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Jahnke, S. A., Haddock, C. K., Jitnarin, N., Kaipust, C. M., Hollerbach, B. S., & Poston, W.
(2019). The Prevalence and Health Impacts of Frequent Work Discrimination and
Harassment among Women Firefighters in the US Fire Service. BioMed research
international, 2019, 6740207. https://doi.org/10.1155/2019/6740207
Resumen
Introducción: Tanto la discriminación como el acoso tienen un impacto directo en la salud física y mental.
Además, la discriminación en el lugar de trabajo degrada la cultura del lugar de trabajo y tiene un impacto
negativo en los comportamientos de salud, los resultados relacionados con el trabajo y la dinámica familiar.
Las mujeres representan una pequeña proporción del servicio de bomberos y a menudo son objeto de
discriminación / acoso; sin embargo, pocas investigaciones documentan el impacto de tales experiencias. El
propósito de este estudio fue evaluar la relación entre la discriminación y / o acoso laboral crónico y la salud
física y mental de las mujeres bomberos (FF), el abuso de sustancias y la eficacia, el estrés y la satisfacción en
el trabajo.
Métodos: Se utilizó un muestreo de bola de nieve para solicitar la participación de mujeres profesionales de
EF. Los participantes completaron una encuesta en línea sobre salud física y mental, comportamiento de
salud, eficacia / estrés / satisfacción en el trabajo y bienestar familiar. La regresión logística examinó el
impacto de la gravedad del acoso y la discriminación en el trabajo sobre las variables dicotómicas.
Resultados: 1.773 tenían datos completos sobre sus experiencias con la discriminación y el acoso laboral. Las
mujeres informaron haber experimentado acoso verbal (37,5%) y escrito (12,9%), novatadas (16,9%),
insinuaciones sexuales (37,4%) y agresiones (5,1%) en el servicio de bomberos. Las AF en el tercil más alto
de severidad del acoso y discriminación laboral reportaron más de un 40% más de días de mala salud en los
últimos 30 días (OR = 1,42; IC del 95% = 1,33-1,51; p <0,001). Las mujeres que experimentaron
discriminación / acoso moderado y grave tuvieron resultados de salud mental negativos, incluida una mayor
prevalencia de síntomas depresivos, ansiedad y síntomas de TEPT. Aquellos que experimentaron altas tasas
de discriminación y / o acoso también fueron más propensos a informar problemas con el consumo de
alcohol.
Interdisciplinary and Mixed Methods Approaches to Study Workplace Bullying, Emotional Abuse
and Harassment
url to share this paper:
sci-hub.do/10.1007/978-981-10-5334-4_20-1
Branch, S., Shallcross, L., Barker, M., Ramsay, S., & Murray, J. P. (2018). Theoretical Frameworks
That Have Explained
Workplace Bullying: Retracing Contributions Across the
Decades. Handbooks of Workplace Bullying, Emotional Abuse and
Harassment, 1–44. doi:10.1007/978-981-10-5334-4_4-1
Article
Risk Factors for Workplace Bullying:
A Systematic Review
Fernando R. Feijó 1,2,* , Débora D. Gräf 1 , Neil Pearce 3 and Anaclaudia G. Fassa 1
1 Postgraduate Programme in Epidemiology, Department of Social Medicine, Federal University of Pelotas,
96030-000, Brazil; dalmasgraf@gmail.com (D.D.G.); anaclaudia.fassa@gmail.com (A.G.F.)
2 Centre for Health Sciences, Federal University of Recôncavo da Bahia, 44574-490, Brazil
3 Department of Medical Statistics, Faculty of Epidemiology and Population Health,
London School of Hygiene and Tropical Medicine, London WC1E 7HT, UK; neil.pearce@lshtm.ac.uk
* Correspondence: fernandofeijomed@gmail.com; Tel.: +55-(75)-3632-1833
Received: 21 April 2019; Accepted: 22 May 2019; Published: 31 May 2019
__________
El objetivo de este estudio fue revisar sistemáticamente los factores de riesgo del acoso laboral.
Métodos: La búsqueda se realizó en dos bases de datos. Se incluyeron en la revisión estudios con
estimaciones de factores de riesgo de acoso laboral. La calidad de los estudios seleccionados se
evaluó mediante una versión adaptada de la lista de verificación Downs and Black. Los artículos de
informe preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA) y las directrices de
metaanálisis de estudios observacionales en epidemiología (MOOSE) se utilizaron para los
artículos de informe. Resultados: Se incluyeron 51 artículos y el 70,6% eran de países europeos. Se
informó que las mujeres tenían un mayor riesgo de
ser acosado en la mayoría de los estudios (odds ratio (OR) de 1,17 a 2,77). Los estilos de liderazgo
autoritario y laissez-faire se asociaron positivamente con el acoso. Varios factores psicosociales,
como el estrés (OR de 1,37 a 4,96) y riesgos laborales relacionados con la organización del trabajo,
como métodos de trabajo flexibles, conflicto de roles, ambigüedad de roles, tareas monótonas o
rotativas, altas exigencias, presión del trabajo y falta de claridad los deberes estaban fuertemente
asociados con la intimidación. Discusión: Los hallazgos destacan el papel central de los factores
organizacionales en el acoso escolar. Las políticas para prevenir el acoso escolar deben abordar la
cultura de las organizaciones, enfrentando el desafío de desarrollar un nuevo marco de gestión y
liderazgo. Keywords: acoso laboral; Salud ocupacional; epidemiología
1. Introducción
En la década de 1990, Leymann afirmó que cuatro factores principales estaban relacionados con la
ocurrencia del bullying en las organizaciones: deficiencias en el diseño del trabajo, deficiencias en
el comportamiento de liderazgo, socialmente expuesto
Posicionándose dentro de los debates políticos sobre la mejor manera de lidiar con las disputas en
los lugares de trabajo del Reino Unido y el (potencial) mayor interés resultante en la mediación,
esta tesis se basa en literatura de derecho, filosofía, psicología y administración para agregar al
creciente,
Usando la teoría de la justicia de Rawls (2001) como equidad para estructurar la discusión y
enfocándose en casos que involucran sexo, raza y orientación sexual, construye un argumento
para el uso de la equidad como una preocupación rectora para una comprensión de la mediación
basada en un
valoración de los valores públicos y nociones de cooperación social. Explora las tensiones entre la
naturaleza de la mediación y la intimidación y el acoso para cuestionar hasta qué punto un énfasis
en el costo / eficiencia y el empoderamiento en la retórica de la mediación puede
Herbert Marcuse (1970: 11) preciso aun mas los rasgos estructurales de sociedades
patologicas al sostener que se trata de formaciones cuyas instituciones y estructuras no
garantizan el aprovechamiento de los recursos materiales e intelectuales disponibles y
necesarios para el despliegue optimo de la existencia humana. Mientras mayor sea la brecha
entre la constitucion humana historicamente posible y la alcanzada, mayor sera la
necesidad de hacer uso de represion adicional, es decir, de forzar a los individuos a renunciar
a cada vez mas necesidades e impulsos. Esta represion adicional no tiene la funcion
de asegurar condiciones de vida aceptables para todos, sino de reproducir un status quo
marcado por la desigualdad material, social, politica y cultural. Las privaciones impuestas a la
mayoria —necesarias para garantizar y ampliar los privilegios de una minoria pudiente
y poderosa— incrementan el malestar, el ansia y la zozobra de quienes se tienen que ajustar
al status quo motivados solamente por un miedo profundo (Honneth, 2007): a perder
el trabajo, a caer en pobreza, a ser excluidos socialmente, a ser estigmatizados, a ser marginados,
a perder el carino, el afecto y el amor de quienes les son valiosos.
Las reflexiones de Mitscherlich y Marcuse emanaron en un contexto historico preciso:
el capitalismo monopolico de Estado de la posguerra que introdujo y promovio nuevas
formas de subjetivacion. Aunque el ethos del individuo burgues autonomo, enfrascado
en una lucha permanente por diferenciarse de los demas para aprovechar asi eventuales
ventajas competitivas, no desaparecio del plano etico-politico de las sociedades occidentales,
quedo claramente subordinado al de la adaptacion guiada por la busqueda de
coincidencias, semejanzas y la integracion homogeneizante al colectivo a cambio del
reconocimiento social y afectivo (Horkheimer, 2010; Marcuse, 1970, 2001). Las mayores
(auto)restricciones y la (auto)censura que implicaba este viraje ideologico para el sujeto,
fueron solo parcialmente compensadas por la ampliacion de los derechos sociales y la
participacion democratica
MARCO CONTEXTUAL:
Las plataformas marinas se han utilizado en la actividad petrolera por décadas, una
plataforma marina es una estructura metálica a flote y/o instalada sobre el fondo marino y
fijado a este a través de pilotes o líneas de fijación. La función principal de esta estructura
es permitir la instalación de los equipos requeridos para las operaciones de exploración y
explotación de hidrocarburos. Por otro lado, la seguridad del sistema estructural
generalmente es obtenida por el diseño de acuerdo a las normas y métodos establecidos,
para una vida útil esperada. Si una estructura está destinada a ser utilizada mas allá de su
vida de diseño, debería de ser ejecutado un control exhaustivo de la seguridad. En
particular esto podría ser importante con respecto a la fatiga y otros mecanismos
de daños. Sin embargo, normas y reglamentos han sido modificados desde el
diseño original.
La perspectiva del país en términos de seguridad energética y crecimiento
económico se pone en riesgo, debido a los esfuerzos en exploración y explotación
realizados por PEMEX han proporcionado algunas veces poco satisfactorios.
Una de sus consecuencias radica precisamente en el colapso estructural de
plataformas marinas. En general, el colapso de un sistema estructural como es el caso de
una plataforma marina se puede entender como la ocurrencia de algún
tipo de falla que conduce a la pérdida parcial o total de la instalación (incluyendo
equipos, entre otros). En general, el colapso de un sistema estructural como es el
caso de una plataforma marina puede entenderse como la ocurrencia de algún
tipo de falla que conduce a la pérdida parcial o total de la instalación (incluyendo
equipos, entre otros). Durante los últimos años, se han publicado una gran
cantidad de trabajos de investigación sobre la concentración de tensiones en las
uniones tubulares de estructuras. Además, se puede argumentar que desde la
concepción y construcción de las primeras plataformas marinas se ha
intensificado la investigación sobre estructuras tubulares. La mayor parte de
estos han sido motivados, por la necesidad de garantizar un diseño confiable de
las estructuras tubulares. Por otro lado, el envejecimiento de estas estructuras
nos hace tener la necesidad de optar por nuevos métodos de evaluación de la
integridad de las estructuras existentes.
TESIS LICENCIATURA:
En este artículo presentamos una revisión de la investigación sobre las autoevaluaciones centrales,
un rasgo de personalidad amplio indicado por 4 rasgos más estrechos: autoestima, autoeficacia
generalizada, locus de control y estabilidad emocional. Revisamos la evidencia que sugiere que los
4 rasgos centrales están altamente relacionados, se cargan en un solo factor unitario y tienen una
dudosa validez incremental controlando su núcleo común. De manera más general, investigamos
la validez de constructo de las autoevaluaciones básicas. También informamos sobre el desarrollo
y validación de la primera medida directa del concepto, la Escala de Autoevaluaciones Básicas
(CSES). Se proporciona evidencia transcultural sobre el CSES. Concluimos ofreciendo una agenda
para futuras investigaciones, discutiendo áreas donde la investigación de autoevaluaciones
centrales futuras es más necesaria.
la estabilidad emocional del desempeño laboral sigue siendo incierta. También se ha examinado la
relación entre neuroticismo y satisfacción laboral,
proporcionando evidencia quizás más consistente. Varios estudios han demostrado que las
medidas directas del neuroticismo están relacionadas negativamente con la satisfacción laboral
(Furnham y Zacherl, 1986; Smith, Organ y Near, 1983; Tokar y Subich, 1997). El reciente
metanálisis de Judge y Bono (2001a) reveló una correlación de ρ = 0,24 entre la estabilidad
emocional y la satisfacción laboral. Aunque esta correlación se distingue de cero, puede resultar
sorprendente que la correlación no sea más fuerte. Es posible que los hallazgos contradictorios
sobre la relación de la estabilidad emocional con el desempeño laboral y, en menor medida, la
satisfacción laboral, se deban a la medición de la estabilidad emocional. Específicamente, es
posible que las medidas típicas de estabilidad emocional no midan adecuadamente el concepto
amplio, y lo hagan en diversos grados, de modo que se observen validaciones que son a la vez más
bajas y más variables de las que se observarían con medidas más amplias que indican mejor el
concepto. . Judge, Locke y Durham (1997) sugirieron cómo se podría medir de manera más amplia
la estabilidad emocional en forma de autoevaluaciones básicas. En consecuencia, el propósito de
este artículo es discutir el concepto de autoevaluaciones centrales y señalar cómo este concepto,
como una medida amplia de estabilidad emocional, puede conducir a una validez más alta y
consistente.
Las autoevaluaciones básicas son un concepto de orden superior que representa las evaluaciones
fundamentales que las personas hacen sobre sí mismas y su funcionamiento en su entorno. Las
personas con autoevaluaciones centrales positivas se autoevalúan en de una manera
consistentemente positiva en todas las situaciones; estos individuos se ven a sí mismos como
capaces, dignos y en control de sus vidas. Según Judge et al. (1997), el concepto central de
autoevaluaciones está indicado por cuatro rasgos: autoestima, locus de control, neuroticismo y
autoeficacia generalizada. Judge, Bono, Erez, Locke y Thoresen (2002) presentaron evidencia de
que los tres primeros de estos rasgos son los más estudiados en psicología. Curiosamente, sin
embargo, la búsqueda para encontrar factores amplios de personalidad ha ignorado la similitud
entre estos rasgos. Aunque el neuroticismo ha sido considerado un rasgo amplio incluso por
aquellos investigadores que no respaldan el modelo de cinco factores (Eysenck, 1990), la
autoestima y el locus de control continúan siendo estudiados como rasgos individuales aislados.
Argumentamos que la consideración de estos rasgos de forma aislada conduce a la sub-predicción
y la confusión semántica (Dewey, 1974).
Conceptualmente, los rasgos comparten muchas similitudes. Por ejemplo, todos los rasgos
centrales evalúan la positividad de la autodescripción. De manera similar, parece que los
individuos que obtienen una puntuación baja en cada uno de los rasgos básicos son más
susceptibles a las señales sociales relevantes para sí mismos (por ejemplo, Brockner, 1979; Hjelle y
Clouser, 1970). Hay algunos estudios que han investigado la relación entre otros pares de rasgos
centrales (p. Ej., Autoestima y locus de control, Francis, 1996; locus de control y neuroticismo,
Morrison, 1997), aunque ninguno de estos estudios considera explícitamente la posibilidad de que
estos rasgos puedan indicar un concepto común de orden superior. El hecho de que los rasgos
centrales individuales puedan compartir similitudes conceptuales y empíricas no demuestra, sin
embargo, que las autoevaluaciones centrales sean una construcción psicológica válida. Para hacer
eso, uno debe analizar las autoevaluaciones centrales desde una perspectiva de validez de
constructo. En la siguiente sección de este artículo, proporcionamos un análisis detallado de la
validez de constructo del concepto central de autoevaluaciones.
Como argumentó Schwab (1980), establecer la validez de un concepto psicológico involucra tanto
cuestiones conceptuales (definición y relaciones teóricas con otras variables) como
consideraciones empíricas (validez convergente y ubicación del concepto dentro de su red
nomológica). Para determinar la validez del concepto básico de autoevaluación, se deben abordar
cuatro cuestiones: 1. Validez convergente. Para demostrar la validez convergente, los cuatro
rasgos centrales de autoevaluación (autoestima, locus de control, neuroticismo y autoeficacia
generalizada) deben compartir una covarianza suficiente para indicar un comportamiento común.
concepto.
2. Falta de validez discriminante de los rasgos centrales. Si los rasgos centrales no muestran
patrones diferenciales de relaciones con otras variables, entonces los rasgos centrales carecerían
de validez discriminante entre sí. Esto apoyaría aún más el argumento de que los cuatro rasgos
centrales indican una construcción común.
3. Validez discriminante relativa a otros rasgos. Para ser útil, el concepto central debe ser distinto
de otros rasgos, como los rasgos del modelo de personalidad de cinco factores (excluyendo la
estabilidad emocional, por supuesto).
4. Validez predictiva. La validez predictiva se revela por el grado en que el factor central predice
criterios mejor que los rasgos centrales aislados o más allá de otros rasgos (como los cinco grandes
rasgos).
Validez convergente
sustancial. La correlación promedio entre los rasgos (.64) es al menos tan alta como las
correlaciones entre medidas alternativas de rasgos en el modelo de cinco factores (ver Ones,
1993). Otra pieza de evidencia a favor del concepto central es la investigación analítica factorial
que sugiere consistentemente que los cuatro rasgos centrales se cargan en un factor común, tanto
en los análisis factoriales confirmatorios como exploratorios (Erez & Judge,
2001; Judge, Bono y Locke, 2000; Judge, Locke, Durham y Kluger, 1998).
Además, aunque sin considerar los cuatro rasgos centrales, algunos estudios han investigado la
posibilidad de que los rasgos puedan indicar un factor de orden superior. Específicamente, Hunter,
Gerbing y Boster (1982) concluyeron que la autoestima y el locus de control “actúan como
representantes de un factor de segundo orden, que se denominó autoconcepto” (p. 1302). De
manera similar, Hojat (1982) encontró que la autoestima, el locus de control y el neuroticismo
tenían sus cargas más altas en un factor común. Por lo tanto,
Parece que los cuatro rasgos centrales pueden tratarse como medidas del concepto central de
autoevaluaciones.
PAG. 333
A pesar del apoyo al concepto de autoevaluaciones básicas, una cuestión limitante es la medición
del rasgo. La mayoría de los rasgos se miden directamente. Por ejemplo, las medidas de conciencia
más conocidas miden el rasgo con escalas que constan de 9 a 12 ítems (Benet-Martínez y John,
1998; Costa y McCrae, 1992b; Goldberg, 1999). Por el contrario, las autoevaluaciones básicas se
han medido indirectamente,
con escalas relativamente largas (por ejemplo, Judge et al., 2000; Judge, Locke, et al., 1998).
Primero, las medidas son indirectas. Esto significa que el rasgo central de las autoevaluaciones
debe extraerse mediante el análisis factorial de las cuatro escalas que indican el rasgo (p. Ej.,
Judge, Erez, et al., 1998). Una medida directa, porque está diseñada para medir con precisión el
concepto subyacente en sí, en lugar de los indicadores del concepto, puede ser más válida. El
enfoque de medición indirecta de investigaciones pasadas también genera confusión sobre si el
rasgo es una construcción latente o agregada (ver más adelante). En segundo lugar, debido a esta
medición indirecta a partir de escalas existentes, la medida de las autoevaluaciones básicas es
relativamente larga. Juez, Locke, et al. (1998) y Judge et al. (2000) midieron las autoevaluaciones
básicas con cuatro escalas que suman 38 ítems. Dada la relativa brevedad de las medidas de otros
rasgos, parecería innecesario medir las autoevaluaciones básicas con una combinación de escalas
que,
en Judge & Bono's, 2001a, metanálisis, la estabilidad emocional predijo los criterios menos bien
que los otros rasgos centrales, y las correlaciones entre la autoestima y el desempeño fueron
muy variables entre los estudios); Es posible que una medida directa alcance niveles de validez
más altos y menos variables. En consecuencia, Judge, Erez, Bono y Thoresen (2003)
desarrollaron y validaron una medida directa de autoevaluaciones básicas, que denominaron
Escala de autoevaluaciones básicas (CSES). Esta medida consta de 12 ítems y se proporciona en
la Tabla 3. Para probar la validez de la medida, se recolectaron cuatro muestras independientes.
Sus resultados sugirieron que la medida es confiable, según lo evaluado por la consistencia
interna (promedio α = .84) y la confiabilidad prueba-reprueba (r = .81 durante un período de 3
meses). Además, el nivel de acuerdo entre fuentes (otra persona significativa) fue comparable al
de otras medidas de personalidad. Por ejemplo, los informes propios y de pares para el CSES se
correlacionaron r = .43, un nivel de convergencia similar al que se obtiene típicamente en la
investigación con medidas establecidas de las Cinco Grandes (Barbaranelli y Caprara, 2000;
Costa y McCrae, 1992b; Mount, Barrick Y Strauss, 1994). Los resultados del análisis factorial
también sugirieron que los 12 ítems del CSES se cargaron en una construcción unidimensional.
Además, el CSES mostró validez convergente como lo demuestran sus correlaciones con los
cuatro rasgos centrales. En segundo lugar, se correlacionó significativamente con la satisfacción
laboral, la satisfacción con la vida y las calificaciones de supervisión del desempeño laboral
Instrucciones: A continuación se presentan varias declaraciones sobre usted con las que puede
estar de acuerdo o en desacuerdo.
1 = Totalmente en desacuerdo
2 = en desacuerdo
3 = neutral
4 = De acuerdo
5 = Totalmente de acuerdo
____ Hay momentos en que las cosas se ven bastante sombrías y desesperadas para mí. (anotado
al revés)
PAG. 336
Autoevaluaciones básicas. Las autoevaluaciones básicas se midieron con la Escala de
autoevaluaciones básicas (Judge et al., En prensa). Los 12 ítems del CSES fueron traducidos al
español y holandés. Las propiedades psicométricas del CSES español y holandés se presentan en
la sección de resultados. Los cinco grandes rasgos. Los cinco rasgos principales se midieron en la
muestra 3. Usamos 60 ítems derivados del Inventario de personalidad de cinco factores (FFPI;
Hendriks, Hofstee y De Raad, 1999). El FFPI es el resultado del modelo taxonómico abreviado
de los rasgos del Circumplex de cinco dimensiones grandes (Hofstee, De Raad y Goldberg,
1992). Las cinco escalas (Neuroticismo, Extraversión, Apertura, Amabilidad y Conciencia)
mostraron buenas confiabilidades, que van de .89 a .93 en estudios anteriores con N = 1311. El
FFPI también mostró buenas validez convergentes con la lista de calificación de rasgo-adjetivo
de 225 ítems y el Inventario revisado de personalidad NEO (Hendriks, 1997, p. 70). En este
estudio, el coeficiente alfa (α) de confiabilidad de las escalas fue .80 (Neuroticismo), .85
(Extraversión), .84 (Autonomía), .72 Amabilidad) y .77 (Conciencia).
Indicadores de validez. La Tabla 4 presenta las correlaciones del CSES con las Cinco Grandes
dimensiones medidas con la Muestra 3. Como en Judge et al. (en prensa), esperábamos que el
CSES estuviera correlacionado con la escrupulosidad y la extraversión (ver también Judge &
Bono, 2001b). Como se muestra en la Tabla 4, tanto la conciencia (r = .34, p <.01) como la
extraversión (r = .36, p <.01) se correlacionaron moderadamente con CSES. Judge et al. (en
prensa) encontró vínculos débiles entre los rasgos centrales
y los otros cinco grandes rasgos, amabilidad y franqueza. Sin embargo, como muestra la Tabla 4,
las relaciones del CSES con Amabilidad y Apertura en nuestra muestra fueron más sustanciales
(Afabilidad: r = .23, p <.05; Apertura: r = .32, p <.01).
Es probable que la correlación moderada con la apertura sea el resultado del contenido diferente
de esta escala (es decir, se refiere más bien a la autonomía) en comparación con la escala de
apertura del NEO-PI-R. Como era de esperar, encontramos una alta correlación negativa entre
el CSES y el neuroticismo (r = –.66, p <.01). Estos resultados sugieren que el CSES holandés es
un constructo válido en la medida en que converge fuertemente con el neuroticismo y converge
moderadamente con la conciencia y la extraversión, según hallazgos previos con el CSES inglés.
Probamos la validez predictiva del CSES holandés utilizando la satisfacción laboral como criterio
y probamos la va predictiva
validez del CSES español tomando como criterio la ambición profesional. Investigaciones
anteriores encontraron que el constructo central de la autoevaluación está relacionado con la
satisfacción laboral (Erez & Judge, 2001; Judge & Bono, 2001a; Judge et al., 2000; Judge, Locke,
et al., 1998).
En resumen, los resultados con las versiones española y holandesa del CSES corroboran los
encontrados con la versión original en inglés del CSES en cuanto a sus propiedades
psicométricas y algunos indicadores de validez. Los estudios interculturales futuros deberían
establecer aún más su confiabilidad prueba-reprueba y deberían proporcionar más evidencia de
su validez predictiva.
Debido al desarrollo del concepto central de autoevaluación (Judge et al., 1997), se han realizado
investigaciones considerables que respaldan la existencia de autoevaluaciones centrales como un
factor de orden superior de autoestima, estabilidad emocional, autoestima generalizada. eficacia
y locus de control. Además, varios indicadores de su validez se han probado a fondo y las
autoevaluaciones básicas demostraron ser un mejor predictor que cada uno de sus rasgos
subyacentes. Finalmente, se ha desarrollado una medida directa de CSES y se ha encontrado que
es confiable y válida.
Dos indicadores de estabilidad emocional Si el argumento es que hay dos indicadores principales
de estabilidad emocional, uno que puede denominarse ansiedad y otro que puede denominarse
autoconcepto depresivo (o evaluaciones centrales positivas en el positivo), esta hipótesis debe
ser documentado en investigaciones futuras. El primer paso sería determinar si dicha estructura
se puede confirmar mediante un análisis factorial confirmatorio. El segundo paso sería mostrar
que estos dos indicadores presentan patrones diferenciales de correlación con variables
teóricamente relevantes. Específicamente, se esperaría que el aspecto de ansiedad de la
estabilidad emocional se correlacionara más con el estrés y la tensión.
lidity of the Spanish CSES using career ambition as the criterion. Past research found the core
self-evaluation construct to be related to job satisfaction (Erez & Judge, 2001; Judge & Bono,
2001a; Judge et al., 2000; Judge, Locke, et al., 1998).
Table 4 shows that in Sample 3 the Dutch CSES was strongly and positively correlated with job
satisfaction (r = .56, p < .01).We already argued that core self-evaluations are a motivational
trait. Career ambition can be conceived of as the motivation to move forward in one’s career.
Moreover, Judge et al. (2000) showed that individuals with positive self-evaluations obtained
more challenging jobs. herefore, we examined the relation between career ambition and the
Spanish CSES. Table 4 shows a significant moderate correlation between career ambition and
the Spanish CSES (r = .29, p < .01).
To summarize, the results with the Spanish and Dutch versions of the CSES corroborate those
that were found with the original English version of the CSES concerning their psychometric
properties and some indicators of validity. Future cross-cultural studies should further establish
their test–retest reliabilities and should provide more evidence for their predictive validities.
Because of the development of the core self-evaluation concept (Judge et al., 1997), considerable
research has been performed that supported the existence of core self-evaluations as a higher
order factor of self-esteem, emotional stability, generalized self-efficacy, and locus of control.
Moreover, several indicators of its validity have been thoroughly tested and core self-
evaluations proved to be a better predictor than each of its underlying traits. Finally, a direct
measure of CSES has been developed and has been found to be reliable and valid.
The core self-evaluations construct is a promising one and might induce abundant research in
diverse research areas. However, some issues concerning the core self-evaluations are not yet
addressed and need to be the focus of future research.
Later, we discuss some of these research themes. Two Indicators of Emotional Stability
If the argument is that there are two main indicators of emotional stability—one that may be
termed anxiety and another that may be termed depressive self-concept (or positive core
evaluations in the positive)—this hypothesis needs to be documented in future research. The
first step would be to determine whether such a structure can be confirmed via confirmatory
factor analysis. The second step would be to show that these two indicators display differential
patterns of correlations with theoretically relevant variables. Specifically, the anxiety aspect of
emotional stability would be expected to correlate more highly with stress and strain
and the depressive aspect would be expected to correlate more highly with criteria such as job
satisfaction, life satisfaction, and job performance.
Approaches to Personality
The validity of personality dimensions has traditionally been examined through predicting job
criteria from single personality constructs. This variable-centered approach toward predictive
validity focuses on personality differences between individuals rather than on the clustering of
personality variables within individuals (i.e., a person-centered approach). Although core self-
evaluations comprises a clustering of four traits, the construct has been developed from a
variable-centered perspective. The four traits are perceived as belonging to a single higher order
concept rather than reflecting a personality pattern within individuals. A person-centered
approach was recently used in a study of De Fruyt (2002), in which he identified
two groups of individuals with similar personality patterns through cluster analyzing
individuals’ NEO–PI–R scores. The first group included individuals with relatively high scores
on neuroticism and relatively low scores on extraversion and conscientiousness. The second
group comprised individuals with relatively low scores on neuroticism and relatively high
scores on conscientiousness.
Individuals of the first group were significantly more unemployed and if employed—less
satisfied with their job and experienced more stress than individuals of the second group.
Additionally, circumplex approaches to trait structures (see Hofstee et al., 1992) suggest the
existence of specific facets combining levels of neuroticism with levels of each of the other Big
Five traits. When applying these circumplex models to core self-evaluations and Big Five traits,
a more fine-tuned framework of job-related personality typologies might emerge. Furthermore,
future studies should examine if these personality typologies (i.e., the constellation of core self-
evaluations and Big Five traits) could further increase the predictive validity of personality
measures.
son difíciles de evaluar debido a la ambigüedad de la dirección causal, los tamaños de muestra
pequeños y la falta de replicación de los hallazgos.
Hasta ahora, solo un estudio examinó la estabilidad (durante un período de 3 meses) de las
autoevaluaciones básicas (Judge et al., En prensa). Se han realizado más investigaciones sobre la
estabilidad de sus constructos subyacentes (es decir, neuroticismo y autoestima).
También ha quedado claro que las personas difieren en la medida en que exhiben fluctuaciones a
corto plazo en su autoestima basada en el contexto (es decir, estabilidad de la autoestima). Más
importante aún, la investigación reciente indica que las diferencias entre y dentro de los
individuos con alta y baja autoestima (ES) surgen como una función de la estabilidad de
autoestima. (p. 1190) La investigación sobre la estabilidad de las autoevaluaciones básicas tendrá
que responder a la pregunta con respecto a la estabilidad de este constructo.
Más información sobre este texto de origenPara obtener más información sobre la traducción, se
necesita el texto de origen
valioso y adaptable para entenderse a uno mismo con honestidad y precisión, incluso cuando esto
signifique sentirse mal con uno mismo ”(p. 38). En el contexto de las autoevaluaciones básicas,
¿puede uno ser demasiado positivo para el bien propio (o el de otros)? Esta sería un área
interesante e importante para futuras investigaciones.
Estados y rasgos
En relación con lo anterior, no es raro que los rasgos centrales individuales sean tratados como
variables dependientes en las diversas literaturas en las que se estudian. Esto es particularmente
cierto para el rasgo central que parece estar en el centro de las autoevaluaciones básicas: la
autoestima. Por ejemplo, Keltikangas-Jaervinen, Kivimaeki,
y Keskivaara (2003) investigaron el efecto de las prácticas de crianza de los hijos por parte de los
padres sobre la autoestima; MacMaster, Donovan y MacIntyre (2002) estudiaron el efecto de la
discapacidad infantil en la autoestima; y Bizman y Yinon (2002) investigaron el efecto de los
resultados de las competencias atléticas sobre la autoestima. Existe evidencia que sugiere que la
heredabilidad de los rasgos centrales individuales es comparable a la de las medidas de
neuroticismo (Judge & Bono, 2001a). Sin embargo, la autoestima se ha utilizado a menudo como
una variable dependiente y, por lo tanto, uno puede preguntarse si, y en qué grado, las
autoevaluaciones básicas son maleables e influidas por la situación.
CONCLUSIÓN
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PARA MARCO TEORICO: OIT:
La Organización Internacional del Trabajo (1984) considera que los factores psicosociales
tienen la potencialidad de ser estresantes y se encuentran en el medio ambiente de
trabajo, son numerosos y de diferente naturaleza, comprenden aspectos físicos y ciertos
aspectos organizativos y de sistemas de trabajo, así como la calidad de las relaciones
humanas en la empresa. Todos estos factores interactúan y repercuten sobre el clima
psicosocial y sobre la salud física y mental de los trabajadores. Su estudio es complejo,
dado que representan el conjunto de las percepciones y experiencias del trabajador y
abarcan muchos aspectos. Algunos de estos se refieren al trabajador individualmente,
mientras que otros están ligados a las condiciones y al medio ambiente de trabajo.
Medio ambiente físico de trabajo. Koskela y cols., (1973) citado en OIT (1984) como
resultado de sus investigaciones reportan respecto de las condiciones de trabajo
realizadas respecto de diferentes grupos profesionales, los trabajadores mencionan
frecuentemente el ruido y las condiciones térmicas, las vibraciones y los agentes químicos
se citan también a menudo como las peores causas de estrés.
Factores propios de la tarea. Esta sobrecarga de trabajo puede ser cuantitativa (cuando
hay demasiado que hacer) o cualitativa (cuando el trabajo es demasiado difícil). Varias
categorías de trastornos del comportamiento y síntomas de disfunciones se atribuyen a
una carga excesiva de trabajo. Ademàs se ha identificado una relación entre el trabajo
monótono, rutinario, efectuado en un ambiente poco estimulante propio de la producción
en masa (por ejemplo: líneas de montaje con ritmos de trabajo impuestos y determinadas
tareas de oficina) y diferentes categorías de afecciones orgánicas, trastornos fisiológicos y
otras enfermedades. La falta de incentivos, cuyas consecuencias se agravan a menudo
por el hecho de que el trabajador no domina la situación, también pueden derivarse del
uso de técnicas muy especializadas para las habilidades del trabajador (Cooper y
Marshall, 1976 y 1978; Kasl, 1973) citado en OIT (1984).
Organización del tiempo de trabajo. La duración diaria de la jornada laboral, así como
su duración semanal, mensual, anual y la de toda la vida productiva, influye directamente
en la salud. Se ha comprobado que el trabajo por turnos modifica los ritmos biológicos, la
temperatura del cuerpo, el metabolismo, los niveles de azúcar en la sangre, la agilidad
mental y la motivación en el trabajo. Durante la vida cotidiana, los efectos pueden
manifestarse particularmente durante el sueño, en las costumbres de alimentación, la vida
familiar y las actividades sociales. Los estudios indican que los trabajadores por turnos se
quejan más frecuentemente que los trabajadores diurnos de cansancio y de desarreglos
gastrointestinales. Aunque muchas investigaciones concuerdan en que el trabajo por
turnos se hace menos estresante a medida que los horarios de trabajo se organizan mejor
y los trabajadores reciben diferentes tipos de asistencia social, las restricciones a la
participación social son una queja frecuente entre el personal que trabaja por turnos.
Función de los trabajadores. Según Kasl (1979), citado en OIT (1984), cuando la
función atribuida al trabajador es ambigua por falta de claridad, cuando es contradictoria o
hay oposición entre las diferentes exigencias del trabajo, cuando es conflictiva por
rivalidad entre compañeros, esta situación puede ser en sí causa principal de estrés. Se
ha indicado que una función ambigua o contradictoria puede causar trastornos
cardiovasculares. El personal de dirección, los empleados de oficina y los trabajadores
intelectuales están especialmente expuestos al estrés causado por la ambigüedad de su
función; entre el carácter ambiguo o contradictorio de la función y la satisfacción en el
trabajo hay correlaciones muy marcadas, pero que repercuten poco en el estado de salud
mental. Las reacciones personales frente a una función contradictoria varían
considerablemente según la personalidad.
Relaciones en el medio de trabajo. Payne, (1980), citado en OIT (1984) identificò una
asociación entre el estrés profesional y las relaciones en el medio de trabajo; es decir, las
relaciones del trabajador con sus colegas, sus superiores y sus subordinados y el apoyo
social que le prestan los mismos. Cuando en un grupo la repartición de las funciones es
ambigua, estlo puede deteriorar las relaciones entre sus miembros, creándose así riesgos
de tensiones psicológicas que revisten la forma de insatisfacción en el trabajo. Por otra
parte, Caplan y sus colaboradores (1975), citado en OIT (1984) observan que las
tensiones profesionales se atenúan cuando el trabajador se siente apoyado socialmente
por sus compañeros; este factor también interviene en los efectos del estrés profesional,
en las funciones fisiológicas o en el hábito tabáquico. Es interesante advertir que en el
caso de los controladores del tránsito aéreo el apoyo de amigos y colegas es más eficaz
socialmente que el de los superiores jerárquicos.
Martin y Perez (2004), consideran importante destacar que ante una determinada
condición psicosocial laboral adversa no todos los trabajadores desarrollarán las mismas
reacciones. Ciertas características propias de cada trabajador (personalidad,
necesidades, expectativas, vulnerabilidad, capacidad de adaptación, etc.) determinarán la
magnitud y la naturaleza tanto de sus reacciones como de las consecuencias que tendrá.
Dentro de la perspectiva teórica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el
Trabajo de España, se consideran en la evaluación aquellos aspectos que se han
destacado por su capacidad para minar esa resistencia. La importancia que se otorga a la
percepción y atribución que un colectivo de trabajadores posee acerca de ciertas
condiciones psicosociales que se dan en su trabajo como forma adecuada de valoración
de tales condiciones, se realiza en función de que la realidad psicosocial hace referencia
no tanto a las condiciones que objetivamente se dan sino a cómo son percibidas y
experimentadas por la persona (Martin y Pérez, 2004). }
Es asi que dentro de este modelo se consideran nueve factores diferenciados, los cuales
son: tiempo de trabajo, autonomía, carga de trabajo, demandas psicológicas,
variedad/contenido del trabajo, participación/supervisión, interés por el
trabajador/compensación, desempeño de rol, y relaciones y apoyo social, diseñándose a
partir de este fundamento teorico, el instrumento FPSICO en 2007. (Ferrer, Guilera y
Peró, 2011)
Tiempo de trabajo. Lo conforman distintos aspectos que tienen que ver con la ordenación
y estructuración temporal de la actividad laboral a lo largo de la semana y de cada día de
la semana. Se evalua el impacto del tiempo de trabajo desde la consideración de los
periodos de descanso que permite la actividad, de su cantidad y calidad y del efecto del
tiempo de trabajo en la vida social.
Autonomía. Bajo este factor se acogen aspectos de las condiciones de trabajo referentes
a la capacidad y posibilidad individual del trabajador para gestionar y tomar decisiones
tanto sobre aspectos de la estructuración temporal de la actividad laboral como sobre
cuestiones de procedimiento y organización del trabajo; se considera la autonomía
proyectada en dos grandes bloques: La autonomía temporal y la autonomía decisional.
La autonomía temporal, se refiere a la libertad concedida al trabajador sobre la gestión de
algunos aspectos de la organización temporal de la carga de trabajo y de los descansos,
tales como la elección del ritmo, las posibilidades de alterarlo si fuera necesario, la
distribución de los descansos durante la jornada y el disfrute del tiempo libre para atender
a cuestiones personales, y la autonomía decisional. La autonomía decisional hace
referencia a la capacidad de un trabajador para influir en el desarrollo cotidiano de su
trabajo, que se manifiesta en la posibilidad de tomar decisiones sobre las tareas a
realizar, su distribución, la elección de procedimientos y métodos, la resolución de
incidencias, entre otras (Pérez y Nogareda, 2012).
Carga de trabajo, Pérez y Nogareda (2012), subrayan que se entiende como el nivel de
demanda de trabajo a la que el trabajador hace frente, es decir, el grado de movilización
requerido para resolver lo que exige la actividad laboral, con independencia de la
naturaleza de la carga de trabajo, sea cognitiva o emocional. Se entiende que la carga de
trabajo es elevada cuando hay mucha carga, sea en un componente cuantitativo o
cualitativo.
Participación / supervisión: Pérez y Nogareda (2012), apuntan que se trata de dos formas,
el control que ejerce el trabajador a través de su participación en diferentes aspectos del
trabajo, y el control que ejerce la organización sobre el trabajador a través de la
supervisión de sus quehaceres. La participación explora los distintos niveles de
implicación, intervención y colaboración que el trabajador mantiene con distintos aspectos
de su trabajo y de la organización y por su parte, la supervisión, hace referencia a la
valoración que el trabajador hace del nivel de control que sus superiores inmediatos
ejercen sobre aspectos diversos de la ejecución del trabajo.
Desempeño de rol, considera los problemas que pueden derivarse de la definición de los
cometidos de cada puesto de trabajo. Comprende tres aspectos fundamentales: la
claridad de rol, el conflicto de rol, haciendo referencia a las demandas incongruentes,
incompatibles o contradictorias entre sí o que pudieran suponer un conflicto de carácter
ético para el trabajador, y finalmente la sobrecarga de rol que se refiere a la asignación de
cometidos y responsabilidades que no forman parte de las funciones del puesto de trabajo
pero que se añaden a ellas(Pérez y Nogareda, 2012)..
Relaciones y apoyo social, son aquellos aspectos de las condiciones de trabajo que se
derivan de las relaciones que se establecen entre las personas en el entorno de trabajo;
es un factor moderador del estrés, y que el método concreta estudiando la posibilidad de
contar con apoyo instrumental o ayuda proveniente de otras personas del entorno de
trabajo para poder realizar adecuadamente el trabajo, y la calidad de tales relaciones. Se
considera que las relaciones entre personas pueden ser origen, con distinta frecuencia e
intensidad, de situaciones conflictivas de distinta naturaleza, ante lo cual, las
organizaciones necesitan adoptar ciertos protocolos de actuación, legislado en distintos
países (Pérez y Nogareda, 2012).
Martín Daza, F. y Pérez Bilbao, J. (2004). “NTP 443. Factores Psicosociales: Metodología de
Evaluación”, INSHT. Disponible en:
https://app.mapfre.com/documentacion/publico/en/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1031766
Pérez J & Nogareda C (2012). Factores psicosociales: metodología de evaluación. NTP 926,
España. Instituto Nacional De Seguridad e Higiene En El Trabajo. Recuperado de su
versión electrónica https://www.insst.es/documents/94886/326879/926w.pdf/cdecbd91-
70e8-4cac-b353-9ea39340e699