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Adivinanzas

trabalenguas

ACERTIJO

1. Entra duro y grande en la boca, pero sale blando y pequeño. ¿Qué es?
Un chicle.

2. Húmedo por dentro, con pelos por fuera. Comienza por la C. ¿De qué se trata?
Un coco
CANCIONES INFANTILES
. Cucú, cantaba la rana

Cucú, cucú, cantaba la rana,


Cucú, cucú, debajo del agua.

Cucú, cucú, pasó un marinero


Cucú, cucú, llevando romero.

Cucú, cucú, pasó una criada


Cucú, cucú, llevando ensalada.

Cucú, cucú, pasó un caballero,


Cucú, cucú, con capa y sombrero.

Cucú, cucú, pasó una señora,


Cucú, cucú, llevando unas moras.

Cucú, cucú, le pedí un poquito,


Cucú, cucú, no me quiso dar,
Cucú, cucú, me puse a llorar.

La vaca lechera

Tengo una vaca lechera


No es una vaca cualquiera
Me da leche merengada
¡Ay que vaca tan salada!
Tolón tolón, tolón tolón.

Un cencerro le compraron
y a mi vaca le ha gustado
se pasea por el prado
mata mosca con su rabo
Tolón tolón, tolón tolón.

Que felices viviremos


Cuando vengas a mi lado
Con sus quesos, con tus besos,
Los tres juntos, ¡que ilusión!

Tengo una vaca lechera


No es una vaca cualquiera
Me da leche merengada
¡Ay que vaca tan salada!
Tolón tolón, tolón tolón.

FABULAS
1. «La liebre y la tortuga»
Érase una vez una liebre muy veloz que presumía de ello ante todos los animales del bosque. Un
día, se encontró con una tortuga que caminaba muy despacio. La liebre se burló de su lentitud.
—Hagamos una carrera y veamos quién gana —propuso la tortuga.
Al empezar la carrera, la liebre salió disparada, mientras que la tortuga avanzó lentamente. Al ver
que sacaba una gran ventaja a la tortuga, la liebre se paró en un árbol a descansar. La tortuga siguió
avanzando, poco a poco y sin detenerse.
Cuando la liebre despertó, vio angustiada que la tortuga estaba a punto de llegar a la meta. La liebre
corrió y corrió, pero fue demasiado tarde. La tortuga cruzó la meta, agotada pero feliz.
 Moraleja: De poco vale el talento sin esfuerzo. Esta fábula de Esopo nos enseña que, con
perseverancia y con esfuerzo, podemos lograr nuestras metas.

2. «El pastor y el lobo»


Había una vez un joven pastor que todos los días llevaba a su rebaño a pastar. Como se aburría
muchísimo, decidió gastar una broma a los campesinos del lugar.
—¡Que viene el lobo! ¡Auxilio! ¡Mis ovejas!
Los campesinos corrieron a ayudarle, pero no vieron ni rastro del lobo. El joven pastor rio a
carcajadas, mientras los campesinos se alejaban muy enfadados. Una semana después, el pastor
volvió a gastarles la misma broma.
Hasta que un día, el pastor vio acercarse a un lobo. Aterrorizado, gritó pidiendo auxilio. Pero esta
vez, los campesinos no le creyeron y el pastor se quedó sin su rebaño.
 Moraleja: Nadie cree al mentiroso cuando dice la verdad. Esta es otra de las mejores fábulas
de Esopo y nos enseña que si mentimos, nadie confiará en nosotros cuando digamos
la verdad.

POEMAS
Amo, amas - Rubén Darío

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo


el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida


nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
Amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

Sueños - Langston Hughes

Aférrate a tus sueños


porque si los sueños mueren
la vida es como un pájaro de alas rotas
incapaz de volar.
Aférrate a tus sueños
porque si los sueños se marchan
la vida es como un campo yermo
cubierto de escarcha.

REFRANES

Hombre enamorado, nunca casa con sobrado.

De nada sirve que el sol a lumbre para quien cierra los


ojos.

CHISTES
DICHOS

CUENTOS

Tío Tigre y Tío Conejo

Una calurosa mañana, se encontraba Tío Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo. De repente, escuchó un rugido
aterrador: ¡era Tío Tigre!
—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un delicioso bocadillo.
En ese instante, Tío Conejo notó unas
piedras muy grandes en lo alto de la colina
e ideó un plan.
—Puede que yo sea un delicioso bocadillo,
pero estoy muy flaquito —dijo Tío Conejo
—. Mira hacia la cima de la colina, ahí
tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por
qué conformarte con un pequeño bocadillo,
cuando puedes darte un gran banquete?
Como Tío Tigre se encontraba de cara al
sol, no podía ver con claridad y aceptó la
propuesta. Entonces le permitió a Tío
Conejo ir colina arriba mientras él esperaba abajo.
Al llegar a la cima de la colina, Tío Conejo gritó:
—Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy arreando la vaca más gordita.
Entonces, Tío Conejo se acercó a la piedra más grande y la empujó con todas sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.
Tío Tigre estaba tan emocionado que no vio la enorme piedra que lo aplastó, dejándolo adolorido por meses.
Tío Conejo huyó saltando de alegría.

Cuento de la gallinita roja

Érase una vez una gallinita roja


que encontró un grano de trigo.
—¿Quién plantará este grano?
—preguntó.
—Yo no —dijo el perro.
—Yo no —dijo el gato.
—Yo no —dijo el cerdo.
—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!
Y plantó el grano de trigo y este creció muy alto.
—¿Quién cortará este trigo? —preguntó la gallinita roja.
—Yo no —dijo el perro.
—Yo no —dijo el gato.
—Yo no —dijo el cerdo.
—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!
Y cortó el trigo.
—¿Quién llevará el trigo al molino para hacer la harina? —preguntó la gallinita roja.
—Yo no —dijo el perro.
—Yo no —dijo el gato.
—Yo no —dijo el cerdo.
—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!
Llevó el trigo al molino y más tarde regresó con la harina.
—¿Quién amasará esta harina? —preguntó la gallinita roja.
—Yo no —dijo el perro.
—Yo no —dijo el gato.
—Yo no —dijo el cerdo.
—Entonces lo haré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!
La gallinita amasó la harina y luego horneó el pan.
—¿Quién se comerá este pan? —preguntó la gallinita roja.
—Yo —dijo el perro.
—Yo —dijo el gato.
—Yo —dijo el cerdo.
—No, me lo comeré yo —dijo la gallinita roja—. ¡Clo, clo!
Y se comió todo el pan.
Moraleja: No esperes recompensa sin colaborar con el trabajo.

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