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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA


Carrera de Psicología

Entrenamiento en auto-instrucciones

P R E S E N T A

Padilla Navarro Alejandro

Hernández Solano Claudia Diana

Jiménez Luna Yesica Daniela

López González María de Jesús

Ruíz Ruíz Erick

PROFESORES

Cristopher Tamayo

Lesly Hernández

Grupo: 1760

Psicología Social Teórica III


Introducción

En este trabajo se revisará el entrenamiento en auto-instrucciones, para esto es


importante tomar en cuenta la terapias racional emotiva conductual (TREC) y la
terapia cognitiva (TC), que suelen considerarse terapias de reestructuración
cognitiva.

El entrenamiento en auto-instrucciones es considerado como estrategias


metacognitivas que tienen como objetivo favorecer la autorregulación de la
conducta, así como la creencia, la capacidad de cada individuo, eliminar los
pensamientos negativos, sesgos cognitivos y creencias inadecuadas que generan
y mantienen conductas, comportamientos desadaptados y malestares
emocionales; estas técnicas facilitan el desarrollo y/o incremento de las
habilidades de afrontamiento, para que se pueda afrontar con éxito una situación o
reducir el malestar ante un acontecimiento negativo.

Existen problemas que no se solucionan por un cambio en la estructura del


pensamiento, sino que los conflictos derivados, por ejemplo, estrés o malestar
emocional, se mantienen por una falta de estrategias, fundamentalmente de
carácter cognitivo, y que podríamos considerar que están relacionadas, como
señalan Spiegler y Guevremont (2010, citados en Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012),
no tanto con lo que las personas están pensando, sino más bien con lo que no
están pensando.

Antecedentes

Esta técnica fue diseñada por Meichenbaum en 1969, la cual tiene como
objetivo modificar el diálogo interno de la persona de forma rápida y eficaz para
facilitar el afrontamiento de una determinada tarea, situación o acontecimiento. Es
decir, modificar el diálogo interno cuando un individuo tiene complicaciones para
abordar alguna situación.

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En los años setenta, con el boom de la teoría cognitivo-conductual, surgieron
técnicas cognitivas que pretendían el cambio en la conducta manifiesta y a nivel
cognitivo, mediante el control y cambio de las conductas cognitivas.

Ruiz, Díaz y Villalobos (2012) mencionan tres fuentes principales de dónde


proviene el entrenamiento en autoinstrucciones: a) el desarrollo de trabajos sobre
deficiencias infantiles en mediación, comprensión y producción, b) lasaportaciones
teóricas de Luria (1961) y Vigotsky (1972) sobre interiorización del lenguaje y su
papel en el control de la conducta (Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012; Labrador, 2011);
y c) la teoría del aprendizaje social.

La técnica cognitivo-conductual de autoinstrucciones es una técnica que deriva de


los estudios y la teoría postulada por Vigotsky.

Vigotsky cuando habla acerca del papel del lenguaje en los primeros años de vida,
los niños, en un primer momento, el lenguaje no sirve como medio de expresión
hacia los demás, sino para guiar la propia acción; al momento de caracterizar al
lenguaje como medio de autoinstrucción, explica cómo se va desarrollando el
habla interna y de ahí como surge el pensamiento.

Fundamentación Teórica

Esta técnica, precisamente va dirigida a intervenir en el pensamiento disfuncional


(debido al aprendizaje) que pueda tener una persona y que no le permite realizar
una determinada tarea con eficacia, es decir, al cambiar el pensamiento, se realiza
un cambio en la conducta externa. (Labrador, 2011)

Meichenbaum fue quien desarrolló esta técnica con el fin de lograr un cambio en la
conducta externa mediante el cambio en la forma en el diálogo interno de la
persona.

En este sentido, este cambio en las autoverbalizaciones puede influir en como la


persona ejecuta una determinada tarea, ya que un déficit en las habilidades puede

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ser debido a la falta de habilidades de afrontamiento. (Ruiz y Díaz y Villalobos,
2012)

Al respecto, se puede observar, como el pensamiento automático, se enlenteciera


y se transformara en lenguaje para guiar la actuación del sujeto (Labrador, 2011)

Procedimiento

Cómo ya se había mencionado anteriormente, algunos problemas como estrés y/o


malestar emocional ocurren por un déficit en estrategias cognitivas, las cuales
pueden guiar al sujeto a otras habilidades; para el trabajo con las
autoinstrucciones estas pueden adoptar diferentes formas: a) nominal (e.g. María,
párate un momento y respira profundamente), b) en primera persona (e.g. me voy
a parar un momento y voy a respirar profundamente), c) en segunda persona (e.g.
será mejor que pares un momento y respires profundamente, y c) imperativa
(detente un momento y respira profundamente). (Ruiz, et.al, 2012)

De acuerdo a la literatura (Labrador, 2011; Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012), el


procedimiento de entrenamiento en autoinstrucciones consta de cinco pasos los
cuales son:

Modelado cognitivo: en esta fase el terapeuta modela una acción, ya sea a través
de un ejemplo o la conducta que se desea modificar, mediante la puesta en
marcha de una serie de conductas y la autoverbalizacion en voz alta de las
instrucciones.

Guía externa en voz alta: en esta fase el terapeuta (también se le puede


denominar como profesor o instructor) le pide al paciente que realice la acción que
se le acaba de presentar y mientras esté realiza la acción, el terapeuta va
ayudandole con autoinstrucciones, dichas en voz alta y procurando decirlo en
primera persona: "Comenzaré a dibujar, primero, voy a tomar el lápiz firmemente,
lo colocaré sobre el papel… "

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Autoinstrucciones en voz alta: a partir de esta fase la ayuda del terapeuta se va
haciendo gradualmente cada vez menor.

El paciente ahora comienza a autoverbalizar las instrucciones en voz alta mientras


guía cada uno de los pasos para realizar la tarea designada.

Autoinstrucciones enmascaradas: En esta fase el paciente comienza a realizar


cada uno de los pasos de la tarea, pero ahora lo hace susurrandose a sí las
instrucciones.

Autoinstrucciones encubiertas: En el paso final de la técnica se espera que las


autoinstrucciones para realizar una determinada tarea se internalicen en el
pensamiento del sujeto, de tal manera que pueda realizar la acción por sí mismo.

Asi cómo funciona en otras técnicas, el EA tiene utlidad en otras técnicas debido a
su naturaleza complementaria; el entrenamiento en autoinstrucciones no es una
técnica que se ejecute como la única técnica, está se complementa junto con otras
para que se pueda llegar al resultado esperado, asimismo es parte integral de
otras técnicas cognitivas como es el caso de la terapia de solución de problemas.

Las autoinstrucciones también se utilizan en la terapia de inoculación al estrés, en


la fase de aplicación y consolidación de los aprendizajes derivados del
entrenamiento que se realizó para la solución de las problemáticas del sujeto. De
acuerdo a Labrador (2011) y Martin y Pear (2008), el entrenamiento en
autoinstrucciones puede realizarse en esta terapia, con ciertas consideraciones a
las características del sujeto y en cuanto al problema para el cual se está
utilizando la terapia principal, en este caso la inoculación al estrés.

Las autoinstrucciones tienen una utilidad que puede resumirse en los siguientes
puntos:

1. Definir el problema: En algunas personas existe un déficit en la manera de


aproximarse a un problema, de ahí que se llegue al fracaso en el intento de
resolución de un conflicto.

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2. Guía de la respuesta: es decir, el paciente trazara una tentativa de
solución para el problema dado y se repetirá las instrucciones necesarias
para resolverlo
3. Autorreforzamiento: Es importante que la persona se felicite por lo que
hizo bien
4. Auto corrección: En este punto, el paciente tomará en cuenta los errores
que pudieron haber surgido en el momento de la ejecución y tratará de
hallar una solución en el momento en que ocurre el incidente.

En cada momento se deben de practicar las autoinstrucciones y las


autoafirmaciones, en cada ámbito de la vida cotidiana, con el fin de que estas se
aprendan, se interioricen y se generalicen en cada actividad del sujeto.

No solamente se entrena en instrucciones, sino que el terapeuta también prepara


una serie de afirmaciones para que se consolide la habilidad cognitiva de guiar su
propia acción.

Cuando surja un problema el paciente se debe de decir a sí mismo está serie de


afirmaciones que le ayudarán en un momento dado:

1. Guiar la conducta: En muchas situaciones que le son nuevas, la persona


puede sentirse desprotegida ante ellas, las afirmaciones respecto a la
nueva situación proporcionan una base de la cual el sujeto puede valerse
para ejecutar un acción.
2. Focalizar la atención: la misma situación puede provocar ansiedad, estrés
o tensión que ocasiona la persona se distraiga de realizar una acción, las
autoafirmaciones dirigen la atención hacia la situación, no a lo que está
sintiendo.
3. Reglas específicas sobre las contingencias y la forma de encauzar la
situación hacía la solución: Son autoinstrucciones sobre el proceso de
actuación, cómo actuar en las diferentes fases y frente a cambios en la
situación. (Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012)

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4. Que hacer con los errores cometidos: no siempre se obtendrán los
resultados esperados, así que estas afirmaciones pueden encauzar al
paciente hacia cómo se estaba sintiendo y procurando un forma de pensar
más adaptada.
5. Autorrefuerzo: en cada EA debe de considerase este tipo de afirmaciones
para que el sujeto pueda obtener una gratificación al realizar una acción.

También como parte del trabajo de la terapia de solución de problemas y de


autoinstrucciones puede esperarse que no siempre se den los resultados
esperados y que a partir de ellos pueden surgir crisis en los pacientes, para ello,
se traza una serie de autoverbalizaciones para evitar que, el paciente se
encuentre preparado para afrontar un situación estresante hasta para el momento
en que la situación parece rebasar la capacidad del paciente para hacer frente a la
situación.

Se ha considerado que el componente principal de la problemática es el malestar


emocional que se genera y la interferencia en la vida del sujeto; el objetivo
principal con este entrenamiento es que se pueda hacer frente a las reacciones
emocionales negativas y no negarla y ocultarlas, al respecto, Martin & Pear (2008)
menciona que es el componente emocional lo que las personas refieren que
interfiere con la ejecución de una conducta y que es el entrenamiento en
autoinstrucciones lo que posibilita que se haga frente a la situación, aunque la
emoción negativa siga ahí.

Consideraciones

Con respecto al trabajo con niños, el entrenamiento en autoinstrucciones, existen


una serie de consideraciones especiales, ya que en el caso de los niños las
instrucciones pueden ser una habilidad que suscite dificultades.

Se recomienda empezar por actividades de juego como forma de empezar el


entrenamiento. (Martin & Pear, 2008; Ruiz y Díaz, 2012)

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Otro punto importante con el trabajo con niños es que las instrucciones sean
entendibles y adecuadas al nivel académico del infante.

Asimismo, es importante que el terapeuta esté seguro de que el aprendiz le está


prestando la atención y que entienda (más no memorice) la utilidad de las
instrucciones. (Labrador, 2011; Martin y Pear, 2008; Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012)

Otra de las consideraciones es que se coloquen a dos niños juntos , ya que uno
servirá como modelo de la acción a la que habrá ejecutar en caso de que uno de
los dos lo requiera, y también debe de haber una buena sintonia para una buena
comunicación entre terapeuta y aprendiz y de ese modo poder comentar las partes
problemáticas.

En el trabajo con niños es recomendable el utilizar técnicas de imaginación para


que aprenda la técnica a desarrol

Por último, es necesario considerar que cada uno de los pacientes, ya sea jóvenes
o ancianos, es necesario que se respete su ritmo de aprendizaje y se le permita
aprender a su tiempo.

Referencias

1. Labrador, F. (2011) Técnicas de modificacion de conducta. Ediciones


Pirámide: España.
2. Martin, G & Pear, J. (2008) Modificación de conducta: qué es y cómo
aplicarla. PEARSON EDUCACIÓN: Madrid.
3. Ruiz, M., Díaz, M y Villalobos, A. (2012) Manual de Técnicas de
Intervención Cognitivo Conductuales. Desclée De Brouwer: Bilbao.

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