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Etapas histórica por la cual ha evolucionado el casco histórico de Barinas

El centro histórico de Barinas está en un área geográfica definida por una poligonal cerrada
denominada Área de Protección, con una extensión de cincuenta y uno con noventa y tres
hectáreas (51,93 ha).Conserva la trama reticular de la época colonial, con calles y aceras
estrechas. El parcelamiento de la zona está estructurado por pequeñas manzanas que a
medida que se alejan del casco histórico, se van ampliando conservando la trama reticular,

Está definida por más de 169 edificaciones con declaratoria de bien de interés cultural del
Estado venezolano, dos de los cuales tienen la jerarquía de Monumento Nacional: la
catedral Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza y la Casa Pulideña, hoy sede del Museo
Alberto Arvelo Torrealba.

Según las crónicas, el centro histórico de la ciudad de Barinas fue fundado bajo la
aprobación de José Solís, quien fuese virrey de la Nueva Granada, fechada en Santa Fe de
Bogotá el II de julio de 1759 y con la confirmación de la Corona de España, en virtud de la
real cédula expedida el 4 de diciembre de 1762.

Está conformado por una trama urbana reticular a modo de damero, similar a otros núcleos
urbanos observados en las principales ciudades del país, las cuales en su gran mayoría
fueron fundadas en el periodo colonial.

En sus orígenes, las construcciones conformaban los perfiles urbanos de las manzanas, cuyas
parcelas eran ocupadas por diferentes inmuebles insertos bajo el esquema de viviendas
tradicionales pareadas que abarcan en su mayoría la totalidad de las parcelas, contando
con patios interiores, corredores y traspatios, además de otros inmuebles de carácter
gubernamental y de usos religiosos.

En la actualidad, el centro histórico cuenta con un gran número de edificaciones


patrimoniales, algunas poseen declaratoria y otras están sin protección legal. Todas en su
conjunto conforman diversas edificaciones de gran relevancia por sus valores históricos y
estéticos por las cuales, dos de estos inmuebles fueron elevados a Monumentos Históricos
Nacionales.

Las edificaciones enclavadas en el centro histórico ostentan otros niveles de protección,


tales como el de bien de interés cultural a partir del Primer censo del patrimonio cultural
venezolano realizado por el Instituto del Patrimonio Cultural, IPC.

El valor histórico está determinado por la representatividad de las edificaciones a varios


períodos históricos y por los hechos y personajes relevantes relacionados con los 169 bienes
inmuebles de valor patrimonial enclavados en la poligonal, así como siete inmuebles
situados fuera de esta, pero que fueron declarados en el año 2005 como bien de interés
cultural venezolano; tales edificaciones son el Hotel Internacional, parque La Carolina,
Mercado Municipal La Carolina, Cementerio Municipal Nuestra Señora del Carmen, Barrio
Obrero, la plaza Zamora, y el Teatro Orlando Araujo. De igual forma, existen dos
Monumentos Nacionales.

Su valor artístico arquitectónico viene dado a las cualidades funcionales, formales y a las
técnicas constructivas aplicadas a las construcciones que conforman el centro histórico.

Mientras que su valor contextual viene dado por la relación de estos inmuebles con su
entorno inmediato, respecto a la singularidad o presencia relevante de los inmuebles en el
espacio y a las características armónicas y de composición del conjunto, como el caso de
la antigua cárcel real, hoy sede de la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga.

En el Centro Histórico de la ciudad de Barinas, como en la mayoría de los centros históricos


del país, se asientan las expresiones más transcendentales de la vida social y cultural de la
ciudad. Puesto que en ellos no solamente se valorizan las manifestaciones del acontecer
político-institucional, sino especialmente los testimonios de una conformación cultural que se
va enriqueciendo a través del tiempo. En este sentido, lo histórico es un componente de lo
cultural en términos de la valoración de un área que debe ser preservada, no únicamente
como un área concebida expresión de los acontecimientos relevantes de la vida de los
pueblos sino por los valores artísticos y estéticos, por las condiciones de un paisaje urbano, la
calidad de vida de la población o los usos que le confieren un carácter distintivo al lugar.

La identidad de una sociedad generalmente se tiende a englobar en torno al lazo histórico-


cultural que la unifica. Se habla de identidad cuando todo un grupo conserva experiencias
históricas, hábitos de vida y costumbres que se almacenan a través de un repertorio
cultural. Estos se convierten en datos relacionales de su pasado, presente y futuro. En medio
de este proceso la población de una ciudad se apropia de ella, de sus símbolos, de sus
espacios de socialización, que no son más que donde la identidad se fortalece en el valor
social.

El centro histórico de Barinas se convierte en el icono representativo de la identidad


ciudadana de este Estado. Su posición abierta a la ciudadanía trasciende el tiempo
representado en su historia donde el espacio es permutado a raíz de las necesidades
generacionales, sin que esto menosprecie la esencia del legado barines. Ninguna otra área
concentra tanta identidad, a tal punto que se extrema por parte de las organizaciones
pertinentes su cuido. La identidad barinense, puede decirse metafóricamente, está escrita
en las edificaciones y el espacio público del centro histórico y de lo que él encierra;
edificaciones, historia de próceres, escritores, poetas, ideologías sociales y religiosa, vida
cotidiana y cultural.

El centro histórico de Barinas es un bien patrimonial con pertenencia sólida sólo, cuando la
población lo asuma en el conocimiento, valoración y con el deber de conservarlo y
transmitirlo. Es bueno explicar que aun cuando al hablar de centros históricos entiéndase
por éste, una específica trama urbana con determinada arquitectura, totalmente tangible;
también esta zona resguarda patrimonio intangible representado en los mitos, historias y
costumbres.

La arquitectura colonial.

La arquitectura colonial venezolana es la construida entre el siglo XVI cuando en Venezuela


se inicia el proceso de la colonia, hasta el año de 1810, cuando empieza el proceso de
independencia de Venezuela. Manuel Antonio López en el volumen uno de su Villa
Arquitectura e historia: curso de historia de la arquitectura, opina que…la arquitectura en la
colonia iba en correspondencia al proceso de la conquista manifestándose la construcción
a través de tipos militares, religiosos, culturales y civilizatorios.

Es así que la arquitectura colonial venezolana se caracteriza por su discreta modestia,


ajustada a los requerimientos de uso primario, a la par que era anónima. La explicación de
esas características está en las condiciones socioeconómicas que ofrecía el territorio que
más tarde se consolidaría como Venezuela.

De este modo a finales del siglo XIX, primeramente en la capital y luego en las provincias en
menor proporción, las características dadas por los modismos que iban emergiendo desde
Europa transmutan a los edificios coloniales. Esto básicamente afectó, a las fachadas pues
la distribución de la arquitectura se mantuvo igual.

Técnicas constructivas de la arquitectura colonial.

a) Cimentación: La cimentación esta lograda con piedra grande unida con mortero de
barro. La mayoría de la arquitectura colonial, presentan cimientos con las pautas ya
descritas, tanto en altura, ancho y materiales conformantes.

b) Muros: Los muros por lo general son logrados de abobe con un ancho de 1.00 a 1.80 m. y
en determinados casos ostentan muros dobles que llegan a un ancho de 2.50 m. Su altura
varía de acuerdo a los ambientes. También en muchos casos como en la arquitectura religiosa

presentan contrafuertes de la misma altura de los muros.

c) Cubiertas: En los techos se hizo típico en nuestra construcciones civiles y religiosas, las formadas
por vigas de madera que componen el sistema de pares y nudillo15, la cual está cubierta por tejas
con barro. En las techumbres de nuestros templos religiosos no se dio la bóveda de mampostería
aun cuando si se construyeron cúpulas y bóvedas pero en espacios reducidos (cruceros, presbiterios
y capilla laterales).

La Casa de la Cultura: Edificio de clásica arquitectura colonial, construido antes de la


Independencia. El 25 de enero de 1787, el entonces gobernador Fernando Miyares
González, informa al rey de España la ampliación del edificio, el cual serviría
de cuartel y cárcel. A partir de 1799 pasa a ser sede del ilustre cabildo de Barinas. En una de
sus celdas estuvo preso el notable trujillano Antonio Nicolás Briceño, a la derecha de la
entrada queda la celda de donde escapó José Antonio Páez y donde quedó marcada la
huella del fuerte sablazo que él asestó, la noche que liberó a 115 prisioneros destinados a
morir a manos de los españoles.

Museo Alberto Arvelo Torrealba: Este museo está situado en la esquina de la antigua
mansión de Don Manuel Antonio Pulido, poderoso señor de grandes riquezas. Dicen que
desde 1800 esta casa era alta y esbelta. En 1813 se realizó el baile de Bolívar y el desfile de
los 1.000 caballos rucios que le regaló el Marqués de Boconó. Al morir el Coronel, la casa
quedó sola hasta 1820 que regresa José Ignacio Pulido Pumar, quien permanece allí casi 40
años hasta que muere. A partir del 30 de julio de 1981, pasa a ser Sede del Museo con la
creación de la Fundación Museo Alberto Arvelo Torrealba, por decreto presidencial número
1.160. Con su nombre honra al más grande e insigne poeta, nacido en esta tierra de
marqueses. Su acción y propósito van dirigidos a la comunidad para mostrar la cultura del
hombre del llano.

Catedral Nuestra Señora del Pilar de Santiago y Zaragoza: Se ubica en la capital del estado,
en la avenida Briceño Méndez, frente a la Plaza Bolívar. Fue construida entre los años 1770 y
1780, y constituye una joya de la arquitectura colonial. Cuenta con tres naves que crean un
ambiente de contagiosa fe católica; mide 55,90 metros de largo y 16,20 metros de ancho.
En su interior reposan objetos históricos y religiosos de gran valor.

Una ciudad debe percibirse de manera que produzca sentido de pertenencia y la


valoración del entorno, generando sensaciones tanto en sus habitantes como en aquellas
personas que la visitan. Es por ello, que la construcción de la imagen de una ciudad a través
de su paisaje, debe estar dirigida a resaltar y consolidar los elementos que le dan identidad.
Así se tiene a Barinas.

Barinas es una ciudad histórica por ser un área “donde el patrimonio cultural constituye el
principal referente de la identidad urbana”.

Las ciudades son depósitos de lo cotidiano y esto último es el repositorio de la historia, la


cual hilvana situaciones y personajes a la arquitectura del sitio de los acontecimientos
terminando todo en convertirse en ciudades históricas. Son, también, lugares de memoria
que sustentan la identidad cultural de un pueblo

Entendemos como centro histórico un conjunto urbano de carácter irrepetible en el que


van marcando su huella los distintos momentos de la vida de un pueblo, formando la base
en la que se asientan sus señas de identidad y su memoria social. El valor irrenunciable de
estas señas lo convierten en un bien patrimonial, su pérdida significa la ruptura del anclaje
de la sociedad con sus orígenes, hipotecando su porvenir. Es, por tanto, un bien que es
obligatorio conservar y transmitir al futuro, para que un pueblo sepa quién es, donde está y
a donde va.

De igual forma un centro histórico.

Es algo que relaciona con algún objeto urbano, unir la cultura, sus manifestaciones
concretas, la cotidianidad de la vida, el trabajo y el ocio a una manifestación concreta.

Un elemento importante que es vital para esos Centros Históricos es su gente, su población,
la manifestación diaria de sus costumbres, el respeto a ellos, el uso de esa cotidianidad que
es el verdadero vehículo de vida de los Centros Históricos.

Es así y concretando lo anterior que podemos decir que un centro histórico, es un área con
edificaciones que en conjunto ponen de manifiesto todo el contenido histórico, cultural y
estético de una ciudad. A estos sitios se les debe incorporar a un proceso de conservación
para que a través del cuidado de su contenido y entorno se le aporte a la población un
sentido identitario de su localidad. Esto no quiere decir que su existencia deba sujetarse a la
inamovilidad de los conceptos que para él se manejen. Es decir, estas áreas han nacido en
una época específica y en lo posible mantenido muchas edificaciones, sin embargo, han
traspasado el tiempo ante la mirada de distintas generaciones, haciéndose heterogéneos
en estilos constructivos dentro de ellos y convirtiéndose de esta forma en una diversidad de
imaginarios sociales

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