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ARTEFACTOS, OBJETOS,

VIVIENDA Y CIUDAD
EN LA VIDA COLONIAL

A lo largo del presente texto se pretende abordar los distintos elementos cotidianos que ponían en
evidencia las narrativas y sesgos culturales que moldeaban la vida tanto pública como privada de la
cotidianidad colonial en Santa Fe de Bogotá, así como también la vivienda como el escenario en el cual
tenia lugar la mayor parte de esta vida colonial y su relación, o falta de esta, con los demás elementos
urbanos existente en aquel momento.

Es así como, antes de iniciar con el análisis de cada elemento, cabe destacar que tanto el arte como las
distintas manifestaciones de objetos cotidianos se encontraban permeados por el barroco ibérico,
destacando el uso excesivo de ornamentos decorativos y de tonalidades oscuras debido al dramatismo,
contraste y religiosidad que moldearon este periodo, que pues sin embargo, para el caso de las colonias,
estos tonos se acercaban más a tonos rojizos debido a las distintas alegorías a la violencia que se
llegaron a desarrollar en el arte colonial.

De este modo, durante el periodo colonial en Bogotá, los objetos y artefactos de uso cotidiano
desempeñaron un papel fundamental en la configuración de la vida de los habitantes, de manera que
estos elementos no solo eran herramientas funcionales, sino también expresiones tangibles de la
influencia de la cultura española en la sociedad de la época, marcando una evidente conexión entre
Europa y la América colonial, en este sentido, el uso de estos objetos dentro de las colonias
representaba el sentido de dominio y sometimiento de los ibéricos sobre los colonos.

Es así como, en primera instancia se tiene la ropa y demás accesorios, destacando el uso de capas y
sombreros, siendo elementos característicos de la vestimenta colonial que no solo cumplían funciones
prácticas al proteger contra el clima, sino que también eran indicadores de estatus social, algo bastante
importante teniendo en cuenta las lógicas de subordinación coloniales mencionadas anteriormente. Las
capas y demás prendas se confeccionaban con materiales lujosos y destacaban la posición económica y
social de quienes las llevaban, mientras que los sombreros ornamentados reflejaban la moda europea de
la época. De la misma forma, se hacia uso de abanicos de plumas y mantillas con el fin de adornar y
ornamentar los atuendos femeninos, representando en el caso de la vestimenta no solo dominio sobre
las colonias en América, sino también el dominio del hombre sobre el medio natural en el que se
implantaba.

Por el otro lado se tiene el mobiliario colonial, el cual al tener influencia barroca se caracterizaba por su
robustez y elegancia, pues se usaban poltronas y mesas de madera tallada de gran tamaño y decoradas
con distintos ornamentos intrincados que reflejaban la habilidad artesanal de la época, de igual forma se
destaca el uso de arcas y baúles para guardar objetos, decorados también con piezas ornamentales que
en muchos casos representaban poder y tenencia.

En tercera instancia se destaca la vajilla y los utensilios de cerámica o porcelana importada de acuerdo
con el poder adquisitivo de la familia y de cobre o hierro respectivamente, así mismo, en la vajilla
sobresalen los distintos patrones decorativos que reflejaban el estatus social de la familia.

SEBASTIAN ZAMBRANO POLANIA


Imágenes propias de distintos artefactos cotidianos presentados en el museo colonial.
ARTEFACTOS, OBJETOS,
VIVIENDA Y CIUDAD
EN LA VIDA COLONIAL

Por el otro lado podemos encontrar todo el tema asociado a la iluminación en la vivienda, pues esta se
fundamentaba en el uso de candelabros y lámparas de aceite, cumpliendo no solo una función practico,
sino también dotando al espacio de un toque de elegancia y solemnidad con sus diseños elaborados y la
luz cálida que emitían.

Y finalmente, como ultimo elemento, se destaca el arte religioso muy presente en los hogares de clase
alta coloniales, pues la alta presencia de retablos e imágenes religiosas en los hogares ponía en
evidencia la fuerte influencia católica de la época, de modo que estos Estos elementos no solo cumplían
una función devocional, sino que también eran expresiones artísticas que adornaban las paredes de las
casas coloniales, comprendiendo así objetos omnipresentes en la cotidianidad de las personas,
recordando e incentivando constantemente la idea de un ser y una institución superior alrededor de la
cual debían girar todas las motivaciones de su vida diaria, fundamentando con esto aún más la idea de
subyugación pero en este caso no ante la corona sino ante la iglesia católica.

En cuanto a la configuración arquitectónica y urbana de la vida colonial en Santa Fe de Bogotá se puede


evidenciar la significativa huella que dejo este periodo en la disposición y morfología del casco histórico
actual de la ciudad con la traza de damero establecida bajos las Ordenanzas de Descubrimiento y
Pacificación de las Indias, comprendiendo el compendio de principios urbanos rectores definidos por el
rey de España para la fundación y consolidación de ciudades en las colonias. Pues de esta serie de 148
ordenanzas, para el caso de Bogotá deseo destacar las siguientes:

La preferencia de sitios de clima frio para el establecimiento y fundación de ciudades.


El planteamiento de calle más anchas en sitios fríos como Bogotá y calles más angostas en climas
cálidos como Cartagena para que en el primer caso hubiera más sol y en el segundo más sombra.
El planteamiento de una plaza principal siguiendo la traza de damero de manzanas de 100 metros por
100 metros.

En este sentido, estas plazas eran el epicentro de la pobre y deficiente vida pública existente en la
época, rodeadas por edificios gubernamentales, iglesias y comercios, siendo el punto focal para eventos
sociales, ceremonias, mercados y demás actividades públicas de la época. Además, también destacan
como elementos estructurantes y cualificadores urbanos las iglesias y catedrales, comprendiendo
elementos centrales en la arquitectura colonial y definiendo el perfil urbano de cada ciudad, pues estas
solían tener fachadas ornamentadas, torres altas y detalles esculturales que reflejaban la influencia
barroca del momento, así mismo, bajo la idea de omnipresencia divina y subyugación de la población,
estas iglesias debían ser vistas desde cualquier punto de la ciudad, de modo que, en todo momento los
habitantes se sintieran observados por una institución superior y así someter moralmente las acciones de
estos, fundamentándose de una manera similar a la idea de panóptico posteriormente concebida. En este
sentido, tanto las iglesias como los edificios gubernamentales eran el reflejo de la presencia y poder de
las instituciones eclesiásticas y coloniales en la ciudad, representando así símbolos de autoridad.

SEBASTIAN ZAMBRANO POLANIA


Producción propia,
traza de damero del
centro histórico.
ARTEFACTOS, OBJETOS,
VIVIENDA Y CIUDAD
EN LA VIDA COLONIAL

No obstante, durante la vida colonial se incentivo más la proliferación de la vida privada en lugar de la
vida pública, pues la calle era percibida como un lugar sucio, peligroso y abarrotado de personas que
eran apreciados como indeseables para la clase alta de la época, de modo que se diseñaban viviendas
de carácter introvertido, las cuales tenían casi nula relación con los elementos urbanos y naturales
existentes alrededor, de modo que, a diferencia del barroco utilizado en las viviendas de clase alta en
Europa, en las colonias las fachadas se caracterizaban por la ausencia tanto de elementos decorativos
como de sistemas de aperturas entre el exterior y el interior como arcadas, balcones y ventanas de gran
tamaño. De este modo, la percepción colonial de la calle como “un lugar de salvajes” llevo a que la
esencia del diseño bajo los términos eurocentristas se concentrara en el paisajismo interior y en los
ornamentos del mobiliario previamente descrito. Pues en respuesta a la deficiencia de espacio público
efectivo de calidad en la ciudad, sumado al constante miedo por el exterior se planteo el uso de patios
internos y jardines al interior de cada edificación, de modo que, para la clase alta colonial se hacia
ciudad de puertas hacia adentro, dotando con estos elementos a las viviendas no solo de un espacio
abierto de encuentro, sino también de luz y ventilación, llegando incluso a incentivar la idea del
ornamento en estos jardines con el cultivo de distintas plantas contemplativas, ornamentales y hierbas
medicinales.

Para concluir, la vida cotidiana en la Santa Fe de Bogotá durante la época colonial se vio profundamente
marcada por la influencia barroca, evidente en el uso exuberante de ornamentos y tonalidades oscuras.
Estos elementos, presentes en la vestimenta, mobiliario, vajilla y arte religioso, reflejaban no solo
funciones prácticas, sino también jerarquías sociales impuestas por la colonización. La planificación
urbana, guiada por las Ordenanzas, revelan la centralidad de la iglesia y el gobierno en la vida pública,
contrastando con una vida privada introvertida que buscaba resguardarse del entorno exterior. En este
contexto, la vida cotidiana se convierte en un testimonio palpable de la subyugación cultural y religiosa,
donde el ornamento barroco desempeña un papel fundamental en la expresión y afirmación del dominio
ibérico en la América colonial. De igual forma, a manera de crítica, se considera que el Museo Colonial
de Bogotá contempla únicamente los elementos propios de la cotidianidad de la clase alta y las
instituciones de poder imperantes en el momento, sin embargo, la vida colonial estaba permeada por
muchos más matices y costumbres locales que eran apropiadas por parte de las clases sociales más
bajas, que al final de cuentas representaban el grueso poblacional de aquel entonces, evidenciando por
parte del museo únicamente el reflejo de la vida colonial enmarcada bajo la cotidianidad de un poder
adquisitivo establecido y perteneciendo a una esfera económica e institucional bastante limitada.

SEBASTIAN ZAMBRANO POLANIA


Imagen propia evidenciando el uso del patio interior en remplazo del espacio público.

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