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Capítulo Derecho Penal. Cienfuegos 05.08.

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Título: El trabajo criminalístico en los hechos de Accidente de Tránsito.

Autor: Dr. Rafael Hernández de la Torre.

 Introducción.

Cada año fallecen en el mundo más de 1,2 millones de personas en las vías de
tránsito y entre 20 y 50 millones sufren traumatismos no mortales. En la mayoría de
las regiones del mundo esta epidemia de accidentes del tránsito sigue aumentando.

Más del 90 por ciento de las defunciones se producen en los países de ingresos
bajos y medianos. Cerca de la mitad de las personas que fallecen cada año por
accidentes del tránsito en el mundo son peatones, motoristas, ciclistas y pasajeros
del transporte público.

En Cuba los accidentes del tránsito constituyen en la actualidad una de las


principales causas de muerte y generan cuantiosas pérdidas económicas. En este
sentido, la Dirección de Tránsito del Ministerio del Interior, de conjunto con el
Ministerio de Transporte, ha invertido grandes sumas de dinero para revertir el
deplorable estado de la señalización vertical y horizontal de los viales y la
semaforización.

Dentro del sistema de enfrentamiento a estos hechos la ciencia Criminalística


desempeña un trabajo determinante en las investigaciones que se derivan de un
evento de este tipo, contribuyendo de manera oportuna y eficiente a su
esclarecimiento.

Las huellas y evidencias se generan sobre la vía pública, en la cual se pueden


encontrar elementos que se construyen o instalan, tales como: calzadas,
separadores, parterres, cunetas, paseos, aceras, puentes, alcantarillas, túneles,
muros de contención, elementos de señalización, pasos viales y peatonales, etc.

El análisis correcto de las huellas y evidencias contribuye en gran medida al


esclarecimiento de este tipo de hecho, pues a través de su examen podremos
aportar determinaciones que pueden guiar el curso de la investigación, constituyendo
su estudio una arista importante dentro de la investigación criminalística.

 Antecedentes históricos de los accidentes de tránsito.

Hace aproximadamente 4.000 años, en Asia, aparece la rueda, invención atribuida


a la cultura de sumeria. Este elemento nace de la necesidad de trasladar objetos o
personas de una manera más fácil, rápida y cómoda. Luego de esta invención
revolucionaria, siglos después, apareció la idea de crear un instrumento, formado
principalmente por ruedas y un habitáculo central, que permitiera el desplazamiento
de las personas. De esta manera comenzó, el concepto de vehículo como medio de
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transporte de seres humanos. Los primeros vehículos eran movidos por tracción
humana o animal.

El automóvil surgió por el deseo de la sociedad contemporánea de poseer un rápido


medio de transporte y de comunicación, sintonizado con el ritmo de vida moderno y
vencer grandes distancias en el menor tiempo posible. Los vehículos automotores
facilitan la vida de las personas, generan riquezas y confieren prestigio y placer a
quienes los poseen o los conducen.

El primer accidente de tránsito que registra la historia fue en Irlanda, en el cual  Mary
Ward falleció a los 42 años de edad, el 31 de agosto de 1869, tras caer de un
vehículo con motor de vapor diseñado por su primo. Era una eminente científica y
pionera en los campos de la microscopía y telescopía.

Los problemas de tránsito aparecerán con el surgimiento de la diligencia en el siglo


XVII, evolucionando a partir del año 1873, en el cual Nicolás Cugnot construyó, junto
al arsenal del Estado, un coche a vapor que fue ensayado en la calle, pero como
chocó contra una pared fue llevado al arsenal para evitar daños mayores.

En 1877, Carl Benz diseñó un vehículo a gasolina con un motor a cuatro tiempos,
con encendido eléctrico, refrigeración líquida, transmisión por cadena y embrague.
Su viaje inaugural lo realizó en 1885, dando una vuelta con él y debido a los nervios
y la poca práctica chocó contra una pared del patio de su taller.

El 29 de enero del año 1886, ocurrió un hecho muy importante en la historia de los
vehículos, cuando en Berlín, el Sr. Benz patentó el primer vehículo movido por un
motor a explosión.

En Argentina, en el año 1887, un DAIMLER de un cilindro traído por Guillermo


Fehing, llegó a alcanzar una increíble velocidad de 35 Km/h, atropellando a una
persona, en una esquina porteña.    

El día 13 de septiembre de 1889, en Nueva York, murió el primer hombre víctima de


un accidente automovilístico. Desde entonces, como expansión de la industria del
automóvil y su consecuente popularidad como artículo comercial producido en serie,
las ocurrencias de accidentes del tránsito forman parte cotidiana de la llamada
civilización moderna, tildada por algunos como una verdadera catástrofe.

En el Reino Unido, el primer fallecido por un coche con motor de combustión fue una
peatona llamada Bridget Driscoll, de 44 años de edad y madre de dos hijos. Fue el
17 de agosto de 1896, a la "gran velocidad" de 70 km/h.

El 12 de febrero de 1898 ocurrió la primera colisión fatal de un coche en Purley,


Surrey, Reino Unido. Henry Lindfield, un hombre de negocios, estrelló su coche
contra un árbol y murió horas más adelante en el hospital de Croydon. Una vez más
el veredicto fue de muerte accidental.

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El 14 de enero de 1899, en New York, falleció el hombre de negocios Henry H. Bliss
de un accidente. Y el mismo año, también en New York, un conductor atropelló a un
ciclista, fracturándole una pierna.

Según cuenta la historia en Cuba, el primer automóvil que circuló por las calles
cubanas fue importado de Francia, de la fábrica "Le Parisién", por el comerciante
cubano José Muñoz, tenía dos plazas, un motor de un cilindro y velocidad máxima de
120 kilómetros por hora.

Además, en Cuba no había antecedentes de algún tipo de máquina similar, ni


caminos apropiados para su tránsito, ni infraestructura vial y su conductor debía lidiar
con carruajes de todo tipo y con una población de peatones, que al no disponer en
muchos barrios de aceras, estaban habituados a transitar por las calles empedradas
o enlodadas de cada una de nuestras incipientes ciudades.

Un registro de 1917 indica que por esa época rodaban por las calles cubanas 4.429
vehículos de más de un centenar de marcas diferentes y la primera carrera de
automóviles se celebró en 1903, con motivo de la creación de un club automovilístico
en La Habana.

 Definiciones y regulación legal.

A propósito de la expresión “Accidente del Tránsito”, muchos autores usan el vocablo


accidente en su expresión gramatical y jurídica, sin reflejar exactamente lo que se
quiso expresar.

La palabra “Accidente”, significa “Cualquier suceso eventual que altere el orden


regular de las cosas” y esta primera acepción resulta demasiado amplia y también lo
es la segunda acepción: "Cualesquiera alteración o indisposición que priva el
movimiento, del sentido o de ambas cosas".

Para caracterizar el accidente del tránsito se han elaborado innumerables


definiciones:

En nuestro país el término de accidente del tránsito está regulado como un hecho
que ocurre en la vía, donde interviene por lo menos un vehículo en movimiento y que
como resultado produce la muerte o lesiones de personas o daños materiales.

Nuestro Código Penal designó dentro del Título III “Delitos contra la Seguridad
Colectiva” un Capítulo denominado “Delitos contra la Seguridad del Tránsito”, en el
cual hay una tipicidad delictiva que se nombra “Delitos Cometidos en Ocasión de
Conducir Vehículos por las Vías Públicas”, en la cual se regulan en los artículos del
177 al 183 las conductas infractoras, brindándose varios apartados que regulan la
sanción penal a los infractores en dependencia de las circunstancias existentes.

La falta de diligencia o cuidado que se puede exigir de una persona en la realización


de su conducta habitual, que puede llegar a producir un efecto dañoso a terceros;
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surge cuando no se cumple con el deber de cuidado, cuando se infringe o no se
respeta este deber que la ley impone en la realización de todas las acciones.

El deber de cuidado opera en dos dimensiones, en forma activa o en forma pasiva;


cuando la culpa es activa, se está en presencia de la imprudencia y cuando es
pasiva, en presencia de la negligencia.

Estos dos elementos: la imprudencia y la negligencia, resumen las características de


la culpa y, en general, conllevan a la impericia en la operación, en este caso, de
vehículos.

 Trabajo criminalístico.

Los pasos y procedimientos aconsejados en la inspección del lugar de los hechos


para el trabajo con las huellas y/o evidencias son los siguientes:

1- Observación visual de todo el lugar de los hechos.


2- Demarcación de huellas e indicios.
3- Tomas fotográficas.
4- Construcción del croquis.

La Observación visual de todo el lugar de los hechos se realiza de forma estática, sin
iniciar la realización de ninguna acción técnica.

La Demarcación de huellas e indicios debe orientarse a determinar cuál era el


sentido de circulación de los vehículos antes del accidente; realizado esto mediante
el estudio de las huellas de frenado, el sentido de evolución de las huellas de
arrastre, etc.; se comienza con la labor de marcado de cada uno de los vehículos que
intervienen, buscando ubicarse más allá del primer indicio, y de allí, avanzar en el
sentido de circulación del vehículo, marcando con tiza en mano toda huella o
elemento disperso y debe elegirse un código que permita una interpretación clara al
confeccionar el croquis y observar las fotografías.

La demarcación se efectúa de afuera hacia adentro, es decir, desde donde venía el


vehículo, hacia donde se encuentre detenido; al arribar al mismo, se demarca lo que
se encuentra alrededor de él; posteriormente. se repite el procedimiento para el otro
vehículo, hasta llegar a él, comenzando de afuera hacia adentro, una vez
determinado el sentido de circulación pre-impacto.

Seguidamente se realizan las filmaciones fotográficas establecidas de orientación, de


revista, central y detallada.
En ningún caso se fotografiará una huella sin tener en el fondo un punto de
referencia, preferentemente vista desde los vehículos intervinientes, que señalen
claramente donde está y que, efectivamente, corresponde a ese accidente y no a
otro.

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Posteriormente se confecciona el croquis ilustrativo, en él se hará constar todo lo
señalizado y fotografiado en los pasos anteriores; con las medidas precisas de
ubicación de cada elemento, huella o indicio. Para ello se comenzará por ubicar un
punto de referencia de origen, con respecto al cual se indicará la ubicación del primer
indicio.

El croquis a mano alzada, confeccionado en el lugar de los hechos, será luego


trascrito a escala para que reproduzca el lugar con toda claridad.

Los elementos a fijar planimétrica y fotográficamente en el lugar de los hechos son:

 Vehículos y sus huellas marcadas en la superficie vial. La medición de los


vehículos hacia la línea base, se podrá realizar a partir de los vértices o ejes del
mismo; lo importante es que posteriormente se tomen las distancias entre ejes y
extremos delantero y trasero de cada vehículo y su ancho. Igualmente, las
deformaciones.
 Vidrios y restos de líquidos existentes a partir de la colisión.
 Posición final de las víctimas.
 Ancho y longitud de las diferentes huellas de la vía, cotejadas con los neumáticos.
 En el caso de huellas curvas, la longitud se medirá por encima de la huella
formado la misma curvatura.

En los hechos de accidente de tránsito las huellas secundarias son las que se
originan antes, durante o después que se produce la colisión entre uno o más
vehículos, las cuales quedan reflejadas principalmente en barreras u obstáculos fijos
(muros, contenes, postes, etc.), el pavimento, en las propias carrocerías de los
vehículos que intervinieron en el evento y en ocasiones las que quedan plasmadas
en las prendas de vestir de las víctimas (occisos) resultantes de estos hechos.

Las huellas secundarias por deslizamiento se producen en una superficie lisa y llana,
con un coeficiente de fricción uniforme, cuando los cuatro neumáticos quedan
bloqueados en un tiempo pequeño después que el conductor aplique los frenos y los
cuatro neumáticos sean iguales. Si el vehículo no gira al comenzar a patinar, se
desplazará en una línea más o menos recta.
Estas huellas secundarias por deslizamiento indican por lo general una reducción de
la velocidad del vehículo y resultan de gran valor para el cálculo de la velocidad
antes del accidente.

Es importante establecer dónde comienzan estas huellas de deslizamiento. En


superficies rígidas y limpias, sobre todo si son rugosas, aparece una sombra antes
de la huella de recapación, por ello se debe observar detenidamente la dirección del
deslizamiento desde un ángulo muy bajo próximo al suelo. En el caso de que la
superficie se encuentre húmeda, enfangada, etc., será fácil determinar el comienzo
de la huella del neumático y cuándo se convierte en un deslizamiento.

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En el momento de realizar las mediciones de las huellas de deslizamiento, se
deberán tener en consideración los aspectos siguientes:

 Comprobar que se trata de verdaderas huellas de deslizamiento y no de


recapación de los dibujos de la banda de rodamiento del neumático.
 Comprobar si todos los neumáticos se deslizaron o solamente alguno de ellos,
debido a que no existe una proyección de un deslizamiento completo.
 Cuando se trata de neumáticos dobles que dejan dos huellas, se considerarán
como un solo neumático y la longitud de la huella de deslizamiento se cuenta
siempre que uno de los neumáticos quede impreso.

Con frecuencia, cuando se llega al lugar donde ha ocurrido un accidente del tránsito,
nos encontramos que una de las huellas de recapación de un neumático es más
larga que las otras, en estos casos utilizaremos la huella más larga dejada por
cualquiera de los neumáticos, menos aquella que presente interrupciones o saltos
intermitentes. Esto es posible hacerlo porque todos los rodamientos se desplazarán
aproximadamente a una distancia igual.

Por otra parte, no puede haber dudas de que los frenos estuvieran aplicados durante
todo el tiempo en el cual el vehículo dejó la huella más larga.

Otra característica a analizar durante la inspección del lugar de los hechos es la


superposición de las huellas de recapación de neumáticos, ya que en oportunidades
los neumáticos traseros suelen cubrir las huellas de los neumáticos delanteros;
originando que el final de la impresión (recapación) del neumático trasero y el inicio
de la huella del neumático delantero están borrosas a causa de la superposición.

De realizarse una adecuada inspección ocular y una valoración del comportamiento


de estas, casi siempre se encontrará el área donde el neumático trasero se detuvo,
ya que por lo general está encima y con una ligera desviación hacia un lateral.

En el caso de los vehículos cuyos ejes traseros presentan dos neumáticos, dejarán
plasmadas en el pavimento dos huellas en ocasiones bien definidas, que a la hora de
realizar las mediciones se tomarán en consideración como un solo neumático, ya que
se medirá la de mayor longitud.

En el trabajo del perito criminalista en el enfrentamiento a este tipo de hechos, la


búsqueda de huellas se dirige a tres elementos fundamentales: la vía, los vehículos
participantes y las víctimas.

En el caso de estas últimas, puede darse el caso de que no siempre se encuentran


en el Lugar de los Hechos a la llegada del grupo investigador, básicamente porque
fueron trasladadas para recibir asistencia médica, lo que muchas veces realizan
espontáneamente los testigos del hecho, los conductores participantes en el
accidente o los que descubren el siniestro e, inclusive, aunque la víctima no ofrezca
signos evidentes de vida.

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Cuando esto ocurre y principalmente cuando el accidente fue producido por un auto
que abandonó el Lugar de los Hechos, es conveniente acudir a donde se encuentra
la víctima y realizar sobre la misma una inspección, que incluye ocupar su vestuario,
lo que se conjugará con una entrevista a los médicos, cuyos resultados constituirán
una importante referencia para la Inspección del Lugar de los Hechos y además para
orientar la búsqueda del vehículo involucrado en el hecho.

Ya en el sitio del accidente, se procederá a la inspección dinámica de manera lineal a


lo largo de la vía, fijando como límite una línea ubicada aproximadamente 50 m
después de la última huella ubicada a partir del punto de reposo de cada uno de los
vehículos participantes en el sentido de su circulación inicial.

Muchas veces las causas del accidente tuvieron lugar mucho antes de la aparición
de los resultados apreciables materialmente, como resultado de una falla mecánica,
el deslumbramiento del conductor por los faros de otros vehículos, la deficiente
visibilidad en una curva, la aparición repentina de un obstáculo (objetos o sujetos
durante el cruce irresponsable de la vía) en su trayectoria, etc.

 Huellas y evidencias que más se generan en la vía pública como resultado


de un accidente de tránsito.

 Huella de arrastre metálico o de fricción.

Este tipo de huellas se produce fundamentalmente por los manubrios, piezas


salientes o desprendidas de los vehículos cuando estas se desplazan sobre la
superficie del pavimento. También son producidas por partes inferiores de los
vehículos, que al entrar en contacto con la superficie del pavimento realizan una
fricción o roce con dicha superficie, formando diversas líneas y en algunos casos
hendiduras (huellas lineales y volumétricas).

 Partículas de Pintura.

Con mucha frecuencia, en los percances de tránsito podemos encontrar pequeñas


partículas de pintura, especialmente en colisiones entre dos vehículos. El perito que
participe en la inspección recoge muestras de pintura, tanto en el lugar del hecho
como de los vehículos involucrados, ya que mediante un análisis espectroscópico se
determinará que el vehículo participó en el accidente.

 Pequeñas concentraciones de tierra y lodo.

Generalmente en las superficies interiores de los guardafangos (bóvedas) de un


vehículo podemos encontrar acumulaciones de tierra y lodo. Al existir un impacto del

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vehículo con otro, con un peatón o cualquier otro objeto, alguna cantidad de esos
residuos de lodo o tierra caerán sobre el asfalto o carretera.

 Concentraciones de vidrio y/o plástico.

Cuando entran en contacto las estructuras de dos vehículos producto de un impacto,


o cuando un vehículo choca con un peatón o un obstáculo fijo, se pueden producir
fracturas de aquellos accesorios que están formados por cristales y plásticos, por
ejemplo, parabrisas delantero y trasero, espejos e indicadores y faroles de carretera
delanteros y traseros, produciéndose un desprendimiento de fragmentos de estos
elementos sobre el pavimento en un área bastante próxima a donde se produjo la
colisión. De ahí la importancia de poder localizarlos y ubicarlos, y de esta manera
podremos brindar una determinación relacionada con la zona de impacto.

 Manchas de grasa, aceites y combustibles.

En ocasiones, cuando inspeccionamos un tramo de vía donde se desarrolló un


accidente, observamos en la superficie de la vía manchas de combustibles o alguno
de sus derivados. Estos elementos pueden llegar a constituir evidencias importantes
para esclarecer la causa del hecho, pues mediante su estudio podremos establecer
si ese elemento fue derramado por alguno de los vehículos involucrados al presentar
problemas mecánicos o simplemente estaban en la vía con anterioridad, pudiendo
ser esta la causa que originó el accidente, al entrar en contacto las bandas de
rodamiento con esa superficie resbaladiza.

 Elementos biológicos (manchas de sangre, pelos y restos de tejido).

En los hechos que intervienen peatones, los cuales son impactados o atropellados
por un vehículo, se pueden encontrar en la vía elementos biológicos pertenecientes a
la víctima, tales como máculas de sangre, pelos y/o restos de tejidos.

El correcto análisis de estos elementos en el Lugar de los Hechos, así como su


estudio posterior en el Laboratorio, aportará una información muy valiosa para el
esclarecimiento del hecho, pues en primer lugar nos puede ubicar la víctima en el
Lugar de los Hechos, ya que en la mayoría de los casos la víctima es trasladada
inmediatamente a recibir atención médica.

 Prendas de vestir o fragmentos textiles.

Al producirse un atropello, existe un contacto directo entre la víctima y parte de la


estructura exterior del vehículo con la cual fue impactada y por ende un contacto
directo con las prendas de vestir, lo que trae como consecuencia que estas pueden
despedazarse y/o separarse del cuerpo de la víctima, pudiendo quedar en la vía, así
como también se pueden adherir fragmentos, fibras y microfibras pertenecientes a
esas prendas en las partes exteriores del vehículo como, por ejemplo, en los
neumáticos, llantas, bóvedas u otras partes del vehículo sospechoso. Estos

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elementos constituyen evidencias a través de las cuales podemos relacionar la
víctima con el vehículo mediante un peritaje comparativo de fibras y microfibras
textiles.

 Accesorios y/o piezas pertenecientes a los vehículos involucrados.

Cuando se produce un accidente de tránsito, en el que colisionan dos vehículos o


cuando uno impacta con un obstáculo fijo, se pueden producir fracturas y
desprendimientos de partes de su estructura y/o piezas. El estudio y el análisis que
hagamos con las mismas, basados en su ubicación y en el establecimiento de cómo
pudieron haber llegado a su lugar final, nos puede brindar información útil para el
esclarecimiento del hecho, determinando la zona de impacto, la dinámica del hecho,
etc.

 Realización de otras acciones de instrucción.

En la Ley de Procedimiento Penal cubana las acciones de instrucción se encuentran


agrupadas en el Título III, Libro Segundo, “De la comprobación del delito y
determinación de los partícipes”.

Durante la investigación de los hechos de Accidente de Tránsito, además de la


Inspección del Lugar de los Hechos, se pueden realizar otras acciones de
instrucción, reguladas por la Táctica Criminalística, tales como el Interrogatorio, la
Disposición del Peritaje, la Reconstrucción de los Hechos y el Experimento de
Instrucción.

A continuación, me referiré a estas dos últimas acciones de instrucción.

 Reconstrucción de los Hechos de Accidentes de Tránsito.

Para orientar las políticas de seguridad vial se necesitan datos sobre los tipos de
choques y su incidencia, así como un conocimiento detallado de las circunstancias
en las que se producen. Saber cómo se provocan las lesiones y de qué tipo son,
constituyen un valioso instrumento para determinar intervenciones y supervisar su
eficacia.

En la Reconstrucción de Accidentes de Tránsito se utilizan las leyes y herramientas


de la Física, las Ingenierías Mecánica y Automotriz, la Psicología, la Criminalística y
la Medicina, con el fin de determinar con precisión la secuencia de un accidente de
tránsito, sus causas y el análisis de evitabilidad.

Procedimiento:

Cuando se realiza una reconstrucción de un accidente de tránsito tipo colisión entre


vehículos, se deben tener en cuenta los siguientes elementos:

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a) La información necesaria para realizar la reconstrucción:
 Acta de Inspección del Lugar de los Hechos del accidente de tránsito, con su
respectivo plano o croquis.
 Informes de los peritajes técnicos criminalísticos de los vehículos con las
correspondientes fotografías.
 Dictamen de lesiones.
 Protocolo de necropsia.
 Versiones de testigos e involucrados.

b) Análisis del Acta de Inspección del Lugar de los Hechos del accidente de tránsito,
con el fin de determinar las características geométricas, físicas y ambientales de la
vía, hora de ocurrencia, clases de vehículo y edad de los involucrados.
En la actualidad se emplea para ejecutar la Reconstrucción de los Hechos el
procedimiento denominado Infografía Criminalística, también llamado Cibernética
Criminalística Reconstructiva, que se encarga de la modelación y representación
gráfica de los mecanismos que intervienen y de los resultados de diferentes eventos
de interés criminalístico. Se auxilia de múltiples paquetes de programas informáticos
en el proceso de modelación física matemática de eventos y brinda además un
resultado gráfico, muchas veces animado secuencialmente.
Este procedimiento permite mostrar en un video (secuencia a cuadros) el movimiento
de los vehículos y peatones, antes, durante y después del impacto.
 Experimento de Instrucción de Accidentes de Tránsito.

Esta acción de instrucción, durante la investigación de los Accidentes del Tránsito,


permite conocer la posibilidad de percibir algún tipo de fenómeno u objeto, ver u oír
en una situación concreta de la vía, conocer una u otra marca de automóvil desde
un lugar determinado al reproducir la situación investigada, la presencia o ausencia
en el chofer de habilidades profesionales al cumplimentar una maniobra específica,
una reparación o la asistencia técnica del vehículo, la posibilidad de efectuar una
maniobra en un sector concreto de la vía, las cualidades de frenado del vehículo, etc.

Es posible también determinar experimentalmente el mecanismo de formación de


huellas concretas en la cubierta de asfalto de la vía o para conocer determinados
indicadores de la dinámica del vehículo: su aceleración, el espacio que es capaz de
recorrer en un tiempo y a una velocidad determinada, el espacio que recorre antes
de detenerse al accionar los frenos a una velocidad determinada.

Al desarrollar experimentos de instrucción con vehículos en movimiento, deberá


prestarse especial atención a garantizar la seguridad tanto de los participantes en el
experimento, como de los curiosos que puedan aproximarse.

Bibliografía.

 Hernández de la Torre, Rafael.


10
La Criminalística en preguntas y respuestas, Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana, 2016.

 Hernández de la Torre, Rafael.


Lecciones de Criminalística, Editorial La Voz del Istmo, Veracruz, México, 2010.

 Huellas en la vía. Artículo publicado el 1 de mayo de 2006. Disponible en:


http://www.criminalistca.net/forense/podiunforense/accidentilogia/huellas-en-la-
via.htlm. (Consulta del 3 de agosto de 2021).

 Irureta, Víctor.
Accidentología Vial y Pericia”, Ediciones La Rocca, Buenos Aires, 1996.

 Ley de Procedimiento Penal.


Ley No. 5 de 13 de agosto de 1977, publicada en la Gaceta Oficial de la
República de Cuba, edición ordinaria, de 15 de agosto de 1977

 Ley No. 62.


Código Penal: Gaceta Oficial de la República de Cuba, La Habana, 1987.

 Posada Jeanjacques, José Ángel.


Infografía Criminalística, Intranet del MININT, WWW. DICRIM, La Habana, 2009.

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