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Ensayo de la autonomía de los pueblos

indígenas y El derecho de los pueblos


indígenas a la libre determinación.

Realizado por: Estefania Reyna Huerta Ruiz 11/01/2022


Introducción al derecho

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índice
introducción……………………………………………………………..3
¿qué es indígena? …………………………………………………….4
¿Que son pueblos indígenas?........................................................5
Autonomía de los pueblos indígenas…………………………………6
Derecho de los pueblos indígenas…………………………………...10
Determinación libre de los pueblos indígenas………………………13
Conclusión………………………………………………………………18
Fuentes de consulta……………………………………………………19

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Introducción
México es un país con una gran riqueza cultural y étnica, al contar con
varias decenas de etnias autóctonas, cuya existencia no había sido
reconocida por el mundo del derecho sino hasta hace muy poco
tiempo, por lo que en consecuencia no se habían desarrollado
normativamente un grupo de derechos sociales tan importantes como
los derechos de los pueblos y comunidades indígenas de nuestro país.
Desde esa misma perspectiva los pueblos y comunidades indígenas
han sido marginados del desarrollo económico, político, social y
cultural, desconociéndose las manifestaciones propias de sus culturas.
El artículo 2º constitucional establece un marco general para el
desarrollo de órganos de representación de las comunidades
indígenas, reconociéndoles sus derechos a la autonomía y a la libre
determinación, así como el uso y aplicación de su derecho
consuetudinario y el acceso a la tenencia de la tierra y al uso y disfrute
de los recursos naturales.
Los pueblos y las personas indígenas constituyen uno de los sectores
de la sociedad mexicana que requiere mayor atención para su
desarrollo económico, político, social y cultural. Por ello, es necesario
construir en el país una cultura de respeto, tanto a sus derechos
individuales como a los que adquieren como miembros de una
comunidad.
La mayoría de la sociedad actualmente ya acepta y no minimiza a un
grupo social indígena pero aún hay exenciones todavía hay personas
que tachan a una persona de esa etnia como analfabeta, por ello
todavía falta luchar más pues legalmente faltan leyes y normas en su
defensa y ayuda y políticamente no hay ningún indígena en el cargo.

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¿Qué es indígena?
Indígena es aquel que pertenece a un pueblo originario de una región
o territorio donde su familia, cultura y vivencias son nativas del lugar
donde nacieron y han sido transmitidas por varias generaciones.
Indígena es sinónimo de nativo, aborigen, autóctono, indio. La palabra
indígena deriva del latín indígena que se compone de inde que
significa “de ese lugar” y gens que significa “población” por lo tanto la
palabra se refiere a una población de un lugar determinado.
Los indígenas son los habitantes originarios de un territorio y se
agrupan en diferentes pueblos indígenas que tienen su propia cultura,
lengua y tradiciones. Algunos pueblos indígenas que existen hasta el
día de hoy son, por ejemplo:
Guarijo o warihó (Chihuahua, México)
Guarijío o macurawe (Sonora, México)
Triqui o Driqui (Oaxaca; Sinaloa; Baja California; Sonora, México)
Purépecha (Michoacán, México)
Zacatecos (Zacatecas, México)
La Comisión Nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas
(CDI) en México calcula que existen más de 50 etnias en dicho país
donde cada pueblo tiene su propia lengua entre las cuales se
encuentran: el náhuatl, el chol, el maya, el tzotzil, entre otros.
En sentido estricto y más habitualmente, se aplica la denominación
indígena a las etnias que preservan las culturas tradicionales. Con
este alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que
presentan características tales como:
 Pertenecer a tradiciones organizativas distintas al estado
moderno.
 Pertenecer a culturas que sobrevivieron la expansión planetaria
de la civilización occidental.

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¿Qué son pueblos indígenas?
Los pueblos indígenas son grupos sociales y culturales distintos que
comparten vínculos ancestrales colectivos con la tierra y con los
recursos naturales donde viven, ocupan o desde los cuales han sido
desplazados. La tierra en la que viven y los recursos naturales de los
que dependen están inextricablemente vinculados a su identidad,
cultura y medios de subsistencia, así como también a su bienestar
físico y espiritual. A menudo buscan ser representados por sus líderes
y organizaciones tradicionales, que son distintas o están separadas de
aquellas de la sociedad o cultura dominante. Muchos pueblos
indígenas siguen manteniendo una lengua diferente de la o las
lenguas oficiales del país o región en la que residen.
En el mundo, hay aproximadamente 476 millones de indígenas en más
de 90 países. Si bien constituyen más del 6 % de la población mundial,
representan alrededor del 15 % de las personas que viven en pobreza
extrema. La expectativa de vida de las personas indígenas es inferior
en hasta 20 años en comparación con las personas no indígenas
(PDF, en inglés).
Los pueblos indígenas a menudo carecen de reconocimiento formal de
sus tierras, territorios y recursos naturales, suelen ser los últimos en
recibir inversiones públicas en servicios básicos e infraestructura y
enfrentan múltiples obstáculos para participar plenamente en la
economía formal, obtener acceso a la justicia y ser parte de los
procesos políticos y la toma de decisiones.
Los pueblos indígenas poseen, ocupan o utilizan una cuarta parte de
la superficie del mundo, protegen el 80 % de la biodiversidad que aún
queda en el planeta. Tienen conocimientos y experiencias ancestrales
acerca de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del
cambio climático y los desastres naturales.

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Autonomías de los pueblos indígenas.
En la actualidad, una de las demandas centrales de los pueblos
indígenas es el reconocimiento de su derecho a la autonomía. El
reclamo tiene sentido en la medida en que se corrobora que desde
hace cinco siglos han sido sometidos a relaciones coloniales. Antes de
que los españoles llegaran al Anáhuac y Aridoamérica, allí habitaban
grandes sociedades con culturas diferentes y un alto grado de
desarrollo, que los invasores convirtieron en indígenas. El indígena fue
inventado con el propósito de someter y explotar a los pueblos
originarios
En el año de 1992, en el contexto de las protestas por los quinientos
años de la invasión europea, los movimientos indígenas transformaron
sustantivamente sus formas de manifestación política y sus
demandas. En el primer caso se convirtieron en sujetos políticos; en el
segundo, exhibieron al indigenismo como una política para encubrir su
situación colonial y reclamaron su derecho a la libre determinación.
Desde entonces, los movimientos indígenas son de resistencia y
emancipación: resistencia para no dejar de ser pueblos, emancipación
para no seguir siendo colonias. El Estado mexicano procesó esta
demanda restringiéndola hasta volverla nula. Comenzó modificando el
artículo 4o de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos para incluir en ella a los pueblos como parte sustantiva de
la multiculturalidad de la nación, aunque sólo de manera indirecta se
les podía considerar como sujetos de derecho.
En esa situación nos encontrábamos cuando el primero de enero
de 1994 hizo su aparición en Chiapas el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) demandando el reconocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas. Después de varios meses de
negociación, el día 16 de febrero se firmaron los Acuerdos de San
Andrés, en los cuales se sentaron las bases para el establecimiento de
una nueva relación entre el Estado mexicano y los pueblos indígenas y
se modificó el marco jurídico para reconocerlos como sujetos de
derecho, capaces de ejercer su autonomía y lo que de ella derivara.

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El día 14 de agosto del año 20015 se publicó el decreto de reforma
constitucional para incluir en ella los derechos de los pueblos
indígenas, pero no se respetaron los Acuerdos de San Andrés. Se
reconoció a los pueblos y a las comunidades indígenas el derecho a
decidir sus formas específicas (internas) de organización social; a
aplicar sus propios sistemas normativos en la regulación y solución de
conflictos internos, sujetándose a los principios generales de la
constitución, respetando las garantías individuales y los derechos
humanos; a elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y
prácticas tradicionales a las autoridades representantes para el
ejercicio de sus propias formas de gobierno interno, garantizando la
participación de las mujeres en condiciones de equidad frente a los
varones. Todo esto en un marco que respete el pacto federal y la
soberanía de los estados; y preserve y enriquezca sus lenguas,
conocimientos y todos los elementos que constituyan su cultura e
identidad.
Una disposición importante está contenida en la fracción sexta del
artículo 2o y expresa que, como parte de su autonomía, los pueblos
indígenas tienen derecho a:
Acceder con respeto a las formas y modalidades de propiedad y
tenencia de la tierra establecidas en esta Constitución y a las leyes de
la materia, así como a los derechos adquiridos por terceros o por
integrantes de la comunidad, al uso y disfrute preferente de los
recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan las
comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas
estratégicas, en términos de esta Constitución. Para estos efectos las
comunidades podrán asociarse en términos de ley.
Esta disposición tan estrecha en su contenido si se recuerda que los
pueblos demandaban reconocimiento de su territorio ha sido bastante
importante para la defensa de sus recursos naturales. Entre los
derechos que los pueblos indígenas pueden ejercer en su relación con
el resto de la sociedad y los órganos de gobierno, están los de elegir
representantes ante los ayuntamientos; en los municipios con
población indígena, el de que en todos los juicios y procedimientos se
tomen en cuenta sus costumbres y especificidades culturales,
“respetando los preceptos de la Constitución”, para lo cual los
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indígenas tendrán el derecho de contar con intérpretes y defensores
que tengan conocimiento de su lengua y cultura; compurgar sus penas
una vez sentenciados en los centros penitenciarios más cercanos a
sus domicilios, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como
forma de readaptación social, y coordinarse y asociarse dentro de los
municipios a los que pertenezcan.
Por otro lado, la reforma prevé la creación de instituciones en los
tres ámbitos de gobierno que se encarguen de garantizar la vigencia
de estos derechos y el desarrollo de los pueblos y comunidades
indígenas. En ese sentido establece una serie de lineamientos de
políticas públicas que los gobiernos deberán tomar en cuenta al
elaborar sus programas de trabajo. Entre ellas se cuentan el desarrollo
regional, que debe incorporar a las mujeres; el incremento de los
niveles de escolaridad; el acceso a los servicios de salud y al
financiamiento público; la extensión de la red de comunicación; apoyo
a proyectos productivos; protección a migrantes; una consulta previa
para la elaboración de planes de desarrollo y establecimiento de
partidas presupuestales específicas. En estas líneas programáticas se
constitucionalizan las actuales políticas asistencialistas en lugar de
reconocer derechos a los pueblos indígenas. Después de que el
gobierno no cumplió los Acuerdos de San Andrés los pueblos
indígenas comenzaron a organizar sus propios proyectos
autonómicos. Por todo el país muchos se declararon autónomos, con
lo cual el debate pasó de una elaboración teórica a su construcción
social. En la actualidad muchos pueblos viven este tipo de procesos.
Los que habitan los Altos y las Cañadas en Chiapas y participan del
proyecto político del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con la
formación de los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno están en
primer lugar; pero no son los únicos: junto con ellos se encuentran los
de la región Costa y Montaña, en Guerrero, que participan del proceso
de la policía comunitaria y el Consejo Regional de Autoridades
Comunitarias (CRAC); el municipio autónomo de Cherán, en
Michoacán, y los pueblos de la alcaldía de Xochimilco. Junto a ellos
existen otros pueblos y comunidades indígenas que sin declararlo
luchan por su autonomía y lo hacen defendiendo su derecho a ejercer
gobiernos propios, defendiendo la integridad de sus territorios y sus

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recursos naturales, diseñando su desarrollo, y construyendo sistemas
educativos adecuados para su comunidad.
Un proceso autonómico varía mucho de otro porque los pueblos
que los han emprendido lo hacen echando mano de los recursos que
tienen a su alcance, y también influye el grado de organización política
con la que cuentan y las relaciones que pueden establecer con otros
pueblos y organizaciones que apoyan sus luchas. Así, mientras
algunos hacen del eje de su resistencia la defensa de su territorio —
incluyendo los recursos naturales y los lugares sagrados o de
importancia cultural para su identidad—, otros se aglutinan en el
fortalecimiento de sus gobiernos propios, estructurados y funcionando
de acuerdo con sus normas e instituciones; unos más impulsan
proyectos educativos y culturales particulares y unos más recuperan
técnicas y saberes relacionados con la alimentación y la salud. Esto
por mencionar sólo algunos ejemplos que, aunque resultan muy
diferentes en la forma de implementarse, tienen en común que se
fundan en el derecho de los pueblos a la autonomía y buscan
fortalecerlos como titulares de derechos.
Para llevar a cabo sus proyectos, estos pueblos se apartan de las
políticas gubernamentales, porque sienten que más que apoyarlos
persiguen controlarlos para someterlos a intereses ajenos a los suyos,
y buscan el apoyo de otros movimientos y organizaciones afines a sus
aspiraciones. Pero sobre todo echan mano de sus propios recursos,
que han ido construyendo a través de siglos de resistencia. De esa
manera revitalizan su cultura y dinamizan las prácticas políticas,
económicas, sociales y culturales, que les dan identidad y los
diferencian del resto de la población. Así, los procesos de construcción
de autonomías se convierten en la vía de los pueblos para
reconstituirse, para seguir siendo pueblos y al mismo tiempo superar
la situación de subordinación en que se encuentran con respecto a las
instituciones gubernamentales y el resto de la sociedad.
Evidentemente, se trata de procesos largos y difíciles, cuyos primeros
frutos podrán verse en el corto plazo, aunque su consolidación
requiere de mucho más tiempo

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Derechos de los pueblos indígenas.
En virtud de la reforma del 10 de junio de 2011, que modificó once
artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
los derechos de los pueblos y personas indígenas se fortalecen. A
partir de entonces, en el artículo 1o., además de establecerse el
derecho a la no discriminación por motivos de origen étnico o nacional,
se dispone que todas las personas gocen de los derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su
protección. Manda también a que las normas relativas a los derechos
humanos se interpreten de conformidad con una y otros, favoreciendo
en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Por su parte,
el artículo 2o. señala desde la reforma indígena del 14 de agosto de
2001 que:
“La Nación tiene una composición pluricultural sustentada
originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que
descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del
país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de
ellas”.
También dice que el criterio fundamental para determinar a quiénes se
aplican esas disposiciones sobre pueblos indígenas será la conciencia
de su identidad indígena. Al respecto el Poder Judicial de la
Federación ha emitido varias jurisprudencias para consolidan este
criterio. Entre sus disposiciones, el citado numeral define que son
comunidades integrantes de un pueblo indígena “aquellas que formen
una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y
que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y
costumbres”.
Las constituciones y leyes locales deberán realizar el reconocimiento
de los pueblos y comunidades indígenas específicos, tomando en
cuenta, además de los principios generales establecidos en el artículo
2o., criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.

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El apartado A del artículo que venimos comentando, se compone de
ocho fracciones en los que se reconoce y garantiza la libre
determinación y autonomía de los pueblos y comunidades indígenas,
para:
Decidir sus formas internas de convivencia y organización social,
económica, política y cultural. Aplicar sus propios sistemas normativos
en la regulación y solución de sus conflictos internos, sujetándose a
los principios generales de esta Constitución, respetando las garantías
individuales, los derechos humanos y, de manera relevante, la
dignidad e integridad de las mujeres. La ley establecerá los casos y
procedimientos de validación por los jueces o tribunales
correspondientes. Elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y
prácticas tradicionales, a las autoridades o representantes para el
ejercicio de sus formas propias de gobierno interno, garantizando que
las mujeres y los hombres indígenas disfrutarán y ejercerán su
derecho de votar y ser votados en condiciones de igualdad; así como
a acceder y desempeñar los cargos públicos y de elección popular
para los que hayan sido electos o designados, en un marco que
respete el pacto federal y la soberanía de los estados. En ningún caso
las prácticas comunitarias podrán limitar los derechos político-
electorales de los y las ciudadanas en la elección de sus autoridades
municipales.
Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los
elementos que constituyan su cultura e identidad. Conservar y mejorar
el hábitat y preservar la integridad de sus tierras en los términos
establecidos en esta Constitución. Acceder, con respeto a las formas y
modalidades de propiedad y tenencia de la tierra Diario Oficial de la
Federación, 25 de mayo de 2015. establecidas en esta Constitución y
a las leyes de la materia, así como a los derechos adquiridos por
terceros o por integrantes de la comunidad, al uso y disfrute preferente
de los recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan las
comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas
estratégicas, en términos de esta Constitución. Para estos efectos las
comunidades podrán asociarse en términos de ley. También para
elegir, en los municipios con población indígena, representantes ante
los ayuntamientos. Las constituciones y leyes de las entidades

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federativas reconocerán y regularán estos derechos en los municipios,
con el propósito de fortalecer la participación y representación política
de conformidad con sus tradiciones y normas internas. Podrán
acceder plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese
derecho, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte,
individual o colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus
costumbres y especificidades culturales respetando los preceptos de
esta Constitución. Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho a
ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de
su lengua y cultura.
Por otra parte, el apartado B, del artículo 2o., en sus nueve fracciones,
establece medidas que deberán ser tomadas por la Federación, los
Estados y los municipios, con la finalidad de promover la igualdad de
oportunidades, la eliminación de la discriminación y el establecimiento
de instituciones y políticas para el respeto de sus derechos humanos,
abatir el rezago y las carencias y avanzar en el mejoramiento de las
condiciones de bienestar social de pueblos, comunidades y personas
indígenas, hombres y mujeres, niños y niñas, diseñadas y operadas
conjuntamente con ellos, propiciando la participación de las mujeres
en la toma de decisiones relacionadas con la vida comunitaria. Con
estos propósitos también, en el artículo 115 se dispone que las
comunidades indígenas, dentro del ámbito municipal puedan
coordinarse y asociarse.
En seguida, el artículo 3o. constitucional, relacionado con la
educación, dispone, dentro de otras cosas, que atenderá a la
continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura; y contribuirá a la
mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por
la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la
familia, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de
fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios
de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos. El artículo
4o. establece el derecho de toda persona tiene a la identidad y a ser
registrado de manera inmediata a su nacimiento. El mismo artículo,
dispone que:
“Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los
bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el
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ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios
para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad
cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto
a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el
acceso y participación a cualquier manifestación cultural”.
De la misma manera, una reforma al artículo 28 constitucional en 2013
permite que una vez que se haya cumplido con la normatividad
establecida, las comunidades indígenas puedan acceder a
concesiones de radiodifusión y telecomunicaciones, no obstante que la
ley reglamentaria les otorga un espectro muy reducido. Debemos
mencionar que, para reglamentar las disposiciones constitucionales,
actualmente 57 leyes federales tienen contenidos específicos
relacionados con el tema. No obstante, aunque hay 24 leyes estatales
en materia indígena, sólo 22 constituciones locales son armónicas con
la reforma constitucional de 2001. Esto significa que tenemos grandes
tareas en el tema legislativo, y más colosales en lo que corresponde a
concretarlas en el mejoramiento de las condiciones de vida de la
población indígena mexicana.

Determinación libre de los pueblos indígenas

La libre determinación es el derecho de los pueblos y comunidades


indígenas para autogobernarse, tener su propia identidad como pueblo
y decidir sobre su vida presente y futura, mismo que se ejercerá en un
marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional. El
reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas como sujetos
de derecho público se hará en las constituciones y leyes de las
entidades federativas, las que deberán tomar en cuenta, además de
los principios generales establecidos en los párrafos anteriores de este
artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.
Esta Constitución reconoce a los pueblos y comunidades indígenas
como sujetos de derecho público, con personalidad jurídica y
patrimonio propios, y garantiza su derecho a la libre determinación y,
en consecuencia, a la autonomía para:

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Decidir sus formas internas de convivencia y organización social,
económica, política y cultural.
II. Aplicar sus propios sistemas normativos en la regulación y solución
de sus conflictos internos, sujetándose a los principios generales de
esta Constitución, respetando las garantías individuales, los derechos
humanos y, de manera relevante, la dignidad e integridad de las
mujeres. La ley establecerá los casos y procedimientos de validación
por los jueces o tribunales correspondientes.
III. Elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y prácticas
tradicionales, a las autoridades o representantes para el ejercicio de
sus formas propias de gobierno interno, garantizando que las mujeres
y los hombres indígenas disfrutarán y ejercerán su derecho de votar y
ser votados en condiciones de igualdad; así como a acceder y
desempeñar los cargos públicos y de elección popular para los que
hayan sido electos o designados, en un marco que respete el pacto
federal, la soberanía de los Estados y la autonomía de la Ciudad de
México. En ningún caso las prácticas comunitarias podrán limitar los
derechos político-electorales de los y las ciudadanas en la elección de
sus autoridades municipales.
IV. Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los
elementos que constituyan su cultura e identidad.
V. Conservar y mejorar el hábitat y preservar la integridad de sus
tierras en los términos establecidos en esta Constitución.
VI. Acceder, con respeto a las formas y modalidades de propiedad y
tenencia de la tierra establecidas en esta Constitución y a las leyes de
la materia, así como a los derechos adquiridos por terceros o por
integrantes de la comunidad, al uso y disfrute preferente de los
recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan las
comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas
estratégicas, en términos de esta Constitución. Para estos efectos las
comunidades podrán asociarse en términos de ley.
VII. Elegir, en los municipios con población indígena, representantes
ante los ayuntamientos.

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Las constituciones y leyes de las entidades federativas reconocerán y
regularán estos derechos en los municipios, con el propósito de
fortalecer la participación y representación política de conformidad con
sus tradiciones y normas internas.
VIII. Acceder plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar
ese derecho, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte,
individual o colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus
costumbres y especificidades culturales respetando los preceptos de
esta Constitución. Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho a
ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de
su lengua y cultura.
Las constituciones y leyes de las entidades federativas establecerán
las características de libre determinación y autonomía que mejor
expresen las situaciones y aspiraciones de los pueblos indígenas en
cada entidad, así como las normas para el reconocimiento de las
comunidades indígenas como entidades de interés público.
B. La Federación, las entidades federativas y los Municipios, para
promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar
cualquier práctica discriminatoria, establecerán las instituciones y
determinarán las políticas necesarias para garantizar la vigencia de los
derechos de los indígenas y el desarrollo integral de sus pueblos y
comunidades, las cuales deberán ser diseñadas y operadas
juntamente con ellos.
Para abatir las carencias y rezagos que afectan a los pueblos y
comunidades indígenas, dichas autoridades, tienen la obligación de:
I. Impulsar el desarrollo regional de las zonas indígenas con el
propósito de fortalecer las economías locales y mejorar las
condiciones de vida de sus pueblos, mediante acciones coordinadas
entre los tres órdenes de gobierno, con la participación de las
comunidades. Las autoridades municipales determinarán
equitativamente las asignaciones presupuestales que las comunidades
administrarán directamente para fines específicos.
II. Garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, favoreciendo la
educación bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la

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educación básica, la capacitación productiva y la educación media
superior y superior. Establecer un sistema de becas para los
estudiantes indígenas en todos los niveles. Definir y desarrollar
programas educativos de contenido regional que reconozcan la
herencia cultural de sus pueblos, de acuerdo con las leyes de la
materia y en consulta con las comunidades indígenas. Impulsar el
respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la
nación.
III. Asegurar el acceso efectivo a los servicios de salud mediante la
ampliación de la cobertura del sistema nacional, aprovechando
debidamente la medicina tradicional, así como apoyar la nutrición de
los indígenas mediante programas de alimentación, en especial para
la población infantil.
IV. Mejorar las condiciones de las comunidades indígenas y de sus
espacios para la convivencia y recreación, mediante acciones que
faciliten el acceso al financiamiento público y privado para la
construcción y mejoramiento de vivienda, así como ampliar la
cobertura de los servicios sociales básicos.
V. Propiciar la incorporación de las mujeres indígenas al desarrollo,
mediante el apoyo a los proyectos productivos, la protección de su
salud, el otorgamiento de estímulos para favorecer su educación y su
participación en la toma de decisiones relacionadas con la vida
comunitaria.
VI. Extender la red de comunicaciones que permita la integración de
las comunidades, mediante la construcción y ampliación de vías de
comunicación y telecomunicación. Establecer condiciones para que los
pueblos y las comunidades indígenas puedan adquirir, operar y
administrar medios de comunicación, en los términos que las leyes de
la materia determinen.
VII. Apoyar las actividades productivas y el desarrollo sustentable de
las comunidades indígenas mediante acciones que permitan alcanzar
la suficiencia de sus ingresos económicos, la aplicación de estímulos
para las inversiones públicas y privadas que propicien la creación de
empleos, la incorporación de tecnologías para incrementar su propia

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capacidad productiva, así como para asegurar el acceso equitativo a
los sistemas de abasto y comercialización.
VIII. Establecer políticas sociales para proteger a los migrantes de los
pueblos indígenas, tanto en el territorio nacional como en el extranjero,
mediante acciones para garantizar los derechos laborales de los
jornaleros agrícolas; mejorar las condiciones de salud de las mujeres;
apoyar con programas especiales de educación y nutrición a niños y
jóvenes de familias migrantes; velar por el respeto de sus derechos
humanos y promover la difusión de sus culturas.
IX. Consultar a los pueblos indígenas en la elaboración del Plan
Nacional de Desarrollo y de los planes de las entidades federativas, de
los Municipios y, cuando proceda, de las demarcaciones territoriales
de la Ciudad de México y, en su caso, incorporar las recomendaciones
y propuestas que realicen.

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Conclusión
Los indígenas son base de nuestras raíces ya que México tiene un
pasado totalmente indígena así que como mestizos tenemos que
darles prioridad a nuestras culturas madres y por ello en la
constitución ya hay artículos que nos hablan de el derecho como
pueblo y como persona, que tienen las personas con este tipo de
etnias, en el territorio mexicano habitan 68 pueblos indígenas, cada
uno hablante de una lengua originaria propia, las cuales se organizan
en 11 familias lingüísticas y se derivan en 364 variantes dialectales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), 25.7 millones de personas, es decir el 21.5% de la población,
se auto adscribe como indígena. Mientras tanto, 12 millones de
habitantes (10.1% de la población) señalaron vivir en hogares
indígenas. También, el 6.5% de la población nacional se encuentra
registrada como hablante de una lengua indígena, representando a 7.4
millones de personas.
A pesar de esto las comunidades originarias continúan siendo las más
vulnerables ante la situación de desigualdad, pues de acuerdo con el
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(CONEVAL), el 69.5% de la población indígena, 8.4 millones de
personas, experimenta una situación de pobreza, y el 27.9%, 3.4
millones de personas, de pobreza extrema. Además, el 43% de los
hablantes de alguna lengua indígena no concluyeron la educación
primaria, mientras que el 55.2% se desempeña en trabajos manuales
de baja calificación.
México se firmó el Convenio 169 de la OIT en 1990, y en 1992 el país
se reconoció como una nación pluricultural al modificarse el artículo 2
de su Constitución.

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Fuentes de consulta
 https://www.significados.com/indigena/

 https://www.bancomundial.org/es/topic/indigenouspeoples#1

 https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/ad23236a-fafa-42c1-ab9e-
8dfd66b8345c/la-autonomia-de-los-pueblos-indigenas-de-mexico

 https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/doc/cartillas/14_Cartilla_DH_Pueblos_Indige
nas.pdf

 https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_comision_permanente/documento/65111

 https://www.iwgia.org/es/mexico/3745-mi-2020-mexico.html

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