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El sistema urinario se encuentra en la cavidad abdominal y está formado por los riñones
(en los cuales se produce la orina), los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra.
En los riñones se produce un filtrado inicial de la sangre. De ese filtrado, algunas de las
moléculas son posteriormente retomadas y devueltas a los vasos sanguíneos. Tras esto el
líquido resultante, denominado orina, se recoge en conductos de cada vez más diámetro:
los conductos colectores, cálices, pelvis y uréteres.
Los uréteres salen de los riñones y transportan la orina hasta la vejiga, la cual es un
compartimento temporal de almacenamiento. Finalmente, desde la vejiga parte un
conducto denominado uretra mediante el cual se evacua la orina al exterior del
organismo.
Los riñones son órganos pares, situados a ambos lados de la columna vertebral y
adosados a la pared abdominal, en el retroperitoneo. Estructuralmente están envueltos
por una cápsula conjuntiva y de grasa, bajo la cual se encuentra la corteza renal, e
internamente a ella se dispone la médula. En la médula se aprecian unas estructuras en
forma de pirámides denominadas pirámides medulares. Cada pirámide medular
desemboca en un cáliz. Todos los cálices van a desembocar a la pelvis renal, y la pelvis
renal desembocará en el uréter.
1.1.1. La nefrona
Nefrona
Está formado por un glomérulo renal que es un entramado más o menos esférico de
capilares sanguíneos, y la cápsula de bowman. La sangre entra en el glomérulo a través
de una arteriola aferente y lo abandona mediante una arteriola eferente.
Rodeando al glomérulo se encuentra una estructura en forma de copa formada por tejido
epitelial denominada cápsula de Bowman o cápsula renal.
En ella se pueden distinguir una capa interna formada por podocitos en estrecho
contacto con los capilares sanguíneos y una capa externa formada por epitelio simple
plano.
La sangre se filtra gracias a la acción de los podocitos, que son células epiteliales muy
especializadas que se encuentran en los glomérulos de las nefronas del riñón. Más
concretamente se encuentran adheridos a la lámina basal, en la superficie externa de los
capilares. Su principal función es filtrar el plasma sanguíneo que se lleva a cabo en el
glomérulo.
El aparato yuxtaglomerular
Situado entre la arteriola aferente que llega al glomérulo, y el túbulo contorneado distal
(TCD). Se encarga de detectar variaciones en la presión de la sangre que llega al
glomérulo por la arteriola aferente y en función de las variaciones detectadas, segregar la
hormona renina para regular la permeabilidad y el calibre de los vasos sanguíneos.
Sistema vascular renal: ¿A dónde va la arteriola eferente?
La arteria renal entra por el hilio del riñón y se ramifica hasta finalmente formar el ovillo
capilar glomerular en cada nefrona.
Todos ellos se reúnen en venas cada vez de mayor calibre para salir al exterior del riñón
por el hilio, en forma de vena renal, la cual desembocará en la vena cava.
El sistema tubular se extiende desde la cápsula de Bowman hasta unirse con el túbulo
colector. Su función es modificar la composición de lo filtrado en el corpúsculo.
Es la parte más larga y contorneada del sistema tubular. Se trata de un epitelio cúbico
simple con microvellosidades en su polo apical.
Está formada por una porción recta más gruesa, que se continúa con la porción delgada
del asa de Henle, que a su vez se continúa con la porción gruesa y ascendente de dicho
asa. Se compone del túbulo recto proximal, túbulo medio (la curva) y el túbulo recto
distal.
El túbulo recto proximal posee células más planas que las del contorneado
proximal y el proceso de reabsorción en ellas es menor. A este segmento
tubular también se le denomina segmento grueso descendente del asa de
Henle. Se continúa con el segmento delgado del asa de Henle, el cual posee un
segmento descendente y otro ascendente (con forma de U).
El último tramo del asa de Henle es el tubo recto distal. Sus células casi no se
tiñen con la eosina y los límites laterales entre células casi no se distinguen. En
esta parte se sigue concentrando el filtrado y se reabsorben iones.
El tubo contorneado distal vierte en los túbulos colectores, los cuales se continúan con
los conductos colectores. Poseen células cúbicas y los límites entre las células se
aprecian claramente. Los conductos colectores se continúan con los conductos
medulares cuyo epitelio es más alto. Estos últimos son los que conducen la orina hacia la
pelvis renal.
Es la parte terminal, conduce la orina hacia los conductos colectores, que se continúan
con los conductos medulares, cuyo epitelio es más alto. Estos últimos son los que
conducen la orina hacia la pelvis renal.
Son dos conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga, donde se
almacena. Se inician donde acaba la pelvis renal, y terminan insertándose en la pared
vesical posterior.
En su interior están tapizados por una mucosa que se continúa con la de la vejiga. Al
entrar en esta, lo hacen de forma oblicua, formando un repliegue mucoso que impide
el reflujo urinario.
Capa mucosa: la capa más interna es la capa mucosa formada por urotelio de
aproximadamente 8 capas celulares y una capa de tejido conjuntivo (lamina
propia) con vasos sanguíneos. Cuando la vejiga está vacía, forma pliegues.
Capa muscular: capa de músculo liso que forma el músculo detrusor o expulsor
de la orina.
Capa adventicia: formada por tejido conjuntivo
1.3.3. La uretra
Es el conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior. Difiere en el hombre y
en la mujer.
En el hombre, la uretra es un conducto (entre 18 y 20 cm), que constituye una única vía
para expulsar al exterior tanto la orina como el esperma, por lo que se
denomina conducto urogenital. Al salir de la vejiga se introduce en la próstata, a la que
atraviesa. Después queda libre para entrar en el pene, y acabar en el meato urinario.
La orina definitiva puede contener sustancias que no fueron filtradas, sino que
se incorporaron a la luz tubular por el proceso de secreción desde la sangre al túbulo.
2.2.1. Excrección
Cada día unos 180 litros de sangre son filtrados en los riñones, de los cuales
una pequeña parte es eliminada como orina.
2.2.2. Filtración
Este proceso no permite el paso de todas las sustancias, sino que depende en gran parte
de su peso molecular. Las proteínas plasmáticas prácticamente no atraviesan
esta barrera ni los glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas.
Más del 99% del líquido filtrado retorna al plasma por reabsorción en los túbulos, por
lo que solo 1 o 2 litros son excretados en la orina.
El volumen y la composición del filtrado dependen de varios factores:
1. El flujo sanguíneo renal.
2. La barrera de filtración.
3. La diferencia de presión entre el glomérulo y la cápsula de Bowman.
Reabsorción en túbulo proximal: la mayor parte del filtrado, más de 2/3, son
reabsorbidos antes de llegar al final del túbulo proximal: los iones de sodio (Na),
nutrientes sobre todo glucosa (toda) y aminoácidos, cloro y urea (50%).
Reabsorción en asa de Henle: reabsorbe agua del líquido tubular (alrededor de
un 15%). Reabsorbe cloro y sodio del líquido tubular.
Reabsorción en túbulo distal y colector: reabsorción activa de sodio y cloro.
2.2.4. Secreción
Los túbulos distal y colector (sus células) transportan activamente iones potasio e iones
hidrógeno desde la sangre hasta el líquido tubular intercambiándolos por iones sodio.
Las células tubulares también pueden secretar ciertas sustancias como por ejemplo
la creatinina.
Cuando la cantidad de orina acumulada supera los 400/500 ml se excitan los receptores
sensibles a la distensión, localizados en la pared vesical.
Cuando las pérdidas de agua del cuerpo superan a las ganancias, situación que se conoce
como deshidratación, o cuando aumenta la concentración de sodio en el plasma, el
centro hipotalámico de la sed genera la necesidad de beber o conducta de la sed,
de cara a evitar el aumento de la concentración de los electrolitos disueltos
(osmolaridad).
El contenido líquido o acuoso del organismo humano es del 50-60% del peso total.
El volumen líquido total y la distribución del mismo también varía con la edad:
○ En niños, el agua corporal total constituye alrededor del 75% del peso corporal. A
medida que el individuo adulto envejece, la cantidad de agua corporal va
descendiendo.
○ En varones, el agua corporal constituye alrededor del 57%.
○ En mujeres, el agua corporal constituye alrededor del 47%.
2.3.2. Entrada y salida de agua del organismo
El agua entra en el organismo por el tracto digestivo por medio de los líquidos que
bebemos y los alimentos que ingerimos. Además de ello, cada célula produce agua al
catabolizar los alimentos, agua que llega al torrente sanguíneo.
Cuando las pérdidas de agua del cuerpo superan a las ganancias, situación que
se conoce como deshidratación, o cuando aumenta la concentración de sodio en el
plasma, el centro hipotalámico de la sed genera la necesidad de beber o conducta de la
sed, de cara a evitar el aumento de la concentración de los electrolitos disueltos
(osmolaridad).
Cuando disminuye la tensión arterial, las células del aparato yuxtaglomerular del riñón
al ser estimuladas secretan renina, que actúa a su vez sobre el angiotensinógeno
(hígado) de la sangre para formar angiotensina I que se convierte en angiotensina II.
La angiotensina II es uno de los vasoconstrictores más potentes. Produce
constricción arterial y aumenta la presión arterial sistólica y diastólica.
La alcalosis metabólica ocurre en pacientes con úlceras que cursan con hiperacidez
gástrica y que ingieren grandes cantidades de bicarbonato durante largos periodos de
tiempo, provocando un exceso de bases en el organismo.
Los vómitos repetidos también pueden provocar alcalosis metabólica por pérdida de
ácidos. Hay que compensarla por vía respiratoria.
Litiasis Renal
Es la formación de cálculos en las vías urinarias por el depósito de diferentes sales. Los
cálculos pueden ser de: calcio (70%), fosfatos, ácido úrico, o mezclas.
Su origen es debido a una baja ingesta de agua, aumento de pérdidas (clima cálido), gota
(aumento de ácido úrico), ingesta excesiva de calcio, infecciones urinarias de repetición
(mujer joven).
Su evolución clínica se reconoce porque los cálculos van creciendo poco a poco sin
producir síntomas hasta provocar un cólico nefrítico que se caracteriza por intenso dolor
cólico lumbar debido a la obstrucción de la vía urinaria por el cálculo y las consiguientes
contracciones del músculo de la vía, se irradia a la ingle y se acompaña de náuseas,
vómitos y sudoración. También, al obstruirse la vía urinaria se puede detener el flujo de
orina, con riesgo de infección del riñón (pielonefritis).
Glomerulonefritis
Su causa es desconocida, si bien se observa que aparecen tras una infección por
estreptococos.
Es la incapacidad de los riñones para cumplir sus funciones, que se manifiesta por una
disminución rápida del filtrado glomerular.
Oncocitoma renal
○ Orina muy concentrada: de color ámbar oscuro y con volumen escaso y olor más
intenso.
Causas: disminución de la ingesta de líquido, aumento del sudor, vómitos,
diarrea...
○ Orina muy diluida: de color amarillo pálido, más abundante y olor débil.
Causas: exceso de líquidos, diabetes mellitus…
○ Orina turbia: con mucha materia orgánica.
Causas: infección urinaria, eliminación de arena de un cálculo.
○ Orina de color rojo vivo: por la pérdida de sangre con la orina, es decir, hematuria.
○ Orina oscura: coluria. Por bilirrubinuria.
○ Orina rosada, rojiza o anaranjada: por la toma de medicamentos
diversos (antibióticos...).
○ Orina con olor dulzón, parecido a manzana: por el exceso de acetona en la orina, en
DM o en niños con bastantes horas de ayuno.
○ Orina con olor de putrefacción: causado por una infección urinaria grave.
3.2. Variaciones fisiológicas en el volumen de la orina