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Estrategias para un rendimiento escolar efectivo

Como se ha revisado a lo largo del módulo, para promover una vida saludable con estudiantes, la salud física y mental
juega un papel importante en su sano desarrollo, el cual tendrá consecuencias positivas en el desempeño y actitud
frente al estudio.

La poca motivación hacia el estudio es un factor de riesgo en etapas escolares asociado al rendimiento escolar; un
menor rendimiento académico se ha asociado con una mayor probabilidad de consumo de drogas porque aumenta la
probabilidad de violencia y deserción escolar. A la inversa, un mayor desempeño escolar se vincula con un menor riesgo
de utilizar drogas ilegales y su fortalecimiento como factor protector, puede constituir un componente sustantivo de la
prevención del consumo de drogas en el contexto escolar (Díaz et al., 2018).

Seguro ha escuchado la frase aprender a aprender, es decir que el estudiante se comprometa en construir su
conocimiento, a partir de aprendizajes previos, con el fin de valerse por sí mismo para utilizar y aplicar el conocimiento
en diferentes contextos (García, 2013). Aprender a aprender no se reduce al aprendizaje de hábitos de estudio, sino a la
adquisición de habilidades que permitan un aprendizaje autogestivo, estratégico, crítico y reflexivo.

Preparar una clase o un examen conlleva un desgaste físico y mental que, a través de diversas acciones puede
disminuirse. Por ello, el uso de estrategias para mejorar y fortalecer el desempeño escolar permite visibilizar procesos
de comprensión, análisis y síntesis de información, a la vez que se promueve un estudio saludable.

En el siguiente material encontrará una propuesta de diversas estrategias de estudio que puede promover y desarrollar
con sus estudiantes para favorecer aprendizajes significativos, es decir, mejorar la codificación de la información nueva
con el conocimiento que se posee, encontrará desde técnicas de lecto escritura, hasta estrategias para organizar la
información esquemáticamente, recursos didácticos en la web, así como consejos para un estudio saludable.

Administrar tiempos y lugar de estudio

Aun cuando pueda pensarse que, entre más horas de estudio mayor retención o memorización de información; en la
práctica esto no es así. Las pausas frecuentes ayudan a mejorar la agilidad mental y por tanto retener de mejor forma la
información (Universia, 2019).

Administrar el tiempo implica realizar la mayor cantidad de tareas en una breve cantidad de tiempo, aprovechando los
momentos en que el cerebro se encuentra fresco y descansado. Es decir, combinar momentos de estudio-trabajo y
distracción.

Algunos consejos:

Estudiar en un lugar tranquilo

Evitar compartir espacio de trabajo

Prescindir del teléfono móvil

Tener “a la mano” un snack saludable (como los revisados al inicio del módulo)

Contar con una fuente de luz adecuada

Asiento cómodo

Pausas activas

La pausa activa se define como un momento de activación que permite un cambio en la dinámica laboral, donde se
puede combinar una serie de movimientos que activan los sistemas: musculo esqueléticos; cardiovascular; respiratorio y
cognitivo.
Las pausas activas consisten en realizar pequeños descansos con actividades en movimiento durante la jornada que
sirven para recuperar energía y mejorar el desempeño.

Las pausas son necesarias para prevenir la aparición de desórdenes musculoesqueléticos, aminoran la repetitividad de
movimientos en actividades como la digitación y el uso del ratón, permiten el cambio de posturas, mejoran el
desempeño laboral y contribuyen al fortalecimiento del trabajo en equipo. Las pausas activas se pueden realizar en
cualquier momento de la jornada laboral; sin embargo, se recomienda hacerlas al comenzar y terminar la jornada y cada
dos o tres horas durante el día.

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