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Asignación por el principio de Representación

Proporcional

Unidad 1. Sistemas electorales de representación proporcional

Introducción

Las democracias modernas son sustancialmente representativas, aun cuando suelen admitir mecanismos de
participación ciudadana directa, como las consultas o los referendos. En tal virtud, la ciudadanía elige a sus
representantes y, en algunos casos, integra los órganos de gobierno mediante voto popular. En general, las
democracias latinoamericanas son ejemplos de ello; para no ir lejos, en términos de representación política, en
México mediante voto popular se designa a los representantes de los ciudadanos en el ámbito federal y en el
local (Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y congresos estatales) y se designa a los representantes
de las entidades federativas que integran el Senado de la República, pero además de designar representantes,
mediante el voto se elige a quienes habrán de conformar el gobierno, tanto en el ámbito federal (presidente de la
República) como en el local (gobernadores y Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, además de presidentes
municipales, regidores, síndicos, alcaldes y cargos equivalentes).

En consecuencia, las elecciones equitativas, transparentes, y, en general, efectivas y justas son el rasgo
distintivo de las democracias modernas, por ello, es indispensable que los sistemas electorales funcionen
adecuadamente.

Esta Unidad fue diseñada a modo de marco teórico, a partir del cual los participantes refuercen sus
conocimientos acerca de los conceptos inherentes a los sistemas electorales, con énfasis en los modelos de
representación proporcional, para lo cual se explicarán brevemente las fórmulas que suelen ser utilizadas en los
distintos sistemas que no son de mayoría.

1.1 Aproximaciones conceptuales de sistema electoral

Un sistema electoral es el conjunto de disposiciones y procedimientos mediante el cual el resultado de las


elecciones se transforma en un número determinado de cargos de representación política (Chang 1993, 253),
por lo tanto, se refiere a las reglas que permiten a los ciudadanos expresar sus preferencias políticas y a partir de
las cuales es posible transformar los votos en escaños parlamentarios (en el caso del Poder Legislativo) o en
cargos de gobierno (en los casos de elecciones para presidente, gobernador, alcalde, etcétera) (Nohlen 2008, 8).

Leonardo Valdés (2016, 14-15) explica que los sistemas electorales tienen como propósito dar respuesta a
preguntas como: ¿quiénes pueden votar?, ¿quiénes pueden ser votados?, ¿de cuántos votos dispone cada
elector?, ¿cómo pueden y deben desarrollarse las campañas de propaganda y difusión?, ¿cuántos representantes
se eligen en cada demarcación electoral?, ¿cómo se determinan y delimitan los distritos y secciones
electorales?, ¿quiénes y cómo deben encargarse de organizar los comicios?, ¿cómo deben emitirse y contarse
los sufragios?, ¿cuántas vueltas electorales pueden y/o deben realizarse para determinar al triunfador?, ¿quién
gana la elección?, y ¿cómo se resuelven los conflictos que puedan presentarse?.

Algunos autores definen a los sistemas electorales como el conjunto de dispositivos y normas que regulan las
elecciones de un país; cuyo propósito es definir las reglas mediante las cuales los electores pueden expresar su
voto a favor de determinados partidos o candidatos, así como elegir los métodos válidos para convertir estos
votos en cargos de representación popular parlamentarios o ejecutivos (De la Fuente 2006).

En razón de lo anterior, la configuración de un sistema electoral es fundamental en cualquier democracia


moderna, debido a que los elementos o variables que los configuran impactan en la representación política.
Algunos de los elementos de este sistema son (Lijphart 1994, 10-15):

o Circunscripción o distrito
o Tipos de candidatura y de votación
o Fórmulas para la conversión de votos en escaños
o Umbrales o barreras legal y real
o Tamaño de la asamblea

Ilustración 1. Elementos del sistema electoral

Fuente: elaboración propia

Un sistema electoral es el conjunto de disposiciones, procedimientos y reglas que permiten a los ciudadanos
expresar sus preferencias políticas y a partir de los cuales es posible transformar los votos en escaños
parlamentarios o en cargos de gobierno. La selección del tipo y su diseño es fundamental debido a las
implicaciones que tiene en la representación política.

1.2 Elementos de un sistema electoral

Los sistemas electorales se configuran a partir de varios elementos, indispensables para el desarrollo de los
comicios, los cuales se describen a continuación.

Circunscripción o distrito

La circunscripción o distrito es el ámbito territorial en el que se lleva a cabo una elección, el cual se integra por
un número determinado de demarcaciones que son útiles para la organización de las elecciones y para efectos
de representatividad, ya que en cada una de estas unidades territoriales existe —o al menos debe existir— un
número relativamente uniforme de electores.

El tamaño o magnitud de la circunscripción se refiere al número de escaños o puestos de elección popular por
repartir al interior de esta, es decir, el número de escaños o cargos en disputa puede variar entre uno, dos o más.
Si se reparte solo un escaño en cada circunscripción, se trata de una circunscripción uninominal, en cambio, si
se reparte más de un escaño por circunscripción, entonces esta es plurinominal. Cuando se trata de un escaño, la
cantidad de votos que se requiere para ganarlo es mayor en comparación de cuando la circunscripción es
plurinominal, en donde se requieren menos votos para obtener cada escaño (Lijphart 1994, 12). Eso significa
que entre mayor es el tamaño del distrito o circunscripción (mayor número de escaños) más proporcional debe
ser el resultado de la elección. Esto se explicará con mayor detalle en la Unidad 2, cuando se describa el sistema
electoral mexicano.

El tamaño de la circunscripción también es posible que influya en la relación entre el electorado y los
representantes: en una circunscripción uninominal es más probable que el elector consiga entablar una relación
de confianza y responsabilidad con su representante; en cambio, en una circunscripción plurinominal el elector
suele votar por una lista y no por candidatos, lo que no incentiva que se generen vínculos entre sí ( Nohlen
2016).

La organización del territorio en circunscripciones o distritos es fundamental para determinar la relación que
existe entre los votos que se emiten y cómo estos se traducen en escaños, por ello, su delimitación suele ser un
tema de debate político, ya que se puede favorecer o afectar la representación de un partido político o de un
grupo social. El caso más emblemático se presentó en Estados Unidos en 1812 y dio lugar a un fenómeno
denominado gerrymandering, derivado del apellido del entonces gobernador de Massachussets, Elbridge Gerry,
quien con el objetivo de concentrar todas las zonas cuyos votos le favorecían y dispersar así el voto de sus
contrincantes, ordenó una distritación que asemejaba una salamandra (Reynoso 2004, 83).

 Para prevenir este tipo de prácticas, diversas democracias han adoptado el criterio de compacidad, que se
refiere a que los distritos deben mantener una forma geométrica lo más apegada posible a un polígono regular.
Lo anterior porque se considera que con ello se favorece la neutralidad, no solo al brindar una imagen estética
del escenario que minimiza las discrepancias, sino que se considera que así se permite que los distintos grupos
sociales se encuentren en las mismas condiciones de representación, además de facilitar la operatividad en su
interior (López 2006).

La circunscripción o distrito es el ámbito territorial en el que se lleva a cabo una elección, cuya distribución
consiste en el número de demarcaciones en las que se divide un territorio para efectos electorales. La
distribución es importante porque puede favorecer o afectar la representación política de un partido o grupo
social; a la distritación con fines políticos se le conoce como gerrymandering.

Tipos de candidatura y votación

Las candidaturas se refieren a la figura por medio de la cual una persona puede postularse a un cargo de
elección popular, y estas pueden ser de dos formas:

Personal: Se refiere a la candidatura de una sola persona, donde el elector debe decidir simplemente si vota por
ese candidato o por otro. Este tipo de candidaturas favorece la participación de actores no afiliados a los
partidos políticos, es decir, a las candidaturas independientes o ciudadanas.

Por lista: Esta modalidad guarda una estrecha relación con el sistema de partidos, ya que en general son ellos
quienes configuran un catálogo de candidatos que ofrecen al elector. Se pueden distinguir tres variantes de las
candidaturas por lista: cerrada y bloqueada; cerrada y no bloqueada, y abierta; cada una de ellas está asociada
con distintos procedimientos de votación para el elector. La siguiente tabla ilustra esta relación:

Tabla 1. Formas de listas de candidaturas y procedimientos de votación asociados

Si la lista es... Entonces el elector... Resumen


Cerrada y bloqueada: no se Dispone únicamente de un
puede alterar el orden de voto, con el que elige una lista Vota por una lista propuesta
aparición de los candidatos en de candidatos fija, propuesta por un partido.
la lista. por cada partido.
Dispone de un voto para elegir
Cerrada y no bloqueada: se a un candidato dentro de la
Vota por uno de los candidatos
puede alterar el orden de los lista de un partido. Es decir, el
propuestos en la lista del
candidatos en la lista propuesta elector puede cambiar el orden
partido.
por el partido. de prelación de los candidatos
propuestos por el partido.
Dispone de dos votos, por lo
menos: uno para la lista de Vota por el partido y por un
Abierta (no cerrada y no
partido y otra para un candidato de la lista propuesta
bloqueada): se puede
candidato dentro de esa lista. por el partido, o bien vota por
conformar una lista distinta de
Dispone de varios votos y candidatos de distintos
la originalmente propuesta por
puede confeccionar su propia partidos e integra su propia
los partidos.
lista a partir de las propuestas lista.
de los partidos.
Fuente: Elaboración propia

Operativamente las listas abiertas resultan muy complejas, no solo para el elector, sino también para la
autoridad electoral encargada de procesar los resultados. Las listas cerradas y no bloqueadas son más
manejables, aunque requieren de un doble esfuerzo de la autoridad electoral, ya que debe, primero, contabilizar
los votos a favor del cada partido, y luego, los votos obtenidos por cada uno de los candidatos de cada una de
las listas propuestas por los partidos. La forma más sencilla de las candidaturas por lista es la cerrada y
bloqueada, ya que el orden de los candidatos está predeterminado por los partidos y la autoridad solo debe
contabilizar cuántos votos recibió cada uno para determinar cuántos escaños les corresponden siguiendo la lista.
Los mecanismos de asignación se verán más adelante.

El funcionamiento de las candidaturas personales es mucho más sencillo para el elector, en comparación con las
candidaturas por lista, cuya complejidad también impacta en las autoridades encargadas de procesar la votación
para la asignación de escaños. Por ello, en la mayoría de los países del mundo en los que existen las
candidaturas por listas, estas son cerradas, así el elector solo vota por una lista de candidatos de entre una oferta
previamente configurada por los partidos políticos como en el caso de México.

Las candidaturas pueden ser básicamente de dos formas: personal (unipersonal), el elector vota por una sola
persona de entre varias y por lista (pluripersonal), el elector debe emitir su voto a favor de un conjunto de
personas y, en algunos casos, puede influir en su organización.

Fórmulas para la conversión de votos en escaños

Existen dos grandes reglas de decisión para convertir los votos en escaños y que en buena medida definen los
tipos de sistemas electorales: la de mayoría y la de representación proporcional (véase Figura 2). En la decisión
de mayoría gana escaños el partido que obtiene el mayor número de votos; mientras que en la decisión de
representación proporcional obtiene escaños el partido que alcanza un determinado porcentaje de los votos.

Figura 2. Reglas de decisión

Fuente: elaboración propia

Estas reglas de decisión corresponden respectivamente a dos principios de representación con la misma
denominación: el de mayoría y el proporcional (Nohlen 2008, 24):

El principio de mayoría se refiere a que un partido político que haya obtenido la votación más alta, pueda
obtener la mayor parte de los escaños y, por tanto, garantizar un predominio para la toma de decisiones. Por
ejemplo, en un sistema mayoritario, un partido que alcance el 40% de los votos podría terminar obteniendo el
60% de los escaños en el Congreso.

El principio proporcional consiste en obtener la mayor aproximación posible entre el porcentaje de votos


obtenido por los partidos políticos y el número de escaños disponibles y, por tanto, lograr la mayor
representatividad que se pueda de todos los sectores de la sociedad. Por ejemplo, si en un sistema proporcional
con tres partidos, dos partidos alcanzan el 40% y el tercero el 20% de los votos, obtendrían un número de
escaños en el Congreso que representaría un porcentaje proporcional a su votación (40-40-20).

Estas reglas de decisión determinan las fórmulas electorales, que son los procedimientos a través de los cuales
se define al ganador o ganadores de una elección. En este sentido, si la regla de decisión es mayoritaria, la
fórmula utilizada para determinar al ganador puede ser de mayoría relativa o absoluta:

Mayoría relativa o simple: gana el partido o candidato que obtiene más votos. Por ejemplo, en una elección
participan tres partidos: A, B y C, los cuales obtuvieron los siguientes porcentajes de votación A=35%, B=33%,
C=32%; lo que deja ver que se trata de una elección prácticamente dividida en tercios, pero en la que se tendría
que declarar ganador al partido A.

Mayoría absoluta: gana el partido que obtiene la mitad más uno de los votos. Si ningún partido obtiene una
mayoría absoluta, hay que realizar una segunda vuelta de elecciones entre los dos partidos que obtuvieron el
porcentaje de votación más alta en la primera vuelta. Si se retoma el ejemplo del párrafo anterior, tendríamos
que los partidos A y B, que obtuvieron los porcentajes más altos en la primera elección, tendrían que enfrentarse
de nuevo en una segunda ronda, en la que forzosamente uno de los dos tendría que ganar al menos por el 51%
de los votos.

Un caso interesante es la elección presidencial en Costa Rica, donde el candidato ganador requiere obtener por
lo menos el 40% de la votación a su favor y una diferencia de por lo menos 10% con respecto al segundo lugar,
lo que puede catalogarse como una mayoría ponderada o específica, ya que es menor a la mayoría absoluta e
incorpora tres requisitos: la mayor votación, un umbral determinado y una diferencia puntual, teniendo el
propósito de evitar una segunda vuelta pero garantizando al mismo tiempo que el ganador obtenga un respaldo
electoral importante.

Por otra parte, cuando la regla de decisión es proporcional, la expresión de “fórmula electoral” adquiere un
mayor significado semántico, ya que existen diversos procedimientos matemáticos para su configuración. Los
dos tipos más importantes son los procedimientos de divisor y de cociente, aunque existen otros que se utilizan
regularmente. En el último tema de esta Unidad se explican tales fórmulas.

Las reglas de decisión determinan las fórmulas para la asignación de escaños, las cuales pueden ser mayoritarias
o proporcionales. Las primeras definen al ganador de una elección en función de quién obtiene la votación más
alta, aun cuando no sea absoluta, mientras que los segundos implican la asignación de escaños en función del
porcentaje de votos obtenido.

Umbrales o barreras legal y real

Los umbrales o barreras son los límites que las legislaciones electorales imponen a los partidos políticos para
que puedan participar en la asignación de escaños legislativos en los modelos de representación proporcional.

Los umbrales legales o formales pueden expresarse en una cantidad de votos determinada o en un porcentaje de
votos que se exigen en la ley, mientras que los umbrales reales o efectivos se refieren a aquellos casos en que
matemáticamente los partidos quedan excluidos debido a la brecha que existe entre sus porcentajes de votos y el
número de escaños a repartir.

La doctrina ha planteado que los umbrales legales o formales se pueden clasificar básicamente en dos tipos:
altos, cuando la legislación demanda 5% de votos o más para participar en la asignación, y bajos, cuando la
legislación demanda menos de 5% de votos para participar en la asignación.

 Los umbrales electorales se refieren a un mínimo porcentaje de votos que los partidos deben obtener para
participar en la asignación de escaños.

Tamaño de la asamblea

El tamaño de la asamblea o congreso es la cantidad total de escaños o cargos que están en disputa para
conformar un órgano legislativo. En general, las asambleas se pueden clasificar justamente por su tamaño en:
pequeñas: conformadas por 20 miembros o menos; medianas: conformadas por 100 miembros o menos; y
grandes: conformadas por más de 100 miembros.
El tamaño de la asamblea está relacionado con los umbrales ya que, como se mencionó con anterioridad: a
menor número de escaños, más votos se necesitan para obtenerlos; mientras que un mayor número de escaños
requiere un menor número de votos (umbrales efectivos). Aunque también es necesario considerar si el sistema
electoral establece un umbral legal para la asignación de escaños (Lijphart 1994, 63-8).

El tamaño de la asamblea se refiere a la cantidad total de escaños que está en disputa para conformar un órgano
colegiado. Precisamente en función del número de escaños, las asambleas pueden ser pequeñas, medianas o
grandes.

1.3 Clasificación de los sistemas electorales

Existen tres tipos básicos de sistemas electorales: los sistemas de mayoría, los sistemas de representación
proporcional y los sistemas mixtos o combinados.

Figura 3. Clasificación de los sistemas electorales

Sistemas de mayoría o de pluralidad

El rasgo distintivo de los sistemas de mayoría o de pluralidad es que los cargos que se votan son unipersonales,
es decir, respecto a circunscripciones o distritos o uninominales. El ganador es el candidato que haya obtenido
la mayor cantidad de votos en la circunscripción, aunque no necesariamente la mayoría absoluta. Por ejemplo,
el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos se vota en una sola circunscripción, que es todo el
territorio nacional, y puede ser que el candidato ganador apenas supere un tercio de la totalidad de los votos.

Los sistemas de mayoría tienen el propósito de generar un gobierno definido, por lo que tienden a premiar al
partido más grande (en términos de votos). Este tipo de sistemas de mayoría también privilegian la
gobernabilidad, entendida como la capacidad de gestión y la estabilidad del gobierno en turno. Es decir que, en
la medida en que los sistemas de mayoría favorecen a los partidos con mayor fuerza electoral, la oposición
queda reducida y las negociaciones políticas suelen ser más tersas.

Es posible identificar cinco variantes de este sistema: de mayoría simple (MS), voto en bloque (VB), voto en
bloque por partido (VBP), voto alternativo (VA) y doble ronda (DR) (ACE Project s/f). A continuación, se
describe brevemente cada uno y se señalan sus ventajas y desventajas.

o Mayoría simple
Es el sistema más sencillo, pues el candidato ganador es aquel que obtiene el mayor número de votos,
independientemente del porcentaje que representen dichos votos. Entre las ventajas que ofrece se encuentra el
hecho de que permite brindar opciones claramente definidas a los electores, además de que tiende a excluir de la
legislatura a los partidos extremistas con bajos porcentajes de votos, incentiva el vínculo entre los
representantes y representados, debido a que los candidatos tienen un área geográfica definida y el electorado
identifica a un actor al cual pedir cuentas, permite las candidaturas independientes y también la formación de
gobiernos de un solo partido, dando consistencia a algún proyecto político en particular. Sin embargo, como
desventajas se tiene que no permite la representación adecuada de minorías, exacerba la figura de los “bastiones
regionales”, puede incentivar el voto dividido, generando poca aceptación del ganador, y puede tener como
consecuencia que los gobiernos se tornen insensibles a los cambios en la opinión pública.

o Voto en bloque (VB)

Se trata de un sistema en el que los electores disponen de un número de votos igual al de los escaños a elegir.
En este sentido, su principal ventaja consiste en que los electores tienen la libertad de votar por candidatos en lo
individual, independientemente de los partidos a los que representen, aunque tienen en contra el hecho de que
puede resultar desproporcional cuando los electores le dan todos sus votos a un mismo candidato. Es como si en
México los ciudadanos pudieran votar en las elecciones municipales no por planillas, sino por presidente
municipal, regidores y síndicos en lo individual. El voto en bloque fue utilizado en el pasado en sistemas
electorales de países no europeos ni americanos, como Palestina, Bermudas, Fiji y Laos.

o Voto en bloque por partido (VPB)

En este sistema los electores tienen un solo voto y eligen al partido de su preferencia y no a candidatos de forma
individual. Es decir que en una circunscripción plurinominal se votan listas de candidatos o planillas y la que
obtenga más votos se queda con todos los cargos. Como ventaja, esta modalidad de votación incentiva el
fortalecimiento de los partidos, pero sus desventajas son similares a las de mayoría simple, además de que
puede producir resultados poco proporcionales. Siguiendo con el ejemplo de los municipios mexicanos, es
como si en una elección la planilla ganadora se quedara con todos los cargos. Sin embargo, como se verá más
adelante, la asignación de regidurías y sindicaturas en México se realiza por representación proporcional.

Algunos países no occidentales son los que han adoptado el voto en bloque: Libia, Singapur, Túnez, Senegal.

o Voto alternativo (VA)

Es un sistema usado en distritos uninominales en donde el elector ordena numéricamente a los candidatos de su
preferencia, es decir que, en lugar de solo marcar una opción, establece un orden de preferencias: si participan
los candidatos de los partidos A, B, C y D, el elector puede, por ejemplo, marcar así: 1-D, 2-A, 3-B, 4-C.

Aquí aplica la regla de la mayoría absoluta, ya que quien obtenga el 50% más uno de los votos se convierte en
el elegido. En caso de que ningún candidato obtenga la mayoría absoluta, se elimina aquella opción que haya
obtenido menos votos como primer lugar y entonces se toman solo en consideración los votos marcados como
segundas opciones: supongamos que el Partido D obtuvo el 40% de los votos como opción 1 y que el partido C
solo logró el 5% como opción 1, lo procedente es entonces dejar de considerar al partido C y revisar en las
boletas en las que se le marcó como opción 1, cuáles son los partidos marcados como opción 2 y hacer un
recalculo. Este procedimiento que implica eliminar a los partidos menos votados y recalcular con los votos
marcados como segundas opciones se repite hasta que alguno obtenga la mayoría absoluta.

Como ventaja de esta modalidad de voto se tiene que, permite la combinación de intereses diversos y obliga a
los candidatos a salir del confort del “voto duro”, buscando obtener las preferencias de un electorado más
amplio. Sin embargo, como desventaja requiere que el electorado tenga cierto nivel de alfabetización y
conocimientos básicos matemáticos para hacer un uso eficiente de sus votos. Se trata de una modalidad que es
muy poco usada; en la actualidad solo se utiliza en Australia con algunas variaciones y en el pasado se utilizó
también en Papúa Nueva Guinea.

o Doble ronda (DR) o segunda vuelta electoral

El principio de esta variante es que, si un candidato no obtiene la mayoría absoluta en la elección, debe
realizarse una segunda ronda en donde el ganador es declarado electo. Dentro de las ventajas se encuentra que
los electores tienen una segunda oportunidad de votar por la candidatura de su preferencia, o bien hacer uso de
su voto útil, es decir que este modelo obliga a que los electores al final se pronuncien con su voto por algún
candidato “finalista”. Comparte la mayoría de las desventajas de la mayoría simple, donde los resultados son
poco proporcionales. Adicionalmente, la autoridad responsable de organizar las elecciones tiene una mayor
presión ya que debe organizar dos procesos, el segundo poco tiempo después del primero, además de que puede
resultar desgastante en países altamente divididos.

El rasgo distintivo de los sistemas de mayoría o de pluralidad es que normalmente utilizan distritos
unipersonales o uninominales, y el ganador es el candidato que haya obtenido la mayor cantidad de votos,
aunque no necesariamente la mayoría absoluta. Existen diversas variantes de este sistema: de mayoría simple
(MS), voto en bloque (VB), voto en bloque por partido (VBP), voto alternativo (VA) y doble ronda (DR).

Sistemas de representación proporcional

Debido a la afectación de la representatividad implícita en los sistemas mayoritarios, gran parte de las
democracias optan por utilizar los sistemas de representación proporcional o mixtos.

En los sistemas de representación proporcional (RP), también llamados proporcionales, la votación se lleva a
cabo en circunscripciones plurinominales y los escaños se asignan a partir de un determinado porcentaje de los
votos, aunque esto depende de las características particulares que definan al sistema electoral: umbral legal,
tamaño de la asamblea, etcétera, según lo requieran las fórmulas electorales respectivas.

Los sistemas de RP tienen el propósito de asegurar la representación de la mayor parte de las fuerzas políticas
de un país, por lo que intentan reflejarlo en la conformación de su órgano legislativo. Estos sistemas privilegian
la proporcionalidad entre votos y escaños, intentando que tal relación sea lo más equilibrada posible. Por ello,
favorecen el pluripartidismo, es decir, facilitan el ingreso al Poder Legislativo de un mayor número de partidos.

Tabla 2. Ventajas y desventajas de los sistemas de RP

Ventajas Desventajas
 Evitan los resultados poco proporcionales.  La fragmentación puede generar parálisis
 Incentivan acuerdos o relaciones entre grupos legislativas.
partidarios para la conformación de las listas  Dan voz y voto a partidos extremistas.
del partido.  Peligra la gobernabilidad ante gobiernos
 Impiden el número elevado de votos no de coalición débiles.
útiles.  Dan poder de veto a partidos
 Incentivan la representación de las minorías. minoritarios.
 Limitan la formación de bastiones regionales  La remoción de partidos políticos puede
debido a que se compensa a los partidos ser más complicada para el elector.
minoritarios con cierta proporción de  Pueden ser de difícil comprensión para la
escaños.
 Propician la continuidad de proyectos y
estabilidad de políticas públicas a partir del
consenso de varias fuerzas políticas y no solo
ciudadanía
de la decisión del partido mayoritario.
 Visibilizan el ejercicio del poder y acuerdos
entre fuerzas políticas.

Sustancialmente existen dos tipos de sistemas de RP: mediante listas, cuyas variantes se expusieron en el tema
correspondiente a los elementos de un sistema electoral, y el otro es por voto único transferible (VUT), donde
los electores deben marcar sus boletas ordenadamente de acuerdo a sus preferencias. Este sistema es parecido al
de voto alternativo, en el sentido de que los candidatos que superan cierta cuota son elegidos de inmediato, en
tanto que se elimina a los menos favorecidos y sus votos se distribuyen subsecuentemente entre el resto de los
candidatos.

Los sistemas de RP implican necesariamente la aplicación de una fórmula matemática que permita establecer la
proporción entre votos y escaños, por ello es que comúnmente se le denomina fórmula electoral.

Las fórmulas electorales pueden tener como elemento central un factor de distribución basado en divisores, o
bien en cocientes o cuotas. En la siguiente figura se esquematizan los tipos de fórmulas existentes.

Figura 4. Fórmulas de representación proporcional

 Fórmulas con divisores

Las fórmulas electorales con divisores utilizan alguna serie de números, que regularmente comienzan en el uno
y terminan cuando se asigna el último escaño, las más conocidas son: D’Hondt y Sainte-Laguë.

 Fórmula D’Hondt

La votación obtenida por cada partido se debe dividir entre números enteros sucesivos hasta cubrir el número de
escaños a distribuir. La serie de divisores comienza en el uno (1) y termina cuando están repartidos todos los
escaños.

 Fórmula Sainte-Laguë
La votación de los partidos políticos se divide entre una serie de divisores que comienzan en 1.4, seguido de
los números impares sucesivos (3, 5, 7…) hasta cubrir el número de escaños por repartir. Ejemplo: Suecia
(Lijphart 1994, 23). 

 Fórmulas con cocientes o cuotas

Las fórmulas electorales con cocientes o cuotas establecen una cantidad de votos que representa el “costo” de
cada escaño, es decir, a cuánto equivale un escaño en votos. El cociente se obtiene de sumar los votos de los
partidos y dividirlos entre el número de escaños. Las fórmulas más conocidas de este tipo son: Hare, Droop e
Imperiali.

 Fórmula Hare

El procedimiento Hare se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución, que se obtiene de dividir
la suma total de la votación entre el número de escaños por repartir. La asignación de escaños se basa en el
número de veces que el cociente de distribución cabe en la votación de cada partido, es decir, hay que dividir la
votación recibida de cada partido entre el cociente de distribución. El número resultante, sin tomar en cuenta los
decimales y sin redondear, es el número de escaños que debe recibir el partido. Este procedimiento
regularmente se complementa con el método de “restos mayores”, que consiste en obtener los remanentes o
restos de votación de cada partido político, una vez aplicado el cociente de distribución. Los restos se ordenan
de mayor a menor y es en este orden que se asignan los escaños faltantes. Ejemplo: Alemania Federal hasta
2008 (Lijphart 1994, 23). 

 Fórmula Droop

El procedimiento Droop se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución, que se obtiene de


dividir la votación total de los partidos políticos entre el número de escaños a repartir más uno. Al igual que
ocurre con la fórmula de Hare, la asignación de escaños se basa en el número de veces que el cociente de
distribución cabe en la votación de cada partido, es decir, hay que dividir la votación recibida de cada partido
por el cociente de distribución. El número resultante, sin tomar en cuenta los decimales y sin redondear, es el
número de escaños que debe recibir cada partido. Este procedimiento también se complementa con el método
de restos mayores para asignar todos los escaños.

 Fórmula Imperiali

El procedimiento Imperiali se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución, que se obtiene de


dividir la votación total de los partidos políticos entre el número de escaños a repartir, más dos. Igual que en los
ejemplos anteriores, la asignación de escaños se basa en el número de veces que el cociente de distribución cabe
en la votación de cada partido, es decir, hay que dividir la votación recibida de cada partido entre el cociente de
distribución. El número resultante, sin decimales y sin redondear, es el número de escaños que debe recibir el
partido. Este procedimiento también se complementa regularmente con el método de restos mayores para
asignar todos los escaños.

 Otras fórmulas

 Proporciones matemáticas
Con este procedimiento se asigna a cada partido político el número de escaños en relación directa con la
proporción de la votación obtenida. Para ello, se transforma la votación de los partidos en proporciones a partir
de la siguiente

      2. Voto doble

En este procedimiento el electorado tiene dos votos y funciona mediante el sistema de listas cerradas y no
bloqueadas; uno de los votos es para elegir el partido político de su preferencia y el otro para señalar el
candidato de la lista del partido de su selección.

Para repartir los escaños, se identifican, primero, los partidos políticos que cuenten con el mayor número de
votos y después se identifica a los candidatos más votados de las listas de dichos partidos. Es decir, se usa una
de las fórmulas de RP antes descritas para asignar los escaños entre los partidos y posteriormente los escaños de
cada partido se asignan a los candidatos más votados de sus listas. La asignación de escaños se realiza de
manera proporcional a los

Las fórmulas para calcular los escaños en los sistemas electorales son tan importantes que, con una misma
votación, la integración de un parlamento puede variar. Por lo tanto, los sistemas electorales juegan un papel
definitorio en la distribución del poder político dentro de un régimen democrático. En la siguiente tabla se hace
un comparativo de la distribución de los escaños por partido a partir de cada fórmula: 

Tabla 3. Comparativo de distribución de escaños por fórmula electoral

Partido D’Hon Sainte- Har Droo Imperia Proporciones Voto


Votos
s dt Languë e p li matemáticas doble
A 22,000 2 2 2 2 2 2 2
B 17,000 1 2 1 2 1 1 1
C 5,500 0 0 1 0 0 1 1
D 26,000 3 2 2 2 3 2 2

Es evidente entonces que las fórmulas tienen diferentes efectos sobre la distribución de escaños, mientras
algunas favorecen a los partidos más votados (D’Hondt e Imperiali), otras a los partidos medianos (Sainte-
Laguë y Droop) o a los pequeños, por lo que son más proporcionales (Hare y Proporciones matemáticas). El
efecto del Voto doble depende de la fórmula matemática que se aplica para la asignación de los escaños entre
los partidos. A continuación, se muestra un recurso didáctico que ilustra lo explicado:

Tipos de Fórmulas de Representación:

D´Hondt.

 Este método beneficia a los partidos grandes.


 La votación obtenida por cada partido se divide, a partir de la unidad, por números enteros sucesivos hasta cubrir el
número de escaños a distribuir.
 La serie de divisores comienza en el uno y termina cuando están repartidos todos los escaños.
SAINTE-LAGUÉ.
 Este método beneficia a los partidos medianos.
 La votación de los partidos se divide entre una serie de divisores que comienzan en 1.4, seguido de los
números impares sucesivos (3, 5, 7 …) hasta cubrir el número de escaños por repartir.

FORMULAS DE COCIENTES (O CUOTAS)


HARE.
 Se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución, que se obtiene de dividir la suma total de la
votación entre el numero de escaños por repartir.

DROOP.
 Se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución, que se obtiene de dividir la votación total de los
partidos entre el número de escaños a repartir mas uno.

IMPERIALI.
 Se realiza mediante la aplicación de un cociente de distribución que se obtiene de dividir la votación
total de los partidos entre el número de escaños a repartir más dos.
MÉTODO DE PROPORCIONES MATEMÁTICAS.
 Se asigna a cada partido político el número de escaños en relación directa con la proporción de la
votación obtenida.
Para ello se transforma la votación de los partidos en fracciones a partir de la siguiente formula:

VOTO DOBLE.
 En este procedimiento el electorado tiene un voto para el partido político de su preferencia y otro para
elegir el candidato de la lista del partido de su selección
 Se identifican primero los partidos políticos que cuenten con el mayor número de votos, y después se
identifican a los candidatos mas votados de las listas de dichos partidos
En los sistemas de representación proporcional (RP) la votación se lleva a cabo en circunscripciones
plurinominales y los escaños se asignan a partir de un determinado porcentaje de los votos con base en una
fórmula electoral. Las fórmulas electorales se clasifican dependiendo del elemento central que usen para la
distribución: con divisores, o con cocientes o cuotas. Los sistemas de RP privilegian la proporcionalidad entre
votos y escaños, intentando que la relación sea lo más equilibrada posible.

Sistemas mixtos o combinados

Los sistemas mixtos o combinados retoman elementos del sistema de RP y de mayoría. Intentan relacionar las
ventajas de la gobernabilidad y de la proporcionalidad, tratando de asegurar la representación de diversas
fuerzas políticas.

En los países contemporáneos existen variaciones de los sistemas proporcionales. Algunos de ellos pretenden
equilibrar ambas rutas, dividiendo los escaños en partes iguales entre mayoría y RP. En algunos otros países
existe predominancia de un sistema por el otro, por ejemplo, el modelo mayoritario predomina en Italia y
Tailandia, mientras que en Alemania y Nueva Zelanda lo hace el proporcional.

Para el análisis de los sistemas mixtos es importante tomar en cuenta las relaciones entre ambas vías, por
ejemplo, si son dependientes o independientes entre sí, es decir, si existe vinculación entre la votación o
resultado electoral de las dos rutas. Así, en algunos países se vota por separado por la vía de MR y la de RP
(Alemania, Hungría), mientras que en otros hay un solo voto que sirve para determinar a los ganadores de las
elecciones por ambos principios (México, Corea del Sur). Finalmente, las relaciones entre ambos principios
pueden ser un factor a considerar para evitar la sobrerrepresentación o subrepresentación de los partidos, es
decir, la vinculación entre el número de escaños que obtiene el partido con el principio dominante puede limitar
el número de curules asignados con el principio complementario.

Los efectos de cada sistema dependen de su diseño particular. En general, los sistemas mixtos son criticados por
ser muy complicados en su aplicación y por generar dos clases de representantes. Por otro lado, entre sus
ventajas se puede mencionar que no desperdician votos, son más incluyentes y propician la rendición de
cuentas.

Los sistemas mixtos o combinados retoman elementos de RP y de mayoría para tratar de asegurar la
representación de diversas fuerzas políticas al relacionar las ventajas de la gobernabilidad y de la
proporcionalidad.

Índice de proporcionalidad

La relación que existe entre el porcentaje de votos obtenidos y el porcentaje de escaños que se distribuyen entre
las fuerzas políticas en competencia es una proporción, de tal suerte que, cuando la relación entre los votos de
los ciudadanos y los escaños distribuidos se expresa en porcentajes, se obtiene el índice de proporcionalidad.

La proporcionalidad es una forma de cuantificar la relación que existe entre un sistema electoral y un sistema de
partidos, a la luz de los votos que se emiten y la manera en que se materializa la representación política. Se usa
para medir la desproporcionalidad de un resultado electoral en comparación con los puestos de elección popular
que se ganan; en otras palabras, es la diferencia entre el porcentaje de votos obtenidos y el porcentaje de
escaños asignados a los partidos.

Para realizar la medición de proporcionalidad es necesario convertir los votos y los escaños de cada partido en
porcentajes, a fin de realizar un cotejo de ambos. Si se presentan diferencias, la relación es la siguiente:

Subrepresentación: cuando se presenta un menor porcentaje de escaños frente al porcentaje de votos.

Sobrerrepresentación: cuando se presenta un mayor porcentaje de escaños frente al porcentaje de votos.

La medición de la proporcionalidad permite mostrar qué tan desproporcional es un sistema electoral y cómo
influye en el sistema de partidos. Esta relación se puede manifestar de acuerdo a lo siguiente:

Un sistema electoral proporcional tiende a disminuir los sesgos de sobrerrepresentación y subrepresentación.

Un sistema electoral desproporcional tiende a generar sesgos de sobrerrepresentación para los partidos grandes
y de subrepresentación para los partidos chicos.

De acuerdo con Lijphart, los diversos sistemas electorales tienden a sobrerrepresentar a los partidos grandes y a
subrepresentar a los otros partidos (1994, 160-1). Esto sucede porque las reglas electorales específicas pueden
estar diseñadas para “premiar”, por ejemplo, al partido mayoritario al adjudicarle más escaños, en perjuicio de
los otros. En este sentido, el mismo Lijphart afirma que todos los sistemas electorales tienden a
sobrerrepresentar a los partidos grandes a través de generar resultados desproporcionales, reducir el número
efectivo de partidos parlamentarios en comparación con el número efectivo de partidos electorales y/o fabricar
una mayoría parlamentaria para partidos que no han recibido el respaldo mayoritario de los votantes.
Estas tres tendencias son mucho más fuertes en los sistemas de mayoría que en los de representación
proporcional. Sin embargo, en los sistemas de RP, las reglas también pueden excluir del reparto a los partidos
que no alcancen el umbral legal y entonces la distribución de escaños se realiza únicamente entre los que logran
rebasar la barrera.

La sobrerrepresentación o subrepresentación por sí mismas no son necesariamente un fenómeno negativo. En


todos los sistemas electorales contemporáneos este fenómeno se presenta en mayor o menor medida. Esto es así
precisamente porque los sistemas electorales tienen umbrales que no permiten la representación de todas las
fuerzas políticas en competencia. Pero los umbrales son importantes en la medida en que buscan garantizar un
mínimo de representatividad entre los integrantes del poder legislativo, de manera que la toma de decisiones en
su interior no sea fraccionada y se asegure con ello un piso básico de gobernabilidad.

La proporcionalidad es la relación que existe entre el porcentaje de votos obtenidos y el porcentaje de escaños
que se distribuyen entre las fuerzas políticas en competencia. Las diferencias pueden ser de sub- o
sobrerrepresentación.
Unidad 2. El sistema electoral mixto mexicano

Introducción

A partir de lo estudiado en la unidad anterior es posible explicar las características del sistema
electoral mexicano, respecto al cual se puede adelantar que se trata de un sistema mixto, en razón de
que algunos cargos son electos por mayoría relativa (MR) y otros por representación proporcional
(RP). Por ejemplo, al titular del Poder Ejecutivo —bien sea en el ámbito federal (presidente de la
República) o de las entidades federativas (gobernadores y jefe de gobierno de la Ciudad de México)—
se le elije por el principio de mayoría relativa; pero en el caso del Poder Legislativo, algunos escaños
se votan en distritos uninominales por el principio de MR y otros son asignados mediante el principio
de RP. El caso de los ayuntamientos es similar: se votan planillas encabezadas por candidaturas a
presidencias municipales y la planilla con más votos gana ese cargo, pero algunas de las regidurías y
sindicaturas son asignadas por el principio de RP, en función de lo que establezcan las leyes
electorales de cada entidad federativa.

La naturaleza mixta del sistema electoral mexicano se advierte con mayor nitidez en el caso de los
órganos legislativos y de los ayuntamientos, ya que los integrantes de un mismo cuerpo legislativo o
municipal se eligen mediante dos principios distintos: MR y RP, aunque existe preponderancia del
modelo de mayoría.

2.1 Características del sistema electoral mexicano

Durante la mayor parte del siglo XX México contó con un sistema de mayoría. Fue hasta la reforma
electoral de 1977 que se definió que 100 diputaciones se elegirían por el principio de representación
proporcional, aunque en 1963 se observa un antecedente de este mecanismo en la figura de los
diputados de partido, el cual consistía en que a cada partido que obtuviera el 2.5% de la votación se
le asignarían cinco diputados y podría obtener más por cada medio punto porcentual de votos, hasta
alcanzar un máximo de 20 (DOF 1963).

Años más tarde, en 1996, se introdujo el principio de RP al Senado de la República, ya en el marco de


las reformas electorales del periodo de transición de un sistema de partido hegemónico a un sistema
de partidos competitivo. La siguiente ilustración da cuenta de las principales reformas relacionadas
con la introducción del principio de representación proporcional al sistema electoral mexicano.

Ilustración 1. Reformas de la representación proporcional en México


Las reglas para integrar el Congreso de la Unión permiten advertir que el sistema electoral mexicano
es de tipo mixto, ya que tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores se integran por dos
principios, el de MR y el de RP. En el caso del Senado hay un tercer método de elección, el de primera
minoría, que se verá más adelante.

Los subsistemas electorales que han sido adoptados por las entidades federativas son del mismo tipo,
ya que en todos los casos los congresos locales se integran por ambos principios, aunque, al igual
que como sucede con el Congreso de la Unión, existe cierta preponderancia del sistema de MR.

Con el propósito de identificar con mayor claridad las características del sistema electoral mexicano
en la actualidad, a continuación, se describen las generalidades que aplican para el caso del Congreso
de la Unión.

El sistema electoral en México es del tipo mixto, ya que hay cargos que se eligen por el principio de
MR y otros por el de RP. La integración del Congreso de la Unión ilustra muy bien esta característica.

2.2 Integración de la Cámara de Diputados

La Cámara de Diputados está integrada por 500 diputaciones, de las cuales 300 son electas por el
principio de MR, mediante el sistema de distritos uninominales, y 200 por el principio de RP, mediante
el sistema de listas regionales (véase Ilustración 2). Como se puede apreciar, a pesar de tratarse de un
sistema mixto, en este caso en concreto existe predominio del sistema de MR, ya que son más las
diputaciones que se eligen por este principio, aun cuando existe una proporcionalidad medianamente
equilibrada de 60%-40%.

Ilustración 2. Integración de la Cámara de Diputados

Fuente: Elaboración propia con base en CPEUM, artículo 52

Para la elección de las diputaciones de MR el territorio se divide en 300 distritos uninominales, en


tanto que, para la elección de diputaciones de RP, la organización territorial electoral consiste en
cinco circunscripciones plurinominales, en cada una de las cuales son electos 40 diputados o
diputadas (CPEUM, artículo 53).

En este diseño mixto el principio de MR condiciona la asignación de escaños de RP, en razón de que,
para que los partidos políticos puedan competir por diputaciones de RP, deben registrar candidaturas
de MR en por lo menos 200 distritos uninominales (es decir, en dos terceras partes del total de
distritos), además de que deben obtener un umbral mínimo del 3% de la votación válida emitida
(CPEUM, artículo 53, fracciones I y II).

La votación válida emitida se integra por los votos depositados a favor de los diversos partidos
políticos y de las candidaturas independientes, deduciendo los votos nulos y los correspondientes a
las candidaturas no registradas. (Tesis LIII/2016 de la Sala Superior del TEPJF)

En general, los sistemas electorales suelen tener un sesgo de sobrerrepresentación, pero en el caso
del Congreso mexicano desde la Constitución se establece un mecanismo de control, de tal suerte
que existen dos límites de sobrerrepresentación política en la Cámara de Diputados (CPEUM, artículo
54):

o Los partidos no pueden tener más de 300 diputaciones por ambos principios.
o Ningún partido puede exceder el 8% de sobrerrepresentación por ambos principios.

A manera de excepción, la segunda regla no aplica a aquel partido que exceda el porcentaje de
escaños de sobrerrepresentación a partir de sus triunfos en los distritos de MR.
México tiene un sistema electoral mixto con preponderancia de la regla de mayoría. Esto se advierte
de manera muy clara en la integración de la Cámara de Diputados, ya que 300 legisladores o
legisladoras se eligen por el principio de MR y 200 por RP.

Asignación de diputaciones de representación proporcional

Conforme a los contenidos abordados en esta Unidad, a continuación se explicará el procedimiento


de asignación de escaños de representación proporcional para la Cámara de Diputados. Para iniciar es
conveniente mencionar nuevamente que la Cámara de Diputados se integra por 500 representantes,
de los cuales 300 son electos según el principio de MR y 200 por RP (CPEUM, artículo 52). Los de
mayoría se eligen en igual número de distritos uninominales, de tal suerte que el candidato a
diputado de MR que obtiene el mayor número de votos en el distrito es quien obtiene el escaño.

Por otra parte, el sistema de asignación que se emplea para las diputaciones de RP utiliza dos
elementos: cocientes y restos mayores (LGIPE, artículo 16). Como ya se indicó, para que los partidos
puedan acceder a su distribución, deben registrar candidaturas por el principio de MR por lo menos
en las dos terceras partes de los distritos uninominales, es decir, en 200 de ellos, y obtener como
mínimo 3% de la votación válida emitida (CPEUM, artículo 54, fracciones I y II).

Para las elecciones de las diputaciones por el principio de RP, el territorio nacional se divide en cinco
circunscripciones plurinominales y en cada una se eligen 40 diputaciones por este principio.

Después de determinar el número de diputaciones correspondiente a cada partido, se realiza la


distribución de los mismos entre las cinco circunscripciones, también de acuerdo al sistema de
cociente y restos mayores (LGIPE, artículo 19). En el ámbito federal en México se usa la fórmula
electoral Hare para la asignación de escaños.

También es importante tener presente los límites de sobre representación ya mencionados, los cuales
constituyen reglas constitucionales a efecto de que ningún partido político quede sobrerrepresentado
en la Cámara de Diputados, a saber:

o ningún partido político puede tener más de 300 diputaciones por ambos principios.
o ningún partido puede tener un porcentaje de diputaciones por ambos principios que
represente un porcentaje mayor al 8% de la votación nacional emitida a su favor.

Como ya se adelantó, esta última limitante no aplica al partido que, debido a sus triunfos en los
distritos uninominales, obtenga un porcentaje de curules superior a la suma de su porcentaje de
votación más ocho puntos (CPEUM, artículo 54, fracciones IV y V). En otras palabras, el límite de
sobrerrepresentación aplica únicamente en la etapa de asignación de escaños por el principio de RP,
ya que esta no puede modificar los triunfos obtenidos en los distritos uninominales.

A continuación, ve el siguiente video del procedimiento de distribución de escaños de representación


proporcional para la Cámara de Diputados. Es muy importante mencionar que la información
contenida en el video es sustantiva y, por lo tanto, está relacionada con los ejercicios de evaluación.
Después de revisar el video, es importante resaltar que la votación válida emitida (VVE) se calcula al
restar a la votación total emitida, los votos nulos y los votos de los candidatos no registrados.

Por su parte, la votación nacional emitida (VNE) se calcula de restar a la votación total emitida, los
votos de los partidos políticos que no alcanzan el 3% de la votación válida emitida, los votos de
candidatos independientes, los votos nulos y los votos de los candidatos no registrados. Es decir que
solo cuentan los votos que se convertirán en escaños, que servirán para integrar la representación
política.

Es importante mencionar que si bien la LGIPE en su artículo 15, no precisa que también debe
desconcentrarse para el cálculo de la VNE los votos de los candidatos no registrados, el INE a través
de una interpretación sistemática y funcional de dicha norma determinó que también deben
deducirse los votos de los candidatos no registrados a efecto de contar con una fórmula de
proporcionalidad pura y no crear una distorsión indebida (INE CG302/2018).

Una vez que ya se sabe cuántos diputados por RP corresponden a cada partido político, y después de
verificar que todos se ubiquen dentro de los márgenes de sobre y sub representación establecidos en
la Constitución, el último paso de la asignación consiste en identificar el número de diputados que
corresponden a cada partido por circunscripción, para lo cual se recurre nuevamente al mecanismo
de cociente.

En la siguiente ilustración se resume lo explicado en esta sección.

Ilustración 3. Pasos para asignar diputados federales por RP


 La asignación de escaños de RP para integrar la Cámara de Diputados excluye a todos los partidos
que no hayan alcanzado el 3% de la votación válida emitida o que no hayan postulado candidaturas
por MR en al menos 200 distritos uninominales. La asignación usa la fórmula de Hare, es decir, aplica
un cociente electoral y restos mayores.
2.3 Integración de la Cámara de Senadores

El Senado de la República se integra por 128 legisladores o legisladoras, de los cuales 64 son electos
por el principio de MR, 32 por un principio denominado de primera minoría y 32 por el de RP (véase
Ilustración 4).

Ilustración 4. Integración del Senado de la República

Fuente: Elaboración propia con base en CPEUM, artículo 56

Las senadurías de MR son votadas en las entidades federativas. Para ello, los partidos políticos deben
registrar una lista con dos fórmulas de candidaturas por estado y ganan las dos más votadas. Así se
eligen los 64 senadores o senadoras de MR. La senaduría de primera minoría se asigna a la fórmula
de candidaturas que haya ocupado el segundo lugar en número de votos en la entidad de que se
trate (CPEUM, artículo 56), con lo que se designan 32 legisladores más. Las 32 senadurías restantes se
eligen mediante un sistema de listas votadas en una sola circunscripción plurinominal nacional
(CPEUM, artículo 56). Igual que para el caso de las diputaciones, el umbral para que los partidos
políticos tengan derecho a participar en la asignación de escaños por este principio es de 3% de la
votación válida emitida.

 De los 128 legisladores que integran la Cámara de Senadores, 32 son electos por el principio de RP.

Asignación de senadurías de representación proporcional

El sistema de asignación que se emplea para las senadurías de RP es de cocientes —mediante la


fórmula de Hare— y restos mayores, como en el procedimiento de asignación para la Cámara de
Diputados (LGIPE, artículo 21). Cada partido político registra una sola lista nacional y para la
asignación se considera a todo el territorio nacional como una sola circunscripción (CPEUM, artículo
56), a diferencia de la asignación para la Cámara de diputados, que se distribuye en cinco
circunscripciones.

Para acceder a la distribución de escaños por este principio, los partidos deben obtener por lo menos
el 3% de la votación válida emitida (CPEUM, artículo 54, fracciones I y II), como sucede con las
diputaciones, pero en este caso no existen límites a la sobrerrepresentación.
Consulta el video que se te proporciona a continuación para conocer a detalle el procedimiento de
asignación de curules de RP para el Senado de la República. Recuerda que el video contiene
información sustantiva y que es de consulta obligatoria para tu adecuado aprendizaje del tema.

Como complemento del video anterior, en la Ilustración 5 se esquematiza el procedimiento en seis


pasos.

Ilustración 5. Asignación de escaños por RP en el Senado de la República


La asignación de escaños de RP para integrar el Senado de la República también utiliza un mecanismo
basado en cociente electoral y restos mayores, como en la asignación de diputaciones, pero, a
diferencia de esta, en la asignación de senadurías no existe un límite de sobrerrepresentación.

La asignación de escaños de RP para integrar el Senado de la República también utiliza un mecanismo


basado en cociente electoral y restos mayores, como en la asignación de diputaciones, pero, a
diferencia de esta, en la asignación de senadurías no existe un límite de sobrerrepresentación.
2.4 Criterios recientes en la asignación de escaños federales

El año 2018 fue crucial en la historia electoral de México, puesto que fue muy probablemente el
periodo en que ha habido una mayor actividad comicial, tanto en el ámbito federal como en el local,
además de que fue el escenario en el que la reforma de 2014 en la materia obtuvo sus máximos
alcances.

Criterios de paridad en la representación proporcional

En razón de que la reforma de 2014 en materia político-electoral elevó a rango constitucional el


principio de paridad, es importante recordar que debe garantizarse la paridad de género en la
postulación de candidaturas de los órganos de representación popular tanto federales, como locales
y municipales, lo que ha sido reiterado por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación (Jurisprudencia 6/2015 del TEPJF). En el mismo sentido, conviene señalar que al
momento de concluir la elaboración de este contenido recién había sido aprobada en el Congreso de
la Unión una reforma a los artículos 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115 de la Carta Magna, para establecer
la obligatoriedad constitucional de observar el principio de paridad en la integración de los Poderes
de la Unión, cuyo esquema también será aplicable en los estados y ayuntamientos. El dictamen se
turnó a los congresos locales para sus efectos legales (Boletín N°. 1697).

Para el proceso electoral federal 2017-2018, el Instituto Nacional Electoral (INE) identificó una
tendencia de los partidos políticos de encabezar sus listas de candidaturas de RP con personas del
género masculino, lo que genera mayores posibilidades de que sean hombres los que accedan a esos
cargos de elección popular. Por lo anterior, respecto a la integración de la Cámara de Diputados, el
INE, en clave de acción afirmativa, aprobó como condición que dos de las cinco listas por
circunscripción tenían que ser encabezadas por el mismo género, ya fueran hombres o
mujeres (INE/CG508/2017).

Adicionalmente cada una de las listas debía respetar el criterio de alternancia (artículo 234 LGIPE), el
cual se refiere a que se debe intercalar el género de las fórmulas hasta agotar la lista. Además, la ley
establece que se debe cumplir con un criterio que evite que a partir de las suplencias se quebrante el
principio de paridad, en razón de lo cual la fórmula debe estar integrada por personas del mismo
género (LGIPE, artículo 14).

Respecto a la integración del Senado, además de los criterios de alternancia y suplencia respecto a la
lista de las 32 senadurías de representación proporcional que presentaron cada uno de los partidos,
se estableció como una acción afirmativa del proceso electoral 2017-2018, que esta debía ser
encabezada por mujeres (INE/CG508/2017).

Las listas de representación proporcional pueden ser un vehículo eficaz para lograr la paridad en la
conformación de los órganos de representación política, porque el principio de paridad se inscribe de
origen. En palabras del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón: "Las diputaciones de representación
proporcional es donde más se puede incidir con el objetivo de incrementar las posibilidades de que
las mujeres integren el órgano legislativo, porque la designación depende del orden de la lista de
candidaturas y de la votación que hubiese obtenido el partido político en cuestión" (Voto
concurrente, SUP-JRC-4/2018).
Para el proceso Electoral Federal 2017-2018, el INE aprobó un acuerdo que obligaba a los partidos
políticos a que dos de sus cinco listas plurinominales para la asignación de escaños por RP en la
Cámara de Diputados estuvieran encabezadas por mujeres, lo mismo que la lista de candidaturas por
el mismo principio para el Senado de la República.

Análisis de la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados 2018

Respecto a las diputaciones plurinominales de la elección 2018, diversos partidos impugnaron el


acuerdo de asignación emitido por el INE (INE/CG1181/2018), entre otras razones por considerar que
existía una sobrerrepresentación de Morena.

Lo que ocurrió es que diversas candidaturas registradas por el Partido del Trabajo en realidad
pertenecían a militantes de Morena.

Los partidos impugnantes estimaban que el INE debió analizar la militancia efectiva de estas personas
para efectos de calcular los límites constitucionales de sobrerrepresentación.

En la sentencia SUP-REC-934/2018 la mayoría de magistrados de la Sala Superior del TEPJF desestimó


los argumentos, en síntesis, con base en la jurisprudencia 29/2015, que permite que candidatos de un
partido político puedan ser postulados por otro cuando exista un convenio de coalición. Asimismo, se
interpretó que este convenio de coalición ya no podía ser modificado, dado que concluyó la etapa de
preparación de la elección y dichos actos debían ser considerados definitivos y firmes. Se estimó,
asimismo, que no existe la obligación por parte de la autoridad electoral de analizar de forma especial
y cabalmente el origen y adscripción de los candidatos postulados por una coalición.

El magistrado Felipe de la Mata emitió un voto razonado, pues en su opinión la aplicación de la


jurisprudencia 29/2015 debe ser valorada y tendría que interrumpirse para casos futuros por ir en
contra de otros valores constitucionales, como es el equilibrio que busca el sistema de representación
proporcional frente a desviaciones del sistema mayoritario. En cambio, el magistrado Reyes Rodríguez
Mondragón emitió un voto particular al considerar que lo procedente en este caso era revocar el
acuerdo del INE, dado que la integración real del Congreso sí reflejaba una sobrerrepresentación del
partido Morena.

Para el proceso Electoral Federal 2017-2018, mediante el acuerdo INE/CG1181/2018 el Consejo


General del INE realizó la asignación de escaños por el principio de RP para la Cámara de Diputados,
el cual fue impugnado ante la Sala Superior del TEPJF por una supuesta sobre representación de
Morena derivada de candidaturas postuladas por un partido distinto. La Sala Superior consideró por
mayoría que esto era viable a partir del convenio de coalición.
Unidad 3. Representación proporcional en el ámbito
subnacional
Introducción

Atendiendo a los principios del federalismo, las reglas para llevar a cabo la integración de los
congresos estatales y los ayuntamientos varían en cada entidad federativa, a pesar de que en todas
ellas existen elementos comunes. En función de ello, las reglas generales que se han adoptado en las
legislaciones locales para realizar la asignación de escaños de representación proporcional (RP)
permiten establecer una clasificación de los distintos sistemas electorales en el ámbito subnacional.

Para la asignación de diputaciones por el principio de RP se observará que la mayoría de las


entidades federativas sigue un modelo de asignación directa para los partidos que alcanzan un
umbral mínimo, mientras que casi todos los ayuntamientos siguen una fórmula de proporcionalidad
pura integrada por un cociente natural y resto mayor.

A continuación se explicará en qué consisten estas reglas generales, que han terminado de
configurarse a partir de criterios jurisprudenciales establecidos por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

3.1 Asignación de diputaciones locales de representación proporcional

Antecedentes

Los sistemas electorales en las entidades federativas de México han tenido una evolución entrelazada
entre lo que determina la legislación federal y la libertad de configuración legislativa de cada entidad,
por lo que han surgido diferencias pronunciadas en los modelos de asignación, no obstante estar
basadas en elementos comunes.

Fue en el contexto de la transición democrática de los años noventa que el principio de


representación proporcional adquirió un carácter de obligatoriedad para la integración de los
congresos locales, con la reforma de 1996 al artículo 116 de la Constitución, que constriñó a las
entidades federativas para que adecuaran sus sistemas electorales a fin de incluir “diputados elegidos
según los principios de mayoría relativa y de representación proporcional”, dejando a la libre
configuración las reglas específicas de la elección y asignación (DOF 1996).

Este mandato constitucional se complementó con lo dispuesto por la SCJN al resolver la acción de
inconstitucionalidad 6/96, respecto a la reforma de ese año. A partir de sus facultades en materia de
control constitucional, la SCJN estableció una serie de reglas generales que debían ser tomadas en
consideración por las legislaturas locales para sus mecanismos de asignación de escaños por el
principio de RP, las cuales fueron recogidas posteriormente por la misma Corte para emitir la
jurisprudencia P./J. 69/98 MATERIA ELECTORAL. BASES GENERALES DEL PRINCIPIO DE
REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL. Tales reglas se refieren a lo siguiente:

o Condicionamiento del registro de la lista de candidaturas plurinominales a que el


partido participe con candidaturas a diputados por mayoría relativa en el número de
distritos uninominales que la ley señale.
o Establecimiento de un mínimo porcentaje de la votación estatal para la asignación de
diputaciones.
o Asignación de diputaciones, independiente y adicionalmente a las constancias de
mayoría relativa que hubiesen obtenido las y los candidatos del partido de acuerdo con
su votación.
o Precisión del orden de asignación de las y los candidatos que aparezcan en las listas
correspondientes.
o El tope máximo de diputaciones por ambos principios que puede alcanzar un partido
debe ser igual al número de distritos electorales.
o Establecimiento de un límite a la sobrerrepresentación.
o Establecimiento de las reglas para la asignación de diputaciones conforme a los
resultados de la votación.

En el mismo sentido, resultó sumamente pertinente que la SCJN fijara otro criterio de uniformidad,
consistente en guardar una proporción similar a la integración del Congreso federal, es decir, de 60-
40, predominando el sistema de mayoría (Acciones de inconstitucionalidad 7/97, 37/2001 y
acumuladas, 3/2002, 15/2003, 41/2008 y acumuladas, 10/2009 y 21/2009).

Como ya se mencionó en las Unidades previas, el 10 de febrero de 2014 se publicó una reforma
constitucional que modificó todo el sistema electoral del país, de la cual derivaron algunas leyes
secundarias, entre las que destacan la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales
(LEGIPE) y la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), instrumentos mediante los cuales el legislador
federal pretendió uniformar parcialmente el procedimiento de asignación de las diputaciones de
representación proporcional en los congresos locales.
Con la reforma constitucional de 1996 en materia político electoral las entidades federativas se vieron
obligadas a introducir el principio de RP en sus legislaciones, aunque fue a partir de criterios emitidos
por la SCJN que se fijaron elementos comunes en los distintos sistemas electorales subnacionales.

Reglas generales para la integración de congresos

Aun cuando cada entidad federativa ha definido su propio esquema de asignación de escaños para
integrar sus respectivos congresos, es posible advertir algunas reglas generales. La principal, por tener
rango constitucional, se refiere a un límite de sobre- y subrepresentación que toma como parámetro
dos elementos obtenidos por cada partido político: el número de curules y el número de votos; la
diferencia entre uno y otro elemento no puede exceder ocho puntos porcentuales (CPEUM, artículo
116, fracción II). Así, un partido político puede haber obtenido un número de curules superior a la
proporcionalidad de votos que obtuvo, pero este excedente o sobrerrepresentación no puede ser
superior a 8%; de forma inversa, es posible que un partido tenga menos curules en comparación con
la proporción de votos obtenido, pero esta diferencia negativa o de subrepresentación tampoco
puede exceder un 8%.

Es importante señalar que esta regla —también recogida en la Ley General de Partidos Políticos— no
resulta aplicable a aquellos partidos políticos que por sus triunfos en distritos uninominales obtengan
un porcentaje de curules superior al porcentaje de su votación emitida más el ocho por ciento
(CPEUM, artículo 116, fracción II; LGPP, artículo 9, párrafo 1, incuso c). Por ejemplo, si un solo partido
político obtuviese el triunfo en todos los distritos electorales uninominales de una entidad federativa,
es seguro que por este hecho estará sobrerrepresentado, pero no podrán quitársele escaños, ya que
estos fueron ganados por voto popular directo, de tal suerte que, para evitar una mayor
sobrerrepresentación lo procedente sería dejarlo fuera del mecanismo de asignación por RP.

Por otro lado, en todos los casos las legislaciones locales han fijado un umbral electoral mínimo para
que los partidos políticos tengan derecho a recibir diputados por el principio de RP; incluso, en un
buen número de leyes estatales este umbral forma parte del mecanismo de asignación, ya que aquel
partido que alcance el 3% de la votación válida emitida se le asignará de manera directa un escaño de
RP. De hecho, esta disposición estaba contenida tanto en la Ley General de Instituciones y
Procedimientos Electorales como en la Ley General de Partidos Políticos (LEGIPE, artículo 28. 2, incisos
a y b; LGPP, artículo 9, fracciones I y II, inciso c), en un claro intento del legislador por uniformar
algunas reglas para la asignación de escaños. Sin embargo, en la acción de
inconstitucionalidad 22/2014 y sus acumuladas, la SCJN declaró inconstitucional este procedimiento,
al estimar que “la legislación general en materia electoral no está constitucionalmente autorizada para
determinar algún aspecto de dicho procedimiento”, ya que es de competencia de las legislaturas
locales: “De esta norma se advierte que existe disposición constitucional expresa, en el sentido de que
son las leyes de las entidades federativas las que deberán establecer las fórmulas para la asignación
de diputados de representación proporcional, respetando solamente los límites a la
sobrerrepresentación o subrepresentación” (Acción de inconstitucionalidad 22/2014).

A pesar de lo anterior, antes de que la SCJN declarara inconstitucional la obligación de las entidades
federativas de incluir la asignación directa como el primer paso en los mecanismos de RP, muchos
estados ya habían incluido ese procedimiento en sus constituciones y leyes electorales, con lo cual se
dio un importante esfuerzo de homogenización de los sistemas electorales en las entidades
federativas (24 estados emplean esa fórmula).

En el siguiente video se explica con mayor detalle la asignación directa de escaños de RP en algunas
entidades federativas, puesto que no aplica en todas ni en el ámbito federal. Es importante enfatizar
que es obligatoria la consulta de este video, en razón de que no solo es un recurso didáctico, sino
que contiene información sustantiva para el aprendizaje.

A pesar de que cada entidad federativa ha configurado sus propios mecanismos de asignación por RP
para la integración de sus respectivos congresos, es posible advertir algunas reglas generales, como
respetar los límites de sobre- y subrepresentación establecidos en la Constitución general y asignar
de forma directa una curul al partido que obtenga el 3% de la votación válida, aunque esta última es
una regla adoptada solo por 24 legislaciones locales.

Clasificación de los modelos de asignación de RP para integrar congresos locales

En general es posible identificar tres variables que resultan claves para el funcionamiento de los
sistemas electorales en las entidades federativas y particularmente importantes para la asignación por
RP para la integración de congresos:

o El tamaño de la asamblea.
o La proporción entre los escaños de RP y de MR.
o La regulación del ajuste a los límites de sobre- y subrepresentación.

El tamaño de la asamblea es un factor fundamental, ya que determina la viabilidad del sistema en su


conjunto. Por ejemplo, es posible que en los congresos pequeños la cantidad de escaños a distribuir
no sea suficiente para llevar a todos los partidos dentro de los mínimos constitucionales de sobre- y
subrepresentación, sobre todo si se respeta al mismo tiempo el procedimiento de asignación directa.
Es decir, si existen 10 escaños a repartir y hay 8 partidos políticos que alcanzaron el umbral legal,
después de la asignación directa solo quedarían dos escaños por distribuir, por lo que es muy
probable que los partidos políticos más votados queden sub-representados.

De la mano de lo anterior viene la proporción entre los escaños que se votan por mayoría y los que se
asignan por RP, puesto que, a pesar de que los criterios de la Suprema Corte obligan a los congresos
locales a mantener la proporción 60-40 entre la vía uninominal y la plurinominal, no todos los estados
cumplen con ello. En este sentido, entre menor sea el número de escaños de RP, resulta más difícil
que la totalidad de los partidos se mantengan dentro de los límites constitucionales de sobre- y
subrepresentación.

Al margen de lo anterior, las legislaciones locales han establecido mecanismos de ajuste a los límites
de sobre- y subrepresentación que se diferencian en función de un factor clave: el momento en que
debe realizarse tal ajuste; esto, a su vez, depende del momento en que se lleva a cabo la
comprobación de los umbrales de sobre- y subrepresentación. En ese sentido, la comprobación
puede hacerse:

o En cada paso de la asignación.


o Al inicio y al final del procedimiento de asignación.
o Únicamente al final del procedimiento de asignación.

En general existen tres formas de corrección para preservar los límites de sobre- y subrepresentación:

o Quitando los escaños necesarios de un partido sobrerrepresentado y asignándolos


directamente al partido con mayor subrepresentación, y viceversa (ajuste simple).
o Reasignando únicamente los escaños excedentes mediante un cociente ajustado
(reajuste).
o Reiniciando el procedimiento para asignar de nuevo todos los escaños (reinicio).

A partir de los elementos descritos hasta ahora, se pueden agrupar los sistemas de asignación de RP
para integrar los congresos de las entidades federativas en dos familias: las que utilizan la asignación
directa como primer paso y las puras, que comienzan con el cálculo del cociente. A su vez, los
modelos de asignación directa se pueden subdividir en tres modelos y estos en varias clases definidas
por el momento en que se debe hacer la comprobación de los límites de sobre- y subrepresentación,
así como por el tipo de ajuste que se requiere en cada caso. Adicionalmente, la familia de cocientes
se puede dividir en tres clases, igualmente en función del momento de la comprobación y el tipo de
ajuste (véase Tabla 1).
Tabla 1. Sistemas electorales para la conformación de los Congresos locales

Familia Modelos Comprobación Ajuste Integrantes


 Aguascalientes
 Baja California
Sur
 Coahuila
 Colima
Por pasos Simple  Morelos
 Nuevo León
 Querétaro
 Sonora
 Yucatán

 Jalisco
Al inicio y al  Puebla
Asignación directa, cociente, restos Simple
final  Tamaulipas
mayores
Asignación
 Campeche
directa
 Chiapas
 Estado de
México
 Guanajuato
Al inicio y al Reinici  Guerrero
final o  Hidalgo
 Nayarit
 San Luis Potosí
 Sinaloa
 Tabasco

Asignación directa, expectativa, restos  Baja California


Por pasos Simple
mayores
 Chihuahua
Asignación directa, rondas Por pasos Simple

Cociente Cociente, restos mayores  Michoacán


Por pasos Simple  Tlaxcala

Al inicio y al  Zacatecas
Simple
final
Al inicio y al Reinici  Ciudad de
final o México
 Durango
 Oaxaca
 Quintana Roo
 Veracruz

De la tabla anterior vale la pena destacar dos variantes interesantes de la categoría de asignación
directa: Baja California y Chihuahua.

En Baja California, en vez de aplicar el cociente se calcula la expectativa del número de escaños de
cada partido con base en su porcentaje de votación y el número de escaños en el congreso local, el
cual se compara con el número de escaños que tiene cada partido por MR y asignación directa. Por
otra parte, en el caso de Chihuahua, la asignación se realiza por rondas, que consiste en otorgar un
escaño a los partidos que hayan alcanzado el 3% de la votación válida emitida, después a los que
hayan obtenido el 5%, el 10% y, si aún quedaran escaños, el 20% de la votación. Por consiguiente, el
procedimiento consiste en rondas de asignación directa.

También es importante precisar que, incluso dentro de cada grupo de asignación de escaños, hay
muchas variaciones que dependen del tamaño del congreso y la proporción de escaños de RP, como
se señaló previamente, pero también en relación con criterios técnicos, por ejemplo, el parámetro de
votación que en cada legislación se utiliza para comprobar el umbral, calcular el cociente y comprobar
los límites de sobre- y subrepresentación.

En los casos en que una ley electoral local es omisa acerca de cuándo se deben comprobar los límites
de sobre- y subrepresentación, el TEPJF ha determinado de manera consistente que la comprobación
debe realizarse por pasos (SUP-REC-544/2015 y SUP-REC-561/2015 acumulados). El TEPJF también ha
señalado que, en el caso de omisiones para establecer el procedimiento de ajuste, se debe hacer un
ajuste simple (SUP-REC-741/2015 y acumulados; SUP-REC-575/2015 y SUP-REC-596/2015
acumulados; SUP-REC-841/2015 y acumulados). En el caso de omisiones para establecer el
procedimiento de ajuste por subrepresentación, la integración actual de la Sala Superior ha
determinado que, cuando es posible, la compensación debe hacerse utilizando los escaños de
cociente y resto mayor para evitar afectar el pluralismo político al retirar los escaños de asignación
directa (SUP-REC-1320/2018 y acumulados). Los principales métodos de ajuste se describen en el
siguiente video.

Aunque existen ciertas reglas generales para la asignación de escaños de RP en las entidades
federativas, el congreso de cada estado determina sus propias reglas a partir de la figura de libertad
de configuración legislativa. En la actualidad existen diferencias importantes en el mecanismo
adoptado por cada entidad federativa, pero aun así es posible identificar una clasificación general de
dos familias de sistemas: asignación directa y de proporcionalidad pura. Conforme al momento en
que se debe realizar la comprobación de los límites de sobrerrepresentación, la primera familia se
puede subdividir en cinco grupos y la segunda en tres.

3.2 Asignación de regidurías de representación proporcional

En términos del artículo 115 de la Constitución federal, todas las entidades federativas tienen como
imperativo incluir el principio de representación proporcional para la integración de los
ayuntamientos, por lo que, al igual que los otros órganos de representación política del país, estos se
conforman mediante un sistema electoral mixto, en el sentido de que se votan planillas encabezadas
por una candidatura a la presidencia municipal —que se elige por mayoría relativa— pero
conformadas también por candidaturas para ocupar regidurías y sindicaturas, algunas de las cuales se
asignan por RP.

Sin embargo, cada entidad federativa, al cobijo de la libertad de configuración legislativa, tiene sus
particularidades para la asignación de regidurías y sindicaturas de representación proporcional; en
algunos casos, incluso, difieren de las reglas de asignación de sus congresos. Para corroborar esto
basta recordar que en la mayor parte de los estados (24) la fórmula para la conformación de los
congresos incluye como primer paso la asignación directa, mientras que, para la conformación de los
ayuntamientos, 20 estados siguen una fórmula de cociente electoral y resto mayor.

Otra cuestión que es muy distinta en cada entidad federativa es el número de regidurías a repartir
mediante este principio, ya que varían en función de la densidad demográfica. Algunas contemplan
un número amplio de hasta 10 o 15 regidurías, mientras que otras sólo contemplan dos o tres como
en el caso de Tabasco.

Un elemento adicional a destacar es que en la mayoría de los estados tienen derecho a esta
asignación los partidos que alcanzan el umbral mínimo del 3% de la votación válida emitida en el
municipio, sin embargo, en otras entidades se contemplan umbrales más bajos, como en
Aguascalientes, Sonora o Tamaulipas, o más altos, en caso de que hubieran participado en
candidatura común o coalición, como en el caso de Baja California Sur. La Ciudad de México y
Tlaxcala no contemplan, en contraste, umbral alguno.

Por otra parte, en la mayoría de los estados los partidos o planillas que obtuvieron el triunfo de
mayoría relativa no tienen derecho a participar en la asignación de RP, sin embargo, en otras se
permite esta asignación, en algunos casos con límites específicos de sobrerrepresentación, como en el
estado de Guerrero, Morelos, San Luis Potosí y Tlaxcala.

Al respecto es importante resaltar que la mayoría de las entidades no establecen en sus legislaciones
límites a la sub- y sobrerrepresentación en el ámbito municipal. No obstante, originalmente tanto la
Suprema Corte como la Sala Superior del TEPJF habían considerado que tales límites tenían que ser
aplicados en la asignación (Jurisprudencia P./J. 19/2013; Jurisprudencia 47/2016), pero recientemente
ambas instancias se apartaron de este criterio (Tesis: P./. 36/2018; SUP-REC-1715/2018).

En cuanto a quiénes pueden ser objeto de asignación, en algunas entidades se permite la asignación
por planillas de candidaturas comunes o coaliciones, mientras que en estados como Tabasco solo se
reparten a las candidaturas registradas por los partidos políticos de manera individual o candidaturas
independientes con derecho a ello.

Asimismo, en algunas entidades la planilla que hubiese obtenido más votos es excluida de la
asignación de escaños por RP; por ejemplo, las candidaturas a la presidencia municipal en el Estado
de México o a las alcaldías en Ciudad de México que obtuvieron el triunfo por MR no tienen derecho
a la asignación de regidurías o concejales de representación proporcional, respectivamente. Hablando
del caso del Estado de México, el Código electoral establecía como requisito para tener derecho a
esta asignación haber registrado planillas en al menos cincuenta municipios de la entidad, precepto
que fue declarado inconstitucional por la SCJN en la Acción de inconstitucionalidad 50/2016.

Las reglas para la conformación de los ayuntamientos varían en cada entidad federativa, aunque en
general se considera que se integran mediante sistemas electorales mixtos, debido a que se votan
cargos de MR y de RP.

Fórmulas de asignación

A pesar de las diferencias establecidas por las 32 legislaturas locales para la integración de los
ayuntamientos o equivalentes mediante el principio de RP, es posible identificar cuatro modelos:

o En 20 entidades federativas se sigue una fórmula integrada por un cociente electoral y


resto mayor.
o En 10 entidades se sigue un modelo de asignación directa de acuerdo a un porcentaje
mínimo.
o En Oaxaca se asignan las regidurías de acuerdo al resultado de multiplicar las regidurías
por el porcentaje obtenido por cada partido político.
o En Yucatán se contemplan porcentajes específicos para alcanzar cierto número de
regidurías.

A partir de estas variables es posible clasificar las 32 entidades federativas (véase Tabla 2).

Tabla 2. Fórmulas de regidurías de representación proporcional en las entidades federativas

Fórmula Entidades Federativas


Cociente electoral y resto mayor o Baja California Sur
o Campeche
o Chiapas
o Colima
o Ciudad de México
o Durango
o Guanajuato
o Hidalgo
o Jalisco
o México
o Michoacán
o Morelos
o Nayarit
o Puebla
o Quintana Roo
o San Luis Potosí
o Tabasco
o Tlaxcala
o Veracruz
o Zacatecas

o Aguascalientes
o Baja California
o Chihuahua
o Coahuila
o Guerrero
Asignación directa o Nuevo León
o Querétaro
o Sinaloa
o Sonora
o Tamaulipas

Regidurías que resulten del porcentaje de votos o Oaxaca


obtenidos
Regidurías de acuerdo a porcentajes o Yucatán
preestablecidos

Candidaturas independientes de representación proporcional

Hay entidades federativas que expresamente señalan en su legislación que por ningún motivo
quienes se postulen por una candidatura independiente podrán participar en la asignación de
regidurías de RP. Por lo mismo, para calcular la votación municipal emitida se establece expresamente
en su normativa, que se debe restar también la votación obtenida por las candidaturas
independientes. En contraste, hay entidades que sí contemplan esta posibilidad en sus legislaciones.

Al respecto, es importante precisar que la Sala Superior del TEPJF, a fin de garantizar el principio de
igualdad en el acceso a los cargos públicos, estableció que los candidatos independientes tienen
derecho a participar en la asignación de regidores por el principio de representación proporcional
(J544urisprudencia 4/2016). Esto, en la práctica, ha significado que, a pesar de que muchas personas
postuladas mediante una candidatura independiente a las presidencias municipales no hayan ganado
ese cargo, ha sido posible que los ayuntamientos se integren con sindicaturas y principalmente
regidurías de personas sin partido.

Las leyes electorales de algunas entidades federativas no permiten la asignación de regidurías por el
principio de RP. No obstante, la Sala Superior del TEPJF se ha pronunciado en el sentido de permitir
que planillas conformadas por personas sin partido participen en la asignación por RP.

3.3 Representación proporcional y paridad de género

La reforma electoral de 2014 incorporó un principio de paridad que se agotaba en la postulación de


candidatos, en el sentido de que los partidos políticos estaban obligados a postular el mismo número
de candidaturas para hombres que para mujeres, aunque desde entonces se han llevado a cabo
importantes esfuerzos para que tal principio de paridad se vea reflejado también en la conformación
de los órganos colegiados integrados mediante el voto popular, como lo pone de manifiesto la Tesis
IX/2014 de la Sala Superior del TEPJF: “(…) la cuota de género debe generar sus efectos no solo al
momento del registro de la lista de candidaturas, sino también al momento de la asignación de
curules de representación proporcional, toda vez que, conforme a una interpretación pro persona, el
establecimiento de un número determinado de candidaturas reservadas para las mujeres es
únicamente el primer paso para lograr su ingreso al órgano legislativo; sin embargo, para que la
misma resulte efectiva es necesario que la cuota trascienda a la asignación de diputaciones de
representación proporcional”.

En el mismo sentido, desde hace tiempo la Sala Superior del TEPJF ha reconocido que la autoridad
electoral debe dotar de eficacia a los principios democráticos de equidad de género e igualdad de
oportunidades en el acceso a la representación política, por lo que “está facultada para remover todo
obstáculo que impida la plena observancia de la paridad de género en la integración de los
ayuntamientos.” Tesis XLI/2013. En este orden de ideas, las autoridades electorales están facultadas
para emitir reglamentos y lineamientos a efecto de garantizar la paridad de género tanto en el
registro de candidaturas como en la integración de los congresos y los ayuntamientos. Esto lo ha
reiterado el TEPJF en diversas sentencias: SUP-REC-1183/2017; SUP-JDC-1172/2017 y acumulados,
y SUP-RAP-726/2017 y acumulados.

Así, a partir de las facultades reglamentarias de las autoridades administrativas locales ha sido posible
incorporar ciertas reglas que favorecen la representación política de las mujeres. Por ejemplo, en Baja
California el Ople incluyó como acción afirmativa en el Reglamento para el registro de candidaturas a
cargos de elección popular, que las listas de diputaciones de RP serían encabezadas por mujeres y
que, al menos en tres de los cinco municipios, deberían postularse mujeres para las presidencias
municipales. Dos partidos políticos se inconformaron argumentando que con ello se trastocaba la
autodeterminación de los partidos políticos y el derecho de reelección de los alcaldes en los
ayuntamientos. El Tribunal Electoral de Baja California y la Sala Superior del TEPJF confirmaron como
válidas dichas medidas, al considerar que estas tenían como propósito superar la desigualdad
histórica del género femenino en puestos de elección popular (SUP-JRC-4/2018 y SUP-JRC-5/2018
acumulados).

En el ámbito de las entidades federativas, algunas leyes locales también han contribuido al propósito
de que la paridad se manifieste en representación política, como en el caso de Chiapas, en cuyo
código electoral se establece que el criterio que debe prevalecer en caso de que los cargos en disputa
por el principio de RP sea un número impar consistirá en que la mayoría corresponda al género
femenino (CEPCECH, artículos 19 y 27).

En este orden de ideas, es importante destacar la reforma constitucional en materia de género


aprobada el 6 de junio de 2019, con la que se refuerza y amplía el principio de paridad, no solamente
en el ámbito electoral, ya que, además de hacerse explícito para la postulación de candidaturas, se
debe observar para realizar nombramientos de entidades de gobierno en los ámbitos federal y local,
así como en la integración de organismos autónomos (CPUM, artículo 41 párrafo segundo y párrafo
tercero base I).
A partir de la incorporación del principio de paridad de la reforma de 2014, se han llevado a cabo
importantes esfuerzos para que este principio no se agote en la postulación de candidaturas, sino que
trascienda a la integración por voto popular de órganos colegiados.

Orden de prelación

Por regla general, al momento de asignar los escaños las autoridades electorales están obligadas a
seguir el orden de prelación que presenten los partidos políticos, aunque pueden existir ciertas
excepciones para favorecer el principio de paridad, no solo en la postulación de candidaturas, sino
también en el de la representación política. Así lo estableció la Sala Superior del TEPJF en
la Jurisprudencia 36/2015, al considerar que, en caso de que un género quede sub-representado, la
autoridad podrá establecer medidas tendentes a la paridad, siempre que no se afecten otros
principios, como el de auto-organización de los partidos políticos o el de sufragio popular. La misma
jurisprudencia establece que deberá atenderse a las reglas específicas de la normativa aplicable “a fin
de armonizar los principios que sustenten la implementación de una medida especial en la asignación
de diputaciones o regidurías por el principio de representación proporcional y hacer una ponderación
a fin de que la incidencia de las medidas tendentes a alcanzar la paridad no implique una afectación
desproporcionada o innecesaria de otros principios o derechos implicados.”

Este criterio jurisprudencial reconoce la posibilidad de alterar el orden de prelación propuesto por los
partidos políticos en sus listas de candidatos, pero como una excepción a la regla general que se
refiere a respetar tal orden como una manifestación de la auto-organización de los partidos. No
obstante, también existen algunos casos en que la legislación o los lineamientos locales pueden
establecer disposiciones precisas al respecto. Por ejemplo, en el Código Electoral del Estado de
Coahuila de Zaragoza se considera obligación del OPLE hacer la sustitución correspondiente cuando
el congreso o el ayuntamiento no resulten integrados de forma paritaria (CEECZ, artículo 19, numeral
5). Esto ha llevado a que en algunos casos los órganos de representación queden integrados incluso
por más mujeres que por hombres, como sucedió en el municipio de Múzquiz, donde se asignaron
cuatro regidurías de RP a mujeres y dos a hombres, lo que dio como resultado que el ayuntamiento
quedara integrado por 10 mujeres y ocho hombres. La Sala Superior consideró que en este caso no
debía hacerse un ajuste de la asignación, al estimar que, en razón de que esta medida constituía una
acción afirmativa en beneficio de las mujeres, no podía aplicarse de forma inversa en su perjuicio
(SUP-REC-1279/2017).

Por otra parte, en San Luis Potosí el OPLE aprobó unos lineamientos para cumplir con la paridad, los
cuales establecían que el género que estuviera sub-representado en la lista de candidaturas a
diputaciones de mayoría relativa sería quien encabezaría la lista de representación proporcional. Una
ciudadana que había sido registrada en la segunda posición de la lista de RP del Partido del Trabajo
impugnó dicho registro por considerar que ella debía encabezar la lista, ya que el género femenino
estaba sub-representado en las candidaturas de MR. La Sala Regional Monterrey del TEPJF estimó que
no era así, dado que las postulaciones de MR del partido en cuestión habían sido registradas en
coalición, por lo que debían ser consideradas de forma independiente a las candidaturas de RP. Al
escalar el asunto a la Sala Superior esta instancia dio la razón a la ciudadana, por considerar que los
partidos políticos tienen la obligación de postular sus candidaturas de forma paritaria
invariablemente, ya sea que el partido compita en una elección en lo individual o como parte de una
coalición (SUP-REC-454/2018).

Por regla general las fórmulas que presenten los partidos políticos deben ser integradas por personas
del mismo género. Sin embargo, cabe precisar que la Sala Superior del TEPJF ha señalado que,
tratándose de la postulación de fórmulas encabezadas por hombres, la posición de suplente puede
ser ocupada, de manera indistinta, por un hombre o una mujer (Tesis XII/2018).

Como cierre de esta sección, vale la pena tener presente que hay entidades federativas en las que la
legislación prescribe acciones afirmativas en materia electoral no solo en beneficio de las mujeres,
sino también para otros colectivos considerados en situación de desventaja inmerecida o de
vulnerabilidad, como personas indígenas, jóvenes y migrantes (Gilas et. Al. 2016)

Por regla general, las autoridades electorales están obligadas a respetar el orden de prelación que
presenten los partidos políticos en sus listas de candidaturas, aunque pueden existir ciertas
excepciones para favorecer el principio de paridad a partir de precedentes judiciales, la facultad
reglamentaria de los Ople y la legislación local.

3.4 Criterios recientes en la asignación de escaños en las entidades federativas

Para concluir esta unidad, a continuación se describen algunos casos que dan cuenta de los criterios
más relevantes adoptados por la Sala Superior en los procesos electorales de 2018, respecto a la
asignación de escaños por RP en el ámbito subnacional.

Coaliciones y representación proporcional

Uno de los temas que más llamaron la atención en relación a la asignación de diputaciones
plurinominales de los Congresos locales en 2018 fue respecto a cómo deben entenderse las
coaliciones para efectos de la representación proporcional y los límites de sobre- y
subrepresentación, en particular a partir de lo resuelto por la Sala Superior en el asunto SUP-REC-
941/2018, sobre la integración del Congreso del Estado de México.

La asignación realizada por el Ople local (ver Tabla 1) fue impugnada ante el tribunal electoral local,
instancia que modificó tal asignación al considerar que la Coalición "Juntos haremos historia" debía
ser entendida como una sola fuerza política para efectos de representación proporcional. De esta
manera el tribunal local calculó, a partir de la votación válida emitida por los partidos de la coalición
en conjunto, que el número máximo de diputados que podía tener era de 40, y dado que ya tenía 42
por el principio de mayoría relativa, los partidos que integraban la coalición no deberían tener
derecho a la asignación por el principio de RP (ver Tabla 2).
Tabla 1. Asignación Instituto Electoral del Estado de México

Tabla 2. Asignación Tribunal Electoral del Estado de México


La sentencia mediante la cual el tribunal electoral local modificó esta asignación fue impugnada ante
la Sala Regional Toluca del TEPJF, la cual decidió revocarla por estimar que cada partido debía ser
considerado como un ente individual. Se arribó a esta determinación, principalmente, porque la Sala
consideró que el convenio de coalición había causado un efecto distorsionador de la voluntad
popular, por lo que en plenitud de jurisdicción solo asignó cuatro diputaciones a Morena para que
entrara en el límite de subrepresentación permitido constitucionalmente (ver Tabla 3).

Tabla 3. Asignación Sala Regional Toluca

El asunto escaló hasta la instancia de la Sala Superior, que revocó la sentencia de la Sala Regional
Toluca. Ello, porque se estimó que no cabía hacer el análisis de la proporcionalidad exacta en el
sistema de mayoría relativa, dado que el sistema electoral del Estado de México es un sistema
electoral mixto, que permite las desviaciones naturales de la mayoría relativa. Además, la Constitución
general da prevalencia a la MR, ya que en caso de que un partido rebase el límite del 8% a causa de
sus triunfos de MR, estos deben prevalecer.

Por lo anterior, la Sala Superior en plenitud de jurisdicción realizó una nueva asignación,
considerando a cada partido político como un ente individual, lo que dio como resultado que el
partido Morena quedara con 11 diputaciones de RP.

Tabla 4. Asignación Sala Superior

Las coaliciones no deben ser consideradas como una sola fuerza política para efectos de la
asignación de RP, sino que cada partido político que la integra tiene que ser considerado como una
entidad individual.

Paridad y discapacidad en Zacatecas

Un caso que llamó significativamente la atención en el marco de los procesos electorales locales de
2018 tiene que ver con el proceso de asignación de diputados por RP para integrar el Congreso de
Zacatecas.

El Consejo General del Ople local aprobó el cómputo estatal de la elección de diputados, declaró la
validez de la elección y asignó las diputaciones correspondientes por el principio de representación
proporcional, para quedar de la siguiente manera:
Tabla 5. Asignación Instituto Electoral del Estado de Zacatecas

Vale la pena señalar que el Consejo General del Ople determinó que, en el caso del Partido Acción
Nacional (PAN), de las asignaciones que se le realizaron, al ser una del género masculino, se debía
cambiar la misma por una del género femenino.

El acuerdo de asignación fue controvertido ante el Tribunal Electoral local en primera instancia y
después ante la Sala Regional Monterrey del TEPJF, autoridad que, en plenitud de jurisdicción,
determinó la integración del Congreso del estado de Zacatecas. Para aplicar el principio de paridad, la
Sala Monterrey advirtió que el Congreso de Zacatecas se integraría por 18 hombres y 12 mujeres, a
partir de lo cual realizó los ajustes necesarios a efecto de arribar a la integración paritaria de 15
hombres y 15 mujeres.

La metodología que la Sala Regional Monterrey adoptó para llegar a este resultado consistió, en
primer término, en preservar el orden de las listas de cada partido político, sin embargo, al no
conseguirse la integración paritaria, consideró necesario realizar un ajuste precisando que la
sustitución debía recaer en las fórmulas de los candidatos que tuviesen el menor porcentaje de la
votación válida emitida, y cuando la sustitución recayera en un partido que hubiese recibido dos o
más curules, se afectaría al ubicado en último lugar de su lista de prelación.

Siguiendo el principio de alternancia paritaria, la lista de candidatos por RP del PAN estaba
encabezada por una fórmula integrada por personas del sexo masculino, lo mismo que la fórmula que
se registró en tercer lugar; la segunda y la cuarta fórmulas estaban conformadas por personas del
sexo femenino. Lo que hizo la Sala Monterrey para alcanzar la democracia paritaria en el Congreso de
Zacatecas fue asignar los escaños a la segunda y cuarta fórmulas, integradas por mujeres.
Esta decisión fue controvertida mediante el recurso de reconsideración marcado con la clave SUP-
REC-1150/2018, por quien fuera candidato a diputado local registrado en la primera posición de la
lista de candidatos de RP del PAN, quien defendía su derecho a que no se le retirara la diputación
asignada en beneficio de una fórmula integrada por mujeres, en razón de que él era una persona con
discapacidad, por lo que esa sustitución le significaba los siguientes agravios:

o Se violentó su derecho humano de igualdad sustantiva y voto pasivo, ya que la Sala


Monterrey omitió realizar un examen de igualdad, protección especial y reforzada por
su condición de discapacidad, además de que eludió ejercer una medida afirmativa,
puesto que solo se rigió bajo parámetros de representatividad y paridad de género.
o La Sala responsable no realizó un estudio o juicio que concluyera que existía
discriminación hacia él, al confirmarse la sustitución de su candidatura a diputado de
representación proporcional por el PAN, sin atender a las consideraciones jurídicas y de
hecho sobre su discapacidad.
o Existían otras alternativas para alcanzar el equilibrio de género, sin detrimento de su
condición de discapacidad, porque podían realizarse ajustes en otras fórmulas de
candidaturas de género masculino.
o La responsable omitió establecer las medidas necesarias para revertir la situación de
desventaja por encontrarse en una situación de discapacidad.

A lo largo de la cadena impugnativa también se resolvió una controversia que tenía que ver con un
escaño que se disputaban el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Morena por los límites de
sobre- y subrepresentación, pero lo que interesa destacar aquí es la sustitución de una de las
fórmulas registradas por el PAN.

La Sala Regional Monterrey, al realizar la designación de candidaturas electas mediante el principio de


RP, consideró que era necesario hacer ajustes en el orden de prelación de las listas de los partidos
políticos para efectos de cumplir con la paridad en la integración del Congreso. Sin embargo, pasó
por alto la situación de hecho y jurídica del actor, quien tenía a su favor una protección reforzada por
su condición de discapacidad, ya que la entidad cuenta con la Ley para la Inclusión de las Personas
con Discapacidad del Estado de Zacatecas, que en su artículo 51, fracciones II y IV, prevé que la
autoridad electoral garantizará a las personas con discapacidad sus derechos políticos y la posibilidad
de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás, lo cual es acorde y se inscribe en la línea
establecida por la Constitución, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y
la Ley General de Inclusión.

Así, la Sala Superior revocó la resolución de la Sala Regional Monterrey por estimar que, en este caso,
la paridad de género debía de ponderarse con la protección reforzada con la que deben contar las
personas con discapacidad; esto es, que la paridad puede ceder, en las circunstancias concretas del
caso, en beneficio de una persona con discapacidad, lo se puede sustentar en una paridad “flexible”,
aplicable estrictamente para casos que tengan estas condiciones.

En su sentencia, la Sala Superior explica que: “La paridad flexible teóricamente permite que, en algún
momento, uno de los sexos supere al otro, ante casos muy concretos y de igual forma puede
sustentarse dicha forma de paridad ante la legitimidad de una representación política como parte de
la sociedad democrática e incluyente. De esta manera, los órganos representativos reflejan la
composición social —representación mirror (espejo)— de los representantes públicos que reflejen la
diversidad de la población” (SUP-REC-1150/2018).

De esta manera el Congreso de Zacatecas quedó integrado por 16 hombres y 14 mujeres.

La determinación adoptada por la Sala Superior es acorde con la Tesis XXVIII/2018 de rubro
PERSONAS CON DISCAPACIDAD. LAS AUTORIDADES ELECTORALES TIENEN EL DEBER DE ADOPTAR
MEDIDAS QUE GARANTICEN SU EFECTIVO ACCESO A LA JUSTICIA DE ACUERDO CON EL MODELO
SOCIAL DE DISCAPACIDAD, que señala que todas las autoridades del Estado están obligadas a
adoptar las medidas necesarias para garantizar la igualdad sustantiva y estructural, así como la no
discriminación de las personas con discapacidad.

En ocasiones el principio de paridad puede considerarse flexible y ceder en situaciones concretas muy
específicas en las que se encuentre confrontado con derechos de otros colectivos sociales
considerados en situación de vulnerabilidad, como es el caso de las personas con discapacidad.

Votación que debe ser tomada en cuenta para el análisis de los límites de sobre- y
subrepresentación

Como ya se ha señalado, en el ámbito de las entidades federativas el momento en que se debe


realizar la comprobación de los límites de sobre- y subrepresentación y cuál es la votación que se
debe considerar para ello son aspectos que no siempre quedan del todo claros y que demandan una
interpretación judicial.

En este sentido, en el marco de los procesos electorales de 2018, en específico para el caso de la
Ciudad de México, en el asunto SUP-REC-1176/2018 y acumulados, la mayoría de magistrados de la
Sala Superior determinó que, para hacer la comprobación de los límites de sobre- y
subrepresentación, lo procedente era utilizar como parámetro la votación local emitida y no la
votación válida emitida por ser acorde con el principio de votación efectiva reconocido por la SCJN
y por contener la votación de los partidos que integran el sistema de RP.

Para el caso, se debe tener en consideración que la votación válida emitida es el resultado de restar a
la votación total emitida los votos nulos y los de candidatos no registrados, mientras que la votación
local emitida se refiere a restar de la votación válida aquellos votos emitidos a favor de los partidos
políticos que no alcanzaron el umbral electoral (3% de la votación válida) y los votos emitidos a favor
de candidatos sin partido. Esto es:

o Votación total – votos nulos – votos de candidatos no registrados = votación válida


emitida
o Votación válida emitida – votos de partidos que no alcanzaron el 3% - votos de
candidatos sin partido = votación local emitida

Hasta esta parte el procedimiento parece muy claro, sin embargo, la Sala Superior estimó que para
calcular los límites de sobre- y subrepresentación se debía considerar un elemento adicional a la
votación local emitida, consistente en la votación obtenida por los partidos políticos que hubiesen
ganado un escaño de mayoría relativa, a pesar de no haber alcanzado el 3% de la votación válida y,
en consecuencia, no haber participado en la asignación de escaños por RP.

En el caso específico, el Partido Encuentro Social ganó un triunfo de mayoría relativa, pero su votación
en la elección no fue suficiente para que alcanzara el 3% de la votación válida y, por lo tanto, no
participó en la asignación de diputaciones por el principio de RP. Sin embargo, su votación sí fue
considerada para establecer el parámetro con el cual se calcularon los límites de sobre- y
subrepresentación.

Los magistrados que quedaron en minoría en este asunto emitieron un voto particular en el que
argumentaban que el análisis del límite a la sobrerrepresentación debió realizarse con base en una
“votación depurada”, esto es, en la que únicamente fueran considerados los votos obtenidos por cada
partido político que participó en la asignación de diputaciones de representación proporcional, con lo
cual se tendrían que haber eliminado de la votación total, los votos nulos, a favor de candidatos no
registrados, candidatos independientes y de partidos que no alcanzaron el umbral mínimo para
participar en la asignación de representación proporcional, con independencia de que alguno de ellos
hubiese obtenido algún triunfo de mayoría relativa.

En el marco del proceso electoral 2017-2018, la Sala Superior estableció que, para el cálculo de los
límites de sobre- y subrepresentación, si en el caso concreto existen partidos que no alcanzaron el
umbral establecido en la ley, pero que tienen escaños por el principio de mayoría relativa, su votación
debe incluirse también para calcular la votación y garantizar con ello la efectividad del principio de
representación proporcional.
Unidad 4. Reflexiones sobre la representación proporcional en México
Introducción

Como has analizado en las unidades anteriores, la forma en que se encuentra configurado el sistema
electoral de un país incide en la representación de los diversos grupos políticos y de interés.

Desde su concepción, a nivel federal, la configuración del Congreso ha sufrido algunos cambios: la
creación e incremento de escaños de representación proporcional, la introducción de reglas para
favorecer la pluralidad y la paridad de género. Asimismo, derivado de la libertad configurativa de las
entidades federativas se han producido múltiples diseños para la asignación de escaños por la vía
proporcional, a pesar de los esfuerzos desde el ámbito federal para homologar los sistemas.
En razón de lo anterior, en esta Unidad se analizan algunas implicaciones de las fórmulas que se usan
a nivel local para integrar los congresos, posibles distorsiones, materias pendientes, así como algunos
elementos mínimos a considerar para un diseño uniforme local.

4.1 Ventajas y efectos de la representación proporcional

En términos de los efectos que busca la representación proporcional en un sistema mixto es posible
distinguir dos tipos: en el primero, los escaños se otorgan a quienes ocupan los primeros lugares de
las listas que determinan los partidos; debido a que estos las diseñan según consideran conveniente,
es probable que las y los candidatos seleccionados tengan un mayor compromiso por velar los
intereses partidarios (de los líderes o grupos de poder internos) y no los de la ciudadanía. Además,
debido a que la distribución se hace por fuerza política y existe un número finito de escaños tampoco
se asegura la proporcionalidad en general por lo que partidos con una votación considerable pueden
quedar sin representación en el congreso (ACE Project 2019).

En el segundo tipo, las listas tienen el fin de compensar la desproporcionalidad generada por los
resultados de mayoría relativa, de modo que aseguren la representación geográfica de la ciudadanía y
de ciertos grupos, cuando se incluyen cláusulas para que los partidos estén obligados a ubicarlos
entre los primeros lugares (ACE Project 2019).

En este sentido, aunque se podría afirmar que el diseño mexicano es un híbrido, lo cierto es que el
peso que tienen los partidos para la conformación de las listas inclina la balanza hacia el primer tipo.
Por lo que la principal crítica que suele hacerse a nuestro sistema, independientemente de las
fórmulas de asignación que se utilicen, es que los escaños destinados a la representación
proporcional permiten llenar cuotas de intereses partidarios y no favorecen la pluralidad y la
representación de grupos vulnerables.

En consecuencia, se han presentado diversas propuestas, como parte de las campañas políticas y en
el Poder Legislativo, para eliminar determinado número o todos los escaños de representación
proporcional, sin considerar los problemas que ello implicaría para la representación política (ACE
Project 2019):

o Exclusión de las mujeres, de minorías étnicas y otros grupos vulnerables.


o Exclusión de partidos pequeños del congreso.
o Exacerbación de conflictos regionales.
o Apatía ciudadana, derivada de la falta de participación de los partidarios de una opción
política por la falta de posibilidades reales de ganar.
o Susceptible de manipulación de los límites electorales.

Entre noviembre de 2015 y febrero de 2017 se presentaron 10 iniciativas relacionadas con este tema
en la Cámara de Diputados y en el Senado, que fueron propuestas por legisladores del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN), del partido Movimiento
Ciudadano, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Partido Verde Ecologista de México
(PVEM) y del Congreso de Jalisco.
De forma general, las razones que se plantean son la falta de credibilidad y legitimidad de la
ciudadanía en el Poder Legislativo federal; la reducción del costo económico con un ahorro estimado
de 25 mil millones de pesos por sexenio; incentivar la eficiencia legislativa; favorecer la construcción
de consensos y mayorías parlamentarias; agilizar el trabajo de las comisiones; mejorar la calidad de la
democracia mediante la profesionalización (IBD 2017).

Entre los modelos propuestos se encuentran (IBD 2017):

o Para la Cámara de Diputados:


o 300 escaños de MR con los mismos distritos uninominales y 100 escaños de
RP (20 en cada circunscripción).
o 240 escaños de MR y 160 de RP (proporción 60%-40%).
o 180 escaños de MR y 120 de RP (proporción 60%-40%).
o 125 escaños de MR y 125 de RP (proporción 50%-50%).
o Para el Senado:
o 96 senadores: 64 de MR y 32 de primera minoría.
o 96 senadores: 64 de MR y 32 de RP.

Al respecto de estas iniciativas, es importante tener cuidado en los ajustes que se requieran de la
geografía electoral para evitar gerrymandering  o algún otro tipo de distorsión derivada de la
fragmentación o concentración de las fuerzas políticas.

Existen dos efectos de la representación proporcional en un sistema mixto: la desvinculación entre la


representación de los intereses de MR y RP porque este último se destina a cuotas partidarias y la
compensación de los resultados de mayoría para la pluralidad. Desde hace tiempo en México se ha
criticado el modelo de escaños del Poder Legislativo, por lo que se han presentado diversas iniciativas
para modificar el total de escaños y/o la proporción en ambas Cámaras.

4.2 Consecuencias de los diseños electorales locales y elementos para su homogenización

Como se ha precisado en las unidades previas, uno de los fines de la reforma electoral de 2014 fue
homologar los procedimientos de asignación de escaños de representación proporcional en las
entidades federativas con la obligación de incorporar como primer paso la asignación directa,
observar la aplicación de los límites de sobre- y subrepresentación de 8 % para la integración de los
congresos locales y el momento de subsanar esos supuestos, con lo cual se buscó contar con órganos
más plurales.

Si bien el paso relacionado con la asignación directa fue declarado inconstitucional por la Corte,
varios de los estados lo habían incorporado ya y ello favoreció, en cierto modo, a la homogenización
pese a la libertad configurativa local. Los sistemas electorales locales suelen tener congresos
integrados de forma poco proporcional o plural producto de la prevalencia del sistema de mayoría y
del tamaño reducido de sus asambleas lo que deja poco margen para la representación de grupos
minoritarios. El porcentaje de escaños que se destina a la representación proporcional en relación con
la mayoría relativa es esencial debido a que un escaño de RP requiere de un número mayor de votos
cuando el total de lugares por esta vía es menor, y viceversa. 
Por ejemplo, de las 32 entidades federativas, el congreso que tiene un número más reducido de
escaños de representación proporcional en contraste con los escaños de mayoría relativa es el de Baja
California Sur: 5 lugares de RP y 16 de MR; mientras que el congreso con un porcentaje más
equitativo es el de Jalisco con 18 escaños de RP y 20 de MR. Lo que se traduce en una proporción de
76.19 % de escaños de MR y 23.8 % de RP en Baja California Sur y de 52.63 % de escaños de MR y
47.37 % de RP en Jalisco (CPEJ, artículo 18; CPEBCS, artículo 41).

En promedio, en la elección de 2014 en Baja California Sur un escaño de RP equivalió a 46,615 votos
de los 233,076 emitidos, en tanto que en el marco de las elecciones de Jalisco de 2015 los partidos
necesitaron 148,416 de un total de 2,819,900 votos para obtener un escaño por esa vía. Es decir que
en Baja California Sur para que un partido obtuviera un escaño debía tener al menos 20 % de la
votación, mientras que en Jalisco solo requería 5.3 % de votos (Macedonio y Montaño 2018, 152-153).

Como es lógico, cuando la participación de la ciudadanía es mayor también incrementa el total de


votos que se requiere para obtener un escaño. En este sentido, a continuación, se muestran las
variaciones entre dos procesos electorales de cada entidad federativa, el primero se llevó a cabo entre
2010 y 2012, y el segundo entre 2013 y 2016 (véase Gráfico 1).

Gráfico 1. Comparativo de votos para obtener un escaño de RP a nivel local en México

Elaboración propia con base en  Macedonio y Montaño 2018, 150-153


Para autores como Macedonio y Montaño, las variaciones del porcentaje de votación que se
requieren para que un partido obtenga un escaño en un congreso local requiere cuestionarse
también la equivalencia en el valor de un voto en una entidad en comparación con otra dado que “la
configuración de los sistemas electorales locales, no cumple del todo su función de igualdad, sino que
tiende a generar ciertas ventajas de una entidad a otra, por su propio diseño institucional, además de
no lograr la condición de igualdad sustantiva” (2018, 178).

Aunado a ello, los conflictos que derivan de la multiplicidad de sistemas y fórmulas generan diversos
problemas postelectorales que requieren el análisis concreto por parte de las autoridades, quienes se
enfrentan a la dificultad de comprender a qué se refiere cada concepto para la asignación (votación
emitida, votación válida, votación estatal emitida, votación ajustada, etcétera), cómo deben calcularse,
qué partidos o coaliciones pueden participar, entre otras reglas de operación.

Es importante señalar que los tipos de votaciones que se usan para la asignación no tienen
únicamente diferencias nominales, sino también sustanciales ya que pueden referirse al total de votos
emitidos por la ciudadanía en la elección; los votos válidos únicamente de los partidos con derecho a
participar en la asignación por haber alcanzado el umbral requerido en la ley; el total de votos de la
elección menos los emitidos en favor de candidatos independientes y/o de candidatos no registrados,
etcétera; en consecuencia, la votación estatal emitida en una entidad puede integrarse de forma
distinta en otra, a pesar de tener el mismo nombre. Aunque estas especificidades deberían estar
claras en las leyes locales, lo cierto es que el procedimiento de asignación de escaños por RP no suele
estar fraseado de la mejor manera por lo que resulta difícil para las autoridades administrativas
electorales realizar la asignación, para los partidos comprender las razones por las cuales los
congresos quedan integrados de cierta forma y para los tribunales comprobar y, en su caso, ratificar o
solicitar una reasignación.

A pesar de los esfuerzos del Poder Legislativo federal por homologar el diseño para asignar escaños
de RP a nivel local, existen variantes relacionadas con los conceptos para la asignación, umbrales,
etcétera, que generan problemas postelectorales dada la complejidad de los procedimientos. Además
de las posibles afectaciones en la representación producto de la proporción entre los escaños de
mayoría relativa y de representación proporcional.

Elementos mínimos para la proporcionalidad a nivel local

Aunque en general los sistemas electorales tienden a favorecer a los partidos grandes, a incentivar su
sobrerrepresentación y la subrepresentación del resto de los partidos; este fenómeno se agrava en los
sistemas puros de mayoría porque se reduce el número efectivo de partidos en la asamblea en
comparación con el total de partidos electorales (Lijphart 2001, 165-7). En razón de ello, en sistemas
mixtos, como el mexicano, se contempla reducir la diferencia entre el porcentaje de escaños
destinado a mayoría relativa y a representación proporcional con el propósito de incentivar la
pluralidad y proporcionalidad del sistema.

Para analizar los efectos de los procedimientos de asignación de cada entidad federativa, Caballero et
al.  (2018) usaron datos hipotéticos relacionados con el tamaño de una asamblea, la proporción de
escaños de MR y RP, el total de partidos políticos y sus votos obtenidos, de votos para
independientes, no registrados y nulos. Con ese ejercicio identificaron como los dos modelos más
proporcionales el de Zacatecas y el de Morelos. Es importante señalar que Zacatecas cuenta con un
procedimiento único en el que se lleva a cabo un ajuste de subrepresentación como primer paso, no
se asignan escaños de forma directa, “se descuenta de la votación de cada partido los votos que
corresponden a un triunfo por MR” y el ajuste de los límites se hace de forma simple; por su parte, en
Morelos se realiza la asignación directa, por cociente y restos mayores con comprobación de los
límites por pasos y ajuste simple (Caballero et al. 2018).

En este sentido, es posible afirmar que otros elementos que favorecen la pluralidad y la
proporcionalidad son (Caballero et al. 2018):

o Verificar el umbral para participar en la asignación con todos los votos válidos.
o Llevar a cabo el cálculo para la asignación de escaños solo con la votación de quienes
participan en el procedimiento.
o Descontar los votos usados para la asignación directa antes de calcular el cociente y, a
su vez, descontar los votos usados por cociente para la asignación por resto mayor.
o Comprobar los límites al inicio y al final, y ajustar de forma simple (quitando el o los
escaños al quien se encuentra sobrerrepresentado y repartiéndolo entre el resto).

Entre los elementos que deben considerarse para el diseño de un sistema electoral que favorezca la
proporcionalidad y pluralidad se encuentra: que la diferencia entre el porcentaje de escaños de MR y
RP sea reducida; que se  verifique el umbral para participar en la asignación con todos los votos
válidos; que se asignen escaños solo con la votación de quienes participan en el procedimiento; que
se resten los votos usados para la asignación directa antes de calcular el cociente y, a su vez, los votos
usados por cociente para la asignación por resto mayor; que se comprueben los límites de sub- y
sobrerrepresentación al inicio y al final, y que se ajusten de forma simple.

4.3 La agenda a futuro

En este apartado identificarás algunos temas relacionados con la representación proporcional en


México que requieren del análisis legislativo para compensar la posible desproporcionalidad
generada por la mayoría relativa a nivel federal y local.

Incorporación de cuotas para personas con discapacidad, indígenas y jóvenes

La inclusión es uno de los temas fundamentales cuando se habla de representación proporcional ya


que la forma en la que se estructuran las listas de los partidos permite que lleguen al Poder
Legislativo grupos que han sido vulnerados históricamente como personas con discapacidad,
integrantes de algún pueblo o comunidad indígena, mujeres y jóvenes; además, de la representación
de los intereses de otros grupos minoritarios.

Como estudiaste en las unidades anteriores, las acciones afirmativas en favor de las mujeres en
México tienen una larga trayectoria que comenzó con sugerencias de su inclusión en las legislaciones
y que recientemente ha incorporado la paridad de género a nivel constitucional federal. No obstante,
de facto, otros grupos vulnerables han tenido pocos espacios para la representación y participación
política. Es por ello que resulta fundamental legislar para implementar acciones afirmativas en su
favor tanto a nivel local, como federal.
En nuestro país, durante mucho tiempo los pueblos y comunidades indígenas han enfrentado una
situación de opresión y marginación política, económica, social y cultural por cuestiones estructurales
e históricas. Esto es de suma relevancia si se considera que, en 2010, la población indígena ascendía a
11,132,562 personas, lo cual representaba el 9.91% de la población total del país (Censo de Población
y Vivienda 2010).

Mapa de la distribución geográfica de los pueblos y comunidades indígenas en México

Como parte de la ola de reconocimiento de la pluri- y multiculturalidad en América Latina, que data
de la década de los noventa, México en 1990 ratificó la Convención 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) que reconoce a los pueblos indígenas los derechos de participación en
el Estado, en la adopción de decisiones en instituciones electivas, de autonomía y a definir prioridades
de desarrollo.

Sin embargo, no fue sino hasta la reforma constitucional de 2001 cuando las demandas de
reconocimiento político impactaron en el sistema político mexicano, reforma que tuvo gran influencia
por las demandas del movimiento zapatista. Con esta reforma se reconoció en la Constitución la
composición pluricultural de nuestro país y se impulsó el tema de la representación política y la
autonomía de las comunidades indígenas. Los dos mecanismos que fueron introducidos en 2001, y
que siguen vigentes para favorecer los derechos políticos de los pueblos indígenas, son el
autogobierno y los distritos indígenas.

El autogobierno se refiere a la capacidad de las comunidades originarias para regirse por sus propias
reglas en materia político-electoral. Es decir, pueden elegir a sus autoridades o representantes
mediante su sistema normativo interno (CPEUM, artículo 2, apartado A, fracción III).

El TEPJF ha señalado que el derecho de autogobierno comprende (Jurisprudencia


19/2014 COMUNIDADES INDÍGENAS. ELEMENTOS QUE COMPONEN EL DERECHO DE
AUTOGOBIERNO):
o El reconocimiento, mantenimiento y defensa de la autonomía de los citados pueblos
para elegir a sus autoridades o representantes acorde con sus usos y costumbres y
respetando los derechos humanos de sus integrantes.
o El ejercicio de sus formas propias de gobierno interno, siguiendo para ello sus normas,
procedimientos y prácticas tradicionales, a efecto de conservar y reforzar sus
instituciones políticas y sociales
o La participación plena en la vida política del Estado.
o La intervención efectiva en todas las decisiones que les afecten y que son tomadas por
las instituciones estatales, como las consultas previas con los pueblos indígenas en
relación con cualquier medida que pueda afectar a sus intereses.

Se debe apuntar que la participación en los procesos de selección suele estar condicionada al servicio
comunitario que cada miembro debe realizar para elegir o ser elegido como autoridad (Singer 2013,
16; Tesis XIII/2013 USOS Y COSTUMBRES. EL TEQUIO DEBE RESPETAR LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES DE LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD [LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE OAXACA]).
El sistema de autoridades no es el mismo para todas las comunidades, la diferencia radica en los
requisitos para el desempeño de los cargos, las formas de los procesos de nombramiento y el cambio
de autoridades (Singer 2013, 18).

Los distritos indígenas se refieren, por su parte, a la posibilidad de reconocer como distritos
uninominales secciones territoriales que concentran población indígena para garantizar su
representación en la elección de la Cámara de Diputados federal (CPEUM 2001, artículo transitorio
tercero). Lo anterior, de acuerdo con el criterio sostenido por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte IDH) en derechos humanos en el Caso Yatama vs. Nicaragua, según el cual los
pueblos indígenas tienen el derecho de integrarse en los órganos estatales en forma proporcional a
su población.

En la redistritación de 2005, el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) conformó distritos indígenas
cuando el 40% de la población o más se auto adscribió como tal; con la colaboración de la Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas se identificaron 650 municipios del país con
miembros de pueblos o comunidades indígenas y se integraron 28 distritos indígenas federales
(IFE s/a, 34). En 2017 se mantuvo este número de distritos, aunque hubo una variación en la
conformación, como se señala a continuación (INE/CG59/2017; INE/CG508/2017):

Tabla 1. Comparativo de distritos federales indígenas 2005 y 2017

Número de distritos indígenas


Entidad Federativa
2005 2017
Campeche 1 -
Chiapas 4 5
Guerrero 1 2
Hidalgo 2 2
Estado de México 1 -
Oaxaca 8 7
Puebla 3 4
Quintana Roo 1 1
San Luis Potosí 1 1
Veracruz 3 3
Yucatán 3 3
Total 28 28
Elaboración propia con base en  IFE  s/a, 35;  INE/CG508/2017

Para el proceso electoral 2017-2018, los distritos se clasificaron con base en el porcentaje de
población indígena que los constituyen (INE/CG508/2017):

o De 40% a 50%: 10 distritos


o De 50% a 60%: 5 distritos
o Más del 60%: 13 distritos

Como medida para asegurar la representación indígena, la Sala Superior del TEPJF determinó que,
para el proceso electoral 2017-2018, en los 13 distritos electorales con más del 60% de población
indígena los partidos políticos debían postular únicamente fórmulas de ciudadanos que se auto
adscribían como tal. Para garantizar la eficacia de esta medida, los partidos políticos tenían que
acreditar de forma objetiva la autoadscripción de sus candidatos para que no quedara duda de que la
autoconciencia estaba justificada y de que existía un vínculo con la comunidad; lo cual se podía
comprobar con la prestación de servicios comunitarios, la participación en reuniones de trabajo para
resolver los problemas de la comunidad y siendo representante de alguna comunidad o asociación
indígena cuyo propósito fuera mejorar o conservar sus instituciones (SUP-RAP-726/2017). Así, la
representación indígena quedó de la siguiente manera:
Infografía sobre la representación de la población indígena en la Cámara de Diputados federal 2018-
2021

A nivel local también se han establecido algunas medidas para asegurar la representación de los
pueblos y comunidades indígenas, tales como que (Caballero et al. 2018):
o En Oaxaca se pide solo 2 % de la votación para participar en la asignación por escaños
de RP a los partidos estatales con reconocimiento indígena, en tanto que al resto de los
partidos se les solicita 3 %.
o En Ciudad de México la ley electoral señala que los partidos deben procurar incluir
candidaturas de personas que pertenezcan a pueblos o barrios originarios.

Por su parte, México se encuentra lejos, a nivel federal, de representar la edad media de la ciudadanía:
los 27 años, de acuerdo con la Encuesta Intercensal de 2015 realizada por el INEGI. La actual
integración de la Cámara de Diputados, según un estudio de Téllez y Bárcena (2019), muestra que la
edad promedio es de 50.5 años de edad, lo que equivale casi al doble del promedio nacional. Para
fines ilustrativos, a continuación, se presentan un par de imágenes que señalan la edad media de las y
los legisladores por partido político y la distribución de los integrantes de ambas Cámaras por rangos
de edad:
Aunque a nivel federal no existen cuotas para asegurar la representación de las juventudes, en las
entidades federativas es posible distinguir la incorporación de algunas medidas para su inclusión: en
Ciudad de México se debe incluir en la lista de MR siete fórmulas de personas entre 18 y 35 años; en
tanto que en Zacatecas el 20% de las candidaturas de RP debe ser de personas entre los 18 y los 29
años.

Al respecto de las personas migrantes, algunas entidades han incorporado en sus normativas
acciones para su representación (Caballero et al. 2018):

o En Guerrero se reserva un escaño para un diputado migrante o binacional perteneciente


al partido mejor votado, quien debe acreditar su residencia.
o En Zacatecas se reservan dos escaños para la figura de diputando migrante, que
corresponden a los dos partidos con mayor porcentaje de votos.
o En Ciudad de México en 2021 quienes se encuentran en el extranjero podrán votar por
un diputado binacional, pero por el principio de MR.

En Ciudad de México también se reserva un escaño de representación proporcional para una persona
con discapacidad y en Zacatecas se protege de forma general su derecho a participar como
candidatas y desempeñar cargos públicos, pero no se detallan las proporciones entre escaños de MR
y RP.

La compensación que se puede hacer de los resultados de mayoría con la representación


proporcional es fundamental para asegurar la inclusión de grupos que han sido vulnerados
históricamente: personas con discapacidad, personas migrantes, integrantes de algún pueblo o
comunidad indígena, mujeres y jóvenes. En México se han implementado algunas medidas a nivel
federal y local para asegurar su representación, aunque queda camino por delante.

Sobrerrepresentación en los congresos locales

Si bien la ley establece que los congresos locales deben observar los límites de sub- y
sobrerrepresentación en un 8 %, lo cierto es que, a diferencia de lo señalado para el nivel federal —
donde no se permite que las fuerzas políticas tengan más de 300 diputados por ambos principios
(CPEUM, artículo 54, fracciones IV y V)—, las legislaturas locales podrían incrementar el número de los
distritos uninominales con el fin de generar más espacios por la vía que no tiene límites a la
representación.

En este sentido, resultaría fundamental generar consensos para que se establezcan dos mecanismos
de regulación de la sobrerrepresentación a través del límite numérico aunado al límite porcentual. Lo
anterior, sin afectar la libertad configurativa de las entidades.

Entre los retos a los que se enfrenta la representación proporcional en México se encuentran la
reelección; la incorporación de cuotas para personas con discapacidad, pertenecientes a pueblos y
comunidades indígenas y para la juventud; la concientización al respecto de los beneficios de contar
con un sistema mixto que incentive la pluralidad y la representación de grupos minoritarios, así como
el fortalecimiento de este principio, y la implementación de medidas para evitar la
sobrerrepresentación en los congresos locales.

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