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1.1.2.

2 Conducta Típica

Conforme lo determina el artículo 1º de la Ley Nº 28008, Ley de los Delitos


Aduaneros, el delito de contrabando se configura de acuerdo a la tipificación de la
siguiente conducta:

“El que se sustrae, elude o burla el control aduanero ingresando mercancías del
extranjero o las extrae del territorio nacional o no las presenta para su verificación
o reconocimiento físico en las dependencias de la Administración Aduanera o en los
lugares habilitados para tal efecto, cuyo valor sea superior a cuatro (4) Unidades
Impositivas Tributarias, será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de
cinco ni mayor de ocho años, y con trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta
días-multa.

La ocultación o sustracción de mercancías a la acción de verificación o


reconocimiento físico de la aduana, dentro de los recintos o lugares habilitados,
equivale a la no presentación.”
El sujeto de la acción viene a convertirse en uno de los puntos de análisis más
importantes, dado que este debe cumplir una serie de requisitos para poder
constituirse como agente capaz y a la vez pasible de una sanción; para este caso
el agente capaz puede ser cualquier persona que comete personalmente la acción
típica. Como señala la norma, no es un comportamiento que se vincula
exclusivamente a un grupo de personas, sino que cualquier persona puede realizar
este acto ilícito; además, a este sujeto activo se le conoce como el autor del delito,
pudiendo ser un autor material, autor intelectual o ambos. (HUAMAN, M. 2016, p.
14)

Sin embargo, del otro lado del sujeto de la acción o sujeto activo tenemos al
agraviado de la acción ilícita, en este caso al sujeto pasivo. Es este finalmente el
titular del bien jurídico que ha sido transgredido y lesionado con el comportamiento
del sujeto de la acción, y para el delito de contrabando estamos refiriéndonos al
Estado, pues es en este dónde recae ese perjuicio; la SUNAT es la representante
del Estado para estos fines, es decir, es esta institución pública la que ha sido
burlada puesto que en ella recae la responsabilidad del Servicio de Control
Aduanero. (HUAMAN, M. 2016, p. 15)

Además del citado artículo podemos analizar que dicho tipo penal se trataría de una
“norma penal en blanco” toda vez que la norma no señala con precisión lo que debe
entenderse como “recinto” o “lugares autorizados donde se comete el delito de
contrabando”, siendo para ello necesario recurrir a otra normatividad que, si los
desarrolla, como es el caso de la Ley de Aduanas.
La tipificación antes descrita permite apreciar necesariamente la existencia del
DOLO, entendiendo este tal como lo señala (CABANELLAS, G. 1982) “… la
resolución libre y consciente de realizar voluntariamente una acción u omisión
prevista y sancionada por la Ley” (p, 105). Lo cual implica el obrar propio de una
persona con conciencia y voluntad de delinquir (intencionalidad).

Inclusive, la prueba del DOLO consiste en acreditar que la conducta típica del
contribuyente se ha encaminado conscientemente a burlar los tributos (dolo directo),
lo que debe probar la Administración Judicial respectiva, recurriendo a los diversos
medios legales de prueba, en especial a instrumentos, testigos, etc. inclusive la
información de terceros y los informes de peritos. (SANABRIA, R. 1997, p. 594)

En ese orden de ideas resulta pertinente analizar algunos conceptos que se


encuentran en el tipo jurídico anteriormente descrito.
A. SUSTRAER: Se materializa con el hecho de no presentar las mercancías.
B. ELUDIR: Hace referencia al hecho de no ingresar por los lugares autorizados
o no tiene autorización de embarque.
C. BURLAR: Con ardid, astucia o engaño no se presenta al control aduanero,
pudiendo valerse de algún artificio.

MODALIDADES

Por otro lado, tenemos las modalidades que se encuentran tipificadas en el artículo
2º de la Ley N.º 28008 constituyen modalidades del delito de Contrabando aquellas
personas que desarrollen las siguientes acciones:

1) Extraer, consumir, utilizar o disponer de las mercancías de la zona primaria


delimitada por la Ley General de Aduanas o por leyes especiales sin haberse
autorizado legalmente su retiro por la Administración Aduanera.

2) Consumir, almacenar, utilizar o disponer de las mercancías que hayan sido


autorizadas para su traslado de una zona primaria a otra, para su
reconocimiento físico, sin el pago previo de los tributos o gravámenes.

3) Internar mercancías de una zona franca o zona geográfica nacional de


tratamiento aduanero especial o de alguna zona geográfica nacional de
menor tributación y sujeta a un régimen especial arancelario hacia el resto
del territorio nacional sin el cumplimiento de los requisitos de Ley o el pago
previo de los tributos diferenciales.
4) Conducir en cualquier medio de transporte, hacer circular dentro del territorio
nacional, embarcar, desembarcar o transbordar mercancías, sin haber sido
sometidas al ejercicio de control aduanero.

5) Intentar introducir o introduzca al territorio nacional mercancías con elusión


o burla del control aduanero utilizando cualquier documento aduanero ante
la Administración Aduanera.

1.1.2.3 Iter Criminis

Si bien en la doctrina del derecho penal existen tipos de acción y otros de resultado,
para el caso que nos concierne es preciso indicar que el delito de contrabando es
un tipo complejo del cual el verbo rector viene a ser la “elusión”, que se materializa
con la ejecución de uno o más actos, los que pueden, según las circunstancias,
acompañar al tipo.

En tal sentido, el contrabando puede consumarse en un solo acto o en una


consecución de varias acciones que van a permitir la elusión. En todo caso, puede
consumarse al final de una serie de actos que se encontraban fuera del control del
agente, en cuyo caso es visible la diferenciación de una fase ejecutiva de la de
resultado.
A. Consumación como delito de acción
Asimismo, podemos señalar que las conductas constitutivas de contrabando son el
ingreso de mercancía al país, su salida hacia el extranjero y su paso desde una
zona de tratamiento aduanero especial al resto del país, en principio, la
consumación del delito se producirá cuando el objeto efectivamente entre al
territorio nacional, cuando salga de él o cuando deje la zona sometida a régimen
tributario preferencial. En otras palabras, cuando la mercancía traspasa la frontera
marítima o terrestre respectiva. (BAJO, F. 1984, p. 44).

Pero como la interpretación del tipo se relaciona con el sometimiento a la potestad


aduanera, para determinar cuándo se ha producido un traspaso jurídicamente
relevante de las fronteras no bastará con el mero hecho de pasar la frontera
geográfica, sino que es preciso atender a las circunstancias particulares del hecho,
distinguiendo diversas situaciones.

Tal como refiere (GARCIA, P. 2007, p.741) En primer lugar, si éste se realiza por
lugares no habilitados, sustrayendo la conducta a cualquier tipo de control, bastará
con que la mercancía traspase los límites territoriales.
La segunda posibilidad es que la operación se realice a través de una aduana, y
entonces es preciso hacer nuevas distinciones. Si el ingreso o salida se ejecutan
evitando, de cualquier modo, el control aduanero, las mercancías deberán traspasar
el perímetro de los recintos aduaneros. Si, por el contrario, el autor se somete a un
control, pero engaña a la autoridad aduanera para que no detecte el ingreso o salida
de las mercancías, deberá concluir la tramitación de la destinación aduanera.

Cuando de lo que se trata es de extraer mercancías del territorio nacional, para que
se cumpla con lo que el verbo rector expresa es indispensable además que los
bienes efectivamente salgan del país, por lo que el delito sólo estará consumado
cuando éstos traspasen la línea fronteriza. (BAJO, F. 1984, p. 44).
B. Consumación como delito de resultado

Al afirmar que el contrabando impropio está configurado como delito de resultado,


en la medida en que requiere que la acción vaya seguida de la causación de un
resultado típico separable espacio-temporalmente de la conducta realizada, la
consumación se produce cuando este resultado se verifica. Sin embargo,
comprobaremos que, por lo general, él se produce en el momento mismo en que se
ejecuta la conducta típica.
Cuando la operación se realiza por lugares no habilitados, sustrayendo la conducta
a cualquier tipo de control, bastará con que la mercancía traspase los límites
territoriales, momento en el cual también se produce el perjuicio fiscal cuando ella
estaba afecta al pago de algún tributo.

En un recinto aduanero, en tanto, es preciso distinguir dos situaciones: si la


actuación es clandestina, las mercancías deberán traspasar el perímetro de los
recintos aduaneros, y si se trata de una conducta fraudulenta, deberá concluir la
tramitación de la destinación aduanera, tras haberse invocado una liberación o una
reducción de tributos. (HORVITZ, M. 2003, pp. 109-110) momento en el cual resulta
perjudicada la hacienda, pública. Es decir, el ilícito requiere que la autoridad
aduanera haya incurrido en un error, tramitando la destinación aduanera en la forma
que propone el declarante.

Esta es, tal como señala (BASCUÑAN, A. 2005, P. 685) generalmente, la dinámica.
Pero, el delito está muy condicionado por la regulación a la que accede; en particular
la figura de contrabando impropio, que depende de las características de los
gravámenes que afectan a una mercancía y la forma en que se devengan, lo que
puede incidir en el momento de su consumación. Por consiguiente, desde el punto
de vista del fin de la norma aduanera debe entenderse que en estos casos la
introducción de la mercancía no consiste en un hecho momentáneo, sino en su
ingreso y permanencia en el territorio de que se trate”. (HORVITZ, M. 2003, pp. 130)
1.1.2.4. Penalidad
Conforme lo determina el artículo 1º de la Ley Nº 28008, Ley de los Delitos
Aduaneros, la penalidad para dichos actos son: “…. será reprimido con pena
privativa de la libertad no menor de cinco ni mayor de ocho años, y con trescientos
sesenta y cinco a setecientos treinta días-multa.

Al respecto hay que señalar y a manera de aporte que la sanción establecida para
dicho delito es de cierto modo pobre, porque la regulación deja en el aire ciertas
situaciones relacionadas a este delito como por ejemplo las siguientes que se
deberían tener en cuenta de manera taxativa en los cuerpos normativos
correspondientes.

a) Decomiso de las mercancías materia del delito y de los objetos utilizados


para su cometimiento, inclusive los medios de transporte, siempre que sean
de propiedad del autor o cómplice de la infracción.

b) Si el autor, cómplice o encubridor fuere un agente de aduana, sin perjuicio


de las sanciones que correspondan se le cancelará definitivamente la
licencia. Esta es una pena accesoria a la privación de la libertad e interdictiva
consistente en la privación del ejercicio profesional.

Siendo susceptibles de ser analizadas por el legislador, para su aplicación en cada


caso en concreto, ademas se debe verificar que no atenten contra el principio del
debido proceso.

Ello es así que el control aduanero no solo adquiere una importancia a nivel
nacional, y su resguardo normativo tampoco es invención exclusivamente nuestra,
digna de patentar, sino que es una necesidad nacional de tal relevancia que cada
país, Latinoamérica también ha hecho lo propio en lo concerniente a este tema, y
ha elaborado normas que puedan reprimir el contrabando en sus países, cada una
desde una óptica jurígena diferente, pero del mismo modo efectivo al momento de
cumplir con la teleología con la que fueron diseñadas. (HUAMAN, M. 2016, p. 21)
PAIS PENA

MEXICO 1. De tres meses a cinco años, si el monto de las


contribuciones o de las cuotas compensatorias omitidas
es de hasta $ 876 220,00 respectivamente o, en su caso,
la suma de ambas es de hasta $ 1 314 320,00.

2. De tres a nueve años, si el monto de las contribuciones


o de las cuotas compensatorias omitidas excede de $ 876
220,00 respectivamente o, en su caso, la suma de ambas
excede de $ 1 314 320,00.

3. De tres a nueve años, cuando se trate de mercancías


cuyo tráfico haya sido prohibido. En los demás casos de
mercancías de tráfico prohibido, la sanción será de tres a
nueve años de prisión.

4. De tres a seis años, cuando no sea posible determinar


el monto de las contribuciones o cuotas compensatorias
omitidas con motivo del contrabando o se trate de
mercancías que requiriendo de permiso de autoridad
competente no cuenten con él.

ARGENTINA Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a OCHO


(8) años.

VENEZUELA Será reprimido con pena de cuatro (04) a ocho (08) años.

COSTA RICA De seis meses a tres años, cuando el valor aduanero de


la mercancía exceda de cinco mil pesos
centroamericanos y no supere los diez mil pesos
centroamericanos. De uno a cinco años, cuando el valor
aduanero de la mercancía supere la suma de diez mil
pesos centroamericanos.

ECUADOR Cuando el valor de la mercancía o la cuantía de los


tributos que se evadieron o se pretendieron evadir supere
el 10 %, una prisión de dos a cinco años.
PARAGUAY El delito de contrabando será sancionado con una pena
privativa de libertad de hasta cinco años o con multa.

REPÚBLICA Reclusión menor de dos a cinco años.


DOMINICANA

CHILE Con multa de una a cinco veces el valor de la mercancía


objeto del delito o con presidio menor en sus grados
mínimo a medio o con ambas penas a la vez, si ese valor
excede de 25 Unidades Tributarias Mensuales.

BOLIVIA Privación de libertad de cinco (5) a diez (10) años, cuando


el valor de los tributos omitidos de la mercancía
decomisada sea superior a UFV 50 000 (CINCUENTA
MIL 00/100 UNIDADES DE FOMENTO A LA VIVIENDA).

1.1.2.5 Circunstancias Agravantes

Según lo prescrito por el artículo 10° de la Ley Nº 28008, Ley de los Delitos
Aduaneros:

Serán reprimidos con pena privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de doce
años y setecientos treinta a mil cuatrocientos sesenta días-multa, los que incurran
en las circunstancias agravantes siguientes, cuando:

a. Las mercancías objeto del delito sean armas de fuego, municiones, explosivos,
elementos nucleares, diesel, gasolinas, gasoholes, abrasivos químicos o materiales
afines, sustancias o elementos que por su naturaleza, cantidad o características
puedan afectar o sean nocivas a la salud, seguridad pública o el medio ambiente.

b. Interviene en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice primario un


funcionario o servidor público en el ejercicio o en ocasión de sus funciones, con
abuso de su cargo o cuando el agente ejerce funciones públicas conferidas por
delegación del Estado.
c. Interviene en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice primario un
funcionario público o servidor de la Administración Aduanera o un integrante de las
Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional a las que por mandato legal se les
confiere la función de apoyo y colaboración en la prevención y represión de los
delitos tipificados en la presente Ley.

d. Se cometiere, facilite o evite su descubrimiento o dificulte u obstruya la


incautación de la mercancía objeto material del delito mediante el empleo de
violencia física o intimidación en las personas o fuerza sobre las cosas.

e. Es cometido por dos o más personas o el agente integra una organización


destinada a cometer los delitos tipificados en esta Ley.

f. Los tributos u otros gravámenes o derechos antidumping o compensatorios no


cancelados o cualquier importe indebidamente obtenido en provecho propio o de
terceros por la comisión de los delitos tipificados en esta Ley, sean superiores a
cinco Unidades Impositivas Tributarias.

g. Se utilice un medio de transporte acondicionado o modificado en su estructura


con la finalidad de transportar mercancías de procedencia ilegal.

h. Se haga figurar como destinatarios o proveedores a personas naturales o


jurídicas inexistentes, o se declare domicilios falsos en los documentos y trámites
referentes a los regímenes aduaneros.

i. Se utilice a menores de edad o a cualquier otra persona inimputable.

j. Cuando el valor de las mercancías sea superior a veinte (20) Unidades Impositivas
Tributarias.
k. Las mercancías objeto del delito sean falsificadas o se les atribuye un lugar de
fabricación distinto al real.

En el caso de los incisos b) y c), la sanción será, además, de inhabilitación conforme


a los numerales 1), 2) y 8) del artículo 36º del Código Penal.

l. Las mercancías objeto del delito sean productos industriales envasados acogidos
al sistema de autenticación creado por ley.

1.1.3 Tipicidad subjetiva

El delito de contrabando es un delito doloso. El agente debe haber actuado con el


ánimo y voluntad de perpetrar el ilícito, eludiendo el control aduanero y evitando que
se cumpla con el control del tráfico internacional por parte de la autoridad aduanera.
No es necesaria la intención de obtener ventaja económica, importa solo la
acreditación del dolo del agente de eludir el control aduanero. La intencionalidad del
agente debe ser evidente al tratar de evitar que las autoridades aduaneras cumplan
con su función de controlar el tráfico internacional de mercaderías. (GALLARDO, J.
2008, p. 292)

La prueba del dolo consiste en acreditar que la conducta típica del contribuyente se
haya encaminado conscientemente a burlar los tributos (dolo directo), lo que debe
probar la autoridad judicial, recurriendo a diversos medios legales de prueba, en
especial a instrumentales, testigos, etc., inclusive a través de la información de
terceros e informes de peritos (SANABRIA, R. 1997, p. 678)
ANEXOS
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SEGUNDA SALA PENAL TRANSITORIA

RECURSO DE NULIDAD N.° 872-2016, LIMA

Lima, veintidós de enero de dos mil dieciocho.-

VISTOS.- El recurso de nulidad interpuesto por el procesado Wilmer Javier Rojas


Honorio, contra la sentencia de 17 de julio de 2014, emitida por Sala Penal
Nacional – Colegiado F, de fojas mil seiscientos cuatro, en el extremo que lo
condenó como cómplice primario del delito de contrabando agravado, a ocho años
de pena privativa de libertad; y, le impuso 300 días multa a razón de S/ 5 soles
diarios, que deberá abonar en forma solidaria con cada uno de los sentenciados a
favor del tesoro público. Con lo expuesto por la señora Fiscal Suprema en lo
Penal.

Interviene como ponente el señor Juez Supremo Cevallos Vegas.

CONSIDERANDO

 Imputación Fiscal

Primero.- La acusación fiscal obrante en fojas 5857, imputa que durante los años
2002 a 2008, personas inescrupulosas utilizando documentación falsa, ingresaron
al territorio nacional, diversos vehículos de procedencia extranjera, burlando los
controles aduaneros para no pagar los tributos correspondientes. En algunos
casos, emplearon certificados de internación temporal y libreta de paso
de Aduanas, facturas, certificados de ensamble, actas de remate falsificadas. Sin
embargo, no retornaron los vehículos a su país de origen y los mantuvieron en
territorio peruano, valiéndose de terceros y funcionarios públicos, inscribieron los
vehículos en la Superintendencia Nacional de Registros Públicos, obteniendo
ilícita e ilegalmente las tarjetas de propiedad y las placas de rodaje. Finalmente,
procedieron a comercializar los vehículos, obteniendo un provecho económico
ilícito, en perjuicio de personas naturales y jurídicas.

Se atribuye al procesado Wilmer Javier Rojas Honorio, quien en calidad de


Registrador Público de Lima, realizó la inmatriculación de los vehículos de placa
de rodaje VG-9172, VG-9174, ROS-790, ROS-792, ROS-788 y ROS-789, sin
realizar el cruce de información necesaria para verificar la autenticidad de los
documentos utilizados para sustentar los trámites. En la documentación de
noviembre de 2007, se advierte:

a) En los sellos del Juez se indica “Corte Superior del Juzgado de Lima”, cuando
debería decir “Corte Superior de Justicia de Lima”.

b) En el petitorio de la demanda de prescripción adquisitiva de dominio se solicita


la propiedad de 9 vehículos, entre los cuales se encuentra el de placa VG-9172, y
en el primer punto de los fundamentos de hecho, se aseveró que el 16 de abril de
2003, José Luis More Rodríguez, recibió de Lucio Eloy Trevejo Chávez, en
transferencia, la camioneta rural, Toyota Hice, de color blanco; sin embargo,
Trevejo Chávez había fallecido el 5 de enero de 2003, además, los vehículos
tienen diferentes características, así el signado con el N.° 4 es un ómnibus Toyota
Coaster, color blanco y plomo, el N.° 5 es un ómnibus Toyota Coaster color
blanco-azul, el N.° 6, es un ómnibus Toyota Coaster, color blanco-plomo, el N.° 7,
es un camión Mitsubishi Challenger color verde.

c) Mediante recurso de 25 de septiembre de 2007, se solicitó se declare


consentida la sentencia dictada en dicha causa, pero la resolución tiene como
fecha el 10 de junio de 2007.

d) La sentencia tiene como fecha el 10 de septiembre de 2007, está signada como


resolución número ocho, pero en la resolución nueve, se resolvió: “declarar
CONSENTIDA la resolución ocho, de 23 de enero de 2007”.

e) En la sentencia de 10 de septiembre de 2007, se concede la prescripción


adquisitiva de nueve vehículos, sin embargo, el oficio dirigido a Registros Públicos,
tiene como fecha el 23 de abril de 2007 y se solicita la inmatriculación de trece
vehículos.

Respecto de los partes judiciales, presentados por los procesado Jorge Luis More
Rodríguez y Jorge Ramírez Rojas, el 18 de diciembre de 2007, se aprecia que:

a) En el petitorio de la demanda de prescripción adquisitiva de dominio, se solicitó


la propiedad de 13 vehículos, en el punto primero de los fundamentos de hecho se
aseveró que: “con fecha 16 de abril de 2004, José Luis More Rodríguez, recibió de
don Lucio Eloy Trevejo Chávez en transferencia, la camioneta rural Toyota Hiace,
de color blanco detallado el petitotio”. Sin embargo, Trevejo Chávez había fallecido
el 5 de enero de 2003. Además, no todos los vehículos tenían características
iguales como se ha señalado líneas arriba.”

b) La sentencia en mérito de la que se solicitó la inmatriculación, tiene como fecha


el 23 de octubre de 2007, pero el oficio dirigido a los Registros Públicos para dicho
fin, tiene como fecha el 23 de abril de 2007.

c) En los partes judiciales para la inmatriculación de dichos vehículos se ha


insertado unas piezas procesales del expediente N.° 216-2007, que tampoco
guardan coherencia con un recurso de fecha 3 de octubre de 2007, que pide que
quede consentida la sentencia dictada en dicha causa, pero la resolución que así
lo declara tiene como fecha el 20 de marzo de 2007.

d) La sentencia tiene como fecha el 23 de octubre de 2007 pero la certificación de


piezas procesales acompañadas al oficio incluyendo la sentencia data del 10 de
septiembre de 2007.

e) En la sentencia emitida en el expediente N.° 338-2007, se ordenó la


inmatriculación de 13 vehículos pero el registrador Wilmer Javier Rojas Honorio
solo inscribió 11.

f) En la sentencia citada, se precisó que José Luis More Rodríguez, interpuso la


demanda de prescripción adquisitiva de dominio de varios vehículos, y en el quinto
considerando señaló que el demandado Lucio Eloy Trevejo Chávez, se apersonó
al proceso y precisó que: “con fecha 16 de enero de 2003, hizo legítima la
transferencia de la propiedad del vehículo materia de litis a Edison Christian Olazo
Galindo, sin embargo, Trevejo Chávez, había fallecido el 5 de enero de 2003”.

 Fundamentos del Tribunal Superior

Segundo.- La Sala Penal Nacional, condenó al procesado recurrente, basándose


en los siguientes argumentos:

i) Se aprecia que como lo indicó la imputación fiscal, los documentos presentados


por los acusados José Luis More Rodríguez y Humberto Bazzetti Carbajal, títulos
671350 y 717428, registran graves y notorias inconsistencias que pudieron ser
detectadas a simple vista, sin necesidad de solicitar documentación adicional o
recurrir a algún registro, por ejemplo, se consignó “Corte Superior de Juzgado de
Lima”, las incongruencias entre la sentencia y la resolución que la declaró
consentida, pese al mandato expreso de lo establecido en el artículo 11 del
Reglamento de Inscripciones del Registro de Propiedad Vehicular y el artículo
2011 del Código Civil.

ii) En el caso, no se verificó la capacidad de los otorgantes porque no se observó


que en el petitorio de la demanda de prescripción adquisitiva de dominio se solicitó
la propiedad de 13 vehículos. En el primer punto de los fundamentos de hecho se
señaló que: “con fecha 16 de abril de 2004, José Luis More Rodríguez, recibió
de Don Lucio Eloy Trevejo Chávez en transferencia, la camioneta rural Toyota
Hiace de color blanco”; sin embargo, Trevejo Chávez había fallecido el 5 de enero
de 2003.

iii) El delito de contrabando es continuado por las múltiples violaciones a la ley


que se ha verificado, bajo una misma resolución criminal, esto es, burlar el control
aduanero, perennizándolo, dándole legalidad para luego introducir al tráfico,
mercancías ilícitas, ciclo en el cual tuvo activa participación el acusado Wilmer
Javier Rojas Honorio, como parte de la citada organización, cumplió el rol
específico de dar legalidad a dichos actos, presentando con dicha acción- omisión,
auxilio para la realización del hecho punible en su etapa final, con la finalidad de
introducirlo al tráfico jurídico para fines propios de la organización dedicada al
contrabando, de ahí que se considera plenamente acreditada la comisión del delito
de contrabando agravado, el acusado, dentro de la organización criminal,
desempeñó el rol de asegurar el éxito del delito, inscribiendo las unidades
vehiculares que fueron ingresadas subrepticiamente a nuestro territorio.

iv) El acusado Rojas Honorio, tenía la condición de funcionario público, porque


se encontraba laborando en la Superintendencia Nacional de Registros Públicos -
Registro de Propiedad Vehicular-, le correspondía calificar la legalidad de los
documentos, verificando la capacidad de los otorgantes y la validez del acto,
revisando los antecedentes y los registros de los asientos públicos, deber que
incumplió deliberadamente para contribuir a los fines propios de la organización
dedicada al contrabando de vehículos mayores -micros, combis, custer-, lo cual
reportaba grandes ingresos económicos a dicha organización al comercializarlos a
terceros que finalmente resultaron perjudicados. Todas las omisiones e
incongruencias que fueron observadas eran fácilmente perceptibles, sin necesidad
de contrastación.

v) Sí se configuró el delito de contrabando agravado, toda vez que dio legalidad a


los actos de la organización criminal, porque tiene relación con los trabajadores de
Auto Liners, en este caso, con More Rodríguez, y si bien no existe registro de la
vinculación del acusado con los demás miembros de la organización, esta se
caracteriza por lo subrepticio de sus actividades.

vi) Existen diversos indicios que prueban la vinculación del procesado con el delito
materia de imputación.

 Expresión de agravios

Tercero.- El impugnante Wilmer Javier Rojas Honorio, en su recurso de fojas


8907, argumentó lo siguiente:

i) El día en que se dio lectura parcial a la sentencia el procesado acudió sin su


abogado defensor. Con fecha 11 de agosto de 2014, se remitió vía correo
electrónico, el fallo completo de la sentencia que lo condenó.

ii) Se le condenó como cómplice primario del delito de contrabando agravado,


sin embargo, se aplicó indebidamente los artículos 25 del Código Penal, además
del 1 y 2 de la Ley N.° 28008.

iii) Para condenársele por delito de contrabando agravado debió haberse


demostrado que tuvo participación en el ingreso ilegal de la mercadería al Perú.

iv) El delito de contrabando lo constituye todo acto tendente a sustraer las


mercancías a la verificación de la aduana, se consuma cuando se sustrae, elude o
burla el control aduanero, ingresando mercancías del extranjero, las extrae del
territorio nacional, no las presente para su verificación o reconocimiento, se oculta
o sustrae de la acción de verificación o reconocimiento físico de Aduana.

v) En este caso, el procesado no pudo tener participación porque la inscripción


registral se produjo cuando ya se había consumado el delito, porque los vehículos
ya habían ingresado al país. Tampoco ha burlado los tributos, no existe prueba
fehaciente que se pueda apreciar su participación en la consumación del delito de
contrabando.

vi) No existe prueba que desvirtúe el error en la calificación registral y acredite el


accionar doloso del recurrente. La decisión se sustentó en que el acusado no
realizó el cruce de información ni la autenticidad de los partes judiciales, no se
sustentó cual es la norma que impone al registrador el cruce de información. El
registrador no está obligado a establecer la autenticidad de los documentos
presentados al registro, no se descartó que se trate de un error incurrido en la
calificación registral. No es posible que con la inscripción registral el procesado
haya contribuido a la consumación del delito de contrabando, tampoco existe
conocimiento del ingreso ilegal al país de los vehículos que inmatriculó.

vii) El Colegiado basó su condena en las máximas de experiencia, no recurrió a


una prueba contundente que establezca su responsabilidad.

viii) Tanto la imputación como la sentencia no establecen un supuesto concreto de


intervención del procesado, antes y durante el ingreso de vehículo a territorio
nacional, la imputación versa sobre su actuación funcional posterior, es decir, la
imputación fáctica en contra del recurrente se produje con posterioridad a la
consumación del delito.

ix) El procesado debería haber prestado dolosamente auxilio para el ingreso de


los vehículos al territorio nacional, sin embargo, no se le imputó los actos previos,
tampoco los del momento de su ejecución y consumación, ni el ingreso de los
vehículos. No se configura el delito de contrabando porque los vehículos objeto del
delito ya se hallaban en territorio nacional.

x) No existe vinculación del procesado con otros miembros de la organización que


se dedicaría al delito de contrabando.

xi) Durante el proceso, los registradores públicos Gilmer Edgar Castillo Ghiraldi y
Raphael Adolfo Romero Venegas fueron absueltos de la imputación por haber
realizado la inmatriculación de los vehículos de contrabando, respecto a los cuales
sostuvieron que actuaron dentro de su rol y con arreglo a las normas funcionales.

xii) La falta de cuidado en la revisión de la documentación en los Registros


Públicos no constituye un supuesto típico de complicidad para el ingreso de
vehículos al territorio nacional.

xiii) El deber jurídico del registrador se enfoca en la inscripción de asientos


registrales para la debida seguridad del tráfico jurídico, no en impedir el ingreso de
vehículos al territorio nacional.

 Fundamentos del Supremo Tribunal

El delito de contrabando y su consumación


Cuarto.- El delito materia de imputación es el de contrabando agravado, regulado
en la Ley N.° 28008 -Ley de Delitos Aduaneros-, que regula en el artículo 1: “El
que se sustrae, elude o burla el control aduanero ingresando mercancías del
extranjero o las extrae del territorio nacional o no las presenta para su verificación
o reconocimiento físico en las dependencias de la Administración Aduanera o en
los lugares habilitados para tal efecto, cuyo valor sea superior a cuatro (4)
Unidades Impositivas Tributarias, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de cinco ni mayor de ocho años, y con trescientos sesenta y cinco a
setecientos treinta días-multa. La ocultación o sustracción de mercancías a la
acción de verificación o reconocimiento físico de la aduana, dentro de los recintos
o lugares habilitados, equivale a la no presentación”. Con la circunstancia
agravante, contenida en el artículo 10: “Serán reprimidos con pena privativa de
libertad no menor de ocho ni mayor de doce años y setecientos treinta a mil
cuatrocientos sesenta días-multa, cuando: […]e. Es cometido por dos o más
personas o el agente integra una organización destinada a cometer los delitos
tipificados en esta Ley”.

Quinto.- El tipo penal contiene entonces los siguientes verbos


rectores: sustraerse, eludir o burlar, por lo cual se consuma mediante el ingreso
de mercancías, extracción de estas o no presentándose para su verificación.

Sexto.- El primer supuesto típico, es el de sustraer, que implica que el autor


coloque las mercancías al margen de la vigilia e inspección aduanera, a pesar que
sabe que esta debe ser objeto del control aduanero respectivo. La tercera
modalidad importa la omisión de la obligación de presentar o exhibir al personal
aduanero designado para proceder a su verificación o reconocimiento físico, no
obstante, haber ingresado a zona primaria, es decir, habilitada para que se efectúe
el despacho aduanero de las mercancías[1].

Séptimo.- El segundo, eludir, significa que el agente, en la medida de lo posible,


evita que la Administración Aduanera pueda efectuar su labor inspectora y/o
fiscalizadora, o cuando el ingreso o salida de mercancías se realiza por los lugares
habilitados, pero mediante una conducta fraudulenta se evita el control[2].

Octavo.- Finalmente, burlar, implica emprender todo tipo de ardid, maniobra o


acción similar, tendiente a evitar el control aduanero, buscando engañar a la
autoridad aduanera, por ejemplo, con la sustitución de mercancías, el
acondicionamiento de recipientes, camuflarlos en otros espacios, entre otros [3].
Noveno.- El delito de contrabando agravado se habrá consumado desde el mismo
instante en el que la mercancía se encuentre en territorio nacional, bastará con
que traspase los límites territoriales. Se consuma cuando cualquier persona
natural o representante de una persona jurídica ingresa mercancías del extranjero,
las extrae del territorio nacional eludiendo, sustrayendo o burlando el control
aduanero, u omitiendo su presentación para su verificación o reconocimiento en
las dependencias de la Administración Tributaria.

Imputación del impugnante como cómplice primario del delito de


contrabando

Décimo.- Según la acusación el recurrente Wilmer Javier Rojas Honorio, quien


laboraba en la Oficina de Registros de Propiedad Vehicular, Registros Públicos
desde el 11 de abril de 1999 al 11 de noviembre de 2009, cumpliendo la función
de calificar los títulos, concretamente se imputó que contribuyó con el delito de
contrabando agravado al haber incumplido deberes propios del ejercicio de la
función pública, omitiendo revisar la documentación y realizar el cruce de
información contenida en los partes judiciales del Juzgado Mixto de San Juan de
Miraflores y de los certificados de ensamblaje de la fábrica FAMEHIZU, con que
realizaron la inmatriculación.

Complicidad primaria

Décimo primero.- El grado de participación que se le imputó es el


de complicidad primaria. El artículo 25 del Código Penal regula dos clases de
complicidad, la primaria y secundaria; reza del siguiente modo: “El que,
dolosamente, preste auxilio para la realización del hecho punible, sin el cual no se
hubiere perpetrado, será reprimido con la pena prevista para el autor. A los que de
cualquier otro modo, hubieran dolosamente prestado asistencia se les disminuirá
la pena prudencialmente”.

Décimo segundo.- El primer supuesto que se aplicó en el caso, es el de


complicidad primaria, que identifica al que presta auxilio necesario para la
comisión del ilícito, es decir, el grado de contribución del cómplice primario es
determinante para la realización del hecho punible, es tan esencial, que sin su
acción dicho ilícito no hubiera podido realizarse, por esta razón, la norma
establece para dicho partícipe la misma pena que para el autor.
Décimo tercero.- Como lo ha señalado un sector de la doctrina, el partícipe
desarrolla una actividad que se encuentra en dependencia respecto a la del autor,
por lo que la participación no se constituye en un tipo delictivo autónomo, sino que
su responsabilidad depende de determinados presupuestos del acto
principal: a) Intensidad del aporte del delito, sin el cual no se haya podido
cometer. b) Determinación de la etapa delictiva a la que debe llegar el hecho
principal para que los partícipes sean susceptibles de sanción. Esto último
significa que el momento en el cual el cómplice puede otorgar su parte es tanto en
la etapa de preparación como en la ejecución del delito, pero no después de la
consumación del hecho.

Décimo cuarto. - Respecto a esta última postura doctrinaria, la Sala Penal


Permanente de la Corte Suprema, en la misma línea de interpretación ha
establecido en el Recurso de Nulidad N.° 2939-2015, que: “Los actos de
colaboración del cómplice solo son posibles durante los actos de preparación o
durante los actos de ejecución […]. Así las cosas, no es posible admitir
jurídicamente, conforme con el principio de legalidad, una complicidad posterior a
la consumación. Si la complicidad se da en la etapa post consumativa del delito,
dicha complicidad podría constituir otro delito pero no complicidad del delito que
antecede. En otros términos, dentro del sentido posible gramatical del auxilio, no
cabe, ni siquiera proteicamente hablando, comprender el aliento al autor para
ayudar al autor, con la esperanza de ser ayudado posteriormente. El aliento, a su
comisión con una promesa de ayudar luego de cometido el delito, no se encuentra
dentro del ámbito de protección de la norma, en materia de complicidad”.

En el caso concreto

Décimo quinto.- La conducta del procesado fue la de realizar la inmatriculación


de los vehículos que ya habían ingresado al territorio nacional. De conformidad
con la Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos N.° 039-
2013-SUNARP/SN Lima, de 5 de febrero de 2013, establece en el Capitulo 1,
Reglas especiales, artículo 20, que se denomina inmatriculación a la primera
inscripción de un vehículo en el Registro Público, la misma que comprende la
matrícula del vehículo y la primera inscripción del derecho de propiedad.

Décimo sexto. - Como se ha señalado en los anteriores considerandos, el delito de


contrabando se consuma con el ingreso o extracción de las mercancías o si no se
las presenta para su correspondiente verificación. La imputación general, tipificó la
comisión del delito de contrabando mediante la conducta principal por el hecho el
haber ingresado mercancías del extranjero burlando los controles y el recurrente
habría omitido contrastar documentos falsos contribuyendo así a la comisión del
delito.

Décimo séptimo.- La función específica del procesado se limitó a la de cumplir su


rol de registrador público, de los vehículos que habían ingresado ya al territorio
peruano. Esto significa que para el momento de la injerencia del procesado
recurrente -inmatriculación de los vehículos-, el delito de contrabando agravado ya
se había consumado.

Décimo octavo.- En consecuencia, no es posible imputársele la calidad de


cómplice del delito de contrabando agravado al encausado Rojas Honorio, en
tanto que se ha determinado que el delito de contrabando se consuma con el
ingreso de las mercancías a territorio nacional, lo que en el caso concreto sucedió,
toda vez que los vehículos que habían pasado los controles previstos de la
Administración Aduanera y estando en Perú, se disponían, a inmatricularlos.

Décimo noveno.- La conducta típica del delito de contrabando se había ejecutado


y estaba en la fase de agotamiento. De ahí que no es posible señalar que el
procesado Wilmer Javier Rojas Honorio participó en el ilícito como cómplice
primario de un delito que para el momento de su intervención ya estaba
consumado. De lo contrario, se estaría sosteniendo que su participación, esto es,
la de inmatriculación de vehículos, habría sido de tal entidad, sin la cual no se
habría podido realizar el delito de contrabando agravado, es decir, que sin su
accionar no habría sido posible burlar, eludir o sustraer del control aduanero
ingresando los vehículos al territorio nacional.

Razonamiento que no es correcto, en tanto que cuando intervino, ya se


había cometido el delito

Vigésimo.- Como lo ha señalado adecuadamente la jurisprudencia[6], en el uso


común del lenguaje “auxiliar” es prestar ayuda, cooperar o coadyuvar. Si se
vincula con el objeto de auxilio -en el caso el delito de contrabando-, este consiste
en prestar ayuda para el delito se realice, o en términos jurídico penales, se
consume. Si se relaciona este auxilio a la comisión de la infracción penal, el auxilio
necesario que puede prestar el agente, sería para que el autor realice el ingreso
de mercadería burlando los controles aduaneros. En consecuencia, y conforme
con las reglas de la lógica, no se puede ayudar a realizar algo que ya fue
realizado, no se puede coadyuvar al futuro de algo que ya es pasado [7].
Vigésimo primero.- Finalmente, la opinión de la Fiscal Suprema en lo Penal,
concuerda en señalar que la conducta del encausado Rojas Honorio no
corresponde a la de ser cómplice primario en el delito de contrabando agravado,
en el sentido que este ya se encontraba en fase de agotamiento, no siendo posible
su participación. Sin embargo, propone la desvinculación de la conducta del
procesado al delito de receptación aduanera.

Vigésimo segundo.- El artículo 6 de la Ley N.° 28008, tipifica el delito de


receptación aduanera, del siguiente modo: “El que adquiere o recibe en donación,
en prenda, almacena, oculta, vende o ayuda a comercializar mercancías cuyo
valor sea superior a cuatro (4) Unidades Impositivas Tributarias y que de acuerdo
con las circunstancias tenía conocimiento o se comprueba que debía presumir que
provenía de los delitos contemplados en esta Ley, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco días-multa”.

Vigésimo tercero.- No obstante, debe precisarse que la conducta del impugnante


no se tipificó en ninguno de los verbos rectores de este ilícito -adquirir, recibir en
donación o prenda, almacenar, ocultar, vender o ayudar a comercializar-, en tanto,
que para el cumplimiento de estos, la norma exige que el agente tenga
conocimiento o se corrobore que ha podido presumir, que las mercancías
provenían del delito de contrabando. Lo cual no se ha podido determinar, toda vez
que el encausado actuó dentro de su rol, el de registrador público, y si bien se
aprecia que no corroboró la autenticidad de los documentos a los cuales otorgó
legalidad, este error material sea o no evidente, no puede constituirse en indicio de
la comisión de un delito. Corresponde en todo caso, a una vía distinta a la penal,
analizar si incurrió en una falta al cumplimiento de su accionar en la función
pública. En consecuencia, no se ha desvirtuado la presunción de inocencia, en
tanto no han concurrido en el proceso otros elementos suficientes que puedan
corroborar su participación, de ahí que corresponda su absolución, conforme con
el artículo 2, inciso 24, apartado e) de la Constitución Política del Estado.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, declararon:

I. HABER NULIDAD en la sentencia de 17 de julio de 2014, emitida por Sala


Penal Nacional – Colegiado F, de fojas mil seiscientos cuatro, en el extremo que
condenó al acusado Wilmer Javier Rojas Honorio como cómplice primario del
delito de contrabando agravado, a 8 años de pena privativa de libertad; y le
impuso 300 días multa a razón de S/5 soles diarios, que deberá abonar en forma
solidaria con cada uno de los sentenciados a favor del tesoro público, con lo
demás que contiene; y, REFORMÁNDOLA, ABSOLVIERON a Wilmer Javier
Rojas Honorio, de la acusación fiscal formulada en su contra, por el delito referido
y el citado agraviado.

II. ORDENARON su inmediata libertad, que se ejecutará siempre y cuando no


exista en su contra orden de detención emitido por autoridad judicial competente.

III. MANDARON la anulación de los antecedentes policiales y judiciales


generados, como consecuencia de este delito, de conformidad con el artículo 284
del Código de Procedimientos Penales, y se archive definitivamente lo actuado. IV.
OFICIÁNDOSE para tal efecto, vía fax, a la Sala Penal Nacional, para su
cumplimiento; y, los devolvieron.

S.S.

HINOSTROZA PARIACHI
FIGUEROA NAVARRO
NUÑEZ JULCA
PACHECO HUANCAS
CEVALLOS VEGAS
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

HUAMAN SIALER, MARCO. "El delito de contrabando en el Perú y en el contexto


internacional". Revista Lex, 2016. Lima.

CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. “Diccionario Jurídico Elemental”. Editorial


Heliasta S.R.L. 5ta reimpresión, 1982, Buenos Aires.

SANABRIA ORTIZ, Rubén. “Comentarios al Código Tributario y los Ilícitos


Tributarios”. Editorial san Marcos. Tercera edición, junio 1997. Lima.

BAJO FERNÁNDEZ, M., “Importación o exportación de géneros de lícito comercio”


en Comentarios a la legislación penal, Edersa, 1984. Madrid

GUZMÁN DÁLBORA, José Luis: Contrabando y fraude aduanero, Edeval,


Valparaíso, 1998

GARCÍA CAVERO, Percy: Derecho penal económico. Parte Especial, Ara Editores,
Lima,2003.

HORVITZ LENNON, María Inés: “Problemas de aplicación de la ley penal en el


tiempo en los delitos aduaneros”, Revista de Estudios de la Justicia 3, Santiago,
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BASCUÑÁN RODRÍGUEZ, Antonio: “Fraude aduanero”, Revista de Derecho de la
Universidad Adolfo Ibáñez 2, Peñalolén,2005.

GALLARDO MIRAVAL, Juvenal. Los delitos aduaneros. Fundamentos de comercio


internacional. Rodhas, Lima, 2008.

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