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UNIDAD 1

CLASE 31/3

Bleichmar, S. (2016). Diferencia entre Ética y Moral (238, 239).


En vergüenza, culpa, pudor. Relaciones entre la psicopatología, la ética y la sexualidad.

Diferencia entre ética y moral


Respecto a la ética, según el diccionario de Lalande (2) da una definición precisa que es:
“ciencia que tiene por objeto el juicio de apreciación en tanto se aplica a la distinción entre el
bien y el mal” El tema de la ética tiene que ver con los valores.
Kant, hace una diferenciación entre ética y moral. A la moral la define como un conjunto de
prescripciones admitidas de una época y en una sociedad determinada.

Otra definición del diccionario de Lalande, sobre la moral, dice que “Conjunto de reglas de
conductas admitidas en una época por un grupo de hombres. Conjunto de reglas consideradas
incondicionalmente válidas”

Con lo cual, si la ética prescribe la relación con el bien y con el mal, recubre parcialmente la
moral. Porque si las formas de la moral están definidas bajo modelos históricos y sociales no
todo aquello que en una sociedad se considera moral es ético.

lewkowicz
universal -singular - particular

Las singularidades son solo un modo de relación con la situación en que irrumpen, jamás las
tendríamos presentadas en “en persona”. Una singularidad es entonces, un proceso
situacional. Las singularidades no son objetivables dispuestas para el conocimiento de un
sujeto puesto enfrente, sino intervenciones subjetivas que producen una novedad en la
inmanencia de la situación. Para que exista una singularidad la condición es que exista una
intervención. De ahí se sigue la singularidad es para la situación en la que irrumpe y sólo si
existe el trabajo subjetivo de lectura, producción y nominación.

Michel Fariña, J (2002)


Lo universal singular. En Ética. Un horizonte en quiebra. Eudeba

No existe lo universal sino atraves de lo singular y recíprocamente, el efecto singular no es si


no una de la infinitas formas posibles de realizacion de lo universal. El caracter singular se
evidencia en las circustancias irrepetibles de la experiencia. Hablamos entonces, de la
dimension universal-singular para subrayar el caracter indisoluble de sus terminos, dimesion
sobre la que se comenzara a dibujar el horizonte de la etica. La categoria de lo universal suele
confundirse con la de lo general.
Lo particular no puede comprenderse separado de lo universal-singular y a su vez, estos no
existirian sin lo particular. Lo particular es un efecto de grupo, en otras palabras es un sistema
de codigos compartidos. Dijimos que lo universal-singular denotaban lo propio de la especie,
lo particular sera el soporte en que se realiza ese universal-singular.

En este ejemplo, podemos ver que lo universal-singular del lenguaje -habla no puede
realizarse sino sobre un determinado campo de codigos compartidos (la dimension particular)

En este esquema la dimension etica se despliega en el circuito universal-singular,


sosteniendose en el campo de lo particular del que toma prestado su caracter de codigo.
En el ejemplo de que un terapeuta en sesion, en el contexto de que el paciente le este
contando que se compro la ultima cassettera que salio, siendo que el terapeuta tambien se la
estar queriendo comprar y este le cuenta que la compro a un precio en oferta , si el terapeuta
le pregunte al paciente a donde compro esa cassettera (que el tanto quiere) precipita esa caida
de la abstinencia que se ha definido como efecto particularista, en ello recide la falla etica.
Con respecto a la etica, esta viene de la palabra ethos que significa costumbre y caracter. Es
frecuente encontrar la palabra etica y moral utilizados de manera equivalente. El termino
moral se utiliza para describir los sistemas de valores. Y el termino etica para la disciplina
que estudia dichos entes. La etica seria alli la rama de la filosofia dedicada al estudio de la
moral.
La pauta moral se corresponde con los sistemas particulares-clturales, hisoricos , de grupo,
mientras que el horizonte etico, si bien puede soportarse en tales imaginarios siempre excede.
Por eso lo universal-singular de la etica no puede ser colmado por ningun sistema moral.
UNIDAD 2
CLASE 26-5 Y 23-6

Gabiela Salomone (2011) El sujeto dividido y la Responsabilidad

Mientras el discurso jurídico plantea la noción de sujeto autónomo, la dimensión clínica de la


nos orienta en el sentido de considerar un sujeto no autónomo, sujetado a los avatares de la
ley y el lenguaje. Esta diferencia fundamental en las concepciones de sujeto que plantea uno
y otro campo configura a su vez diferentes modos de entender la responsabilidad.
Llamaremos responsabilidad subjetiva a aquella que se configura a partir de la noción de
sujeto del inconsciente; sujeto no autónomo que, por definición no es dueño de su voluntad e
intención.
Las mociones inconscientes se expresan de modo desfigurado a través de las operaciones
fallidas. Es por este motivo que encontramos en estas acciones fallidas un sentido, un
significado que se asocia al propósito inconsciente que persiguen, más allá de la intención o
voluntad consciente. Claramente, ya no nos referimos al sujeto autónomo.
Freud ubica la responsabilidad en relación a aquel propósito inconsciente que, ajenamente a
la voluntad del yo, propició la acción.
Freud responsabiliza al sujeto de aquello que desconoce de sí mismo, aun de aquello que el
mismo, acorde a sus valores morales, no estaría dispuesto a reconocer como propio (sea el
propósito inconsciente de las acciones sintomáticas o las mociones inmorales de los sueños)
Freud no imputa al sujeto en el campo moral por aquello que se juega en lo inconsciente. No
debemos configurar la responsabilidad moral, social o jurídica con la responsabilidad
subjetiva. Si bien podremos ubicar en la responsabilidad moral y/o jurídica lo que de allí
corresponda a la dimensión de la responsabilidad subjetiva, no toda responsabilidad subjetiva
es judiciable.
La responsabilidad subjetiva, en el corazón de la dimensión ética, surge de esa hiancia en lo
simbólico que, en tanto campo de indeterminación, llama al sujeto a responder,
produciéndolo.

Oscar D´ Amore. Responsabilidad subjetiva y culpa


El gesto de asumir responsabilidad es genuinamente jurídico y no ético, e implica
simplemente ob-ligarse, hacerse cautivo, para garantizar una deuda. Es de sumo interés para
nosotros destacar el vínculo que propone el derecho arcaico que liga el spondeo al cuerpo, y
que enlazará de un modo también jurídico, al concepto de culpa.
En sentido lato la culpa no es más que la imputabilidad de un daño por el que hay que pagar,
incluso con la cautividad del cuerpo. Es necesario destacar en el proceso, el carácter
económico que comprende esa deuda, contraer una deuda es contraer una culpa (falta,
pecado, delito) estar en deuda ob-liga a re-spondere, es decir, pagar la deuda. Entonces,
responsabilidad y culpa se limitan a expresar dos aspectos de la imputabilidad jurídica.
Si nos atenemos a un modelo racionalista del marco jurídico, encontramos algunas entidades
que no tienen la posibilidad (¿acaso la libertad?) de responder que son muy conocidas por
nosotros: el niño, el loco, el embargado por la emoción violenta, el intoxicado y, entre otros,
un capítulo aparte que es el que define la figura del obediente. Diremos que lo cierto es que
los casos encuadrados en estas figuras, no disponen de sus cuerpos para responder, no pueden
ob-ligarse pero tampoco les es dado el derecho a responder. Son inimputables de culpa y por
lo mismo no son responsables.
Vamos a incorporar ahora dos conceptos que resultan cruciales para el derecho en la
construcción de esas figuras de desresponsabilización. En primerísimo lugar, la razón. El
conocido “principio de razón” es ese bien que otorga el concepto de sujeto joya, del que los
niños (porque todavía no la han adquirido); los locos (porque la perdieronvi) y los
embargados por la emoción violenta (porque la razón naufragó en la acción violenta) quedan
excluidos.
El segundo elemento –decisivo para el derecho– es la intención, dado que ella es un elemento
que liga de modo directo a la responsabilidad y la culpa, lo que quiere decir que para esta
disciplina, es la intención, la que ob-liga a responder. La intención es lo que “compromete”.
Simplemente estamos señalando dos elementos combinables, razón e intención, con los que
se nutre el derecho en su recurso a la Psicología.
Estos son los operadores con los que se analiza objetivamente la responsabilidad jurídica,
para la imputación o no de culpa. En la que se destaca la conclusión: no podría existir la
culpa jurídica sin la responsabilidad objetiva que otorga la razón.

Gabriela Salomone. El sujeto autónomo y la Responsabilidad


La noción de responsabilidad de la que se trate estará directamente vinculada a una
determinada noción de sujeto: mientras que la responsabilidad subjetiva interpela al sujeto
más allá de las fronteras del yo, asentándose en la noción de sujeto del inconsciente, la
responsabilidad jurídica se plantea en función de la noción de sujeto autónomo, la cual
restringe la responsabilidad al terreno de la conciencia, al ámbito de la intencionalidad
consciente.
El sujeto de derecho es el sujeto considerado autónomo, aquel capaz de hacerse responsable,
no solo por sus acciones sino también por sus elecciones y decisiones.
Es decir entonces que el sujeto de derecho, entendido en tanto sujeto autónomo, es el sujeto
imputable por definición: es aquel capaz de responder por sus actos.
Una persona deberá gozar al momento del hecho de las condiciones que le permitan
comprender la criminalidad del acto que realiza así como dirigir sus acciones. De este modo
el sujeto será considerado imputable, es decir, se le reprochará el hecho y se le aplicará una
pena.
Las nociones de causa de inimputabilidad y causa de justificación. La diferencia entre ambos
tipos de motivos para librar de responsabilidad radica en que, mientras que las causas de
justificación se refiere a motivaciones de la acción externas al sujeto, las causas de
inimputabilidad radican en el sujeto (diagnostico de insania, emoción violenta, etc.)
El campo de la responsabilidad subjetiva confronta al sujeto con aquello que perteneciendo le
es ajeno. La ajenidad, en términos freudianos, no es causa de inimputabilidad. En este campo,
el sujeto es siempre imputable, pero ya no en términos morales o jurídicos, sino éticos.
En sentido jurídico, la imputabilidad es la cualidad de aquel a quien se le puede atribuir
responsabilidad, es decir que imputable es aquel que sea capaz de responder por sus actos.
La responsabilidad subjetiva, los motivos de la acción responsabilizan al sujeto. Fomenta el
desconocimiento del sujeto sobre las motivaciones inconscientes de la noción, propiciando su
desresponsabilidad sobre aquello que le pertenece.
Freud responsabiliza al sujeto de aquello que desconoce de sí mismo, aquello de lo que el
sujeto considerado autónomo no puede dar cuenta.
La cuestión del consentimiento informado y su fundamento en la noción de sujeto autónomo
nos permite reflexionar también sobre la cuestión de la responsabilidad pero desde un ángulo
diferente.
El consentimiento informado se asienta fundamentalmente en el principio de autonomía y
vela por el derecho de las personas de someterse a un tratamiento sólo bajo su aceptación
libre y voluntaria.
Tal derecho de autonomía no solo se aplica en relación a la decisión de iniciar o no un
tratamiento, sino también a aceptar las condiciones de su desarrollo y finalización.
La enunciación de tales condiciones de encuadre al inicio de la relación no solo resguarda al
profesional en cuanto a posibles afrentas legales sino que, fundamentalmente, resguarda al
paciente de arbitrariedades sobre su persona que puedan producirse propiciadas por la
asimetría natural del vínculo.
Cuando las personas se encuentran en condiciones legales, intelectuales o emocionales de
brindar tal consentimiento, se indica al profesional requerir el consentimiento de los
responsables legales del paciente, ya que se considera que su consentimiento carece de
validez.

Sarmiento, A. La psicología en el campo de lo jurídico


El concepto de persona en sentido jurídico se corresponde con aquellos entes susceptibles de
adquirir derechos y contraer obligaciones. Por lo que pueden haber dos clases de personas: de
existencia visible (los hombres), y de existencia ideal o personas jurídicas (sociedades,
instituciones, estados, etc.)

CAPACIDAD CIVIL
La capacidad civil es la aptitud de las personas para adquirir derechos y contraer
obligaciones. Esta aptitud se vincula con la misma personalidad humana, por eso todas las
personas, en principio, son capaces de derecho.
La capacidad civil de la persona de existencia visible es la posibilidad de gozar o ejercer
derechos por propia cuenta sin necesidad de representarse legal.
La capacidad civil puede referirse al goce de los derechos o al ejercicio de los mismos. Por lo
tanto se dividen en :
1) Capacidad de hecho: entendida como la aptitud para ejercer un derecho, siendo
ejemplo de esta capacidad el contraer matrimonio, adoptar un hijo, ejercer una
profesión, etc.
2) Capacidad de derecho: se denomina así a la aptitud de gozar de un derecho. Por
ejemplo: de recibir una herencia, derecho a la vida, a la identidad, etc.

INCAPACIDAD CIVIL
Es la imposibilidad de la persona de gozar o ejercer derechos. La falta de las condiciones
jurídicas y/o psíquicas que determinan la aptitud de una persona para desenvolverse
libremente en sociedad.
INCAPACIDAD DE DERECHO RELATIVA
1) Religiosos profesos para contratar
2) Comerciantes fallidos.
3) Los curadores, tutores o padres no pueden vender bienes propios a los que están bajo
su patria potestad o su guarda.
La incapacidad de derecho relativa tiene 2 características fundamentales:
1) Son casos excepcionales
2) Obedecen siempre a una causa grave, mediando un interés superior o una razón moral
o de buenas costumbres.
La incapacidad de derecho relativa, está referida a ciertos derechos en particular. Ciertos
derechos pueden resultar inmorales, perniciosos o contrarios a algún interés superior, cuando
son ejercidos por determinada persona y en casos especiales. Ej, las personas pueden
contratar. Pero ¿qué pasaría si un padre contrata con un hijo que está bajo su patria potestad?
Aquí interviene la ley prohibiendo tales actos, creando incapacidad de derecho.

INCAPACIDAD DE DERECHO ABSOLUTA


Este tipo de incapacidad no existe en nuestro sistema jurídico.

INCAPACIDAD DE HECHO RELATIVA


Menores adultos: son menores adultos los que tuvieren 14 años cumplidos hasta los 17.
La incapacidad de los menores cesa el día en que estos cumplen 21 años y por su
emancipación antes que sean mayores.
Asimismo desde los 18 años se pueden celebrar contratos de trabajo en actividad honesta sin
autorización de sus representantes.

INCAPACIDAD DE HECHO ABSOLUTA


Personas por nacer: son las que no habiendo nacido están concebidas en el seno materno.
Desde la concepción comienza la existencia de la persona y antes de su puede adquirir
algunos derechos como si ya hubiese nacido.
Menores impúberes: son aquellos menores que aún no tuvieren la edad de 14 años cumplidos.
Dementes, los sordomudos que no saben darse a entender por escrito.

INCAPACIDAD POR DEMENCIA


La demencia en el sentido usado en código civil no es solo el concepto psiquiátrico de deficit
de todas las funciones psíquicas, adquirido y crónico, progresivo e irreversible, sino que hace
referencia a la falta de aptitud del sujeto para dirigir su persona y/o para administrar sus
bienes.
De esta manera la declaración de incapacidad no surgirá de por sí de la comprobación de una
patología mental, sino que a raíz de la misma la persona no pueda desenvolver libremente en
sociedad por imposibilidad de dirigir su persona o administrar sus bienes.

JUICIO DE INCAPACIDAD POR DEMENCIA


Es el juicio que se realiza en el fuero civil, después de haber probado el estado mental de la
persona y determinar que la misma no puede administrar sus bienes y dirigir su persona.

Requisitos
El solo hecho de ser demente no constituye incapacidad, sino que ella queda establecida
cuando es declarada por el juez competente (que sería el del último domicilio el presunto
insano), previo juicio como requisito ineludible.

Juicio de insania
Existen ciertos requisitos jurídicos que deben seguirse para la realización de un juicio de
insania. Los mismos se encuentran establecidos taxativamente en los Códigos de fondo y de
forma: Código Civil y Código Procesal Civil respectivamente

Juicio de rehabilitación
El juez ante quien debe iniciarse el juicio de rehabilitación, es aquel que declaró la
incapacidad o inhabilitación del mismo.
El procedimiento seguido será jurídicamente el mismo, pero la finalidad será la opuesta.

Daños a las personas en el discurso psicológico jurídico

La noción de daño, al igual que otras en el ámbito jurídico, constituye un concepto abstracto.
Básicamente se puede decir que el daño es un detrimento, un menoscabo, un perjuicio.
Cuando a consecuencia de un evento una persona sufre menoscabo de sus bienes vitales
naturales, presenta o tiene un daño.
El daño es fundamentalmente el resarcible, o daño antijurídico, ya que ese es el que la ley
sanciona. Es el presupuesto central de la responsabilidad civil, entendido como el requisito
fundamental para atribuir la responsabilidad a un actor. De allí que pueda hablarse de daños o
de una responsabilidad por daños.
Daño desde la perspectiva jurídica
El daño como consecuencia del acto ilícito es el detrimento, perjuicio o menoscabo que se
recibe por culpa de otro. Todo daño puede causarse por dolo, por culpa o por caso fortuito,
importando en el evento saber el modo en que ocurrieron los hechos, para arribar a la
responsabilidad que debe exigirse.

Daño Psíquico
El concepto de Daño Psíquico recientemente ha sido separado del Agravio o Daño Moral, es
así que surge el Daño Psíquico a causa de una situación traumática vivida con motivo de un
accidente de cualquier índole.
Este concepto no surge del discurso psicológico sino del discurso jurídico, por lo que el perito
psicólogo tendrá que evaluar los síntomas resultantes del hecho traumático y a partir de esto
llegar a la conclusión de si hubo conformación patológica, Ta relación entre ella y el hecho al
que se le atribuye y por lo tanto, si hay o no daño psíquico.
Definimos al daño psíquico como toda perturbación, trastorno, enfermedad, síndrome,
disfunción que a consecuencia de un hecho traumático sobre la personalidad del individuo
acarrea una disminución en la capacidad de goce, que afecta su relación con el otro, sus
acciones, etc. Cabe consignar que no importa la personalidad de base del sujeto que ha
padecido dicho daño.

2DO PARCIAL

25/8
El principio de neutralidad y la regla de abstinencia: la perspectiva freudiana*
Gabriela Z. Salomone

Frecuentemente, se toma a los conceptos de neutralidad y abstinencia como sinónimos. Sin


embargo, analizar sus diferencias nos permitirá establecer la articulación entre ambos.
Las cuatro afirmaciones ya que, como se ve, abarcan un largo período de la obra en el que
Freud mantiene la misma indicación. A partir de ellas es posible extraer tres objetivos básicos
que perseguiría la Regla de abstinencia:
1‐ la frustración que impone el analista procura en el paciente cierto grado de padecer que
funciona como "fuerzas pulsionantes del trabajo analítico";
2‐ exponer al paciente a cierto padecer objetivo mediante frustración en el campo de la
transferencia vuelve actuales conflictos pulsionales que son así pasibles de influencia
analítica. 3‐ la denegación de la satisfacción pulsional permite alcanzar el "propósito
analítico" que Freud lo define en 1914

Es sólo en el terreno de la transferencia donde puede el analista tener noticia de esas


mociones reprimidas, y operar sobre ellas. Pero la condición es evitar que la transferencia
preste sus servicios a la resistencia. Y allí es donde la Regla de Abstinencia debe operar.
Agregamos junto con Freud: ...cuanto estorbe proseguir la cura puede ser la exteriorización
de una resistencia.

Este último enunciado es la ocasión propicia para analizar el segundo grupo de indicaciones
técnicas que mencionamos al comienzo: las referidas al Principio de Neutralidad.
Entonces, mientras que en razón de la Regla de Abstinencia el analista es compelido a
impedir la satisfacción pulsional del paciente, es en la observación del Principio de
Neutralidad en lo que quedará impedido de buscar las propias satisfacciones en los
tratamientos que conduce. Es decir, el Principio de Neutralidad es una imposición de
abstinencia para el analista. Veremos que el Principio de Neutralidad es el fundamento de
diversos otros conceptos directamente relacionados no sólo con la técnica analítica, sino
también con la posición ética.

Por otra parte, los desarrollos en relación a la Atención Flotante también se vinculan
íntimamente a la posición de neutralidad. Los enunciados que siguen muestran claramente
cómo la atención flotante es una técnica que responde, y dependen directamente, a la
exigencia de neutralidad del analista.
La posición de neutralidad se funda básicamente en que el analista se sustraiga como persona
para dar lugar así a su función.
Neutralidad y abstinencia
Graciela Cohan

La regla de abstinencia es clara: poner al paciente en cierto nivel de frustración o


incomodidad funciona como motor del trabajo. Sabemos que al impedir satisfacciones
sustitutivas, la transferencia será la via regia para llegar a destrabar los deseos inconscientes,
camino de la elaboración psíquica y no su campo de satisfacción. (Freud, 1914) El analista no
debe creerse objeto de deseo del paciente y debe negarse a darle el gusto. O sea, hacer
semblante, entrar en el juego transferencial que propone el paciente, pero no quedarnos allí
donde nos coloca. Cuando pide compasión, alabanzas, o se pone en víctima de su destino, o
busca pelea, enojo, rivalidad, que no nos encuentre.

Creo que la neutralidad funciona como una imposición de abstinencia para el analista en su
práctica.

La Neutralidad prohíbe al analista buscar las propias satisfacciones en los tratamientos que
conduce. Nos ubica en una situación diferente a otra cualquiera de la vida real ya que
debemos escuchar sin hacer recortes que respondan a expectativas personales. No pondrá en
juego nada personal, ni creencias, preferencias, valores éticos o morales, ideología, religión o
raza.

Cumplir estrictamente esta regla implica algunos riesgos: burocratizar la escucha alejándose
de la sorpresa y la creatividad, repetir un «modelo» de ser analista más de acuerdo a una
pertenencia institucional o una identificación con un modelo ideal que a lo que requiere la
clínica.

encuadre que se instala como tercero en el encuentro y que protege a ambos de los avatares
del narcisismo del analista
Creo que el principio mismo de neutralidad es paradojal. Así como pedimos al paciente que
asocie libremente, y sabemos que esto es difícil, pedimos al analista que se despoje de lo
personal para escuchar.
Intentamos ser neutrales, pero muchas veces fallamos, nos equivocamos, olvidamos horarios,
en fin, rompemos el encuadre.

Al escuchar el discurso del paciente, ponemos en práctica la atención flotante que supone
escuchar con el mismo interés todo lo que dice el paciente. Escuchamos, desde nuestra
singularidad, algo que nos diferencia de la computadora y nos garantiza que no seremos
reemplazados.

Pero, además, el analista está implicado en la escena con su silencio, sus preguntas, su
cuerpo, con su interés, entonces el lugar del analista se mide no por su neutralidad, sino
justamente por su implicación.

LA NEUTRALIDAD EN LA OBRA DE FREUD.


Lic. Elizabeth Beatriz Ormart.

Que el analista sea neutral supone que la persona del terapeuta se sustrae del tratamiento, y
con ello sus ideales, valores religiosos, morales y sociales y convicciones políticas. De este
modo, el principio de neutralidad afecta al analista en función, no a su persona.
Dimensiones de la neutralidad
➢ Ausencia de ideales del analista: El analista no debe imponer sus ideales. La posición
del demiurgo supone un desplazamiento del sujeto del análisis, del paciente al
terapeuta. Dejando al paciente en una posición de pasividad e inercia que el
tratamiento, si se realiza correctamente, debería revertir. Por consiguiente, operar en
función de los ideales del terapeuta, conlleva operar en el sentido inverso del análisis
➢ Ausencia de finalidad educativa: “ ...Además, puedo asegurarles que están mal
informados si suponen que consejo y guía en los asuntos de la vida sería una parte
integrante de la influencia analítica. Al contrario, evitamos dentro de lo posible
semejante papel de mentores; lo que más ansiamos es que el enfermo adopte sus
decisiones de manera autónoma...” (Freud, 1917, 393)
➢ Necesidad de atención flotante y regla fundamental: esa técnica es muy
simple...consiste meramente en no querer fijarse (merken) en nada en particular y en
prestar a todo cuanto uno escucha la misma "atención libremente flotante” [...] uno
fija (fixieren) un fragmento con particular relieve, elimina en cambio otro, y en esa
selección obedece a sus propias expectativas o inclinaciones. Pero eso, justamente, es
ilícito...” (Freud, 1912, 111) La atención flotante y la regla fundamental son
condiciones necesaria para la neutralidad del analista.
Dejarse sorprender, proceder por azar, es darle una entrada a lo real en el automaton
significante. El azar no existe en la asociación significante. Cuando aparece el azar,
aparece lo real.
➢ Neutralidad vs. sugestión:

Apuntes sobre neutralidad y abstinencia (profes)


Seminario taller: Ética y Deontología profesional Lics. Luciana Graffigna y Julieta Corradi
2022

Cuando pensamos en sostener la regla de abstinencia, de lo que hablamos no es de anularnos


como sujetos, sino de no actuar los roles que el o la paciente tienden( inconscientemente) a
imponernos. Frente a la transferencia que se pone en juego, se trata de no quedar entrampado
en la dimensión imaginaria, especular (eje de la moral). En otras palabras, de no “levantar el
guante” Y en este mismo sentido, con respecto a la neutralidad, de lo que debemos
abstenernos es de imponer al paciente nuestros ideales.

Silvia Bleichmar (2011) plantea que puede ser debido a que la problemática lo toque
excesivamente y no pueda tomar la distancia adecuada, o que no quiera tener trato analítico
por el motivo que fuere. El punto, en ambos casos, es reconocer y aceptar los propios límites.
Y para ello, nada mejor que la formación permanente, la supervisión y el propio análisis.

Laplanche. J. Pontalis (1999) Diccionario psicoanalítico

Contratransferencia

Alude Freud a lo que él llamo la contratransferencia “La influencia del enfermo sobre los
sentimientos icc del médico”.
Daniel Lagache “reacción entendida frente a la transferencia del otro” no se da sólo en el
analista, sino también en el analizado

considerando el conjunto del campo analitico, es conveniente distinguir en que cada una de
las dos personas lo que es transferencia y contratransferencia:
● Reducir todo lo posible las manifestaciones contratransferenciales mediante el análisis
personal.
● atención flotante
● Guiarse por la interpretación por las propias reacciones contratransferenciales. Tal
actitud postula que la resonancia “icc a icc “ constituye una única comunicación
auténticamente analítica.

Extracto de Rosenfeld, A. (2004) La entrevista psicológica . En Técnicas proyectivas. Tomo


II. Lugar editorial

Transferencia

El entrevistado actualiza en la entrevista sentimientos, actitudes y conductas icc que


corresponden a pautas que ha ido desarrollando, especialmente en su relación interpersonal y
familiar. En la transferencia, tal como lo define freud “el entrevistado asigna roles al
entrevistador y se comporta en función de ellos”

Contratransferencia

Se puede considerar contratransferencia como la respuesta emocional específica que surge en


el psicólogo debido a cualidades del entrevistado.
29/9
Bioetica:Principialismo
Castiglione,M. (2017) la dignidad del paciente bajo un enfoque de derechos humanos

¿qué se entiende por dignidad?; ¿es la dignidad un concepto moral vacío


de significado?; ¿es un derecho en sí mismo o es el fundamento o la fuente de otros
derechos?
Habermas afirma que la dignidad cumple, entre otras funciones, la de ser la fuente moral de
la que todos los derechos fundamentales derivan su sustento. Es el portal a través del cual el
contenido universal igualitario de la moral se importa al derecho, la bisagra conceptual que
ensambla la moral del respeto igualitario a cada sujeto con el derecho positivo. Sostiene que,
debido al carácter abstracto de los derechos fundamentales, ellos necesitan ser especificados
en términos concretos en cada caso particular.
la generalidad o la indefinición del concepto de dignidad intrínseca del ser humano y del
paciente en particular, no pueden ocultar su carácter operativo. Éste se manifiesta en el hecho
de que su menoscabo ha sido, es y continúa siendo invocado exitosamente ante la justicia y
con base en los instrumentos de derechos humanos, constituciones nacionales y leyes
especiales que protegen los derechos de los pacientes (denegación de tratamiento médico,
problemas de cobertura de los seguros de salud y muerte digna, por mencionar algunos). En
este sentido la dignidad es un derecho en sí mismo y fuente generadora de otros derechos.
En la Argentina no hay duda de que el concepto de dignidad ha sido ampliamente aceptado y
positivizado, de suerte que la dignidad humana y el trato digno al paciente están reconocidos
como derechos subjetivos esenciales y, como tales, su menoscabo provoca consecuencias
jurídicas. cualquier lesión a la dignidad humana y sus derivaciones(intimidad personal o
familiar, honra o reputación, imagen o identidad) genera la obligación de prevención y
reparación.
La Argentina cuenta también con normativa específica respecto al derecho de los pacientes
en que la dignidad ocupa un papel preponderante. La ley 26.529 de Derechos del Paciente en
su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud de 2009 (art.2º, derechos
esenciales en la relación entre el paciente y los profesionales de la Salud, los agentes del
seguro de salud, y cualquier efector de que se trate) se refiere al derecho esencial al “trato
digno y respetuoso” del paciente. Describe luego que el trato digno al paciente debe
considerarse teniendo en cuenta el respeto a sus “convicciones personales y morales,
principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a
su intimidad, cualquiera sea el padecimiento que presente”. Este derecho, además, se hace
extensivo a los familiares o acompañantes del paciente.

Ferrero, A(2019) La importancia del consentimiento informado y el asentamiento en


Psicología

Se define al consentimiento informado como una norma ética basada en el respeto por la
autonomía de la persona, quien tiene derecho a decidir participar o no de una determinada
intervención, o a abandonarla en cualquier momento y por asentimiento a la decisión
voluntaria por parte de menores a participar o no de la práctica

Una adecuada intervención profesional está apoyada en dos elementos básicos, por una parte
la rigurosidad teórica y eficacia técnica del conocimiento aplicado y, por otra, la posición
ética desde donde ese conocimiento es aplicado en forma concreta. Toda intervención
profesional conlleva una posición ética explícita o no.
En términos generales los principios básicos que guían la práctica profesional en psicología
serían la responsabilidad con la comunidad que se asienta en la no discriminacion en función
de nacionalidad, religión, raza, ideología o elección sexual de los sujetos, la responsabilidad
en las relaciones profesionales que apunta a preservar los derechos básicos de los sujetos,
especialmente frente a la asimetría de roles, la confidencialidad o secreto profesional y la
adecuada preservación de registros que se sustentan en el respeto al derecho de la intimidad
de las personas, las pautas referidas a la publicidad o difusión de servicios públicos o
privados que tienen como objetivo preservar el derecho a una información veraz, y por tanto
a proteger el bienestar de las personas y el consentimiento informado que, como ya se señaló,
se relaciona con el respeto a un principio básico y fundamental, que es el principio de
autonomía.
Para que el consentimiento informado sea válido son imprescindibles tres aspectos
fundamentales; asegurarnos que la/s persona/s haya/n recibido toda la información
significativa relativa al procedimiento, que tenga/n la capacidad para consentir (comprender
los alcances de su acto) y que manifieste/n su consentimiento libremente y sin influencias
indebidas. Esto se relaciona con dos elementos fundamentales del principio de autonomía, la
racionalidad y la libertad, es decir que la/s personas puedan comprender la información que
se le brinda,como asi también que su libertad no está coartada por ninguna situación especial.
Característica principales del consentimiento informado: el mismo no debe articularse
desde un modelos paternalista ya que se asienta en el derecho a la autonomía y a la
autodeterminación, es decir que las personas tienen el derecho de someterse a un
procedimiento solo bajo sua aceptación libre y voluntaria,por lo tanto debemos asegurarnos
de que fue comprendido racional y culturalmente, y que no existe condicionamiento moral en
las personas.
El fin último de la obtención del consentimiento informado es proteger el bienestar de las/os
participantes, y no de profesionales e instituciones, más que secundariamente, es decir que no
es para la defensa del/la profesional ante posibles denuncias, sino para preservar el bienestar
de los sujetos.
El consentimiento informado debe incluir al menos los siguientes aspectos generales, el
propósito de la intervención, la duración estimada, y los procedimientos a utilizar, el marco
institucional/dispositivo/ encuadre en el que se asienta, el posible beneficio directo e indirecto
de la intervención, los riesgos potenciales o posibles efectos adversos, el derecho del sujeto a
rehusarse a participar, y/o a ejar la intervención en cualquier momento sin que ello implique
ningún perjuicio para sí. También se debe explicitar cómo garantizar la confidencialidad de
los datos, incluida la identidad, tanto a nivel personal como instituciones, cuales son lo
límites de la confidencialidad, como se realizará la preservación del material obtenido, cuál
será el destino de los resultados de la intervención (publicaciones, uso académico,
presentaciones en eventos científicos, u otros) y la forma de contactarse durante y después de
concluida la intervención.

ASENTIMIENTO, hace referencia a la decisión voluntaria por parte de menores a participar


o no de la práctica. Este concepto no tiene implicancias legales, si presenta implicancias
éticas en la práctica profesional con la comunidad; el mismo realza la importancia de
considerar al/la niño/a y adolescentes como sujeto de derecho, con capacidad de decidir en
diferentes áreas de su vida, de acuerdo a su edad, maduración y a las consecuencias que
puedan acarrear para sí mismo/a tales decisiones.
Este para que sea válido debe reunir ciertas características, debe evaluar si el/la niño/a o
adolescente recibió toda la información significativa relativa al procedimiento, el lenguaje
acorde a su edad, si tiene la capacidad racional para comprender lo que se le informa y como
se le informa, por ejemplo el lenguaje que se utiliza, y que manifestó su asentimiento
libremente y sin influencias indebidas. Estos tres elementos son necesarios pero no
suficientes, ya que esta norma debe asentarse en la responsabilidad moral del/la psicólogo/a.
Cabe mencionar que existe una excepción a la misma, especialmente aplicable en el ámbito
clínico pero que alcanza toda la práctica psicológica, refiere a aquellas situaciones en las que
está en riesgo la vida o bienestar del niño/a o adolescente, evaluado según el criterio
profesional de quien se encuentre realizando la práctica con el/ la niño/a o adolescente.

Gonzales y Salomone. Consentimiento Informado, avaluacion clínica, asentimiento subjetivo:


un estudio típico a partir de la ley de salud mental

El Consentimiento Informado es uno de los grandes pilares de la ética contemporánea. Se


asienta en el principio de autonomía y vela por el derecho de las personas de someterse a un
tratamiento o cualquier otra forma de intervención psicológica sólo bajo su aceptación libre y
voluntaria.Al respecto es interesante cómo la Ley Nacional de Salud Mental, de
reciente promulgación y reglamentación. En esa perspectiva se enfatiza la importancia del
consentimiento en tanto constituye un derecho del paciente como también una obligación
para el profesional.
El término contemporáneo “avaluación” o “valuación” supone, según el diccionario de la
RAE, la acción de conocer, estimar o apreciar el valor o mérito de alguien o algo”. Tenemos
entonces que se reúnen en el término “avaluación” la fuerza del acuerdo, la valoración del
acto y la letra que lo rubrica.En psicoanálisis (…) la primera avaluación es hecha por el
paciente, es él quien primero avala su síntoma. Él llega al analista en la posición de hacer una
demanda basada en una auto-avaluación de sus síntomas, y pide un aval del analista sobre esa
autoavaluación. Decimos que el acto analítico ya está presente en esa demanda de avalar, en
el acto de autorizar la auto-avaluación de alguien que quiere ser un paciente. (Miller, p. 17,
1997).
Para situar este concepto, resulta de utilidad tomar en consideración la entrada en análisis en
aquellos casos en que el paciente es un niño, ya que allí aparecen claramente desdobladas las
nociones de consentimiento informado (aportado por los padres) y el “asentimiento
subjetivo” (que se debe obtener del niño). Si bien haremos referencia a esta matriz, es
imprescindible aclarar que ambas dimensiones, consentimiento informado y asentimiento
subjetivo podrán aparecer no sólo cuando el paciente es un niño, sino en todo análisis, en
tanto supone una dialéctica que articula la aceptación (aval) para iniciar un análisis y el deseo
de analizarse. Tomando la mencionada matriz del tratamiento de niños.
Hermosilla, A.M. Los psicólogos frente a la responsabilidad profesional, resguardo de la
intimidad y la autonomía: Elaboración de un estudio exploratorio.

Cuando hablamos de responsabilidad profesional incluimos todas las obligaciones que el


psicólogo adquiere en el ejercicio de la profesión, sean estas en relación a las competencias
que desarrolla, como a las cuestiones deontológicas.
La mala praxis involucra la responsabilidad civil que el profesional adquiere por ese plus de
saber que involucra una licencia para desarrollar una actividad. Las tipificaciones habituales
de la mala praxis son negligencia, imprudencia e impericia.
El respeto por la confidencialidad de aquella información recibida en el marco de una
prestación profesional es una obligación del psicólogo y un derecho del paciente. El principio
que protege esta norma es el respeto por la intimidad de las personas.
La intimidad como bien jurídico resguardado es un concepto contemporáneo.
La obtención de consentimiento informado, se sustenta en el respeto por la autonomía del
paciente, y a su vez, en el derecho que este posee de recibir una información adecuada por
parte del profesional.

Lolas, F. (2002) Los principios fundamentales

AUTONOMÍA: Se dice que una persona actúa con autonomía cuando tiene independencia
respecto de controles externos y capacidad para obrar de acuerdo a una elección propia. La
autonomía se prueba en las opciones escogidas y por ello la potencialidad de tenerla, si bien
importante, se limita o restringe en numerosos casos. Por ejemplo, una información
insuficiente o inadecuada impide una elección autónoma, por más que se reconozca la
autonomía del individuo en general.Una transitaria incapacidad, por ejemplo un trastorno
depresivo, puede comprometer la autonomía decisional de una persona sin modificar el
respeto debido a ella.El respeto por la autonomía de las personas en tanto agentes morales
capaces de decisiones informadas es central en el diálogo bioético.
NO MALEFICENCIA: Esencialmente, la obligación corporizada en este principio es la de
no dañar intencionalmente.No hacer daño parece estar próximo a hacer el bien. Por lo tanto,
la no maleficencia sería un aspecto de la beneficencia, como sugiere William Frankena, para
quien no infligir daño o mal es la primera de cuatro obligaciones beneficentes.Por ejemplo,
para la medicina griega era malo todo lo que fuera contra el orden de la naturaleza. En
tradiciones impregnadas de juridicidad, corno la romana antigua, malo era lo que contraría
la ley. Por último, en un contexto religioso, lo malo es lo que contraviene el orden divino. De
allí que evitar hacer daño o mal sea expresión amplia e imprecisa, que adquiere consistencia
sólo ante casos concretos, en los que deben explicitarse las reglas prácticas que corporizan el
principio de no-maleficencia. Algunas pueden ser, por ejemplo, "no matar", "no causar
sufrimiento a otros", "no ofender".
BENEFICENCIA: Existe una forma de beneficencia, llamada positiva, que consiste en
proporcionar beneficios, lo que parece casi trivial. A ella debe sumarse la utilidad, que
consiste en un balance positivo entre lo negativo y lo positivo. También se beneficia alguien
si, al recibir algo, debe dar algo en retribución. La utilidad es la diferencia en "plus" que
recibe. El concepto alude a actos, no a actitudes. Para éstas, cuando son positivas, se reserva
el término benevolencia. El principio de beneficencia impone la obligación moral de actuar
en beneficio de otros.Hay que distinguir, por otra parte, entre una beneficencia específica,
dirigida a grupos específicos, de una beneficencia general, que teóricamente abarcaría a todos
los seres humanos y el mundo animado en general.
JUSTICIA: el concepto de justicia distributiva, que alude a la distribución ponueraua,
equüi'oraua'j apropiada de los bienes y cargas sociales basada en normas que detallan el
sentido y fin de la cooperación social. Otras formas de justicia, como la criminal, orientada al
castigo de las faltas graves, o la rectificatoria, relacionada con la compensación por
alteraciones en la vida civil, si bien relevantes al concepto global, lo son algo menos en el
campo bioético. Interesante resulta precisar los aspectos concretos de aplicación del principio
de justicia.Otros ejemplos ilustran la dificultad de privilegiar alguna de las teorías de justicia
existentes: las utilitaristas, que destacan criterios para maximizar la utilidad pública, las
liberales, que destacan los derechos a la libertad social y económica y los procedimientos
para garantizarlos, las comunitaristas, que descansan sobre una apropiación del pasado
común en una sociedad, y las igualitaristas, que aspiran a fundamentar una distribución
uniforme de aquellos bienes y beneficios que "toda persona racional" valoraría.
OTROS PRINCIPIOS: sacralidad de la vida humana, que obliga a respetarla donde y como
quiera que se la identifique, el de dignidad, que retiene el carácter de mérito aún para el ser
humano indigente o desclasado, el de permiso, que permite hacer con alguien sólo lo que él o
ella expresamente autorice, entre muchos otros.
igualdad de intereses, Existen desigualdades étnicas, de género, de talento. La diversidad, sin
embargo, no impide reconocer que hay ciertos intereses inherentes al hecho de ser persona
moral, como el de desarrollar los propios talentos, acceder a la felicidad y evitar el dolor. Es
sobre la base de respetar estos intereses o tendencias universales que podría afirmarse que los
seres humanos, si bien no son iguales, poseen igual valor.

Salomone, G. (2016) El consentimiento informado en el campo de la salud mental. De la


pauta deontológica-jurídica a la dimensión clínica

El Consentimiento Informado, entendido en términos de derecho inalienable del paciente, se


funda en una concepción de sujeto que atiende, por un lado, a su condición jurídica, y por
otro a su dimensión singular. Por lo tanto, se deberían considerar las variables propias de
cada uno de estos registros, los cuales se presentan de manera diferenciada en distintos
momentos de un proceso terapéutico.
“Al obtener el consentimiento informado para la terapia (…) los psicólogos informan a los
clientes/pacientes lo antes posible en la relación terapéutica acerca de la naturaleza
y el curso previsto de la terapia, los honorarios, el grado de participación de terceras partes y
los límites de la confidencialidad, a la vez que les brindan la oportunidad de
formular preguntas y recibir respuestas.” (APA, 2002:Punto 10.01, a).
En su aspecto normativo, la pauta ética del Consentimiento Informado se configura en
términos de derechos del sujeto destinatario de la práctica psicológica (paciente, sujeto de
experimentación, evaluado, etc.)2 y de obligaciones profesionales, lo cual adquiere
importancia relevante por tratarse de regulaciones de la práctica profesional en
resguardo de las personas que requieren su intervención.
“Los psicólogos deben obtener consentimiento informado de aquellas personas con las que
trabajan en su práctica profesional. Esta obligación se sustenta en el respeto por la autonomía,
entendiendo que es válido cuando la persona que lo brinda lo hace voluntariamente, y con
capacidad para comprender los alcances de su acto (…)”.
El Acápite 1.2. del código de FePRA plantea lo siguiente: “La obtención del
consentimiento informado implica para el profesional psicólogo, brindar información sobre
los alcances de la intervención para la cual es solicitado en relación con: a) el propósito y
naturaleza de la actividad profesional, b) responsabilidades mutuas, c) protección de la
confidencialidad y limitaciones de la misma consignadas en el presente código, d) probables
beneficios y riesgos, e) alternativas posibles, f) opción de rehusar o retractarse en cualquier
momento” (FePRA, 2013).
FePRA, en el acápite 1.3.: “La obligación y la responsabilidad de evaluar las condiciones en
las cuales el consultante da su consentimiento, incumben al psicólogo responsable de la
práctica de que se trate. Esta obligación y esta responsabilidad no son delegables”. Se ve la
importancia de que recaiga sobre el profesional la evaluación de las condiciones del paciente
para consentir, lo que muestra la complejidad y el límite en el campo de la
salud mental de la noción de sujeto autónomo que sustenta la normativa de Consentimiento
Informado.

El Consentimiento Informado supone que el profesional ofrece un tratamiento y el


consultante responde a ese ofrecimiento, Miller pone el acento en ese primer gesto del propio
sujeto que consulta, al avalar su sufrimiento como síntoma y pedir ayuda; como
contrapartida, ubica el acto de aceptar o no esa demanda de tratamiento.
En las entrevistas preliminares de un psicoanálisis, que en los dispositivos institucionales
suelen desarrollarse bajo el título de “Admisión”, la avaluación clínica constituye el punto de
partida de toda intervención e implica el encuentro de la persona (aún no un sujeto
analizable) y el analista (aún no su analista) para dar entrada a un tratamiento. El autor afirma
que “aceptar o rechazar esa demanda ya es un acto analítico”, que pone en juego la posición
ética del analista.En principio, a􀂿rma que, para la evaluación de los síntomas, la presunción
diagnóstica y la determinación de la estrategia clínica, la referencia al sujeto es ineludible, ya
que será en su propia palabra, en sus dichos, donde se podrá ubicar lo que le concierne.

Ormart, E (2013) El secreto profesional en psicología: aspectos deontológicos, legales y


clínicos.

Secreto profesional, partimos de la base de que dicho secreto es obligación del profesional y
es producto del respeto por el derecho a la intimidad del paciente. Al derecho a la intimidad
del paciente le corresponde el deber de confidencialidad del profesional.

En relación con el derecho a la intimidad, en Argentina se cuenta con el Art. 19 de la


Constitución Nacional y el Art. 1071 del Código Civil. En lo que respecta al deber de
confidencialidad, recibe tratamiento en el Art. 8 de la Ley de Ejercicio Profesional del
Psicólogo Nº 23277.

Art. 12 del Código de Ética del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires[E] se
sostiene que el deber de guardar el secreto profesional es absoluto. El profesional no
puede ser relevado del deber de confidencialidad ni siquiera por el paciente. La única causa
válida para levantar el secreto profesional consiste en que haya peligro de un grave riesgo
para el paciente o para terceros. Mientras que el Código de la American Psychological
Association, en el que se inspira el Código de Ética de la Asociación de Psicólogos de
Buenos Aires, sostiene que el psicólogo puede verse relevado del deber de confidencialidad si
el paciente lo autoriza. En el primer caso, el código avanza sobre la libertad otorgada al
profesional por el derecho positivo. Ya que el derecho prevé la posibilidad de levantar el
secreto profesional cuando el psicólogo evalúe que media justa causa. Y la causa justa no
tiene el mismo alcance que “el grave riesgo” para sí o para terceros.

27/10

Responsabilidad profesional: las perspectivas deontológica, jurídica y clínica Gabriela Z.


Salomone
Argentina, la Ley 23.277 describe tales actividades de la siguiente manera:
“ Artículo 2º: Se considera ejercicio profesional de la psicología, a los efectos de la presente
ley, la aplicación y/o indicación de teorías, métodos, recursos, procedimientos y/o técnicas
específicas en: a) El diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la personalidad, y la
recuperación, conservación y prevención de la salud mental de las personas. b) La enseñanza
y la investigación. c) El desempeño de cargos, funciones, comisiones o empleos por
designaciones de autoridades públicas, incluso nombramientos judiciales. d) La emisión,
evaluación, expedición, presentación de certificaciones, consultas, asesoramiento, estudios,
consejos, informes, dictámenes y peritajes.”

Los códigos deontológicos distinguen diversos aspectos de la responsabilidad del


psicólogo.Fundamentalmente, tal responsabilidad social se refiere a que “(…) Los psicólogos
ejercen su compromiso social a través del estudio de la realidad y promueven y/o facilitan el
desarrollo de leyes y políticas sociales que apunten, desde su especificidad profesional, a
crear condiciones que contribuyan al bienestar y desarrollo del individuo y de la comunidad.”

La responsabilidad profesional en el campo deontológico

En este campo, la responsabilidad profesional se dirime en términos de pautas deontológicas


y jurídicas que generan obligaciones, regulando la práctica profesional. El psicólogo debe
atender a las exigencias sociales y legales de la profesión, dirigiendo su práctica en función
de un sujeto de derecho. Los códigos deontológicos resguardan los derechos de las personas;
las normas protegen los derechos de aquéllos sobre los que se dirige la intervención
psicológica, estableciendo en coincidencia los deberes profesionales. Las normativas
deontológicas plasmadas en los códigos de ética profesional se organizan en relación a
diferentes temáticas (competencia, idoneidad, secreto profesional, investigación, docencia,
etc.), y se fundamentan en los principios generales establecidos por los propios códigos.
Así por ejemplo, el deber de consentimiento informado da cuenta del derecho de autonomía,
el deber de secreto profesional da cuenta del derecho a la confidencialidad, etcétera.
Asimismo, se presentan en los códigos deontológicos deberes y obligaciones en relación a la
competencia e idoneidad, a la capacitación adecuada para brindar la mejor atención, a la
formación permanente, la cual supone a su vez la actualización constante sobre los nuevos
desarrollos del estado del arte, a poner a disposición de la población.

Responsabilidad Profesional y Mala praxis

La mala praxis constituye un concepto jurídico referido fundamentalmente a las conductas


que ponen en riesgo o dañan directamente aquellos bienes jurídicos tutelados por las leyes y,
en consecuencia, también por las normas deontológico.Los bienes jurídicos no refieren
necesariamente a bienes materiales; por ejemplo, el deber de confidencialidad, de
consentimiento informado, las regulaciones respecto de las transgresiones de los límites
profesionales, etc. tienden al resguardo de los derechos a la intimidad, autonomía,
autodeterminación, respectivamente.

Ciertamente, la responsabilidad considerada en el campo jurídico en términos de


responsabilidad civil y penal constituye una forma de responsabilidad individual:
La responsabilidad civil, consiste en la obligación que recae sobre una persona de reparar el
daño que ha causado a otro, sea en naturaleza o bien por un equivalente monetario (pago de
una indemnización).Artículo 1109 del Código Civil: “Todo el que ejecute un hecho que por
su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro esta obligado a la reparación del perjuicio”. Se
entiende que el profesional de la salud tiene una obligación de medios, no de resultados, y esa
obligación de medios implica poner toda su ciencia y todo su conocimiento al servicio de su
tarea, con el objetivo de mejorar la situación del sujeto implicado. Es decir que una mala
praxis se configurará respecto de aquellas acciones que conlleven el incumplimiento de esas
obligaciones.
Tal incumplimiento de las obligaciones puede resultar de un propósito deliberado (dolo) o
bien, por negligencia, imprudencia, impericia, o inobservancia de los reglamentos.

La Imprudencia es entendida como falta de tacto, de mesura, de cautela, falta de precaución,


de discernimiento y del buen juicio debidos por parte del profesional de la salud, lo cual lo
lleva a asumir riesgos innecesarios.

La Negligencia es entendida como la falta de cuidado y abandono de las pautas ya estudiadas,


probadas e indicadas de tratamiento. Es decir, se trata de la “…conducta del profesional
cuando, sabiendo y conociendo determinada terapéutica o procedimiento, no pone en práctica
con exactitud esa información y pericia y causa un perjuicio al paciente; también, cuando
deja de poner los medios usuales para llevar a cabo aquel patrón de conducta esperado
normalmente de un profesional.

La Impericia significa la falta o insuficiencia de conocimientos sobre los procedimientos


básicos o elementales para la atención de un caso, que se presumen y se consideran
adquiridos por la obtención del título profesional y el ejercicio de la profesión. Es un
elemento negativo (por ejemplo, equivocar un diagnóstico y basar el tratamiento sobre ese
diagnóstico errado).

La Inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo (apartamiento de la normativa


legal aplicable). Es también un hecho negativo que casi siempre es acompañado por una
actitud de indiferencia o de negación respecto de las disposiciones dictadas por una norma o
por un reglamento a cumplir.
Respecto de la responsabilidad penal, se debe tener en cuenta que la mala praxis no está
tipificada como delito. En cambio, sí se sancionan las consecuencias de una mala praxis, por
ejemplo, los homicidios o lesiones culposas. El artículo 84 del Código Penal Argentino
establece, que será reprimido con prisión de 5 a 10 años e inhabilitación especial en su caso,
por cinco a diez años, "el que por imprudencia, negligencia, impericia, en su arte o profesión
o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo, causare a otro la muerte".

Responsabilidad Profesional y dimensión clínica

Este término no se refiere exclusivamente al trabajo clínico (el ámbito de la psicoterapia, el


psicodiagnóstico, etc.), sino que, en sentido amplio, supone la referencia al campo de la
singularidad –específico de nuestra formación y práctica–, constituyendo un modo de lectura
y abordaje sustentado en la categoría de lo singular. Por el contrario, el campo normativo
configurado sobre una lógica de lo general recorta los problemas desde una perspectiva
particular. Una noción de ética profesional que contemple estos dos campos, el
deontológico-jurídico y la dimensión clínica, permite establecer una noción de
responsabilidad profesional que, aunque más compleja, apunta más nítidamente al corazón de
nuestra práctica. Campo normativo y dimensión clínica dan cuenta de diferentes aspectos de
la responsabilidad profesional. Mientras el campo normativo se fundamenta en el sujeto del
derecho, la dimensión clínica nos ubica frente al sujeto del sufrimiento psíquico, y la
responsabilidad profesional nos compele a decisiones que tengan en cuenta ambas
dimensiones.

Barbesi Beatriz
Ética de la relaciones profesional

Psicoética
La psicoetica es un término que está defininiendo un espacio, donde a través de la reflexión,
se intenta responder a conflictos éticos que propone el ejercicio de las profesiones de la
psicología y la psiquiatría.
Franca Tarragó, aclara que el término de psicoetica es muy diferente al de deontología. Esta
última se ocupa de los deberes profesionales, mientras que la psicoética abarca la relación
que se establece entre el profesional y el solicitante.
Deontología profesional
Algunas características que definen a una profesión son las siguientes: El lugar que ocupa el
profesional dentro de la sociedad( responsabilidad). Las instituciones formales para transmitir
conocimientos y actualizarse. Cuenta con códigos de ética profesional. Los deberes que
integran los codigos etica (deontologia) se constituyen en leyes de ejercicio profesional. Esas
leyes están subordinadas a leyes superiores (codigos, reglamentos pertenecientes al colegio
profesional). Códigos, siendo estos un cuerpo de leyes que forman un sistema de legislación.
Muchos codigos se denominan deontológicos porque se sostienen en una declaración de
deberes. El código de ética profesional, es un sistema de normativo organizado de modo de
considerar las responsabilidades y obligaciones que se le imponen al profesional. De este
modo se garantiza la forma de proceder que la sociedad aprueba, por ser coherente con la
moral social vigente.

Código de ética

Sistema normativo organizado de modo de considerar las responsabilidades y obligaciones


que se le imponen al profesional.
➢ Se caracterizan por:
● Expresan los valores éticos que deben respetarse en las relaciones que el/la profesional
establezcan en la actividad profesional.
● Sus normas tienen carácter:
○ Universal: se extienden a todos/as los/las profesionales pertenecientes a ese Colegio o
institución
○ Obligatorio: deben cumplirse obligatoriamente
○ No absoluto: frente a situaciones que por su excepcionalidad levantan la obligación, en
resguardo de un bien mayor.
○ Prima facie: deben cumplirse “a menos que”
se estructura
➢ Se estructuran:
● Introducción
● Preámbulo: se establecen los principios generales básicos para el adecuado
desempeño profesional.
● Declaración de principios:
■ Respeto por los derechos y dignidad de las personas ■ Competencia ■ Compromiso
profesional y científico ■ Integridad ■ Responsabilidad social
● Normas deontológicas:
■ Consentimiento informado ■ Secreto profesional ■ Responsabilidad en las relaciones
profesionales ■ Docencia ■ Declaraciones públicas

Código de ética Neuquen

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