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Universidad Francisco de Vitoria

Derecho y Criminología
Estructura Social

Estructura Social y control de la


Delincuencia
Apuntes

Universidad Francisco de Vitoria


Facultad de Derecho, Empresa y Gobierno
4º Derecho y Criminología

Ángela Escudero Herranz

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Universidad Francisco de Vitoria
Derecho y Criminología
Estructura Social

Estructura Social y Control de la Delincuencia

ÍNDICE

TEMA 1. EL CONTROL SOCIAL COMO OBEJTO DE LA CRIMINOLOGÍA (pág. 4-9)

1. INTRODUCCIÓN
2. EL CONTROL SOCIAL COMO SABER NORMATIVO
2.1. Controles Sociales Formales e Informales
a. Control social Formal
b. Control social Informal
3. LA CRIMINOLOGÍA COMO SABER EMPÍRICO
3.1. La aportación de la Criminología (saber empírico)
3.2. Teorías Criminológicas
• Teoría del Control Social

TEMA 2. LAS TEORÍAS SOCIALES (pág. 10-14)

1. LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE SOCIAL


• La asociación con iguales delincuentes
• Modelo de estructura social
2. LAS TEORÍAS DE LA AMOMIA
• Valoración critica de la Teoría de la Anomia
3. TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS DE LA FRUSTRACIÓN (DURKHEIM)
• Teoría general de la frustración
• Valoración critica de la teoría de la frustración

TEMA 3. TEORÍAS DEL CONTROL SOCIAL (pág. 15-20)

1. LA MODERNA SOCIOLOGÍA CRIMINAL


2. TEORÍAS DEL CONTROL Y DE LA DESORGANIZACIÓN SOCIAL
2.1. Teoría del control social
2.2. Teoría de la desorganización social
3. TEORÍA ECOLÓGICA CONTEMPORÁNEA
4. TEORÍA DE LA EFICACIA COLECTIVA

TEMA 4. TEORÍA DEL ETIQUETAMIENTO (pág. 21-25)

1. INTRODUCCIÓN A LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA


2. LABELLING APPROACH
3. DESARROLLOS RECIENTES. VALORACIÓN CRÍTICA

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TEMA 5. TEORÍAS INTEGRADORAS (pág. 26-30)

1. TEORÍAS INTEGRADAS
2. MODELO MODIFICADO DEL CONTROL SOCIAL – DESORGANIZACION
SOCIAL
3. TEORÍA GENERAL INTEGRADA
4. TEORÍA DE LA ACCIÓN SITUACIONAL

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ESTRUCTURA SOCIAL Y CONTROL DE LA DELINCUENCIA

TEMA 1. El control social como objeto de la criminología

1. INTRODUCCIÓN
Las dos formas básicas de conocimiento son el saber normativo y el saber empírico. De modo que
trataremos de entender que el saber criminológico de los protagonistas de los conflictos
sociales se constituye en saber normativo y saber empírico.

La criminalidad y la relación social es el binomio que nos da la idea básica de lo que es la


Estructura Social y Control del Delito. Evidentemente, el delito es una realidad social y la
criminalidad y las formas de reacción ante la misma.

Los grupos humanos se rigen básicamente por normas sociales, jurídicas, de usos y
costumbres o normas consuetudinarias y la infracción de estas normas provoca la reacción del
grupo, reacción que puede ser más o menos severa acorde con el grado de quebrantamiento o
lesión de la norma que se trate, o con el grado de disconformidad con ella que el infractor
manifieste. Los grupos humanos, y por consiguiente las sociedades complejamente organizadas
y civilizadas, tratan, por razones de conservación y supervivencia, de transmitir los valores que
las sostiene, inculcar su respeto y defenderlos. Por ejemplo, el Derecho, y más específico el
Derecho Penal, es uno de sus medios de protección.

La experiencia histórica habida hasta el momento demuestra que la solución de un conflicto,


sobre todo los originados por las formas de comportamiento que más gravemente
cuestionan la convivencia como son los conflictos criminales, casi siempre se lleva a cabo a
través de la represión o el sacrificio de intereses de alguna de las partes, en beneficio de la
salvaguarda de la otra.

Tener que admitir una solución represiva, es decir, que se impone o pueda imponerse
coercitivamente, a la mayoría de los conflictos sociales no quiere decir que la solución sea
arbitraria o producto de la ley del más fuerte. Por tanto, en algún momento se hace necesaria la
regulación objetiva del conflicto, es decir la creación de las normas, que no solo sirven de
orientación, sino también de modo vinculante para la solución.

Como sabemos que conjuntamente con el delito, el delincuente, la víctima, el control social del
comportamiento desviado, es uno de los objetos de estudio de la Criminología, por tanto, es
necesario su estudio y tratamiento, aunque en este caso que nos ocupa, nos dedicaremos más
adelante a las Teorías Criminológicas que se encargan del Control Social o más bien que se
relacionan con el Control Social.

2. EL CONTROL SOCIAL. COMO SABER NORMATIVO


Los grupos humanos por su propia naturaleza tratan de transmitir valores mediante sus sociedades
complejamente organizadas y civilizadas. De esta forma, conservan o tratan de mantener la
supervivencia, el respeto y protección, mediante normas.

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Es el control social el encargado de crear el grado de conformidad y respeto, con relación a


los valores y bienes, considerados necesarios para la convivencia social, o muy convenientes
y tan relevantes que algunos están penalmente protegidos, para evitar su agresión o reducir ésta a
un nivel socialmente tolerable. Es decir, los grupos humanos ejercen de forma inevitable un
control social con relación a la conducta de sus integrantes.

La vida social entraña la correspondiente reacción social frente a comportamientos que se


consideran desviados, nocivos para la comunidad.

El control social en este caso equivaldría a fiscalización, intervención, dominio, mandato, sobre
un grupo o grupos de personas, sobre sus ideas, creencias, sobre su actividad e interactividad.
Entre otras cosas, el control social perpetúa el proceso de socialización y tiende a mantener
la cohesión del agrupamiento y el orden social.

El control del delito decía Kaiser, se diferencia del control social porque se limita por sus fines
y empleo a la protección y represión de delitos. En cambio, el control social se refiere a aquellos
mecanismos mediante los cuales la sociedad ejerce dominio sobre individuos que la
componen, consiguiendo que estos obedezcan y respeten las normas. Por esto es el elemento
básico en todos los procesos de integración social.

• Control social y la prevención del delito

La prevención del delito se sitúa en el marco de las actividades sociales encaminadas a


educar al individuo para su integración en la sociedad (socialización), haciéndole asumir los
criterios y exigencias sociales, tanto en el plano de las conductas que se esperan de él como de
los valores culturales circundantes. La socialización del individuo se produce cuando éste
interioriza las normas y expectativas de la comunidad, sin perjuicio del desarrollo de las peculiares
características de cada personalidad en el marco del entorno social y cultural dado previamente.

El individuo socializado ejercerá un proceso de autocontrol sobre sí mismo para no


defraudar las expectativas sociales. Además, la sociedad ejercerá un control informal de la
conducta de sus ciudadanos a través de todas las instituciones (familia, escuelas, asilos,
hospitales, lugares de trabajo, comunidades religiosas, sindicatos, asociaciones deportivas,
reaccionando con reproche ante la infracción de las normas generales, imponiendo sanciones de
diversa índole o expulsando al rebelde. (Control Social informal) normas sociales
generalmente.

En el último escalón se sitúa el control formalizado del Estado, a través de las autoridades que
encarnan los poderes políticos (legislador, jueces, Gobierno y Administración), que imponen
sanciones privativas de derechos en el marco procesal y ejecutivo establecido por las mismas
normas jurídicas. (Control Social formal).

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2.1. Controles sociales formales e informales

a) Control social formal


Este compuesto por procedimientos automáticos que descansan en normas jurídicas
principalmente la ley penal. También, en normas sociales como la convivencia, que terminan
regulándose en normas legales como el sistema educativo.

El Derecho, a diferencia de otras instancias de control y solución de conflictos, es una forma de


control altamente formalizada; de allí el nombre de control social formal, y sólo permite la
solución que previamente esté prescrita. Es decir, sólo a través de normas previamente
existentes, creadas por las diferentes instancias que tienen poder para ello, interpretadas en
sede teórica por la llamada ciencia del Derecho Penal y aplicadas en la práctica por los
tribunales de justicia mediante el Derecho Procesal.

b) Control social informal


Son muy importantes por su carácter informal, consisten en la aprobación o desaprobación
de un comportamiento por parte de distintos grupos sociales. Utilizan el reproche o sanción
social.

En esto es importante el papel de la familia, los amigos, la clase social, la escuela, la religión,
la prensa. Esto pertenecería al saber normativo, pero, específicamente a las normas sociales y no
normas jurídicas necesariamente.

Lo importante de todo esto para conocer bien y adecuadamente la estructura social del
delito, es que con independencia del saber normativo debemos dominar y de hecho es
imprescindible el llamado saber empírico, es básico para el conocimiento de la realidad que
nos brinda la sociología, la economía, la psicología y cualquiera de las ciencias de carácter no
jurídico y que se ocupe de estudiar la realidad del comportamiento del ser humano en sociedad.
Pues bien, en esta asignatura es importante la confluencia de ambos saberes, tanto el normativo
como el empírico, y para ello contamos con una ciencia empírica y además multidisciplinaria y
es la Criminología.

3. LA CRIMINOLOGÍA COMO SABER EMPÍRICO


El saber empírico

Es absolutamente necesario para el control y prevención de la delincuencia contar con la


Criminología y las Teorías Criminológicas que son el punto de partida de la investigación
nos oferta o nos ofrece explicaciones, precisamente por la explicación de la etiología del y
controlar delito, es decir las causas del delito algo que no podemos encontrar en el Derecho
Penal. Las teorías criminológicas están íntimamente relaciona con la ciencia. Para ello la
Criminología tiene su objeto que parte de la criminalidad, el delito, y la conducta desviada y, es
más: Es una ciencia empírica multidisciplinar que se encarga del estudio del delincuente, el delito,
la víctima y del comportamiento social desviado.

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3.1. La aportación de la Criminología (saber empírico)

La Criminología por la propia naturaleza de su objeto de tratar el delito, el delincuente, la víctima


y el control social del comportamiento desviado y las exigencias para reducir el delito y prevenirlo
juega un papel determinante en este respecto a otras ciencias sociales.

Cuando se escribe sobre teorías criminológicas muchos critican que las teorías no parecen aportar
soluciones concretas. Sin embargo, una subvaloración de las teorías criminológicas puede estar
dada en que esas teorías se desarrollan o deben desarrollarse en la práctica.

Como dice un viejo aforismo: No hay nada más práctico que una buena teoría, y otra exclamación
que algunos neófitos o desconocedores de esta ciencia; de que no se haga teoría que la
Criminología se concentre en diseñar políticas de privación y campañas de prevención del delito.

No saben que “Todas las teorías criminológicas son también teorías de la prevención del delito”.

La Criminología tiene la profunda pretensión de servir para prevenir y controlar el delito y


para eso los criminólogos se valen de las teorías globales de la criminalidad. Los estudios
referidos a delitos concretos y las investigaciones relativas a los diversos agentes e instituciones
existentes tienen como función directa o colateral la prevención del delito.

La tarea de Prevención de la Criminalidad puede desarrollarse en múltiples instituciones. De


hecho, se distingue de una prevención primaria una secundaria y una terciaria. Además,
atendiendo a las distintas estrategias de prevención, éstas pueden desarrollarse por instituciones
públicas o privadas, ayuntamientos, centros policiales, escuelas e institutos de enseñanza.

Por otra parte, la Criminología es de utilidad para el Sistema Penal donde se pueden distinguir
distintas áreas donde las investigaciones criminológicas pueden ser de utilidad. Con razón decían
los criminólogos Bettini y Ponti: En una sociedad se da tanta mayor criminalidad y desviación
cuanto mayor es el vacío de valores o cuanto más prevalezcan los grupos sociales negativos.

Por lo antes expuesto, es obvio la necesidad de que la Criminología se preocupe por estudiar
el control social. Influye notablemente en la prevención y tratamiento de la Delincuencia y
en la lucha contra el Delito.

La Criminología debe orientar a los poseedores de los controles sociales (formal e informal)
conforme a los factores de integración social y acorde con el respeto a la libertad personal, el
principio de igualdad, para potenciarlos en detectar las disfunciones sociales. Y, en su caso, poder
atenuarlas o neutralizarlas en lo posible.

TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS (3.2.)

El aporte más importante de la Criminología como ciencia empírica son las mencionadas
Teorías Criminológicas y como hemos desarrollado antes, estas teorías contienen ideas

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encaminadas a la prevención del delito y además están sujetas a su valoración empírica. Por
tanto, las teorías tienen gran relevancia para la Criminología y veremos a lo largo de la asignatura
el desarrollo y estudio de diferentes teorías.

Si partimos de su concepto las teorías son un conjunto de hipótesis o conjeturas organizadas


más o menos sistemáticamente que pueden someterse a contrastación mediante la
observación de hechos empíricos. La aspiración de una Teoría es explicar, dentro de su marco
de estudio, cuantos más fenómenos mejor -en nuestro ámbito el delito y los fenómenos
relacionados con el mismo- y de la manera más precisa, completa y a la vez lo más sencilla
posible. En este sentido existen teorías más o menos acabadas según se acerquen a dicho fin. Por
tanto, el desarrollo de las teorías en más o menos variable.

➢ Las teorías del control social


Las teorías del control social son teorías de naturaleza sociológica; muchas de ellas son
desarrolladas para y en el ámbito criminológico. Como, por ejemplo, la Teoría de la
Desorganización Social. Está claro que la Criminología es una ciencia empírica y
multidisciplinar y se sustenta sobre hipótesis expuestas en diferentes teorías que pueden ser
aceptadas o refutadas.

Algunas importantes orientaciones criminológicas sugieren que la teoría no es necesaria. Otras


mantienen que sería suficiente con niveles moderados de teorías.

Pero como se trata de una ciencia y la reacción entre teoría e investigación se hace básica y
compleja, por tanto, en esta introducción consideramos y se considera por parte de la
doctrina dominante, que la teoría tiene un papel crucial en la Criminología, que ya veremos
más adelante cuando estudiemos las teorías del Control Social.

Las teorías del control social en realidad tienen una rancia tradición. Se puede remontar a
Durkheim. Émile Durkheim, considerado el padre de la Sociología, porque estableció la
Sociología como ciencia. Debemos saber que este sociólogo estableció que el “hecho social”
tiene una fuerte capacidad de coerción y de sujeción respecto al individuo y sabemos que el
delito es en realidad una especie de hecho social.

Las teorías del control social básicamente están fundamentadas en que las personas tienen
tendencia a delinquir, que se consumará salvo que exista alguna razón que se lo impida,
motivos precisamente que tiene la naturaleza de los controles sociales informales. Dado que
la tendencia a la desviación y al delito es problemática, la pregunta, pues, no es por que delinquen,
sino porque no delinquimos.

La Criminología no puede fijarse solamente en quienes delinquen y sus causas, sino también
en aquellos aspectos del proceso de socialización que permite a las personas, incluso en áreas
de mayor delincuencia, interiorizar actitudes y patrones de comportamiento no desviados.

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Las teorías criminológicas de los años 50 se encontraban dominadas por el hallazgo de que la
delincuencia se centraba en determinadas áreas de la ciudad, es la idea de la Teoría de la
Desorganización Social, vinculadas a las teorías culturales y subculturales como la de la
frustración.

Por esto los criminólogos y sociólogos se preguntan: por qué hay determinados chicos que
viviendo en zonas que parecen ser criminógenas no delinquen. Es el caso del “buen” chico que se
ha criado en un área de alta delincuencia. La propia respuesta de este ejemplo de por qué no
delinque. Es una teoría del control social. Es decir, para las teorías del Control Social los controles
que impiden que el chico caiga en el delito pueden ser internos o externos:
• Factor interno: puede estar dado en el buen concepto de lo que es correcto o no, la
creencia y respeto a las normas y un autocontrol alto;
• Factor externo: es decir lo externo, está sin dudas en la educación recibida y por la
familia, en la vigilancia de ésta, en la escuela, en los compañeros de juegos y de estudios,
el llamado grupo primario.

De hecho, algunos autores como Recklees afirman que cuando los jóvenes tienen un concepto
socialmente aceptable y seguro, que no se ven así mismos cometiendo delitos e incluso
algunos comportamientos desviados, se autoprotegen en ambientes francamente
criminógenos como las áreas de delincuentes.

En realidad, el seguimiento y efectividad de estos controles lo desempeñan el papel decisivo de


la familia y en este factor han puesto la mira los sucesivos investigadores en nuestro país García
Pablos, en el caso del estadounidense Travis Hirschi, las causas de la no delincuencia,
preguntándose la causa de la no delincuencia.

Incluso el estudio de Hirschi, resume los mecanismos de prevención de la familia de la siguiente


manera:
a. Mediante una correcta educación, la familia puede enseñar autocontrol a los hijos.
b. Restricciones en determinadas actividades de los hijos, vigilándolos y preocupándose
dónde están y con quién están.
c. Fomentando el cariño, el respeto o la dependencia entre sí de los miembros de la familia.
d. Vigilando la casa frente a posibles peligros y protegiendo a los miembros de la familia de
posibles agresores o simplemente de malas compañías.
e. Cuidando y preocupándose por los miembros de la familia garantizando la convivencia
familiar y garantizando un buen comportamiento.

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TEMA 2. Teorías sociales

1. LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE SOCIAL: origen contemporáneo

Respecto al origen de las teorías contemporáneas del aprendizaje social, debemos comenzar por
Edwin Sutherland, conocido sociólogo norteamericano que sobradamente reconocido en el campo
de la Criminología y que en su momento (años 50) propuso la Teoría de la Asociación
Diferencial.

Esta teoría desarrolla una idea muy sencilla: la del efecto criminógeno de las malas compañías.
Esta explicación del delito ha mantenido una gran influencia en la Criminología. De hecho, ha
sido objeto de análisis empíricos, mucho de los cuales han encontrado apoyo en extensiones y
propuestas de las teorías integradas.

La Teoría de la Asociación Diferencial, en su formación originaria, tenía dos dificultades


básicas. Por supuesto, esta teoría recibió otras críticas, pero estas dos dificultades son las más
notables:
a) En primer lugar, era demasiado imprecisa y no era fácil de testar empíricamente.
b) En segundo lugar, para Sutherland el delito es un tipo de conducta que, como cualquier
otra, se aprende. Sin embargo, el autor no explicaba cómo operaba el aprendizaje, es decir,
cómo se aprendía la conducta.

Entonces es que surge la moderna Teoría del Aprendizaje Social propuesta por Ronald L. Akers
(en los años 60, conjuntamente con Burgess revisaron la teoría de Sutherland del Aprendizaje
Social y la sustentaban en el aprendizaje observacional). De modo que este criminólogo de la
Universidad de la Florida E.U. lo que hizo fue mejorar la teoría introduciendo avances a los que
su creador no tuvo acceso, y su fuente principal fue el conductismo. Esta corriente pone énfasis
en que el comportamiento es una respuesta a estímulos, estímulos que pueden proceder del
propio individuo o del entorno.

De allí surge la Teoría del Aprendizaje Social que representaba Albert BANDURA y explica la
conducta humana en los siguientes términos: Consiste en una interpretación reciproca y continua
entre los determinantes cognoscitivos y los comportamientos ambientales. En resumen, plantea
esta teoría de tres factores concatenados: Comportamiento + factores personales + factores
ambientales (el entorno). Esta versión por así decirlo de la teoría del aprendizaje social del
Psicólogo Canadiense-americano, que se apoya en la idea de que los niños aprenden en los
entornos sociales por medio de la observación y la imitación del comportamiento que vieron y él
lo resume en tres fases: Atención, reproducción y motivación.

Por ejemplo: los sujetos tendrán que repetir las conductas que han producido resultados
beneficiosos para ellos. El niño que estudia recibe un estímulo un premio. Y, por otra parte, el
niño que se porta mal y es castigado tenderá en general a portarse mejor.

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• La asociación con iguales delincuentes

Como ya sabemos, uno de los correlatos más importantes del delito es la asociación con iguales
delincuentes. La investigación criminológica ha destacado que los jóvenes delincuentes
suelen tener amigos o iguales que son delincuentes y pasan mucho tiempo con ellos. Y más
si suelen delinquir en su compañía.

Esta tendencia se encuentra también en los adultos, en el caso de los jóvenes suelen pasar más
tiempo en compañía de sus iguales y también tienden a hacer todas las cosas juntos. Las llamadas
bandas no exclusivamente suelen estar formadas por jóvenes. Con el paso del tiempo las personas
adultas tienden a estar menos tiempo en compañía de sus amigos, en este caso de sus amigos
delincuentes, porque también se van dando cuenta de que compartir el hecho criminal con ellos
conlleva desventajas.

Por ejemplo, que el compañero sea detenido y delate. Este último razonamiento es especialmente
coherente con la Teoría del Aprendizaje Social.

Es el caso de la coparticipación delictiva. Se refiere al hecho de delinquir en compañía de otros


individuos, repetimos, desde el punto de vista socio criminológico, los jóvenes tienden a hacerlo
mucho más que los adultos y esto es una característica que se tiene en cuenta para el estudio
de la delincuencia juvenil. Ello puede conllevar a consecuencias muy importantes como han
destacado algunos criminólogos. Si cada vez que un grupo de jóvenes comete un hecho delictivo
se detienen a varios de ellos, es posible que así se exagere la correlación entre edad y delito.Es
posible que determinados delincuentes juveniles especialmente peligrosos empujen a otros al
delito.

El hecho de delinquir en grupo, en vez de hacerlo en solitario, puede estar relacionado con
cometer más delitos y tender a desarrollar carreras delictivas más dilatadas y activas. De
hecho, los que delinquen en grupos suelen ser más peligrosos que los que delinquen en solitario,
pudiendo empujar a otros al delito. Por tanto, así lo contempla el Derecho Penal en sus tipos
penales agravados, con más merecimiento de penas. Ej.: Art 180.2 CP.

La codelincuencia en edades tempranas puede interrelacionar con figuras tradicionales del


paradigma de las carreras criminales (inicio de la carrera delictiva a tempranas edades). Un
ejemplo actual puede ser el caso de la manada.

La modalidad de esta teoría desarrollada por Akers. De la teoría del aprendizaje, es la más
conocida en la Criminología y asegura que en la delincuencia intervienen variables que
motivan que incitan al delito y variables que controlan, que previenen el mismo; la posibilidad
de que el comportamiento sea criminal o respetuoso con las normas es una función de equilibrio
de estas influencias sobre el comportamiento. Esto explica que esta teoría aspire a incluir
variables procedentes de otras orientaciones teóricas, como variables sociales, procedentes
de la familia o de grupos sociales como la escuela, los amigos del entorno. Puede existir una
base fisiológica, para la tendencia de algunos individuos, para ser proclives a ciertas formas de
comportamiento desviado.

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Con esto su autor considera que esta teoría no sólo es capaz de explicar el delito, sino
también comportamientos desviados tales como el consumo de drogas, el abuso del alcohol,
incluso el suicido. Askers asegura que su teoría descansa sobre cuatro conceptos. La asociación
diferencial, las definiciones, el esfuerzo diferencial y la imitación, conceptos que descansan
en la influencia del conductismo:

a) Asociación diferencial. No es más que la exposición a definiciones favorables o


desfavorables a la infracción o respeto a la ley.
b) Las definiciones. Son las actitudes o significados propios que se asocian a un
comportamiento determinado. Por ejemplo, un grupo de jóvenes que se plantea apedrear
una casa en obras, pueden considerarlo como un delito o como una travesura.
c) Esfuerzo o reforzamiento diferencial. Está dado en que alguien del grupo lleve a cabo
determinado hecho por primera vez, con la posibilidad de que otro miembro del grupo lo
repita.
d) La imitación. Es la repetición copiada de otros comportamiento iguales o semejantes a
los que ha observado en otras personas o a través de los medios de comunicación o del
cine. Con esto el autor refuerza la teoría de que los comportamientos delictivos se
aprenden (una modalidad de aprendizaje social).

Para terminar, evaluando la Teoría del Aprendizaje Social, podemos decir que ha recibido un
gran apoyo empírico por parte de diversas investigaciones. Incluso, el aprendizaje de conductas
delictivas o comportamientos desviados que se han transmitido por el aprendizaje a otras
culturas de países socioculturalmente distintos para los que esta teoría fue originalmente
formulada.

Y dentro del apoyo empírico, se encuentran algunos programas de prevención y control de


la criminalidad y rehabilitación de delincuentes que se han mostrado exitosos y
prometedores, basados en la Teoría del Aprendizaje Social.

• Modelo de Estructura Social

Debemos destacar que esta teoría está construida, a nivel micro o nivel individual, porque utiliza
variables referidas a sujetos y explica el comportamiento de personas concretas; pero este autor
hizo también una variable macro o y por eso habla de modelo es estructura social y hace
referencia a las teorías de la asociación diferencial y del aprendizaje como teorías culturales.

Estas teorías culturales sugieren que elementos culturales de la sociedad o sobre todo de ciertos
grupos sociales dentro de la sociedad favorecen la comisión de hechos delictivos y en este sentido
habla de subculturas; es por este motivo que en el caso de las bandas juveniles Ñetas, Latín King
se les catalogue por algunos como subculturas y no de forma despectiva simplemente de forma
descriptiva para su mejor estudio y comprensión.

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2. TEORÍA DE LA ANOMIA

La Teoría de la Anomia está englobada en la tradición sociológica de la Criminología,


concretamente en las Teorías de la Asociación Diferencial. Su objetivo es explicar el delito a
partir de determinadas características de la sociedad que promueven su existencia.

La teoría sociológica se denomina “Teoría de la Anomia”, porque estudia las circunstancias


que debilitan la eficacia de las normas como guías para la acción individual o el
comportamiento de los individuos. De tal manera que anomia significa ausencia de normas.

No precisamente significa que la sociedad carezca de normas para regular el


comportamiento de los individuos, sino para explicar que, en sociedades anómicas, junto a
la presión que las personas reciben para obedecer las normas, existen presiones en sentido
contrario, que contribuyen a explicar las elevadas tasas de delincuencia.

El núcleo de la teoría fue expuesto por Robert Merton en 1938, aunque ya Durkheim ya había
tratado con anterioridad esta teoría. La idea básica de esta teoría desarrollada por Merton es que
la importancia excesiva atribuida a los fines que debe alcanzar la persona propicia que está, sobre
todo cuando carece de medios lícitos para alcanzar tales metas, se pueda plantear su logro,
mediante el recurso a medios ilícitos. El autor pone a la sociedad norteamericana como ejemplo
de sociedad anómica en atención a que su insistencia en el éxito económico debilita el respeto a
los canales legítimos para lograr este objetivo, generando una presión anómica, especialmente
sobre los peor ubicados en la estructura social, a utilizar procedimientos no aceptados para lograr
la riqueza.

• Valoración critica de la teoría de la anomia

La Teoría de la Anomia ha recibido críticas de diferente orden, pero la más contundente ha sido
la emitida por los teóricos del Control Social (Hirchi) que hace un ataque a los puntos nucleares
de esta teoría. Consideran que de la Teoría de la Anomia se derivan dos postulados;
- uno que las personas con mayor discrepancia entre sus aspiraciones y expectativas
son más propensas a la delincuencia
- y que la delincuencia sería más frecuente en personas de la clase social baja.

Según estos críticos a la teoría, ninguno de estos aspectos tiene explicación empírica. Por tanto,
no es cierto que las personas con más desajuste entre aspiraciones y expectativas sean más
delincuentes que las personas en las que esas aspiraciones y expectativas sean más equilibradas.
No se trata del desajuste entre aspiraciones y expectativas lo que está relacionado con la
conducta delictiva, sino el hecho de que la persona tenga bajas aspiraciones y bajas expectativas.

3. TEORIA DE LA FRUSTRACIÓN

En los últimos años la Teoría de la Frustración ha sufrido modificaciones y ha experimentado un


importante resurgimiento de diversas teorías tradicionales, renovando las teorías clásicas

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anteriores, destacando la Teoría General de la Frustración. O Teorías de la frustración (teoría


general de la deformación).

Recientemente Robert Agnew afirma que estas teorías se han centrado tradicionalmente en la
frustración derivada del bloqueo de oportunidades, pero en realidad existen otras fuentes
derivadas de la frustración como el caso del bloqueo de comportamiento dirigido a la evitación
de situaciones dolorosas. Por ejemplo, algunos adolescentes pueden ser obligados a permanecer
en ambientes, como la escuela, que les disgustan, pero a la vez no pueden desplegar acciones
distintas para evitar dichas situaciones, lo cual tenderá a producirles frustración, y ello puede
conducir al delito.

Esto es diferente a quien desea ganar dinero, por ejemplo, pero ve que sus oportunidades son
mínimas; es decir una frustración distinta al bloqueo de oportunidades para lograr metas valoradas
positivamente. El bloqueo de comportamientos dirigido a la evitación de un dolor o situación no
deseada puede conducir al delito de diversas maneras, según este autor.

• Teoría general de la frustración

Esta teoría ha sido propuesta por el propio Agnew, pero introduciendo distintos matices. Se trata
de la misma teoría, pero elaborada a nivel micro, que recurre a variables referidas a los
individuos para explicar el comportamiento delictivo de los mismos. La clave de esta Teoría
General de la Frustración es que se centra en relaciones negativas con otros: relaciones en la
que el individuo no es tratado como él o ella quieren ser tratados y en este caso el
comportamiento delictivo se explica por la presión que ejercen estados afectivos negativos
tales como la ira y otros semejantes.

Este autor reconoce que las diferencias entre esta Teoría de la Frustración y las Teorías del Control
o Aprendizaje Social pueden ser muy sutiles: Las primeras se basan en las relaciones negativas
con otros frente a la falta de vinculación con otros o la falta de asociación con otros individuos; a
la vez que afirma que el delito es consecuencia de estados afectivos negativos frente a las ideas
de que la tendencia al delito es natural o que se ve como algo deseable o al menos justificable.

• Valoración de la teoría de la frustración

La Teoría General de la Frustración es excesivamente imprecisa. Sus fuentes son excesivas y da


la impresión de que casi todo puede producir frustración y lo peor que pueda justificar la comisión
de delitos. Incluso la teoría incluye algunas conexiones que no quedan muy claras no siempre
cuando la frustración se convierte en ira hay que recurrir a la delincuencia, decía Mazerolle y
Paternoster que es menester desarrollar y precisar mucho mejor esta teoría.

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TEMA 3. Teorías del control y desorganización social. Teoría ecológica y teoría de la eficacia
colectiva.

1. LA MODERNA SOCIOLOGÍA CRIMINAL

Desde luego, La moderna Sociología Criminal ha influido y determinado en la nueva concepción


de la Criminología, partiendo de la concepción clásica de Sutherland que considera que es un
cuerpo de conocimientos sobre el delito como fenómeno social. Incluye dentro de su ámbito
los procesos de elaboración de leyes, de infracción de las leyes y de la reacción a la infracción de
las leyes que es lo que interpretamos hoy como el vínculo de la Criminología a la Política Criminal
y a la vez se ocupa de la extensión del fenómeno delictivo.

Sutherland aseveraba que la Criminología es la ciencia que se ocupa del delito y del
delincuente como fenómeno individual y social.

a) Su primera actividad se centra en el estudio de las causas del delito. O sea, explicarlo,
como sabemos, desde una perspectiva etiológica. Como hemos visto, existen varias
teorías como la del aprendizaje, el control social, la frustración, la desorganización social
o la anomia, que intentan explicar por qué ciertas personas delinquen y porqué en
nuestras sociedades existe un determinado índice de delincuencia.

Esta tarea intelectual que aspira a satisfacer la búsqueda de explicaciones que caracteriza al ser
humano, justifica ya plenamente a la Criminología y los aportes de la moderna Sociología
Criminal.

b) También la Criminología está interesada en las posibles formas de responder al fenómeno


delictivo y para esto es importante conocer la estructura social de la delincuencia,
para poder prevenirlo y controlarlo.

Naturalmente, esta función práctica de una ciencia, en este caso la prevención y control del
delito, debe ocupar también un lugar privilegiado, y de hecho la Criminología en lo particular
y las Ciencias Sociales en general nacieron en el siglo XIX con una clara vocación pragmática.

c) El estudio científico del delito también incluye la medición de éste. Se refiere a cuántos
delitos se cometen en un periodo de tiempo en una unidad espacial dada, como puede ser
un país, una región o un barrio. Y para eso se ocupa la estadística criminal.

d) Y, por último, es decisivo cómo y porqué se elaboran las leyes y más concretamente
las leyes penales. En estos momentos ya lo conocéis por los conocimientos de los
fundamentos de la Política Criminal que habéis estudiado, por lo que no es necesario
extenderse en este aspecto.

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2. TEORÍAS DEL CONTROL Y DE LA DESORGANIZACIÓN SOCIAL

2.1. Teorías del Control Social

Ya conocemos las Teorías del Control Social, sustentadas básicamente en las tendencias de
las personas a delinquir, que se consumarán, salvo que exista algún motivo que lo impida, y
sabemos que tienen su naturaleza en los controles sociales informales.

Por tanto, los teóricos básicamente consideran que están proponiendo un nuevo enfoque al
problema de la delincuencia y que la Criminología no puede detener su interés sólo en quiénes
delinquen y sus causas, sino también en aquellos aspectos del proceso de socialización que
permite a las personas, incluso en áreas de mayor delincuencia, internalizar actitudes y
patrones de comportamiento no desviados.

Es decir, para las Teorías del Control Social, los controles que impiden que por ejemplo un chico
caiga en el delito pueden ser internos o externos. Los primeros (internos) pueden incluir un buen
autoconcepto, la creencia en la vigencia de las normas y un autocontrol alto y sólido. Los
segundos factores, la vigilancia en la familia, la escuela o el grupo primario. Y en esto se sustenta
la llamada Teoría clásica del Control, presentada por Hirschi en 1969.

2.2. Teoría de la Desorganización Social

Esta teoría de la desorganización Social se relaciona con los estudios de la llamada Escuela de
Chicago ya en su ámbito criminológico y fue especialmente desarrollada por Shaw y Mc Kay y
tuvo una enorme influencia en los años 50, e incluso hasta finales de los 60.

No se podía considerar como una teoría unitaria y fue víctima de numerosas críticas:
- Primero: porque el propio concepto de desorganización social sufre una enorme
imprecisión, de modo que es una construcción teórica difícilmente útil para la
Criminología.
- Segundo: lo que se entiende por desorganización social es más bien un prejuicio de los
investigadores, debido a la falta de familiaridad con los barrios más desfavorecidos de la
ciudad. (Cohen citado por Serrano Maíllo). Es una crítica que no deja de ser relevante,
porque algunos investigadores no comparten a menudo ciertos datos identificativos,
como nacionalidad, raza, formación o clase social de los sujetos que son investigados y
esto dificulta el análisis y sobre todo la comprensión de los comportamientos. La realidad
aportada por la Sociología Criminal es que también en estos barrios hay una organización
social, y no cabría hablar categóricamente de una desorganización social.
- Tercero: Desde el punto de vista empírico se le reprochó a Shaw y a Mc Kay importantes
problemas metodológicos, con datos sesgados y distorsionados de la realidad.

Conclusión: La Teoría de la Desorganización Social fue prácticamente abandonada por parte de


la Criminología contemporánea. Esto no resta de que posteriormente se desarrollaran otras
teorías en base a la teoría mencionada de la desorganización social y se dan cuenta que no
es la falta de organización social, sino el fracaso de su propia organización.

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3. TEORÍA ECOLÓGICA CONTEMPORÁNEA

En los últimos años la Teoría Ecológica o Teoría de la Desorganización Social(renovada) ha


visto cómo volvía a recibir un importante impulso por parte de la Criminología mayoritaria. Al
parecer, la “abandonada” Teoría de la Desorganización Social devino en la Teoría Ecológica. Y
es lo que la doctrina llamó un verdadero renacimiento.

En los últimos años se ha visto que esta teoría ha recibido un impulso por parte de la doctrina
científica criminológica mayoritaria y esto es importante, porque la tradición ecología o ambiental
es un punto importante en la investigación: Por el mérito propio de haber destacado en las
investigaciones el medio físico- el barrio sobre todo tiene una connotación importante en el
fenómeno delictivo y a la vez tiene enorme complejidad, muchos relacionan esta teoría y con
razón, con el modelo de Prevención situacional y en muchos países como Japón y países europeos,
Canadá he incluso países de Latinoamérica centran su investigación en este aspecto ecológico o
del medio físico.

La clave está en que, con esta revitalización de la tradición ecológica, las nuevas investigaciones
tienen como principal mérito el haber destacado que el medio físico, es decir, el barrio, tiene
para la comprensión del fenómeno delictivo una gran importancia y complejidad.

En primer lugar: La importancia del ambiente o medio físico tiene un doble sentido: los
factores ecológicos o ambientales pueden influir y hasta determinar en la actividad
delictiva.

En segundo lugar: Debe tenerse en cuenta por que en algunas comunidades haya una
tasa de delincuencia más elevadas que otras. Y además este factor ambiental hoy en día
se incorpora a las teorías Integradoras.

Es decir, en el primer caso la unidad de análisis es el individuo y en el segundo caso es la


propia comunidad o barrio como unidad de análisis. En España, en la actualidad, podemos
poner como ejemplo al municipio de Línea de la Concepción, del sur de Cádiz en la Comunidad
Autónoma de Andalucía. Sería una interesante unidad de análisis. Ambiente y tasa de
delincuencia.

Incluso, entre los hallazgos de Shaw y Mc Kay (1969) destacaron que en aquellas áreas en las que
se concentraba el delito continuaban siendo las más peligrosas. Claro está, en dichos procesos en
la transmisión de la delincuencia entran en juego otros factores más complejos, los cambios
producidos en el barrio, destacando la importancia de la tradición ecológica de la Criminología.

Como sabemos el modo decisivo para saber la eficacia de una teoría y comprobar su verosimilitud
o falsedad, es someter a la misma a análisis empíricos.

Pese a la enorme influencia del trabajo de estos dos criminólogos Shaw y Mc Kay y otros más, se
encargaron de llamar la atención sobre el hecho de que la Teoría de la desorganización social no

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había sido nunca testada directamente. Si esta teoría llegó a perder su prestigio en la Criminología
Contemporánea, también había sido por razones distintas de las estrictamente empíricas. Por este
motivo la revitalización de la teoría de Shaw y Mc Kay encarnada en la teoría ecológica es que
se hacen muchos análisis empíricos y sus buenos resultados. De hecho, en España se valora
constantemente y en nuestra universidad ha habido TFG que han presentado estudios ecológicos
de determinadas zonas.

Por tanto, los investigadores se propusieron llevar a cabo una investigación orientada a llevar a
cabo una comprobación empírica, aunque no la desarrollaron de una manera concisa, la teoría de
la desorganización social puede derivarse la hipótesis fundamental de que cuando en una
comunidad se dan:
a) Un estatus socioeconómico bajo
b) Una movilidad (no habitual) de la población
c) Una heterogeneidad étnica y nacional.

Tiene que producirse una desorganización social lo cual puede traducirse en un incremento de las
tasas de criminalidad en dicha comunidad, ya se tenía un apoyo empírico de que el delito se
concentra en barrios más desfavorecidos económicamente. Pero del resto de las hipótesis no y
decidieron incorporar otras como:
d) Deterioro familiar.

La idea no implica que en una comunidad o en un barrio exista el caos, sino que al contrario
pueden encontrarse perfectamente organizados. Esto significa que una comunidad puede estar
organizada para ciertas cosas, pero No para protegerse del delito y otros comportamientos
desviados. Esta es una implicación de la idea de la eficacia colectiva, sobre la insistiremos a
continuación.

4. TEORÍA DE LA EFICACIA COLECTIVA

El delito se produce por la interacción entre un individuo con cierto nivel de potencial antisocial
y el ambiente social compuesto por oportunidades para el delito, incluidas víctimas. Este autor
sostiene que las oportunidades dependen de las actividades rutinarias y afirma que encontrarse
una buena oportunidad puede elevar el potencial antisocial.

La tradición ecológica ha vuelto a ocupar un lugar privilegiado en la criminología contemporánea,


dejando claro la complejidad en este terreno.

Uno de los conceptos clave que algunos teóricos han introducido en el debate es el de la eficacia
colectiva. Este concepto y esta línea de investigación pueden entenderse, quizá, como una
superación o una alternativa a la teoría de la desorganización social.

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Como hemos visto, la tradición ecológica ha ocupado un lugar privilegiado en la criminología


contemporánea y también se evidencia lo complejo que se hace el estudio en este terreno, por los
siguientes motivos:

a) Las investigaciones en una comunidad no tienen carácter estático, sino dinámico por lo
que pueden verse alterados con el paso del tiempo y pueden aparecer nuevos fenómenos.
b) Las dudas ante datos oficiales en determinadas comunidades han hecho extremar la
cautela y recurrir a métodos alternativos como son las encuestas de victimación.
c) Recientes investigaciones han determinado que algunos elementos culturales pueden
influir en el control social informal (García Pablos).
d) Los índices de delitos en una comunidad pueden verse alterados por la influencia de
índices de comunidades colindantes.
e) El punto más importante es que es importante una sólida organización social - Eficacia
Colectiva - es posible que se produzcan delitos bajo circunstancias y se produce lo que
llamamos Comunidad que se defiende: un ejemplo barrios que se movilizan para evitar
ciertos comportamientos como los okupas, la prostitución, el consumo de alcohol.

La teoría de la eficacia colectiva asume algunas importantes diferencias de la teoría de la


desorganización social, para proponer una especie de renovación de esta, aunque en la misma
tradición, podemos hablar más bien de una evolución del concepto; estas diferencias se
corresponden con las críticas que acabamos de señalar.

En la la Teoría de la eficacia colectiva; lo importante radica en que esta teoría de la eficacia


colectiva conserva de modo claro el elemento del control (como integrante de las teorías del
control social como base de la prevención del delito) este elemento también caracterizaba a la
antecesora teoría de la desorganización social.

Este concepto de eficacia colectiva se relaciona con otra idea, y es la que el autor Sampson
denominó capital social, en términos de las expectativas de acción dentro de una colectividad.
Donde cataloga las actividades rutinarias que proporciona oportunidad para el delito y
encuentros que pueden derivar en problemas, por ejemplo, hacer cotidiano y sistemático la
ingesta colectiva y en lugares públicos de bebidas alcohólicas en la comunidad. Otro ejemplo que
puede interpretarse es la inacción ante la ocupación de propiedades inmobiliarias en la
comunidad.

Por estas razones la tradición ecológica ha concebido gran relevancia a la infraestructura


organizativa de la comunidad, haciendo hincapié en la importancia del control social informal
y promoviendo actividades en las que haya participación de la colectividad que hace que los
integrantes de la sociedad socialicen más y sus intereses coincidan y no se produzcan
discrepancias y diferencias que puedan contribuir a la acción delictiva y de conductas
desviadas. De este modo puede controlarse y prevenir el delito.

El ejemplo que pone la literatura científica que enarbola esta teoría de la eficacia colectiva, es
muy interesante y se trata de que en un pequeño municipio se ubique una universidad, y
esto contribuiría, entre tantas cosas que el transporte público llegue a la zona, por ejemplo,

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si desea facilitar el acceso de los alumnos y también de los vecinos. Y además crea un
ambiente favorable a la convivencia y puede no ser propicio para que se desarrollen
comportamientos delictivos, pues el ambiente no le será propicio a actos o comportamientos
antisociales.

La tradición de la desorganización social y ecológica, ya desde los tiempos de la escuela de


Chicago, ha mostrado una gran preocupación por una correcta Política Criminal que permita
controlar y prevenir el delito. Para esta teoría aquí considerada, que no es ajena a la inquietud
social o de la colectividad, hace necesario promover la eficacia colectiva de la comunidad, para
lo cual pueden ser útiles medidas como el fortalecimiento de la estabilidad de los residentes
y la prevención de que en una misma zona se produzca una concentración de ventajas
sociales.

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TEMA 4. Teoría del Etiquetamiento. Enfoque y propuesta básica

1. INTRODUCCIÓN A LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA

En temas anteriores hemos expuesto las teorías que de una manera u otra hacen énfasis en el
control social, llamadas Teorías del control y desorganización social, Teorías de la asociación
deficiente y teorías de la estructura social defectuosa; que han tratado de explicar el fenómeno
delictivo, acudiendo a un sistema factorial, conocido como Teorías de la Criminalidad
Contemporánea, destacando las Teorías del Control Social, perteneciente más bien a la moderna
Sociología Criminal. Dentro de toda esta gama de teorías que tratan de explicar el fenómeno
delictivo surgen teorías que critican el modelo tradicional de la investigación y la elaboración
conceptual de la delincuencia y es a este grupo al que pertenece la Teoría del Etiquetamiento.
Proveniente de la Criminología Radical o Crítica que defiende esta teoría del Labelling Aproach
o Teoría del Etiquetamiento.

La Criminología Radical ha venido fraguándose a expensas de las lagunas y carencias de la


Criminología clásica o tradicional. Este tipo de Criminología busca romper con las
“interpretaciones individualistas”, refiriéndose con esto a las corrientes de la genética,
psicológicas y similares para optar por interpretaciones sociales exclusivas y radicales.

El sector mayoritario de la criminología critica tendían a concentrarse en el análisis teórico sobre


cuestiones como las contradicciones internas del capitalismo; los abusos del control social estatal
(control social formal); el Derecho Penal como instrumento de los poderosos para conservar la
posición de privilegio y control de la clase obrera; en fin, al parecer, no pensaron que en las
sociedades democráticas actuales existen mecanismos e instituciones para controlar los excesos
de los poderes del Estado como el propio Estado de Derecho y los Tribunales de Garantías
Constitucionales. El delito no puede ser considerado como una mera construcción que favorece a
los poderosos ni el control social ni la policía como algo malévolo.

Por tanto, el planteamiento de la Criminología Radical es que debe construirse sobre el


método marxista, que es el único -según sus cultivadores-, que enlaza la teoría con realidad.
Obviamente es la imposición de la dialéctica marxista, sustentada en que el pensamiento es
inseparable de la realidad social y que la sociedad está integrada o más bien desintegrada (según
se mire) por clases radicalmente opuestas, separadas por los medios de producción.

Podemos deducir que la Criminología alumbrada por estas premisas ha de ser no pacifista, no
interclasista, sino animada por la lucha de clases. Estamos ante una Criminología que desprecia
de todo posible factor individual del delito. Incluso de la etiología del mismo.

Por tanto, la concepción etiológica de la Criminología tradicional (burguesa y capitalista) debe


ser desechada, porque el fenómeno delincuencial descrito y configurado por las sociedades de la
misma índole no existe, sino que se inventa. Y, por tanto, si se niega el fenómeno han de negarse
las causas en las que se dice que descansa su existencia. Una vez más la ideología, cuando es
totalitaria y además utópica, ha de suplantar a la ciencia y a la realidad.

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La doctrina crítica, tanto estadounidense como europea, representada por Giulia Panarello, parte
de creer que la llegada de las Labelling Theories (Teorías del etiquetamiento) habían coincidido
con la muerte del paradigma etiológico en los estudios criminológicos. Esto dio lugar a muchas
ambigüedades teóricas que caracterizaron a la Criminología Crítica en su propuesta originaria.

2. LA TEORÍA DEL ETIQUETAMIENTO O LABELLING APPROACH

Esta teoría ha sido denominada también Teoría Interaccional de la Desviación o Teoría de la


Reacción Social. Como sabemos, se trata de una corriente muy próxima a la Criminología
Radical de cuño marxista, pero sin compartir, al menos, necesariamente el modelo de la sociedad
configurado por ésta.

Debemos decir que este enfoque del etiquetamiento ha tenido una gran influencia en la
Criminología en especial en ámbitos anti empíricos tanto en Latinoamérica como en España, se
trata de un enfoque, es decir, de una manera complementaria de considerar el comportamiento
delictivo y desviado. El enfoque del etiquetamiento fue prácticamente abandonado a finales de
los años setenta por la Criminología mayoritaria. Pero como podemos ver en los últimos años se
viene produciendo un renacimiento.

Para el Labelling Approach la delincuencia, el crimen, no es un fenómeno ontológico (es


decir, no parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades) sino que
es definitorial. Es decir, que no existe tanto la criminalidad sino la incriminación. No es una
incriminación obediente a criterios objetivos (protección del bien común) sino dependiente del
criterio de un grupo, parciales, discriminadores y dirigidos contra los que están lejos del éxito, del
dinero y del poder, contra la clase desfavorecida.

Esta concepción afirma que la conducta delictiva es el resultado del proceso de “rotulación”
o “etiquetamiento” que efectúa la misma sociedad, y no una enfermedad o degradación de
ella. La teoría hace referencia a cómo la propia identidad y el comportamiento de los individuos
puede ser determinada o influida por los propios términos utilizados para describir o clasificar
dicho comportamiento, y se asocia con el concepto de una profecía que se cumple y con los
estereotipos.

Por lo tanto, para esta teoría, no interesan tanto las “causas” de la desviación, y señala que
ciertos grupos sociales que tienen poder para ello definen como delito y como delincuente a
determinadas conductas y determinadas personas. Cuando este proceso de etiquetamiento se
realiza con éxito, se construye un delincuente.

De esta forma, se analizan mucho más los procesos de definición social del delincuente que el
desviado en sí mismo. Hasta que se empezaron a abordar estos estudios, la Criminología se
centraba en analizar las causas del comportamiento delictivo. Esta teoría supuso un cambio
de orientación en la forma de estudiar tanto la conducta de los delincuentes como el efecto
que las normas de control y el eco social generan las infracciones sobre el delincuente.

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Los sociólogos empiezan entonces a estudiar qué supone una desviación. Así como las distintas
interpretaciones que los diferentes grupos sociales dan a estas desobediencias de las normas
y cómo afecta a una persona el hecho de criminalizar un comportamiento, pudiendo lesionar
determinados intereses como el hecho de lograr su reinserción y evitar que reincida en la comisión
de ciertas conductas.

Se habla del delito y del delincuente como consecuencias de un proceso incriminatorio


llevado a cabo por los poderes dominantes y proyectado, casi en exclusiva sobre las clases
desfavorecidas, a cuyos miembros se les cuelga de forma interesada el cartel de
“delincuente” desde criterios criminalizantes impuestos unilateralmente por los que ejercen
la capacidad de decisión. Y todo porque no se someten al poder establecido, a su cultura y a sus
intereses.

Por ejemplo, en España tenemos criterios muy parecidos o sustentados en esta corriente
que estamos estudiando, que defiende y define como grupos culturales a ciertos grupos
con conductas claramente criminales y/o desviadas por el solo hecho aparentemente de
no incriminarlos y no “etiquetarlos” como grupos delictivos, con las consecuencias que
esto genera. En Barcelona y ciudades vecinas, al igual que en Madrid, han aparecido
bandas criminales juveniles. Bandas juveniles que emergen en el contexto de las llamadas
tribus urbanas. Sin embargo, esta "subcultura delictiva", mezclado con otros muchos
factores está detrás del aumento de la inseguridad en estas ciudades de España y
representan una amenaza para la seguridad y el orden público.

En algunos barrios de Barcelona que registran inseguridad, han surgido los charmiles,
una banda o grupo criminal de magrebíes que extorsionan, roban con violencia,
amedrentan a vecinos y manejan machetes de picar carne como herramienta de identidad.
Se suman a las bandas latinas que operan en toda el área metropolitana de Barcelona y se
han repartido barrios, territorios y especialidades delictivas. Los charmiles aún no han
sido considerados asociación cultural por la Generalitat, como sucedió en 2006 con los
Latín Kings, los Ñetas, Trinitarios, Blood y otras juventudes multiculturales que, como
asociaciones legales, reciben ayudas y subvenciones de diversas administraciones
como parte de las políticas de integración y convivencia de las diferentes culturas
existentes para no etiquetarlos como grupos criminales.

Así en la actualidad se pronuncian en un artículo periodístico. Ya no se habla de ellas, de bandas


latinas como los Latin Kings o los Ñetas, pero siguen estando aquí. Y emergerán otras, que abrirán
más el abanico de nacionalidades. Carles Feixa, director del proyecto europeo Transgang, que
investiga la mediación en grupos juveniles, avisa: "El caso de los 'menas' (menores no
acompañados) es una bomba de relojería que explotará en cinco o 10 años. Hay que prevenir y
actuar con valentía, no de forma reactiva".

El objetivo del proyecto TRANSGANG es desarrollar un nuevo enfoque internacional para


analizar las bandas juveniles del siglo XXI, y elaborar un libro blanco sobre buenas prácticas para
las políticas públicas. (Este enfoque de esta organización claramente tiene tendencia a la teoría
del etiquetamiento y no a la incriminación). El equipo de investigación parte de la idea de que las
bandas no son la causa de la violencia, sino la consecuencia de una situación de exclusión.

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Mediante políticas adecuadas de inversión pública en barrios populares encaminadas a mejorar la


integración y convivencia se puede frenar el surgimiento de este fenómeno delincuencial.

Los que formulan estas teorías, que por cierto hoy en día algunos partidarios entre ellos Howard
Becker, sociólogo estadounidense, heredero de la Escuela de Chicago, recoge el contenido
esencial en el siguiente párrafo: “Los grupos sociales crean la desviación mediante elaboración
de normas cuya infracción constituye esa desviación… mediante la aplicación de tales normas a
los individuos y mediante el etiquetamiento (labelling) de los mismos como desubicados
(outsiders)”. “Desde ese punto de vista, la desviación no es una cualidad del acto o de la acción
cometida por una persona, sino más bien es consecuencia de la aplicación, por otros, de las
normas y sanciones de un “ofensor”.

Para esta concepción, el desviado es una persona a quien se le cuelga esa etiqueta y se le
aplica con éxito esa conducta desviada y se convierte en un comportamiento rotulado por la
gente. Etiquetado.

En términos de Política Criminal, la teoría del etiquetamiento supone una crítica de las
instancias punitivas del Estado, basada en que éste, a través de sus instancias de
criminalización (primarias y secundarias) favorece la identidad del delincuente,
visibilizándolo como tal y estigmatizándolo de tal manera que la persona termina asumiéndose
como tal, como portador de un nuevo rol desvalorado que lo obliga a iniciar procesos de
socialización en grupos vinculados a comportamientos desviados, lo que no hace más que
favorecer su inserción en la “carrera delictiva”.

3. LABELLING APRROACH. VALORACIÓN CRÍTICA

Esta teoría radical de cuño marxista, tomada en su globalidad, parece que se funda más bien
en ideología, en apriorismos dogmáticos, que en inducciones y resultados científicos (que es
en realidad lo que responde la criminología científica contemporánea) No parecen probables
los paraísos prometidos, tampoco desde perspectivas criminológicas, debe ser por la sencilla
razón de que la Criminología es una ciencia, no una ilusión o sueño.

La teoría del Labelling Approach no parece que pueda sostenerse en su conjunto, porque aun
admitiendo que las sociedades actuales (al menos las post-industriales y las democráticas) tienen
grandes disfunciones y que, entre ellas, está el uso del poder no siempre de forma justa y
ponderada. Además, los instrumentos de control social son necesarios y son creados para el
control y prevención del delito, no para incriminar ni etiquetar a nadie.

Sin embargo, no parece razonable asegurar que determinada delincuencia no haga daño a
bienes fundamentales de la comunidad (vida, libertad, propiedad, integridad física), y desde
luego, no siempre el ejercicio del poder se ejerce en provecho de unos pocos y más en esta
clase de sociedades democráticas, donde existen mecanismos de control de las acciones de
los poderes del Estado.

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La teoría aquí estudiada y criticada estaría en lo cierto si denunciara que los agentes del
control social: legisladores, jueces y policías, no siempre realizan el ejercicio de sus propias
funciones sobre las exigencias del bien común. Como no es esto lo que denuncian, entonces
no es asumible su postura, porque absolutiza y universaliza tales déficits, carencias y abusos.

Por si fuera poco, en todo caso, estas teorías, sobre todo en sus orígenes, niegan que haya que
explicar la delincuencia de forma etiológica. Por tanto, niegan la propia esencia de la
Criminología que es sus empirismos, lo que es congruente con su manera de analizar tal
fenómeno.

Es necesario reconocer que, a pesar de lo que acabamos de afirmar, no estaríamos haciendo


justicia si no reconociéramos que estas teorías, más o menos radicales, cuando se racionalizaran
dejando entrada a la realidad, en lugar de dejar ser absorbidas por la ideología de base que las
creó. Han ofrecido aportaciones estimables. Es el caso, por ejemplo, de su afán por esclarecer
cifras oscuras y manipuladas de delincuentes.

No obstante, debemos valorar el impacto de la teoría del etiquetamiento sobre los estudios
criminológicos. La huella que ese estigma puede dejar sobre una persona puede empujarle a
realizar precisamente los actos en los que ha sido “etiquetado”.

El estudio de este tipo de personalidades y conductas lleva a los criminólogos a trazar patrones
de conducta y elaborar perfiles de gran utilidad desde el punto de vista procesal y para desarrollar
programas de tratamiento terapéutico y de prevención de delitos.

No sólo esto, la propia radicalidad y utópica de la teoría y su base ideológica hace reaccionar a la
comunidad científica de la Criminología en asestarle las críticas merecidas sobre todo por falta
de empirismo al negar la propia etiología y origen del delito, y de presentar al delincuente
de una forma lastimera y culpabilizar al propio control social.

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TEMA 5. Teorías integradoras

1. TEORÍAS INTEGRADORAS

La Criminología contemporánea ha propuesto teorías y enfoques integrados frente a los más


tradicionales de carácter unitario como las Teorías de la Asociación Diferencial o las Teorías de
la Desorganización Social. Es una forma de simplificación de las Teorías Unitarias que repiten
algunas características. Estas se han ido integrando en las teorías actuales de forma más compacta
y práctica.

La integración puede referirse a enfoques disciplinares, variables y teorías criminológicas


propiamente dichas. Es en esta posibilidad en la que trataremos este tema. Uno de los argumentos
más habituales consiste en que las teorías tradicionales unitarias no han sobrevivido a los test
empíricos. Como saben, al estudiar estas teorías en temas anteriores uno de los aspectos de lo que
estas teorías adolecen es la falta de resultados empíricos y por esto la doctrina ha tenido que ir
modificando estas teorías.

Los proponentes de los enfoque integrados son perfectamente conscientes de las serias
dificultades lógicas de los mismos y el aumento de complejidad que a menudo significan, pero
consideran que las teorías unitarias tradicionales han presentado dificultades empíricas y lo que
se plantea básicamente es tomar de estas teorías tradicionales las partes que resultan más
prometedoras y tratar de formar una nueva teoría con ellas sin perder la naturaleza original que
sería dar una explicación del delito.

Para mejor comprensión, Serrano Maíllo, criminólogo español, hace referencia al avance de la
ciencia en la sociedad actual, que se caracteriza por la individualización. De acuerdo con este
concepto dice: “los sujetos cada vez nos definimos, construimos nuestras identidades, menos en
relación con grupos y colectivos; y cada vez más en términos de individuos particulares”.

Muchos de estos aportes, conocidos hoy como modelos integrados, tratan de dar una explicación
del delito original; pero se presenta muy difícil y necesariamente tienen que recurrir a tomar
elementos ya expuestos por la Ciencia Criminológica en las teorías tradicionales. A nuestro juicio,
las teorías integradas no son más que modelos modificados y actualizados y a la vez
adaptados a los tiempos actuales para dar una explicación al fenómeno delictivo.

2. MODELO MODIFICADO DEL CONTROL SOCIAL. DESORGANIZACIÓN


SOCIAL

Este modelo fue propuesto por Elliott (1885) y hoy en día uno de los modelos más sólidamente
construidos. Sus autores recurren a la combinación de tres de las teorías tradicionales más
importantes:
• La del Control Social,
• La teoría de la Frustración,

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• La teoría de la Asociación diferencia/Aprendizaje.

Es una integración que se propone a nivel individual, pero que puede aplicarse a nivel social o
macro.

Los autores saben de la dificultad que conlleva la integración de las teorías que tradicionalmente
se han considerado opuestas entre sí y a veces incompatibles; pero hacen un esfuerzo en aclarar
cómo se lleva a cabo la integración desde el punto de vista lógico. A la vez, consideran
acertadamente que su propuesta debe ser empíricamente superior a las tradicionales, si es
que quiere ser aceptada y tener éxito. Por tanto, su trabajo incluye un minucioso repaso de las
investigaciones conocidas y diseñan una prueba de su teoría esta vez integrada para compararla
con las demás.

Lo que hacen es proponer una medida de naturaleza secuencial, en el sentido de que los elementos
de cada una de las teorías entren en juego uno a continuación de otros en una cadena, en una
frecuencia y esto se refleja en la práctica de manera muy eficaz; en el estudio, por ejemplo de la
delincuencia juvenil, específicamente en el comportamiento de las bandas urbanas, es donde se
aplican de forma integral estas teorías como la de La desorganización social, la de la Frustración
y la de la Asociación Diferencial/Aprendizaje.

Lo explicado anteriormente se manifiesta acorde a la teoría propuesta por sus autores.

Primero:
La teoría ya integrada, como se pretende, viene conformando que una inadecuada socialización,
así como un grado de frustración, determinan que en un individuo existan unos controles sociales
débiles. Aquí vemos como la integración de la Teoría del Control Social, la que hace referencia
sobre todo a una inadecuada socialización en la familia como control social informal, a la vez es
compatible con la Frustración, que contribuye al debilitamiento de los vínculos que nos une a la
sociedad. De esta manera, la frustración favorece a la delincuencia, tanto a través del
debilitamiento de los vínculos, como de forma directa; así el modelo integra: Teoría de la
Frustración y a la vez la de la Teoría del Control Social.

Segundo:
Una vez que los vínculos de la escuela o de la familia son débiles, el individuo tiende a frecuentar
grupos de iguales que favorecen hechos delictivos y también comportamientos desviados, como
el consumo de alcohol, de drogas y vincularse a ellos. Así la vinculación a pares delincuentes o
convencionales se encuentra influida por los vínculos sociales previos. Este punto puede estar
asociado con las teorías del aprendizaje social, la de la asociación diferencial, incluso con la teoría
ecológica contemporánea, según el caso, por lo de la influencia del medio.

Tercero:
De acuerdo con el modelo integrado, la delincuencia es el resultado conjunto de:

• vínculos débiles a grupos y normas convencionales.


• y de vínculos sólidos a personas y grupos desviados.

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De esta manera, es posible una influencia directa de la frustración o influencias del medio en
que se desarrollan. Aquí puede notarse la nítida separación de modelos tradicionales y a la vez
la verdadera naturaleza del modelo que es integrada de variables y teorías. Esta forma de Teoría
Integrada demuestra que tiene mayor apoyo y resultados empíricos que las teorías unitarias en
general.

3. TEORÍA GENERAL INTEGRADA

Esta es una propuesta conocida y acertada. En fechas recientes Robert Agnew (2005), conocido
por las contribuciones a la Teoría de la Frustración, ha propuesto una teoría de naturaleza
integrada que aspira a explicar por qué las personas delinquen. Ya con planteamientos teóricos
previos planteaba que no creía que su Teoría de la Frustración sea una teoría completa de la
delincuencia (tenía razón). Muy a menudo, la delincuencia puede resultar de causas que no tienen
nada que ver con la frustración, en el caso de cuando la frustración causa la delincuencia, puede
operar en conjunción con otras causas. Esto quiere decir que el que delinque, no
necesariamente es una persona frustrada.

La Teoría General de la Frustración (GST) puede caracterizarse como una teoría prometedora,
pero necesita de mayor desarrollo y contrastación y es allí donde este criminólogo propone la
Integración de Teorías La Teoría General Integrada se caracteriza o se distingue sobre todo por
cómo organiza teorías e investigaciones preexistentes en un todo integrado. En este caso, dentro
de las teorías clásicas del aprendizaje, el control y la frustración, son las que desempeñan el papel
más destacado en esta Teoría General Integrada.

Lo relevante e importante de este aporte es que este autor considera que la Teoría General
Integrada, tiene también una vocación de Control y Prevención del Delito. La mejor estrategia
para la Teoría Integradora General, serán los programas de intervención que introduzcan mejoras
en las distintas esferas de la vida de los individuos y los criminales, tales como la familia, el
trabajo, o las personas con las que se relaciona.

4. TEORÍA DE LA ACCIÓN SITUACIONAL

La Teoría de la Acción Situacional ha tenido un impacto importante en la Criminología, después


de un estancamiento de las teorías criminológicas en los años 90. Su proponente es Wikström,
prestigioso profesor sueco afincado en el Instituto de Criminología de Cambridge, Reino Unido.
(DEBEMOS ACLARAR QUE ESTA TEORIA NO TIENE QUE VER CON EL LLAMADO
MODELO SITUACIONAL DE LA PREVENCIÓN DEL DELITO).

Este autor comienza afirmando que los delitos son acciones morales, y los define como: Actos de
ruptura de normas morales definidas en las leyes penales. Ello es consciente con su demanda
a la teoría criminológica de una definición más clara del delito. Esta tesis asume que la
Criminología debe estudiar acciones voluntarias y, en particular, por qué se infringe la norma
cuando se sabe que ésta existe, esto es, porque se realiza un acto cuya legalidad es conocida por

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el individuo. Conocimiento y voluntad, que hoy en día son elementos del Dolo dentro de la parte
subjetiva del Delito, en la Teoría General del Delito del Derecho Penal.

Los individuos, en su día, siguen normas que les indican cómo comportarse en un determinado
contexto. Las normas son imperativos sobre qué hacer por ejemplo en términos de moralidad o
bien para alcanzar un objetivo. La Teoría de la Acción situacional mantiene que los individuos
realizan sus acciones:
a. Según qué alternativas de acción perciben.
b. Según toman sus decisiones.

Estos son los dos argumentos básicos, es decir que para cometer un delito el individuo debe:

En primer lugar, contemplarlo como una acción posible dentro del abanico de opciones
que se le presenten en un contexto determinado: si a uno no se le presenta la opción de,
por ejemplo, sustraer un objeto de unos grandes almacenes, entonces no podría hacerlo.

Y, en segundo lugar, cuando alguien vea el delito como una opción entre otras
posibilidades no tiene porqué delinquir.

A nuestro juicio, el aporte de Wikströn es que el delito es el resultado de una interacción entre la
persona y el contexto en que se ve expuesta. No es suficiente con que exista una tendencia
individual determinada a delinquir, como tampoco lo es verse expuesto a una situación
criminógena, sino que ambas deben combinarse.

Por eso, para que alguien pueda llegar a ver el delito como una alternativa de acción debe recibir
algún input del mundo exterior. Él quiere decir que el delito tiene una naturaleza situacional,
que proceden de un contexto espacio-temporal determinado. Este input (dato o información) para
este autor es la motivación.

5. TEORÍA INTEGRADA DEL POTENCIAL COGNITIVO ANTISOCIAL

De acuerdo con David Farrington (2005) las teorías criminológicas deben contestar dos preguntas
diferenciadas:
1) Por qué las personas se convierten en delincuentes
2) Por qué las personas cometen delitos.

Farrington añade a este segundo punto las diferencias intra-individuales en la comisión de los
delitos. En resumen, la segunda cuestión no sólo incluye la explicación del delito como un evento
que tiene lugar en tiempo y espacio; sino también porque el individuo concreto tiende a cometer
un delito bajo circunstancias particulares.

Según esta teoría integradora del potencial cognitivo antisocial, el delito depende del
individuo, de la situación y de la interacción entre ambos, algo que recuerda la Teoría de la Acción
Situacional.

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Farrington insiste en la naturaleza integrada de su propuesta y afirma que su elemento nuclear o


principal es el potencial antisocial y cree que el paso del potencial antisocial al
comportamiento antisocial depende de pensamientos y toma de decisiones al que llama
proceso cognitivo, esto implica que el delincuente con una conducta antisocial analiza
cognitivamente las oportunidades y las víctimas.

Habla de factores de riesgo a largo plazo, y añade además los factores protectores, que son
opuestos a los factores de riesgo; si el factor de riesgo es la impulsividad, pues el factor protector
es el autocontrol. Por otra parte, la teoría integradora del potencial cognitivo antisocial
introduce la idea de potencial antisocial a corto plazo, que depende de factores que confieren
energía criminal, tales como encontrarse aburrido, bajo los efectos del alcohol, o enfadado o
frustrado o animado por otros delincuentes.

El delito se produce por la interacción entre un individuo con cierto nivel de potencial
antisocial y el ambiente social compuesto por oportunidades para el delito, incluidas
víctimas. Este autor sostiene que las oportunidades dependen de las actividades rutinarias y
afirma que encontrarse una buena oportunidad puede elevar el potencial antisocial.

Debemos darnos cuenta de que en esta teoría que analizamos pueden verse presentes en la
práctica con la presencia de elementos de otras teorías estudiadas, como el ambiente
antisocial puede relacionarse con la Teoría Ecológica Ambiental, el ambiente social y las
oportunidades que se mencionan en el párrafo anterior pueden estar relacionadas con las
Teorías del Desorden Social y de la deficiencia de los controles sociales. Respecto a las
actividades rutinarias, puede englobar o puede interpretarse como la situación de ocio y poca
actividad socialmente útil que desarrollan estos individuos normalmente y el potencial antisocial
puede verse reforzado con elementos del aprendizaje.

Por otra parte, estas oportunidades de delito y de víctimas, que encuentra el hombre delincuente
en su búsqueda para delinquir, aumenta sus posibilidades y su potencial, de los factores de riesgo
que cita este autor. Pensemos que, si aplicamos una correcta Prevención del Delito, por ejemplo,
la Prevención Situacional, que son las estrategias y formas en que interviniendo en el medio
pueden disminuir las oportunidades de delito.

Por estas razones, Farrington considera que su enfoque es relevante para la prevención del
delito; incluso hace hincapié en los factores de riesgo fundamentalmente de la criminalidad
y sugiere implantar métodos de prevención diseñados para contrarrestarlos.

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