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Vigilar y castigar
Publicado el 25/06/2019 por Grupo Akal
▪ Obras principales
▪ 1969 La arqueología del saber.
▪ 1975 Vigilar y castigar.
▪ 1976–1984 Historia de la sexualidad (cuatro volúmenes).
El poder
La cuestión del poder, ya sea con el objetivo de mantener el orden social o bien
de provocar cambios sociales, se ha tratado desde el punto de vista político y
económico. Hasta la década de 1960, las teorías sobre el poder se centraban en el
poder del Gobierno o del Estado sobre los ciudadanos, o desde una perspectiva
marxista, en la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado.
Relaciones de poder
Un pastor guiando su rebaño es la analogía que emplea Foucault para explicar el poder «pastoral»,
que conduce a las personas a actuar de determinadas maneras y dejarse gobernar.
Vigilar y castigar
Los castigos físicos fueron sustituidos por un medio de controlar el
comportamiento más invasivo: la disciplina. El establecimiento de instituciones
tales como cárceles, asilos, hospitales y escuelas caracterizó el paso del concepto
meramente punitivo del poder al ejercicio de un poder disciplinario
específicamente destinado a impedir determinados comportamientos. Estas
instituciones no solo eliminaban la oportunidad de transgresión, sino que
constituían un entorno en el que la conducta de los individuos podía ser corregida
y regulada, y sobre todo, permitía mantenerlos vigilados y controlados.
El Panóptico diseñado por Bentham es el ojo supremo del poder para Foucault. El espacio circular permite
una visibilidad permanente que mueve a los presos a someterse a su propia disciplina y controlar su
comportamiento. Según afirma Foucault, todas las estructuras jerárquicas (las prisiones, pero también
hospitales, fábricas y escuelas) han evolucionado de acuerdo con este modelo.
Regular la conducta
Los mecanismos mediante los que se ejerce el poder, la «tecnología del poder»,
se han convertido en una parte integrante de la sociedad. En el mundo moderno
occidental, las normas sociales no se imponen a la fuerza, ni mediante una
autoridad que obliga a actuar de una manera determinada o prohíbe comportarse
de un modo diferente, sino mediante el poder que Foucault llama «pastoral», que
orienta el comportamiento de los individuos. Cada uno es parte interesada de un
complejo sistema de relaciones de poder, operativo a todos los niveles, que regula
la conducta de los miembros de una sociedad.
Regímenes discursivos
El discurso se refuerza
constantemente, ya que es a la vez un instrumento y un efecto del poder: controla
los pensamientos y las conductas, que a su vez modelan el sistema de creencias.
Además, al determinar lo que es verdadero y lo que es falso, crea un «régimen de
la verdad», un corpus de conocimientos comunes considerados innegables.
Frente a la idea de que «el saber es el poder», Foucault afirmó que ambos están
vinculados de una manera más sutil y acuñó la expresión «saber-poder» para
designar dicha relación: el saber crea el poder, pero también es producido por
este. Hoy en día, el poder se ejerce controlando qué formas de saber son
aceptables, presentándolas como verdaderas y excluyendo otras formas de saber.
Al mismo tiempo, el saber aceptado, el discurso, se produce de hecho durante el
proceso del ejercicio del poder.