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CENTRO POLITECNICO DEL NORTE

INFORME DE ANTROPOLOGIA

GRUPO N°1 :

ANGELA MARIA REYES MARTINEZ


ANDREA NICOLE MONTOYA CASTILLO
MARBYN RICARDO ALVARADO TEJADA
JONATHAN JOSUE VILLALOBOS SANCHEZ

CURSO : SEGUNDO DE BACHILLERATO

NOMBRE DEL DOCENTE : ING. LUIS MARTIN HERNANDEZ


SEVILLA

8 DE ENERO DE 2022

TEGUCIGALPA F.M
LEYES GRUPOS ETNICOS
LINK: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Pobreza-%C3%A9tnica-en-
Honduras.pdf

Composición étnica de Honduras Es poco sabido a nivel nacional que Honduras es un país
multiétnico, multicultural y multilingüe que se compone de cuatro grandes familias étnicas: los
ladinos o mestizos que son la mayoría (casi 5 millones), la llamada sociedad nacional, los indígenas
(lencas, misquitos, Tolupanes, chortís, Pech o payas, tawahkas), los afro-antillanas (garífunas) y los
criollo-anglohablantes. Las etnias indígenas y afro-antillanas constituyen la herencia cultural de
Honduras y representan alrededor del 7% de la población hondureña según el estudio de Rivas
(1993) que se considera el más confiable. La distribución geográfica tan dispersa es el resultado
de la colonización (véase Anexos 1 y 2 Mapa étnico de Honduras pre colonial y contemporáneo).

LINK: https://ofraneh.wordpress.com/2012/11/06/honduras-el-derecho-a-la-consulta-de-los-
pueblos-indigenas/

El Convenio 169 y el derecho a la Consulta de los pueblos indígenas.

En el año de 1994 el Estado de Honduras firmó el Convenio 169 de la OIT y posteriormente en


1995 ratifico el Convenio. Sin embargo hasta la fecha dicho Convenio no es más que un trozo de
papel sin ningún peso en el tinglado de leyes nacionales, que nunca fueron adecuadas al Convenio,
como lo indica el Tratado de Viena sobre el Derecho de los Tratados.

CONVENIO 169 HONDURAS


LINK: https://cespad.org.hn/2019/12/08/coyuntura-desde-los-territorios-a-30-anos-de-la-
ratificacion-del-convenio-169-de-la-oit-entre-el-incumplimiento-del-convenio-y-una-
reglamentacion-que-resguarda-los-intereses-extractivistas-en-hondu/

Balance en la aplicación del Convenio 169 de la OIT

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptado el 27 de junio de


1989, suscrito por el Estado de Honduras en 1994 y vigente desde 1995, es el principal
instrumento jurídico internacional vinculante que recoge disposiciones y reconoce los derechos de
los pueblos originarios, bajo los principios de respeto a la integridad cultural y el valor histórico de
los mismos, la libre determinación como pueblos iguales al resto de la sociedad pero a su vez
diferenciados, así como a la participación de manera efectiva en las decisiones que puedan afectar
sus modos de vida.

Al identificar y analizar las situaciones históricas de injusticia, desigualdad y marginación existentes


en nuestro país, las luchas de los pueblos en los años 90’s se encaminan a ser reconocidos como
tales, exigir mejores condiciones de vida y ser parte de la toma de decisiones en sus territorios, lo
que generó presión en el Estado hondureño y dio lugar a la necesidad de suscribir marcos
normativos internacionales, como un aporte a la deuda histórica en materia de derechos humanos
que se tiene con los pueblos originarios.

EL TRATADO DE VIENA

LINK: https://ofraneh.wordpress.com/2012/11/06/honduras-el-derecho-a-la-consulta-de-los-
pueblos-indigenas/

El Tratado de Viena es enfático en su artículo 26 sobre el Pacta sunt servanda (Lo pactado obliga),
señalando que» Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena
fe». Desafortunadamente en el endeble estado de ley imperante en Honduras, las leyes nacionales
no fueron adecuadas al Convenio; y más bien algunos funcionarios estatales en los 18 años de
vigencia del Convenio, han sido enfáticos en la necesidad de «reglamentarlo».
La Ley de Propiedad y la burla al derecho a la consulta.

En el año 2003, las federaciones representantes de los pueblos indígenas en Honduras, le


exigieron al Estado efectuar consultas en referencia a la Ley de Propiedad impulsada por el Banco
Mundial (BM). La OFRANEH ante la trascendencia en relación al futuro de los pueblos indígenas,
insistió en efectuar una consulta, la que se llevó a efecto en septiembre del año 2003, en la
comunidad de San Juan Tela (Durugubuti). En representación del Estado participaron funcionarios
del PAAR (Proyecto de Administración de Areas Rurales) quienes presentaron dos borradores del
Anteproyecto, siendo estos rechazados por la asamblea comunitaria, ante la obvia intención de
individualizar la propiedad comunitaria.

En junio del 2004, La Ley fue aprobada por el Congreso Nacional, sin haber consignado ninguna de
las observaciones efectuadas en la comunidad de Durugubuti. La Ley se convirtió en el marco
jurídico del Proyecto de Administración de Tierras de Honduras (PATH), el que comenzó a crear
una instancia paralela a las existentes dentro del pueblo Garífuna denominada WADABULA, con el
propósito de lograr el aval a la Ley de Propiedad y sus nefastas intenciones.

Golpe jurídico y la enajenación los territorios y culturas de los pueblos indígenas

A partir del golpe de Estado del año 2009, el Congreso Nacional comenzó a emitir una serie de
leyes que afectan a los pueblos indígenas de Honduras, sin efectuar consulta alguna. Desde el
medio centenar de decretos relacionados con represas hidroeléctricas, entre ellas las del río
Patuca, la cual afectará enormemente a los pueblos indígenas que habitamos en la Moskitia,
pasando por un Plan de Nación y País, hasta llegar a la Ley de Regiones Especiales para el
Desarrollo, con la que pretendieron entregar a empresarios extranjeros parte del territorio
Garífuna.

En Honduras el derecho a la consulta ha sido omitido sistemáticamente, desvirtuando los


principios de ius cogens que cobija al Convenio 169. La OFRANEH presentó un recurso de
inconstitucionalidad en relación a la ley de Propiedad, en enero del año 2009. En febrero del 2011,
la Corte Suprema emitió una sentencia sobre el recurso, el cual denota mala fe en la aplicación de
justicia por parte de los magistrados de la Sala Constitucional.
LINK> LINK: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Pobreza-%C3%A9tnica-
en-Honduras.pdf

Todas las etnias indígenas y afro-antillanas comparten la característica de pertenecer a la


población más pobre del país como lo demuestra el mapa de la pobreza.

La situación económica contemporánea de las etnias en Honduras se caracteriza por ingresos


mínimos, desempleo y subempleo debido a su bajo nivel de educación y formación profesional y
una inserción forzada al mercado en condiciones de dependencia como asalariados o pequeños
productores de productos agrarios.

Los lencas, la etnia más numerosa con 100.000 personas, viven principalmente en los
departamentos de la Paz, Lempira, Intibucá, el sur de Santa Bárbara y pequeños reductos en los
departamentos de Comayagua, Valle y Francisco Morazán.

Los misquitos son aproximadamente 40.000 personas, ubicadas en el departamento de Gracias a


Dios.

Los xicaques o tolupanes, con una población de 19.300 personas, viven en los departamentos de
Yoro y Francisco Morazán.

Los chortí, con una población de 4.200 personas, están ubicados en los departamentos de Copán y
Ocotepeque.

Los pech o payas, con una población de 2.586 personas, se ubican en los departamentos de
Olancho, Colón y Gracias a Dios.

Los tawahkas o sumos, con una reducida población de 975 miembros, se encuentran ubicados en
los márgenes del río Patuca en los departamentos de Gracias a Dios y Olancho.

El pueblo negro 1 de los garífunas, con una población aproximada de 98.000, residentes en
comunidades rurales en el litoral atlántico o en la zona costera del Caribe, abarca los
departamentos de Cortés, Atlántida, Colón y Gracias a Dios y un número creciente vive en
ciudades (La Ceiba, Tela, Cortés, Trujillo, San Pedro Sula y Tegucigalpa).

Existe consenso general que otros 50.000 a 100.000 garífunas hondureños viven en los Estados
Unidos, especialmente en Nueva York. (véase cf. Anexo 3, Mapa: Honduras-Regiones con
Poblaciones Negras).
Art. 346, que obliga al Estado a dictar medidas de

protección de los derechos e intereses de las comunidades indígenas existentes en el país,


especialmente de las tierras y bosques donde estuvieren asentadas.

En particular son: la Ley de la

 Reforma Agraria (1972), la Ley para la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola
(1992), la

 Ley Forestal (1972), la Ley de creación de COHDEFOR (1974), la Ley de Bosques Nublados
(1987),

 la Ley General del Ambiente (1993), Ley de Protección al Patrimonio Cultural de la Nación
(1984), el

 Acuerdo de Zonificación Turística Nacional (1988), Reglamento de Afección y Adjudicación


de Tierras (1992).

 Artículo 173 de la Constitución de la República que compromete al Estado a preservar y a


estimular las culturas nativas,

 y el Artículo 172 que obliga a la preservación de la riqueza antropológica y el Convenio de


Cooperación firmado en 1993 entre la Secretaría de Educación Pública y la Confederación
Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH).
VULNERABILIDAD DE LOS GRUPOS ETNICOS

Los grupos étnicos son limitados a la salud y educación.

Más del 80% de niños indígenas y afro hondureños dejan sus estudios después de la primaria.

La mayoría no tienen acceso completo a los servicios de la salud, ni a una educación de calidad.

Los retos a los que se enfrenta esta población son aumentar la cobertura educativa, tener acceso a
la justicia, combatir la desnutrición y los embarazos en adolescentes.

Las estadísticas revelan que el 83% de niños indígenas abandonaron la escuela después de la
primaria.

De esta población solo el 3.7% tiene acceso a una educación superior, ya sea pública o privada.

El encargado del centro de investigación y promoción de los derechos humanos manifestó que con
la población indígena tenemos graves problemas porque la exclusión, marginación y denigración
suena constantemente, pero el problema es que no se a invertido en la niñez con se debe.

Los niños de estas etnias piden que se mejore el acceso a la educación y cobertura en el área de la
salud.

De las familias de esta comunidad el 69% viven en pobreza, ya que no tienen acceso a servicios
básicos, de estas familias al día sobreviven con menos de 60 lempiras.

Mientras tanto, los pueblos indígenas en su totalidad confrontan invasiones, despojos y


violaciones a los derechos humano. En la mayoría de casos instituciones se encuentran
involucrados en titulaciones anómalas a favor de foráneos.
DESPLAZAMIENTO TERRITORIAL

Actualmente el 8.5% de la población hondureña es emigrante y unas 250 mil personas han sido
desplazadas forzosamente en el territorio nacional. Honduras enfrenta uno de los casos de
movilidad humana más preocupantes a nivel mundial.

-Asesinatos, abusos sexuales, amenazas a muerte, así como el despojo de viviendas y sus tierras,
son parte de los hechos de violencia que podrían desencadenar en el desplazamiento forzado
interno de personas en diversas comunidades indígenas, según un informe del (CONADEH).

Comunidades indígena

Las situaciones de riesgo que enfrentan personas pertenecientes a pueblos indígenas se presentan
en un contexto de lucha por la tierra y territorios, asimismo, por las actividades del crimen
organizado que despoja de la propiedad a los habitantes de pequeñas comunidades.

Desplazamiento forzado

De acuerdo con las denuncias atendidas por el CONADEH, el crimen organizado, es otro factor que
deriva en la vulneración de los derechos de los pueblos indígenas y afro-hondureños.

Datos del Conadeh

Ante esta situación, los pobladores, líderes comunitarios y defensores de derechos humanos de
los pueblos indígenas y del medio ambiente, son criminalizados, al grado, de ser objeto de
persecución, hostigamiento, amenazas de muerte, lesiones y otra serie de flagrantes violaciones a
sus derechos humanos.

Se estima que, en Honduras, la población de los pueblos indígenas y afro-hondureños distribuidos


en comunidades Misquitas, Tawahka, Maya Chortí, Nahua, Pech, Lenca y Tolupán; y personas afro
hondureñas integradas por Garífunas y Negros de Habla Inglesa, asciende a un 8% de los
habitantes del país.
HIDROELECTRICAS, TURISMO Y PERSECUCIÓN
ESTATAL
HIDROELECTRICAS
En el departamento de La Paz existen cuatro hidroeléctricas propiedades de la diputada y
presidenta del Partido Nacional, Gladys Aurora López, que de paso llevan su nombre, pendiente
está de construirse la llamada “Centroamérica”, en el Rio Sasagua, afectando todo el municipio de
Santiago de Puringla, las poblaciones de Jesús de otoro y otras del departamento de Intibucá,
informó Feliz Vásquez López secretario general de la Unión de Trabajadores del Campo, (UTC) del
departamento de La Paz.

UTC es una organización campesina e indígena, últimamente realizan un trabajo de investigación y


denuncias para la defensa de sus comunidades, en cuanto a territorios, zonas productoras de
agua, las hidroeléctricas y los proyectos extractivistas.

El pueblo Lenca de Honduras es uno de los más afectados, ante la construcción de 17 represas en
su territorio. Muchas de ellas reciben o han recibido fondos de los CDM.

El mecanismo estimula el desarrollo sostenible y las reducciones de las emisiones, a la vez que
otorga cierta flexibilidad a los países industrializados para cumplir sus objetivos de reducción de
las emisiones.

En el caso específico de Agua Zarca, la empresa Desarrollo Energético Sociedad Anónima (DESA),
obtuvo un préstamo por 24.4 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración
Económica (BCIE).

La actual administración gubernamental post golpe de Estado se ha destacado por violar de forma
sistemática del derecho a la consulta, al emitir un sinnúmero de leyes y decretos que afectan
directamente los territorios de los pueblos indígenas y su sobrevivencia como culturas
diferenciadas.

La UTC coordina acciones con la Fiscalía de las Etnias para las inspecciones de campo
en asentamientos de las empresas, actualmente están observando los planes de instalación de una
compañía minera que pretende iniciarse en la comunidad de las “Minitas”, la cual no ha podido
ubicarse por la presión de las personas de ese lugar.

“Las represas no traen ningún beneficio a las comunidades y las instalan sin el consentimiento de
las comunidades indígenas, eso lo vemos como un abuso de autoridad de parte de los alcaldes y
violación de los territorios como es el caso de del edil de Santiago de Puringla, él ha tenido acceso
a fondos de la empresa de Sasagua no es decisión de la corporación municipal dar los permisos,
como sucedió con una de Las Auroras que funciona desde hace tres años vendiendo energía”,
denunció Vásquez.

El defensor adujo que los daños ambientales que las hidroeléctricas producen en los ríos son
irreversibles y que los resultados hicieron de las pruebas del Ministerio Público evidenciaran que
“el rio está seco porque la toma la sacaron de la boca del afluente de donde se abastecen las
comunidades, a dos kilómetros arriba, esto significa que al hacer la cortina del muro sobre el
afluente las aguas bajaron poco a poco”, informó Vásquez.

Lo que inquieta a los y las habitantes es que la hidroeléctrica tiene el control total del rio, “no se
consideró que las comunidades iban a quedar atravesando por una sequía, además de los daños
ambientales y las falsas promesas de la empresa, de que iba a sembrar 250 mil árboles y hasta
ahora solo lo ha hecho con 2 mil 500 dentro del perímetro de su dominio”.

Las comunidades indígenas de la zona responsabilizan a las autoridades locales y al poder


Legislativo que otorgó la concesión por 30 años, pasando por sobre la autonomía como pueblo
indígena lenca, “tarde o temprano estas resistencias ante los abusos de las hidroeléctricas
conllevarán a la violación de derechos humanos”, advirtió.

TURISMO
El objetivo es formar a miembros de diferentes etnias hondureñas para integrarles en un sector
que se encuentra en pleno desarrollo, creando tres redes de empresas proveedoras de productos
o servicios turísticos. Miembros de las etnias de los garífunas, los mayas chortí y los afrocaribeños
que se encuentran principalmente en las áreas de Copán Ruinas, Roatán y Bahía de Tela, serán
formados para crear redes de cooperación en aspectos como mercadeo, abastecimiento,
capacitación y acceso al crédito. El proyecto que está apoyado por el Fondo Multilateral de
Inversiones (Fomin) capacitará a 45 formadores de turismo y además junto con el Fondo
Hondureño para la Inversión Social (Fhis) se harán inversiones en servicios básicos y servicios
asociados al turismo en nueve comunidades de las tres etnias participantes. Las tres principales á-
reas que contienen mayor concentración de las tres diferentes etnias son además grandes
atractivos turísticos. Las Ruinas de Copán que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO, en donde se encuentra una gran concentración de mayas chortí, descubre un parque
arqueológico con vestigios de la civilización maya. La isla de Roatán, es una de las tres islas (Roatá-
n, Utila y Guanaja) que forman las Islas de la Bahía, donde el submarinismo es uno de sus
principales atractivos y en donde se ubican la mayoría de afrocaribeños del país. Recientemente se
les ha declarado Zona Libre de Impuestos. Y en Bahía de Tela donde existe gran concentración de
la cultura garífuna se sitúa el segundo jardín botánico más grande del mundo además en uno de
los principales enclaves turísticos hondureños. La industria turística, que es la tercera fuente de
divisas para Honduras, obtuvo unos ingresos de 431 millones de dólares en el año 2005 debido a
que el país recibió 749.400 turistas.
PERSECUCION ESTATAL
Honduras es uno de los países del mundo más peligrosos para velar por la defensa y derechos
territoriales, ambientales y de recursos naturales vinculados con comunidades locales. Así lo
atestigua un informe de la organización Global Witness, que recoge que más de 120 personas han
sido asesinadas en el país entre 2010 y 2016. De gran repercusión internacional fue el caso de
Berta Cáceres, asesinada en 2016, que se opuso a la construcción de un proyecto hidroeléctrico en
el noroeste de Honduras, impulsada por la empresa nacional Desarrollos Energéticos (DESA).

A pesar de que muchas incógnitas siguen sin esclarecerse, entre ellas el autor intelectual del
asesinato, el crimen de Berta Cáceres sirvió para dejar constancia de los vínculos de poder e
intereses que hay detrás de estas persecuciones. Lazos entre un puñado de familias hondureñas,
el ejército, el partido en el gobierno y varios megaproyectos hidroeléctricos en marcha.

En este sentido, los motivos para los asesinatos suelen ser diferentes, pero con características
similares. "Las víctimas eran personas corrientes que se opusieron a las presas, las minas, la tala o
la agricultura en sus tierras y murieron asesinadas por fuerzas del Estado, guardias de seguridad o
asesinos a sueldo. Muchos otros han sido amenazados, atacados o encarcelados", tal y como se
recoge en el informe de Global Witness.

En un artículo publicado en el pasado mes de mayo en Alba Sud, ya alertábamos que el contexto
actual de crisis sanitaria derivada del COVID-19 podía generar un marco de conflictividad aún
mayor. Ya eran numerosas las voces críticas que alertaban desde la sociedad civil del desvío de
recursos de la emergencia para fortalecer al ejército y sus estructuras. Una forma de militarizar la
respuesta y gestión de la crisis sanitaria y de las propuestas derivadas.

Con el paso de los meses, esta situación se ha visto agravada y la sensación de impunidad ha ido
en aumento, hasta desembocar en un grave caso de desaparición de cinco líderes de la comunidad
garífuna. Precisamente, el caso de los territorios garífunas en Honduras, con una creciente
proliferación de proyectos turísticos y turísticos-residenciales en los alrededores de la Bahía de
Trujillo y la Bahía de Tela, en el litoral atlántico del país, ha sido una fuente histórica de disputas
por los derechos territoriales de la comunidad frente a la presión de los grandes lobbys
empresariales.

De hecho, no ha sido una disputa que haya estado exenta de violencia, más bien todo lo contrario.
Según el medio Contracorriente, en los últimos 11 años se han contabilizado hasta siete casos de
asesinatos de población garífuna por defender el medio ambiente y sus derechos sobre el
territorio. Además, la comunidad ha reportado más de 100 ataques contra sus poblaciones, en un
contexto que se ha visto agravado desde 2015. En ese momento., el Estado de Honduras perdió
dos demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), por violación al
derecho ancestral y colectivo del territorio que habitan

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