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La evaluación; un proceso que involucra a todos los

actores institucionales.
Enfoque orientador y contexto áulico de la EPJA N°4 “ALEJANDRO CARBÓ”

La EPJA Nº 4 “Alejandro Carbó”, se estructura con una Dirección y tres secciones A,


B y C desde marzo de 2019 la Sede de la Institución funciona en el edificio perteneciente a
la Escuela Primaria N° 3 “Domingo French”.
Las secciones ocupan espacios cedidos por diferentes organizaciones, siendo la Escuela
Primaria Nº 3 “Domingo French” el área de la Dirección y la sección A, la Iglesia Cristiana
Evangélica el área de la Sección B y la sección C se distribuye entre Capilla Santa Rita y
Salón Comunitario “El Eucaliptal”, siendo los turnos de las mismas Nocturno, Tarde y
Mañana, respectivamente.
Los alumnos que transitan dichas aulas son estudiantes con trayectorias escolares
intermitentes, tanto personas alfabetizadas, como no alfabetizadas, ya sea por razones
familiares como así también algunos presentan dificultades cognitivas diagnosticadas y
otros no tienen diagnóstico alguno porque no han sido diagnosticados, se cuenta con
educandos que vienen procedentes de escuelas especiales como la escuela Nº 6 “Mi
estrellita guía” o la escuela especial Nº 23 “Luisa Garnier”. Así es como existen multiplicidad
de trayectorias que deben ser atendidas al momento de evaluar, y esta evaluación no debe
ser un mero número sino que debe ser el producto resultante de una mirada integral que
atienda a cada una de las trayectorias con la que traen y construyen los estudiantes de la
EPJA Nº4.
De antemano se debe tomar a la evaluación como un “proceso” que se encuentra
ligado estrechamente a las trayectorias escolares, en ese marco, se dice que es formativa,
permitiendo, entre otras cosas, poder realizar una observación más minuciosa de la
situación general y particular de los estudiantes.
Desde esta perspectiva, se conoce que evaluar, permite en primera instancia,
fortalecer las prácticas pedagógicas/didácticas en función de lo que se pretende enseñar,
atendiendo al cómo y enfocando hacia las mejores estrategias para cada alumno. Teniendo
en cuenta el contexto de la modalidad de Jóvenes y Adultos, evaluar es un proceso que
demanda un esfuerzo coordinado y colaborativo entre los partícipes del mismo. Es
fundamental delinear los contenidos a desarrollar en cada módulo, estos deben ser
significativos, es decir, que abarque la dimensión emocional y motivacional, permitiendo que
el estudiante los integre a sus habilidades y conocimientos previos. Para ello, la
flexibilización de contenidos, permite jerarquizar las capacidades que se proponen
desarrollar y construir en el proceso de aprendizaje, respetando los tiempos en función de
las necesidades individuales y del grupo.
La evaluación de la trayectoria escolar, recupera las experiencias personales de
cada alumno, generando una retroalimentación en el quehacer diario, donde se valora la
oralidad como recurso orientador, motivando la búsqueda de respuestas, guiando en la
interacción con el conocimiento.
Las evidencias empleadas son los registros diarios, con los cuáles se da cuenta de
apreciaciones de índole cualitativas (avances, dificultades, actitudes), Otra característica de
la evaluación es su esencia multirreferenciada ya que permite visualizar aportes,
compartiendo de esa manera las responsabilidades en las diversas acciones.
Desde la supervisión, directivos, colectivo docente, instituciones de apoyo,
profesionales particulares y familias, es fundamental la construcción de puentes que
unifiquen y multipliquen las experiencias, siendo esto también, parte de la evaluación.
En cuanto a las interrupciones durante los procesos de aprendizajes, se podrá
mencionar las inasistencias, las cuales muchas veces son propias de su contexto socio-
familiar, y con las que a diario se encuentran elaborando estrategias, como ser, trabajos
prácticos a realizar desde la casa, desarrollo de actividades con material concreto, recursos
audiovisuales, entre otros, intentando revertir esta realidad que suscita a la modalidad y la
época actual diversificada y cambiante. También, hay ocasiones, en las cuales se realiza la
retoma de los contenidos cuando el o la alumna regresa a clases, en ese caso, se pone
énfasis en buscar estrategias para que no se produzca un desfasaje entre lo que ya ha
aprendido y lo que debe seguir trabajando.

En lo que respecta a las “capacidades modulares” propuestas en los lineamientos


del DC de Jóvenes y Adultos, se considera que son amplias y elevadas para los alumnos de
las aulas antes mencionadas , ya que necesitaran un andamiaje constante que les permita
abordarlos. Se considera a la evaluación como un trayecto que reivindica las
individualidades escolares, que necesariamente serán atravesadas por el contexto donde
se desenvuelven los alumnos, atendiendo a lo planteado anteriormente.

Narrativa de los procesos de evaluación


La evaluación debe ser formativa, y es la que posibilitará observar los procesos de
los estudiantes, desde seguir sosteniendo los mismos y mejorar otros aspectos. No sólo se
pretende evaluar el aprendizaje sino también la enseñanza. Siempre se está evaluando,
desde una perspectiva integral, inclusiva, procesual, donde se requiere superar la idea de
evaluación como acreditación de saberes.
Se evalúan los procesos de aprendizajes, en función de lo que se puede enseñar,
enmarcados desde los contenidos mínimos prescritos para el ciclo, módulo y desde el
campo de contenido que corresponde, articulando con otros campos de contenidos, sin
forzar los mismos.
Se evalúan los logros en relación a los saberes y competencias que se pretenden en
las propuestas pedagógicas, a las condiciones de cada estudiante y las posibilidades de
resolución de las mismas. Los procesos a través de los cuales llegaron a los mismos,
además de otros logros no previstos que fueron alcanzados, ya que hay alumnos que no se
limitan a cumplir las consignas, sino que las actividades los motivan a nuevas búsquedas o
respuestas, que también son parte importante de sus aprendizajes. Retomando los saberes
previos, en la oralidad también se pretende visualizar que lo que aprendió el alumno y que
es lo que le falta aprender o no comprendió para llegar a acercarse a las capacidades
esperables propuestas.
Desde la enseñanza se evalúan, los contenidos seleccionados, los modos en que se
enseña, las características de cada grupo varían por lo cual la metodología también debe
acompañar estos cambios. Los tiempos también juegan un rol preponderante y en ciertas
ocasiones, interfieren quizás lo que se planifica para una clase, puede ocurrir que por
motivos externos no se desarrolle la clase tal cual estaba prevista y tenga que modificarse
en función de otras necesidades que surjan y se deba reemplazar por otra diferente, más
motivadora o de acuerdo a lo que se requiere en ese momento.
Las evidencias que se utilizan son valoraciones que estimulan el proceso de los
aprendizajes, realizando registros diarios con apreciaciones cualitativas (avances,
dificultades, actitudes, cumplimientos).
La evaluación es multirreferenciada porque debe integrar los aportes de quienes
tienen la responsabilidad de la educación escolar de los estudiantes (supervisores,
directivos, colectivo docente, instituciones de apoyo, profesionales particulares, familias).
Las interrupciones durante los procesos de aprendizajes teniendo en cuenta la
biografía de cada estudiante son las inasistencias reiteradas por la que no logran la
continuidad pedagógica necesaria para apropiarse del aprendizaje, se dieron por el mismo
contexto social –familiar del estudiante, para acompañar estas trayectorias se propone
retomar los saberes, explicaciones individualizadas, flexibilizar los tiempos de cada uno.

Resumiendo, la EVALUACIÓN en la modalidad de Jóvenes y Adultos debe ser


entendida como un PROCESO INACABADO que atiende y responde a las necesidades y
capacidades de los alumnos que recorren los espacios áulicos. Dando así respuesta a la
multiplicidad de trayectorias escolares de los sujetos pedagógicos a quienes va dirigida la
enseñanza en cooperación con los equipos directivos y todos los integrantes de la
institución educativa que los contiene y busca brindar diferentes herramientas para su
formación integral como sujeto democrático que apunten a la construcción de la ciudadanía.
En cuanto los núcleos conceptuales que consideramos prioritarios, debemos reveer
aquellos en donde trabajamos con los alumnos y las alumnas la participación cuestiones
como la participación ciudadana y la construcción de identidades, además de la vida
cotidiana y la vida en comunidad.
Los docentes revisamos y reveemos constantemente en nuestras prácticas las
características metodológicas que utilizamos en nuestras clases diarias, todo esto
delimitado por las características propias de cada grupo en el que trabajamos y la época en
la que nos encontremos.
El trabajo articulado con los diferentes docentes en la institución es realizada
permanentemente por todos los actores de la misma. Ciertamente siempre hay aspectos
para mejorar y a medida que van transcurriendo los diferentes momentos y grupos áulico,
está búsqueda es moneda corriente.

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