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UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

SUSTANCIAS ADICTIVAS: AZÚCAR

Trabajo presentado por:


Gleyris Angulo. C.I.: V- 29.717.000
Génesis Celis C.I: V-27.757.998
Paola Gil. C.I.: V- 28.470.462
Gabriela González. C.I: V- 28.243.235
Adrielis Soto. C.I.: V- 28.470.148
Gabriela Velázquez. C.I.: V- 30.029.640

Maracaibo, estado Zulia. Agosto del 2023.


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Introducción
El azúcar ha sido durante siglos una parte integral de la dieta humana, brindando una
fuente concentrada de energía y dulzura a una variedad de alimentos y bebidas. Desde tiempos
remotos, el ser humano ha buscado satisfacer su gusto por lo dulce, y el azúcar, extraído de
diversas fuentes como la caña de azúcar o la remolacha, ha sido una opción popular para
satisfacer ese anhelo. Sin embargo, en las últimas décadas, el consumo masivo de azúcar ha
aumentado significativamente, y este hábito ha suscitado una creciente preocupación en el ámbito
de la salud pública.
Aunque el azúcar es una fuente de energía necesaria para el funcionamiento del
organismo, su excesivo consumo ha sido asociado con diversos problemas de salud. Estudios
epidemiológicos han relacionado el alto consumo de azúcar con el aumento de la prevalencia de
enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e
incluso ciertos tipos de cáncer. Estos hallazgos han generado un intenso debate sobre los efectos
del azúcar en la salud y han llevado a organismos de salud a emitir recomendaciones para reducir
su consumo.
En este contexto, ha surgido el interés en comprender mejor los mecanismos que
subyacen al consumo excesivo de azúcar y su posible asociación con la adicción. Si bien el
término "adicción al azúcar" puede ser polémico y sus fundamentos aún están bajo discusión, se
han realizado investigaciones para examinar si ciertos aspectos del consumo de azúcar, como los
patrones de búsqueda de recompensa, los antojos intensos y la dificultad para controlar su
ingesta, pueden reflejar características similares a las adicciones tradicionales.
Este informe se propone analizar el azúcar desde diferentes perspectivas, comenzando con
una descripción neurobiológica que explique cómo el azúcar interactúa con el sistema de
recompensa del cerebro y cómo esto puede estar relacionado con la posible adicción. Asimismo,
se abordarán aspectos fisiológicos para comprender cómo el cuerpo procesa y utiliza el azúcar y
cómo su consumo excesivo puede afectar el equilibrio metabólico.
Luego, se explorarán los aspectos conductuales de la adicción al azúcar, investigando si
ciertos patrones de comportamiento y conductas relacionadas con su consumo pueden ser
indicativos de una posible adicción. También se analizarán los aspectos fisiológicos, centrándose
en las respuestas cerebrales y hormonales que se activan durante el consumo de azúcar y cómo
estas respuestas pueden contribuir a la posible adicción. Finalmente, se examinarán los aspectos
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psicológicos de la adicción al azúcar, considerando cómo las emociones, el estrés y otros factores
psicológicos pueden influir en el consumo de azúcar y en el desarrollo de patrones adictivos.
Es importante destacar que, si bien existe un debate en curso sobre si el azúcar puede
generar una verdadera adicción en el sentido tradicional de la palabra, comprender los
mecanismos subyacentes al consumo excesivo de azúcar y sus posibles efectos en el organismo
es fundamental para promover una alimentación saludable y tomar decisiones informadas sobre
nuestra dieta y estilo de vida. Con el conocimiento adecuado, podemos adoptar hábitos más
saludables y prevenir posibles problemas de salud relacionados con el consumo desmedido de
azúcar.
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Descripción neurobiológica
La adicción al azúcar, también conocida como dependencia del azúcar, es un fenómeno en
el cual una persona desarrolla una compulsión hacia el consumo excesivo y repetido de alimentos
y bebidas con alto contenido de azúcar (Palma et, al., 2014).. A nivel neurobiológico, este
fenómeno implica la activación de ciertos circuitos cerebrales y la liberación de
neurotransmisores que juegan un papel importante en la recompensa y el placer.
Asimismo, la vía implicada en la adicción al azúcar es el sistema de recompensa del
cerebro, que está regulado por una red de regiones cerebrales, incluyendo el núcleo accumbens, el
área tegmental ventral y la corteza prefrontal (Agüera et, al., 2016). Estas áreas son ricas en
neuronas que utilizan el neurotransmisor de la dopamina quien desempeña un papel crucial en la
regulación de la conducta y el bienestar emocional y cuando se experimenta placer o gratificación
al comer alimentos apetitivos o realizar actividades satisfactorias, se liberan niveles de dopamina
en el cerebro, crean una sensación de placer y recompensa lo cual nos motiva a repetir acciones.
Además de la dopamina, se ha demostrado que otros neurotransmisores, como la
serotonina y opioides endógenos, también están involucrados en la adicción al azúcar y pueden
contribuir a la búsqueda compulsiva de alimentos azucarados (Palma, et, al., 2014). Los primeros
cambios neuroadaptativos se manifiestan en los receptores de dopamina y existen dos tipos de
receptores: D1 y D2 donde los primeros se encargan de la excitación de la neurona post-sináptica
y los D2 inhiben la liberación de dopamina. El desequilibrio en la función entre ambos receptores
es causa de trastornos neurológicos y psiquiátricos. El consumo excesivo produce una
sobreestimulación de los receptores D1 que contribuye a la degeneración de la fisiología
neuronal. También se ha observado disminución de expresión de receptores D2 en la amígdala,
hipocampo, córtex prefrontal, estriado dorsal y sustancia negra. (Palma, et, al., 2014).
El glutamato es otro neurotransmisor que interacciona con la dopamina e interviene en la
activación de mecanismos de plasticidad sináptica y depresión a largo plazo. Este se acompaña de
alteración de la sinapsis dado por acortamiento de las dendritas neuronales y disminución de la
estimulación y del tipo de receptores de glutamato (Palma, et, al., 2014).
Un complemento de este proceso es la serotonina, que se produce en los núcleos del Rafe
y en las células enterocromafines del intestino donde su precursor es el aminoácido triptófano
(Palma, et, al., 2014), el cuál se encuentra en los alimentos ricos en carbohidratos (Salinero,
2020). Así, con la disminución del sistema serotoninérgico se eleva la necesidad de consumir
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alimentos azucarados, ya que su deficiencia da por resultado un efecto depresivo moderado. El


desarrollo de la depresión incluye una reducción del factor neurotrófico cerebral, el cual es crítico
para el ciclo vital de las neuronas, contribuyendo al descenso de la neuroplasticidad cerebral
(Salinero, 2020). Con el tiempo, el consumo excesivo de azúcar puede llevar a una adaptación
del sistema de recompensa, lo que significa que se necesita una mayor cantidad de éste para
obtener la misma sensación de placer. Esto es similar a la tolerancia que se desarrolla en otras
adicciones, como las drogas sean lícitas o ilícitas (Agüera, 2016)
Por otro lado, se ha demostrado en estudios en animales que el consumo crónico de
azúcar puede alterar la estructura del cerebro (Avena, 2008). Por ejemplo, se han observado
cambios en la sinapsis, que son conexiones entre neuronas y también puede afectar la plasticidad
cerebral, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar en respuesta a la experiencia,
es decir que esta serie de cambios puede traer implicaciones en la forma en que el cerebro
procesa la información y regula las respuestas emocionales y motivacionales.
Descripción fisiológica
Cuando se habla de azúcar, es un tema que de puede volver algo común, por el simple
hecho de estar alcance de todos, sin embargo, todos en su mayoría no conocen lo que causa en el
organismo y se olvidan del daño que causa en grandes cantidades, aún más, ignorando el hecho
de una posible adicción a un ingrediente cotidiano que se consigue en cualquier producto y que a
decir verdad, es necesaria dentro de sus límites para mantener un cuerpo activo.
Por lo tanto, el azúcar como sustancia adictiva no se queda exenta de producir alertas a
nivel fisiológico, ya que para empezar la alimentación es una necesidad básica y fisiológica que
se necesita para sobrevivir, pero en esta oportunidad, para el alto consumo del azúcar y sus
consecuencias, existe el cerebro; en el cual hay centros de placer que generan aumentos en los
niveles de satisfacción para almacenar recuerdos y volver a repetir conductas, es decir, seguir
ingiriendo.
En la investigación realizada por Partearroyo, T., Sánchez Campayo, E., Varela Moreiras,
G. (2013) que lleva por nombre “El azúcar en los distintos ciclos de la vida: desde la infancia
hasta la vejez” se afirma que hay importancia en los diferentes tipos de azúcares consumidos a
través de la dieta y la alimentación, que conlleva las diversas etapas de la vida y además agregan
las situaciones fisiológicas determinadas en el estilo de vida que maneja una persona
constantemente. Así mismo, menciona que “la principal función del azúcar es proporcionar
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energía” claramente al organismo para mantenerlo en su funcionamiento tanto por dentro como
por fuera.
Dicha investigación hace referencia a que el cerebro es el responsable solamente del 20%
del consumo que proviene de lo que conocemos como la glucosa. Mencionando que si esta baja
se hacen presente trastornos como: “debilidad, temblores, torpeza mental e incluso desmayos
(hipoglucemia).” Lo que brinda la oportunidad para confirmar la importancia del azúcar en el
organismo, ya que sigue siendo promovido su consumo para proporcionar energía y rapidez en
ciertos procesos de cada órgano, sin embargo, no es necesario llegar al punto dónde esa energía y
rapidez se vuelva incontrolable por su fácil y cantidad de acceso.
Según la American Diabetes Association, son muchos los alimentos que se convierten en
glucosa y alimentan el cerebro y el corazón. Por lo que hace menciona de una serie de actos que
podrían subir o bajar los niveles de azúcar en la sangre, como por ejemplo:
Niveles altos
● Demasiada comida, como una comida o un refrigerio con más carbohidratos de lo habitua
● Deshidratación
● No estar activo
● No hay suficiente insulina o medicamentos orales para la diabetes
● Efectos secundarios de otros medicamentos, como los esteroides o los medicamentos
antipsicóticos
● Enfermedad, estrés, períodos menstruales o dolor a corto o largo plazo (todos hacen que
tu cuerpo libere hormonas que pueden elevar los niveles de azúcar en la sangre)
Niveles bajos
● No hay suficiente comida, como una comida o un refrigerio con menos carbohidratos de
lo habitual, u omitir una comida o un refrigeri
● Alcohol, especialmente con el estómago vacío
● Demasiada insulina o medicamentos orales para la diabetes
● Efectos secundarios de otros medicamentos
● Más actividades físicas o ejercicio de lo habitual
Como todo en exceso es malo, el azúcar dentro del consumo permitido, puede producir a
favor según Álvarez (2020) alivio de malestar, calma a la ansiedad por hipoglucemia, favorece la
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asimilación de proteínas, crecimiento de tejidos y aunque no parezca creíble, ayuda a conciliar el


sueño.
Permitiendo esto reflexionar sobre el hecho de que si una persona es adicta al azúcar,
además de tener comportamientos excesivos hacía su consumo, se verá afectado con una delgada
línea que va desde sintomatología leve como una necesidad de orinar mucho o sudoración, hasta
una enfermedad crónica.
Aspectos conductuales de la adicción
La adicción al azúcar es un fenómeno cada vez más reconocido, en el que las personas
experimentan una dependencia o compulsión hacia el consumo excesivo de alimentos
azucarados. Aunque la dependencia del azúcar no está oficialmente reconocida como un trastorno
de adicción, existen evidencias de comportamientos y características comunes a otros tipos de
adicciones, tales como cambios de conducta y patrones de búsqueda de gratificación. El consumo
excesivo de alimentos y bebidas ricas en azúcares es motivado principalmente por el placer que
nos genera el sabor dulce, además de la puesta en marcha de ciertos mecanismos que se asemejan
a los que se activan en las adicciones a las drogas.
En la investigación realizada por Avena et al. (2008) se tiene en cuenta las conductas
alimentarias inadecuadas como lo son los atracones y la privación de ingesta pueden hacer que el
consumo de comidas azucaradas se vuelva una adicción y entre en las categorías de sustancias
adictivas. Esto debido a los cambios que hay en la neuroquímica del sistema límbico al consumir
el azúcar, al comparar esto se encuentra que los resultados son similares a los de otras drogas y
sustancias adictivas.
Igualmente, la Asociación Americana de de Psicología (2000) plantea que los criterios
diagnósticos para la adicción se pueden clasificar en 3 etapas: en primer lugar los atracones,
caracterizándose por una sobreingesta de la sustancia generalmente luego de un periodo de
abstinencia o privación; en segundo lugar la sensibilización, donde hay una mayor capacidad de
respuesta a los estímulos; y por último la tolerancia, donde se observa que esa capacidad de
respuesta disminuye por lo cual es sujeto necesita de más sustancia para sentir el mismo efecto.
Teniendo en cuenta esto, la investigación realizada por Avena et al. (2008) en donde se empleó
una experimentación con ratas, se descubrió que las estas presentan un patrón similar en cuanto al
comportamiento y criterios anteriormente descritos que los de una rata bajo el consumo de otras
sustancias adictivas como la cocaína y la morfina.
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Por lo tanto, la persona que presenta una “adicción” al azúcar podría caracterizarse por
comportamientos compulsivos donde existe una necesidad por buscar y consumir azúcar, lo que
puede llevar a una conducta impulsiva y la búsqueda constante de alimentos y bebidas que
contengan altas cantidades de azúcar. Igualmente, estos comportamientos se caracterizan por ser
incontrolables dado a ese deseo intenso de consumir los alimentos, a pesar de no estar
físicamente hambrientos, por lo cual también hay un consumo excesivo y pérdida del control.
Por ello es importante tener en cuenta que existe una línea muy delgada entre la
drogadicción y la conducta alimentaria, pues existen muchas drogas que actúan como anoréxicos,
por lo cual el presentar trastornos de la conducta alimentaria también es un predisponente a
consumir sustancias y volverse drogodependiente. Por otro lado, las personas ya adictas suelen
consumir altas cantidades de azúcar debido a que la misma produce opioides endógenos que les
permite sentirse mejor y más tranquilos aliviando sus estados desagradables, por lo mismo dicha
sustancia llega a ser adictiva (Rada et al., 2005).
Aspectos fisiológicos de la adicción
En la investigación realizada por García (2018) se menciona que el consumo excesivo de
azúcar, se ha relacionado con enfermedades tales como: enfermedades cardiovasculares, diabetes,
hígado graso, entre otras. sin embargo se ha podido comprobar que de igual forma puede tener
efectos negativos a nivel cerebral. produciendo tanto inflamaciones como reacciones de carácter
emocional; como puede ser hiperactividad en los niños, pero también fatiga,dificultad de la
capacidad para concentrarse y aprender así como insomnio, ansiedad o depresión. Así mismo
podemos decir que la nutrición está estrechamente relacionada con lo que se refiere a mantener
un buen funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso, por lo que la faltas o incluso el exceso
de determinados nutrientes o alimentos pueden asociarse con patologías a nivel neurológico.
Cuando consumimos alimentos que tienen azúcar en cualquiera de sus presentaciones, al
llevarnoslo a la boca tienen contacto con las papilas gustativas que se encuentran en la lengua, las
mismas mandan señales que activan nuestros receptores de lo dulce al tronco cerebral y de ahi a
diferentes área de nuestro cerebro y al córtex cerebral, esa señal que se recibe al consumir azúcar
permite activar el sistema de recompensa del cerebro, es decir, el consumo de azúcar estimula la
liberación de dopamina en nuestro cerebro, generando asi una sensacion de placer y recompensa.
por lo cual lleva a la necesidad de consumir mayores cantidades de azúcar para conseguir la
misma sensación de satisfacción.
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El aparato digestivo de igual forma se ve involucrado en este proceso, ya que en este


también hay receptores del azúcar, los cuales envían señales al cerebro para advertir si hay
sensación de saciedad o no. De esta forma, estos efectos que provoca el azúcar al cerebro nos
van indicando y explicando el por qué tenemos dificultades al momento de controlar nuestro
consumo del azúcar. De igual forma estos receptores envían señales al páncreas para que en dado
caso de que exista un exceso de azúcar el pueda producir insulina. El consumo excesivo de
azúcar puede traer como consecuencia una mayor resistencia a la insulina, lo cual puede
significar que se necesitara más insulina para poder regular los niveles de azúcar en sangre. Esto
puede aumentar el riesgo de desarrollar algunas enfermedades como diabetes tipo 2.
Podemos mencionar que el activador principal de nuestro sistema de recompensas en el
cerebro es la dopamina, se ha demostrado en diversas ocasiones que si comemos diferentes
alimentos ricos en azúcar, La respuesta que dará la dopamina estará por encima del nivel
esperado y mientras se aumenta el consumo de azúcares el sistema de recompensa mandará la
señal. Es por esta razón que cualquier comida con azúcar activa en el cerebro un efecto de placer,
de gratificación queriendo así repetir e incluso consumir cada vez más. Al consumir alimentos
ricos en azúcares el primer cambio se hace a nivel neuronal produciendo receptores de dopamina,
d1 el cual provoca la excitación post sináptica neuronal y d2 que impide que se liberen las
dopaminas. Ahora bien, el excesivo consumo del azúcar puede causar tantos problemas
neurológicos como psiquiátricos ya que hay un desequilibrio entre ambos receptores, mientras
uno provoca simulación excesiva, en el otro hay disminución.
Así como la dopamina, también la serotonina tiene un papel importante en este proceso,
ya que si ésta disminuye el efecto que producirá será depresivo y así mismo causará la necesidad
de consumir cada vez más alimentos que contengan azúcar. Por otro lado, si se consume mucha
azúcar hay un incremento gradual de dopamina hasta tal punto que el cuerpo se hace tolerante por
tal razón cada vez se consumirá más cantidad de azúcar para lograr el efecto esperado. Según una
publicación de Forbes (2012) en la actualidad el consumo de azúcares en grandes cantidades en
su mayoría está asociado a problemas mentales como la depresión, problemas en la memoria, etc.
Aspectos psicológicos de la adicción
La adicción al azúcar es un fenómeno psicológico complejo que ha sido objeto de estudio
y debate entre diversos autores y expertos en el campo de la psicología y la neurociencia. A lo
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largo de los años, se han realizado investigaciones para comprender mejor los aspectos
psicológicos de esta adicción y su impacto en la salud y el bienestar.
Uno de los enfoques importantes ha sido el estudio de los mecanismos neuroquímicos
involucrados en la adicción al azúcar. Varios autores, como Avena et al. (2008), han examinado
cómo el azúcar puede desencadenar respuestas similares a las sustancias adictivas en el cerebro.
Se ha descubierto que el consumo de azúcar puede aumentar la liberación de dopamina en
el sistema de recompensa del cerebro, lo que provoca una sensación de placer y bienestar. Esta
liberación de dopamina puede crear un ciclo de recompensa y refuerzo positivo que conduce a un
comportamiento compulsivo de búsqueda y consumo de alimentos dulces.
El papel de los factores emocionales y psicológicos también ha sido objeto de
investigación. Según Macht (2008), quien ha estudiado cómo ciertos estados de ánimo, como el
estrés y la ansiedad, pueden influir en el deseo de consumir azúcar como un mecanismo de
afrontamiento emocional. Esto sugiere que el consumo excesivo de azúcar podría estar
relacionado con una forma de autorregulación emocional, en la que las personas recurren a
alimentos dulces para aliviar el malestar emocional.
Además, se ha investigado la posible conexión entre la adicción al azúcar y la compulsión
alimentaria. Por ejemplo, Gearhart et al. (2011) han encontrado similitudes en los patrones de
búsqueda y consumo compulsivo entre los alimentos azucarados y las drogas de abuso. Esta
investigación sugiere que el azúcar puede actuar como un reforzador positivo que impulsa a las
personas a buscar más y más alimentos dulces, incluso en detrimento de su salud.
El consumo excesivo de azúcar puede tener diversos efectos psicológicos y emocionales
en las personas. A continuación, se enumeran algunas formas en las que el exceso de azúcar
puede afectar psicológicamente:
● Adicción y dependencia: Como mencioné previamente, el azúcar puede desencadenar
respuestas neuroquímicas similares a las sustancias adictivas, lo que lleva a la liberación
de dopamina y una sensación de placer y recompensa. Esto puede generar una adicción
psicológica al azúcar, haciendo que las personas busquen constantemente alimentos
dulces y tengan dificultades para controlar su consumo.
● Cambios en el estado de ánimo: El consumo de azúcar puede causar fluctuaciones en los
niveles de azúcar en sangre, lo que puede afectar el estado de ánimo. Después de un
aumento rápido de glucosa en sangre, es posible que las personas se sientan eufóricas y
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llenas de energía momentáneamente, pero luego pueden experimentar una caída brusca de
energía y sentirse irritables o cansadas.
● Ansiedad y estrés: Algunas personas pueden recurrir al consumo de alimentos azucarados
como una forma de afrontar el estrés y la ansiedad. El azúcar puede proporcionar una
sensación temporal de calma y comodidad, pero esto puede llevar a un ciclo de
dependencia emocional del azúcar como mecanismo de afrontamiento poco saludable.
● Compulsión alimentaria: El azúcar, especialmente cuando se combina con grasas y sal,
puede crear una combinación de sabores altamente palatables que pueden llevar a la
compulsión alimentaria. Las personas pueden tener dificultades para detenerse después de
consumir alimentos azucarados, lo que puede resultar en un aumento de peso y problemas
de autoestima.
● Depresión: Si bien el azúcar no causa directamente la depresión, algunas investigaciones
sugieren que una dieta alta en azúcar puede estar asociada con un mayor riesgo de
desarrollar síntomas depresivos. Esto puede deberse a las fluctuaciones en los niveles de
glucosa en sangre y la influencia de los alimentos azucarados en la salud general del
cuerpo.
● Problemas cognitivos: Estudios han demostrado que una dieta alta en azúcar puede tener
efectos negativos en la función cognitiva y el rendimiento mental. El consumo excesivo
de azúcar ha sido relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y problemas de
memoria.
Es esencial tener en cuenta que el impacto psicológico del consumo excesivo de azúcar
puede variar de una persona a otra, y factores como la genética, la salud general y el estilo de
vida también pueden influir. Mantener un equilibrio en la ingesta de azúcar y seguir una dieta
equilibrada y saludable es beneficioso para el bienestar mental y físico.
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Conclusión
La adicción al azúcar es un fenómeno en el que las personas desarrollan compulsión hacia el
consumo excesivo y repetido de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar. A nivel
neurobiológico, la activación de ciertos circuitos cerebrales y la liberación de neurotransmisores
juegan un papel importante en la recompensa y el placer. La vía implicada en la adicción al
azúcar es el sistema de recompensa del cerebro, que está regulado por una red de regiones
cerebrales. Estas áreas son ricas en neuronas que utilizan el neurotransmisor de la dopamina
quien desempeña un papel crucial en la regulación de la conducta y el bienestar emocional. El
consumo excesivo produce una sobreestimulación de los receptores D1 que contribuye a la
degeneración de la fisiología neuronal. Además de la dopamina, otros neurotransmisores, como la
serotonina y opioides endógenos, también están involucrados en la adicción al azúcar. El
consumo crónico puede alterar la estructura del cerebro y afectar la plasticidad cerebral, que es la
capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar en respuesta a la experiencia. La adicción al
azúcar es un fenómeno psicológico complejo que puede tener efectos negativos a nivel físico y
emocional. El consumo excesivo de azúcar puede estar relacionado con una forma de
autorregulación emocional, en la que las personas recurren a alimentos dulces para aliviar el
malestar emocional, y también puede estar relacionado con la compulsión alimentaria. Es
esencial mantener un equilibrio en la ingesta de azúcar y seguir una dieta equilibrada y saludable
en todo momento.
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Referencias Bibliográficas
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