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1. Resumen
2. Justificación.
2.1. Pregunta problema
3. Objetivos generales y específicos
4. Definición de variables:
4.1. Enfermedad neurodegenerativa Alzheimer
4.2. Hábitos alimenticios y nutrición
4.3. Relación hábitos alimenticios y Alzheimer
5. Marco teórico
5.1. Enfermedad Alzheimer, características y etapas.
5.2. Nutrientes relacionados con la prevención del deterioro de la función
cognitiva.
5.3. Nutrientes relacionados con la prevención del deterioro de la función
cognitiva.
5.4. Comparación entre países y estrategias nutricionales
6. Método
6.1. Tipo de investigación y diseño correspondiente
6.2. Sujetos, característica de la población, muestra.
6.3. Técnica(s) e Instrumento(s) de recolección de información.
6.4. Procedimiento
1. Resumen:
La investigación es acerca de las causas del Alzheimer , no relacionadas con la genética
humana muestra una conexión entre los hábitos alimenticios y el desarrollo del deterioro
cognitivo. Se analizó al Alzheimer como enfermedad neurodegenerativa, desde un contexto
ligado a la alimentación humana, y como el desarrollo de esta a través del tiempo se ha
transformado en un factor de riesgo para las personas, aquellas que no conocen realmente lo
que ingieren. Se comprendió la cuestión desde lo macro, haciendo un análisis acerca de la
frecuencia del Alzheimer en países en los cuales la población llevaba a cabo, por cultura o
contexto, un tipo de dieta característico, como por ejemplo, la dieta occidental. También se
investigaron las causas desde lo micro, comprendiendo como distintas biomoléculas
(proteínas, lípidos y carbohidratos) y su ausencia o excesividad en el consumo diario llevan a
cabo reacciones en el sistema nervioso que incrementen o disminuyan el deterioro cognitivo,
y con esto, un inicio para el desarrollo del Alzheimer.
2. Justificación:
La enfermedad de Alzheimer (EA) es la principal causa de demencia a nivel global y su
prevalencia aumenta con el envejecimiento poblacional, su principal causa es la senilidad, es
decir, propio de la vejez, por lo tanto, la probabilidad de desarrollar Alzheimer aumenta de
acuerdo a nuestro envejecimiento. Sin embargo, según muchos estudios, el Alzheimer cursa
con otros numerosos factores de riesgo: entre estos, síntomas psicológicos, conductuales,
genéticos, estatus socioeconómico, estilo de vida, la dieta, entre otros más. La EA además de
afectar al individuo en sus funciones cognitivas, tiene un gran impacto en quienes los rodea;
su familia, además de su calidad de vida. No obstante, el grado de contribución de cada uno
de estos factores es controvertido, por lo tanto no se ha determinado completamente el rol de
la nutrición en la prevención de este o de otros tipos de demencia. (1)
Recientemente en el área de la salud hay un mayor interés por esta patología (aunque no
exista mucha información sobre esta). Esto se debe a las transformaciones de este siglo, a los
cambios recientes pero de gran importancia de nuestra sociedad con respecto a la edad. De
acuerdo al informe del año 2017 de las Naciones Unidas, actualmente la población mundial y
haciendo hincapié en la mayoría de los países del norte como Canadá, Mónaco o Alemania se
está experimentando un crecimiento exponencial de acuerdo al número de personas mayores,
se estima que Europa es donde albergar el mayor número de personas de edad avanzada en el
mundo, con un 25% con respecto a nivel mundial (2).
Los datos que nos brinda el informe de las Naciones Unidas indican que el 13 por ciento
de la población mundial posee 60 años o más esto es alrededor de 962 millones de personas
mayores y lo más sorprendente es que anualmente tiene una tasa de crecimiento del 3 por
ciento. En cuanto a las personas que superan los 80 años se dice que se va triplicar el número
en 30 años y multiplicar por siete dentro de siete décadas, se estima que para el año 2100
habrá 3100 millones de personas que superan los 80 años. Si buscamos estadísticas de años
venideros nos arrojan que en el año 2030 habrá 1400 millones de personas de edad avanzada
es decir 438 millones de personas más con respecto a la actual (2).
Toda esta preocupación se debe a que en unas décadas gracias al envejecimiento de este
colectivo, cada país tendrá que establecer más medidas y políticas para la protección y una
mejor atención a la salud a esta población, brindando una importancia a la prevención de
diversas enfermedades, además de realizar un mayor número de estudios e investigaciones
sobre distintas patologías en especial el Alzheimer, teniendo en cuenta que en el mundo hay
más de 46 millones de personas sufren demencia y solo en Asia hay alrededor de 22,9
millones (3), cifras que son alarmantes y que en un futuro podrían llegar a empeorar, por lo
tanto hay que realizar más indagaciones sobre esta, sobre ¿cuál sería su posible origen?,
¿cuáles pueden ser sus causas? para que de este modo el joven o el adulto pueda empezar a
prevenirla.
En este anteproyecto nosotros nos enfocaremos en estudiar el ámbito alimentario o
nutricional, ya que según estudios epidemiológicos, la dieta se ha identificado como un
posible factor importante en la etiopatogenia de la Enfermedad de Alzheimer, además
postulan que la EA es mucho más frecuente en EEUU y en Europa en comparación con países
como China, Japón o Nigeria. Se ha postulado que las diferencias en la ingesta de grasa y de
calorías podrían tener un papel importante (4).
Todas las enfermedades poseen los llamados factores de riesgo que son las probabilidades
de un individuo padezca una enfermedad dependiendo de ciertas circunstancias o situaciones,
con respecto a la EA existen los modificables y no modificables, como nuestro proyecto
abarca la alimentación, se va implicar los factores modificables que reúnen las enfermedades
como la diabetes mellitus tipo 2, y la obesidad (5).
Se ha descubierto recientemente que una persona que posee la diabetes tipo 2 y/o la
obesidad ya sea por culpa del sedentarismo, falta de actividad física y una dieta no saludable;
exceso de grasas y carbohidratos, puede padecer en un futuro la enfermedad de Alzheimer. Si
el individuo modifica su actividad física y cambia su régimen alimenticio puede evitar la EA,
ya que los hábitos en la dieta pueden llegar a tener un papel importante en la prevención de
esta. Los médicos recomiendan optar por una dieta mediterránea, la cual conlleva una mayor
proporción de vegetales, frutas, legumbres, cereales y aceite de oliva, menos cantidad de
carne rojas y grasas saturadas y un moderado consumo de pescado, huevo y vino; un equipo
de científicos de la universidad de Georgetown encontró que el vino tinto, las frambuesas, el
chocolate amargo y los arándanos posee un tipo de fenol natural que contribuye a la
reducción de la inflamación neuronal en consecuencia disminuye el deterioro cognitivo. Los
alimentos anteriormente mencionados aportan vitaminas y ácidos grasos insaturados, por lo
tanto el individuo llevará una mejor dieta resultando en una mejor calidad de vida. Esta dieta
debería poder reducir el estrés además está relacionada la protección cardiovascular gracias a
las acciones de los ácidos grasos insaturados en el endotelio vascular (4) (5).
Varios estudios llevados a cabos en relación a la dieta mediterránea arrojan datos
satisfactorios, se obtuvo que una persona con un alto apego a esta, puede presentar una
mayor longevidad, una reducción en un 10% del riesgo de eventos cardiovasculares,
menor prevalencia de enfermedades crónicas además de disminuir el riesgo de
deterioro cognitivo, sin embargo el estudio también arrojó que estos datos se van a lograr
independientemente si el individuo realiza o no una actividad física con regularidad (5).
Se ha encontrado que el tipo de comida que se ingiere tiene un gran impacto sobre la
memoria; según este estudio de la Universidad de Macquarie, las personas que llevaban una
dieta occidental (alta en grasas, azúcares y pobre en frutas y verduras), obtenían un peor
desempeño en pruebas de memoria, eran más lentos en el aprendizaje y recordaban peor (6).
Se cree que esto sucede porque este tipo de dieta dificulta la supresión o control de
recuerdos positivos relacionados con la comida, incluso cuando estamos saciados. Esto satura
el hipocampo, la estructura cerebral más directamente relacionada con la memoria, dificulta
nuestro aprendizaje y puede hacer más difícil la regulación de la ingesta de alimentos (6),
haciendo más probable el inicio de la obesidad y estar más propenso a desarrollar Alzheimer.
La alimentación es tan importante en el individuo que esta puede afectar las actividades
del cerebro, además puede tener impacto en otros aspecto del ser humano como en la calidad
del sueño, según un estudio de la universidad de Pensilvania las personas con sobrepeso
pasaban mayor tiempo en la fase REM del sueño (Movimientos Oculares Rápidos) y menos
en la fase no REM, durante la cual nuestro cuerpo descansa y se restaura (6). Es decir, las
personas con sobrepeso tienen peor calidad de sueño, y esto provocan que estén más
propensas a padecer esta enfermedad, esta idea está respaldada por un artículo publicado en
la revista JAMA Neurology la cual indica que una reducción en la calidad del sueño tiene
impacto en la deposición de placas beta-amiloide, un indicador del desarrollo de la
enfermedad de Alzheimer. Los autores del estudio destacaron que la deposición de placas
estuvo asociado a la calidad del sueño y no a los cambios en la cantidad de sueño. (7)
En la población mayor (que cada vez se incrementa más) la calidad de vida es muy
importante, no se trata sólo de vivir más años, sino de vivirlos mejor. En este sentido gozar de
unas capacidades cognitivas intactas o poco disminuidas es algo básico. Por eso es importante
que las personas mayores sigan una dieta equilibrada ya que de no hacerlo pueden acabar
padeciendo ciertas deficiencias vitamínicas que pueden afectar a la memoria y generar
también otras deficiencias cognitivas, el problema recae en que según estadísticas el 58% de
personas que padecen EA viven en países con rentas medias y bajas, como se dijo
anteriormente los ancianos son los más propensos a desarrollar esta enfermedad por lo tanto
deben de tener una dieta equilibrada ya que son los que más sufren de ciertos déficits
nutricionales, pero los ancianos por diversos motivos suelen tener más dificultades para llevar
una dieta equilibrada ya que con una renta media y/o baja es difícil poseer los recursos
suficientes para los gastos(8).
La ingesta de vitamina es crucial para el buen funcionamiento del cerebro, uno de las más
importante es la vitamina C (ácido ascórbico), ya que puede tener cierta relación con los
aspectos cognitivos, ciertos estudios han mostrado que a mayor ingesta mejor desempeño. Así
mismo, la ingesta de vitamina C es mayor en adultos de más de 75 años con un desempeño
cognitivo satisfactorio. Quizás se debe a su función antioxidante y a que participa en la
producción de los neurotransmisores. En relación con la ingesta de piridoxina (vitamina B6),
ocurre lo mismo que con la vitamina C, se relaciona positivamente con el desempeño
cognitivo lo mismo que la niacina (vitamina B3) así como otras de las vitaminas del
complejo B puesto que participan en el metabolismo de los neurotransmisores (8).
En definitiva, está claro que la dieta del individuo adulto debe ser variada y adecuada a sus
requerimientos ya que si es así ayuda al correcto funcionamiento del cerebro (6).
Tampoco se debe olvidar el consumo de grasas, especialmente algunos ácidos grasos como
los omega 3 y omega 6 (especialmente el ácido araquidónico). Está claro que un déficit
puede ser perjudicial, pero respecto a los omega 3 podemos ir más allá e incluso valorar
incluso hasta una posible suplementación ya que estudios recientes han sugerido su utilidad
en la función cognitiva del cerebro y la salud mental, aunque es cierto que parece que este
efecto se da más especialmente en la infancia y juventud donde puede incrementar la
memoria (8).
Las personas adultas padecen trastornos neuropsiquiátricos y neurodegenerativos con
mayor frecuencia que otros segmentos poblacionales, los ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga omega-3 de origen marino han demostrado en base a ciertos estudios su utilidad
(en forma de suplementación) en la prevención y/o el retardo de la progresión de
enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas. Los omega 3 podrían ser de utilidad en
prevención y tratamiento de enfermedades como la demencia cognitiva, depresión, trastorno
bipolar o Alzheimer (8).
El motivo por el cual los ácidos grasos omega 3 son beneficiosos se debe a que el cerebro
es particularmente sensible al daño oxidativo, y por ello, por acumulación de este tipo de
daños, se explica (entre otros motivos) que la edad sea uno de los factores de riesgo más
importantes para el desarrollo de trastornos neurológicos degenerativos Parece que los omega
3 pueden ser eficaces porque contribuyen a prevenir el daño causado por el estrés oxidativo a
nivel cerebral (8).
Por lo tanto, si el cerebro es particularmente sensible al daño oxidativo y si el
envejecimiento es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de
trastornos neurológicos degenerativos, podemos pensar que la ingesta de sustancias
antioxidantes que puedan paliar en parte el daño oxidativo y ralentizar el envejecimiento,
pueden servir de ayuda a la hora de prevenir o enlentecer el desarrollo de ciertas patologías
y/o del deterioro de la función cognitiva (8)
Además de nutrirse de forma adecuada hay que hacer hincapié en el control de peso (no
sólo importa el tipo de alimentos sino la cantidad consumida). Un exceso de alimentos en
principio beneficiosos puede acabar provocando un exceso de peso y no hay que olvidar que
la obesidad incrementa el riesgo de padecer resistencia a la insulina, diabetes y síndrome
metabólico (obesidad abdominal, hipertrigliceridemia, lipoproteínas de baja y alta densidad
hipertensión e hiperglucemia) por lo tanto incrementa el riesgo de padecer enfermedades
neurodegenerativas y deterioro cognitivo (8).
Como se mencionó al principio de texto la dieta mediterránea es balanceada, pero es
necesario conocer bien los alimentos y las funciones que éstos tienen en el sistema nervioso,
de ésta manera se podrá disfrutar de las comidas y preparaciones y al mismo tiempo mejorar
la agilidad mental (5) (9).
Los cereales y legumbres, sobre todo integrales contienen Vitaminas del complejo B, que
participan en importantes reacciones del sistema nervioso (9).
Las frutas y hortalizas brindan protección contra enfermedades degenerativas y protegen al
cerebro, esto se debe a su alto contenido de varios antioxidantes tales como la Vitamina C, A
(carotenos), flavonoides y poli fenoles (9).
Las verduras contienen ácido fólico que, entre otras funciones y en colaboración de la
vitamina B12, interviene en la eliminación de compuestos dañinos para la función
neurocognitiva (9).
Los lácteos son alimentos fuente de Calcio, un mineral requerido para la normal
transmisión de los impulsos nerviosos (9).
Las carnes aportan proteínas de alto valor biológico, las rojas además aportan hierro, un
mineral que ayuda a transportar el oxígeno al cerebro. El pescado, además aporta otros
nutrientes esenciales (ácidos grasos omega 3) necesarios para un adecuado desarrollo y
funcionamiento del sistema nervioso. Aspectos relacionados con las funciones cognitivas
(memoria, percepción, atención) se ven favorecidos con el consumo de éste nutriente. Los
ácidos grasos omega-3 facilitan la transmisión de mensajes en el sistema nervioso central.
También tienen efectos benéficos sobre el sistema cardiovascular, contribuyen a disminuir la
presión sanguínea y a reducir las concentraciones de colesterol y triglicéridos en plasma.
Contienen fósforo, un mineral de vital importancia en las membranas celulares (9).
Los aceites y frutos secos contienen Vitamina E, un potente antioxidante que protege a las
neuronas de los radicales libres. Son fuente de ácidos grasos esenciales (omega 3, 6 y 9)
sustancias involucradas en el correcto funcionamiento nervioso ya que ayudan a mejorar la
comunicación entre neuronas (9).
Todos estos datos apuntan a que la dieta, efectivamente, influye en nuestro estado
psicológico y subraya aún más la importancia de llevar una dieta saludable, esto es baja en
azúcares y sal, alimentos procesados, carnes rojas y alta en verduras, frutas, cereales
integrales, legumbres. No sólo nos sentiremos mejor físicamente sino también anímicamente
(6).
Como se observa los alimentos poseen una relevancia enorme cuando estamos hablando
del buen funcionamiento del cerebro, por lo cual con este anteproyecto se busca que las
personas tengan presente cuán importante es la alimentación, que se tengan en cuenta más a
las personas de edad avanzada que como se mencionó anteriormente es el 13% de la
población mundial y cada año esa cifra va en aumento(2), deberíamos buscar maneras que
estas personas lleguen con buenas condiciones a su edad avanzada sin muchos problemas de
salud ya que actualmente la ciencia se busca que sobrepasen los 60 años sin importar su
calidad de vida. Además se desea investigar cuáles son las posibles causas ligadas a la
alimentación del individuo que puede desarrollar la EA en unos años (6).
2.1. Pregunta problema de investigación
¿En qué medida los hábitos alimenticios adecuados permiten la prevención del deterioro
cognitivo en la enfermedad de Alzheimer?
3. Objetivo general y específicos
Objetivo general:
Dar a conocer la influencia de los hábitos alimenticios adecuados y los nutrientes de la
dieta en la prevención del deterioro cognitivo, causado por la enfermedad de Alzheimer.
Objetivos específicos:
· Se quiere analizar el papel de la nutrición en la prevención y evolución de las
enfermedades neurodegenerativas e identificar la utilidad de diferentes nutrientes (como
ácidos grasos omega 3, el ácido fólico, la dieta mediterránea, los antioxidantes y los
suplementos de vitaminas y minerales) y cómo estos pueden prevenir o disminuir el curso
clínico del deterioro cognitivo.
· Hacer comparación de distintos países y sus hábitos alimenticios con para luego poder
establecer estrategias nutricionales para promover una cultura alimenticia adecuada y
disminuir la desinformación.
· Se busca analizar la evidencia disponible y proponer recomendaciones prácticas sobre la
nutrición y los buenos hábitos alimenticios para reducir la aparición de la enfermedad de
demencia Alzheimer.
4. Definición de variables:
4.1. Enfermedad neurodegenerativa Alzheimer
El Alzheimer es la forma más común de demencia siendo un 60 a 80 % de los casos de
esta, causando problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los
síntomas generalmente se desarrollan lentamente y se caracteriza por ser una enfermedad
progresiva, en la que los síntomas de demencia empeoran gradualmente con el paso de los
años, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas. (11)
Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus
formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos.
La composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará
determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de
actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos
alimentarios. No obstante, los principios básicos de la alimentación saludable siguen siendo
los mismos.
(12)
4.3. Relación hábitos alimenticios y Alzheimer
El concepto de alimentación refiere al tipo de nutrición de una persona con base en lo
que ingiere. Los buenos hábitos alimenticios son de gran importancia al momento de
promover y mantener a lo largo de la vida una buena salud física y mental.
Los estudios epidemiológicos han demostrado una asociación clara y predominantemente
positiva entre el estado de ciertos nutrientes de la dieta y el desarrollo de la Enfermedad de
Alzheimer. (22) Como cualquier otro órgano, el cerebro se elabora a partir de sustancias
presentes en la dieta, tales como vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales y ácidos
grasos esenciales, incluidos los ácidos grasos poliinsaturados omega-3). (23)
6. Método
6.1. Tipo de investigación y diseño correspondiente
Esta investigación consiste en un estudio descriptivo que profundiza en un área
relacionada con el campo de la salud, mediante el análisis de estudios realizados previamente.
Tiene como propósito dar a conocer la influencia de los hábitos alimenticios adecuados y los
nutrientes de la dieta en la prevención del deterioro cognitivo, causado por la enfermedad de
Alzheimer.
Se basa en una investigación cuantitativa, específicamente de tipo descriptiva ya que se
busca analizar las características del tema a investigar, definir y formular una hipótesis,
seleccionar la técnica para la recolección de datos y las fuentes a consultar.
Cabe resaltar, que esta investigación no se limita a la recolección de datos, sino a la
predicción e identificación de las relaciones que existen entre dos o más variables, las cuales,
ya mencionadas anteriormente, la enfermedad neurodegenerativa del Alzheimer y los hábitos
alimenticios. De esta manera, se dará a conocer la relación entre las variables minuciosa y
profundamente y por último, se obtendrán resultados a fin de adquirir información
significativa que contribuyan al conocimiento. (21)
La siguiente investigación tiene como finalidad seguir un diseño descriptivo, en donde se
utiliza un método científico observando y describiendo de variables sin influir en su
comportamiento.
Es por esto que para la elaboración de este trabajo:
1. Se comenzó la búsqueda de información en el mes de septiembre del 2018 y se
tomaron dos variables, Alzheimer y los hábitos alimenticios.
2. Se identificó los sujetos o grupos a estudiar y la forma en que van a ser seleccionados y
las observaciones a efectuar sobre ellos mismos.
3. Se analizaron las características de las variables dependientes e independientes.
4. Se dio a conocer la relación que existe entre la enfermedad de Alzheimer y los hábitos
alimenticios.
5. Se analizaron las diferentes teorías que sustenten lo anterior, es por esto que se tomaron
diferentes fuentes de información, tales como revistas de asociaciones de Alzheimer, artículos
de revista de nutrición, consulta de base de datos bibliográficos como lo son Redalyc y
Scielo, sedes de páginas web con información actualizada, libros como el cerebro de pan de
David Perlmutter y videos relacionados con el tema.
6. Por último, se interpretaron los datos obtenidos, en términos claros y precisos.
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