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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

MEDICINA - LABORATORIO DE FISIOLOGÍA

GUIA 2

TEMA: DIGESTIÓN QUÍMICA Y ABSORCIÓN INTESTINAL

LUGAR: LABORATORIO DE FISIOLOGÍA

PRELABORATORIO

1. Realice un esquema que explique el modelo de acción enzimática digestiva.

2. Explique mediante un dibujo, el proceso de absorción intestinal de carbohidratos, lípidos


y proteínas.
LABORATORIO

Digestión química

Para la experiencia de digestión química se utilizó una preparación de galleta salada de dos
formas: la primera contenía galleta triturada a mano en un vaso al cual se le agregó agua mientras
que el segundo vaso contenía galleta masticada diluida en agua.

Galleta sin saliva Galleta con saliva


Color al agregar el yodo

El reactivo utilizado para esta experiencia fue una solución de yodo. Este compuesto es
utilizado para el reconocimiento de carbohidratos través de un viraje donde negro o marrón
oscuro es positivo para la presencia del polisacárido. El cambio en la coloración se da por la unión
de las moléculas de almidón con el yodo formando cadenas de poliyoduro por la interacción entre
la cadena lineal de amilosa (componente del almidón), las hélices que forman sus enlaces y las
moléculas de yodo. Las cadenas cortas como la amilopectina(el otro componente del almidón) no
generan hélices del tamaño suficiente para que exista la interacción de ellas con el yodo y por lo
tanto la prueba negativa se vuelve amarilla.

Para el entender el resultado de esta experiencia se debe conocer que al realizar las
masticación de la galleta esta se impregna en saliva, la cual contiene amilasa salival. La amilasa es
una enzima glucolítica que hidroliza enlaces glucosídicos degradando cadenas largas de
carbohidratos en oligosacáridos, disacáridos y monsacáridos; el almidón es un carbohidrato de
cadena larga que es digerido por la amilasa salival. De acuerdo a esto la muestra del primer vaso
no cambia de color debido a que el almidón no tiene alguna sustancia que lo degrade y el yodo es
incapaz de unirse a él, por lo que la solución no cambia de color; por otro lado, la muestra del
segundo vaso fue sometida a masticación por varios segundos permitiendo que la amilasa
presente en la saliva degrade el almidón de la galleta y el yodo pueda unirse a la cadena lineal de
amilosa de este. La solución del segundo vaso se presenta más oscura porque se adhirió a trozos
medianamente grandes de galleta que no fueron masticados correctamente además de que al ser
la amilasa una enzima está debe encontrarse en ciertas condiciones para poder actuar
correctamente como lo son el pH y la temperatura.
Absorción intestinal

En esta experiencia se ultilizaron trozos de servilletas dispuestos en diferentes formas que fueron
sumergidos en un vaso de agua: la muestra de la servilleta extendida está representada con la
marca verde, la servilleta doblada en una tira con la línea azul y la servilleta doblada hasta ser un
cuadrado se marcó con la línea amarilla del gráfico superior. Esto significa que a mayor superficie
mayor absorción puede realizar la servilleta; este mismo fenómeno pasa con el intestino. El
intestino aumenta su superficie de absorción gracias a los pliegues que forma la mucosa y por lo
tanto puede realizar una mayor absorción en una área que parece pequeña a simple vista pero
que gracias a la formación de vellosidades intestinales es capaz de aumentar su potencial.

POSTLABORATORIO

La conducta alimentaria caracteriza el proceso de alimentación en los humanos abarcando


desde el número de comidas y su tamaño hasta la selección de los alimentos para consumirlos. El
sistema nervioso a través de diversos circuitos es el encargado de percibir los estímulos internos y
externos que promueven cambios en esa conducta, sin embargo esta función se ve afectada por
estados de enfermedad y vejez, el primero alterando el estado homeostático normal y el segundo
afectando directamente las conexiones en los circuitos neuronales por degeneración de las
sinapsis y la masa encefálica, y diferenciándose uno del otro por la duración del trastorno
alimenticio del individuo.

A pesar de lo expuesto anteriormente se debe resaltar que anomalías del mismo sistema
nervioso central y las sinapsis, que no se encuentren relacionadas con el caso del envejecimiento,
pueden generar alteraciones en los patrones alimenticios como en casos de obesidad y anorexia
donde variaciones en concentración y tipo de neurotransmisores desencadenan la predisposición
a desarrollar estos desórdenes alimenticios. El centro del control homeostático del proceso
alimenticio ocurre en el hipotálamo a través de sus núcleos: ventromedial, para ventricular e
hipotalámico lateral; sin embargo Nectow et al se basan en un acercamiento al tratamiento de la
obesidad que sea independiente de neuronas reguladas por leptina y establecen otro centro
regulador de la alimentación como lo es el núcleo dorsal del mesencéfalo que controla el ingreso
de alimento y la actividad locomotora en ratones WT, pero sin funcionar de manera independiente
con los núcleos del hipotálamo.

Es importante conocer los mecanismos normales que actúan en los patrones


alimenticios para de esta manera comprender los cambios en el cuerpo en un momento de
inestabilidad; saber qué núcleo está siendo estimulados para aumentar el apetito, qué hormonas
sirven como señal al cerebro para saber las condiciones del estómago y a través de qué sentidos se
puede estimular la ingesta permite entender los sistemas que están siendo bloqueados durante
una patología o condición y estudiar los posibles tratamientos que permitirán retornar a la
homeostasis.

Se debe resaltar que esta posición es sostenible gracias al aporte científico de Bench et
al donde establece la relación de la adrenomedulina y los niveles altos de glucosa en sangre, por la
inhibición de insulina, que engañan al sistema con una señal de saciedad y puede generar un
estado anoréxico, la contribución de D´Agostino et al quien realizó un estudio sobre un
medicamento para la obesidad(lorcaserina) que utiliza receptores de serotonina para inducir la
hipofagia en los pacientes demuestra la importancia de los neurotransmisores en la regulación del
apetito y el trabajo de Critcheley y Rolls encontró que ¨el gusto por el sabor del alimento
consumido hasta la saciedad disminuía más que los alimentos que no se habían consumido. Este
proceso se denominó saciedad sensorial específica. Se encontró que cambiar el sabor, el color, la
forma y la textura de un mismo alimento conduciría a un mayor consumo de alimentos. ¨

El olfato es uno de los sentidos que estimula el apetito, además de ser un medio
evolutivo que permite saber el estado de los alimentos, sin embargo, la pérdida de este sentido no
influye en un aumento o disminución de la ingesta de alimentos solo cuando este ocurre en
individuos maduros, porque aquellos a los que se les elimina el sentido del olfato son propensos a
una ganancia de peso además de generar anormalidades metabólicas. Estas consecuencias no solo
ocurren por perdida de sentidos, sino que también por degeneración de circuitos neuronales
consecuencia de la vejez, existe la incapacidad de transmitir señales por neurotransmisores y
recibir información por estimulación vagal, en el caso del polipéptido pancreático, hasta el
hipotálamo y que este cumpla su regulación por lo tanto se interrumpe el ciclo de
retroalimentación.

Cabe resaltar que la conducta alimenticia o los patrones de alimentación pueden ser
influenciados por la sociedad y la familia; el primero genera estereotipos que principalmente se
relacionan con la aparición de la anorexia y el segundo ha creado una cultura de la alimentación
donde es impensable el desperdiciar comida y la alimentación no es balanceada lo que se asocia
con la prevalencia de la obesidad. Estos dos trastornos alimenticios nacen producto de la cultura
de la comida actual y pueden agravarse debido a las anomalías metabólicas, y por lo tanto
homeostáticas, que generan en el cuerpo.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente se puede concluir que el comportamiento


alimentario puede ser alterado por diversos componentes como lo son los sentidos, hormonas,
neurotransmisores, enfermedades y cultura, perdiéndose la homeostasis. Una falla en alguno de
los componentes que se encargan de la regulación de este sistema puede crear un efecto domino
y completo apagón en el balance del ingreso de alimento: si el individuo no es capaz de oler desde
un inicio no existe un estímulo primario que desencadene las fases de la digestión, si no existe un
péptido gastrointestinal especifico el sistema nervioso no será estimulado, o por el contrario
puede ser engañado, y si el daño se presenta a nivel nervioso las señales de respuesta e
integración no ocurren y el cuerpo se vuelve incapaz de responder adecuadamente frente a una
ingesta o falta de alimento.

BIBLIOGRAFIA

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