirma la sentencia oportunamente apelada.

Mediante este fallo, se tuvo por probado que fue Vigil quien hizo ingresar al país un automóvil extranjero que se
encontraba alcanzado por una prohibición de importar. Se valió de su dependiente, Juan Carlos Albarracín (beneficiario de
una franquicia de importación para lisiados, conforme ley 19.279, modificada por ley 22.499 y decreto reglamentario
1382/88), quien fue presentado ante la Aduana como destinatario aparente del automóvil importado. Dicha maniobra se
consolidó con la colaboración de la escribana Dubovis de García, por cuyo intermedio se había formalizado previamente un
poder por el cual Albarracín concedía a Vigil, de modo irrevocable, amplias facultades de uso, administración y disposición
del rodado con anterioridad a su ingreso a plaza.

El planteo de la defensa fue afirmar que no se eludieron controles aduaneros ya que la aduana nada tenía que controlar,
esta postura saca de quicio a los tribunales, argumentando de manera tajante que se trato de una simulación de la
identidad del verdadero importador. Fue valerse de un discapacitado que, como tal, podía beneficiarse legítimamente de
una excepción al régimen de importación referido, el ardid que permitió impedir, y no tan solo dificultar el control
aduanero.

Por otro lado, un punto de la defensa fue argumentar que el régimen de prohibición de la importación mencionada se
encontraba derogado. La Corte estableció que la derogación de la prohibición de importar automóviles, si bien configuraba
una situación más favorable aduanera, no podía ser interpretado como una modificación esencial de la valoración
legislativa respecto del delito de contrabando que torne aplicable el principio de retroactividad de la ley penal más benigna

Asimismo, dijo la Corte qué si bien las formas en la documentación parecen guardadas, ello sólo constituye un ropaje de
legitimidad para encubrir el verdadero propósito perseguido que no es otro que eludir, mediante ese ardid, alguna
prohibición o determinado tratamiento fiscal. Y afirmo que el hecho atribuido no significó una mera violación al régimen
de la ley 19.279 o el incumplimiento de las obligaciones que condicionaban el beneficio derivado de ella, sino que
representó, además, una acabada burla a las facultades legales de control de la aduana, cuya protección constituye el
fundamento de la incriminación del contrabando (conforme fallos: 311:372, considerando 11 del voto del juez Petrachi),

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también se afirma que con su proceder, los imputados impidieron que el servicio aduanero ejerciera su función específica
de verificar, clasificar y valorar la mercadería de que se trata, a fin de determinar el régimen legal aplicable a ella (art. 241
del código aduanero), en el ejercicio del control sobre el tráfico internacional de mercaderías como parte de sus facultades
de aplicar y fiscalizar las prohibiciones a la importación (art. 23, inciso a y b del código aduanero). Se indicó por parte de la
Corte que se vieron afectadas facultades claramente aduaneras, antes que las correspondientes a otra repartición
administrativa, no resulta aplicable al caso la doctrina del fallo 312:1920 (Legumbres S.A. y otros), que fuera invocada por
la defensa de Vigil para rechazar la tipicidad de la acción imputada como contrabando.

 P.E.J. y otros s/causa n° 7668. Corte Suprema de Justicia de la Nación. Cita MJ-JU-M-88001-AR I MJJ88001 del 20
de agosto de 2014

Una empresa realizó operaciones de exportación de manufacturas elaboradas con materiales preciosos y no preciosos. En
esa dinámica, efectuó declaraciones ante la aduana expresando importes que, por hallarse sobrefacturados, no se
compadecían con la realidad y, a su vez, determinaron que se alcanzara una base de cálculo incorrecta por cuenta de la
autoridad aduanera. Dicha mecánica operatoria se habría llevado a cabo respecto al oro que se adquiría en formato
lingotes en instituciones bancarias bajo el régimen denominado “uso monetario” lo que eximía la operación de tributos,
como asimismo, en relación a otros metales cuyo costo se habría sobrevaluado con el objetivo de aumentar la
cuantificación de los reintegros relativos a la exportación.

En este sentido, el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires condenó a E.J y a M.S.
presidente y vicepresidente de la empresa Casa SA por las conductas anteriormente mencionadas. Se estableció que
mediante declaraciones de importes sobrevaluados que no correspondían con la realidad y que determinaron que se
llegara a una base de cálculo de reintegros incorrecto por parte de la autoridad aduanera. Las conductas fueron calificadas
como contrabando, en los términos del artículo 864 inciso b) del código aduanero, en curso real con igual delito agravado
por la presentación de documentos adulterados o falsos necesarios para cumplimentar las operaciones aduaneras, en
ocho oportunidades, de acuerdo con los artículos 864, inciso b, y 865 inciso f del mismo cuerpo legal.

Asimismo, en dicho pronunciamiento absolvió a Martín Suárez A y a Mario Jorge G respecto de los hechos por los que
fueran imputados. Cabe recordar que S, A , directivo de la firma “Casa P S.A.”, había sido acusado como autor de
contrabando por la comisión de acciones que impidieron o dificultaron el servicio aduanero con el propósito de someter a
las mercaderías a un tratamiento aduanero distinto al que les correspondía a los fines de su exportación, agravado por la
participación de tres o más personas, mediante los permisos de embarque correspondientes a dicha empresa, cometido en
forma reiterada en trescientos cincuenta y cinco hechos, en concurso real (arts.864, inciso “b”; 865, inciso “a”, del Código
Aduanero).

Por su parte, G , en su calidad de despachante de aduanas, había sido por su participación necesaria en el mismo delito por
la comisión de acciones que impidieron o dificultaron el servicio aduanero con el propósito de someter a las mercaderías a
un tratamiento aduanero distinto al que les correspondía a los fines de su exportación, agravado por la participación de
tres o más personas y la presentación de documentos adulterados o falsos necesarios para cumplimentar las operaciones
aduaneras de las exportaciones, cometido en forma reiterada, ocho hechos, en concurso real (arts. 864, inciso “b”; 865,
inciso “a” y “f” del Código Aduanero).

El fiscal general ante dicha instancia interpuso recurso de casación, cuyo rechazo por la Sala IV de la Cámara Nacional de
Casación Penal dio lugar a la articulación de la vía prevista en el artículo 14 de la ley 48 que, al ser denegada, originó la
presentación directa ante la Corte. Mediante el presente se cuestionó las absoluciones de los señores A y G. La corte
argumenta que a lo largo de la discusión no se había valorado debidamente la participación de estas dos personas en la
maniobra. Afirma la Corte que es exigible la valoración de la prueba en forma integral en el caso de que se investiga un
delito complejo, lo que imponía la apreciación conjunta de las conductas realizadas para ponderar su inserción en la
maniobra global e impedía un examen fragmentado de su actuación. En virtud de argumentar la corte que la decisión
carece de fundamento suficiente para sustentarla ya que participaron varias personas y debería realmente valorarse en
forma conjunta su conducta con el agravante de un auxiliar (despachante de aduanas G) decide dejar sin efecto la
absolución.

- TRIBUNALES INFERIORES

 Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 2. “DLG”. Causa N° 1724/2010 (2481) 2015

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Una persona se encontraba imputada por la presentación de documentación apócrifa correspondiente a mercadería
exportada a través de tres permisos de embarque. La conducta fue calificada como contrabando. La defensa solicitó que se
le concediera la suspensión del juicio a prueba. Se celebró audiencia en los términos del artículo 293 del CPPN y planteo la
inconstitucionalidad del artículo 865 del código aduanero por considerar el monto de la pena allí establecidos violaban el
principio de proporcionalidad. La fiscalía dictaminó de manera favorable a lo solicitado teniendo en cuenta la relativa
gravedad del hecho, el bien jurídico, la edad del imputado, su falta de antecedentes, buen concepto de que goza en su
relación con sus amigos, vecinos o compañeros de trabajo, su presencia a derecho que siempre estuvo en todo el proceso
el lapso de duración del mismo, se declara inconstitucional el artículo 865 del código aduanero en lo relativo al mínimo de
su escala de prisión por lesión al derecho del imputado a la proporcionalidad de las penas, serían irrazonables estas penas
a la luz de los derechos aludidos en los Pactos Internacionales.

 Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1. “GAH”. Causa N° 41013163/2005.23/09/2015

Una persona se encontraba impudada por presentar ante la Aduana veintidós certificados de libre circulación falsos
correspondientes a mercadería documentada por diversos despachos de importación. Esta conducta fue calificada como
contrabando agravado (artículos 863 y 865, inciso f) del código aduanero).

La defensa solicitó que se le concediera la suspensión de juicio a prueba a su representado. Durante la audiencia, planteó
la inconstitucionalidad del mínimo de la pena prevista para el delito que se le imputaba por violación al principio de
proporcionalidad. El representante del Ministerio Público Fiscal se expidió de manera favorable.

El argumento para declarar la inconstitucionalidad establece que la escala penal del artículo 865 del código aduanero cuyo
mínimo es de prisión de 4 años, ello es resultado de la decisión del legislador, en el marco de su discrecionalidad y en
función de la política criminal que lo anima, no pudiendo ser controlado por los jueces a menos que se encuentren en
juego derechos fundamentales en peligro de ser lesionados. Se estima irracional la escala penal a aplicar por existir falta de
proporcionalidad. Hay irracionalidad entre la conducta y la amenaza sancionatoria.

Asimismo, indica el tribunal que se entiende por bienes jurídicos protegidos, son el control aduanero de las operaciones de
importación y exportación o las funciones de seguridad y salud pública, tenidos en cuenta para fijar por parte del legislador
la escala establecida. Resulta el castigo irrazonable y desproporcionado ya que la capacidad de violación del control
aduanero resulta presente pero relativa en sus consecuencias de afectación del bien jurídico.

 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico, Sala B C.S.A s/Contrabando de estupefacientes. 5 de julio
de 2013.

Un individuo fue detenido cuando intentaba salir del país llevando consigo una cantidad de cocaína oculta en envases de
productos cosméticos y en cápsulas que trasladaba dentro de su organismo. La sentencia lo procesó por delito de
contrabando tipificado en los arts 864 inciso d) y 866 segundo párrafo del Código Aduanero y, posteriormente, denegó su
pedido de excarcelación. La Cámara revocó esto último y le concedió el beneficio. El tribunal afirma que la excarcelación
debe ser concebida al procesado los delitos ya que, si bien podrían subsistir algunos peligros procesales, ellos se verían
disminuidos considerablemente ante la certera probabilidad de que aquél acceda a una futura condena de ejecución
condicional, en virtud de la posible reducción de la pena por aplicación del art. 29 ter de la ley 23.737, derivada de su
colaboración con el avance de la investigación.

Bibliografía consultada:

- Régimen penal y procesal penal aduanero. Carlos Enrique Edwards, editorial ASTREA

https://www.csjn.gov.ar

https://www.checkpoint.laleyonline.com.ar

https://www.errepar.com

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