Está en la página 1de 1

Boecio, por qué no

ganan los malos


7 febrero, 2014 por
webphilosophia

Boecio escribió la Consolación de la


Filosofía en la cárcel con un mensaje
universal.

Algunos clásicos de la literatura


universal se han escrito desde
la cárcel. Este es el caso de La
consolación de la Filosofía
de Boecio. Es un interesante
libro que se cita como
inspiración del protagonista en
La conjura de los necios, de
John Henry Toole.

Boecio era un patricio romano,


con una esmerada educación,
que cayó en desgracia del favor
del emperador y acabó en la
cárcel. A la espera de una
condena de muerte, escribió
este libro. El objetivo es mostrar
porque, a pesar de los reveses
de la fortuna, el camino es la
virtud y la Filosofía. O de otra
forma, aunque a veces lo
parezca, no ganan los malos.

a) Sobre la idoneidad para


ocupar un cargo público

Para explicarse su situación de


prisión por causas políticas,
Boecio afirma que “la mayor
parte de los cargos los
desempeñan los malvados, y es
igualmente claro que los cargos
no son intrínsecamente buenos,
pues van vinculados a gente
corrupta.” (II.V.6)

Frente a esto, Boecio advierte


“el poder es incapaz de hacer
dueño de sí mismo al que es
prisionero de las cadenas
insolubles de sus vicios. Y
cuando un alto cargo recae en
hombres indignos, los delata,
haciendo patente su
indignidad” (II.V.6).

Esto ha de hacer reflexionar


sobre que en toda estrategia es
posible realizar un análisis
ético. La estrategia, de forma
sintética, exige una correcta
adecuación medios y fines para
trazar un plan de actuación que
dé los resultados esperados.
Pues bien, siempre es posible
analizarlo desde el punto de
vista ético. En este blog, analicé
los modelos deontológico,
utilitarista, maquiavélico y
virtuoso. Pero actualmente
muchas empresas tienen
políticas de responsabilidad
social para analizar las
dimensiones éticas de su
actividades.

b) Las cosas no dan la


felicidad

Un objetivo del autor romano es


precisar donde se encuentra la
felicidad. En este sentido,
Boecio afirma “las cosas no
pueden dar la felicidad que
prometen, ni todas ellas juntas
llevan a la perfección, ni son el
camino para la felicidad, ni
pueden por sí mismas hacer
feliz a nadie” (III.VI.8).

Vivimos en una sociedad


materialista y de consumo
donde se valora la tenencia de
cosas materiales hasta el
extremo de considerar que en
las cosas materiales reside la
felicidad. Boecio alertaba que
las cosas no dan la felicidad. Es
la forma cómo uno afronta la
vida lo que acerca a la felicidad.

c) Los buenos ejercitan las


virtudes y los malos siguen sus
pasiones

Precisamente en la forma de
afrontar la vida, para Boecio, se
produce una gran diferencia
entre seguir en camino de las
virtudes y el de las pasiones.
De esta forma, Boecio
establece que “el bien supremo
es la meta tanto para los
buenos como para los malos.
Sólo que los buenos tienden a
ella por el ejercicio natural de
las virtudes. Los malos, en
cambio, se esfuerzan por
conseguir lo mismo siguiendo
sus pasiones (IV.I.2).

La estrategia de la Filosofía es
el camino de las virtudes. Este
enfoque está desarrollado en
Etica a Nicomaco de
Aristóteles. Se trata de educar
el carácter en hábitos y
costumbres vinculados a
modelos de excelencia que
desarrollen las capacidades
humanas. La otra vía, la de los
malos, es seguir las pasiones,
que tienen un componente
emocional e irracional.

d) La virtud no se deja vencer


por la adversidad

Sin embargo, a veces parece


que ganan los malos. En este
sentido, Boecio afirma que “el
sabio no debería alarmarse
cuando se enfrenta con la
fortuna, de la misma manera
que el esforzado soldado no se
alarma cuando suena el grito de
combate. Para ambos el riesgo
es su oportunidad: para el
soldado, la de conquistar más
gloria, y para el sabio la de
afianzarse en la virtud. Por eso
mismo se llama virtud, que
significa valor, fuerza. Se apoya
en su misma fuerza y no se deja
vencer por la adversidad”
(IV.VI.7).

El problema es seguir el camino


de las virtudes y no ser
afortunado. La estrategia de la
Filosofía es, a pesar de las
circunstancias, preservar en la
virtud. Aumentar el peso
específico, especializarse,
convertirse en un experto,
dominar las técnicas, saber
actualizarse. Ese es el camino
de la virtud.

e) La virtud es el término
medio

Sobre qué se comprende por


virtud, Boecio sostiene que
“mantened el justo medio con
todas vuestras fuerzas. Tanto lo
que se queda corto como lo
que se pasa de la raya os lleva
al desprecio de la felicidad y no
tiene el premio de la virtud”
(IV.VI.7).

Esta ley del término medio


como definición de la virtud
está ya en la obra Aristóteles.
Es una canto a la moderación
en todas las cosas. Los excesos
(por defecto o por exceso) no
conducen a la virtud. No forjan
una práctica vinculada a
modelos de excelencia.

Esto también tiene una lectura


donde es el contexto lo que
marca qué es el término medio.
No es algo que se pueda
decidir a priori.

f) La adversidad: o
perfecciona, o corrige, o
castiga

Finalmente, Boecio afirma que


“está, pues, en vuestra mano la
clase de fortuna que queráis
forjar: todo lo que nos parece
adverso, o perfecciona, o
corrige, o castiga” (IV.VI.7).

Esta es una gran lección: la


adversidad no es un mero mal,
se puede aprender de ella. Se
pueden convertir los fracasos
de hoy, en triunfos del mañana.
La cuestión clave es la
mentalidad: Se pueden vivir
circunstancias adversas, pero lo
peor es si éstas derrotan
nuestra esperanza. Lo relevante
no es lo qué pasa, sino cómo se
vive y se siente. La adversidad
puede hacernos mejores. Más
competitivos, más humanos,
más sensibles, mejores
profesionales… Poder aprender
a no caer en los mismos
errores. A nadie le gusta la
adversidad, pero una vez
sucede, la opción es caer
derrotado o seguir luchando.

La Consolación de la Filosofía
de Boecio es una obra clásica
aborda grandes conceptos y
temas interesantes. Los malos
siguen sus pasiones y ansían
riquezas y puestos. A veces
parece los malos ganen, pero
según Boecio, esto es falso. El
verdadero camino a la felicidad
es el de la virtud y la Filosofía.

También podría gustarte