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La sociedad colonial: Ana María PRESTA

Los conquistadores hidalgos1, pequeños propietarios rurales, pastores y agricultores, estaban

imbuido de una ideología señorial, cimentada en el poder de explotación de la tierra y los

hombres que las trabajan, propia del estrato nobiliario.

Los conquistadores abrazaban un ideal caballeresco, entre los cuales un sitio destacado lo

ocupaba la actividad militar. El estrato superior que deseaban alcanzar solo en el Nuevo

Mundo, como elite conquistadora, pudieron acceder. Esos patrones socioculturales reflejaban

dos (2) paradigma antagónicos que se expresaban bajos los viejos valores peninsulares atados

al status: el honor, la fama, la gloria, los títulos y la propiedad de la tierra combinados con las

nuevas prácticas mercantiles que reconocían el valor del comercio y el dinero para acceder en

la escala social.

La vieja jerarquías y status peninsulares tambalearon cuando hijos naturales con pasado

pastoril2, accedieron a fortuna y título, y cuando más cuando orgullosos hidalgos castellanos

debieron servir a las órdenes de pecheros que los aventajaban en la cadena de mando.

En la temprana colonia las distinciones más marcadas entre los hombres eran la etnia 3. Como

construcción cultural fue operativa a ciertas sociedades para concretar propósitos de

explosión y segregación social.

De donde venían los conquistadores:

La sociedad ibérica se dividía, en grandes rasgo, en tres (3) estamentos:

El de los nobles, entre las cuales se situaba la casa gobernante, el clero y el de la gente del

común. La diferencia entre ellos quedaba plasmada por privilegio de rango sancionado

legalmente por estatuto o Fueros, gozaban de exención tributaria y de derecho jurídicos

especiales que la separaba de una masa poblacional mayormente campesina, que contaba con

más obligaciones que derechos. Los oficios y educación también marcaban la diferencia. La

1
Nombre atribuido a todo aquel que presumiera de status noble.
2
Como por ejemplo Francisco Pizarro
3
El autor la denomina como raza

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sociedad ibérica no era racial ni étnicamente homogénea. En el siglo de los descubrimientos, la

intolerancia racial y cultural cristalizo en el concepto de Limpieza de sangre.

Al igual que los nobles peninsulares, los españoles y su prole criolla estaban exentos del pago

de tributo. De esta manera a fines del siglo XVI, la sociedad colonial se parecía cada vez más

a la peninsular.

El estrato de los peninsulares:

Españoles:

La conquista ofreció a algunos la posibilidad de trascender social y económicamente al recibir

una encomienda de indios.

La encomienda se convirtió4 en la fuente de inquisición de recursos humanos y naturales. Así

mismo la encomienda la encomienda logro satisfacer las aspiraciones señoriales de los

conquistadores, quienes se convirtieron en señores de vasallos, debiendo servicio militar al

rey ejerciendo, al mismo tiempo, responsabilidades políticas como miembros del poder

municipal5 en tanto vecinos de los recién fundados centros urbanos. Entre sus

responsabilidades se hallaba la obligación de adoctrinamiento y protección de los sujetos.

Las mercedes de encomienda se concedían por dos (2) vías:

La del primer titular

La del legítimo sucesor.

El estrato social de los encomenderos tuvo corta vida, en tanto la corona castellana comenzó

a hacerse cargo del gobierno colonial en la década de 1550.

A lo largo del siglo XVI, la expresión de status social se plasmaba en la utilización del “Don”

como expresión de un prestigio reconocido a un específico linaje

El statu y la riqueza de la elite española se reflejaron en la adquisición de la tierra, símbolo

de prestigio. Imagen del señorío y cuna del poder de la nobleza tradicional. El tributo indígena

de la encomienda, la minería, la agricultura y la ganadería se combinaron y complotaron con las

4
A lo largo del siglo XVI
5
El cabildo

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actividades comerciales que permitieron a unos pocos alcanzar la cima en la escala social.

Cuando la encomienda llegaba a su ocaso a fines del siglo XVI, de sus rentas6revertidas a la

corona surgió un grupo de pensionados.

Cualquiera sea su ocupación, los peninsulares buscaban acrecentar o perpetuar el status

adquirido en el pasado reciente. Para ello accedían al mejor matrimonio.

Para asegurar que los bienes adquiridos permanecieran en el linaje, la elite eligió la figura del

Mayorazgo7 , de esta manera lo que habían acumulado un patrimonio considerable,

concentraban tierras y derechos en uno de los hijos, el mayor varón.

El status superior se cerraba en torno a altos funcionarios virreinales y del clero.

Los altos dignatarios religiosos arribaron con los conquistadores, y conforme a los espacios

abiertos por los centros urbanos, obispado y arzobispado se hicieron cargo de la dirección de

las provincias eclesiásticas, residiendo en las ciudades capitales en catedrales y basílicas.

Desde el advenimiento de la primera generación de criollos, los peninsulares motivaron la

vocación religiosa de algunos de sus hijos.

Con el correr del primer siglo de dominio colonial, las migraciones se hicieron frecuentes y los

espacios de poder más estrechos. El status económico más las vinculaciones familiares, la

educación y la ocupación comenzaron a marcar las distancia entre los peninsulares.

Los descendientes de los españoles o criollos acumularon propiedades rurales e invirtieron en

la minería, y los que alcanzaron educación superior se encaramaron en la administración

colonial, aunque en puestos intermedios, hasta mediados del siglo XVIII.

La elite criolla sufrió discriminación étnica que le impedían acceder a posiciones de poder.

Casaban a sus hijas con peninsulares recién llegados que garantizaban la pureza racial y

cultural. Los peninsulares y criollos, eran pieza clave en la producción de estrato colonial

superior, al igual que lo fueron las mujeres.

6
El tributo indígena
7
Forma de propiedad vinculada, que permitía al titular disponer de los frutos y rentas, aunque no del bien mismo, el cual
quedaba sujeto a un orden de secesión preestablecido: la primogenitura.

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Destinadas a la reproducción, las mujeres de la elite tampoco fueron conjunto homogéneo. La

primera generación de los conquistadores disfrutaron de uniones circunstanciales y otros

vivieron en concubinato, de ellos surgió la primera generación de mestizas.

En torno al patriarcalismo, el matrimonio8 constituía el rito de pasaje tras una mujer pasaba

de la tutela de su padre a la del marido. El elemento mediador era un buena dote, preveía el

capital inicial para que el nuevo hogar enfrentara la convivencia y descendencia.

Indios:

Previo a la conquista y colonización, el territorio americano estaba ocupado por etnias

diferenciadas, una de otras, por su habitad, continuidad histórica, ocupación, lengua y cultura.

La creación intelectual “Indio”, inventado por el conquistador para apuntar las supuestas

diferencias biológicas y culturales de los habitas de América. La etnicidad constituyo un

elemento adicional de la estratificación social y, en ciertos casos, fue preexistente a la

presencia española.

Lo primero que hicieron los españoles con los conquistados, fue someterlos a la prestación de

trabajo, contribuciones en especies y dinero. Los indígenas fueron divididos en encomienda

primero y luego en jurisdicciones administrativas para facilitar a los funcionarios el cobro de

las tasas.

Cuando finalizo la etapa del gobierno de los jefes, la corona envió a sus funcionarios con

precisas instrucciones para administrar las diferencias raciales y profundizar las etnias.

Dividieron a los indígenas tributarios en Originarios, forasteros y yanaconas conforme a su

condición de “propietario” atados a los ayllus9, lavadores en tierras ajenas o dependientes de

los españoles y adscriptas a sus tierras. La cobranza del tributo tuvo su correlato en la
10
creación de las reducciones asentamientos que pretendían concentrar en un sitio

determinado a la población campesina comarcana.

Las reducciones pretendían convertirse en centros de segregación, en el cual solo vivirían

indígenas. Lo cierto es que el avance de la propiedad rural española atento contra los patrones

8
Debía efectuarse entre iguales o pares.
9
Grupo de parentesco
10
O también llamado pueblo de Indios

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de asentamiento nativos y las reducciones cooperaron en su achicamiento, aislamiento y

enajenación territorial.

Esclavos:

La esclavitud, aceptada en la península Ibérica, llego a América con la conquista. Los africanos

conservaban un status superior al de los indios en la medida que habían llegado como

sirvientes de los conquistadores. Algunos negros eran libres y asimilaros culturalmente a los

europeos, aunque conservaban el estigma del color. Las cortes peninsulares pronto legislo la

separación de negros e indios, prohibió el matrimonio de ambos y penalizo la sexualidad entre

indias y negros, con castigos corporales y mutilaciones públicas. Tal como los españoles, los

negros no podían habitar en los pueblos de indios.

Cuando la legislación protegió a los indígenas de determinados trabajos para evitar su

desaparición, fue el turno de los esclavos, quienes fueron importados para trabajar en las

haciendas azucareras, viñas, olivares y en recolección de perlas.

las Castas:

El mestizaje entre español, indio y negros fue amplio y sostenido, produciendo grupos

humanos de compleja inserción en los tres campos raciales reconocidos por los peninsulares.

Debían vivir separados: los conquistadores juntos a sus intermediarios negros constituían el

mundo español y los indios el propio.

Generación tras generación, las mezclas se hicieron mayores y las consideraciones a sus

alrededores más perversas. Los negros se mezclaron con los indios y también con blancos y

sus productos entre si, dando lugar a las castas o categorías fenotípicas intermedias, como lo

eran:

Mulatos

Tercerón

Cuarterón

Quinterón

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Zambo

Zambahigo

Cholo

Rechino

Etc-

La estratificación social colonial resulto en una pirámide nueva y única atada a un sistema

económico de características absolutamente original.

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