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El titulo viene dado por las convicciones que alcanzo la historiografía hacia los
años ochenta, luego de disputas sobre los objetos de estudio de la historiografía.
El núcleo de esta discusión señalaba el proceso de profesionalización de la
historia fuertemente ligada a la política; a esta historia no le faltaron actores que
dieran cuenta del trasfondo presente y social con el que se caracterizó en un
principio, la variedad de actores organizando sus propios pasados fueron el eje de
discusiones actuales. Por ultimo a este revisionismo de los 80 le era
imprescindible incorporar a la agenda esos procesos y prácticas desplegando
líneas de trabajo que surgen de esa variedad de perspectivas.
Ya hacia esta época los historiadores se adjudicaban un rol social, el cual sus
pares europeo ya habían asumido décadas atrás, el fin educativo era hacer
conocer los grandes hechos y grandes hombres, la imagen encendida de la patria.
Pese a otras corrientes interpretativas es lógico que debían adscribirse al eje de
reforzar la identidad y o legitimar posiciones para así instalarse en el mercado
editorial.
Autores como de Certeau, Le Goff, Hobsbawn y Ranger, Pierre Nora, Peter Novick
sumado a una corriente de conciencia histórica, de estirpe alemana, brindaban
pistas y herramientas para la tarea de reconsideración de nuestros problemas.
Concluye con el ideal de organizar una imagen más fiel y precisa de esa
transformación, cuya explicación cabal tendrá que recurrir una vez más, según
entiendo, a factores que exceden la profesión y remiten a su contexto.
Fernando J. Devoto
La historia de la historiografía a conocido un sostenido crecimiento en las últimas
décadas, previamente ha surcado periodo de florecimiento, seguido de relativo
ostracismo, su llegada a argentina se gesta en los periodos de entre guerras
producto de las oleadas emigratorias de países como Italia o Alemania, la
historiografía no fue tan fructífera en Francia producto de la poca afinidad de
reconocidos historiadores que fundarían Annales.
Otras líneas de pensamiento historiográfico son muy claras también como la que
se asocia a la sociología con Pierre Bourdieu, estudiando en contexto profesional
en el que operan los historiadores,
Devoto considera que una historia de la historiografía debería ir más allá de las
meras analogías formales entre textos, que en el pasado permitían relacionar, en
forma a menudo imprecisa y azarosa, a un autor y una obra con otros y otras y
con esquemáticos grandes climas intelectuales. Producto de que la historiografía
se presenta como una multiplicidad de enfoques dispersos e inconexos. El aspira
a la unión de estos enfoques lo que permitiría mayor comprensión por parte de
historiadores, obras y contextos.
Sánchez Costa
Ya los ciudadanos del siglo XIX y XX sabían que su futuro sería distinto a su
pasado, generando un nuevo régimen de historicidad, caracterizado por la ruptura
con el pasado, anhelando la amplitud de horizontes y progreso. Así, al despertar
en el siglo XXI, el pasado se ausenta del presente, la brecha entre siglos incluso
décadas es cada vez mayor. La humanidad no a temido al futuro, aunque las
trágicas experiencias del siglo XX y las crisis de las grandes narrativas han
truncado la certeza y el optimismo ilustrado. El hombre posmoderno se percata de
que la historia se mueve a gran velocidad, pero no sabe exactamente hacia
donde, es precisamente la fragilidad del presente y la incertidumbre del futuro lo
que ha producido la eclosión del interés por la historia siendo esta estable y
segura, así el pasado reaparece como memoria.
La historiadora alemana Aleida Assman, indica tres motivos por los que nuestra
sociedad se asoma a la historia. Razón identitaria, Lúdicocognitiva y Ética. En
efecto la aproximación al pasado tiene un tono identitario. En un mundo de
constante cambio la historia en el refugio de la identidad.
A partir del siglo XIX despierta un interés por el estudio de la memoria, algunos
autores como el sociólogo Francés Maurice Halbwachs sugirió que la memoria
individual no existe per se. Para el la memoria está condicionada por el contexto
social y lingüístico en que emergen. La memoria humana no retiene el pasado,
sino que lo reconstruye desde el presente gracias a sus vestigios y a la
comunicación social. La memoria del sujeto depende entonces de lo que otro le
cuente sobre el pasado, de los discursos y recursos memorísticos que en un
determinado momento prevalecen en la sociedad.
La conciencia histórica les parece a los adultos algo evidente, sin embargo los
niños más pequeños viven inmersos en el presente. Hasta los doce años no
empezamos a ubicar los hechos históricos en su perspectiva temporal correcta.
Tenemos que aprender a historiar la realidad, para lo cual nos ayuda la sociedad,
con el paso de los años no solo aprendemos a situarnos en un marco temporal de
nuestra vida, sino que también empezamos a situarnos en el marco de una
historia mucho más amplia. Gracias a la comunicación y el relato aprendemos que
el bisabuelo que nunca conocimos existió y es causa de nuestra existencia.
Lo interesante son las razones que mueven a los políticos a promover una
determinada política de memoria.
Ente los medios textuales, cabe destacar los libros de temática histórica. Entre los
más relevantes se encuentran los manuales de textos escolares. Que constituyen
esencialmente a moldear la conciencia histórica de los jóvenes.
Debemos estudiar por tanto no solo el texto, sino también el contexto. Este
contexto está conformado, en buena medida, por la propia infraestructura de la
cultura histórica (Intenciones de los emisores, Medios disponibles, Posición de los
receptores), pero también por las condiciones sociales y culturales en la que estos
discursos emergen.
Analía Gómez
Partamos primero de las definiciones de sociedad para el autor, según la cual esta
se encuentra constituida por un conjunto de campos (político, cultural, religioso,
científico, etc.) campos que a su vez pueden subdividirse en otros. Quienes los
componen tienen distintos tipos y volúmenes de capital, no solo económico sino
también social (conjunto de relaciones) y cultural (bienes incorporados, como la
oratoria; obras de arte y bienes institucionalizados, tales como los reconocimientos
académicos).
Cada campo se constituye como una red en la que se entrelazan las diferentes
posiciones jerárquicas entre los distintos agentes y grupos que lo conforman. Las
relaciones desiguales están definidas por la posesión o producción de una forma
específica de capital, propia del campo en cuestión. Existen leyes generales a su
funcionamiento.
1_ la existencia de un habitus conocido por quienes integran el campo. El habitus
remite a mecanismos mediante los cuales se interiorizan las reglas propias de
cada campo generando así prácticas propias que lo diferencian de otros.
2_ al interior de cada campo existe una relación de fuerzas que lo integran entre
agentes y las instituciones. (Desigual distribución de capital).
Al incurrir nuevas miradas sobre los objetos de la historia y sobre sus prácticas
pueden observarse “las luchas” que tienen lugar en el campus historiográfico, la
ruptura sin embargo no son abruptas. Podemos decir que los grandes cambios en
las formas de hacer historia estuvieron relacionados con crisis en el espacio
social. los intelectuales son un sector dominado de la clase dominante por un lado
son dominantes en tanto detentan un determinado tipo de capital, en este caso
simbólico y, por tanto, son dominados en su relación con el poder político y
económico. pero también tienen un poder, el simbólico de “ hacer ver y de hacer
creer”, qué pueden poner “ al servicio de los dominantes” o al “ servicio de los
dominados”
Un lugar
¿Qué entiende Michel de Certeau por un lugar? Este es tanto la esfera social en la
que toda producción historiográfica se practica como el ámbito específico de
elaboración.
Respecto a la Esfera social su consideración permite tomar conciencia del rol que
pretende ocupar la historia y lo que la sociedad demanda de ella. no se piensa el
trabajo del historiador tan sólo desde “la autonomía del lugar teórico” sino como
parte de un entramado social al que pertenece. En historia, toda doctrina que
reprima su relación a la sociedad es abstracta. Niega aquello en función de lo que
se elabora. Sufre Entonces los efectos de distorsión debido a la eliminación de lo
que la sitúa efectivamente sin que lo diga o lo sepa, el discurso científico que no
habla de su relación con el cuerpo social no puede articular una praxis. Deja de
ser científico. Esta relación al cuerpo social es precisamente el objeto de la
historia. Pensar entonces la relación entre la historia y el lugar que ocupa en la
Esfera social nos permite comprender los cambios que se producen en la
historiografía. la historia de la historiografía nos permite constatar que estas
modificaciones suelen producirse cuando se registran cambios y o crisis en la
Esfera social.
Las prácticas
La escritura
En varias de sus publicaciones Michel de Certeau definió a la historiografía como
la historia y su escritura, es decir, la relación entre el discurso y sobre lo que este
trata.
¿Cómo se verifica? por ejemplo, a través del uso de las “citas”, las referencias, las
notas a pie de página, etc. las mismas nos permiten hacer referencia a otros
autores remitiéndonos a este nosotros que permite concebir la producción de un
historiador como parte de un conjunto más amplio y como el resultado de una
serie de convenciones disciplinarias, de esta forma la cita otorga verosimilitud para
el relato y una convalidación del saber; produce, pues, la confiabilidad