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• Eliminan productos de desecho del metabolismo celular (urea, creatinina, ácido úrico, bilirrubina),
sustancias extrañas y fármacos
• Regulan la composición del medio interno a través del control que ejercen sobre el volumen de líquido,
la osmolaridad y el balance hidroelectrolítico (es la más importante)
• Contribuyen al mantenimiento del equilibrio ácido-base
• Intervienen en la regulación de la presión arterial
• Producen y secretan hormonas (renina, EPO, 1,25-dihidroxivitamina D3)
• Participan en el metabolismo general, ya que sintetizan glucosa a partir de aa y otros precursores
(gluconeogénesis) durante el ayuno prolongado
2. ESTRUCTURA MACROSCÓPICA.
El riñón es un órgano multilobulado formado por corteza y
médula. En él podemos distinguir las pirámides renales, las
columnas renales y las papilas renales. Estas últimas desembocan
a los cálices menores, que se abren a los cálices mayores, y estos
a la pelvis renal desde la que sale el uréter. En la parte cóncava del
riñón tenemos el hilio renal, por donde entran vasos y nervios.
Este túbulo va a estar formado por unas células cúbicas unidas por uniones estrechas con muchas microvellosidades,
lo que hace que tengan una gran superficie de absorción. Estas células están polarizadas, teniendo una parte de la
membrana en contacto con la luz del túbulo, llamada membrana luminal, y otra parte de la membrana en contacto
con el espacio intersticial, llamada membrana basolateral.
El riñón filtra en el glomérulo tanto las sustancias que quiere eliminar como las que
no, y a través del túbulo se reabsorbe todo lo que el organismo quiere conservar.
Al día se filtran 180L de plasma (en el organismo tenemos 3L de plasma aprox.), por
lo que filtra el mismo plasma unas 60 veces al día, de manera que casi todo lo que
filtra se recupera.
PORCIÓN DESCENDENTE.
Está formada por una monocapa de células epiteliales escamosas. Todos los
solutos que se reabsorben en el riñón lo hacen a través de proteínas
transportadoras, sin embargo, esta porción del asa de Henle no tiene
proteínas transportadoras ni mitocondrias (las mitocondrias les darían el ATP
necesario a estas proteínas).
De tal manera que esta región va a ser impermeable al agua, pero muy
permeable a solutos (en particular a ClNa)
5.4. TÚBULO CONTORNEADO DISTAL (PARTE FINAL) Y TÚBULO COLECTOR CORTICAL
Está formado por Células Principales permeables al AGUA y a la UREA, pero igual que
antes, está regulado por hormonas, en función de las necesidades corporales.
6. APARATO YUXTAGLOMERULAR
En la zona en la que el asa ascendente de Henle pasa a túbulo contorneado distal, se pone
en contacto con el polo vascular del glomérulo, formando una
estructura llamada aparato yuxtaglomerular. En él podemos destacar las
CÉLULAS DE LA MÁCULA DENSA (células grandes y muy juntas en zona engrosada del
túbulo distal) que detectan la composición del líquido que pasa por el túbulo. También
son muy importantes las CÉLULAS YUXTAGLOMERULARES presentes en el
músculo liso de la arteriola aferente, encargadas de sintetizar y liberar renina.
El MÚSCULO DETRUSOR y el ESFÍNTER URETRAL INTERNO, formados por músculo liso están inervados por el SNA y el
ESFÍNTER URETRAL EXTERNO, formado por músculo esquelético, está inervado por el NERVIO PUDENDO (control
voluntario).
El SNP va a emitir fibras nerviosas descendentes desde los núcleos del tronco del encéfalo que sinaptarán a nivel de
la MÉDULA SACRA con fibras preganglionares parasimpáticas. Estas irán por el NERVIO PÉLVICO a los ganglios
presentes en la pared de la vejiga, desde dónde saldrán las fibras postganglionares parasimpáticas que inervarán el
músculo detrusor y el esfínter uretral interno.
El SNS a su vez va a emitir fibras nerviosas descendentes que hacen sinapsis en el asta intermedio-lateral de la
MÉDULA LUMBAR (L2), dando lugar a fibras preganglionares simpáticas que irán por el nervio hipogástrico al ganglio
hipogástrico, desde donde saldrán las fibras postganglionares simpáticas que inervarán el músculo detrusor y el
esfínter uretral interno.
Para poder informar al SNC de lo que ocurre en la vejiga, tendremos en esta RECEPTRES DE DISTENSIÓN
(mecanorrecepotres), que llevan la información a través del nervio
pélvico hasta la médula sacra (S2-S3).
Estas contracciones del músculo detrusor son esenciales para el proceso de micción. La contracción del detrusor crea
una presión que impulsa la orina hacia la uretra, preparando así la expulsión de la orina fuera del cuerpo durante la
micción. Es importante destacar que estas contracciones del m.detrusor son de corta duración y están coordinadas
para permitir una micción más eficiente. Después de la expulsión de la orina, la vejiga se relaja y el proceso puede
repetirse a medida que se acumula más orina.
El proceso de contracciones miccionales en la vejiga es un mecanismo reflejo coordinado que permite el
almacenamiento y la eliminación controlada de la orina. Este proceso es esencial para mantener la homoestasis del
sistema urinario.
Sin embargo, a partir de los 2-3 años no ocurre así porque el reflejo de micción es un REFLEJO MEDULAR, AUTONÓMO,
pero que se puede controlar de forma VOLUNTARIA. A esta edad se van a desarrollar unos CENTROS a nivel del
tronco del encéfalo que van a mantener este REFLEJO INHIBIDO. Estos centros en el tronco del encéfalo pueden inhibir
el reflejo de micción, lo que significa que, incluso cuando la vejiga está llena, la micción no ocurrirá automáticamente,
sino que la persona elige cuando y donde vaciar la vejiga. Ejercen un control más fino y más consciente sobre la
capacidad de retener la orina.
• Cuando no es el momento adecuado de la micción, los centros superiores van a impedir la micción mediante
la contracción del esfínter urinario externo, incluso cuando hay un reflejo de micción.
• En cambio cuando es el momento adecuado, los centros superiores facilitan el proceso de micción y de estas
manera la contracción del musculo detrusor y la relajación del esfínter generan la micción.
El reflejo de micción tiene RETROALIMENTACIÓN POSITIVA, es AUTORREGENERATIVO, lo que quiere decir que una
vez puesto en marcha se autopotencia. En el caso del reflejo de micción, una vez que se inicia el proceso de vaciado de
la vejiga, se generan señales que refuerzan y aumentan la contracción de los músculos involucrados en la micción. Esto
lleva a una expulsión más efectiva de la orina. Es autorregenerativo porque una vez que comienza el proceso de
expulsión de orina, el reflejo de micción continúa y se potencia por sí mismo, sin requerir intervención consciente. Sin
embargo, si mantenemos el esfínter uretral externo contraído los mecanorreceptores se adaptan y el reflejo
desaparece, permitiendo acomodar la micción a la voluntad.
• FILTRACIÓN GLOMERULAR.
Consiste en el movimiento de agua y solutos desde los capilares glomerulares a la cápsula de Bowman. La sangre va
a llegar empujada por la presión arterial, se va a encontrar con los capilares fenestrados, y el plasma va a pasar a la
cápsula de Bowman, desde dónde comienza a recorrer el túbulo renal.
• REABSORCIÓN TUBULAR.
Consiste en el movimiento de agua y solutos desde la luz del túbulo a los capilares peritubulares. Es la forma de
recuperar sustancias que hemos filtrado.
• SECRECIÓN TUBULAR.
Consiste en el movimiento de agua y solutos desde los capilares
peritubulares a la luz del túbulo. Hay plasma que en vez de filtrarse en
el glomérulo sale por la arteriola eferente y sigue por los capilares
peritubulares, en los que se puede incorporar al túbulo.
• EXCRECIÓN.
Es la eliminación mediante la orina de todo el material que quede en
la luz del túbulo.
Por lo tanto, la excreción de cualquier sustancia va a ser igual a su
filtración, menos su reabsorción, más su secreción.
La intensidad con la que una sustancia se Excreta en la orina va a depender de la intensidad relativa de los tres
procesos renales básicos (Filtración, Secreción y la Reabsorción)
2. ESTUDIO DE LA FUNCIÓN RENAL.
2.1. PRUEBAS PARA VALORAR LA FUNCIÓN RENAL
Para valorar la función renal se utilizan TÉCNICAS DE IMAGEN y las DETERMINACIONES DEL ACLARAMIENTO RENAL.
Desde el punto de vista de la función renal es útil considerar los riñones como órganos que depuran el plasma de
sustancias. En efecto, cuando una sustancia es excretada en la orina, un volumen determinado de plasma queda libre
o depurado de esa sustancia
Vamos a tener una sustancia que llega por la arterial renal, se filtra cayendo a la cápsula de Bowman y se excreta en
la orina. La cantidad excretada de cualquier sustancia se puede medir en la orina, de manera que la cantidad
excretada de esa sustancia será su concentración en orina por el volumen de orina. Esta cantidad que hemos excretado
antes estaba en el plasma disuelta en un determinado volumen de plasma.
Por lo tanto, la cantidad excretada de cualquier sustancia por el volumen en el que se encuentra tiene que ser igual a
la cantidad de esa sustancia en plasma por el volumen del plasma. Si despejamos el volumen de plasma en el que
estaba disuelta esa sustancia obtenemos el aclaramiento renal.
El aclaramiento de una sustancia es el VOLUMEN DE PLASMA que se ha limpiado por completo de una sustancia en
los riñones por unidad de tiempo, y representa el volumen de plasma por minuto necesario para excretar la cantidad
de esa sustancia que aparece en orina por minuto.
• ACLARAMIENTO DE LA INULINA
Si miramos el aclaramiento renal de una sustancia que se filtra completamente, de manera que no se reabsorbe ni
se secretra, estamos viendo el volumen de plasma que se ha limpiado de esta sustancia por minuto. Cómo es una
sustancia que ni se reabsorbe ni se secreta, lo que estamos mirando es la Velocidad de FILTRACIÓN GLOMERUALR
Cómo todo se filtra, la cantidad de plasma que se ha limpiado de esa sustancia por minuto va a ser IGUAL a la cantidad
de plasma que se ha filtrado en el glomérulo por minuto.
Esto ocurre por ejemplo en la INULINA, una sustancia que damos al paciente porque no la tenemos en el organismo.
Toda la inulina que se filtra se excreta, de manera que podemos calcular el aclaramiento de inulina multiplicando la
concentración de inulina en la orina por el volumen de orina excretada entre la concentración de inulina en sangre.
De esta forma podemos saber la velocidad de filtrado glomerular del paciente, siendo este el método MÁS exacto.
En condiciones normales el aclaramiento de inulina tiene un valor de 125ml/min. Si multiplicamos esto por la cantidad
de minutos que hay en un día obtenemos la cantidad de plasma filtrado al día, que es de 180L. Cómo en el organismo
tenemos unos 3L de plasma, este se está filtrando 60 veces al día.
• ACLARAMIENTO DE LA CREATININA.
El problema de este método anterior es que hay que pinchar al paciente para inyectar la inulina
y hay que sondarle para calcular el aclaramiento. Por eso, se buscó una sustancia que tengamos
ya en el organismo y que se filtre pero no se reabsorba ni se secrete, y se encontró la
creatinina.
La creatinina es un derivado del metabolismo muscular, por lo que en reposo tenemos unos
niveles de creatinina constantes, que aumentan si hacemos ejercicio (por eso los análisis de
orina se hacen con la orina de la mañana, momento en el que se supone que el paciente no ha
hecho ejercicio).
Este es el caso del PAH, de manera que el PAH excretado será igual a su concentración
plasmática por el volumen plasmático en el que se encontraba. El volumen de plasma en el que se encontraba disuelto
el PAH va a ser igual al volumen de plasma que se ha filtrado más el volumen de plasma que no se ha filtrado (se
secreta), es decir, es igual al FLUJO PLASMÁTICO RENAL (todo el flujo de plasma que pasa por el riñón).
Cuando hemos medido la velocidad de filtración glomerular y es inferior a lo normal, tenemos que ver si esto se debe
a un problema renal, en el que el riñón está filtrando menos, o a un problema sanguíneo, en el que el riñón está
recibiendo menos flujo sanguíneo del que debería.
Antes se creía que la sangre que sale del riñón sale completamente limpia de PAH (así que todo se ha excretado), pero
ahora se ha visto que hay una pequeña cantidad que no se excreta, así que se divide el valor que nos da el
aclaramiento de PAH entre 0’9.
Por último, si sabemos el flujo plasmático renal (sólo plasma, sin células) y el hematocrito (% de la sangre que se
corresponde con las células), podemos calcular el flujo sanguíneo renal (plasma + células).
En esta prueba se van inyectando al paciente concentraciones crecientes de glucosa para ir aumentando la glucosa
plasmática y se van recogiendo muestras de orina. Cómo toda la glucosa que se filtra se reabsorbe mediante
proteínas transportadoras, no habrá glucosa en orina. Sin embargo, va a llegar un momento en el que la
concentración de glucosa sea tan alta que las proteínas transportadoras no puedan reabsorber más, es decir, se
alcanza el TRANSPORTE TUBULAR MÁXIMO (es la cantidad
máxima de una sustancia que puede ser reabsorbida por los
túbulos renales en un periodo de tiempo dado). A partir de esto
momento, toda la glucosa que se filtra se excreta.
Estudiando el transporte tubular máximo podemos ver si el riñón
reabsorbe como debería o tiene algún problema.
Otro parámetro importante es el UMBRAL RENAL, que consiste en
la concentración de glucosa plasmática a partir de la que
empezamos a encontrar esa sustancia en la orina. En el caso de la
glucosa es de 200mg/dl.
• Aumento de VFG: cuando el riñón filtra mal, por ejemplo, si aumenta la velocidad de filtración glomerular las
proteínas transportadoras no van a poder reabsorberla toda y se va a excretar. Cuando la VFG aumenta, como en
situaciones de hiperfiltración, puede haber una sobrecarga en el sistema de reabsorción tubular. Las proteínas
transportadoras en los túbulos renales pueden no ser capaces de reabsorber eficientemente todas las sustancias
filtradas, incluyendo proteínas.
• Disminución del Transporte tubular máximo: También puede ocurrir si el transporte tubular máximo disminuye,
de manera que vamos a encontrar glucosa en orina antes.
• Aumento del chaflán de la curva: por último, el umbral renal también va a disminuir si aumenta el chaflán de la
curva, lo que se debe a que tenemos nefronas que filtran bien pero reabsorben mal. El chaflán de la curva se
refiere a la inclinación de la curva que representa la relación entre la concentración plasmática de una sustancia y
su excreción en la orina. Un aumento en el chaflán indica que, a pesar de una buena capacidad de filtración
glomerular, hay una menor eficiencia en la reabsorción de esa sustancia en los túbulos renales.
La capacidad máxima de transporte tubular del Para-aminohipúrico proporciona una medida del tejido secretor
proximal funcional.
El líquido que llega a la cápsula de Bowman es un ultrafiltrado plasmático. No contiene proteínas y contiene iones y
sustancias de bajo peso molecular en las mismas concentraciones que el plasma.
Las células endoteliales tienen FENESTRACIONES de un tamaño de 8-10μm, de manera que las proteínas más
pequeñas como la albúmina (6-8μm) podrían caber. Después tenemos la membrana basal, formada por fibras de
proteoglicanos y colágeno entre las que podrían pasar la mayor parte de los componentes del plasma. Por último,
tenemos los POCOCITOS (PEDICELOS), entre los que está el DIAFRAGMA DE FILTRACIÓN GLOMERULAR, formado por
moléculas de Nefrina, Podocina y otras proteínas entrelazadas pero espaciadas, determinando el tamaño de las
moléculas que pueden atravesarlo. Además, los pies de los podocitos tienen ACTINA que se extiende más o menos
sobre la lámina basal, regulando el tamaño de los poros.
En la gráfica podemos ver cómo todas las moléculas de bajo peso molecular
tienen un cociente similar a 1, pero a medida que el peso molecular va
aumentando, el cociente va disminuyendo, es decir, a MAYOR PESO
MOLECULAR, MENOS SE FILTRAN
La forma de las moléculas afecta la capacidad de filtración de las macromoléculas, ya que, para un tamaño molecular
determinado, una molécula delgada y flexible va a atravesar la membrana de filtración glomerular más fácilmente
que otra esférica y no deformable.
Las moléculas fibrilares atraviesan mejor la membrana de filtración glomerular que las moléculas esféricas.
• PERMEABILIDAD Y CARGA DE LAS PARTÍCULAS.
Las Células endoteliales y los Podocitos están cargados negativamente, y la membrana basal del glomérulo contienen
proteoglicanos también con carga negativa, de manera que todas aquellas partículas que tengan la misma carga
(negativa), cómo las proteínas, no van a atravesar la membrana de filtración glomerular. Por eso no encontramos
proteínas en la orina, aunque puedan pasar por tamaño, no pasan por carga.
El filtrado glomerular va a estar formado por agua, iones cómo el Na+, el K+ o el Cl-, desechos nitrogenados como la
urea, el ácido úrico o la creatinina, y moléculas orgánicas como glucosa o aminoácidos. Todas estas sustancias estarán
en concentraciones SIMILARES a las PLASMÁTICAS.
La filtración a través de las paredes de los capilares glomerulares depende del EQUILIBRIO DE PRESIONES a un lado y
otro de la membrana de filtración y del COEFICIENTE DE FILTRACIÓN, que incluye todas las características de
permeabilidad y superficie de la membrana de filtración.
Es un valor que NO se puede medir, sino que lo sacamos conociendo el resto de parámetros. En los capilares
glomerulares es aprox. 4’2ml/min/mmHg/100g de peso, 400 VECES MÁS que en otros sistemas capilares del
organismo (0’01ml/min/mmHg/100g de peso).
Los cambios en el Kf no constituyen un mecanismo importante de regulación normal día a día del filtrado glomerular,
pero algunas enfermedades reducen el Kf al reducir el número de capilares glomerulares funcionantes o aumentar el
espesor de la membrana capilar. (Reduzco superficie y aumento grosor)
• FUERZAS DE STARLING.
La Presión Hidrostática de los capilares glomerulares (60 mmHg) dependerá de la presión arterial y va a favorecer la
velocidad de filtrado glomerular ya que tiende a sacar líquido del plasma al espacio de Bowman.
La presión hidrostática en la cápsula de Bowman (15 mmHg) se va a oponer a la filtración, ya que tiende a sacar
líquido del espacio de Bowman a los capilares glomerulares. Normalmente es bastante baja porque cuando el plasma
se filtra comienza a recorrer el túbulo, pero cuando hay cálculos renales y se obstruye la vía renal va aumentando la
presión en la cápsula de Bowman, haciendo que se filtre menos.
La presión oncótica (o coloidoosmótica) del capilar (28 mmHg) se va a oponer
a la filtración, ya que tiende a meter líquido a los capilares glomerulares.
Sin embargo, si miramos en conjunto la presión oncótica del capilar glomerular y la presión hidrostática en la cápsula
de Bowman, vamos a ver que esta es más baja a nivel de la arteriola aferente y más alta en el extremo de la arteriola
eferente. Esto se debe a que estamos filtrando agua y solutos, pero no proteínas, por lo que la presión oncótica en
el capilar glomerular va a ir aumentando a medida que la sangre recorre el capilar glomerular.
Este aumento de la Presión Oncótica a lo largo del capilar debido al Volumen de plasma
filtrado va a condicionar que en la ARTERIOLA AFERENTE tengamos una Velocidad de
filtración máxima (PNF = 17mmHg) y vaya disminuyendo a lo largo de capilar, siendo
mínima a nivel de la ARTERIOLA EFERENTE.
Si comparamos esto con los capilares sistémicos, veremos que la presión hidrostática
capilar era mucho más baja y disminuía porque la resistencia era mayor, mientras que la
presión oncótica capilar no variaba porque la proporción de plasma que se filtraba era
muy poco en comparación (no aumenta la PO). En estos capilares primero teníamos filtración
y luego reabsorción, mientras que aquí SÓLO tenemos filtración.
Si la arteriola aferente se dilata disminuye su resistencia, de manera que van a aumentar la presión hidrostática
capilar, la velocidad de filtrado glomerular y el flujo sanguíneo renal.
Si la arteriola aferente se contrae aumenta su resistencia, de manera que van a disminuir la presión hidrostática
capilar, la velocidad de filtrado glomerular y el flujo sanguíneo renal.
Si la arteriola eferente se dilata disminuye su resistencia, la sangre sale del glomérulo y disminuyen la presión
hidrostática capilar y la velocidad de filtrado glomerular, pero el flujo sanguíneo renal aumenta porque estamos
haciendo que pase más sangre por el riñón.
Si la arteriola eferente se contrae aumenta su resistencia, la sangre se queda en el glomérulo y aumentan la presión
hidrostática capilar y la velocidad de filtración glomerular, pero disminuye el flujo sanguíneo renal porque estamos
haciendo que pase menos sangre por el riñón.
Si aumenta la presión arterial la presión hidrostática del capilar aumentará y con ella la velocidad de filtración
glomerular.
Por lo tanto, regulando el calibre de las arteriolas Aferente y Eferente podemos aumentar o disminuir la VELOCIDAD
DE FILTRACIÓN GLOMERULAR (y la Presión Hidrostática Capilar)
ARTERIOLA EFERENTE
El aumento de resistencia en la arteriola eferente tiene un comportamiento especial.
La velocidad de filtración glomerular por lo tanto va a ser el producto del coeficiente de filtración por la presión neta
de filtración glomerular, lo que nos da 125ml/min o 180L/día.
• CARGA TUBULAR
Otro parámetro que se utiliza es la carga tubular, que consiste en la
cantidad de una sustancia que se filtra hacia la cápsula de Bowman por
unidad de tiempo, y se va a calcular multiplicando la concentración de
una sustancia en plasma por la velocidad de filtración glomerular.
• FRACCIÓN DE FILTRACIÓN
Por último, la fracción de filtración va a ser la velocidad de filtración
glomerular entre el flujo plasmático renal, que va a ser alrededor
del 20%, es decir, del plasma que pasa por el glomérulo,
aproximadamente del 20% se filtra.
¿Por qué se filtran y después se reabsorben grandes cantidades de solutos en los riñones?
✓ En primer lugar, porque esto permite a los riñones eliminar con rapidez productos de desecho que dependen
sobre todo de la filtración glomerular para su excreción.
✓ En segundo lugar, porque permite que los riñones filtren y procesen todos los líquidos corporales muchas
veces al día, controlando así de modo preciso y rápido el volumen y la composición de los líquidos corporales.
A lo largo del día alteramos continuamente nuestro medio interno, y de esta forma se neutralizan estos
cambios constantemente, manteniendo la homeostasis del medio interno.
→ El Oxígeno transportado a los riñones supera con mucho sus necesidades metabólicas.
FLUJO SANGUÍNEO RENAL Y EL CONSUMO DE OXÍGENO
En la siguiente gráfica vemos la relación entre el consumo de oxígeno y la
reabsorción de Na+. En el riñón hay bombas Na+-K+ ATP-asas dependientes
(transporte activo primario) que van a estar continuamente reabsorbiendo Na+,
lo que va a ser el motor de funcionamiento del riñón. Se ha visto que cuanto
más aumenta la reabsorción de Na+, mayor es el consumo de oxígeno del
riñón. Si bloqueamos la actividad de estas bombas (por ejemplo con una droga)
y nos quedamos únicamente con el consumo de oxígeno basal del riñón, vemos
que es muy bajo (es el O2 basal, que corresponde a las células renales)
Esto nos permite ver que el gran consumo de oxígeno del riñón no depende de las necesidades metabólicas de las
células renales, sino de los mecanismos de transporte activo que hay a lo largo de la nefrona.
• Si el flujo renal y el filtrado glomerular se reducen y se filtra menos sodio, se reabsorbe menos sodio y se
consume menos oxígeno.
• El consumo renal de oxígeno varía en proporción con la reabsorción tubular renal de sodio que a su vez está
muy relacionada con el filtrado glomerular.
Al riñón le llega aproximadamente 1’2 litros/min, que representa el 20% del gasto cardíaco. Este elevado flujo
sanguíneo renal es necesario para poder mantener una velocidad de filtrado glomerular alta, y refleja la gran
importancia crítica del papel de los riñones en mantener la homeostasia del organismo.
Para evitar esto existen mecanismos de regulación que impiden que se produzcan grandes cambios en la filtración
glomerular. Además, existen mecanismos adaptativos en los túbulos renales que van a permitir adaptar la
reabsorción a la filtración, controlando el volumen de agua excretado.
La presión neta de filtración (17mmHg) determina el filtrado glomerular, que normalmente es de 125ml/min
(180L/día). Cómo la Función renal depende del Filtrado glomerular, y este depende de la PRESIÓN NETA DE
FILTRACIÓN, esta última va a estar muy controlada mediante la Regulación Local del Flujo Sanguíneo o
Autorregulación.
En reposo
Tenemos una PA de 120 mmHg y una PNF de 17 mmHg, lo que nos da lugar a una velocidad
de filtración glomerular de 125ml/min (180L/día). El calibre de los vasos va a ser muy
importante porque van a determinar la resistencia el flujo y la presión hidrostática de los
capilares glomerulares.
El EJERCICIO puede elevar la PA. Si aumenta a 140mmHg, aumenta la PNF y nos da una
velocidad de filtración glomerular de 146ml/min. Los mecanismos de regulación van a
producir una VASOCONSTRICCIÓN de la arteriola aferente, de manera que llegará menos
sangre al glomérulo, reduciendo la presión hidrostática glomerular y la PNF normalizando
la velocidad de filtración glomerular.
Presión arterial disminuida
1. MECANISMO MIOGÉNICO
Este mecanismo consiste en que la distensión de las células musculares lisas presentes en la pared arteriolar provoca
de forma refleja su contracción. Esto quiere decir que, si aumenta la presión hidrostática y se distiende la arteriola,
se va a producir de forma refleja su contracción, mientras que si disminuye la presión hidrostática y disminuye la
distensión de la arteriola, se va a provocar de forma refleja su relajación. La contracción y la relajación durarán tanto
como lo haga la distensión o disminución de tensión que haya habido.
2. RETROALIMENTACIÓN TÚBULO-GLOMERULAR
Cómo vimos, el aparato yuxtaglomerular es la zona de transición entre la rama ascendente gruesa del asa de Henle
y el túbulo contorneado distal en su segmento inicial, que se encuentran en contacto con el polo vascular del
glomérulo.
El estiramiento osmótico, como reacción a los cambios en la liberación de ClNa hacia la mácula densa, deforma las
membranas para estimular la liberación de mensajeros químicos que provocan la vasoconstricción de la arteriola
aferente y reducen la secreción de renina.
La ANGIOTENSINA II se produce a partir de angiotensinógeno mediante dos mecanismos. En primer lugar, la renina
va a transformar el angiotensinógeno en angiotensina I. Esta angiotensina I puede ir a la circulación y transformarse
en el pulmón en angiotensina II (AII circulante) mediante la ECA pulmonar, o puede quedarse en el riñón y
transformarse en angiotensina II (AII intrarrenal) mediante la ECA presente en los capilares glomerulares. *La ECA
se encuentra en las membranas luminales de las células endoteliales, incluidas las de los vasos glomerulares.
Tanto la AII circulante como la intrarrenal van a actuar produciendo una vasoconstricción sobre la arteriola eferente
(apenas tienen acción sobre la aferente), de manera que se acumula la sangre en el glomérulo, aumenta la presión
hidrostática del capilar glomerular, el flujo sanguíneo glomerular y la velocidad de filtración glomerular.
Por lo tanto, si disminuye la presión arterial disminuyen la presión hidrostática y el flujo sanguíneo del capilar
glomerular, reduciendo la velocidad de filtración glomerular.
EN RESUMEN
OSMOLARIDAD TUBULAR NORMAL
En condiciones normales, vamos a tener unos valores de velocidad de filtración glomerular de 125ml/min y una
osmolaridad de 100mOsm/L. Con esta osmolaridad las células de la mácula densa van a producir unas pequeñas
cantidades del vasoconstrictor, dando lugar a una contracción de la arteriola aferente.
En estas condiciones, el vasoconstrictor es suficiente para mantener el tono vascular de la arteriola aferente, el
diámetro del vaso y la PRESIÓN DE PERFUSIÓN, manteniendo una presión de filtración glomerular de 125 ml/min.
Además, la secreción de renina y angiotensina II va a ser suficiente para mantener el tono vascular de la arteriola
eferente, manteniendo la presión de perfusión y la velocidad de filtración glomerular.
Si aumenta la PA vamos a tener una velocidad de filtración glomerular aumentada (por ejemplo, 146ml/min) y una
osmolaridad mayor (>100mOsm/L). Esto va a hacer que la mácula densa libere una mayor cantidad de vasoconstrictor,
produciendo una Coontracción de la arteriola aferente, lo que disminuye su calibre y la PNF normalizando la velocidad
de filtración glomerular.
Además, la Adenosina va a inhibir la secreción de renina y de AII, permitiendo la relajación de la arteriola eferente,
aumentando su calibre y reduciendo la PNF, normalizando la velocidad de filtración glomerular.
Si disminuye la PA vamos a tener una velocidad de filtración glomerular disminuida (por ejemplo 104ml/min) y una
osmolaridad menor (<100mOsm/L). Esto va a hacer que la mácula densa libere menos vasoconstrictor y más
vasodilatador (NO, PG), reduciendo la contracción de la arteriola aferente, lo que aumenta su calibre y la PNF,
normalizando velocidad de filtración glomerular.
Además, el NO y la PG van a estimular la secreción de renina, aumentando la AII, lo que provoca la contracción de la
arteriola eferente, reduciendo su calibre y aumentando la PNF, normalizando la velocidad de filtración glomerular.
• REGULACIÓN EXTRÍNSECA.
1. CONTROL NERVIOSO.
Se lleva a cabo mediante el SNS que provoca vasoconstricción, disminuyendo la velocidad de filtrado glomerular y el
flujo sanguíneo renal. Sin embargo, en una persona sana el tono simpático ejerce poca influencia sobre el flujo
sanguíneo renal.
El SNS SÓLO va a influir sobre el resto de las acciones de control del flujo sanguíneo glomerular cuando el riesgo de
muerte es inminente, por ejemplo, cuando, como consecuencia de una hemorragia, la pérdida de sangre compromete
los flujos Cardíaco y Cerebral, el simpático se activa tanto que produce vasoconstricción con casi ausencia de
formación de orina. En estos casos, la vasoconstricción es tan grande que reducirá al mínimo la formación de orina.
En situaciones estresantes como miedo, frío, dolor, ejercicio intenso la disminución del flujo sanguíneo renal va a
representar un mecanismo de emergencia que permite desviar la sangre hacia la perfusión de órganos como el cerebro
y el corazón, más importantes para la supervivencia inmediata.
Si se administra suero, que aumenta el volumen sanguíneo, disminuye la actividad simpática y se restaura el flujo
sanguíneo renal.
Cabe destacar la importancia de la AII, una sustancia vasoconstrictora que mantiene la velocidad de filtración
glomerular, impidiendo que esta disminuya. Se libera ante disminuciones de la PA, por lo que debería provocar un
descenso de la velocidad de filtración glomerular al producir vasoconstricción, pero realmente lo que hace es
mantener la velocidad de filtración glomerular estable.
Ante una situación de disminución de la PA (pérdida de sangre o volumen) los barorreceptores activarán el SNS, que
va a estimular la producción de renina, dando lugar a angiotensina I que a su paso por el pulmón pasará a angiotensina
II mediante la ECA pulmonar. Por otro lado, en el riñón la renina ha pasado a angiotensina I en los capilares
glomerulares y a angiotensina II gracias a la ECA renal. De manera que tendremos activación del SNS, angiotensina II
plasmática y angiotensina II renal, lo que va a provocar vasoconstricción de la arteriola eferente.
El SNS y la angiotensina II plasmática van a intentar producir una vasoconstricción a nivel de la arteriola aferente, de
manera que disminuiría la velocidad de filtrado glomerular.
Sin embargo, lo que ocurre es que la angiotensina II intrarrenal va a estimular en el riñón la síntesis de prostaglandinas
que van a producir una relajación del músculo liso a nivel de la arteriola aferente, compensando la vasoconstricción
provocada por el SNS y la angiotensina II plasmática.
De esta manera, ante una situación de descenso de la PA grande, con compromiso vital, se va a mantener la arteriola
aferente abierta y la arteriola eferente cerrada, manteniendo la sangre en el glomérulo y contribuyendo a mantener
la presión neta de filtración y que el riñón no deje de funcionar.
La REABSORCIÓN consiste en el movimiento de agua y solutos desde la luz del túbulo hacia los capilares peritubulares,
atravesando las células y el espacio intersticial.
La diferencia es que la reabsorción tubular es MUY SELECTIVA y la filtración no. Filtramos prácticamente todo menos
las proteínas, pero a la hora de reabsorber tenemos mecanismos mucho más específicos para transportar los solutos:
• TRANSPORTE PASIVO
Es un proceso que NO requiere energía celular para transportar una sustancia a través de la membrana celular ya que
se produce a favor de un GRADIENTE ELECTROQUÍMICO. En muchas ocasiones van a necesitar un elemento
transportador, como ocurre con la glucosa, que sale a favor de gradiente (de más concentración a menos
concentración), pero con ayuda de una proteína transportadora.
En el túbulo renal nos vamos a encontrar la BOMBA ATP-asa Na+-K+, que es el motor de funcionamiento del túbulo
renal ya que mantiene el gradiente de Na+ y el gradiente de K+. También tenemos la ATP-asa H+ y la ATP-asa H+-K+,
que secretan H+ a la luz del túbulo, siendo muy importantes en el equilibrio ácido-base. Por último, tenemos una ATP-
asa Ca+2 que va a bombear Ca+2 al túbulo.
El transporte primario hace que tengamos mucho Na+ fuera y poco dentro,
de manera que este tiende a entrar. El transporte secundario aprovecha el
gradiente que hace que el Na+ tienda a entrar para meter otras sustancias junto a él.
• PINOCITOSIS.
Algunas partes del túbulo, especialmente del TÚBULO PROXIMAL, reabsorben moléculas grandes como las proteínas.
La proteína se une al borde en cepillo de la membrana luminal y esta se invagina hacia el interior de la célula hasta
que forma una vesícula que contiene la proteína. Normalmente no se filtran, pero si alguna pasase, este mecanismo
las devuelve al plasma en forma de aminoácidos (una vez que entran en la célula se escinden a aa y ya pasan al plasma).
El AGUA siempre se mueve por gradiente OSMÓTICO, es decir, hay una difusión neta de agua de una región con
mayor concentración de moléculas de agua a una región con menor concentración de moléculas de agua, es decir,
desde donde hay menos concentración de solutos, hasta donde hay más concentración de solutos.
La OSMOLARIDAD es la concentración de todos los solutos en una solución, consiste en la Presión Osmótica generada
por las moléculas de soluto disueltas.
El agua siempre se va a mover de zonas con MENOS osmolaridad a zonas con MÁS osmolaridad, para igualar las
concentraciones en ambos lados. Va a estar en equilibrio osmótico, por lo que entra y sale de todos los
compartimentos en función de los cambios de osmolaridad de estos.
AQUAPORINAS
Aunque el agua se puede mover por difusión simple, sería bastante complicado
mover 180L de agua al día por una membrana liposoluble. Lo que ocurre es que el
agua se mueve por las AQUAPORINAS, unos canales que permiten el paso del agua
a través de la membrana cuando tenemos que mover grandes cantidades de esta.
Al filtrar se coloca todo el contenido del túbulo ‘’para tirar’’, y en esta parte de la nefrona lo que se hace es ver qué
sustancias queremos conservar, de manera que esas se reabsorben y el resto se excretan.
Cómo hemos dicho, las células epiteliales de los túbulos renales son células POLARIZADAS, con una porción de la
membrana hacia la luz del túbulo y otra hacia el líquido extracelular. Las proteínas de membrana se van a distribuir de
forma distinta según la membrana. Un elemento importante en el transporte tubular es el hecho de la distribución
diferenciada de las proteínas canal que se integran en la membrana celular.
En la membrana BASOLATERAL vamos a tener bombas Na+-K+ ATP-asas muy abundantes, es decir, transporte activo
primario, mientras que en la membrana luminal no vamos a tenerlas. Esto le va a proporcionar una DIRECCONALIDAD
al movimiento de agua y solutos desde la luz del túbulo hacia el espacio intersticial.
La principal diferencia entre las dos membranas es que la membrana luminal no contiene transportadores activos
primarios: Na+-K+-ATPasas, mientras que la membrana basolateral tiene abundantes.
Un elemento importante en el transporte tubular es el
hecho de que los sistemas de transporte de solutos que
actúan en la membrana luminal suelen ser diferentes de los
que actúan en la membrana basolateral. Éste es uno de los
mecanismos que confieren direccionalidad al transporte de
solutos desde la luz tubular a la circulación (reabsorción) y
viceversa (secreción).
La fuerza responsable de la filtración glomerular era la PRESIÓN ARTERIAL en el glomérulo, mientras que la fuerza que
facilita la reabsorción es el TRANSPORTE ACTIVO DE Na+
El agua se tiene que mover desde el túbulo al espacio intersticial para poder pasar a los capilares peritubulares y
reabsorberse. Cómo el agua se mueve siempre a favor de gradiente osmótico, en el espacio intersticial debemos tener
más osmolaridad que en la luz del túbulo.
Las responsables de crear este gradiente para que el agua pueda salir al espacio intersticial son las bombas Na+-K+-
ATPasas (transporte activo) que teníamos en la membrana basolateral, ya que están continuamente sacando Na+ al
espacio intersticial, disminuyendo la concentración de Na+ dentro de la célula. Esto hace que todo el Na+ que tenemos
en la luz del túbulo se reabsorba y entre a la célula epitelial a favor de gradiente.
Una vez en la célula, el Na+ sale por las bombas Na+-K+ al intersticio, creando un gradiente para que siga entrando Na+
de la luz tubular a la célula a favor de gradiente, y aumentando la osmolaridad del espacio intersticial para que pase el
agua a favor de gradiente osmótico.
En resumen, el transporte activo de Na+ en la membrana basolateral incrementa la osmolaridad del líquido intersticial,
permitiendo que el agua se mueva a favor de su gradiente de concentración.
La disminución de la concentración intracelular de Na+ permite la entrada de nuevos iones desde la luz tubular al
citoplasma celular.
El transporte de Na+ por lo tanto es la fuerza que permite la reabsorción de agua y otros solutos en el túbulo
contorneado proximal.
• Canales de Na+
• Intercambiándose con H+
• Cotransporte con glucosa y aa
De manera que la fuerza que permite el movimiento de sustancias es el gradiente de Na+. Gracias a este gradiente,
reabsorbemos Na+, glucosa o aa, y secretamos H+.
La mayor parte del transporte en la nefrona se produce a través de proteínas de membrana, y muestra las tres
características del transporte mediado: SATURACIÓN, ESPECIFICIDAD y COMPETENCIA.
La saturación del transporte renal tiene un papel muy importante en la función renal, ya que un factor limitante para
la reabsorción de solutos transportados activamente es el número de moléculas transportadoras que tenemos. Este
límite se llama TRANSPORTE MÁXIMO (Tm), y es la cantidad máxima de una sustancia que podemos reabsorber por
minuto.
En el caso de la glucosa, el umbral renal, es decir, la concentración plasmática a partir de la cual empezamos a encontrar
glucosa en orina, es de 180mg/100ml de sangre, mientras que el transporte tubular máximo, es decir, el punto en el
que ya no podemos reabsorber más glucosa en ninguna nefrona del riñón, es de 300-350mg/min.
• El umbral renal es el nivel de concentración en el plasma sanguíneo de una sustancia en la cual los riñones
comienzan a excretarla en la orina.
• El Transporte Tubular Máximo (TTM) es la máxima capacidad de los túbulos renales para reabsorber una
sustancia antes de que comience a excretarse en la orina.
Si una nefrona no puede reabsorber toda la glucosa filtrada, esta glucosa se excreta en la orina. La concentración
plasmática necesaria para que esto ocurra puede variar entre nefronas. Nefronas menos eficientes en la reabsorción
pueden comenzar a excretar glucosa a concentraciones más bajas en comparación con nefronas más eficientes.
El riñón tiene una capacidad máxima de reabsorción para ciertas sustancias, incluida la glucosa. A medida que aumenta
la concentración de esa sustancia en el plasma, más nefronas contribuyen a su reabsorción.
Sin embargo, algunas nefronas pueden alcanzar su capacidad máxima de reabsorción antes que otras, lo que lleva a
la excreción de esa sustancia en la orina, incluso cuando otras nefronas aún están reabsorbiendo.
En resumen, la variabilidad en la eficiencia de reabsorción entre nefronas contribuye a la existencia de un umbral renal
más bajo en algunas nefronas en comparación con su capacidad máxima de reabsorción tubular. Este fenómeno puede
resultar en la excreción de sustancias como la glucosa a concentraciones plasmáticas más bajas en algunas nefronas
en comparación con otras.
Si todas las nefronas reabsorbiesen igual, coincidiría el transporte tubular máximo con el umbral renal.
Las sustancias que se suelen reabsorber de forma activa y tienen un transporte tubular máximo son la glucosa,
fosfatos, sultato, aa, urato, lactato y proteínas plasmáticas.
En la siguiente gráfica tenemos representadas las concentraciones de los distintos solutos que encontramos en el
ultrafiltrado plasmático a lo largo de la longitud del túbulo.
A medida que avanzamos por el túbulo contorneado proximal, vamos a encontrar compuestos que se van a ir
concentrando, cómo son los productos de desecho, ya que no se reabsorben (inulina, urea, PAH, Cl-). Tenemos otros
compuestos cuya concentración va a ir disminuyendo a lo largo del túbulo, ya que se han filtrado pero se van
reabsorbiendo, cómo por ejemplo la glucosa, los aa o el bicarbonato.
En una persona que sigue una dieta MIXTA, el organismo se encuentra acidificado
por lo que va a intentar perder ácidos y ahorrar bases, por eso reabsorbe el
bicarbonato.
Cuando se menciona que la osmolaridad se mantiene a lo largo de todo el túbulo, se está haciendo referencia al hecho
de que, idealmente, el filtrado glomerular es isoosmótico al plasma sanguíneo. Esto significa que la concentración de
solutos en el filtrado (compuesto principalmente por agua y solutos filtrados) es similar a la concentración de solutos
en el plasma
A medida que este filtrado pasa por los diferentes segmentos del túbulo renal (túbulo proximal, asa de Henle, túbulo
distal, y tubo colector), ocurren procesos de reabsorción y secreción que modifican la composición del líquido. Sin
embargo, la proporción entre agua y solutos se mantiene en gran medida constante, lo que contribuye a que la
osmolaridad general del líquido renal se conserve.
El líquido que pasa por el túbulo va a tener la misma concentración de Na+ y K+ a lo largo de todo su recorrido, pero
esto no quiere decir que no se reabsorban estos iones. Si que se reabsorben, pero como lo hacen acompañados de
agua, su concentración en la luz tubular sigue siendo la misma.
Al reabsorber los solutos, nos quedaría exceso de agua en la luz tubular y los solutos estarían poco concentrados. Pero
como también reabsorbemos agua, la concentración de los solutos en la luz del túbulo permanece igual.
El equilibrio glomerulotubular es la segunda línea de defensa ante aumentos de la PA. Cuando tenemos un aumento
de la PA, aumenta la presión hidrostática en el capilar glomerular, de manera que aumentarán la PNF y la velocidad de
filtración glomerular.
Como el riñón está filtrando más, tenemos una mayor cantidad de solutos y agua en la cápsula de Bowman, y las
proteínas que no se han filtrado se quedarán más concentradas, aumentando la presión oncótica en los capilares
peritubulares. Además, como tenemos menos sangre porque se ha filtrado, la presión hidrostática en el capilar
glomerular disminuirá.
El aumento de la presión oncótica y la disminución de la presión hidrostática en los capilares peritubulares va a
favorecer la reabsorción tubular. De tal manera que si el riñón filtra más, va a reabsorber más.
Si en cambio lo que tenemos es una disminución de la PA, va a disminuir la presión hidrostática en el capilar glomerular,
descendiendo la PNF y la velocidad de filtración glomerular.
Si el riñón filtra menos, la sangre que sale por la arteriola eferente a la red capilar peritubular va a tener una menor
concentración de proteínas, por lo que disminuirá la presión oncótica capilar, y va a tener un mayor flujo de sangre,
por lo que aumentará la presión hidrostática. Este cambio de presiones va a dar lugar a que disminuya la reabsorción
tubular, de manera que, si el riñón filtra menos, va a reabsorber menos.
Por lo tanto, el equilibrio glomerulotubular es un mecanismo automático de control que ajusta en el túbulo proximal
los procesos de reabsorción tubular con la tasa de filtración glomerular, es decir, ACOPLA la reabsorción a la filtración.
De esta manera siempre pasa al segmento final de la nefrona una fracción constante del filtrado glomerular. Si le llegase
demasiado líquido sobrepasaría la capacidad que tiene la nefrona para procesarlo.
Los mecanismos de diuresis y natriuresis por presión son el tercer mecanismo que se pone en marcha antes aumentos
de la PA.
• La diuresis se refiere al proceso de producción y excreción de orina por parte de los riñones. Un aumento en la
diuresis implica una mayor producción y eliminación de orina.
• La natriuresis se refiere específicamente a la excreción de sodio a través de la orina. Cuando hay un aumento
en la natriuresis, significa que se está excretando más sodio de lo habitual en la orina.
En la primera gráfica tenemos representada la curva de eliminación de orina en el riñón que muestra la diuresis por
presión cuando la PA se eleva por encima de su valor normal. Cuando la PA desciende de 50 mmHg, no se produce
diuresis, mientras que, si la PA aumenta, aumenta la diuresis.
Un aumento en la ingesta de agua puede aumentar el volumen de sangre
circulante, lo que podría elevar la presión arterial de manera temporal.
Un aumento en la ingesta de sal puede conducir a una retención de agua por
parte de los riñones, lo que aumenta el volumen sanguíneo y, por ende, la
presión arterial.
Sin embargo, los riñones suelen responder a este aumento eliminando el exceso
de agua a través de la orina, ayudando a mantener la homeostasis y normalizar
la presión arterial.
En esta otra gráfica vemos cómo al aumentar la PA, en este caso por una
transfusión de sangre, aumenta el gasto cardíaco y enseguida aumenta la diuresis. A medida que se elimina ese exceso
de líquido, el gasto cardíaco se normaliza y la diuresis disminuye.
• Al aumentar la presión arterial, en este caso, a través de una transfusión de
sangre, se observa un aumento en el gasto cardíaco. Esto sugiere que el corazón
está bombeando más sangre, posiblemente como respuesta a la mayor presión
arterial.
• A medida que el gasto cardíaco aumenta, también aumenta la diuresis. Este
fenómeno puede estar relacionado con la mayor cantidad de sangre circulante,
lo que lleva a un aumento en la filtración renal y, por lo tanto, a una mayor
producción de orina.
• A medida que se elimina el exceso de líquido a través de la diuresis, el gasto
cardíaco se normaliza, lo que sugiere que hay una respuesta homeostática para
mantener el equilibrio en el sistema cardiovascular y renal.
• Con la normalización del gasto cardíaco, la diuresis disminuye, indicando que el
riñón ajusta su función según las necesidades del cuerpo y la cantidad de líquido
circulante.
Además, si aumenta la PA va a aumentar la presión hidrostática en los
capilares peritubulares, disminuyendo la reabsorción de Na+ y agua. Esto
va a provocar que aumente la cantidad de agua (diuresis por presión) y
de Na+ (natriuresis por presión) en orina.
La AII se produce cuando nos disminuye la PA, por lo que todas sus acciones
van a ir encaminadas a recuperar PA, por eso aumenta la reabsorción de
Na+ (con el Na+ siempre va el agua), recuperando así volumen y PA.
También tenemos otra hormona, la PARATHORMONA, que va a estimular a la adenilato ciclasa, aumentando los
niveles de AMPc e inhibiendo así la secreción de H+ y la reabsorción de fosfato.
• CONTROL NERVIOSO
El SNS por un lado aumenta la actividad de la bomba Na+-K+ ATPasa dependiente y del cotransportador Na+-H+ por sí
mismo, y por otro lado el SNS aumenta la liberación de renina y la formación de AII, la cual inhibe la adenilato ciclasa,
por lo que disminuye el AMPc y aumenta la actividad de estas bombas. Esto va a dar lugar a un aumento de la
reabsorción de Na+ y agua, y de la secreción de H+.
2.2. TRANSPORTE TUBULAR EN EL ASA DE HENLE
2.2.1. REABSORCIÓN EN EL SEGMENTO DESCENDENTE DELGADO DEL ASA DE HENLE
En este segmento las membranas son PERMEABLES al agua, pero IMPERMEABLES a solutos
como el Na+ o el Cl-, por lo que a medida que descendemos por el asa de Henle y va saliendo
agua por gradiente osmótico, el líquido en la luz del túbulo se va a concentrar.
El líquido que llegaba al asa de Henle era isoosmótico, pero a medida que la recorre, va
perdiendo agua o solvente y aumenta su osmolaridad, es decir, pasa a ser HIPEROSMÓTICO.
Esta región es IMPERABLE al agua ya que no hay aquaporinas, existe un GLICOCÁLIX más desarrollado en la membrana
luminal de esta zona, y las uniones estrechas aquí están unidas FUERTMENTE, impidiendo el paso paracelular de agua.
Sin embargo, las membranas celulares de la rama ascendente del asa de Henle son relativamente PERMEABLES a
solutos debido a que:
Cómo hemos dicho, cuando el líquido llega a la horquilla del asa de Henle tiene
una alta osmolaridad, es hiperosmótico. A medida que va subiendo por el asa de
Henle, cómo pierde solutos y pero no agua, la osmolaridad va a ir disminuyendo.
Esto va a crear una diferencia de 200 mOsm entre el espacio intersticial (800
mOsm) y la luz del túbulo (600 mOsm). Las bombas con capaces de crear un
gradiente de 200 mOsm, no pueden crear un gradiente mayor porque con un
gradiente >200mOsm los solutos volverían a la luz del túbulo.
Por lo tanto:
La CORTEZA renal va a ser isoosmótica también, pero la médula renal va a ser HIPERTÓNICA, es decir, va a tener una
osmolaridad mayor que el plasma. En la médula más profunda, cercana a la papila, tendremos una osmolaridad de
hasta 1200 mOsm. El gradiente osmolar Cortico-Medular es fundamental para la función renal. Este gradiente osmolar
es determinante para excretar orinas concentradas (poco solvente, ahorro de agua).
La rama descendente del asa de Henle siempre va a estar en EQUILIBRIO OSMÓTICO, porque el líquido llega y el agua
se sale al haber más osmolaridad fuera que dentro. Por eso en la horquilla vamos a tener un líquido muy hipertónico,
ha salido mucha agua pero ningún soluto. Esto hace que cuando comienza el asa ascendente, tiene muchos solutos
en la luz tubular que bombear a la médula.
✓ La rama descendente es impermeable a los solutos, pero permeable al agua.
✓ A medida que el filtrado desciende, el agua difunde hacia el intersticio cuya osmolaridad es mayor que la del
túbulo, por efecto de la reabsorción de ClNa en la rama ascendente del asa de Henle.
✓ Como consecuencia el líquido tubular va concentrándose a medida que desciende.
✓ El resultado es que la actividad de la rama descendente permite que al llegar a la rama ascendente el líquido
tubular contenga una alta concentración de ClNa, que es el soluto transportado por la rama ascendente.
Resultado final
El resultado final del trabajo del asa de Henle va a ser la creación del gradiente
osmolar cortico-medular, es decir, va a ser responsable de que tengamos unos 300
mOsm en la corteza renal (isotónica) y unos 1200 mOsm en la médula renal
(hipertónica).
El líquido que llega al túbulo contorneado distal ha sido diluido hasta aproximadamente 100 mOsm, ya que en la
corteza vamos a tener la misma concentración que en el plasma (300 mOsm) y en el túbulo siempre va a haber 200
mOsm menos que en el intersticio.
Por lo tanto, a la parte final de la nefrona va a llegar un líquido que contiene los solutos que queremos eliminar
disueltos en un gran volumen de agua. Esto le va a permitir a la nefrona decidir en función de nuestro grado de
hidratación si recuperamos esta agua o la excretamos.
EFECTO SIMPLE/ÚNICO
Vamos a ver esto con un ejemplito:
En esta imagen tenemos un único segmento de la nefrona en el que tenemos la rama descendente y la rama
ascendente. Si la llenamos con una solución isotónica de plasma, es decir, de 300 mOsm, y ponemos en marcha las
bombas que van a sacar solutos, la osmolaridad irá disminuyendo en el asa ascendente y aumentando en la médula
y en el asa descendente (porque iguala osmolaridad con la médula), generando como máximo un gradiente de 200
mOsm.
Tenemos la porción ascendente y la porción descendente, y las llenamos de una solución salina isoosmótica (tiene la
misma osmolaridad que el plasma, 300 mOsm). Ponemos en marcha las bombas; la porción ascendente estará
bombeando solutos hacia fuera, de manera que en la porción ascendente bajará la osmolaridad y en la médula y el
asa descendente subirá.
El líquido que tenemos en el asa de Henle no está estático, está circulando, por lo que el líquido de la porción
descendente que tiene más osmolaridad va a entrar en la porción ascendente. Ponemos en marcha las bombas, y
volvemos a crear una diferencia de 200 mOsm, con un mayor gradiente de concentración
Este proceso atrapa gradualmente solutos en la médula y multiplica el gradiente de concentración establecido por
el bombeo activo de iones fuera de la rama ascendente del asa de Henle, por lo que cuanto más largas tengan el asa
de Henle en las nefronas yuxtamedulares, mayor osmolaridad vamos a tener en la médula, pudiendo elevar la
osmolaridad del líquido intersticial a 1200-1400 mOsm/l
El efecto único de 200 mOsm/L se multiplica a lo largo del asa por un cambio gradual del líquido debido al flujo
contracorriente y a la repetición del efecto único.
• Cambio gradual del líquido debido al flujo contracorriente: El flujo contracorriente es un fenómeno en el cual
los fluidos en las partes descendente y ascendente del asa de Henle fluyen en direcciones opuestas. Esto
contribuye a la multiplicación del gradiente de concentración, ya que el líquido que se mueve hacia abajo en
la parte descendente se encuentra con un ambiente de mayor concentración de solutos, y luego, al moverse
hacia arriba en la parte ascendente, se encuentra con una región de menor concentración.
• Repetición del efecto único: Este proceso se repite a lo largo de la longitud del asa de Henle, lo que multiplica
el efecto inicial de concentración. Cada repetición contribuye a la creación de un gradiente de concentración
cada vez mayor en la médula renal.
Tenemos las ramas ascendente y descendente del asa de Henle y la médula llena de líquido con la misma osmolaridad
que el plasma. Ponemos a funcionar el asa de Henle, de manera que las bombas del asa ascendente sacarán solutos
a la médula, aumentando su osmolaridad. Cómo el asa descendente es permeable al agua, igualará osmolaridad con
la médula, es decir, la rama descendente y
la médula siempre van a estar en equilibrio
osmótico.
Por lo tanto, se crea un gradiente de 200 mOsm en cada nivel del asa de Henle, pero como el líquido va circulando se
multiplican consiguiendo en la médula más profunda una osmolaridad de 1200-1400 mOsm.
El asa de Henle está generando una hiperosmolaridad en la médula renal necesaria para que el resto del riñón pueda
funcionar correctamente.
La parte arterial va a estar en contacto con la Porción Ascendente y la parte venosa con la Porción Descendente.
Los vasos rectos que traen los nutrientes y el oxígeno se encuentran con una
osmolaridad muy alta, de manera que sale agua y entran solutos. Los solutos
que entran son los que teníamos en la médula, que han salido del asa
ascendente de Henle.
A medida que suben por los vasos, se encuentran con un medio externo en el
que disminuye la osmolaridad, por lo que entra agua y salen solutos. El agua
que ha salido de la porción descendente del asa de Henle y de la porción
descendente de los vasos rectos, es el agua que se incorpora a la porción
ascendente de los vasos rectos.
Por lo tanto, los vasos rectos se llevan todo el agua y los solutos que se han reabsorbido en la médula renal pero sin
alterar el gradiente, manteniendo la hiperosmolaridad medular.
• La estructura en forma de U de los vasos rectos minimiza la pérdida de solutos desde el intersticio (los solutos
que salen de la porción ascendente van a la descendente) pero no impide el flujo de líquido y solutos hacia la
sangre a través de las presiones hidrostáticas y coloidosmóticas que favorecen la reabsorción en estos capilares
• Los vasos rectos se llevan la misma cantidad de solutos y agua que se absorbe en los túbulos medulares,
manteniendo la hiperosmolaridad medular.
Por eso es tan importante que el riñón tenga un gran flujo de sangre en la corteza pero poco en la médula, ya que si
por la médula pasa más sangre de la normal se va a llevar más solutos, perdemos osmolaridad en la médula y el riñón
pierde la capacidad de concentrar la orina.
En la rama descendente del asa de Henle el filtrado es concentrado, se pierde agua mientras que se retienen los
solutos. En la rama ascendente del asa de Henle el filtrado es diluido, se pierden solutos mientras que se retiene
agua. El comportamiento asimétrico de las dos ramas del asa de Henle en lo que respecta a la reabsorción de agua y
solutos crea un Gradiente Cortico-Medular.
Los vasos rectos aportan nutrientes y reabsorben solutos y líquidos (la reabsorción sólo es, finalmente, efectiva
cuando lo reabsorbido se reincorpora a la sangre) sin alterar el gradiente osmolar cortico-medular. *En la porción
ascendente se liberaban, solutos, cuando llega la sangre recoge esos solutos, pero para no variar la hiperosmolaridad
medular, libera agua y para que la sangre no se lleve todos los solutos de la médula y se vaya muy concentrada, en la
porción descendente, recoge agua y libera solutos. De esta forma no se varían las concentraciones, pero ha recogido
los solutos y el agua que se había reabsorbido en el espacio intersticial de la médula.
3. PROCESAMIENTO TUBULAR DEL FILTRADO GLOMERULAR. SEGMENTO FINAL
DE LA NEFRONA.
El procesamiento final del filtrado glomerular en la parte final del túbulo contorneado distal y en los conductos
colectores se produce en condiciones de Control fisiológico preciso y directo. Tanto la permeabilidad de las
membranas como la actividad de las bombas van a estar muy reguladas HORMONALMENTE en función de las
necesidades corporales.
La necesidad de retener o excretar sustancias específicas va a determinar la actividad celular de la Parte final del
Túbulo Contorneado Distal y los Conductos Colectores.
En los Segmentos iniciales de la nefrona tenían lugar procesos de Reabsorción y Secreción de forma más o menos
CONSTANTE ya que la permeabilidad de las membranas apenas variaba. La reabsorción predominaba sobre la
secreción. La mayor parte de la REABSORCIÓN se lleva a cabo en los segmentos iniciales de la nefrona.
Sin embargo, en la parte final de la nefrona vamos a ver como la Actividad de las bombas y la Permeabilidad de la
membrana van a modificarse para regular de forma muy precisa la secreción y la reabsorción en estos segmentos.
En esta parte de la nefrona vamos a encontrar las CÉLULAS INTERCALARES que secretan H+ hacia el líquido tubular,
de manera que se utilizan en el EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE cuando queremos perder ácido. Por otro lado, vamos a tener
las CÉLULAS PRINCIPALES, que reabsorben Na+ y agua y secretan K+ ante estímulos HORMONALES, es decir, estos
procesos están muy regulados.
Las células principales tienen en la membrana luminal algunos canales para el Na+ y para el K+, y en su membrana
basolateral tienen alguna bomba Na+-K+ ATP-asa. De manera que la bomba va a sacar 3Na+ y meter 2K+, aumentando
la concentración de K+ dentro de la célula, lo que va a hacer que salga a la luz tubular mediante los canales de K+ de la
membrana luminal. Si la aldosterona sanguínea tiene valores bajos, la actividad Na+-K+-ATPasa de la membrana
basolateral también lo es y el número de canales expresados en la membrana luminal también es pequeño
Cuando aumenta la aldosterona en sangre, va a aumentar el número de canales de Na+ y K+ en la membrana luminal
y el número y la actividad de las bombas Na+-K+ en la membrana basolateral. Esto va a hacer que se secrete más Na+
al espacio intersticial, contribuyendo a aumentar el gradiente osmótico entre la luz tubular y la médula, y que el K+
se secrete a la luz tubular (en vez de al intersticio como ocurría antes).
Cuando la presión arterial disminuye, los riñones liberan una enzima llamada renina en el torrente sanguíneo. La renina
actúa sobre una proteína plasmática llamada angiotensinógeno, que es producida por el hígado. La renina convierte
el angiotensinógeno en angiotensina I. La angiotensina I se convierte en angiotensina II gracias a la acción de una
enzima llamada enzima convertidora de angiotensina (ECA), que se encuentra principalmente en los pulmones. La
angiotensina II tiene varios efectos, uno de los cuales es estimular la liberación de aldosterona desde la GLÁNDULA
SUPRARRENAL.
La aldosterona actúa sobre los riñones, específicamente en los túbulos renales, para aumentar la reabsorción de sodio
y la excreción de potasio. Esto ayuda a retener sodio en el cuerpo, lo que a su vez retiene agua y aumenta el volumen
sanguíneo, elevando así la presión arterial.
Esta hormona, ADH o VASOPRESINA se va a sintetizar en los NÚCLEOS SUPRAÓPTICOS y PARAVENTRICULARES del
hipotálamo (sobre todo en el NSO), se va a liberar a nivel de la neurohipófisis y por la sangre se transportará a todas
las células del organismo, actuando en aquellas que tengan RECEPTORES para la ADH.
Las células principales tenían AQUAPORINAS en la membrana BASOLATERAL, pero no en la membrana luminal, por lo
que el agua no podía reabsorberse. La función de la ADH es colocar aquaporinas en la membrana luminal de las
células principales, de manera que toda el agua que ha llegado a la parte final de la nefrona se reabsorbe a favor de
gradiente osmótico.
Para poder reabsorber el agua a favor de gradiente, necesitamos la presencia de la ADH y que haya una
hiperosmolaridad de la médula, que conseguimos mediante el mecanismo multiplicador de contracorriente. Si sólo
tenemos la ADH o sólo tenemos el gradiente, el agua no se va a reabsorber.
• En presencia de ADH aumenta el número de canales de agua en la membrana luminal. El efecto inmediato
es la reabsorción de H2O a FAVOR del gradiente de concentración mayor cuanto más se vaya adentrando el
tubo colector en la médula renal.
• Cuando el H2O puede difundir entre los dos compartimentos se tiende a producir el equilibrio osmótico. Las
osmolaridades del líquido intersticial y del líquido tubular tienden a igualarse
3.4. DESHIDRATACIÓN.
El trabajo cotidiano de este mecanismo de control del volumen y la composición de los líquidos corporales se pone de
manifiesto si analizamos su comportamiento en situaciones como la deshidratación.
Cuando sudamos, perdemos tanto agua como solutos, pero más agua. Esta pérdida de agua e iones produce la
deshidratación. Esto va a hacer que aumente la osmolaridad en el compartimento extracelular, de manera que el agua
saldrá de las células por ósmosis para igualar concentraciones.
En el hipotálamo tenemos una serie de neuronas que actúan como osmorreceptores, de manera que detectan que ha
salido agua de las células y le envían la información a los NSO y NPV para que sinteticen la ADH. La ADH pasará por la
sangre, llegará al segmento final de la nefrona y colocará aquaporinas en la membrana luminal de las células
principales para que el agua se pueda reabsorber, recuperando volumen.
Al haber perdido agua, hemos perdido volumen y presión, lo que va a ser el estímulo para que la corteza suprarrenal
sintetice ALDOSTERONA. Esta pasará a la sangre, llegará a las células principales del riñón y colocará canales de Na+ y
de K+ en la membrana luminal y bombas Na+K+ ATPasas en la membrana basolateral. Esto va a aumentar la
reabsorción de Na+, aumentando la osmolaridad de la médula para que se reabsorba más agua.
Por lo tanto, en condiciones de normovolemia las concentraciones de ADH y aldosterona en sangre son bajas, y en las
células principales tenemos canales de Na+ y de K+ en la membrana luminal y canales de agua y alguna bomba Na+-K+
ATP-asa en la membrana basolateral.
Cuando aumenta la aldosterona, aumenta el número de canales de Na+ y de K+ en la membrana luminal y el número
y actividad de bombas Na+-K+ ATPasas en la membrana basolateral, pero el agua sigue sin poder atravesar la
membrana y la osmolaridad del intersticio va a aumentar.
Sin embargo, en condiciones normales a la vez que aumenta la secreción de aldosterona aumenta la secreción de ADH,
lo que coloca aquaporinas en la membrana luminal permitiendo el movimiento de agua a favor de gradiente de
concentración desde la luz tubular hacia el espacio intersiticial. De esta manera, se IGUALA la osmolaridad de la luz
tubular y del espacio intersticial.
Las acciones conjuntas de la ADH y la aldosterona durante la deshidratación tienen como efecto neto la disminución
del volumen de agua y solutos que llegan al tubo colector medular.
Cualquier organismo sometido durante un tiempo a un clima caluroso y seco pierde H2O y Na+ por la profusa
Sudoración.
Las modificaciones del volumen y de la composición de los líquidos corporales resultante, son medidas en diferentes
localizaciones. En el hipotálamo existen grupos celulares que captan los cambios en la osmolaridad plasmática y
funcionan como osmorreceptores, enviando señales a las células sintetizadoras de ADH que se encuentran situadas en
los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo. Los axones de las neuronas magnocelulares de estos núcleos
acaban en la hipófisis posterior (neurohipófisis), hasta donde transportan la ADH que producen en respuesta a varios
estímulos.
Después de integrar toda la información sobre volumen y composición de los líquidos corporales que reciben, las
neuronas hipotalámicas responden con un ↑ ADH.
Las glándulas suprarrenales participan en la respuesta a la deshidratación, la zona glomerulosa de la corteza
suprarrenal sintetiza y libera Aldosterona. Durante la deshidratación la liberación de aldosterona aumenta. Un
aumento coincidente de los niveles circulantes de ADH y Aldosterona producirá:
3.5. SOBREHIDRATACIÓN
Si partimos de una situación de deshidratación como la anterior y administramos
líquidos y solutos suficientes podemos recuperar la hidratación.
El agua y los solutos que antes eran reabsorbidos, ahora van a salir con la orina final excretada, que puede alcanzar
valores mínimos de osmolaridad de 100 mOsm/L, es decir, tendremos una orina muy diluida.
El líquido que se filtraba era ISOTÓNICO, tenía la misma osmolaridad que el plasma. A medida que recorre el túbulo
contorneado proximal, el 70% de lo que se había filtrado se reabsorbe, y la osmolaridad se mantiene porque esta
zona es muy permeable. La gran permeabilidad del Túbulo Contorneado Proximal permite que el líquido tubular se
equilibre osmóticamente con el intersticio. La osmolaridad del filtrado y del líquido intersticial es de alrededor de 300
mosmol/l. El volumen del filtrado se reduce en un 65-70%, aproximadamente.
A medida que el líquido recorre el asa descendente de Henle, permeable al agua pero no a los solutos, va a ir perdiendo
agua hasta disminuir el volumen del filtrado en un 15%, por lo que el líquido tubular se va a concentrar a medida
que descendemos por el asa de Henle.
• El 95% del filtrado ha sido reabsorbido cuando éste alcanza el segmento final de la nefrona
• El 5% es tratado en el Túbulo Colector Medular.
La ADH es la responsable de regular el volumen final de agua reabsorbida en el Túbulo Colector medular, para lo que
necesita que haya un gradiente osmolar cortico-medular.
Este gradiente osmótico permite concentrar la orina extrayendo agua del filtrado, lo que va a depender de la
permeabilidad al agua de este segmento. Esta permeabilidad a su vez depende de los niveles de ADH, y estos, del
grado de hidratación del individuo. La ADH coloca las acuaporinas, pero necesito este gradiente en la médula, para
que el agua salga, pues el túbulo colector es impermeable al agua sin las acuaporinas.
Con un grado de HIDRATACIÓN NORMAL, habrá poca ADH y se abrirán unos pocos canales de agua. A este nivel, el
líquido tubular va a estar bastante concentrado porque se ha reabsorbido ya mucha agua, y tendrá una concentración
de urea alta. En el túbulo colector cortical se reabsorbe agua en presencia de ADH, pero la urea a este nivel es
impermeable por lo que se va concentrando.
La ADH en el túbulo colector MEDULAR no solo va a colocar aquaporinas, sino que también va a activar moléculas
transportadoras para la urea, haciendo que se reabsorba al espacio intersticial. Esta urea que ahora tenemos en el
espacio intersticial de la médula, va a ser la misma que se reabsorberá en el asa ascendente del asa de Henle, por lo
que estará continuamente recirculando, siendo responsable de hasta un 40% de la osmolaridad intersticial.
De esta manera, la orina que excretemos va a tener una osmolaridad de 600mOsm/L. Esto es el doble que la
osmolaridad plasmática, de manera que el riñón está ahorrando agua, porque elimina más cantidad de solutos en
menos cantidad de agua.
RECIRCULACIÓN de la UREA
La urea se va a filtrar en el glomérulo, y en el túbulo contorneado proximal, debido a la reabsorción de Na+ y de agua
su concentración va a aumentar. Esto va a hacer que el 50% de la urea filtrada se reabsorba a favor de gradiente de
concentración en el túbulo contorneado proximal. El otro 50% de la urea llega al asa de Henle, dónde el 50% de la
urea filtrada se secreta (vuelve al asa de Henle), recuperando así el 100% de la urea.
En condiciones de sobrehidratación ocurrirá lo contrario. Los niveles de ADH van a ser muy bajos, por lo que el túbulo
colector será prácticamente impermeable al agua y a la urea, alcanzando una osmolaridad menor. Al ser impermeable
al agua, el filtrado no se puede equilibrar osmóticamente con el intersticio, y excretaremos un gran volumen de orina
que estará muy diluida, pudiendo llega a 100 mOsm/L. El volumen de agua que queda en el túbulo es mucho mayor
que la urea, y lo que es diluirla.
En resumen:
• Condiciones normales: tendremos unos niveles de ADH medios y excretaremos alrededor de 1-1’5L de orina.
• Deshidratación: tendremos unos niveles de ADH muy altos, por lo que excretaremos todos los productos de
desecho en una orina más concentrada, es decir, en un menor volumen de agua, excretando alrededor de 0’4L
de orina.
• Sobrehidratación: no tendremos casi ADH en sangre, por lo que tendremos una orina muy diluida, excretando
alrededor de 22’5L de orina.
La capacidad del riñón para concentrar o diluir la orina va a depender de tres factores:
• Funcionamiento correcto del asa de Henle que genera el gradiente cortico-medular (Multiplicación
contracorriente)
• Funcionamiento correcto de los vasos rectos que se van a llevar todo lo reabsorbido en la médula sin alterar
el gradiente (mantienen hiperosmolaridad medular, por reabsorción de H20 que se libera, y contribuye a
reabsorber solutos de la ascendente que pasan a la descendente para mantener la hiperosmolaridad medular)
• Funcionamiento correcto de los túbulos colectores (ADH), con la recirculación de la urea, determinando la
dilución o la concentración de urea.
Por tanto, LA CONCENTRACIÓN DE LA ORINA REQUIERE EL FUNCIONAMIENTO INTEGRADO DE LAS ASAS DE HENLE,
LOS VASOS RECTOS y LOS TÚBULOS COLECTORES.
En la siguiente imagen podemos ver en los rectángulos el % de filtrado que tenemos en la luz tubular a lo largo del
túbulo, y en los círculos la osmolaridad del líquido tubular.
En el túbulo contorneado proximal se reabsorbe el 70% de lo que se ha filtrado, quedando en la luz tubular el 30% del
filtrado. La osmolaridad no cambiaba, de manera que el líquido que pasa al asa de Henle tiene la misma osmolaridad
que la plasmática.
Esto va a hacer que el líquido que llega al túbulo contorneado distal sea
hipotónico, con una osmolaridad de 100 mOsm/L. Al llegar a este nivel,
del 30% de filtrado que nos quedaba en el túbulo, se ha reabsorbido un
15%, por lo que nos queda dentro de la luz tubular otro 15%.
Este líquido hipotónico va a llegar a la parte final del túbulo contorneado distal y al túbulo colector cortical, donde en
función de nuestro grado de hidratación se generarán más o menos ADH y aldosterona, reabsorbiéndose más o
menos agua y Na+ en función de las necesidades corporales. En sujeto sano en condiciones normales, del 15% de
filtrado que nos quedaba, se va a reabsorber un 10%. La osmolaridad del líquido que nos queda en la luz tubular será
más o menos la plasmática.
En el túbulo colector medular, la ADH va a colocar aquaporinas, reabsorbiéndose agua y quedando en la luz tubular
una osmolaridad de 600 mOsm/L aproximadamente.
Cómo vimos, en el riñón se tiene que mantener el Equilibrio de Masas, todo lo que entra tiene que ser igual a lo que
sale.
Si nos fijamos en la imagen, podemos ver que el líquido que entra al asa de Henle, al túbulo colector y a los vasos
rectos tiene la osmolaridad plasmática, es decir, todo lo que entra tiene la misma osmolaridad que el plasma.
Por otro lado, si miramos la orina que excretamos vemos que es hipertónica, por lo que en algún lado tendremos que
tener algo hipotónico para compensarlo. Esto lo encontramos en el asa ascendente de Henle, de la que sale un líquido
hipotónico.
Además, si miramos el flujo vemos que en el asa de Henle entran
36ml/min y salen 24ml/min. Los 12ml/min que faltan se corresponden
con el agua que se ha reabsorbido en el asa descendente de Henle. Al
túbulo colector le llegan 6ml/min y se excreta 1ml/min. Los 5ml/min que
faltan es el agua que se reabsorbe en el túbulo colector y pasa a la
médula.
Por eso, si nos aumenta la presión arterial y pasa más sangre por la
médula renal, los vasos rectos se van a llevar más solutos de los que
deberían, perdiendo osmolaridad de la médula y dificultando al riñón
la tarea de concentrar la orina.
Por lo tanto, el riñón va a poder controlar de forma independiente los solutos y el agua, pudiendo concentrar o diluir
la orina en función de las necesidades corporales.
Si estamos DESHIDRATADOS, tenemos unos niveles altos de ADH, coloca aquaporinas en el túbulo colector, se
reabsorbe más agua y aumenta la actividad de los transportadores para la urea, aumentando la osmolaridad de la
médula. Esto hará que excretemos un menor volumen de orina, más concentrada y con una gran osmolaridad.
Al contrario, si estamos SOBREHIDRATADOS tendremos unos niveles muy bajos de ADH, no habrá aquaporinas en el
túbulo colector, disminuirá la reabsorción de agua y la actividad de los transportadores para la urea. Además, habrá
un aumento de PA que hará que pase más sangre por la médula, llevándose los solutos y disminuyendo su
osmolaridad. Esto hará que disminuya la osmolaridad de la médula y que no se pueda reabsorber agua, excretando
una orina más diluida y con una menos osmolaridad.
Aunque los vasos rectos pueden transportar más solutos debido al mayor flujo sanguíneo, la mayor dilución de estos
solutos puede ocurrir debido a la expansión del volumen sanguíneo total. En otras palabras, la concentración de solutos
en la sangre puede disminuir debido a la adición de una mayor cantidad de agua. Es verdad que yo recojo más solutos,
pero recuerda que estamos en sobrehidratación, por lo que los diluye.
CUANTIFICACIÓN DE LA CONCENTRACIÓN Y DILUCIÓN RENAL DE LA ORINA.
Podemos cuantificar la concentración y dilución renal de la orina mediante una serie de parámetros.
En primer lugar, tenemos el ACLARAMIENTO OSMOLAR, que es la cantidad de plasma que se limpia de solutos por
minuto. Se va a calcular multiplicando la osmolaridad de la orina por el volumen de orina que excretamos entre la
osmolaridad del plasma. En condiciones normales, se van a limpiar de solutos 2ml de plasma por minuto.
La intensidad con la que el riñón excreta los solutos y el agua se pueden calcular con el ACLARAMIENTO DE AGUA
LIBRE, que consiste en la intensidad con la que el riñón va a excretar agua libre de solutos. Se calcula restando al
volumen de orina excretada el aclaramiento osmolar. En un sujeto sano va a tener un valor de -1ml/min, lo que indica
que el riñón está ahorrando agua.
Siempre que la osmolaridad de la orina sea mayor que la osmolaridad plasmática, el aclaramiento de agua libre será
negativo, lo que indica que el riñón está eliminando el exceso de solutos y conservando el agua.
Cuando la osmolaridad de la orina sea más baja que la osmolaridad plasmática, el aclaramiento de agua libre nos dará
positivo, lo que indica que el riñón estará eliminando los solutos que tiene que eliminar en una mayor cantidad de
agua (está diluyendo la orina, quiere deshacerse de agua). Por lo tanto, el aclaramiento de agua libre nos sirve para
ver si el riñón está eliminando más solutos que agua (solutos sin agua) o más agua que solutos (agua sin solutos).
El componente fundamental del organismo es el AGUA, que supone un 50-70% del peso corporal. El porcentaje de
agua varía de unos tejidos a otros, de manera que hay tejidos como la piel y el músculo que tienen un porcentaje muy
elevado de agua y otros como el tejido adiposo que tienen una menor cantidad de agua. Debido a esto, en una persona
delgada el porcentaje del peso corporal debido al agua es alto, mientras que en una
persona obesa será bajo.
Las mujeres adultas tienen algo menos de agua que los hombres porque en general
tienen más grasa subcutánea y menos masa muscular. Por otro lado, el contenido de
agua disminuye con la edad porque tendemos a perder músculo y ganar tejido adiposo.
1.1. DISTRIBUCIÓN
Tenemos 2/3 del agua en el compartimento intracelular y 1/3 en el compartimento extracelular. Dentro del LEC
tenemos el 75% formando parte del líquido intersticial, la linfa, el hueso y el líquido transcelular y el 25% formando
parte del plasma.
El líquido transcelular era el que encontrábamos en el líquido sinovial, peritoneal, pericárdico, pleural, LCR, tubular
renal, humor acuoso y en las secreciones digestivas.
La ÓSMOSIS es la difusión final de agua desde una zona de gran concentración de agua (baja concentración de soluto)
a una zona con menor concentración de agua (alta concentración de soluto). Un osmol es igual a 1 mol de partículas
de soluto. La osmolaridad se mide en milimoles de soluto/L de agua. La presión osmótica es igual a la presión que hay
que aplicar para evitar la difusión final del agua a través de la membrana.
El compartimento intracelular es impermeable a muchos solutos y permeable al agua, de manera que el agua va a
estar en EQUILIBRIO OSMÓTICO, entrando y saliendo de la célula a favor de gradiente de concentración.
Como el agua siempre va a estar moviéndose de un compartimento a otro para igualar osmolaridad, vamos a tener la
misma osmolaridad en todo el organismo excepto en la médula renal, que era hiperosmótica.
Si por ejemplo bebemos agua, que es hipotónica, va a aumentar el volumen del LEC y va a disminuir su osmolaridad.
Para compensarlo, entrará agua al compartimento intracelular, aumentando su volumen e igualando su osmolaridad
con la del LEC. Por lo tanto, al beber algo hipotónico aumenta el volumen de ambos compartimentos y disminuye su
osmolaridad.
2. EQUILIBRIO HIDROELÉCTRICO.
La función normal de casi todos los órganos y tejidos requiere que se encuentren embebidos en un medio de
composición de sal y agua constantes. Esta constancia debe mantenerse a pesar de la ingestión de cantidades de sal
y agua muy variables y habitualmente independientes una de la otra.
Estos 2’5L de agua tienen que salir, lo que hacen mediante una
ELIMINACIÓN FIJA (pérdidas insensibles) que no podemos controlar, ya
sea por la piel (450ml), por las heces (200ml) o por la respiración
(350ml).
• Con una actividad y temperatura normales, la mayor parte del agua se elimina por la orina (60%).
• Con una actividad normal y una temperatura alta, aumentan las pérdidas por el sudor (40%).
• Si a esta temperatura alta le añadimos la realización de ejercicio intenso prolongado, las pérdidas por el sudor
van a ser muy elevadas (75%).
La cantidad de agua perdida por el sudor es muy variable dependiendo de la actividad física y de la temperatura
ambiental.
Por lo tanto, la DIURESIS se va a ir regulando en función de las entradas y salidas, de manera que según el grado de
hidratación del individuo el riñón ira diluyendo o concentrando la orina.
Además, los cambios de PA y en el volumen son detectados por los BARORRECEPTORES y los VOLORRECEPTORES
respectivamente, informando al Centro cardiovascular del tronco del encéfalo y llevando la información a los NSO y
NPV para sintetizar ADH.
La ADH se liberará a la sangre y actuará en las células que tengan receptores para ella, por ejemplo, en las células del
túbulo contorneado distal y del túbulo colector, donde colocan aquaporinas en la membrana luminal de estas células
para que el agua a favor de gradiente osmótico se pudiera reabsorber.
El Líquido tubular que llega al segmento final de la nefrona es muy HIPOTÓNICO, ya que llegan los solutos que tenemos
que eliminar en un gran volumen de agua. En estas condiciones, se excreta una ORINA HIPOTÓNICA. En presencia de
ADH, se reabsorbe agua mediante las aquaporinas en el túbulo contorneado distal y en el túbulo colector, excretando
una ORINA HIPERTÓNICA.
Los estímulos más importantes que van a regular los niveles de ADH son los CAMBIOS DE OSMOLARIDAD.
El 95% de la osmolaridad plasmática se debe al Na+ y al bicarbonato, mientras que el otro 5% se debe a la glucosa y
a la urea, aunque esta última difunde fácilmente por la membrana así que no produce grandes cambios de
osmolaridad.
Con osmolaridades inferiores a 280mOsm no tenemos ADH en sangre. A partir de 280mOsm, los osmorreceptores
hipotalámicos detectan este aumento de osmolaridad e informan a los NSO y NPV del hipotálamo. La disminución del
estiramiento auricular por bajos volúmenes sanguíneos va a activar los receptores auriculares de estiramiento,
informando a los NSO y NPV. Por último, los barorreceptores van a detectar la disminución de la PA y a avisar a estos
núcleos. Todos estos estímulos van a provoca la liberación de ADH, aumentando la reabsorción de agua.
Dentro de estos estímulos, los más importantes son los cambios de osmolaridad, ya que un cambio de osmolaridad
de 1% ya provoca cambios en los niveles de ADH. Sin embargo, los cambios de volumen y de PA tiene que ser del 10%
por lo menos para provocar un cambio en la producción de ADH.
Además, hay otros factores que modifican la producción de ADH, como el dolor, el estrés, las náuseas, la nicotina o la
morfina, que la estimulan, o el alcohol, que la inhibe.
Por lo tanto, ante una deshidratación perdemos volumen y presión, aumentando la osmolaridad. La ADH se va a
producir para ahorrar agua, pero, aunque esto evite que perdamos más agua, el problema no se va a solucionar hasta
que recuperemos el agua que ya hemos perdido. Por eso en el balance del agua es muy importante el mecanismo de
la sed.
El aumento de la sed se produce debido a aumentos de osmolaridad, ya que los osmorreceptores estimulan al centro
de la sed y aparte los núcleos del centro de la sed actúan por sí mismos como osmorreceptores desencadenando el
mecanismo de la sed ante aumentos de osmolaridad. Los descensos del volumen sanguíneo son detectados por los
receptores auriculares de estiramiento e informan al centro de la sed. La disminución de la PA es detectada por los
barorreceptores, que por un lado estimulan al centro de la sed y por otro lado producen renina y angiotensina II que
estimulan al centro de la sed. Además, la sequedad de boca y garganta también estimula la sensación de sed.
Por otro lado, estímulos digestivos como la secreción gástrica van a inhibir al centro de la sed, produciendo una
reducción de la sed. El contacto del agua con mecanorreceptores a nivel de la boca, la faringe o el estómago se inhibe
el mecanismo de la sed, para no sobrehidratarnos.
RESPUESTA INTEGRADA DE LOS MECANISMOS DE LA SED y DE LA SECRECIÓN de ADH
El riñón tiene que eliminar siempre los productos de desecho, por lo que siempre vamos a perder un poco de agua
aunque estemos deshidratados. Por eso aumentos en la concentración de Na+ de 2mEq/L por encima de lo normal
es el umbral para desencadenar el mecanismo de la sed y aumentar la entrada de líquido para poder controlar la
osmolaridad y el volumen y la concentración de Na+.
El exceso de Na+ se conoce como hipernatremia. Al tener una mayor osmolaridad en el LEC, el agua se sale de las
células y estas se arrugan, generando problemas circulatorios o edemas. El déficit de Na+ se conoce como
hiponatremia, de manera que al tenemos una menor osmolaridad en el LEC el agua entra en las células y se hinchan.
En condiciones normales la excreción renal de Na+ es prácticamente igual a la ingesta, y su contenido corporal se
mantiene constante. Puede eliminarse un poco por el sudor, pero casi todo se elimina por el riñón. El 85-90% del Na+
se reabsorbe en la parte inicial de la nefrona, y en el segmento final se produce la regulación de la excreción de Na+
mediante la aldosterona.
En condiciones normales la excreción renal de Na+ es prácticamente igual a la ingesta, y su contenido corporal se
mantiene constante. Puede eliminarse un poco por el sudor, pero casi todo se elimina por el riñón. El 85-90% del Na+
se reabsorbe en la parte inicial de la nefrona, y en el segmento final se produce la regulación de la excreción de Na+
mediante la aldosterona.
Cómo hemos visto, el 70% del Na+ se reabsorbe en el túbulo contorneado
proximal, un 20% en la porción ascendente del asa de Henle, un 6% en el túbulo
contorneado distal y un 3% en el conducto colector, de manera que los riñones
solo excretan un 1% del Na+ filtrado.
Aún así, la nefrona distal tiene una importancia vital a la hora de determinar la
excreción final de Na+ porque es donde se produce la regulación.
Hay una serie de factores que pueden modificar la excreción renal de Na+ .
Los estímulos fundamentales para la secreción de aldosterona son los descensos de la PA y el aumento de la
concentración extracelular de K+ (hiperpotasemia).
Además, tenemos otros dos estímulos que se van a poner en marcha en situaciones patológicas. Por un lado, el
aumento de la osmolaridad del LEC inhibe la producción de aldosterona, mientras que por otro lado una disminución
importante del Na+ plasmático puede estimular directamente la secreción de aldosterona.
Por lo tanto, si disminuye la concentración de Na+ se habrá reabsorbido menos agua y tendremos menos volumen y
menos PA. Este descenso de la PA va a provocar una disminución del flujo sanguíneo glomerular y de la presión
hidrostática del capilar glomerular, disminuyendo la velocidad de filtración glomerular. Todo esto va a hacer que
llegue menos Na+ a la mácula densa y que se deformen menos las células granulosas. Además, los barorreceptores
carotídeos y aórticos van a detectar este descenso y aumentar la actividad simpática, deformando menos aún las
células granulosas, de tal manera que estas van a producir menos adenosina. Se va a inhibir menos la producción de
renina, lo que nos lleva a un aumento de la secreción de renina, angiotensina II y aldosterona que aumenta la
reabsorción tubular de Na+.
Si perdemos un líquido isotónico, por ejemplo en una hemorragia, disminuye el volumen circulante efectivo, se
estimula la ADH, la sed y los barorreceptores, aumentando la actividad simpática. Esto da lugar a un aumento de la
renina-angiotensina II, que va a estimular más aún la secreción de ADH y la sed aumentando la ingesta de agua.
Además, tanto el aumento de la actividad simpática (en hemorragias muy grandes) como la angiotensina II producen
una constricción de las arteriolas aferente y eferente que disminuye la velocidad de filtrado glomerular.
También se va a aumentar la secreción de aldosterona, aumentando la reabsorción de Na+ que junto a la disminución
del filtrado glomerular da lugar a una disminución del Na+ y agua excretados. Todos estos mecanismos provocan la
ganancia de líquido isotónico.
En primer lugar, la angiotensina II en el túbulo contorneado proximal aumenta el nº y la actividad de las bombas Na+-
K+, aumentando la reabsorción de Na+. En segundo lugar, estimula la producción de aldosterona, aumentando de
nuevo la reabsorción de Na+. A nivel hipotalámico estimula la producción de ADH y el mecanismo de la sed,
recuperando volumen y osmolaridad. Por último, a nivel de vasos produce vasoconstricción para aumentar la
resistencia periférica y aumenta la respuesta cardiovascular del centro cardiovascular del bulbo raquídeo, lo que lleva
a un aumento de la PA.
Por lo tanto, este sistema tiene múltiples efectos encaminados a la conservación de Na+.
FACTORES HORMONALES
Dentro de los factores hormonales que regulan la concentración de Na+, aparte del sistema renina-angiotensina II-
aldosterona, tenemos las prostaglandinas y las cininas renales, que son sustancias vasodilatadoras que provocan un
aumento de la velocidad de filtración glomerular aumentando la excreción de Na+.
Otro factor importante es el PAN (péptido atrial natriurético). Cuando aumentaba el volumen circulante efectivo, se
producía un estiramiento del músculo cardíaco auricular que libera el PAN, con acciones encaminadas a perder
volumen.
En primer lugar, a nivel hipotalámico va a inhibir la ADH para que no se reabsorba agua, aumentando la cantidad de
Na+ y agua excretados. Después, en el riñón inhibe la secreción de renina, dejando de producirse angiotensina II y
aldosterona, lo que disminuye la reabsorción de Na+. Además aumenta la tasa de filtración glomerular, aumentando
la cantidad de Na+ y agua excretado. También tenemos una inhibición de la secreción de aldosterona directamente
por parte de la corteza suprarrenal. Por último, a nivel del centro cardiovascular del bulbo raquídeo disminuye la
actividad del SNS, lo que junto a la disminución de la renina conlleva a un descenso de la PA.
En la primera gráfica podemos ver como en condiciones normales al aumentar la ingesta de Na+ prácticamente no
aumenta la concentración plasmática de Na+. Sin embargo, si se inhibe el sistema ADH-sed, la concentración
plasmática de Na+ aumenta notablemente, ya que no existe ningún otro mecanismo capaz de regular adecuadamente
la osmolaridad y la concentración plasmática de Na+.
En la segunda gráfica en cambio vemos lo que ocurre cuando se inhibe el sistema angiotensina II- aldosterona. En este
caso, al aumentar la ingesta de Na+ apenas varía su concentración plasmática, lo que nos indica que este sistema
influye en la velocidad de excreción de Na+ pero interviene muy poco en la regulación de su concentración plasmática.
En este esquema tenemos la compensación homeostática ante una deshidratación grave.
Si nos deshidratamos, perdiendo más agua que solutos aumentará nuestra osmolaridad y disminuirá el volumen
sanguíneo y la PA. En primer lugar, se van a poner en marcha los osmorreceptores
hipotalámicos que mandar la información a los NSO y NPV para producir ADH y estimular el mecanismo de la sed.
Además, como el riñón va a filtrar menos se va a producir más renina y angiotensina II que estimula el mecanismo de
la sed y la producción de ADH. Estos mecanismos van a aumentar la ingesta y la reabsorción
de agua, aumentando el volumen.
Por otro lado, los barorreceptores, que estimulan el SNS e inhiben el SNP van a aumentar el volumen/minuto. Esto a
nivel del corazón va a aumentar la frecuencia cardíaca y la fuerza contráctil, y a nivel de las arteriolas, junto a la
angiotensina II, va a producir vasoconstricción, aumentando la resistencia periférica y la PA.
¿Por qué el déficit de Na+, un estímulo que aumenta los niveles plasmáticos de aldosterona, no provoca un aumento
de la excreción de K+?
Porque la excreción renal de Na+ y K+ es independiente. La excreción renal neta de K+ puede estar determinada por
efectos de contraequilibrio.
Si aumenta volumen y osmolaridad, como ocurre con una ingesta de una solución salina hipertónica, va a aumentar
la excreción de orina hipertónica. Si aumentamos volumen pero no cambia la osmolaridad, como ante una ingesta de
algo isotónico, se va a excretar orina isotónica. Si aumenta el volumen y disminuye la osmolaridad, como al beber una
gran cantidad de agua, se excreta una orina muy diluida.
Si el volumen es constante pero aumenta la osmolaridad, como al ingerir sal sin beber agua, se excreta orina
hipertónica y se desencadena el mecanismo de la sed. Si el volumen es constante pero disminuye la osmolaridad, por
ejemplo al beber agua después de sudar, se recomienda tomar una bebida isotónica.
Si disminuye el volumen y aumenta la osmolaridad, podemos entrar en deshidratación, situación en la que se excreta
orina hipertónica y se desencadena el mecanismo de la sed. Si disminuye el volumen y la osmolaridad no cambia,
como ante una hemorragia, se necesita una transfusión sanguínea o una solución isotónica (según la gravedad, no le
deis un aquarius a un señor desangrándose). Por último, si disminuye el volumen y disminuye la osmolaridad, situación
muy infrecuente, se va a producir una compensación incompleta de una deshidratación.
Tiene que haber un EQUILIBRIO entre la ingestión o producción de H+ y su pérdida, de manera que mantengamos un
nivel de H+ constante.
¿QUÉ ES UN ÁCIDO?
Un ÁCIDO es una sustancia que cede iones H+, de manera que cuando lo encontramos en
una solución se disocia en un H+ y un anión.
Algunos de los ácidos que podemos encontrar en el organismo son el ácido clorhídrico, el ácido sulfúrico, el ácido
nítrico, el ácido fosfórico, el ion amonio, el ácido acético o el ácido carbónico.
La velocidad de la reacción de asociación depende de la concentración del anión por la concentración del H+, de
manera que, si duplicamos la concentración de cualquiera de los dos, se duplica la velocidad de la reacción de
asociación. Por su parte, la velocidad de la reacción de disociación depende de la concentración del ácido.
Cuando la velocidad de la reacción de asociación es igual a la velocidad de la reacción de disociación, es decir, cuando
llegamos al equilibrio, las concentraciones del ácido, del H+ y del anión no varían, van a ser constantes. Esto no quiere
decir que no haya asociación y disociación, sino que se producen en la misma medida, por lo que las concentraciones
no varían.
Cuando tenemos un ácido con una constante de equilibrio PEQUEÑA, se va a disociar parcialmente, elevando en
menor medida la concentración de H+ de la solución. Esto es lo que llamamos un ÁCIDO DÉBIL, cómo el ácido
carbónico, el ácido láctico, el ion amonio, el fosfato monobásico o el ácido acético.
Todos los MECANISMOS REGULADORES van a estar formados por ÁCIDOS y BASES DÉBILES.
Como la constante de solubilidad tiene valores muy pequeños, se usa una escala logarítmica. La
pK y la Ka van a la inversa, de manera que, si tenemos un ácido fuerte, tendremos una Ka muy
alta y una pK muy pequeña. Si en cambio tenemos un ácido débil, tendremos una Ka muy
pequeña y una pK muy grande.
Un cambio de una unidad de pH implica 10 veces más o 10 veces menos concentración de H+, por lo que, aunque
parezca un cambio pequeño, en concentración de H+ es muy grande.
En sangre arterial el pH va a ser de 7’40, mientras que en sangre venosa y en el espacio intersticial va a ser de 7’35. Es
más ácido porque tenemos una mayor concentración de CO2, que reacciona con el agua formando ácido carbónico
que se disocia en bicarbonato y H+. Dentro de las células el pH va a ser más ácido, entre 6-7’4 porque el metabolismo
celular está produciendo mucho ácido.
En la orina el pH puede variar desde 4’5 hasta 8. Esto se debe a que nuestro organismo va a regular el equilibrio ácido-
base mediante la orina, de manera que si estamos acidificados la orina será ácida para perder H+ y si estamos
alcalinizados será básica para perder bases. El estómago es muy ácido, tiene una gran concentración de H+ que dan
lugar a un pH de 0’8.
Cuando tenemos un ácido disociado al 50%, la concentración de anión es igual a la concentración de ácido, de manera
que nos queda que el pH es igual a la pK más el log(1), de manera que el pH es igual a la pK.
En un sujeto sano, el ritmo ventilatorio está coordinado con la producción de CO2, de manera que la producción
metabólica de CO2 no va a suponer un exceso de ácido para el organismo porque lo eliminamos por la VENTILACIÓN.
Cuando tenemos una enfermedad respiratoria y el pulmón hipoventila, no se elimina el exceso de CO2 y vamos a tener
una Acidosis Respiratoria..
El metabolismo completo de los Hidratos de carbono y de los Ácidos grasos va a dar CO2 y agua (aquí el CO2 es
eliminado fácilmente a través de la respiración, evitando una acumulación significativa).
Sin embargo, el metabolismo incompleto de los hidratos de carbono va a dar ÁCIDO LÁCTICO, por ejemplo, ante
problemas circulatorios o un ejercicio muy violento, acidificando el organismo. Por otro lado, el metabolismo
incompleto de los ácidos grasos, por ejemplo, en un diabético mal controlado, en el alcoholismo o en la inanición va a
dar lugar a los CUERPOS CETÓNICOS (ácido acético, ácido 3β-hidroxibutírico), acidificando el organismo.
Por lo tanto, en un sujeto sano se nos pueden producir H+ por el metabolismo de proteínas y el metabolismo
incompleto de hidratos de carbono y ácidos grasos.
Además, se van a producir una serie de reacciones que van a consumir H+, lo que ocurre principalmente en el
METABOLISMO DE ANIONES ORGÁNICOS cómo el citrato, el lactato o el acetato, que se van a combinar con O2 y H+
para formar CO2 y agua. Estos aniones orgánicos provienen de la fruta y los vegetales.
Debido a esto, un sujeto con una DIETA MIXTA estará algo acidificado, teniendo un exceso de ácido de 50-100mEq/día,
mientras que en una persona VEGETARIANA O VEGANA habrá un menor consumo de proteínas y un mayor consumo
de frutas y vegetales, haciendo que estén alcalinizados. Esto va a hacer que los mecanismos reguladores intenten
ahorrar ácido en vez de ahorra bases, como ocurre en las personas que siguen una dieta mixta.
En primer lugar, tenemos los AMORTIGUADORES QUÍMICOS DEL pH que tenemos en todo el organismo. Este
mecanismo se va a poner en marcha de forma prácticamente instantánea (décimas de segundo) cuando se produce
un desequilibrio, pero NUNCA va a solucionar el problema, solo lo mitiga.
• Ácido o base fija: no se puede eliminar vía respiratoria, sólo vía renal
• Ácido o base volátil: se elimina vía respiratoria, como el CO2
Los amortiguadores químicos del pH van a hacer que cuando añadamos un ácido a una solución el pH baje, pero menos
que si no lo tuviéramos. Y, al contrario, cuando añadamos una base a una solución el pH va a subir, pero menos que
sin el amortiguador.
Están formados por un PAR ÁCIDO-BASE CONJUGADOS, es decir, por un ácido débil y su base conjugada. La única
diferencia entre un ácido y su base conjugada va a ser que el primero tiene el H+ y la segunda no.
El amortiguador NO EVITA que aumenten los H+ y disminuya el pH, pero SÍ hace que aumenten menos los H+ y
disminuya menos el pH. Si adicionamos un ácido, en presencia de amortiguador químico, los H+ aumentan, pero menos,
porque parte de los H+ van a estar unidos a la base débil, formando la porción ácida. Cuando se adiciona una base en
presencia de amortiguador, H+ disminuye, pero menos. Reducen el problema, baja menos el pH o aumenta menos el
pH.
CAMBIO DE pH
El cambio de pH de la solución va a depender de varios factores:
• Por un lado, de la CANTIDAD del ácido o Base añadido (no es lo mismo 1 mol que 100 mol) y de la NATURALEZA
del Ácido o Base añadido. Por ejemplo, un ácido fuerte se va a disociar totalmente elevando mucho la
concentración de H+ de la solución, mientras que un ácido débil se disociará parcialmente, elevando menos la
concentración de H+ de la solución.
• Por otro lado, el cambio de pH va a depender de la EFICACIA DEL AMORTIGUADOR.
o En primer lugar, va a depender de su CONCENTRACIÓN; a mayor cantidad de amortiguador mejor se va
a amortiguar el desequilibrio.
o En segundo lugar, va a depender de la pK DEL AMORTIGUADOR. Cuánto más próxima esté la pK del
amortiguador al pH de la solución, más efectivo va a ser.
El amortiguador siempre va a ser más eficaz cuando el pH de la solución coincida con su pK.
Si tenemos un amortiguador disociado al 50%, con la MITAD en forma de ácido débil y la otra mitad en forma de base
débil, va a ser más eficaz porque está preparado para compensar tanto aumentos como disminuciones del pH. Si
añadimos ácido, los H+ van a reaccionar con la base débil, dando la porción ácida, de manera que se tendrán que
producir 409 milimoles de H+ para que el pH cambie una unidad. Si añadimos una base, la parte ácida cederá H+
Si en cambio tenemos mucho ácido débil y poca base débil y añadimos un ácido, se van a liberar muchos H+ y hay muy
poca base débil para captarlos, de manera que sólo vamos a necesitar 9 milimoles de H+ para que aumente en una
unidad el pH. Si añado ácido, tengo muy poca base para amortiguar el exceso de H+, por lo que con 9 milimoles ya
cambia el pH en una unidad.
Si yo tengo mucha base, y muy poco ácido (como en la derecha), si añado base, no tengo ácido suficiente que me ceda
los H+, por lo que con solo 9 miliosmoles de base, ya me aumenta el pH en una unidad (esto lo pongo yo)
Si el pH no coincide con el pK, van a estar muy a la derecha o muy a la izquierda, van a estar muy desequilibrados, de
manera, que con un pequeño aumento de H+ ya va a cambiar mucho el pH.
En la gráfica si pH < pK, significa que hay más base que ácido, y si pH > pK, significa que más ácido que base. En
cualquiera de los dos casos, la capacidad de amortiguación es menor que si pH fuese igual a pK (tenemos misma
concentración de ácido débil y base, por lo que puede amortiguar tanto aumentos como disminuciones de pH).
Por eso cuanto más cercano sea el pH de la solución al pH del amortiguador MENOR va a ser el cambio de pH y más
efectivo será el amortiguador.
Ante posibles aumentos del pH por adición de una base fuerte, esta va a reaccionar con el ácido débil, dando lugar a
una base débil y al agua. Por lo tanto, hemos sustituido la base fuerte por una base débil, de manera que va a subir
el pH, pero menos que si no tuviéramos el tampón fosfato. El pH sube menos, porque la base débil se va a disociar
solo parcialmente.
Ante posibles descensos del pH por adición de ácidos fuertes, este va a reaccionar con la base débil, dando lugar a
un ácido débil y a una sal neutra. Por lo tanto, hemos sustituido el ácido fuerte por un ácido débil, de manera que
va a bajar el pH, pero menos que si no tuviéramos el tampón fosfato. El ácido débil se disocial sólo parcialmente, por
lo que me va a elevar menos la concentración de H+ de la solución
El tampón fosfato tiene una pK de 6’8, lo que quiere decir que cuando se
encuentra en una solución con un pH de 6’8 estará disociado al 50%, tendrá
la mitad en forma de ácido débil y la otra mitad en forma de base débil, siendo
más eficaz. Está perfectamente preparado tanto para amortiguar exceso de
base o de ácido.
En la sangre tenemos un pH de 7’4 (está algo lejos, pero podría valer), por lo
que podría ser bastante efectivo. El problema es que tenemos poca cantidad
de tampón fosfato en sangre. Es decir, cumplo la condición de que pH es
similar a pK, pero no cumplo la condición de cantidad, tengo muy poco
amortiguador fosfato en sangre.
También vamos a tener una gran cantidad de fosfato en el TÚBULO CONTORNEADO PROXIMAL, ya que al
reabsorberse Na+, solutos y agua, la urea, el Cl- o los fosfatos se van a ir concentrando en el túbulo contorneado
proximal, dónde tenemos un pH de 6’8-6’9. Por lo tanto, en la luz del túbulo contorneado proximal vamos a tener por
un lado una gran cantidad de fosfatos y por otro lado un pH cercano a su pK, haciendo que este amortiguador tenga
un papel muy importante en el túbulo renal.
3.1.2. PROTEÍNAS
Las proteínas son un tipo de amortiguador MUY POTENTE al encontrarse en todas las células. Muy importante en el
compartimentos extracelular e intracelular
Tienen grupos ionizables (NH3+ y COO-), de manera que cuando se encuentran en un medio ácido pueden captar H+,
mientras que, si se encuentran en un medio básico, los ceden. Ante exceso de ácido, cogen H+ y ante exceso de base,
ceden H+. El pH del líquido cefalorraquídeo al tener pocas proteínas, con una pequeña concentración de H+, baja
mucho, es muy sensible, porque no hay proteínas apenas para amortiguar el exceso de hidrogeniones.
En sangre por ejemplo tenemos la ALBÚMINA, y dentro de los glóbulos rojos la HEMOGLOBINA. Son proteínas que
actúan como amortiguadores.
Por lo tanto, la hemoglobina es un ejemplo de proteína celular que va a amortiguar el exceso o defecto de H+.
• En primer lugar, porque tenemos en nuestro organismo los dos componentes que lo forman, tanto
bicarbonato como CO2 en grandes cantidades,
• En segundo lugar, porque su pK es de 6’1 (mitad ácido, mitad base) lo que lo hace muy eficaz en sangre. Cómo
el pH de la sangre ronda el 7’4 nos podría parecer que no va a ser tan eficaz, pero ahora veremos por qué si lo
es. El CO2 puede variar su concentración rápidamente.
• También va a ser muy importante porque los dos amortiguadores fisiológicos que tenemos, pulmón y riñón,
van a trabajar con los dos elementos que lo forman. El riñón trabaja con el bicarbonato y el pulmón con el
CO2.
El 6’1 es la constante de disociación del ácido carbónico y la constante de equilibrio entre ácido carbónico y CO2. En el
numerador tenemos la concentración de bicarbonato (24mmol/L), y en el denominador la concentración de CO2
disuelto, que es igual a la PCO2 por su coeficiente de solubilidad (0,03). Esto nos va a dar un pH de 7’4, que es el pH
de la sangre.
Tenemos un tubo cerrado con sangre, en el que tendremos la concentración normal de bicarbonato (24 mmol/L) y de
CO2 disuelto (1’2 mmol/L). Si le añadimos 10 mmol/L de HCl, un ácido fuerte, este se va a disociar totalmente
produciendo 10 mmol/L de H+.
Estos se unirán a 10 mmol/L de bicarbonato, de manera que se nos van a consumir 10 mmol/L de bicarbonato,
quedándonos 14 mmol/L de bicarbonato. Esto va a hacer que se produzcan 10 mmol/L de CO2, así que ahora
tendremos 11’2 mmol/L de CO2. Si calculamos el pH de esta sangre, nos dará 6’2.
Lo que ocurre es que el amortiguador funciona en un SISTEMA ABIERTO, de manera que las concentraciones de los
componentes pueden variar rápidamente. Cuando añadimos 10mmol/L de HCl, se producirán 10 mmol/L de H+ que
se combinarán con 10 mmol/L de bicarbonato, quedándonos 14 mmol/L de bicarbonato. Pero el CO2 no va a
aumentar porque la ventilación hace que se normalicen sus valores. Si ahora calculamos el pH de esta sangre, nos
dará 7’17, es decir, el descenso del pH ha sido menor.
Pero, además, el descenso de pH va a ser detectado por los quimiorreceptores periféricos, que aumentan la
ventilación haciendo que no sólo no aumente el CO2 disuelto en sangre, sino que disminuya. Al calcular ahora el pH,
este será de 7’29, por lo que gracias al amortiguador conseguimos que el pH baje a 7’29 en vez de a 6’2.
Todos van a coger o ceder H+, siendo más o menos eficaces en función de su pK y de su concentración. Podemos
calcular el pH de un compartimento con los datos de cualquiera de los amortiguadores, porque TODOS van a estar
equilibrados con la concentración de H+ de ese compartimento.
Vamos a tener todos los amortiguadores en todas partes, peo unos van a ser más eficaces que otros, porque se
encuentran a mayor concentración y porque su pK coincide o es más similar con el pH de ese compartimento. Por
ejemplo, si añadimos un ácido fuerte, todos los amortiguadores intentarán coger H+, unos más que otros.
Por ejemplo, en el líquido extracelular (sangre), tenemos los tres tipos de tampones, pero el que va a amortiguar una
mayor concentración de H+ va a ser el tampón bicarbonato-CO2, pero los pocos fosfatos que hayan en sangre o las
proteínas, habrán cogido algún H+. En el líquido intracelular, el tampón más importante va a ser las proteínas, pero
también fosfatos, y en el hueso el fosfato. Puede utilizar los datos de cualquier amortiguador, porque todos van estar
equilibrados con la misma concentración de H+.
También vimos como la VENTILACIÓN ALVEOLAR estaba en relación inversa con la PCO2,
de manera que si aumenta la ventilación disminuye la PCO2 y si disminuye la ventilación
aumenta la PCO2.
Si hiperventilamos vamos a disminuir los niveles de CO2, de manera que se van a consumir H+ para unirse a
bicarbonato y formar ácido carbónico que se disociará en agua y CO2, normalizado los niveles de este último. Cómo
estamos consumiendo H+, al HIPERVENTILAR nos ALCALINIZAMOS, es decir, sube el pH de la sangre, entrando en lo
que se conoce como ALCALOSIS RESPIRATORIA.
Si en cambio hipoventilamos se acumula CO2, que se une al agua formando ácido carbónico que se disocia en
bicarbonato y H+. Cómo estamos aumentando la concentración de H+, el pH disminuye, nos ACIDIFICAMOS, entrando
en lo que se conoce como ACIDOSIS RESPIRATORIA.
Aumentando o disminuyendo el RITMO RESPIRATORIO podemos alterar el pH
de la sangre, por lo que el funcionamiento anormal del sistema respiratorio
producirá alteraciones en el pH de la sangre.
En esta otra gráfica vemos como a la inversa también ocurre esto. Cuando
disminuye el pH de la sangre, aumenta la concentración de H+, lo que es
detectado por los quimiorreceptores periféricos y aumentan la ventilación.
Si aumenta el pH disminuye la concentración de H+ y
disminuye la ventilación para acumular CO2 y normalizar el pH.
Por lo tanto, los cambios de ventilación van a provocar cambios de pH, y los cambios de pH van a provocar cambios
de ventilación.
Cuando se hace un análisis de orina siempre se mira la ACIDEZ TITULABLE. En primer lugar, se mide el pH de la orina,
que como estará acidificada estará alrededor de 5. Después, se va a ir añadiendo NaOH, una base fuerte, para ir
subiendo el pH hasta 7’4. Si la persona fuese vegetariana y tuviese una orina básica, se añadiría un ácido.
Lo que están haciendo con esto es invertir lo que ha hecho el riñón. El riñón quería eliminar el exceso de ácido, por
lo que ha mandado los H+ a la luz tubular. Cómo solo una pequeña parte de los H+ puede ir disuelta, la mayor parte
de los H+ que eliminamos en la orina irán unidos a amortiguadores urinarios como el tampón fosfato o el amonio.
Por lo tanto, el riñón envía los H+ a la luz tubular para que reaccionen con las bases débiles de los tampones para
formar el ácido débil que se excretará en la orina.
En el laboratorio invierten esta reacción, van añadiendo una base que reaccionará con el ácido débil dando una base
débil. Cuando llegan al pH de 7’4, la cantidad de base que han añadido para subir el pH de 5 a 7’4 será igual a la
cantidad de H+ que ha secretado el riñón para bajar el pH de 7’4 a 5.
El amonio tiene una pK de 9, y como estamos tamponando de 5 a 7’4 no se altera.
Por lo tanto, la acidez titulable es la cantidad de ácido que excretamos en la orina unido a amortiguadores urinarios,
fundamentalmente fosfato.
En la luz del túbulo a este nivel tenemos menos amortiguadores urinarios porque ya se han gastado en la parte
proximal, haciendo que el pH en la luz del túbulo disminuya a 3-5, dando lugar a una Orina muy ácida.
Por otro lado, tenemos las CÉLULAS INTERCALARES TIPO B/β que
tienen las bombas situadas al revés, es decir, en la membrana luminal
tienen el antiportador que saca bicarbonato y mete Cl- y en la
membrana basolateral tienen los transportes activos primarios que
sacan H+ y los que sacan H+ y meten K+.
A nivel del túbulo contorneado proximal, en las células epiteliales podemos encontrar en la membrana basolateral
bombas Na+-K+ que mantienen bajos los niveles de Na+ dentro de la célula. Esto hacía que el Na+ que se había filtrado
se reabsorbiese a favor de gradiente de concentración por varios mecanismos, entre ellos el antiportador Na+-H+ que
metía Na+ y secretaba H+ a la luz tubular.
Estos H+ vienen de que en estas células tenemos CO2 que se hidrata, dando
lugar a ácido carbónico que se disocia a bicarbonato y H+. Una vez que salen
los H+, se unen al bicarbonato presente en la luz tubular que se había
filtrado y dan lugar al ácido carbónico que se disocia en CO2 y agua con la
ayuda de la anhidrasa carbónica. Este CO2 difunde a la célula, donde se
vuelve a hidratar formando de nuevo ácido carbónico.
Friendly reminder: la acidez titulable era ácido que excretábamos en la orina unido a amortiguadores urinarios, siendo
estos fundamentalmente fosfatos.
Al igual que antes, el CO2 en la célula se hidrata formando ácido carbónico que se disocia en bicarbonato e H+. Los H+
se secretan en antiporte con el Na+ y se unen al tampón fosfato siendo excretados en la orina, mientras que el
bicarbonato se va a reabsorber por TRANSPORTE ACTIVO SECUNDARIO acoplado a Na+.
Por cada H+ que la célula secreta y que excretamos en forma de acidez titulable, un bicarbonato pasa a la sangre, pero
en este caso este bicarbonato es ‘’nuevo’’, no viene del bicarbonato que se ha filtrado, viene de la hidratación del
CO2 que tenemos en la célula.
Por lo tanto, la acidez titulable es un mecanismo que tiene el riñón para excretar ácido y reponer los niveles de
bicarbonato plasmático. Si estamos ACIDIFICADOS, el tampón bicarbonato-CO2 habrá estado funcionando en la sangre
y se habrá gastado, con este mecanismo lo reponemos.
• EXCRECIÓN DE AMONIO
Cuantitativamente es el mecanismo MÁS IMPORTANTE, pero el más lento. Tanto en el túbulo contorneado proximal
como en el asa ascendente de Henle o en el túbulo distal las células a partir de GLUTAMINA que llega a la sangre
sintetizan amonio. A partir de una serie de reacciones se van a producir 2 IONES AMONIO y 1 α-cetoglutarato.
*No te olvides de las bombas Na+-K+ de las membranas basolaterales, que son las que hacen que el Na+ entre a favor
de gradiente intercambiándose con el amonio
Los iones amonio se van a secretar a la luz tubular mediante
TRANSPORTE ACTIVO SECUNDARIO acoplado a la entrada de Na+.
Además, las células tienen CO2 que se hidrata formando ácido carbónico
que nos da bicarbonato y H+. Los H+ se unen al α-cetoglutarato para
formar glucosa o CO2 y agua, mientras que el bicarbonato se reabsorbe
mediante un transporte acoplado a la reabsorción de Na+.
Por lo tanto, por cada H+ que se secretan a la luz tubular en forma de ion amonio se reabsorbe un bicarbonato al
plasma. Este bicarbonato también es nuevo, no se ha reabsorbido de la luz tubular, sino que viene del CO2. Por lo
tanto, la excreción de amonio en el riñón es un proceso que sirve para perder ácido y para reponer los niveles de
bicarbonato plasmático que se había consumido con el tampón bicarbonato-CO2.
En resumen, la EXCRECIÓN DE ACIDEZ TITULABLE y de AMONIO son los dos mecanismos que utiliza el riñón para
reponer el bicarbonato que se ha gastado en el tampón bicarbonato-CO2.
• Si no estamos muy acidificados (en condiciones normales), la excreción de H+ en la orina se debe la mitad a la
excreción en forma de ion amonio y la otra mitad a la excreción en forma de acidez titulable.
• Cuando estamos acidificados 2/3 de los H+ van a ir en forma de amonio y 1/3 en forma de acidez titulable,
de manera que cuando el riñón necesita perder más ácido se estimula la síntesis de amonio a partir de la
glutamina. Sin embargo, este proceso lleva 3-5 días, por lo que la amortiguación renal es un PROCESO LENTO.
En un sujeto que sigue una dieta mixta y está acidificado el riñón va a intentar secretar H+ y reponer bicarbonato. Si
queremos saber la excreción neta de ácido calcularemos la excreción de amonio (concentración de amonio en orina
por volumen de orina diario) más la excreción de ácido titulable menos la excreción de bicarbonato. Se le resta la
excreción de bicarbonato,
porque si perdemos
bicarbonato estamos
perdiendo base y nos está quedando
un H+ libre. En principio si
estamos acidificados, lo normal es tener amonio alto, acidez titulable alto y bicarbonato 0, pero si hubiese algo, se lo
restamos porque si hemos perdido una base, hemos dejado desparejado un hidrogenión.
Si aumenta la acidez del organismo, aumentará la excreción de amonio y de
acidez titulable y disminuirá la excreción de bicarbonato. Al contrario, si
disminuye la acidez del organismo, no habrá excreción de amonio y acidez
titulable y aumentará mucho la excreción de bicarbonato.
Al estar alcalinizados (en un vegetariano) no podemos perder ácido, no
reabsorbemos bicarbonato y todo el que se filtra se excreta. Cuando hay
exceso de base, el riñón no va a excretar H+ a la luz tubular, con lo cual no se
produce ni amonio ni acidez titulable. Como no secreta H+, el bicarbonato
filtrado se excreta.
El riñón siempre va a intentar perder ácido o perder base en función de las necesidades del organismo.
FACTORES QUE AFECTAN A LA EXCRECIÓN RENAL DE H+
• Descenso del pH intracelular: cuando estamos en acidosis aumenta la concentración de H+ dentro de la célula, lo
que estimula las bombas que secretan H+ a la luz tubular.
• Cambios en la actividad de la anhidrasa carbónica: va a haber fármacos que modifiquen su actividad. Si se activa
la anhidrasa carbónica se van a producir más H+, aumentará su secreción y por lo tanto su excreción.
• Hipopotasemia: cuando disminuye el K+ este se va a reabsorber, poniendo en marcha bombas que secretan H+
aumentando su excreción.
• Reabsorción de Na+: en cualquier situación que aumente la reabsorción de Na+ van a aumentar la bombas por las
que este entra, incluidas las bombas que metían Na+ y secretaban H+, por lo que aumentará su excreción.
• PCO2: siempre que aumenta la PCO2 este difunde y se hidrata, dando lugar a ácido carbónico que se disocia en
bicarbonato y H+, por lo que aumenta su excreción.
• Aldosterona: cuando se elevan los niveles plasmáticos de aldosterona aumenta la actividad de la bomba Na+-H+,
favoreciendo la reabsorción de Na+ y haciendo que se secreten y excreten más H+.
En esta situación, al disminuir el ritmo ventilatorio se nos va a empezar a acumular el CO2. Este se va a hidratar, dando
lugar a bicarbonato y H+. Al aumentar la concentración de H+, el pH va a disminuir. En una ACIDOSIS RESPIRATORIA
AGUDA, el riñón NO ha tenido tiempo de actuar por lo que el bicarbonato estará en valores normales o muy
ligeramente aumentado.
ACIDOSIS RESPIRATORIA AGUDA (sin compensar): CO2 alto, pH bajo, bicarbonato normal o poco elevado
Cuando esto ocurre, se van a poner en marcha los mecanismos compensatorios. En primer lugar, los Amortiguadores
químicos captarán el exceso de H+, sobre todo los fosfatos y proteínas. Los H+ unidos al componente básico de los
amortiguadores, sobre todo fosfatos y proteínas.
Al cabo de unas horas entrará en funcionamiento el pulmón, aumentando la ventilación para eliminar una mayor
cantidad de CO2 y así consumir H+. Cómo el origen del problema es respiratorio, esto NO va a ser muy eficaz.
Por último, pasados unos días empezará a actuar el riñón, aumentando la excreción de H+ y la reabsorción de
bicarbonato. En la acidosis respiratoria crónica, el riñón intentará elevar los niveles de bicarbonato para que el pH no
baje tanto. No lo corrige del todo, pero sí consigue que disminuya menos hasta que se solucione el problema de origen
respiratorio.
ACIDOSIS RESPIRATORIA CRÓNICA (compensada): CO2 alto, pH bajo (algo menos), bicarbonato alto
Si miramos la ecuación, el pH ha disminuido porque el CO2 ha aumentado, así que el riñón intentará aumentar el
bicarbonato para compensar el pH.
ALCALOSIS RESPIRATORIA AGUDA (sin compensar): pH alto, CO2 bajo y bicarbonato normal o un poco disminuido.
Cuando esto ocurre, se van a poner en marcha los mecanismos compensatorios. En primer lugar, se pondrán en marcha
los amortiguadores químicos (fosfatos y proteínas) liberando H+ que se unirán al exceso de base.
En segundo lugar, el pulmón disminuirá la ventilación para acumular CO2 y normalizar el pH, sin embargo, como el
problema es de origen respiratorio, esto no va a ser muy eficaz.
Por último, actuará el riñón disminuyendo la excreción de H+ y la reabsorción de bicarbonato para intentar disminuir
el pH.
ALCALOSIS RESPIRATORIA CRÓNICA (compensada): CO2 bajo, pH alto (pero algo menos) y bicarbonato bajo
Si miramos la ecuación, el pH ha aumentado porque el CO2 ha disminuido, así que el riñón intentará disminuir el
bicarbonato para compensar el pH.
4.3. ACIDOSIS METABÓLICA
Su causa principal es el aumento de ácidos fijos, por ejemplo, por fracaso renal, diabetes mellitus, acidosis láctica o
ingestión de ácidos, o la pérdida de bicarbonato, ya sea por diarrea o porque existe una excreción anormal de
bicarbonato.
En esta situación tendremos aumento de H+ y pérdida de bicarbonato, o porque lo perdemos directamente o porque
al aumentar los ácidos fijos se consume para neutralizarlos. El pH va a disminuir, y el CO2 inicialmente estará normal.
ACIDOSIS METABÓLICA AGUDA (sin compensar): bicarbonato bajo, pH bajo, CO2 normal
Cuando esto ocurre, se ponen en marcha los mecanismos compensatorios. En primer lugar, actuarán los
amortiguadores químicos uniéndose al exceso de H+ para intentar aumentar el pH.
En segundo lugar, el pulmón aumentará la ventilación para consumir H+ y subir el pH. En este caso, como la causa del
problema no es respiratoria, el pulmón si va a poder compensar el pH pero no arreglará el problema hasta que
desaparezca lo que lo ha causado. Como el pulmón tarda solo unas horas en compensar el problema, es difícil ver una
acidosis metabólica en clínica.
Al cabo de unos días se pondrá en marcha la compensación renal, de manera que el riñón aumentará la excreción de
H+ y la reabsorción de bicarbonato. Según la causa de la acidosis metabólica, la acción del riñón servirá o no.
ACIDOSIS METABÓLICA CRÓNICA (compensada): bicarbonato bajo, pH bajo (pero menos) y CO2 bajo
Si miramos la ecuación, el pH ha disminuido porque el bicarbonato ha disminuido, así que el pulmón intentará
disminuir el CO2 para compensar el pH.
En segundo lugar, el pulmón disminuirá la ventilación para que se acumule CO2 y aumentar la concentración de H+,
intentando bajar el pH.
ALCALOSIS METABÓLICA CRÓNICA (compensada): bicarbonato alto, pH alto (pero menos), CO2 alto
Si miramos la ecuación, el pH ha aumentado porque el bicarbonato ha aumentado, así que el pulmón intentará
aumentar el CO2 para compensar el pH, disminuyendo la ventilación.
Los valores normales de CO2 son entre 35-45 mmHg y los valores normales de
bicarbonato son entre 22-26 mEq/L.
Para realizar los diagnósticos ácido base primero miraremos el pH. Si es menor de 7’35 estaremos ante una acidosis,
mientras que si está por encima de 7’45 habrá una alcalosis.
Dentro de la acidosis, para ver si el origen del problema es metabólico o respiratorio, tenemos que pensar en cómo
deberían estar el resto de los parámetros en cada caso. Si la acidosis fuera metabólica, el bicarbonato debería estar
disminuido, mientras que, si la acidosis fuera respiratoria, el CO2 debería estar aumentado. Si tenemos el bicarbonato
bajo y el CO2 alto, estaremos ante una ACIDOSIS MIXTA.
Dentro de la alcalosis, si fuera metabólica el bicarbonato debería estar alto, mientras que si fuera respiratoria el CO2
debería estar bajo. Y si el CO2 es bajo, y bicarbonato alto, tenemos una ALCALOSIS MIXTA.
En la acidosis metabólica, el pulmón va a compensar hiperventilando para consumir CO2 y gastar H+, aumentando el
pH, por lo que en una acidosis metabólica crónica tendremos el CO2 bajo y en una acidosis metabólica aguda
tendremos el CO2 normal.
En la acidosis respiratoria, el riñón va a compensar aumentando el bicarbonato, de manera que en una acidosis
respiratoria crónica tendremos el bicarbonato alto y en una acidosis respiratoria aguda tendremos el bicarbonato
normal.
En la alcalosis metabólica, el pulmón va a compensar disminuyendo la ventilación para aumentar el CO2 y los H+,
disminuyendo el pH, por lo que en una alcalosis metabólica crónica tendremos el CO2 alto, y en una alcalosis
metabólica aguda tendremos el CO2 normal.
En la alcalosis respiratoria, el riñón va a compensar disminuyendo el bicarbonato, de manera que en una alcalosis
respiratoria crónica tendremos el bicarbonato bajo, y en una alcalosis respiratoria aguda tendremos el bicarbonato
normal.
También podemos decir que una alcalosis o una acidosis están parcialmente compensadas cuando el pH aún está
fuera del rango de normalidad pero se han puesto en marcha los mecanismos compensatorios correspondientes,
modificando el CO2 o el bicarbonato según corresponda.
Si el pH es normal pero los otros valores no, sigue habiendo un problema, pero está totalmente compensado.
Para distinguir una acidosis metabólica totalmente compensada de una alcalosis respiratoria totalmente compensada,
miraremos si el pH, que se encuentra en rangos normales, está más cerca de una acidosis o de una alcalosis. Para
distinguir una acidosis respiratoria totalmente compensada de una alcalosis metabólica totalmente compensada
haremos lo mismo, miraremos el pH para ver si es más probable que hubiera una acidosis o una alcalosis.
Para saber si estamos ante un trastorno mixto o un trastorno parcialmente compensado existen tablas en las que
pone cuánto varía cada valor en cada tipo de trastorno.
DIAGRAMAS pH-BICARBONATO
También existen DIAGRAMAS pH-BICARBONATO que son
representaciones gráficas de la ecuación de Henderson-Hasselbach.
Tenemos por un lado la concentración de bicarbonato y por otro el
pH.
Además tenemos unas isobaras que reflejan la concentración o la
presión parcial de CO2 (una isobara de CO2 es una línea a lo largo de
la cual no varía la concentración de CO2).
Por último, vamos a tener unas líneas horizontales inclinadas que
nos indican si nos encontramos ante un exceso de base o un exceso
de ácido.
En el punto B tendríamos una alcalosis porque el pH es alto. Vemos que está por encima de la línea de base metabólica,
hay un exceso de bases metabólicas, por lo que es de origen metabólico. Está por debajo de los valores normales de
CO2, por lo que será una alcalosis mixta.
En el punto C tenemos una alcalosis porque el pH es alto. No está en exceso de base, por lo que su origen no es
metabólico sino respiratorio. Se encuentra por debajo de los valores normales de CO2, por lo que será una alcalosis
respiratoria compensada.
En el punto D tenemos una acidosis porque el pH es bajo. Tenemos un exceso de CO2 por lo que su origen es
respiratorio. Además, prácticamente no hay exceso de ácido metabólico (que no hemos secretado H+ para
compensarla) por lo que será aguda. Por lo tanto, es una acidosis respiratoria aguda.
En el punto E tenemos una alcalosis porque el pH es alto. Existe un exceso de base, por lo que su origen será
metabólico. Además, el CO2 está un poco aumentado, por lo que habrá empezado a compensar. Por lo tanto, es una
alcalosis metabólica compensada.
También nos podemos encontrar con este diagrama en el que nos pone
las acidosis y alcalosis respiratorias agudas y crónicas y las acidosis y
alcalosis metabólicas. En las metabólicas no distinguir entre aguda y
crónica porque como el que compensa es el pulmón y lo hace en minutos-
horas, es muy raro encontrar un trastorno de origen metabólico sin
compensar.
Aunque estos gráficos ayudan, hay que conocer la historia del paciente
para saber que ha pasado y poder diagnosticar bien el trastorno.
Llega un niño asmático con pH de 7’24, PCO2 de 65 mmHg y concentración de bicarbonato de 26mEq/L. Con esto
diríamos que tenemos unas acidosis respiratoria aguda, lo que nos cuadra porque el niño está hipoventilando.
Luego nos llega un paciente con EPOC con los mismos datos, pH de 7’24, PCO2 de 65 mmHg y concentración de
bicarbonato de 26mEq/L. Si miramos el cuadro, diremos que tiene lo mismo, pero este es un paciente con una
enfermedad respiratoria crónica, por lo que pensaríamos que tiene una acidosis respiratoria crónica, pero debería
tener el bicarbonato alto. Al preguntarle al paciente nos dice que lleva unos días con diarrea, lo que le está causando
una acidosis metabólica que explica que el bicarbonato esté bajo. Este paciente tendrá un trastorno mixto.
• Anión GAP normal → para compensar la bajada de bicarbonato sube el Cl-. Esto se conoce como Acidosis
metabólica hiperclorémica y suele deberse a una diarrea.
• Diferencia aniónica alta → el bicarbonato está bajo, pero en vez de subir el Cl- para compensar, sube otro tipo
de anión, que no estamos midiendo en un análisis de sangre normal. Esto se conoce como Acidosis metabólica
Normoclorémica, y es un trastorno más grave ya que se puede deber a fracaso renal, cetoacidosis o acidosis
láctica.