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Roca y la vinculación entre la educación y el trabajo

por Rosendo Fraga

Roca fue el responsable del mayor salto cuantitativo de la educación popular argentina durante su primer mandato y en el segundo, su
objetivo fue establecer una estrecha vinculación entre el sistema educativo y el mundo del trabajo.

La coyuntura muestra que la desocupación es hoy el problema prioritario a resolver en la Argentina. En el


mediano y largo plazo será la reforma del sistema educativo, la solución de fondo que permitirá resolver la
cuestión.

Es desde esta perspectiva que el pensamiento del general Julio Argentino Roca adquiere especial vigencia. La
necesidad de establecer una estrecha vinculación entre la educación y el mundo del trabajo fue una de las
características del Roca estadista. Esta concepción se vio inspirada en la filosofía positivista que animó a la
Generación del Ochenta, que ponía en el progreso a la fórmula eficaz para superar el atraso material, moral e
intelectual. Decía Roca en uno de sus mensajes al Congreso de su primer gobierno: "Tengo la íntima convicción
de que la base más sólida del engrandecimiento de un pueblo es la instrucción general. Por ella se eleva el nivel
moral de los ciudadanos y la nación adquiere todos los resortes que la mantienen vigorosa y fuerte".

La primera presidencia

Al iniciar su primera presidencia en 1880, lo hace convencido de que la prioridad en materia educativa debe
ponerse en extender la educación primaria a los sectores populares. Dice en su primer mensaje al Congreso:
"Hemos extraviado hasta cierto punto el rumbo de la educación de la juventud argentina, fomentando en grande
escala, con una preferencia exagerada a la enseñanza superior, las profesiones liberales de que actualmente se
siente plétora entre nosotros".

Consecuente con este objetivo, sanciona la ley Nº 1420 de enseñanza obligatoria, gratuita y neutral, la que
sienta las bases de nuestro sistema educativo. Los debates en el Congreso se centran sobre todo en la cuestión
religiosa y el ministro de Justicia e Instrucción Pública, Eduardo Wilde, defiende con eficacia los puntos de vista
de Roca.

La significación de esta ley ha hecho olvidar el fenomenal salto cuantitativo que tuvo la educación pública popular
durante el primer gobierno de Roca. Al asumir, las escuelas públicas llegaban a 1214, mientras que seis años
después alcanzaban el número de 1804, con un incremento del 48,6%. Se dio especial prioridad a la formación
de maestros -sin los cuales no podía extenderse el sistema educativo- y es así como las escuelas normales que
en 1880 eran sólo 10, en 1886 habían llegado a 17, aumentando en 70%. En cuanto a los alumnos, al asumir
Roca había 86.927 y al dejar la Presidencia lo educandos llegaban a 180.768, con un incremento del 118%. Pero
el salto más espectacular estuvo en la cantidad de docentes: de los 1.915 que había en el año 1880, seis años
más tarde éstos llegaban a 5.348, con un incremento del 179,3%. Es así como la cantidad de alumnos por
docente pasó de 45,4 en 1880 a 33 en 1886.

En términos cuantitativos, el gran salto de la educación primaria argentina tuvo lugar durante el segundo
gobierno de Roca. En un mensaje al Congreso, mientras promediaba su primera administración, planteó la
necesidad de dar un sesgo más práctico a la enseñanza. Al referirse a la educación secundaria dijo que era
necesario que "la instrucción secundaria no sea la escuela preparatoria para los estudios facultativos
exclusivamente, sino el medio de difundir una instrucción capaz de preparar al estudiante para todas las
funciones de la vida social del ciudadano".
Una concepción similar mostró al referirse a la enseñanza superior: "Sería de desear, tal vez, que esos
establecimientos (universidades) no fueran tan concurridos, para evitar el aumento ya alarmante de los jóvenes
que se dedican a carreras parásitas, cuando tanto necesitamos de inteligencias y brazos productores".

Consecuente con estas ideas, concreta una serie de iniciativas: se promueve la enseñanza técnica mediante la
creación de escuelas de aprendices anexas a los talleres de ferrocarriles del Estado, Central Norte y Andino; se
crean diversas escuelas de Artes y Oficios y de Veterinaria y Agronomía; se crea la escuela de Ingenieros de
San Juan, orientada a la minería y la escuela de Agricultura en Mendoza con especialización vitivinícola.

También se contratan maestras norteamericanas, dado que el modelo educativo norteamericano -promovido en
nuestro país por Sarmiento- era considerado por Roca como el más próximo a nuestras necesidades, por ser el
que entonces daba un sesgo más productivo a la enseñanza.

Respecto a la universidad, se dictó la ley que dio marco a sus estatutos y se dotó a la facultad de Medicina del
Hospital de Clínicas.

Pero la política educativa de Roca no dejó de lado los valores trascendentes de la nacionalidad. Baste mencionar
que durante su primer período de gobierno, por iniciativa del Poder Ejecutivo, el Congreso sancionó leyes para
financiar la publicación de las obras completas de Juan B. Alberdi y Domingo F. Sarmiento, la Historia Argentina
de Vicente F. López y la Historia de San Martín de Bartolomé Mitre.

En su último mensaje al Congreso, meses antes de terminar el primer período, Roca pudo así decir: "De esta
manera digo, pues, con verdad, que la instrucción pública se halla completa- mente organizada en su legislación
y reglamentación, habiéndose dado durante la presente administración la ley de instrucción primaria y su
reglamentación, el plan de estudios de los colegios y escuelas normales con los reglamentos de esos
establecimientos, y por fin la ley sobre universidades y los estatutos que las rigen", para luego agregar con
legítimo orgullo que "la República Argentina es la más adelantada en materia de educación de las naciones de
América del Sud".
La segunda presidencia

Rosendo Fraga: "Roca percibió claramente un siglo atrás, la necesidad de vincular a la educación con el mundo del trabajo"

Roca vuelve a la Presidencia doce años después. Así como su esfuerzo principal durante la primera presidencia
estuvo dirigido a extender la educación primaria, en la segunda buscó modernizar la enseñanza para darle fines
más prácticos y productivos, estableciendo una mayor vinculación entre la educación y el trabajo, como también
lo había buscado durante el primer período.

Dice respecto a este punto Armando Braun Menéndez en la Historia de las Presidencias de la Academia
Nacional de la Historia: "Roca y su ministro Magnasco se hallaron convencidos de que la instrucción pública
debía orientarse hacia nuevos horizontes, más técnicos, más prácticos, para evitar la búsqueda en los
estudiantes de la estéril vanidad del título. Al anticipar a los legisladores las ideas que el nuevo gobierno se
proponía impulsar, les advirtieron que la instrucción general, para ser fecunda, debía, a su juicio, contraerse a
ciencia y artes de aplicación, a cosas prácticas, a las lenguas vivas y a conocimientos de utilidad mate- rial e
inmediata. En síntesis: menos doctores y latines; en cambio más técnicos".

A meses de haber asumido la segunda presidencia, en su primer mensaje al Congreso, Roca explicitaba esta
política: "Se hace indispensable entrar resueltamente en ese orden de ideas (la enseñanza práctica) y abandonar
tradiciones y costumbres cuyos deplorables resultados pueden sentirse y palparse no sólo entre nosotros sino en
todas las civilizaciones que se han dejado dominar por ellas. En la esperanza de poder contribuir a esos objetos,
solicitaré vuestra colaboración para la fundación de colegios y escuelas de agricultura, y demás industrias de
inmediata aplicación".

En ese mismo mensaje de 1899, destacaba al modelo educativo de los Estados Unidos como el más adecuado a
nuestras necesidades: "El gran poder industrial y el inmenso desarrollo agrícola de los Estados Unidos no son la
obra de la improvisación o el acaso, sino el resultado de la educación industrial propagada con perseverante
ahínco por todos los medios, desde los primeros días de su existencia, siendo en algunos estados precepto
constitucional el establecimiento de escuelas de agricultura y debido a ello es que se les ve instruidas con
envidiable profusión en todo el vasto territorio de la República ."Consecuente con esta idea, en 1900 se enviaron
los primeros 20 jóvenes becados a los Estados Unidos para estudiar en escuelas industriales y agrícolas,
programa que en los años subsiguientes se mantuvo y amplió.

El ministro Magnasco preparó un proyecto de reforma del sistema educativo, que entre otras iniciativas
contemplaba transformar la mitad de los colegios nacionales en colegios industriales y agrícolas, buscando así
vincular el sistema educativo con el mundo del trabajo.

En 1901, en el mensaje al Congreso en el que anticipó el envío de este proyecto Roca dijo: "En vuestras
primeras sesiones os daré cuenta del decreto destinado a reorganizar debidamente la enseñanza secundaria,
conforme a sus fines propios y a las exigencias que la economía nacional impone particularmente a nuestra
instrucción".

Para explicitar este concepto agregó: "La vieja educación enciclopédica y siempre doctrinaria va siendo
enérgicamente desalojada y sustituida, ante el reclamo unánime de los más notables pensadores, por la
enseñanza que calcula la utilidad del valor de sus máquinas. Escuelas y colegios son hoy establecimientos de la
más noble industria: la que trata de producir elementos sociales del mayor valor civilizador, mejorándolos
gradualmente y habilitándolos así para vencer en la concurrencia del trabajo y de la inteligencia productiva".

Magnasco defendió con firmeza y elocuencia sus proyectos en el Congreso, pero fue derrotado. Los defensores
de la cultura enciclopedista al estilo francés convergieron con intereses de las provincias, las que creían que
sustituir un Colegio Nacional por uno de Agricultura o Industria era una suerte de "menoscabo". Una frase del
ministro Magnasco fue interpretada como crítica hacia el general Mitre -en ese momento aliado político de Roca-
y terminó frustrando la aprobación del proyecto en Diputados y provocó la renuncia de Magnasco.

Pero la obra de gobierno de Roca en su segunda presidencia no se frustró por este traspié. Creó las escuelas
comerciales de Capital, Rosario, Concordia y Bahía Blanca; la Escuela Industrial de la Nación; el Instituto de
Agronomía y Veterinaria y diversas escuelas prácticas de Agricultura en combinación con el ministerio del ramo.
En el campo universitario, se creó el Instituto del Profesorado de Lenguas Vivas, se estableció la independencia
económica de las universidades y se inauguró el nuevo edificio de la Facultad de Medicina.

En términos cuantitativos, el gran salto se dio en los territorios nacionales, que entonces comprendían a un tercio
del actual territorio continental. Entre 1900 y 1904, las escuelas de los territorios nacionales pasaron de sólo 13 a
128; los docentes de 32 a 220 y los alumnos de 199 a 6.836, realizándose así un salto educativo espectacular en
el área del país menos poblada.

Pero este impulso positivista, no olvidó a la cultura y la historia. Durante este segundo gobierno se inauguró el
nuevo local del Museo de Bellas Artes, se ampliaron las instalaciones del Museo Histórico y el Archivo General
de la Nación y se instaló la Biblioteca Nacional en la antigua sede de la calle México, confirmándose en su
dirección a Paul Groussac, nombrado en el cargo por Roca en 1884, durante su primera presidencia.

Si bien el proyecto formal de reforma educativa con el cual Roca quería corregir su propia obra educativa del
primer mandato se frustró en el Congreso, pudo igualmente terminar su segundo mandato con avances
indiscutibles. Esto dijo en su último mensaje al Congreso en 1904, meses antes de terminar el segundo período:
"Dignos de mencionarse son los movimientos que se operan en todo el país en favor de la enseñanza práctica,
encauzada por los métodos activos modernos, que toman, como elemento de educación del carácter, de la
inteligencia y del cuerpo, el trabajo en todas su esferas, adaptado a la vida escolar, para dar una preparación
integral al hombre y al ciudadano del porvenir".

La percepción de Roca

Roca fue el responsable del mayor salto cuantitativo de la educación popular argentina durante su primer
mandato. Si bien su preocupación por establecer una estrecha vinculación entre el sistema educativo y el mundo
del trabajo estuvo presente en su primera presidencia, fue durante la segunda cuando se convirtió en objetivo
central. Percibió claramente que las grandes transformaciones económicas y sociales que habían tenido lugar
entre sus dos presidencias exigían una adecuación del sistema educativo, para hacer compatible con las
necesidades de la producción. En la segunda presidencia logró sólo parcialmente este objetivo al frustrarse su
proyecto de reforma, aunque produjo igualmente un salto cuantitativo espectacular en materia de educación
pública en los territorios nacionales y concretó diversas iniciativas para hacer más práctica la enseñanza.

Roca percibió claramente un siglo atrás, la necesidad de vincular a la educación con el mundo del trabajo. A lo
largo del siglo XX, esta idea ha sido materia de debate, proyectos e iniciativas frustradas o inconclusas. Entrando
en el siglo XXI y frente a la necesidad de implementar políticas de fondo para enfrentar el desafío de la
desocupación, la idea de Roca de establecer una relación más estrecha entre educación y trabajo tiene hoy
rigurosa actualidad.

* Texto marco de la conferencia "Roca y la educación", dictada por Rosendo Fraga el 6 de octubre en el
Círculo Militar, convocada por el 'Centro de Descendientes de Expedicionarios al Desierto de Ejército y
Armada', como parte del 'Ciclo de Homenaje al Tte. Gral. Julio Argentino Roca'

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