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Este capítulo es más un abordaje metodológico sobre los textos que estudian y retratan el
proceso colonizador de Misiones por parte de historiadores, relatores del pasado y
cientistas sociales.
Un pequeño contexto: la historiografía local surge en 1940 con la Junta de Estudios
históricos de Misiones, a fin de crear ese relato del pasado de la provincia, demostrar esa
continuidad institucional y poblacional en el territorio con un fin político, es decir cambiar la
condición institucional del territorio y que se convierta en un estado provincial. Esa matriz
historiográfica tomaba a los guaraníes como elemento humano autóctono, las Misiones
jesuíticas como experiencia civilizatoria y Andrés Guacurarí como defensor del pueblo
misionero. Esa producción historiográfica dejaba de lado a los inmigrantes europeos, pues
se los veía ajenos a ese origen autóctono que se pretendía demostrar.
A partir de los 70 más o menos se empieza a despertar el interés por la inmigración y
colonización, con la creación de la Carrera de Antropología también se pudo dar ese
tratamiento etnográfico a los colonos y las colonias, así como también las problemáticas
rurales que se empezaron a estudiar.
A partir de esa época la identificación étnica de los productores agrarios de la provincia
también hizo necesario que se reconstruya la historia de las migraciones que dieron forma a
esa estructura agraria.
Con todo este análisis podemos decir que se pueden resolver capas de historias para
producir contenidos y lineamientos de análisis muchos menos prejuiciosos, en favor de
modelos interdisciplinarios, controversiales y dinámicos.
LOS COLONOS DE APÓSTOLES
Poblamiento de Misiones por inmigrantes europeos: Primero estuvieron los jesuitas (Siglo
XVII-XVIII), la corona los expulsa y derrumba su organización socio-religiosa es
derrumbada, se dan incursiones de caza a esclavos y se abandonan muchos pueblos.
Luego por 1810 hay estabilidad por la independencia argentina y Andresito gobernaba la
zona pero tiene su derrota final por el Marqués de Chagas, junto con represión, destrucción
y saqueo del territorio.
Las autoridades nacionales se interesaron por el territorio después de la Guerra de la Triple
Alianza por la posición estratégica de Misiones y la ausencia de población argentina. El
territorio estaba bajo control de Corrientes y las regulaciones que prohibían establecer
asentamientos permanentes en el área de yerba mate impedían que se transformara en
centros de colonización humana.
Cuando se quiso federalizar el territorio de Misiones, Corrientes vendió tierras generando 38
terratenientes, aunque por la prisa las tierras no fueron inspeccionadas, los contratos
estaban legalmente incorrectos, no cumplían con la cláusula de mantenimiento de tierras, lo
que significaron ventajas para recuperarlas.
Federalización de Misiones: En 1881 Julio A. Roca anunció la federalización de Misiones,
en 1882 fue nombrado un gobernador con instrucciones para promocionar la colonización
en el territorio. Activaron una política de colonización, ayudadas por:
Ley Nacional de Inmigración y Colonización: que establece facilidades a ser concedidas a
los inmigrantes que quisieran ser agricultores. Además regulaba los procedimientos que
regirían la inmigración a Argentina.
Ley 1882: reguló el acceso y pase de la tierra, prohibiendo la venta de tierras públicas sin
previo estudio.
Buscaban estimular la emigración con transporte gratuito para una familia desde el
desembarque hasta la colonia, préstamos, casas, herramientas, animales, semillas,
provisiones, etc.
Asentamiento de inmigrantes en Apóstoles: Una ola de inmigrantes galitzianos al no poder
entrar en Estados Unidos por no cumplir con los requisitos, vinieron a Argentina tras una
recomendación de una autoridad del puerto de Hamburgo. José Lanusse, gobernador de
misiones, les pagó el viaje a Posadas. Fueron siete familias polacas, seis ucranianas,
principales fuentes emigrantes para Apóstoles.
Galitzia estaba habitada mayormente por ucranianos (63%) y polacos (23%) sin embargo, la
nobleza y los puestos administrativos estaban ocupados por polacos que usaban sus
posiciones para perseguir a los ucranianos.
Tenían diferencias religiosas: los polacos eran católicos de ritual latino y los ucranianos eran
uniates, miembros del ritual ucraniano oriental de la Iglesia Católica Romana. La mayor
diferencia residía en el grado de diferenciación social interétnica: los campesinos
ucranianos tenían una ideología interna igualitaria que daba a sus comunidades cohesión.
Los campesinos polacos eran divididos en sub-estratos.
Familia y comunidad: Estaba centrada en la parroquia, principal regulador de sus vidas.
Estaban compuestas por un grupo de sangre bilateral y de parientes afines con varios
grados de intimidad. La organización interna estaba compuesta en la suprema autoridad del
pater familia, dependencia económica e intelectual en los jóvenes y sumisión. Producían
para satisfacer sus necesidades básicas y responder a las obligaciones impuestas por el
Estado. La tierra constituía la preocupación central y no era considerada un bien
económico.
Tenían la creencia en la Divina Omnipotencia que creó y controla todo y una voluntad divina
que rige la naturaleza y controla el orden social y el destino de los individuos.
Los motivos de migración fueron: bajos salarios, superpoblación en algunos distritos, falta
de tierras, rumores sobre las tierras del otro lado del océano, la suba de precios cuando los
parientes que ya emigraron enviaron dinero, etc.
Al llegar se encontraron con hostilidad, y sin tierras en Posadas, Lanusse los mandó a
Apóstoles, una frontera marginal en donde todo estaba “por hacerse” y el cumplimiento de
la ley era flojo. La agricultura satisfacía las necesidades básicas en canteros redondos con
cerca, con maíz, mandioca y batata más la cría de ganado. Las familias ayudaban al
programa de colonización escribiendo cartas y motivando a parientes a emigrar, siendo
recompensados con 100 hectáreas. El número de colonos ascendió y comenzó a mejorar
todo. Antes los colonos intentaban recrear su forma de vida en Galitzia, eran considerados
como trabajadores pero también como humildes, sumisos y atrasados tecnológicamente.
Sin embargo, la situación financiera de los colonos mejoró lentamente durante la primera
década de la colonia. Algunos asumían los riesgos de los caminos y vendían sus
mercaderías en Posadas. El gobierno instaló escuelas públicas para evitar un enclave
cultural en Apóstoles. La hostilidad se terminaba en medida que la comunicación
aumentaba, y para 1922 Apóstoles ya era una pequeña ciudad con servicios bancarios y
una vida comercial e industrial activa.
Luego la integración de la región en el sistema productivo de yerba mate mató los sueños
de una vida como en Galitzia y los altos precios de la yerba desplazaron al maíz y al arroz
como las cosechas más rentables. En 1932 Apóstoles se convirtió en la región más
productiva de Misiones, llevando a la apertura de fábricas procesadoras, molinos, demanda
de mano de obra, etc.
L}as cuatro décadas que comprenden el período 1920 y 1960 fueron las de mayor
desarrollo ocupacional y poblacional de Misiones. En esa etapa se ocupó casi plenamente
el territorio y se desarrollaron los primeros centros urbanos de importancia.
Durante las dos primeras décadas del siglo XX, a la actividad económica limitada a la
búsqueda de yerbales silvestres abandonados o la explotación forestal, se sumó la
radicación masiva de inmigrantes aplicados a la agricultura. Verdaderos pioneros que
fueron abriendo nuevos caminos, explotando nuevos espacios, creando colonias agrícolas.
El origen de esas primeras colonias misioneras fue diverso. Las primeras, instaladas en el
sur misionero, cerca de los antiguos pueblos jesuíticos, respondieron a la iniciativa oficial.
Otras fueron colonias que se fueron creando espontáneamente en la cresta de la Sierra
Central y un tercer modelo de origen de colonias en Misiones fue a partir de la iniciativa
privada. Apóstoles es el símbolo del primer tipo de colonización, la oficial; Oberá sintetiza la
colonización espontánea y Eldorado es un ejemplo de colonización privada.
Apóstoles nació bajo el impulso del gobernador Juan José Lanusse. Ya en 1887 se otorgó a
un particular una extensión de 40.000 hectáreas en el sur de Misiones para ser colonizadas.
Una parte de esas tierras fue destinada a crear las colonias Apóstoles y Azara. En 1895 el
agrimensor Juan Queirel mensuró en el área del antiguo pueblo de Apóstoles cuatro leguas
cuadradas que se vendieron a los pobladores que ya estaban radicados en el lugar. Con el
gobernador Lanusse se trazó el pueblo sobre las ruinas de la antigua misión jesuítica, se
oficializó la colonia y se radicaron los primeros inmigrantes ucranianos y polacos. Estas
primeras familias se adaptaron rápidamente a tal punto que en 1903, el gobernador
Lanusse escribía, “Esta inmigración reviste el carácter de espontánea por cuanto no viene al
país atraída por la propaganda de agentes de inmigración, sino solicitada por las cartas que
escriben desde aquí, llamando a sus parientes y relaciones de Europa los colonos
establecidos en Apóstoles”. En esos momentos ya contaba la colonia con 539 familias y
2662 habitantes que cultivaban más de 4000 hectáreas. Cada familia disponía de un arado,
una rastra y un carro cada dos familias. Se contabilizaban en las chacras más de 2200
vacunos, 1400 cerdos y 1400 vacas lecheras. La llegada del Ferrocarril del Nordeste y la
edificación de una estación en las cercanías de la colonia permitió la comercialización de su
producción. El pueblo de Apóstoles adquirió el rango de ciudad a fines de la década de
1950.
Oberá también tiene una historia particular en sus orígenes. Nació como consecuencia de la
radicación espontánea de familias suecas venidas desde Rio Grande do Sul. Esas familias
habían llegado a Porto Alegre en 1891 y fueron orientadas por las autoridades brasileñas
hacia el Puerto Lucena, sobre el río Uruguay donde prácticamente fueron abandonadas, lo
que llevó a que, desalentadas, algunas familias buscaran regresar. Pero las que quedaron
decidieron internarse en Misiones hacia el año 1902 dirigiéndose entre 1913 y 1914 hacia
Yerbal Viejo, en la sierra misionera. Allí se asentaron, cultivaron la tierra y atrajeron a
nuevos inmigrantes. En 1927 fue creado allí el pueblo de Oberá. Un rango característico de
esta corriente inmigratoria fue la variedad de lenguas, credos y nacionalidades. Allí
convivieron desde su inicio ucranianos y polacos, alemanes y suecos, suizos, finlandeses, y
otros. Y se sumaron a los pobladores paraguayos, brasileños y correntinos instalados desde
antes en las cercanías de la colonia.
El tercer caso simbólico de la colonización misionera fue el de la colonia Eldorado. Nació
por impulso del empresario alemán Adolfo Julio Schwelm en 1919. Inicialmente Schwelm
compró 67.000 hectáreas de selva virgen a orillas del río Paraná entre los ríos Piray Guazú
y Piray Miní con el fondo a las sierras centrales. Para lograr su objetivo de colonizar el lugar
recibió el apoyo de financistas europeos y a través de una eficaz propaganda se invitó a los
europeos que quisieran radicarse en estas promisorias tierras. El sueño se cumplió con la
fundación de Eldorado el 29 de septiembre de 1919, que contaba hacia 1924 con luz
eléctrica, agua corriente, almacenes independientes de la empresa colonizadora, radio y
telégrafo.
Los inmigrantes llegaban a Eldorado en barcos por el río Paraná desembarcando en el
Puerto Viejo, desde donde se les mostraban las tierras para su radicación. Ello suponía la
apertura de picadas en la selva, construir sus viviendas, disponer los cultivos y prepararse
para vivir definitivamente en esos recónditos lugares. Los primeros colonos fueron de origen
alemán, danés y sueco, incorporándose luego alemanes brasileños venidos de la Colonia
San Leopoldo en Río Grande. Estos grupos fueron agrupándose por nacionalidades a lo
largo de la picada principal, en dirección perpendicular al río Paraná, en lotes de entre 25 y
50 ha. Un diseño urbano totalmente diferente al cuadrangular que caracterizaba las otras
colonias. Las picadas fueron tomando los nombres de las nacionalidades según las iban
creando. Así nacieron la picada danesa, la picada bávara, picada alemana, etcétera.
El sentido asociativo de los grupos de inmigrantes que se fueron asentando en Eldorado
hizo que en poco tiempo se desarrollara la colonia con cooperativ