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Introducción:

En el siguiente trabajo, expondremos los antecedentes del transporte, iniciando desde las
primeras formas de transportarse que tuvo el hombre primitivo hasta las innovaciones
tecnológicas a las que ha llegado el transporte hoy en día.

Exploraremos los diferentes modos de transporte, terrestre, marítimo y aéreo, asi como los
transportes a sangre y a motor, explicaremos los modos y la diferencia de transportes de motor y
a sangre.

Como parte indirecta del transporte, veremos los tratados de libre comercio en los cuales el
transporte es un participante importante para que se puedan llevar a cabo los negocios
internacionales como nacionales.

Abstract:
El transporte ha sido un elemento fundamental en la evolución de la sociedad humana, desde sus
primeros vestigios hasta su compleja infraestructura contemporánea. Este trabajo de
antecedentes ofrece un análisis exhaustivo de la evolución histórica del transporte, desde sus
orígenes ancestrales hasta su estado actual, explorando los hitos clave que han impulsado su
desarrollo.

Se examinan los diferentes modos de transporte a lo largo del tiempo, incluyendo el terrestre,
marítimo, aéreo y ferroviario, destacando los avances tecnológicos y las innovaciones que han
transformado la manera en que nos desplazamos y transportamos bienes. Se analizan además los
factores socioeconómicos, culturales y ambientales que han influido en la evolución del
transporte, así como los desafíos y oportunidades que enfrenta en el contexto contemporáneo.

Este análisis histórico proporciona una base sólida para comprender las tendencias actuales y
anticipar las futuras en el ámbito del transporte. Se discuten perspectivas emergentes como la
movilidad eléctrica, el transporte autónomo y la logística inteligente, señalando hacia dónde se
dirige el transporte en el siglo XXI y cómo podemos abordar eficazmente los desafíos que se
presentan en este campo crucial para el desarrollo socioeconómico y ambiental.

Crash test dummies:

Su historia se remonta a los años 50 del siglo XX, cuando en la primera mitad del siglo los
accidentes en automóviles y otros medios de transporte como el avión empezaban a alcanzar
cifras llamativas. Para comprobar el comportamiento de las diferentes medidas de seguridad que
iban surgiendo se solían utilizar voluntarios, aunque dicen que no había muchos. Para las pruebas
más peligrosas se recurría a otros métodos: no era raro ver a los ingenieros haciendo pruebas de
choque y resistencia con animales (especialmente cerdos, monos e incluso osos) y se llegó incluso
a usar cadáveres cuando la ocasión lo requería. Todo en pos de un mejor entendimiento de cómo
afectaban los impactos a diferentes velocidades en los seres humanos

El primer dummy se llamó “Sierra Sam “, como su inventor Samuel Anderson; lo fabricó en 1949 la
empresa Sierra Engineering, a la que la fuerza aérea estadounidense había hecho el encargo. Era
un muñeco del tipo “percentil 95%”, lo que quiere decir que era más alto y pesado que el 95% de
los pilotos de avión de la época, buscando no quedarse cortos en cuanto a sus cálculos. Estaban el
asiento eyectable para los cazas. El coronel John Stapp fue quien compartió los datos de todas
esas pruebas en 1956, para ver qué podía hacer la industria por mejorarlos.

En vista de los buenos resultados en las pruebas con el Sierra Sam se fabricaron otros modelos
como el VIP-50, al que GM mejoraría con una versión más evolucionada llamada Hybrid I en 1969
y del que luego surgirían las versiones II y III. El Hybrid III de 1997 se convirtió en el estándar de la
industria, que adoptaron la mayor parte de organismos reguladores (como el Instituto Nacional de
Estándares y Tecnología y la Organización Internacional de Normalización), y por extensión los
fabricantes de coches para sus pruebas.

¿Cómo funcionan los crash test


dummies?
Entre los detalles que llevan estos dummies se incluyen acelerómetros, potenciómetros y sensores
de presión. Tienen muchas piezas móviles, simulando el esqueleto humano. Mediante técnicas de
biomecánica se examinan todos los datos que se graban para entender su comportamiento: tras
los choques pueden examinarse y ver en ellos efectos muy parecidos a los que sufriría un ser
humano “de verdad”.

Los más modernos tienen detalles como que pueden calcular la presión que ejercen sobre el
abdomen o la pelvis los cinturones de seguridad. Los dummies también tuvieron un papel muy
importante cuando se inventaron los airbags; de hecho se desarrollaron las versiones infantiles de
los maniquíes porque se había visto que el comportamiento de este dispositivo difería mucho en
cuanto a seguridad para adultos y niños de menor estatura. La “familia completa” del Hybrid III
ahora incluye versiones de dummies hombre/mujer, personas de baja estatura (5%), bebés y niños
de 3 y 6 años. Estos últimos se utilizan para probar las sillas de seguridad infantiles.

Una de las grandezas de los dummies es que todas las empresas y organismos involucrados en su
fabricación y estandarización siempre los han desarrollado haciendo pública la información y los
datos de las pruebas, para que cualquier otra empresa pudiera utilizarlos y aprender de su
comportamiento. Hoy, los coches son cada vez más “cajas negras” en las que los datos de
conducción y accidentes quedan registrados, lo cual además permite examinarlos con
posterioridad para mejorar todavía más su seguridad.

Pruebas virtuales: la alternativa a los


tradicionales “dummies”
Los dummies, tal y como los conocemos, siguen mejorando con el paso de los años, en diversos
ámbitos. Y uno de ellos es abrir el abanico de formas, pesos y tamaños de los maniquíes, no
centrándose solo, como al principio, en “copias de hombres”. Ya hay dummies “físicos” que
representan el cuerpo de niños, de mujeres y de personas con diferentes pesos e incluso con
debilidades propias de una edad avanzada.

Una de las ventajas de un dummy virtual es que puede diseñarse con cualquier sexo, peso, altura o
complexión, replicando con total fidelidad también el interior del cuerpo humano. Y es que, en
parte debido al coste de fabricación que tiene un dummy, y gracias al desarrollo de las nuevas
tecnologías, surgió como alternativa la simulación por ordenador de los accidentes, es decir,
las pruebas virtuales. Este tipo de maniquíes virtuales, generados por un software de modelado,
son usados por decenas de fabricantes en todo el mundo para estudiar las lesiones que provoca
una colisión en el cuerpo humano.

Hace unos años Volvo Cars lanzó la Iniciativa E.V.A., un proyecto para compartir más de 40 años de
investigaciones en seguridad, con el objetivo de que los vehículos sean más seguros para todos, no
solo para el usuario masculino promedio. Según los datos de investigación de Volvo Cars, a los que
se suman los recopilados de otros estudios, debido a algunas diferencias anatómicas, las mujeres
corren más riesgo de sufrir algunas lesiones, como por ejemplo el latigazo vertical. Con base a esta
información, desde Volvo se diseñaron crash test dummies virtuales, cuyo uso se plasmó en el
desarrollo de nuevas tecnologías de seguridad.

Aunque los tests de choque reales sigan siendo necesarios, los laboratorios virtuales permiten
replicar miles de accidentes a un coste mucho más bajo, variando ligeramente cada escenario. Así
se pueden probar materiales, nuevos componentes y también modelos concretos de vehículos, en
diferentes tipos de colisiones, antes de hacer los tests físicos.

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