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El Cerebro humano busca primordialmente realizar y tomar decisiones emocionalmente.

¿Por qué?
Requieren menos habilidad cognitiva:
- Chequeo de razones fundamentales
- validación de conceptos base
- Relacionamiento de ideas y narrativas
- Sustentamiento en hechos comprobables o estadísticos
- Adquisición de nueva data y su posterior procesamiento a información
- Análisis para afirmación o negación
Requiere menos energía. Está demostrado que el uso moderado e intensivo del cerebro consume
más recursos de nuestro organismo. Principalmente calorías. Esto tiene un impacto en la cantidad de
energía disponible y la administración que el cerebro hará de la misma.
Requiere menos tiempo. Sentarse a meditar sobre cualquier asunto implica utilizar una cantidad de
tiempo, a veces indeterminada, para poder resolver la ecuación del razonamiento del que estamos
haciendo análisis.
En general, es más fácil recurrir y apoyarse en lo que nos han condicionado desde niños, lo que nos
enseñaron a creer, lo que has experimentado en la vida, en la opinión de los demás, lo que te
recomiendan tus amigos, etc.
El cerebro es nativamente muy conservador de la energía disponible en el cuerpo. Está orientado
por default a la auto preservación. De hecho, se dice mucho que el cerebro está predispuesto a la
flojera, por eso la primera respuesta que solemos tener es saltar directamente a conclusiones.
Fíjense lo que implica el “pensar”:
Procesar, analizar, validar, comparar, investigar, contextualizar, sintetizar, amalgamar, resumir,
indexar, desarticular, calcular, medir, sopesar, reflexionar, catalogar, enumerar, contabilizar,
discurrir, cavilar, estudiar, recapacitar, opinar, entender, juzgar, considerar, estimar, creer,
proyectar, planear, inventar, idear, imaginar, sospechar, hipotetizar, suponer, etc.
Cuando el saltar directo a las conclusiones se desarrolla como un hábito, el esfuerzo de pensar es
rechazado en las primeras instancias ya que se creo una configuración de funcionamiento con bajos
niveles de uso y consumo de energía, es decir, poca actividad cognitiva.

La información es presentada a nosotros de forma tal, que dispara respuestas emocionales, que
luego buscan llevarnos a saltar directo a las conclusiones, evitando el trabajo real que éstas implican
en un proceso formal de pensamiento, toda la energía que consume y todo el tiempo que amerita
llegar a las mismas.
Esto nos lleva a ‘razonar emocionalmente’.
No importa acá si eres un superdotado e inteligente o tienes bajo EQ, poco importa la raza, color de
tu piel, juego de creencias, credos o fe, tu nivel educativo o la cultura general que domines, todos
los cerebros buscan decidir primordialmente a través de las emociones, usando para ello un ‘lente
emocional’.
Esto lo llamamos “Razonamiento Emocional”, Pero…
Emoción y Razón son dos cosas completamente diferentes, así que, cuando usamos el lente
emocional para razonar, entonces vivimos en una distorsión cognitiva.
Para esto hay una recomendación en las Escrituras:
¡Desconfía de ti mismo!
Jeremías 17:5-10,13
v5 Esto dice el SEÑOR: «Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que
se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del SEÑOR.
v6 Son como los arbustos raquíticos del desierto, sin esperanza para el futuro. Vivirán en lugares
desolados, en tierra despoblada y salada.
v7 Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y
confianza.
v8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A
esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre
verdes y nunca dejan de producir fruto.
v9 »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente
sabe qué tan malo es?
v10 Pero yo, el SEÑOR, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos
les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».
v13 Oh SEÑOR, esperanza de Israel, serán avergonzados todos los que se alejan de ti. Serán
enterrados en el polvo de la tierra, porque han abandonado al SEÑOR, la fuente de agua viva.
¿Por qué debo desconfiar de mí mismo?
Veámoslo también desde un ámbito bíblico.
[insertar estudio sobre el texto acá]

No podemos tomar decisiones sin las emociones.


Si pudiéramos apagar por completo el área o la función del cerebro y cuerpo a cargo de las
emociones, pudiéramos recibir todos los argumentos y razones sobre un tema en particular (por ej.
“el pescado es mejor que la carne en temas nutricionales”), y al final no tendríamos la capacidad de
tomar una postura clara al respecto, porque sin la habilidad de procesar emocionalmente la
información no podríamos tomar una dirección u otra en términos de decidir.
Nuestras emociones están influenciadas por nuestro marco personal de referencia, lo que implica
que todo lo que nos ha sucedido desde la infancia hasta hoy, crea el contexto que disparará una
emoción.
El problema de esto es que, en un razonamiento dado, esa emoción disparada hace que una decisión
se “sienta obvia o correcta”, sin que necesariamente lo sea.
Entonces hemos mapeado el terreno, ya sabemos cómo tomamos las decisiones y por qué lo
hacemos de esa forma.
El siguiente paso, si seguimos usando terminología táctica, sería recabar información de calidad y
centrarnos en la Verdad.

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