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Universidad Gerardo Barrios

Unidad I - Metodología para la Investigación


Científica

Introducción a los fundamentos de la investigación científica


Esta primera unidad es una invitación a problematizarse sobre los fundamentos de la
investigación científica, además de una oportunidad para tener claridad sobre los
componentes esenciales de una estrategia de investigación en ciencias naturales y
sociales. Para ello, es importante apropiarse de nociones acerca de lo que son el
conocimiento científico y la ciencia, y su diferencia respecto de otros saberes. Preguntas
importantes son, entre otras: ¿Qué es la ciencia?, ¿En qué consiste el conocimiento
científico?, ¿Qué es investigar científicamente? y ¿Cuáles son los componentes de una
estrategia de investigación científica?

Ciencia, estrategia de investigación y componente básicos de un proceso investigativo

Concepto de conocimiento y tipos de conocimiento

Noción de investigación e investigación cientí ca

Tipos de Investigación cientí ca


Glosario de términos

Recursos complementarios

Actividad formativa
Lección 1 de 7

Ciencia, estrategia de investigación y


componente básicos de un proceso
investigativo
Universidad Gerardo Barrios

Una primera mirada a la ciencia y la investigación

Lo correcto no es hablar de ciencia, en singular, sino de ciencias en plural. Y, para comenzar, es


oportuno decir que las ciencias tienen una gran división que por un lado coloca a las ciencias puras (o
formales) y por otro lado a las ciencias empíricas o fácticas. En esta asignatura, son estas últimas el
tema de interés, pero es útil tener en mente el siguiente esquema para ver, desde ya, y de manera
simplificada, la riqueza del mundo científico.

Se trata aquí, pues, de las ciencias empíricas o fácticas, para las que se usa la expresión “ciencia”. En
una primera idea, siguiendo a González se puede decir que la ciencia es experimentación, claro está,
pero es también teorización. Sin hipótesis no hay búsqueda fructífera de datos, sino una búsqueda
ciega. Y las hipótesis sólo tienen sentido en el marco de los campos teóricos de las distintas
disciplinas científicas. Esos campos teóricos expresan, precisamente, la explicación científica de la
realidad, sostenida por un andamiaje de pruebas que son los que hacen del saber científico algo no
definitivo, pero sí confiable (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021).

La ciencia es, también, investigación. Y toda investigación es siempre una acción sobre la realidad
socio-natural. Pero no hay investigación sin pensamiento, sin reflexión y sin guía teórica. Sostener
lo contrario es apostar por un empirismo ingenuo hace tiempo superado, pero que permea
lamentablemente algunos manuales de investigación en los cuales se afirma que la investigación
científica comienza con la observación de los fenómenos. En fin, para hacer y hablar de ciencia hay
que conocer lo que hacen y dicen los científicos; y se hace investigación investigando, no siguiendo
recetas que indican un ABC inexistente en el mundo real de la investigación científica (González,
Ciencia, tecnología y economía, 2021, párr. 12).

Ilustración 6 ¿Qué es la ciencia? Fuente: Docente Autor de Contenido

 “Descartes y Bacon –dice Steven Weinberg— son sólo dos de los filósofos que a lo largo
de los siglos intentaron formular reglas para la investigación científica, algo que nunca
funciona. Aprendemos a practicar la ciencia no imponiendo reglas acerca de cómo
practicarla, sino a partir de la experiencia de trabajar en ella, impulsados por la
satisfacción que obtenemos cuando nuestros métodos consiguen explicar algo”
(Weinberg, 2015).

¿Investigar para qué? Para conocer la realidad natural y social, pero también para transformarla en
función de las necesidades humanas. Hacer habitable el mundo para los seres humanos: ese es el
ethos de la ciencia moderna, desde sus primeros albores en el Renacimiento. Precisamente, en virtud
de ese ethos es que la ciencia terminó vinculándose a la tecnología de manera tan íntima, creativa y
productiva. No obstante, como anota Weinberg, “la búsqueda de conocimiento de valor práctico
puede servir como correctivo para la especulación descontrolada, pero comprender el mundo posee
un valor en sí mismo, conduzca o no a algo útil” (Weinberg, 2015, pág. 221).

A la pregunta sobre cómo se debe entender la ciencia, una respuesta razonable es la siguiente: la
ciencia puede ser entendida como un quehacer, como una actividad humana particular, que se
caracteriza por la búsqueda de explicaciones a fenómenos naturales o sociales que directa o
indirectamente afectan al ser humano. Se trata aquí de las ciencias empíricas, distintas de las ciencias
puras, es decir, la lógica y la matemática.

Por lo dicho, la ciencia es por definición una actividad investigativa, un ejercicio de búsqueda de
respuestas a interrogantes sobre la realidad que, por lo demás, nunca son definitivas, sino
aproximaciones a los secretos de la realidad natural y social. Es usual que, a los resultados de esa
búsqueda, que comenzó formalmente hacia 1500 (pero que se remonta a la antigüedad griega), se les
llame ciencia: las teorías bien establecidas que las distintas comunidades científicas consideran válidas.
En otras palabras, es usual que se llame ciencia al saber científico consolidado, pero no se debe olvidar
que ese saber es resultado de una búsqueda, esto es, de una práctica investigativa.

Entonces, los logros de la ciencia son resultado de esfuerzos de investigación realizados con el fin
encontrar una explicación a los enigmas/problemas que plantea la realidad natural y social. Dos
palabras son claves en este planteamiento: una, en lo que se acaba de señalar, es “explicar”. La otra
palabra clave es “problema” (o enigma). De hecho, en la investigación científica los problemas son los
desencadenantes del proceso investigativo; y encontrar, documentar, delimitar y definir un problema
constituyen verdaderos problemas en la investigación científica. El problema de investigación es un
problema, como se verá en esta asignatura. En cuanto a la explicación de un problema (natural o social-
humano), en ciencia significa encontrar el factor o factores que lo causan, provocan, condicionan o, al
menos, influyen en el mismo. Buscar ese factor o factores y establecer la relación que tiene con el
problema: eso, dicho de manera sencilla, es investigar científicamente.

Problema y explicación

Una estrategia investigativa se establece, pues, a partir de la identificación de un problema de


investigación, lo cual no suele ser un asunto fácil. La dificultad muchas veces comienza con la
comprensión de lo que es un problema en ciencia. Es útil comenzar por clarificarlo.

¿Qué es un problema? En el sentido común y cotidiano es algo que nos perturba, por inesperado o
porque rompe con el estado de equilibrio en el que estamos. No es raro que eso que nos perturba sea
algo extraño para nuestro conocimiento, es decir, que sea algo desconocido. Y es ese el meollo en la
búsqueda de conocimiento: que algo se nos presente como un problema que no conocemos y que,
por tanto, queremos conocer.
Cuando un problema cobra esa forma, se convierte en algo que nos genera preguntas (qué es, cómo
surgió, qué lo ha causado, cuándo es que sucede, con qué se relaciona), preguntas que a su vez se
convierten en un desafío para nuestra inteligencia.

O sea, un problema, visto desde el conocimiento (o desde el sujeto que conoce), es algo que nos
desafía porque desconocemos su razón de ser, los factores que lo provocan, las relaciones que tiene
con otros problemas, o porque desconocemos su dinámica interna. Esta preocupación por conocer las
cosas, por hacernos problema de ellas y buscar respuestas, está inscrito en las estructuras neuronales
de la especie Homo sapiens, a la que pertenecemos. Las respuestas, cuando han sido acertadas, han
permitido un mejor dominio del entorno y eso ha favorecido nuestra supervivencia a lo largo de unos
200 mil años.

Un problema nos puede desafiar intelectualmente: se refiere a algo que no conocemos y queremos
conocer, aunque no siempre podamos. También nos puede desafiar desde urgencias prácticas, porque
afecta nuestra vida o la de nuestros semejantes.

Por lo anterior, el punto de partida de los procesos de investigación son determinados problemas, que
el investigador quiere desentrañar y explicar. Buena parte de los esfuerzos preparatorios de una
investigación (y de una tesis de grado en Maestría) se concentran en encontrar un problema de
investigación y definirlo de la manera más precisa que sea posible. Esto lleva su tiempo, pues no es fácil
hacer un buen planteamiento del problema de primas a primera.

Un primer requisito es que el problema sea real y explicable. Que el problema sea real quiere decir que
existe en la realidad. Problemas inexistentes no son problemas. Y muchas veces se gastan energías
valiosas en pseudoproblemas, lo cual estanca la investigación y genera la falsa visión de que la ciencia
consiste en estudiar fenómenos ficticios o situaciones fantásticas. Asimismo, un problema de
investigación debe tener una explicación, es decir, deben ser cognoscibles los factores que lo explican,
su evolución o su relación con otros problemas, eventos o sucesos. Un problema del cual no haya
manera de establecer factores explicativos (reales) no es un problema para la ciencia.

De esto último se desprende lo crucial que es en la ciencia la búsqueda de explicaciones para los
problemas que se establecen como objetos-temas de investigación. Es momento de anotar algunas
ideas que indiquen qué se entiende por explicación en ciencia y su importancia para las teorías
científicas.

Las explicaciones constituyen el tejido de las teorías científicas, que son a su vez el mejor y mayor
resultado del trabajo científico. Las teorías científicas pueden ser definidas como elaboraciones
conceptuales, lógicas, sistemáticas y sustentadas por pruebas empíricas, sobre cómo se comportan
determinados fenómenos naturales o sociales; sobre su funcionamiento; sobre la relación que hay
entre hechos o proceso particulares; sobre cómo cambian o se transforman en el tiempo y en el
espacio.
C O NT I NU E

El carácter relacional de la ciencia

Un aspecto definitorio de la ciencia o de la


investigación científica es la mirada relacional con la
que se enfrenta a la realidad.

En la ciencia, por lo general, se juega y trabaja con hechos que están relacionados o cuyas relaciones
posibles se pueden establecer. Esta característica de la ciencia será tratada cuando veamos aspectos
más operativos del anteproyecto de investigación. (González, Criterios básicos para la investigación
social, 2020)

Así las cosas, en ciencia significa determinar, establecer, clarificar o medir la relación existente
entre dos o más hechos, procesos o fenómenos. Básicamente esas relaciones pueden ser:
causales, funcionales, correlativas, de coexistencia o de transformación. Gráficamente, son útiles las
letras A y B (que se puede referir a cualesquiera hechos) en donde A se relaciona de una cierta
manera con B, y es esa cierta manera la que se buscar clarificar, entender o determinar en la
investigación científica.

En el siguiente cuadro se presentan, esquemáticamente, algunas de las relaciones más interesantes


entre A y B:

 Esquema de relaciones entre A y B


A puede ser la causa de B
A puede implicar, o dar la pauta, para el funcionamiento de B
A puede estar correlacionada con B
Al darse A se da B
A puede transformarse en B (o B puede resultar de una transformación o cambio de B).

En este esquema “B” es lo que se quiere explicar, mientras que “A” es el punto de partida para esa
explicación. Técnicamente, B recibe el nombre de explanandum (problema que se quiere explicar) y A el
de explanans (factores, hechos o situaciones que explican el problema). Francisco Linares Martínez lo
dice de esta manera:

¿Qué es explicar? En el lenguaje habitual, explicar algo es contar historia sobre por qué llegó a
ocurrir… En el lenguaje científico, sin embargo, hablamos de causas: explicar un fenómeno es hallar
las causas que lo produjeron: explicar una clase de fenómenos es identificar las causas que
típicamente generan esa clase de fenómenos. Cualquier explicación está siempre compuesta de dos
elementos: el explanandum (esto es, el fenómeno que pretendemos explicar) y el explanans (esto
es, el conjunto de acontecimientos, entidades o actividades que causó la aparición de ese
fenómeno. (Linares Martínez, 2018 citado en González, Criterios básicos para la investigación social,
2020).

El autor citado añade algo que no se tiene que obviar, y esto: que una explicación válida consta (debe
constar) de los siguientes aspectos: a) el interés del explanandum (debe ser real y relevante); b) el rigor
lógico; c) la eficacia explicativa (debe darse una conexión real entre el explanans y el explanandum); y d)
la claridad y precisión conceptual. (González, Criterios básicos para la investigación social, 2020)
Explicar en ciencia significa, pues, encontrar (establecer, clarificar, determinar, etc.) relaciones entre un
A (que recibe en los manuales el nombre de variable independiente) y un B (que se suele llamar variable
dependiente). Y puesto de esa forma el problema reside en el desconocimiento que tenemos, dado un
B determinado (corrupción, abusos de poder, inoperancia de un marco legal o de una institución, etc.),
de cómo puede estar relacionado, estar causado, ser influido, etc.) por un A determinado. Cuando se
logra establecer algún tipo de relación, entonces se está avanzando en la explicación de tipo científico,
ya sea que se trate del mundo natural o del mundo social.

Es un ejercicio explicativo de ese tipo, de modo muy básico, el que, por ejemplo, deben realizar los
estudiantes de maestría para obtener su grado académico. Con lo dicho, además, ya se tienen unas
primeras pistas para entender lo que es un anteproyecto de Tesis de Maestría. Seguir un esquema
básico de investigación no debe minusvalorarse, pues que sea básico no quiere decir que sea inexacto
o que sea de fácil realización. (pág. 16)

Y en ese esquema básico, el problema y su explicación son dos componentes esenciales.

Asimismo, una meta importante los investigadores –sean científico ya formados o estudiantes de
postgrado—es trabajar, con la dedicación debida, su problema de investigación y plantearlo con
claridad. Debe ser un problema sobre un asunto pertinente para su campo de conocimiento, sobre el
cual haya desconocimiento de los factores (o factor) que lo provoca y sobre el cual se puede aportar
una mejor explicación. Para comenzar, deben identificar el B que quieren explicar. En segundo lugar,
deben identificar el A desde el cual se cree o sospecha que puede darse un influencia, incidencia o
efectos sobre B. Esto irá dando una pauta inicial para los avances posteriores, que se irán articulando
en una estrategia investiga en la que se integran, en orden lógico, otros componentes también
esenciales.

En el cuadro que sigue a continuación se resumen algunas ideas que conviene retener:

 Ideas a retener
I. La ciencia es una actividad investigativa que busca explicar determinados fenómenos
de la realidad natural y social.

II. Los problemas que se establecen como asuntos a explicar son el desencadenante de
una estrategia de investigación.

III. Explicar en ciencia es identificar los factores que influyen, causan, provocan,
condicionan o se correlacionan con un problema.

IV. A los factores explicativos se les llama explanans y al problema que ellos explican
explanandum. Para lo primero se usa la letra A y para lo segundo la letra B.

V. Cuando de logran explicaciones completas y firmes se constituyen las teorías


científicas que tienen dos pilares esenciales: un pilar conceptual y lógico, y un pilar
empírico.

VI. La ciencia es una actividad cuyos resultados se consolidan o se integran en las


teorías científicas o en el conocimiento científico establecido.

Los otros componentes esenciales


Dicho lo anterior, ahora sigue un planteamiento de los otros componentes de una estrategia de
investigación científica, que, asimismo, deben estar presentes en un anteproyecto de investigación
para un postgrado. Esos componentes se insertan en una visión lógica de la estrategia de
investigación científica. De ahí que la discusión comience con esa visión lógica y luego de desarrollan
sus componentes. Es importante entender, de entrada, que un esfuerzo investigativo supone una
estrategia, es decir, una línea de acción caracterizada por ser un proceso (escalonado, ordenado,
secuencial) en el cual se van encadenando los distintos componentes de la investigación. (González,
Criterios básicos para la investigación social, 2020)

Hay una lógica en ese proceso, es decir, un orden necesario en el cual, como una madeja, de los
pasos previos se van derivando los pasos posteriores. Se presenta el siguiente esquema, con los
componentes esenciales de toda estrategia de investigación, como un marco para orientarse de
manera inicial. (pág. 27)

Los siguientes esquemas ilustran esta secuencia y componentes, que se explican posteriormente:
Ilustración 11 Esquema 1. Fuente: (González, Criterios básicos para la investigación social,
2020)

Ilustración 12 Esquema 2. Fuente: (González, Criterios básicos para la investigación social,


2020)

Ilustración 13 Esquema 3. Fuente: (González, Criterios básicos para la investigación social,


2020)
Ilustración 14Esquema 4. Fuente: (González, Criterios básicos para la investigación social,
2020)

Los esquemas anteriores, en realidad, son los pasos por seguir, en la secuencia siguiente:

Planteamiento del problema.

Preguntas de Investigación.

Hipótesis.

Técnicas/Datos de investigación.

Justificación práctica-teórica.

Estado del arte (Marco teórico).

Por supuesto que el problema inicial no surge de la nada: surge de la lectura que el investigador,
armado con un bagaje teórico determinado, es capaz de “ver” como problema en la realidad que le
rodea.

Fue en ese sentido que Karl Popper propuso que la investigación científica tiene un punto de partida
no en los problemas, sino en algo previo: las teorías que tiene en su mente el investigador.

El esquema popperiano es el siguiente: teorías establecidas (conjeturas aceptadas) --> problema -->
respuesta tentativa (hipótesis o conjetura a falsar) --> falsación por la experiencia o por el análisis
teórico). Como anota (González, Epistemología y racionalismo crítico (Los griegos y Karl Popper), 2001):

Esta es la propuesta de Popper acerca de cómo se procede en el mundo de la ciencia. Él lo llama


procedimiento de las "conjeturas y refutaciones" o método falsacionista. Lo fundamental en el
mismo es que la actividad científica se caracteriza por el ejercicio sistemático de la refutación o
falsación de las teorías establecidas o de nuevas hipótesis. ‘Aprendemos siempre muchísimo por
medio de una falsación’ --dice Popper. Y continúa: ‘no sólo aprendemos que una teoría es falsa, sino
que también aprendemos por qué es falsa. Y, sobre todo, obtenemos un nuevo problema, más
rigurosamente formulado; y un nuevo problema es, como ya sabemos, el verdadero punto de
partida de un nuevo desarrollo científico’. (pág. 281)

Referencias bibliográficas

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Jauretche: https://www.unaj.edu.ar/wp-content/uploads/2017/02/Introduccion-al-conocimiento-
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González, L. A. (2001). Epistemología y racionalismo crítico (Los griegos y Karl Popper). doi:
https://doi.org/10.5377/realidad.v0i81.4084

González, L. A. (2020). Criterios básicos para la investigación social. Recuperado el 16 de 04 de


2021, de Sarraute Educación: https://sarrauteducacion.com/wp-
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Linares Martínez, F. (2018). Sociología y teoría social analíticas. Madrid: Alianza.

Maranto Rivera, M., & González Fernández, M. E. (01 de 2015). ¿Qué es la ciencia? Recuperado el 15
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https://repository.uaeh.edu.mx/bitstream/bitstream/handle/123456789/16697/LECT129.pdf?
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Navarro, J. (Octubre de 2012, párr. 1). ¿Qué es investigar? Recuperado el 15 de 04 de 2021, de


Definición ABC: https://www.definicionabc.com/general/investigar.php

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Recuperado el 15 de 04 de 2021, de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2274043
Lección 2 de 7

Concepto de conocimiento y tipos de


conocimiento
Universidad Gerardo Barrios

La investigación científica descansa en unos soportes (momentos, aspectos o componentes) que son
puestos en juego en procesos investigativos concretos, tanto en las ciencias naturales como en las
ciencias sociales. Esos soportes son los pilares fundamentales en las estrategias de investigación
científica, es decir, las bases sobre las que se sostienen los ejercicios investigativos en la ciencia. En esta
primera unidad se ofrece una visión global de los componentes (momentos, aspectos) que forman el
andamiaje de la investigación científica, así como sobre su articulación secuencial y lógica, pues la
investigación científica es, sobre todo, un proceso y, como tal, algo dinámico, creativo y vivo. Se
comienza, para entrar en materia, con una aproximación al importante tema del conocimiento
humano y a los tipos de conocimiento que se tienen.
Asimismo, para el desarrollo de los contenidos de esta unidad el Docente Autor de Contenidos ha
tenido como base de referencia algunas publicaciones de su propia autoría, cuya referencia se deja
indicada en los lugares oportunos. Un texto clave en varias partes estos desarrollos es el escrito “Una
reflexión sobre el conocimiento”, publicado en la Revista Digital América Latina en Movimiento, en
2019. Otro texto de apoyo esencial es: “Criterios básicos para la investigación social (Publicado en
Sarraute Educación, 2020)

Punto de partida
Para comenzar con el interesante tema del conocimiento, se tiene que decir que puede parecer,
cuando se habla del mismo, se aborda algo alejado de los problemas cotidianos. Pero eso es aparente.
Porque, en la vida cotidiana, las decisiones, acertadas o no, que toman las personas están fuertemente
condicionadas por el poco o mucho conocimiento que éstas tienen de sí mismas y de la realidad que
les rodea. Asimismo, en no pocas ocasiones esas decisiones están influidas por la confusión que se
suele hacer –y qué es tan vieja como la especie humana— entre lo que sucede en la cabeza de las
personas y la realidad, que es irreductible a las ideas, fantasías y sueños que se puedan tener sobre ella
(González, Una reflexión sobre el conocimiento, 2019).

Creer que la realidad se comporta según los pensamientos, ideas o fantasías que se tienen sobre la
misma ha dado (y da) lugar a decisiones y comportamientos individuales y colectivos muchas veces
dramáticos, pero los seres humanos nos resistimos a aprender las lecciones que nos han dado los
200 mil años que tiene de bregar en el planeta nuestra especie. (González, Una reflexión sobre el
conocimiento, 2019, párr. 2)

Siempre está presente la tentación de confundir la realidad con las ideas que nos hacemos de ella; se
sigue creyendo que son las fantasías subjetivas la que la crean y le imponen su lógica, y no que la
realidad sigue su camino según su propio ritmo, no siempre lógico, al margen de las ilusiones humanas.
Así pues, no está demás pensar sobre el conocimiento, sus posibilidades y límites, especialmente sobre
ese fabuloso logro humano que es el conocimiento científico.

Un punto de partida imprescindible, a la hora de hablar del conocimiento, consiste en dar una
definición mínima del mismo. Hay una larga tradición epistemológica y científica que ayuda a ello y que
permite no perder el rumbo cuando se habla del conocimiento. Desde la antigüedad griega se sabe que
una cosa es el conocer, que apunta a un “proceso”, y otra el conocimiento, que se refiere a un
resultado, es decir, a algo ya logrado. Como proceso, el conocer consiste en el esfuerzo humano por
apropiarse de lo que los que los griegos llamaban la Verdad de la realidad, para construir las verdades
humanas, siempre aproximadas, a la primera. En ese esfuerzo se hacen presentes las energías,
creatividad, sentimientos, sentidos e inteligencia de las personas, que armadas con sus capacidades y
habilidades lingüísticas exploran la realidad para conocer sus secretos. O sea, en el proceso de conocer
el ser humano, con su subjetividad (y todo lo que esta contiene) y su cuerpo, se enfrenta a una realidad
externa que tiene su propia consistencia, dinamismos, legalidad y estructura, con el propósito de
construir una visión (una concepción) acerca de cómo funciona esa realidad, cuáles son sus
componentes, cómo estos componentes se relacionan entre sí, cómo evolucionan y se transforman en
el tiempo y el espacio.

Esa visión, es construcción, es precisamente “conocimiento” –una verdad humana—, pero no


necesariamente conocimiento científico. Para que sea un conocimiento de este tipo se requiere –esto
se verá en detalle más adelante— cumplir dos requisitos esenciales: a) un lenguaje especializado,
caracterizado por el rigor y la coherencia lógica; y b) un conjunto de datos (pruebas, evidencias)
tomados sistemáticamente de la realidad con instrumentos que puedan ser usados por terceros para
corroborar la veracidad de esos datos.

Una mirada a los tipos de conocimiento


Lo anterior ha llevado a que haya quienes se resistan a aceptar que haya otros tipos de conocimiento,
reservando ese estatus exclusivamente al conocimiento científico. No hay duda de la ciencia es
potente en sus conquistas y mal se haría en no defenderla como la mejor herramienta de la que se
dispone para decir cosas sobre el funcionamiento y legalidad de la realidad natural y social.

Pero ¿dice la ciencia todo lo que hay que decir (o que interesa a las personas) sobre la realidad? Aquí de
nuevo habrá quienes no duden en afirmar que sí, es decir, que la ciencia confronta al ser humano con
los mayores misterios que puedan interesarle, y si se revisan los logros de la astronomía y de la física
no se puede menos que estar de acuerdo, al menos parcialmente, con los que ven las cosas de esa
manera.
Sin embargo, hay temas (o problemas) humanos en los que la ciencia tiene poco que decir (o lo que
dice es insuficiente), aunque explique (o pueda explicar de manera extraordinaria) los mecanismos
físicos, químicos, biológicos o sociales que intervienen en su gestación y funcionamiento. Es el caso
del significado de la vida y de la muerte, el amor, el odio, las pasiones, los celos, la amistad y el
rencor; o las interrogantes que tienen que ver con lo que es la realidad o el ser humano en su
sentido profundo y último. (González, Una reflexión sobre el conocimiento, 2019, párr. 17)

Es cierto: la investigación científica está explorando estos fenómenos, pero todavía no hay
explicaciones científicas firmes sobre ellos.

De hecho, esos asuntos han ocupado a los seres humanos desde siempre; y mucho antes de
que la ciencia irrumpiera como el saber especializado y potente que es. Hubo un tiempo en que
las narraciones mitológicas-religiosas fueron la mejor respuesta que se tuvo para esas
interrogantes y preocupaciones. Los mitos y las religiones –que han sido elaborados por
prácticamente todas las civilizaciones— fueron un tipo de conocimiento sin duda no
“explicativo”, pero que daba a sus seguidores una idea de cómo era la realidad y, sobre todo, de
sus orígenes. Se trató de una construcción cognoscitiva fuertemente ligada al conocimiento
común sin el cual las dinámicas básicas de la vida –tratar a otros, buscar comida y refugio, evitar
los peligros— no serían posibles. (González, Una reflexión sobre el conocimiento, 2019)

Se puede discutir hasta qué punto el conocimiento común y mitológico-religioso son


“conocimiento” en sentido estricto, pero no que los seres humanos han hecho (y hacen) uso de
los mismos de manera permanente. Y si es así, algo dicen de la realidad natural y personal,
aunque sea algo que no constituya una explicación lógica y con una base empírica.
Seguramente, eso ayude a entender los múltiples errores a los que dieron y dan lugar, y por qué
se hizo necesario buscar otras formas de conocimiento.

Y la filosofía no puede ser dejada de lado, porque, en efecto, el conocimiento filosófico surgió
como una crítica al conocimiento común y al conocimiento mitológico, y abrió las puertas –con los
presocráticos— a la exploración de la naturaleza en su dinámica interna. Es cierto que con el paso
del tiempo la investigación científica cobró una vida propia, separándose de la filosofía. Ésta, por su
parte, no siempre mantuvo firmes sus lazos con la ciencia, dando pie muchas veces a ejercicios
mentales ajenos a la realidad natural, social e histórica. Pero, aún en estos casos –ejemplificados en
los idealismos filosóficos de todas las especies— no puede negarse que “algo” de conocimiento se
ofrecía a los seres humanos desde la filosofía. Asimismo, las preguntas fundamentales de la filosofía
(qué es la realidad, qué es el ser humano y qué es el conocimiento) ponen de manifiesto algo
grueso y profundo de la realidad; y la reflexión filosófica ayuda a indagar acerca de ello, con ideas y
argumentos que permiten posicionarse razonablemente ante los mismos.

Como se dijo antes, la realidad social y humana involucra dimensiones que ni la ciencia ni la
filosofía logran explorar con solvencia: las emociones, la risa y el llanto, las pasiones, los conflictos
personales, el amor y el odio, en una palabra, el drama y la comedia de la vida humana. Ya desde la
antigüedad griega la comedia y la tragedia se erigieron como los medios adecuados para
problematizarse y discurrir sobre lo humano en sus tensiones, conflictos y absurdos. Y así el arte
comenzó a mostrar sus posibilidades para ofrecer un tipo especial de “conocimiento” del misterio
de lo humano.

Desde aquellos tiempos hasta acá el arte no ha dejado de iluminar las interioridades del alma
humana. Poesía, cuento, novela, música, pintura, escultura… todas estas artes han ayudado al ser
humano a conocerse un poco más, sin llegar a definiciones concluyentes o lógicas, y sin ofrecer un
conjunto de pruebas verificables. Y las grandes obras literarias –las clásicas— lo son por los
misterios de lo humano que revelan, ya se trata del amor, las pasiones, el odio, la bajeza, la soledad
o la muerte. (párr. 18)

En suma, si bien es cierto que el conocimiento científico es lo mejor que se tiene para explicar la
realidad natural y humana, no son despreciables los “conocimientos” ofrecidos por otros saberes
(saber común, mitos, religiones, filosofía, literatura, pintura, poesía, música) que explorar el mundo
humano. Condensan lo que con toda propiedad se puede llamar la sabiduría acumulada por la
humanidad en los 200 mil años de existencia del Homo sapiens. Y en esos saberes se hayan presentes
normas que sirven de criterio para juzgar las conductas y orientaciones prácticas para hacer cosas (lo
que los convierte en saberes normativos y procedimentales), que están en la raíz de lo ético-moral, el
derecho y la tecnología (González, Una reflexión sobre el conocimiento, 2019).

C O NT I NU E

Saber científico y conocimiento científico


En el saber o conocer científico, las teorías y las hipótesis –conjeturas acerca de cómo funciona la
realidad— son complementadas con las pruebas empíricas pertinentes, en las que aquellas teorías e
hipótesis encuentran su respaldo, en el sentido de que se refieren a algo (a cosas, a fenómenos, a
procesos, etc.) que suceden en la realidad y no sólo en la mente de las personas. Y cuando esas teorías
e hipótesis tienen una buena base empírica que las sostiene, se convierten en conocimiento científico,
es decir, es una conquista de la ciencia… que pasa a ser un punto de partida para seguir en busca de
otras conquistas cognoscitivas.

Ese conocimiento científico alcanzado, sin importar el campo del que se trate (astronomía, física,
química, biología, sociología o economía) siempre es provisional, siempre es una aproximación a la
Verdad de la realidad. Sin embargo, con todo y lo aproximado que puede ser, su fortaleza ha
quedado más que probada, tanto por los avances indiscutibles en el conocimiento de la realidad
(natural y humana) como por las aplicaciones tecnológicas derivadas del conocimiento científico,
que en la actualidad marcan el rumbo de la economía, la salud, la alimentación, la educación, el
consumo y el bienestar –no sin riesgos y complicaciones— de las distintas sociedades en el mundo.
(González, Una reflexión sobre el conocimiento, 2019)

Lo menos que puede decirse es que el conocimiento científico constituye la mejor aproximación
con la que cuentan los seres humanos para hablar de la realidad. Desde este conocimiento, hay algo
firme: la realidad tiene sus reglas, legalidad, misterio, dinamismos y complejidad, que exceden lo
que los seres humanos pueden conocer de ella. Es decir, el conocimiento humano –como
enseñaron Parménides y Sócrates— es limitado, nunca definitivo, siempre aproximado. Asimismo,
algo que es firme la ciencia es que una cosa es el conocimiento humano de la realidad y otra cosa la
realidad objeto del conocimiento humano. Confundirlas es un gran error; lo mismo que es un error,
que puede ser trágico en ciertas circunstancias, creer que la realidad real es construida por el
conocimiento humano o que, peor aún, está formada por las fantasías, sueños e ideas, que surgen
de la mente de las personas.

La teoría de la relatividad de Einstein cambió la percepción sobre la gravedad. Fuente:


https://www.sciencenews.org

Distinto es, en fin, decir que el conocimiento humano influye en la realidad, pero lo hace a partir de
dinamismos (emocionales, por ejemplo) y comportamientos reales (electorales, por ejemplo) o
intervenciones tecnológicas reales (manipulación de instrumentos, por ejemplo) que tienen
implicaciones reales. Pero estas influencias, implicaciones o intervenciones derivadas del
conocimiento humano, se insertan en la legalidad y complejidad que gobierna a la realidad natural y
social, que, aunque no hubiera presencia humana –y en el caso de la realidad natural esto es
inexorable— seguiría su curso según sus propias leyes. Y, por lo que toca a la realidad social, si bien
la existencia de seres humanos es crucial para su permanencia, esta también tiene su legalidad y
consistencia propias, de modo que tampoco está al arbitrio de la imaginación, fantasías o voluntad
de cualquiera. Así pues, tampoco se puede aceptar que la realidad social es construida por el
conocimiento, aunque qué duda cabe que éste no sólo es parte de, sino que interviene en, esa
construcción, a través de las influencias e implicaciones prácticas (reales) que genera. (párr. 9)

Referencias bibliográficas

González, L. A. (13 de marzo de 2019). Una reflexión sobre el conocimiento. Recuperado el 15 de


04 de 2021, de América Latina en Movimiento: https://www.alainet.org/es/articulo/198681

González, L. A. (2020). Criterios básicos para la investigación social. Recuperado el 16 de 04 de


2021, de Sarraute Educación: https://sarrauteducacion.com/wp-
content/uploads/2020/11/Criterios-basicos-para-la-investigacion-social.pdf

Manrique Tenés, H. (12 de 2008). Saber y conocimiento: una aproximación plural. Acta
Colombiana de Psicología, 11(2), 89-100. Recuperado el 15 de 04 de 2021, de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=79811209

Maranto Rivera, M., & González Fernández, M. E. (01 de 2015). ¿Qué es la ciencia? Recuperado el 15
de 04 de 2021, de Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo:
https://repository.uaeh.edu.mx/bitstream/bitstream/handle/123456789/16697/LECT129.pdf?
sequence=1

Weinberg, S. (2015). Explicar el mundo. El descubrimiento de la ciencia moderna. Barcelona:


Taurus.
Lección 3 de 7

Noción de investigación e investigación


científica
Universidad Gerardo Barrios

La inquietud natural por investigar: lo propio de la ciencia


Ya salió antes en qué consiste investigar: en términos generales investigar es desentrañar un misterio o
enigma. Es encontrar sus piezas internas, los ejes que lo hacen comprensible. En Internet se
encuentran muchas nociones de lo que es investigar, y una de ellas dice lo siguiente:
Investigar es sinónimo de analizar, averiguar o indagar. Realizamos una investigación porque
desconocemos algo y necesitamos aportar algún tipo de solución al respecto. El concepto de
investigación es aplicable a ámbitos distintos, especialmente el científico, el policial o el histórico. La
actividad de investigar es una típica acción humana, que todos los individuos desplegamos en algún
momento de nuestras vidas con la intención de lograr nuevos conocimientos, para solucionar
conflictos o complicaciones que puedan presentarse ante nosotros, o bien para responder a
cuestiones científicas que requieren de una respuesta irrefutable, solamente obtenible a partir de
una consciente investigación sobre la materia de estudio. (Navarro, 2012, párr. 1)

Autores del pasado, como Aristóteles, señalaron que el afán de investigar no sólo es algo propio de los
seres humanos, sino que en ello encuentran éstos la felicidad. Conocer, indagar, aplicar el intelecto al
esclarecimiento de los misterios de la realidad hace felices a hombres y mujeres. En el presente, está
claro que los miembros de la especie humana necesitan, desde que ven la luz, investigar, examinar el
mundo, para ir madurando biológica y psicológicamente. Tal parece que indagar en el entorno y en
nosotros mismos, a partir de las más diversas preguntas, es parte de la naturaleza humana por razones
de la propia evolución biológica del Homo sapiens.

Y esa capacidad, ese deseo, esa inquietud, ha dado pie a actividades especializadas como la
investigación policial, detectivesca y fiscal, así como la investigación científica. Pero también investigan
los escritores de cuentos y novelas, los periodistas y los vecinos cuando hay un extraño en el
vecindario. De Sherlock Holmes el famoso detective de ficción se pueden citar las frases siguientes:

Frases de Sherlock Holmes

“ No existe una combinación de sucesos que la inteligencia de un


hombre no sea capaz de explicar”

- Sherlock Holmes
“ No soy un psicópata, Anderson. Soy un sociópata de alto
funcionamiento. Haga su investigación”

- Sherlock Holmes

“ No se muevan, no hablen, no respiren, estoy tratando de pensar”

- Sherlock Holmes

“ Anderson, no hables en voz alta. Reduces el coeficiente intelectual


de toda la cuadra”

- Sherlock Holmes

“ Escucha lo que dije antes John, lo decía en serio. No tengo amigos.


Yo sólo tengo uno”

- Sherlock Holmes
“ Es un error capital el teorizar antes de poseer datos.
Insensiblemente uno comienza a deformar los hechos para
hacerlos encajar en las teorías, en lugar de encajar las teorías en los
hechos

- Sherlock Holmes

“ Al contrario, Watson, lo tiene todo a la vista. Pero no es capaz de


razonar a partir de lo que ve. Es usted demasiado tímido a la hora
de hacer deducciones

- Sherlock Holmes

“ Yo no diría que lo resolví de manera brillante, lo único que hice fue


seguir un razonamiento analizando todas las pistas. Observar y
razonar son dos constantes en mi vida que no puedo dejar, querido
Watson”

-
Sherlock Holmes
Ahora bien, la investigación científica tiene algo propio: el orden, el rigor lógico y las pruebas empíricas
sistemáticas. Se la puede definir así: es la búsqueda (identificación o determinación) del factor o los
factores que provocan, causan, afectan o inciden en un problema. Pero no se trata sólo de identificar
un factor o factores, sino de establecer el tipo de conexión que existe entre aquel o aquellos factores y
el problema que ocupa (y preocupa) a los investigadores. Esa búsqueda sigue unos pasos, un orden,
una secuencia que de no respetarse puede llevar a callejones sin salida.

La investigación científica es un proceso. Es algo vivo, creativo, pero ordenado. De ahí la importancia de
diseñar estrategias de investigación ante determinados problemas. Es un proceso abierto, nunca
acabado, pues las conclusiones de la ciencia son siempre provisionales.

La naturaleza evolutiva de la ciencia –dice la física Lisa Randall— es una de las razones básicas que
explican por qué hay tanto debate, incluso dentro de la propia comunidad científica… La
investigación, por su propia naturaleza, está en el límite de lo que conocemos. Los experimentos y
los cálculos se diseñan para reducir o eliminar las incertidumbres como sea posible y para
determinar con precisión las que quedan. Sin embargo, aunque podría parecer paradójico, en la
práctica cotidiana la ciencia está llena de incertidumbres. (Randall, 2013, pp. 14-15) .

¿Cuál es la base para la confianza en los logros de la investigación científica? El uso de conceptos
teóricos precisos en sus hipótesis y en sus explicaciones, y un conjunto de datos empíricos,
recolectados y medidos con suficiente precisión, para respaldar sus hipótesis y explicaciones. Una
confianza adicional viene de la aplicación, mediante tecnologías de diverso tipo, de los conocimientos
científicos para mejorar la vida de las personas, en salud, alimentación, comunicaciones, transporte y
productividad económica. Es cierto, dice Lisa Randall, “que la ciencia importante no tiene
necesariamente una utilidad práctica inmediata. Incluso cuando hay un beneficio final, raramente lo
sabemos en el momento del descubrimiento” (Randall, 2013, pág. 19).

Pero, cuando esa utilidad práctica se hace manifiesta los cambios tecnológicos y sus aplicaciones son
espectaculares, como lo ponen de manifiesto las comunicaciones satelitales en la actualidad, o la
investigación en virología y sus resultados en vacunas cada vez más eficaces. Esto lleva a una reflexión
sobre la importancia de la tecnología, su vínculo con la ciencia y de ambos aspectos con la economía y
la educación.
Ciencia y tecnología: su importancia
En las sociedades actuales, definidas como sociedades del conocimiento, la tecnología juega un papel
determinante en las posibilidades desarrollo social, cultural y económico. Naturalmente que hacer una
apuesta estratégica por la tecnología supone entrar de lleno en el mundo de la ciencia. (González,
Ciencia, tecnología y economía, 2021)

Hoy por hoy, ciencia y tecnología van de la mano, de tal suerte que sin un cultivo a fondo de la
primera no hay manera ni de apropiarse debidamente de los procedimientos y la pericia que dan vida a
la segunda, ni mucho menos de aportar innovaciones tecnológicas significativas.

En la actualidad, las ciencias naturales son un pilar de la


tecnología, especialmente la física en sus diferentes ramas,
desde la mecánica, pasando por la termodinámica, hasta
llegar –en el presente— a la física de las partículas
elementales o física cuántica.

También la biología –con sus varias disciplinas, especialmente la genética y la biología molecular— es
una ciencia que da soporte a tecnologías de punta, tanto en al área médica como en la alimentación y
la protección del medio ambiente. Para el caso, las conquistas de la biotecnología son parte de la
cotidianidad de millones de personas en el mundo.
Hacer de la ciencia el eje fundamental –no único, obviamente— de la educación constituye un
desafío ineludible. Ello exige luchar frontalmente contra prejuicios conservadores y míticos que
desestiman el valor e importancia de la ciencia, pero también contra visiones distorsionadas de esta
última que han arraigado en algunas academias, y que son perniciosas para su correcta asimilación y
avance.

En esta última categoría, entre los muchos prejuicios nocivos que conviene destacar está el que
desprecia la teorización científica, so pretexto de que hacer ciencia consiste en “observar” la realidad o,
dicho con pretensiones presuntamente más exquisitas, que hacer ciencia consiste recolectar datos de
manera amplia y sistemática, para desde ellos elaborar –inductivamente— leyes generales emanadas
de una colección amplia de casos particulares. (párr. 1)

El anti-cientificismo y otros prejuicios


En el extremo del anti-cientificismo están los que propagan argumentos en los que insisten en que la
ciencia es imperialista, eurocéntrica, manipuladora y colonizadora. Si se hurga en esos planteamientos,
lo que hay es mucha retórica (y frases infladas), pero su efecto envolvente no debe tomarse a la ligera.
Y en medio están quienes se conforman con decir que la ciencia y sus elaboraciones conceptuales y
empíricas tienen igual importancia, ni más ni menos, que elaboraciones de otra procedencia, por
ejemplo, religiosas o artísticas. Es decir, que da igual cuál de todas se escoja, pues todas son válidas en
la misma medida. (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021)
Como resultado de todo ello, no se le da a la ciencia la importancia que tiene; tampoco se cultiva el
razonamiento, la lógica argumentativa, el dominio conceptual y la formulación de hipótesis
innovadoras que inviten a búsquedas experimentales relevantes. En el caso del inductivismo, se cultiva
la búsqueda obsesiva de datos, lo mismo que el dominio de las herramientas más sofisticadas para su
procesamiento. Y, al final, lo que se consigue es un abandono no sólo de la disciplina teórica, sino de la
creatividad conceptual y la pericia empírica.

La pereza teórica es un enemigo mortal de la ciencia, y eso es lo que se logra con las modas
positivistas y empiristas que se abanderan desde academias dedicadas a la recolección de datos –
orientada, no por horizontes teóricos rigurosos, sino por prejuicios ideológicos, poco serios desde
criterios científicos. Quienes que creen que la ciencia consiste en la búsqueda de datos sin ton ni son
olvidan la enseñanza kantiana –una entre cientos— de que es imposible ver algo claro si antes no se
sabe hacia dónde se debe mirar. Y ese “hacía dónde” lo establecen precisamente las teorías científicas.

Otro prejuicio que hay que atacar es el que sostiene que en la recolección y procesamiento de datos
–que se concibe erróneamente como lo propio de la ciencia— deben utilizarse las herramientas
matemáticas y estadísticas más sofisticadas, y que sólo quien domina esas herramientas puede ser
calificado como un científico. En los límites más perniciosos, la creación de modelos matemáticos no
sólo se convierte en un fin en sí mismo, sino que se olvida lo más importante: su conexión con la
realidad, para ayudar a explicarla.

No es inusual que más de alguno de estos expertos se precie de lo inaccesible que es su saber para la
gente común. Con visiones como esas, se crea una mitología académica en torno quienes dominan
técnicamente procedimientos matemáticos y estadísticos, mitología que no sólo hace de esos
procedimientos algo misterioso y para los cuales se requieren “talentos superiores”, sino que genera
barreras innecesarias entre niños y jóvenes –lo mismo que entre adultos en la misma academia— en
virtud de la posesión y no posesión de capacidades en esas áreas del conocimiento. (párr. 3)

C O NT I NU E
Ciencia y cambios sociales y económicos: la mediación de la
tecnología

Por supuesto que la sofisticación matemática y estadística es importante. Son herramientas científicas
imprescindibles en distintas ramas de la ciencia natural y la ciencia social. Pero son herramientas que
sólo sirven a la ciencia si ayudan a explicar mejor la realidad natural y social, es decir, si ayudan a
entender cómo funcionan las cosas, cuáles son los mecanismos que explican su comportamiento,
cómo se relacionan entre sí, cómo se transforman, cómo evolucionan, cómo se complejizan o se
degradan. (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021)

Por ser esos los temas que ocupan a la ciencia es que esta se imbrica con la tecnología, que consiste
justamente en artefactos creados para alterar, completar o mejorar los procesos naturales y sociales. Y
para algunos autores –como Mario Bunge—, es la tecnología la que media en las relaciones entre la
ciencia y la realidad socio-natural. Pero, también, la ciencia y la tecnología se imbrican y potencian
mutuamente. En palabras de (Bunge, 2012 citado por (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021)):

“La tecnología no es meramente el resultado de aplicar el conocimiento científico existente a los


casos prácticos: la tecnología viva es, esencialmente, el enfoque científico de los problemas
prácticos, es decir, el tratamiento de estos problemas sobre un fondo de conocimiento científico y
con ayuda del método científico. Por eso la tecnología, sea de las cosas nuevas o de los hombres, es
fuente de conocimientos nuevos.

La conexión de la ciencia con la tecnología no es por consiguiente asimétrica. Todo avance


tecnológico plantea problemas científicos cuya solución puede consistir en la invención de nuevas
teorías o de nuevas técnicas de investigación que conduzcan a un conocimiento más adecuado y a
un mejor dominio del asunto. La ciencia y la tecnología constituyen un ciclo de sistemas
interactuantes que se alimentan el uno al otro. El científico torna inteligible lo que hace el técnico y
éste provee a la ciencia de instrumentos y de comprobaciones; y lo que es igualmente importante el
técnico no cesa de formular preguntas al científico añadiendo así un motor externo al motor
interno del progreso científico. La continuación de la vida sobre la Tierra depende del ciclo de
carbono: los animales se alimentan de plantas, las que a su vez obtienen su carbono de lo que
exhalan los animales. Análogamente la continuación de la civilización moderna depende, en gran
medida del ciclo del conocimiento: la tecnología moderna come ciencia, y la ciencia moderna
depende a su vez del equipo y del estímulo que le provee una industria altamente tecnificada”.

Asimismo, se vive en una época de cambios tecnológicos constantes. Estos cambios son dinamizados
por una doble articulación: por un lado, la de la ciencia con la tecnología; y por otro, la de la tecnología
con la economía. Es imposible comprender los aparatos productivos modernos –y que han dado lugar
a las denominaciones más variadas, tales como “capitalismo tardío”, “neocapitalismo”,
“tecnoeconomía”, “capitalismo postindustrial”, “neoimperialismo”, “sociedad del conocimiento”— sin
tomar en cuenta el papel decisivo de la tecnología (y sus cambios incesantes) en su dinámica.

Hay quienes explican la fortaleza del capitalismo de mercado (no exento de crisis, contracciones y
recesiones) a partir de esta imbricación entre ciencia, tecnología y economía. Distintos autores han
abordado esa imbricación, tan contradictoria y llena de vaivenes. En un trabajo de enorme
envergadura histórica y analítica, Theotonio dos Santos, apuntó lo siguiente a propósito de la
globalización:

El fundamento de esa globalización está en la revolución científico-técnica, cuyo progreso está


ligado al apoyo económico de los Estados nacionales, ya sea a través del financiamiento directo de
las investigaciones en sus laboratorios y centros de investigación en universidades o empresas, ya
sea a través de subvenciones y renuncias fiscales que resultan sumamente importantes en el sector
militar, en la industria espacial, y en otros sectores directamente dependientes del gasto fiscal. Al
mismo tiempo, hoy se acepta universalmente la necesidad de encontrar medios de planificación del
desarrollo científico tecnológico correspondientes a los organismos estales; y toca a los organismos
estales, u otros patrocinados por éstos, delinear estrategias de políticas científicas y tecnológicas…
Al mismo tiempo, la evolución del sistema empresarial no puede ser vista independientemente de
esas tendencias”. (dos Santos, 2007, citado por (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021))

Una década antes de este escrito de Theotonio dos Santos, Robert Heilbroner había publicado El
capitalismo en el siglo XX, en el cual daba cuenta de lo que él denominó las “fuerzas subterráneas” de la
sociedad de mercado.

La sociedad de mercado –escribió Heilbroner— está controlada por fuerzas subterráneas con vida
propia. El principio de movimiento transmitido por estas fuerzas nos proporciona un tipo especial
de dinamismo al que, finalmente, podemos otorgar el título de ‘economía’…. La primera de ellas fue
la Revolución Industrial de los últimos años del siglo XVIII y primeros del XIX, provocada por el telar
mecánico y la máquina de vapor, junto a las ciudades fabriles y el trabajo infantil masivo; la segunda
revolución trajo consigo el ferrocarril y el barco de vapor y la producción en masa de acero y,
simultáneamente, una nueva forma inestabilidad económica: los ciclos económicos; una tercera
revolución introdujo la electrificación de la existencia y el inicio del consumo semilujoso por parte
de la sociedad de masas; una cuarta introdujo el automóvil, que provocó todo tipo de cambios,
desde los hábitos sexuales hasta la ubicación de los centros de población; una quinta revolución ha
traído la electrónica hasta al momento actual. La lista anterior es, por supuesto, arbitraria. Lo
notable en ese dinamismo fue que el cambio se convirtió en norma de la vida cotidiana. (Heilbroner,
1996, citado por (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021))

Las sociedades actuales cambian permanentemente, de tal suerte que es el cambio, y no la estabilidad,
lo que las define. Es esa característica lo que ha llevado a Zygmunt Bauman a su concepto de
“modernidad líquida”, lo mismo que a entender desde esa categoría las relaciones interpersonales, el
amor, la amistad, el miedo y la seguridad (Bauman, 2007). El principio dinamizador de esa “liquidez”
radica en la economía y en su soporte científico-técnico. Y, visto desde criterios meramente
económicos –y dando por descontados los ciclos contradictorios propios de las economías de
mercado, las innovaciones y los cambios tecnológicos son decisivos para el crecimiento económico. Al
respecto, en el estudio del BID, titulado Ciencia, tecnología e innovación en América Latina y El Caribe,
se puede leer lo siguiente:
La productividad, es decir, la manera en que se emplean eficientemente los recursos económicos
(trabajo, capital físico y capital humano), es el principal factor explicativo de las diferencias
internacionales en materia de crecimiento económico y niveles de ingreso (…). Varios estudios
muestran la existencia de un círculo sinérgico en el cual la inversión en I&D, la innovación, la
productividad y los ingresos per cápita se refuerzan mutuamente (…) y conducen a que los países
logren tasas de crecimiento sostenidas a largo plazo. Es más: el potencial de los países en desarrollo
para impulsar el progreso depende en gran medida de su capacidad para aprender y absorber los
conocimientos provenientes del extranjero, así como para aprovechar las oportunidades que
ofrece el cambio estructural para difundir nuevas tecnologías, innovaciones (es decir, nuevas
modalidades de producción y nuevos productos) y conocimientos, extendiéndolas a todos los
ámbitos de sus economías.

El mejoramiento de la productividad es el desafío más importante v que enfrentan los países de


ALC. Un estudio reciente (…) comprobó que el bajo crecimiento de la productividad en la región es la
causa primordial del escaso desarrollo económico que ésta ha experimentado durante las últimas
cuatro décadas.

De hecho, si se superara la brecha de productividad, prácticamente desaparecería la brecha de


ingresos per cápita de la región con respecto a Estados Unidos.

Por lo tanto, resulta imprescindible estimular la productividad, la innovación y el conocimiento en


ALC. Tanto los formuladores de políticas como los investigadores reconocen que —más allá de la
simple acumulación de capital físico y humano— la innovación es un determinante decisivo para el
crecimiento a largo plazo. En efecto, la implementación de adelantos tecnológicos desemboca en el
uso más efectivo de recursos productivos. La transformación de nuevas ideas en nuevas soluciones
económicas es una fuente de ventajas competitivas sustentables para las empresas, así como de
mayores estándares de vida para la población. (Citado en González, 2021).

Ciencia, tecnología y educación


Lo anterior permite concluir que vivir al margen de la innovación y los cambios tecnológicos es dar la
espalda al futuro. La educación es la puerta de entrada a la innovación tecnológica, pero lo es sólo si en
ella se cultiva el conocimiento científico y la investigación que lo sostiene y alimenta. Es en las escuelas
que se cultivan los talentos, las habilidades y las destrezas requeridas para una asimilación creativa de
las tecnologías ya existentes, pero también para los aportes novedosos en los distintos campos
tecnológicos. (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021)

De las escuelas salen los especialistas, los innovadores, de cuyas destrezas e inteligencia dependen
los avances tecnológicos de la sociedad, que se traducirán en mejoras en la productividad, el
crecimiento económico y el bienestar social. Asimismo, la tecnología debe volver a la escuela, para
enriquecer los procesos de aprendizaje científicos y técnicos, y para generar desafíos en materia de
innovación tecnológica. Es decir, la tecnología, a la vez que se nutre de las conquistas científicas,
contribuye a ellas. Y el lugar más idóneo para ese ejercicio de potenciación mutua entre ciencia y
tecnología es la escuela, en la cual ambas –pero especialmente la ciencia—deben ocupar un lugar
central, pues como indica (Bunge, 2012, citado por (González, Ciencia, tecnología y economía, 2021)):

“La ciencia es útil en más de una manera. Además de constituir el fundamento de la tecnología, la
ciencia es útil en la medida en que se la emplea en la edificación de concepciones del mundo que
concuerdan con los hechos, y en la medida en que crea el hábito de adoptar una actitud de libre y
valiente examen, en que acostumbra a la gente a poner a prueba sus afirmaciones y a argumentar
correctamente. No menor es la utilidad que presta la ciencia como fuente de apasionantes
rompecabezas filosóficos, y como modelo de la investigación filosófica. En resumen, la ciencia es
valiosa como herramienta para domar la naturaleza y remodelar la sociedad; es valiosa en sí misma,
como clave para la inteligencia del mundo y del yo; y es eficaz en el enriquecimiento, la disciplina y la
liberación de nuestra mente”.

En definitiva, hay un círculo virtuoso que articula a la ciencia, la tecnología y la educación con el
crecimiento económico y el bienestar social. Las sociedades y los Estados, que no lo han hecho, deben
tomarse en serio la necesidad y urgencia de hacer apuestas estratégicas que pongan en marcha ese
círculo virtuoso. Sus científicos e investigadores, los más veteranos y los más jóvenes, deben aportar
sus energías, talentos y capacidades, sumando a esa empresa a los cuerpos docentes de todos los
niveles educativos, a los técnicos y a los profesionales, de tal suerte que el capital intelectual, científico,
técnico y profesional, se ponga a producir en función del bienestar del conjunto de la sociedad. (párr.
24)

Referencias bibliográficas

dos Santos, T. (2007). Del terror a la esperanza. Auge y decadencia del neoliberalismo. Caracas:
Monte Ávila.

González, L. A. (2020). Criterios básicos para la investigación social. Recuperado el 16 de 04 de


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Navarro, J. (Octubre de 2012, párr. 1). ¿Qué es investigar? Recuperado el 15 de 04 de 2021, de


Definición ABC: https://www.definicionabc.com/general/investigar.php

Randall, L. (2013). Llamando a las puertas del cielo. Cómo la física y el pensamiento científico
iluminan el universo y el mundo moderno. Barcelona: Acantilado.
Lección 4 de 7

Tipos de Investigación científica


Universidad Gerardo Barrios

La investigación científica se concreta de varias maneras. Por un lado, están los campos de la realidad a
los que se destina dicha investigación: la realidad natural y la realidad socio-natural, cada una de ellas
con su propia complejidad y sus niveles de estructuración. La realidad natural y la realidad socio-
natural –una única Realidad— constituyen campos problemáticos para la investigación científica: de
ahí surgen los problemas, diversos, variados y con distinto nivel de complejidad que ocupan a los
investigadores en las distintas disciplinas de las ciencias naturales y las ciencias sociales.
Lo natural y lo social forman parte de una misma realidad. Fuente: Docente Autor de
Contenido.

La investigación en ciencias naturales y sociales


Ciencias naturales (física, astronomía, química y biología, y las disciplinas que integran a estas ciencias
básicas) centran su atención en la realidad natural, tanto en las dimensiones más diminutas –por
ejemplo, el mundo cuántico o el de los genes— hasta las más grandes y lejanas, que atañen, por
ejemplo, al tamaño y origen del universo. Los objetos de estudio de estas ciencias y sus disciplinas
constituyentes –los problemas en los que se centran su atención— marcan rutas investigativas y
condicionan el tipo de investigación que se puede efectuar. Desde este punto de vista, hay una
variedad de tipos de investigación (por el campo problemático en el que se realizan) que una
clasificación resulta casi que imposible.

Y los tipos de investigación se hacen más diversos en la medida que se van identificando más campos
problemáticos en la naturaleza, o en la medida que se identifican relaciones entre campos
problemáticos distintos, como sucede por ejemplo con la investigación en astrobiología, que estudia –
articulando astronomía y biología— la vida fuera de nuestro planeta.

Las ciencias sociales tienen también campos problemáticos natural-humanos (naturales-sociales) que
diversifican los tipos de investigación que se realizan y se pueden realizar. La realidad natural-humana
(natural-social) es sumamente compleja y variada, y plantes problemas de distinta envergadura a la
sociología, la economía, la historia, la ciencia política, la historia, la psicología y la antropología, así como
a las disciplinas que las integran.
Problemas que van, por ejemplo, de las crisis económicas o las guerras civiles a las interacciones
sociales y la violencia en el hogar, por no hablar de elecciones o cambios culturales. A esa diversidad de
problemas, que han ocupado durante un buen tiempo a los científicos sociales, se añade la
complicación de las dinámicas naturales como un componente esencial de lo humano-social, siendo
como son las cosas de que lo humano-social no existiría sin las realidades físicas, químicas y biológicas
que sostienen –como enseña la psicología evolucionista— incluso las elaboraciones mentales y
culturales más “espirituales”. La imagen que sigue a continuación ilustra la estructura de la Realidad y
sus dos dimensiones que, aunque se presentan separadas, están superpuestas por la imbricación de lo
natural en lo social.

CIE N CIA S N AT U R A L E S CIE N CIA S S O CIA L E S

Física, astronomía, química y biología.


CIE N CIA S N AT U R A L E S CIE N CIA S S O CIA L E S

Sociología, la economía, la historia, la ciencia política, la historia, la psicología y la antropología.

Una clasificación de los tipos de investigación


Asimismo, la investigación científica puede verse desde los esfuerzos científicos que se hacen para
explorar las problemáticas de la realidad natural y natural-social. Y desde aquí también son diversos
los modos de proceder, estilos y, por lo mismo, tipos de investigación. Una agrupación frecuente, y
quizás útil, de esos tipos de investigación la hace Óscar Castillero Mimenza, quien identifica 15 tipos de
investigación y los caracteriza. Seguramente, hay autores que verán más tipos de investigación y otros
que verán menos. Para efectos prácticos, es una buena reseña la que hace el autor mencionado
(Castillero Mimenza, 2017).

Investigar –dice Castillero Mimenza— significa llevar a cabo diferentes acciones o estrategias con el
fin de descubrir algo. Así, dichos actos se dirigen a obtener y aplicar nuevos conocimientos, explicar
una realidad determinada o a obtener maneras de resolver cuestiones y situaciones de interés. La
investigación es la base del conocimiento científico, si bien no toda investigación es científica de por
sí. Para que un conocimiento sea científico es necesario que la investigación realizada se haga de
forma sistemática, con unos objetivos claros y que parte de aspectos que puedan ser comprobados
y replicados. Los resultados obtenidos deben ser analizados de forma objetiva y teniendo en
cuenta las diversas variables que pueden estar afectando al fenómeno estudiado. (Castillero
Mimenza, 2017, párr. 3).

Este autor propone la siguiente clasificación de los tipos de investigación que es útil, pero que requiere
de una visión crítica. Se le invita a leer analíticamente el documento: Tipos de investigación, y a
continuación, se le comparten algunas valoraciones sobre este mismo:

Comentarios críticos a la clasificación de los tipos de investigación

Da la impresión de poner en el mismo rango de importancia dimensiones y prácticas científica de


rango distinto.

La investigación pura (1) es parte de las ciencias puras y la investigación aplicada (2) es parte de
los saberes tecnológicos. Pertenecen a áreas de conocimiento no propias de las ciencias
empíricas.

La investigación explicativa (5) es lo propio de la ciencia empírica, que sigue estrategias


hipotético-deductivas (13), pero empírico, no puro –como hacen la lógica y la matemática.

Una estrategia de investigación hipotético-deductiva empírica puede buscar datos empíricos


cuantitativos o cualitativos (6 y 7), puede ser no experimental (10), casi experimental (9) o
experimental (8), también puede ser longitudinal (14) o transversal (15).

Las investigaciones descriptivas (4) o exploratorias (3) son una primera aproximación a un campo
problemático de estudio.

Decir que hay “de método deductivo” es repetitivo, a menos que se aclare que hay un método
deductivo puro (matemática y lógica) que contrasta con el método deductivo empírico, tal como
se anota en el literal c.
El “método inductivo” está en descrédito, tanto que científicos y epistemólogos de primera fila
(Karl Popper, Alan Sokal, Stephen Jay Gould) lo rechazan, por ser débil en su lógica y por las
pruebas que hay en su contra.

Referencias bibliográficas

Castillero Mimenza, Ó. (03 de 04 de 2017). Los 15 tipos de investigación (y características).


Recuperado el 15 de 04 de 2021, de Psicología y mente:
https://psicologiaymente.com/miscelanea/tipos-de-investigacion

González, L. A. (2020). Criterios básicos para la investigación social. Recuperado el 16 de 04 de


2021, de Sarraute Educación: https://sarrauteducacion.com/wp-
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Manrique Tenés, H. (12 de 2008). Saber y conocimiento: una aproximación plural. Acta
Colombiana de Psicología, 11(2), 89-100. Recuperado el 15 de 04 de 2021, de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=79811209

Maranto Rivera, M., & González Fernández, M. E. (01 de 2015). ¿Qué es la ciencia? Recuperado el 15
de 04 de 2021, de Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo:
https://repository.uaeh.edu.mx/bitstream/bitstream/handle/123456789/16697/LECT129.pdf?
sequence=1

Navarro, J. (Octubre de 2012, párr. 1). ¿Qué es investigar? Recuperado el 15 de 04 de 2021, de


Definición ABC: https://www.definicionabc.com/general/investigar.php

Ojeda, M. (19 de 03 de 2016). 10 frases inolvidables del mejor detective del mundo. Recuperado el
15 de 04 de 2021, de https://spoilertime.com/sherlock-bbc-frases/

Segarra Ciprés, M., & Bou Llusar, J. (2004-2005). Concepto, tipos y dimensiones del conocimiento:
configuración del conocimiento estratégico. Revista Economía y Empresa, 22(52-53), 175-196.
Recuperado el 15 de 04 de 2021, de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2274043
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Glosario de términos
Universidad Gerardo Barrios

1. Ciencia: Conocimiento especializado, 11. Filosofía: Conocimiento especializado que trata de


que se caracteriza por el rigor lógico explicar los fundamentos últimos de la realidad, del
(matemático) y en algunos casos por la conocimiento y del ser humano.
explicación respaldada con pruebas
empíricas.
12. Hipótesis: Enunciado que postula una relación entre
dos acontecimientos, pero que tiene que ser respaldada
2. Ciencias empíricas: Ciencias que o refutadas por pruebas (datos) empíricas.
requieren de evidencia tomada de la
realidad para respaldar sus conclusiones.
13. Inducción/inductivo: Modo de razonar que
Ejemplo: física, astronomía, sociología y
consiste en establecer un enunciado particular y desde
economía.
ahí concluir con un enunciado general. Es un modo de
razonar lógicamente inválido, pues un enunciado
3. Ciencias naturales: Conjunto de general no puede derivarse de (no está contenido en) un
ciencias que se ocupan de fenómenos, enunciado particular.
procesos y dinámicas del mundo natural
(es decir, lo que sucede sin intervención
14. Investigación: Esfuerzo humano por encontrar
humana).
respuesta (“explicación”) a problemas de la realidad
natural y social.
4. Ciencias puras: Ciencias que no
requieren de evidencia empírica para
15. Investigación científica: Esfuerzos de la
probar la verdad de sus proposiciones.
comunidad científica por encontrar (determinar con
Son ciencias puras la lógica y la
precisión) los factores explicativos de un problema
matemática.
natural o social.

5. Ciencias sociales: Conjunto de ciencias


16. Mito: Tipo especial o particular de conocimiento que
que se ocupan de fenómenos, procesos y
relata los orígenes y la creación de todo.
dinámicas de la realidad en la que es
decisiva la participación humana.
17. Religión: Tipo especial o particular de conocimiento
que asigna a mucha o una divinidad un papel creador e
6. Conocimiento: Aprehensión mental,
incluso regulador de la realidad natural y social. De
mediada por el lenguaje, de la realidad
hecho, la palabra expresa una ligadura firme del ser
natural y social. Es una elaboración
humano con lo divino: re-ligare.
subjetiva (sucede en la cabeza de las
personas), pero se la puede compartir y
18. Tipos de conocimiento: Diversidad de
comparar con la realidad.
aprehensiones mentales (y creaciones subjetivas e
intersubjetivas) que los seres humanos tienen de sí
7. Dato cualitativo: Evidencia empírica
mismos y de la realidad. No todas esas aprehensiones
no medible con exactitud.
son coherentes entre ellas ni tienen el mismo asidero en
la realidad.
8. Dato cuantitativo: Evidencia empírica
medida con suficiente exactitud.

9. Dato empírico: Evidencia tomada de la


realidad externa a la subjetividad humana.
10. Deductivo/deducción: Modo de
razonar que consiste en extraer de una
regla general (enunciado) una
consecuencia particular contenida en el
mismo.
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Recursos complementarios
Universidad Gerardo Barrios

Recurso Título Cita Referencial


PDF ¿Qué es la ciencia? (Maranto Rivera &
González Fernández,
2015)
PDF Saber y conocimiento: una (Manrique Tenés, 2008)
aproximación plural
PDF Concepto, tipos y dimensiones del (Segarra Ciprés & Bou
conocimiento: configuración del Llusar, 2004-2005)
conocimiento estratégico
PDF Introducción al conocimiento (Carbonelli, Cruz
científico y la metodología de la Esquivel, & Irrazábal,
investigación 2017)
Lección 7 de 7

Actividad formativa
Universidad Gerardo Barrios

Ponga a prueba los conocimientos adquiridos en la presente unidad a través de esta prueba formativa, recuerde
que esta actividad es abierta y no tiene ningún tipo de ponderación en su asignatura.
Pregunta

01/10

La investigación científica es, sobre todo:

Un proceso dinámico y creativo.

Algo que se da de una vez y para siempre.

Un quehacer mecánico y rígido.


Pregunta

02/10

En la vida cotidiana, las decisiones de las personas estar:

Desconectadas de cualquier conocimiento.

Condicionadas por el poco o mucho conocimiento que ellas tienen.

Siempre guiadas por la ignorancia.


Pregunta

03/10

En términos de conocimiento, una de las mayores equivocaciones humanas es:

Saber que el conocimiento es limitado.

Confundir las ideas con la realidad.

Cambiar de ideas.
Pregunta

04/10

Un problema puede ser definido como:

Algo que tiene una fácil solución.

Un enigma que desafía la inteligencia humana.

Algo inaccesible a las capacidades humanas.


Pregunta

05/10

Es correcto decir que la ciencia es relacional porque:

Los científicos tienen buenas relaciones.

Un factor A se relaciona con un factor B.

La ciencia no es para nada relacional.


Pregunta

06/10

Es correcto decir que la ciencia es una actividad investigativa, porque:

Busca explicar determinados fenómenos de la realidad natural y social.

Se interesa por lo extraño.

Se preocupa por contemplar la realidad.


Pregunta

07/10

Lo propio de la investigación científica es:

El orden, el rigor lógico y las pruebas empíricas sistemáticas.

La observación pura.

Medir y cuantificar.
Pregunta

08/10

La investigación científica tiene dos focos de interés general:

Los sentidos y la inteligencia.

La realidad natural y la realidad socio-natural.

La teoría y la práctica.
Pregunta

09/10

En cuanto a las relaciones entre ciencia y tecnología se puede afirmar que:

No hay relación alguna.

La relación es estrecha.

Es una relación lejana.


Pregunta

10/10

Una de las bases para la confianza en los logros de la investigación científica descansa en:

El uso de conceptos teóricos precisos en sus hipótesis y en sus


explicaciones.

La genialidad científica.

Lo misterioso de la ciencia.

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