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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PÚBLICO
ESCUELA NACIONAL DE FISCALES DEL MINISTERIO PÚBLICO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN EN EJERCICIO DE LA FUNCIÓN FISCAL

Unidad curricular: La Prueba en el Proceso Penal


Docente: Abg. MSc. Jhonny Ojeda
Autor: Gerardo Gregorio García Rangel,
Cédula de identidade: V-11.246.886

TALLER PRÁCTICO SOBRE LA PRUEBA LÍCITA, LEGALIDAD, LICITUD, Y EL


PRINCIPIO DE LA LICITUD PROBATORIA

Para el presente taller práctico se analizará como base la Sentencia Nº 714


de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 17 de Junio
de 2015, en ponencia de la Magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, con
motivo de una acción de amparo constitucional ejercida contra la decisión que
dictó la Sala N° 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas el 13 de agosto de 2014, para cuya fundamentación la
defensa denunció la violación de los derechos a la tutela judicial efectiva, al
debido proceso y a la defensa de su representado, a quien se le seguía un juicio
por los delitos instigación pública, determinador en los delitos de incendio y de
daños, y asociación para delinquir, siendo que la misma defensa técnica expone
en su reclamo que desde el mismo momento de la ejecución de la orden de
aprehensión había intervenido activamente en los expedientes judiciales, y en los
expedientes administrativos de la investigación penal, y que propusieron
suficientes diligencias de investigación que eran idóneas, necesarias y
pertinentes para desvirtuar, desde la misma fase de investigación, la tesis fiscal
acerca de la manera en que ocurrieron los hechos, y los cargos imputados
derivados de esos hechos.
El fondo del recurso incoado por la defensa técnica estriba en que en la
fase intermedia promovieron los medios de prueba necesarios para desvirtuar la
tesis fiscal, y aúnque éstos medios de prueba cumplían con los requisitos
procesales mínimos suficientes para ser admitidos, el Tribunal de Control los

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rechazó, lo que motivó que posteriormente la defensa ejerciera el recurso de
apelación, que luego fue también desestimado por la Corte de Apelaciones, y
como consecuencia, finalmente ejercieron la acción de amparo constitucional.
Se puede observar en el extenso de la referida sentencia de la Sala
Constitucional cómo la Corte de Apelaciones se pronuncia positivamente sobre
la admisilidad de las pruebas ofrecidas por el Ministerio Público, citando y
apoyándose en el artículo 313 del Código Orgánico Procesal Penal, que establece
que finalizada la audiencia el juez debe decidir sobre la legalidad, la licitud, la
pertinencia y la necesidad de las pruebas ofrecidas para el juicio oral, pero por el
contrario, la misma Corte de Apelaciones desestima las pruebas ofrecidas por la
defensa, omitiendo considerar los principios generales de la licitud de la prueba,
que establecen que podrán ser admitidos como medios de prueba todos aquellos
cuya obtención se haya producido conforme las reglas de la legislación procesal
y de los convenios internacionales en materia de derechos humanos.
Cabe resaltar que según lo visto en clase el principio de la licitud de la
prueba es una barrera o una limitación que impone la ley contra aquellas
desviaciones del poder punitivo del Estado que puedan ser ejercidas por
funcionarios públicos que se extralimitan en la persecución penal en agravio del
justiciable. Igualmente, es necesario destacar que la licitud de la prueba abarca
dos aspectos fundamentales. En primer lugar el aspecto formal o directo, que
consiste en el cumplimiento de las formalidades esenciales y específicas
establecidas en la ley procesal, y en las leyes especiales, para la obtención de la
evidencia, o la fuente de la prueba. Básicamente se refiere al orden judicial que
debe existir para el registro del tránsito de las evidencias hasta su conversión a
plena prueba, citando entonces el aspecto formal de la licitud de la prueba.
En segundo lugar, nos encontramos frente al aspecto material del principio
de licitud de la prueba, que exige principalmente que la prueba no haya sido
obtenida mediante engaño, coacción, tortura física, tortura psicológica, por medio
de sustancias hipnóticas, de fármacos o de sustancias estupefacientes, o de otras
otras sustancias o bebidas que modifiquen la voluntad de las personas. Nos
estamos refiriendo entonces al sentido indirecto del principio de la legalidad de

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la prueba, ya que la parque que alegue que la prueba de la parte contraria está
viciada por alguna de estas prácticas, estará obligada a probar sus alegatos, a
menos que la infracción resulte tan notoria que pueda ser apreciada de forma
simple por las máximas de experiencia del Juez de la causa.
De lo anterior se deduce entonces que la prueba que haya sido obtenida
de forma ilícita, y que pretenda ser incorporada como medio probatorio a un
proceso judicial, carece de todo valor probatorio, y en consecuencia deberá ser
desechada por el juzgador. Se puede decir entonces que la prueba ilícita es
aquella que se encuentra afectada por una conducta dolosa en cuanto a su forma
de obtención, es decir, aquella que ha sido obtenida de forma fraudulenta, o a
través de una conducta ilícita por parte del funcionario encargado de la
investigación penal. De esta forma, la violación de los métodos de obención de
la prueba en el marco del debido proceso, conduce entonces a la nulidad de dicha
prueba, y consecuentemente, a la nulidad del acto procesal en el que se sustentó
dicha prueba, y a todas las decisiones posteriores sustentadas en la referida
prueba ilícita.
Es importante recordar que nuestra Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 49 numeral primero que serán
nulas las pruebas obtenidas mediante la violación del debido proceso, y por otra
parte, el artículo 181 del Código Orgánico Procesal Penal prevé que los
elementos de convicción sólo tendrán valor si han sido obtenidos por un medio
lícito, e incorporados al proceso conforme a las disposiciones del mismo código.
De tal forma que todo lo anterior consagra el principio de la legalidad y licitud de
las pruebas, siendo que sólo pueden practicarse y ser incorporada al proceso
aquellos medios cuya obtención se haya realizado con sujeción a las reglas
procesales vigentes, lo cual implica el cumplimiento de todas las formalidades
esenciales establecidas para la obtención de las evidencias que pretendan
hacerse valer ante el juzgador a los fines de formar una convicción.
En consecuencia de lo anterior, ninguna sentencia penal puede apoyarse
en datos probatorios obtenidos de elementos recogidos durante procedimientos
ilegales, donde se hayan quebrantado las garantías y otros derechos protegidos

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por la Carta Magna y que hayan afectado el debido proceso, ya que ello implicaría
la omisión de formalidades esenciales, lo que a su vez puede contatenarse con
la doctrina del fruto del árbol envenenado, cuya tesis establece que aún cuando
se tenga una convicción sobre la certeza y la fiabilidad en base a una videncia y
ilegalmente obtenida, la justicia no puede aprovecharse de los actos contrarios a
la ley sin incurrir en una contradicción fundamental con ella misma.
Para concluir el presente taller práctico, es necesario resaltar que si el
proceso es el instrumento fundamental para la realización de la justicia, la prueba
lícita representa la columna vertebral del proceso penal venezolano, por lo que
el quebrantamiento de los principios generales de la licitud probatoria representa
el quebrantamiento de la justicia penal misma, lo que haría ineficaz cualquier
intención de armonizar a la sociedad mediante la aplicación de una estructura
jurídica que promulgue la justicia y la equidad como fuentes de equilibrio social.
Dada la importancia de la actividad probatoria en el proceso penal venezolano, y
considerando la alta responsabilidad que tenemos los Abogados como actores y
protagonistas del sistema nacional de responsabilidad penal, se hace muy
necesario profundizar sin descanso en el conocimiento de los principios
generales y especiales de la prueba en el proceso penal, y sobre todo ahondar
en el conocimiento de los extremos formales y materiales de la prueba lícita para
su efectiva incorporación al juicio oral en defensa de los justiciables, o para la
condena justa de los culpables.

La justicia es la reina de las virtudes republicanas,


y con ellas se sostienen la igualdad y la libertad.
Simón Bolívar

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