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Resumen primer parcial - Psicología social

Seidmann - Historia de la psicología social

Lo que caracteriza a la psicología social es el concepto de relación,


interdependencia, interacción, influencia. Implica una perspectiva no individual para
enfrentar la problemática humana, abordando laexperiencia subjetiva de las
personas, tal como se construye en la interacción social.
La Psicología Social surge en Europa y su florecimiento más reciente es un
fenómeno característicamente estadounidense, especialmente en el período
inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, pues esta produjo una gran
cantidad de problemas que requerían respuestas urgentes (combatir la
desmoralización de la población, estudios de actitudes, problemas psicológicos
acarreados por una economía de guerra, etc)
En la historia de la psicología social hay dos corrientes:
- La Psicología Social Psicológica tiene su auge a principios del siglo XX,
fundamentalmente en Estados Unidos, vinculada al conductismo. Desde esta
perspectiva, la psicología social se desarrolló como una disciplina experimental, cuyo
objeto de estudio fue el individuo y su forma de relacionarse con el medio. Lo
importante era observar y medir lo que la gente hacía, y formular leyes generales
sobre la conducta social.
- La Psicología Social Sociológica, por otra parte, está más emparentada con la
sociología y se vincula con el interaccionismo simbólico. Desde esta perspectiva, las
influencias más importantes sobre la conducta son las simbólicas, que derivan del uso
del lenguaje en la interacción y que le otorgan significado a la conducta social. Se trata
de un proceso de convertirse en “persona”, que implica un desarrollo evolutivo.

Precursores
Tarde: enfatiza el papel del individuo, dándole especial importancia a la
imitación y a la innovación sobre el desarrollo social. Afirma que somos el resultado de
la combinación de una multiplicidad de otros, y que los individuos se influyen
recíprocamente, constituyendo una conciencia colectiva, que no tiene existencia
independiente de los individuos. Por lo tanto, el estudio del individuo puede aplicarse
al conocimiento del grupo, pues este está compuesto por individuos.
Wundt se destaca porque crea una psicología experimental -no social- como
disciplina autónoma; una metafísica científica; y una psicología social histórica -ciencia
social no experimental-. La creación de la psicología experimental coincide con la del
primer laboratorio de Psicología (1879), pero de especial interés para la Psicología
Social es su Psicología de los pueblos, que estudia las formas de comportamiento
colectivo, los procesos mentales que trascienden a los individuos. Con esta obra,
Wundt desarrolla la historia psicológica de la humanidad, buscando aquello que hace
de varios individuos un solo pueblo; apunta a mostrar las mentes de diferentes
pueblos, razas, comunidades, así como los productos culturales, el lenguaje, las
costumbres, el mito, la religión y las cogniciones. Analiza mente en términos de
cultura: busca develar los procesos mentales superiores, productos de creaciones
sociales, culturales y artísticas únicamente explicables desde un punto de vista
histórico. Los aportes de Wundt son el germen de una de las dos tradiciones de la
psicología social: la Psicología Social Sociológica, que estudiará la conciencia
individual como resultado de la creación de significados en la interacción social.
Durkheim (positivista) considera el hecho social como algo externo al individuo,
que ejerce coerción sobre él y que no puede ser comprendido desde la perspectiva psicológica
individual. Afirma que lo social es irreductible a una explicación psicológica individual
(≠Tarde), pues posee características diferentes y es anterior a la existencia del individuo.
Le Bon considera la conducta de las masas. Para él, los fenómenos de
masas eclipsan todas las características humanas individuales positivas y su
ascenso coincide con la declinación de la civilización. Su planteamiento fundamental
es que los seres humanos desarrollan, en colectivo, comportamientos que no
desarrollarían individualmente, pues las masas tienen una influencia determinante
sobre los individuos: contagian la manera de ser y actuar a quienes la conforman y
esto se da de forma inconsciente. La masa se transforma así en una entidad
psicológica distintiva e independiente de los miembros que la componen.

Aportes de los principales autores del bloque americano, incluidos en el florecimiento


de la psicología social en EEUU s. XX
Ross postula una psicología social que estudie las conductas humanas
resultantes de las causas sociales (lenguaje, mitos, costumbres), y destaca la
imitación. La inscribe así como parte de la sociología.
Dougall propone una perspectiva genética y más social de la mente humana
que, según él, está moldeada por la sociedad en la que se desarrolla. Sostiene la
existencia de una conciencia colectiva, que se impone a las conciencias individuales a
través de la sugestión.
Floyd Allport define a la psicología social como “estimulacionesy reacciones
que surgen entre los individuos y la parte social de su medio”, y si bien su planteo
deriva de los postulados del conductismo, también incorpora a la conciencia (según él,
de índole fisiológica) como parte del estudio de la conducta. La posición de F. Allport
es de corte individualista, biologicista, incluso para la explicación de fenómenos
grupales. Plantea que los mecanismos comportamentales y la conciencia son un
fenómeno individual, fundamentales para la comprensión de la interacción entre
individuos
Gordon Allport define a la psicología social como el intento de comprender y
explicarcómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos individuales son
influidos por la persona real o imaginaria de los otros

Interaccionismo simbólico
El Interaccionismo Simbólico es una de las corrientes más características de la
Psicología Social Sociológica. Floreció en el siglo XX y su mayor exponente fue Mead.
Mead supera la controversia acerca de la prioridad del individuo o de la
sociedad, pues propone que el individuo es un producto de la interacción recíproca a
través de la cual surge la mente. La psicología de Mead se denomina “conductismo
social” para diferenciarla de la de Watson y de Floyd Allport. Si bien parte de una
actividad observable (el proceso social dinámico y los actos sociales), incluye además
la experiencia interna del individuo, el análisis de la conciencia, sosteniendo que el
acto social tiene un aspecto interior y otro exterior. La teoría de Mead es genética,
dado que la persona se desarrolla cognitivamente a través de adoptar los roles de los
demás, internalizando así lo sociocultural. Este proceso le permite surgir como
individuo, ser consciente de sí. Surge así la conciencia reflexiva, a partir de la
conciencia del otro. Además, se plantea el carácter simbólico de la conducta humana:
las personas interpretan la realidad, atribuyendo significados en la experiencia
compartida. Expone la metáfora del juego y el deporte para explicarlo: en el juego, se
adopta roles duales (madre/hijo) y esto permite explorar las actitudes que el otro tiene.
En el deporte, se adopta la actitud de todos los miembros involucrados y las reglas de
relación mutuas, incorporando al otro generalizado.

Reflexión final
En sus comienzos, alcanzar el status de ciencia, implicó acercarse al modelo
positivista. Esto significó el auge de la psicología social psicológica, que utilizó el
método experimental en el laboratorio.
Por otra parte, a partir del desarrollo de la psicología social sociológica, se
perfiló el interés en captar las experiencias de las personas, la forma en que otorgan
significado a sus vidas. Se acentuó más la importancia de lo social.
Seidmann concluye el texto diciendo que adhiere a la perspectiva de la
psicología social actual de José Luís Estramiana, para quien se ha venido gestando en
la disciplina un nuevo paradigma caracterizado por el énfasis en los aspectos
históricos, dialécticos y simbólicos de la conducta humana, el interés por la ideología,
el reconocimiento del carácter de las personas, la preocupación por el cambio y la
resolución de problemas sociales el estudio de la vida cotidiana y la utilización de
métodos alternativos de investigación.

Rosenhan - Acerca de estar sano en un medio enfermo.

Una característica de los diagnósticos psiquiátricos es que buscan la fuente


de la confusión mental dentro del individuo y sólo rara vez en la multiplicidad de los
estímulos que lo rodean. De allí que las formas de conducta, provocadas por el
entorno sean adjudicadas por lo general erróneamente a la enfermedad del paciente.
Las conductas de los enfermos mentales y las personas normales se
confunden notablemente. La persona sana no es "sana" constantemente. Somos
presa de la ira "sin causa razonable". En ocasiones estamos deprimidos o
angustiados, también sin causa real. De la misma manera, los enfermos mentales no
están constantemente locos. Los pseudopacientes tuvieron la impresión, al convivir
con ellos, de que eran normales por largos períodos y que la conducta extravagante
en que se basaba su diagnóstico sólo representa una pequeña parte de su conducta
total. Así como no es razonable que a raíz de una depresión ocasional seamos
clasificados como permanentemente depresivos, se necesitarán mejores pruebas que
las utilizadas para clasificar a todos los pacientes como enfermos mentales sobre la
base de formas de conducta o percepciones extravagantes.
En las clínicas psiquiátricas no es posible distinguir las personas sanas
de los enfermos mentales. La propia institución crea una realidad especial, en la cual
el significado de las formas de conducta muchas veces es malinterpretado. La
consecuencia para los pacientes que permanecen en tal medio, es decir, el de la
impotencia, la despersonalización, el aislamiento, la humillación y la desvalorización,
indudablemente no pueden favorecer la terapia.
Si bien la terapia ha progresado, resulta dudoso que la gente considere en un
pie de igualdad a los enfermos mentales y a los que padecen enfermedades físicas. La
fractura de una pierna es recuperable, pero la enfermedad mental dura presuntamente
toda la vida. Una pierna fracturada no amenaza al observador ... ¿y un esquizofrénico
enloquecido? Existen muchas pruebas de que la actitud frente a los enfermos
mentales está caracterizada por el temor, la hostilidad, la desconfianza y el horror. Los
enfermos mentales son los parias de la sociedad.
Los médicos se inclinan más a considerar enferma a una persona sana que
sana a una persona enferma. Las causas de esto no son difíciles de encontrar: es
mucho más peligroso no darse cuenta de la enfermedad que no darse cuenta de la
salud. Es mejor errar del lado de la prudencia, suponiendo enfermedad aun en los
sanos.
Más allá de la tendencia a declarar enfermos a los sanos, los dictámenes se
basan en el papel preponderante de la clasificación en la formulación de los
diagnósticos psiquiátricos. En cuanto el pseudopaciente ha sido clasificado una
vez de esquizofrénico, nada puede hacer para librarse de ese estigma Se
distorsiona profundamente la opinión de otros acerca de él y de su propia
conducta. En un sentido estricto se ha creado así una realidad. Una clasificación
psiquiátrica crea una realidad propia y con ello, sus propios efectos. Tan pronto como
se ha producido la impresión de que el paciente es esquizofrénico, la expectativa es
que siga siendo esquizofrénico. Tal clasificación en boca de profesionales de la
psiquiatría influye tanto en el paciente como en sus familiares y amigos y no es
extraño que el diagnóstico actúe sobre todos ellos como una profecía que se
autocumple. Finalmente, el paciente mismo acepta el diagnóstico, con todas las
implicancias y expectativas adicionales y se comporta correspondientemente. Al
hacerlo, también él se ha adaptado a esta construcción de una "realidad"
interpersonal.

Watzlawick - Planolandia y Las dos realidades (En: ¿Es Real la realidad?)

Según el autor no existe una realidad absoluta, sino sólo visiones o


concepciones subjetivas, y en parte totalmente opuestas, de la realidad, de las que se
supone ingenuamente que responden a la realidad "verdadera".
Solemos mezclar dos conceptos muy distintos de la realidad. El primero refiere
a propiedades físicas, objetivamente constatables y responde al proceder científico
objetivo. El segundo tiene que ver con la adscripción de un sentido y un valor a estas
cosas y, por ende, a la comunicación.
Dentro de la realidad de primer orden se encuentran aquellos aspectos de la
realidad que refieren al consenso de la percepción y se apoyan en pruebas
experimentales, repetibles y, por consiguiente, verificables. Este ámbito de la realidad
no dice nada acerca de la significación y el valor de las cosas
La realidad de segundo orden abarca a aquellos aspectos que no son
realidades físicas pero que tienen un valor atribuido por los humanos. En el ámbito de
esta realidad del segundo orden resulta, por tanto, absurdo discutir sobre lo que es
«realmente» real. Son subjetivas en el sentido de que somos los seres humanos
quienes le atribuimos valor, pero no son “subjetivas” de cada persona. Son
convenciones, construcciones y no realidades físicas.

“Lo que Planolandia presenta es simplemente la relatividad de la realidad. Y por esta


razón sería deseable que los jóvenes hicieran de esta obra su libro de lectura. La
historia de la humanidad enseña que apenas hay otra idea más asesina y despótica
que el delirio de una realidad «real» (entendiendo, naturalmente, por tal, la de la
propia opinión), con todas las terribles consecuencias que se derivan con implacable
rigor lógico de este delirante punto de partida. La capacidad de vivir con verdades
relativas, con preguntas para las que no hay respuesta, con la sabiduría de no saber
nada y con las paradójicas incertidumbres de la existencia, todo esto puede ser la
esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frente a los demás.
Donde esta capacidad falta, nos entregaremos de nuevo, sin saberlo, al mundo del
inquisidor general y viviremos la vida de rebaños, oscura e irresponsable, sólo de vez
en cuando con la respiración aquejada por el humo acre de la hoguera de algún
magnífico auto de fe o por el de las chimeneas de los hornos crematorios de algún
campo de exterminio.”

Berger y Luckman cap I, II, III

CAP I: Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana.

La realidad en la vida cotidiana

La comprensión de la realidad y de la conducta ajena se va a partir de signos


que tienen un valor objetivo (el lenguaje).
Objetos diferentes aparecen ante la conciencia como constitutivos de las
diferentes esferas de la realidad. Tenemos conciencia de que el mundo consiste en
realidades múltiples. A partir de determinados conocimientos objetivos podemos
entender que existen realidades diversas. No obstante, entre las múltiples realidades
hay una que se presenta por excelencia: la realidad de la vida cotidiana. Esta
realidad, realidad suprema, se encuentra por encima de las múltiples realidad
existentes. El lenguaje usando en la vida cotidiana proporciona las objetivaciones
indispensables y dispone el orden dentro del cual éstas adquieren sentido y dentro del
cual la vida cotidiana tiene significado para mí.
- La realidad de la vida cotidiana se impone sobre la conciencia, organiza el
flujo espacio-temporal de las personas.
- La realidad de la vida cotidiana abarca dos tipos de sectores: los
problemáticos (situaciones donde la realidad de la vida cotidiana se ve desarticulada
(ej covid 2020)) y los no problemáticos (donde las personas nos movemos y las
situaciones fluyen de manera más natural, los problemas pueden ser resueltos con
mayor facilidad, rutinas). El sector no problemático lo es hasta que es interrumpido por
la aparición de un problema. Al suceder esto, la RVC busca integrar el sector
problemático dentro de lo que ya no es problemático.
- Existen las zonas limitadas de significado: realidades parciales. Su significado
es más reducido, si bien quizás la mayor parte de las personas las conozcamos muy
superficialmente y a través de estereotipos, forman parte importante de la vida de
algunas personas. Todas las zonas limitadas de significado se caracterizan por desviar
la atención de la relidad de la vida cotidiana.
- La estructura temporal de la vida cotidiana es coercitiva. Entonces, la realidad
no solo es organizativa, sino también coercitiva.

La interacción social en la vida cotidiana


En la vida cotidiana los comportamientos y las situaciones se vuelven típicos.
Esto hace que las personas manejen un sentido común.
La experiencia más importante que tengo de los otros se produce en la
situación "cara a cara", que es el prototipo de la interacción social y del que se derivan
todos los demás casos. En la situación "cara a cara" el otro se me aparece en un
presente vívido que ambos compartimos. Sé que en el mismo presente vívido yo me le
presento a él. Mi "aquí y ahora" y el suyo gravitan continuamente uno sobre otro, en
tanto dure la situación "cara a cara". El resultado es el intercambio continuo entre mi
expresividad y la suya.
La realidad de la vida cotidiana contiene esquemas tipificadores en cuyos
términos los otros son aprehendidos y "tratados" en encuentros "cara a cara". De ese
modo, puedo aprehender al otro como "hombre", como "europeo", como "cliente",
como "tipo jovial", etc.

El lenguaje y el conocimiento en la vida cotidiana

La expresividad humana es capaz de objetivarse, se manifiesta en productos


de la actividad humana que están al alcance tanto de sus productores como de las
otras personas, por ser elementos de un mundo común. Dichas objetivaciones sirven
como índices más o menos duraderos de los procesos subjetivos de quienes los
producen, lo que permite que su disponibilidad se extienda más allá de la situación
cara a cara.
Los signos, que se agrupan en sistemas, son objetivaciones en el sentido de
que son accesibles objetivamente más allá de la expresión de intenciones subjetivas
del aquí y ahora. El lenguaje es el sistema fundamental en la vida cotidiana. Las
objetivaciones comunes de la vida cotidiana se sustentan primariamente por la
significación lingüística que comparto con mis semejantes. La comprensión del
lenguaje es esencial para cualquier comprensión de la realidad de la vida cotidiana.
El lenguaje tiende puentes entre diferentes zonas dentro de la realidad de la
vida cotidiana y las integra por su capacidad de trascender el aquí y el ahora. El
lenguaje, entonces, puede hacer presentar una diversidad de objetos que se hallan
ausentes (espacial, temporal y socialmente) del aquí y ahora. Además, el lenguaje
permite trascender la vida cotidiana, al permitir referir a zonas limitadas de significado
y a zonas aisladas de la realidad.

CAP II: La sociedad como realidad objetiva

El mundo social se presenta como realidad objetiva, tiene una historia que nos
antecede. Los procesos externalizados alcanzan objetividad por el proceso de
objetivación. El mundo institucional es una actividad humana objetivada.
Proceso de institucionalización: las instituciones tienen historicidad y ejercen
una función normativa en la vida social: es decir, el orden social construido se objetiva
y se aprehende en términos reificados. (Aprehensión de fenómenos humanos como si
fueran cosas, como si no fuera un producto humano. Olvido del hombre de que él
mismo ha creado el mundo humano, percibiendo la realidad como “natural”)
La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de
acciones habitualizadas por tipos de actores. Toda tipificación de esta clase es una
institución.

CAP III. La sociedad como realidad subjetiva

Internalización de la realidad

● Socialización primaria
La sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva. Se entiende a
la sociedad en términos de un proceso dialéctico compuesto de tres momentos:
externalización, objetivación e internalización (no confundir, no es un proceso
secuencial). Un miembro individual de la sociedad externaliza simultáneamente su
propio ser y el mundo social y lo internaliza como realidad objetiva. Estar en la
sociedad es participar en su dialéctica.
Sin embargo, el individuo no nace miembro de una sociedad sino con una
predisposición hacia la socialidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad. En la
vida de todo individuo, por lo tanto, existe verdaderamente una secuencia temporal en
cuyo curso el individuo es inducido a participar en la dialéctica de la sociedad. El punto
de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o
interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado.
La internalización constituye la base, primero, para la comprensión de los propios
semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa
y social. La socialización primaria genera las bases de la identidad.
La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción
progresiva que va de los roles y actitudes de otros específicos a los roles y actitudes
en general. Esto se denomina “otro generalizado”. La formación dentro de la
conciencia del otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización. Implica
la internalización de la sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella
establecida, y, al mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una identidad
coherente y continua.
En la socialización primaria no existe problema de identificación, ni elección de
otros significantes. La sociedad presenta al candidato a la socialización ante un grupo
predefinido de otros significantes a los que debe aceptar en cuanto tales. Si bien el
niño no juega un rol pasivo, son los adultos quienes imponen las reglas de juego.
La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se
ha establecido en la conciencia del individuo.

● Socialización secundaria
No existe ninguna sociedad, dentro de las que conocemos, que no posea cierta
división del trabajo y cierta distribución social del conocimiento, por lo que, mientras
así ocurra, la socialización secundaria se vuelve una necesidad. La socialización
secundaria es la internalización de submundos institucionales. Es cualquier
proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo
objetivo de su sociedad.
La primaria suele ser la más importante para el individuo, y toda estructura
básica de socialización secundaria debe ser similar a la de la primaria. Todo individuo
nace dentro de una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros
significantes que están encargados de su socialización y que le son impuestos.
El acento de la realidad del conocimiento internalizado en la socialización
primaria se da casi automáticamente, en la secundaria debe ser reforzado
haciéndoselo sentir al individuo como algo familiar. Todas las realidades posteriores a
la primaria siempre son más artificiales. El proceso de socialización secundaria es más
flexible, modificable, etc.

Owens - Sí mismo e identidad

El sí mismo y la identidad son conceptos distintos pero complementarios. El sí


mismo incluye tanto a la identidad como al autoconcepto.
Cuando hablamos de self o sí mismo, nos referimos a algo más interno o
reflexivo. El sí mismo es un proceso nacido de la autorreflexión.
Al referimos a identidad damos cuenta de un concepto más “externalista”, una
herramienta por la cual los individuos o grupos se clasifican a sí mismos y se
presentan ante el mundo. La identidad relaciona a personas con otras. Identidad es
una categoría tanto de inclusión como de exclusión: identificarte a un grupo o rasgo te
desidentificado de otro.
El autoconcepto es un aspecto fundamental del sí mismo. Refiere a cómo nos
imaginamos y percibimos a nosotros mismos. Incluye a la cognición y a la emoción ya
que es a la vez un objeto de la percepción y la reflexión, así como una respuesta
emocional a dicha percepción y reflexión. Existe un alto valor correlacional entre el
autoconcepto y la autoestima.
Existen cuatro principios teóricos del desarrollo del autoconcepto:
- las valoraciones o evaluaciones reflejadas: tiene que ver con que uno se vería a
sí mismo como lo hacen los demás.
- las comparaciones sociales: mediante las mismas, las personas se juzgan y
evaluan a sí mismas en comparación con otros individuos, grupos o categorias
sociales. Hay dos bases de autorreferencia: el criterio y la normatividad.
- las autoatribuciones: sostienen que los individuos sacan conclusiones sobre sí
mismos al observar sus propias acciones y resultados.
- la centralidad psicológica: sostiene que el sí mismo es un sistema interrelacionado
de componentes organizados jerárquicamente, con algunos atributos e identidades
más importantes para el sí mismo que otros.

Existen tres dimensiones para estudiar la identidad: personal, social, colectiva.


- Identidad personal: refiere a individuos únicos en relación con varias categorías.
Las identidades personales sirven como anclajes sobre los que pueden descansar las
identidades sociales y las biografías personales. La primera forma de identidad debe
ser personal, y a partir de ella pueden darse otro tipo de identidades. Son
identificadores únicos, sociales en origen pero más específicos y menos genéricos.
“Yo soy…”
Identidad de rol: se encuentra a mitad de camino entre la identidad personal y
la identidad social. Es el papel y el rol que los individuos perciben de sí mismos
cuando ocupan una posición social específica. Sirven como plan de acción de una
persona y ejercen influencia en su vida cotidiana. Proporciona el marco de referencia
para evaluar los pensamientos y sentimientos de uno con respecto al desempeño de
un rol asociado.

- Identidad social: abarca dos dimensiones interrelacionadas: el nivel grupal (las


características de la estructura social) y el nivel individual (los deseos, motivaciones,
acciones derivados de una identidad social).
Según la perspectiva sociológica deriva de los grupos, estatus y categorías a los que
los individuos son socialmente reconocidos como pertenecientes. Estudia identidad
social desde el exterior.
La perspectiva psicológica concibe al concepto como una herramienta cognitiva que
los sujetos utilizan para categorizar y ordenar su ambiente social y su lugar en el
mismo.
Las personas pueden aceptar o rechazar las definiciones sociales (o categorías) que
se aplican a ellos, incluso si otras personas tienen puntos de vista opuestos

- Identidad colectiva: es una herramienta conceptual que sirve para comprender el


desarrollo de la acción colectiva sociopolítica y los movimientos sociales. Representa
un proceso de acción agéntica (las personas actuando para transformar la RVC). Es
un proceso por el cual un conjunto de individuos interactúa para crear una identidad
compartida y un sistema de acción que se enmarque cognitiva y emocionalmente a
través de relaciones activas con otros.
Tres características de la identidad colectiva
1. la colectividad tiene continuidad en el tiempo y trata de adaptarse a su entorno y
ambiente político.
2. la colectividad se diferencia y distingue con respecto a otras colectividades.
3. la colectividad es capaz de reconocerse a sí misma y ser reconocida por otros.

Hogg - Identidad social

Antecedente: Teoría del conflicto realista (Muzafer Sherif décadas 1950/60)


Las personas tienen objetivos que siempre predeterminan un
comportamiento destinado a lograr dicho objetivo. Objetivos mutuamente
excluyentes, dado que muchas veces solo una/s persona/s puede/n lograrlo, dejando a
otra/s por fuera de dicho objetivo. Por ende esto genera una relación de competencia
entre quienes quieren lograr dicho objetivo. Sin embargo, algunos objetivos son
difíciles de alcanzar sin la ayuda de otros. En estas situaciones las personas
dependen de otras para trabajar cooperativamente y lograr los objetivos (personas
promocionalmente independientes, desarrollan lazos de atracción mutua que crean un
grupo social cohesionado)

El Paradigma de Grupo Mínimo. (1970-actual)


Sirve para estudiar el comportamiento grupal de manera paradigmática. Implica
reunir personas (pocas) que no se conocen y se da una tarea competitiva para que los
grupos traten de ganar uno sobre el otro.
Favoritismo endogrupal: personas que no se conocen entre sí tienden a
cooperar con su grupo para obtener la meta y ganarle al otro grupo (exogrupo). Una
especie de transferencia de la propia fuerza hacia la fuerza del grupo. El
"autoconcepto" del endogrupo suele ser positivo y el concepto que se tiene sobre el
exogrupo es más negativo. El simple hecho de ser categorizado como miembro de un
grupo produce "etnocentrismo" y comportamiento competitivo entre grupos (teoría del
conflicto realista ya que hay competencia)
Los participantes del endogrupo tienden a construir una identidad en función de
las normas y valores de su grupo de pertenencia. Proceso no conciente, tiene que ver
con internalizar hábitos y formas de proceder de un grupo.
Sin embargo, los exogrupos (quienes no pertenecen a dicho grupo) ven esos
comportamientos y rasgos de una manera "externa", como estereotipos. Como no
forman parte del grupo ni viven sus procesos internos, sino que lo ven por fuera, la
única posibilidad de conocer dicho grupo es a través de categorías estereotipadas
(conocimiento superficial, ingenuo, rápido)
La categorización social es efectiva para reducir la incertidumbre porque
proporciona prototipos grupales que describen cómo las personas (incluso el propio
individuo) se comportará y/o deberían comportarse e interactuar con otras. La visión
del mundo y el autoconcepto se validan mutuamente.
La categorización social hace que el comportamiento propio y ajeno sea
predecible y por ende permite evitar daños y planificar acciones efectivas. También le
permite a uno saber cómo sentirse y comportarse.
Cuanto más inseguro es el propio autoconcepto, más se esfuerza por
pertenecer a grupos que reducen la incertidumbre. En casos extremos, estos grupos
pueden ser ortodoxos, extremistas, cerrados y con estructuras jerárquicas de liderazgo
y autoridad.
Las normas endogrupales no sólo capturan la similitud intragrupo sino que
también acentúan la distinción entre grupos, tiende a polarizarse el exogrupo y, por lo
tanto, a menudo son ideales que son más extremos que el grupo en su conjunto: la
conformidad a través de la autocategorización a menudo produce polarización grupal.

Briñol, Falces y Becerra - Actitudes

Las actitudes son evaluaciones globales y relativamente estables que las


personas hacen sobre otras personas, ideas o cosas que reciben la
denominación de objetos de actitud. Hace referencia al grado positivo o negativo
con que las personas tienden a juzgar cualquier aspecto de la realidad. Las
evaluaciones pueden ser positivas, negativas, o neutras y pueden variar en su
extremosidad o grado de polarización.
Las actitudes constituyen un fenómeno mental, que no es directamente
observable desde fuera del propio sujeto.
Las actitudes se organizan a partir de una concepción tripartita: constan de
tres componentes
- componente cognitivo: pensamientos y creencias acerca del objeto de actitud.
- componente afectivo: sentimientos y emociones asociados al objeto de actitud.
- componente conductual: intenciones o disposiciones a la acción y
comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud.
Funciones de las actitudes
- organización del conocimiento: ayudan a satisfacer la necesidad de conocimiento
y control, estructurando la información en términos positivos y negativos. Permiten
predecir qué esperar de distintas situaciones.
- instrumental o utilitaria: a través de las actitudes podemos conseguir lo que
queremos y evitar aquello que no nos gusta, contribuyendo de esta forma a crear
sensaciones de libertad y competencia
- identidad y expresión de valores: la expresión de las actitudes personales, así
como sus correspondientes comportamientos, sirven para informar a los demás (e
incluso a nosotros mismos) de quiénes somos.

Muchas actitudes se adquieren: por condicionamiento instrumental (premios y


castigos hacia nuestra conducta), por imitación de otros y por observación de las
consecuencias de las conductas de otros.

Jorgelina Di Iorio - Aproximaciones al concepto de representación social

“De la psicología social de las actitudes a la psicología social de las


representaciones sociales”: esto implicaría una especie de cambio paradigmático. No
significa descartar el estudio de las actitudes, pero habría que ampliarlo un poco más
hacia el estudio de las representaciones sociales. El pensamiento individual no
podría originarse sin el pensamiento social que se da a partir de la socialización.
Ambas nociones (actitud y RS) son fundamentales en la psicología social
actual en tanto que abordan las relaciones entre el pensamiento y un objeto,
cumpliendo la función de integración o mediación entre lo individual y lo social.
Las personas tienen actitudes, pueden estudiarse, pero para hacerlo hay que
entender a qué cultura, contexto, etc. pertenecen dichas personas.
El concepto de RS fue elaborado por Moscovici. RS constituyen, para él, un
tipo particular de conocimiento: conocimientos del sentido común, que tienen como
función aportar medios compartidos intersubjetivamente para comprender,
clasificar y orientarse en la vida cotidiana. Configuran sistemas de referencia
explicativos que permiten interpretar lo que sucede e incluso dar sentido a lo inesperado, a lo
extraño, a lo no conocido. ( → Representaciones sociales: tipo de conocimiento del sentido
común. Ej: “covicho”)
Esta perspectiva de Moscovici (psicología social sociológica) permite salir de la
perspectiva conductual de Berger y Luckmann.
A partir de ciertos procesos cognitivos, los conceptos teóricos adquieren
autonomía y extensión convirtiéndose en RS. No son una copia, adquieren nueva
función social.
Las RS se presentan como un medio para comprender las tramas de
interacciones cotidianas, por medio de las cuales las personas construyen
significados sobre sí mismas y sobre los otros a través de la comunicación.
Para hablar de RS, Moscovici retoma el concepto de Representaciones
colectivas (RC) de Durkheim. Con ese concepto, Durkheim intentaba designar la
especificidad del pensamiento social con relación al pensamiento individual. Así como
disoció los hechos sociales de la conciencia individual, también diferenció la
representación individual de la colectiva.
Las RC no podían limitarse a la suma de las representaciones de los individuos
que componen una sociedad. Constituyen un mecanismo explicativo de la sociedad,
refiriéndose a una clase general de ideas y creencias, que incluye a la ideología, la
ciencia, la religión, la economía, el derecho, los mitos. Las mismas se imponen a los
individuos como una serie de clasificaciones externas que les sirven para dar
forma al mundo. Durkheim observó que, de una sociedad a otra, los conceptos –las
RC– que permiten ordenar y jerarquizar las percepciones van cambiando. Y además,
esas RC se transmiten de generación en generación.
Lo social en la representación social
“La influencia de Durkheim está presente en el concepto de RS ya que el
énfasis está puesto en cómo los conocimientos son constituidos por la sociedad, es
decir, una sociedad que piensa (Moscovici, 2003). Sin embargo, cambia el término
“social” por el de “colectivas”, es decir, la supuesta distancia del concepto de RC,
reside en que éstas últimas son consideradas como algo estático y rígido, frente a un
sentido común caracterizado por un pluralismo de ideas y la posibilidad de
transformación de los conocimientos por las presiones del ambiente social”
No habría diferencia entre una RC y una RS hegemónicas (RS hegemonicas
son conocimientos o categorías explicativas que tienen un alto grado de consenso
entre los miembros de un grupo)
Hay RS que, a diferencia de las hegemónicas, tienen una validez más
restringida (zonas limitadas de significados):
“Sin embargo, Moscovici (1988) distingue otros tipos de RS, más ligadas a las
experiencias personales, que se construyen, modifican y negocian en los procesos de
interacción social. Son conocimientos que no tienen un carácter hegemónico ni
uniforme, y que tienen una validez más restringida. Pueden ser compartidas por
subgrupos específicos (RS emancipadas) o que surgir como formas de
pensamiento divergente frente a situaciones de conflicto social (RS polémicas)”

Lo social en la RS refiere:
- a quién produce las RS, es decir, su soporte en grupos sociales que
construyen y portan determinados conocimientos.
- a cómo se producen las RS: construcciones colectivas en intercambios
comunicacionales.
- y al para qué de las RS (sus funciones): facilitar la comprensión sobre la vida
cotidiana, orientar los procesos de interacción en contextos socio-culturales y
contribuir a la construcción de identidad.

No puede constituirse una RS de cualquier objeto, sino de aquellos que


son socialmente valorados por un grupo social. La relación traduce la relación de
un grupo con un objeto socialmente valorado, especialmente, en la medida en que
diferencia a un grupo de otro, tanto por su orientación como por el hecho de su
presencia o ausencia.

Para Moscovici las RS engloban muchos subconceptos, entre ellos las


actitudes, las ideologías, prejuicios.
RS → concepto de orden superior; Actitud → concepto de orden inferior. RS engloba Actitud.

Hay similitudes SUPERFICIALES entre ambos conceptos (suponen una


relación entre un sujeto y un objeto, son una mediación entre lo social y lo individual,
suponen un aprendizaje, se establecen a lo largo del tiempo, incluyen elementos
cognitivos, afectivos y conductuales.)

Lo importante son las diferencias, ya que parten de PREMISAS DIFERENTES.


- RS son compartidas. La actitud es individualizante. Las actitudes son una
reacción individual ante un objeto del mundo social, mientras que las RS no
son reacciones o respuestas, sino que constituyen la realidad de las personas
que luego puede medirse en términos de las actitudes de las personas hacia
los objetos.

Procesos constitutivos: objetivación y anclaje

Las RS, los conocimientos cotidianos, se configuran a partir de los procesos de


objetivación y anclaje.
La objetivación es el proceso a partir del cual se seleccionan ciertas ideas
según criterios culturales y normativos y son descontextualizadas. Se concretiza lo
abstracto en un núcleo figurativo.
El anclaje es el proceso por el cual un nuevo conocimiento se hace familiar a
partir de incorporarlo en un marco de referencia conocido y preexistente. Permite
comprender cómo el objeto representado adquiere significado y se integra a un
sistema de representación previo.

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