Conociendo las fuentes históricas.

Se suele decir que el trabajo de un historiador es como el de un detective, pues debe recoger todas las pistas
que pueda para saber lo que sucedió en el pasado. Estas pistas se clasifican en varios tipos:
*Orales: Testimonios de los testigos.
*Iconográficas: fotos, vídeos, películas, pinturas.
*Materiales: todos los objetos que se pueden encontrar como vasijas, tejidos, etc.
*Escritas: documentos, periódicos, novelas, etc.

Es el momento de que te pongas en la piel de un investigador del pasado e indagues un poco sobre tu propia
infancia. Comienza porel primer tipo de pistas, haciendo preguntas a quienes te conocieron de pequeño, tus
padres, tíos y abuelos.

1. ¿Qué juguetes tenías a los 3 años? ¿Cuál de ellos era tu favorito?

2. ¿Cómo vestías con esa edad?
3. ¿Cuáles fueron tus primeras palabras?
4. ¿Qué anécdotas recuerdan?
Ya sabes que un historiador debe contrastar y verificar los datos que obtiene. Busca fotos de cuando eras
pequeño y comprueba si en ellas estás con la ropa y los juguetes que han descrito tus familiares. Puedes sacar
más datos de las fotos, por ejemplo, tu aspecto y el de tus padres, los cambios de vuestro lugar de residencia,
etc.
El tercer paso son las pistas materiales. ¿Guardas tus juguetes de cuando eras pequeño? ¿Tu ropa? Es hora
de comprobar si las fotos y los relatos concuerdan con lo que has guardado todos estos años. Es el momento
de que describas con tus propias palabras los objetos que tienes delante: ¿de qué están hechos? ¿qué forma
tienen? ¿sus colores? etc.
Finalmente, debes recurrir a comprobar algunos datos con documentos escritos. Todas las familias en
España tienen un documento donde se recogen datos de quienes las forman. Comprueba tus datos y quién
más aparece en él.
Seguro que has podido acceder a un montón de información que no conocías. Reflexiona un poco sobre la
actividad y comenta aquello que más te ha gustado o sorprendido. Ahora probablemente comprendes mejor el
valor de las fuentes históricas y los distintos tipos que hay.

Selecciona las fuentes históricas más adecuadas para recoger la información:

Murallas, casas, plazas, escuelas, fábricas o talleres, museos,

Edificios y otros
vestigios “civiles”
Edificios religiosos
Fuentes orales
Fuentes escritas
Imágenes
Objetos
monumentos, restos arqueológicos u otros.
Monumentos, ermitas, catedrales, iglesias.
Relatos, leyendas, canciones, narraciones de personas con años en
la comunidad.
Documentos como ser: crónicas, cartas, biografías, archivos
históricos, actas de nacimiento, fe de bautismo, otros.
Fotografías, reproducciones artísticas, dibujos, grabados.
Herramientas, objetos de uso doméstico, vestidos, juguetes,
adornos, vehículos.
Seleccionen del cuadro anterior las fuentes más
adecuadas para conocer la historia de la
localidad.

Indaguen cuáles son accesibles en el lugar

donde viven.

Cada grupo podrá tomar diferentes fuentes

para trabajar.

Reparten las tareas para que no se

superpongan.

¡Manos a la obra!