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trabalenguas
ACERTIJO
1. Entra duro y grande en la boca, pero sale blando y pequeño. ¿Qué es?
Un chicle.
2. Húmedo por dentro, con pelos por fuera. Comienza por la C. ¿De qué se trata?
Un coco
CANCIONES INFANTILES
. Cucú, cantaba la rana
La vaca lechera
Un cencerro le compraron
y a mi vaca le ha gustado
se pasea por el prado
mata mosca con su rabo
Tolón tolón, tolón tolón.
FABULAS
1. «La liebre y la tortuga»
Érase una vez una liebre muy veloz que presumía de ello ante todos los animales del bosque. Un
día, se encontró con una tortuga que caminaba muy despacio. La liebre se burló de su lentitud.
—Hagamos una carrera y veamos quién gana —propuso la tortuga.
Al empezar la carrera, la liebre salió disparada, mientras que la tortuga avanzó lentamente. Al ver
que sacaba una gran ventaja a la tortuga, la liebre se paró en un árbol a descansar. La tortuga siguió
avanzando, poco a poco y sin detenerse.
Cuando la liebre despertó, vio angustiada que la tortuga estaba a punto de llegar a la meta. La liebre
corrió y corrió, pero fue demasiado tarde. La tortuga cruzó la meta, agotada pero feliz.
Moraleja: De poco vale el talento sin esfuerzo. Esta fábula de Esopo nos enseña que, con
perseverancia y con esfuerzo, podemos lograr nuestras metas.
POEMAS
Amo, amas - Rubén Darío
REFRANES
CHISTES
DICHOS
CUENTOS
Una calurosa mañana, se encontraba Tío Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo. De repente, escuchó un rugido
aterrador: ¡era Tío Tigre!
—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un delicioso bocadillo.
En ese instante, Tío Conejo notó unas
piedras muy grandes en lo alto de la colina
e ideó un plan.
—Puede que yo sea un delicioso bocadillo,
pero estoy muy flaquito —dijo Tío Conejo
—. Mira hacia la cima de la colina, ahí
tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por
qué conformarte con un pequeño bocadillo,
cuando puedes darte un gran banquete?
Como Tío Tigre se encontraba de cara al
sol, no podía ver con claridad y aceptó la
propuesta. Entonces le permitió a Tío
Conejo ir colina arriba mientras él esperaba abajo.
Al llegar a la cima de la colina, Tío Conejo gritó:
—Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy arreando la vaca más gordita.
Entonces, Tío Conejo se acercó a la piedra más grande y la empujó con todas sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.
Tío Tigre estaba tan emocionado que no vio la enorme piedra que lo aplastó, dejándolo adolorido por meses.
Tío Conejo huyó saltando de alegría.