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MEN SA GE

DEL

Exuio. Se ñor Presidente


DE I,A

R E P Ú B L I C A DEL, P A R A G U A Y

A LA

REPRESENTACIÓN NACIONAL.

ASUNCION, M A R Z O 14 D E 1854.

IMPRENTA DE IX PEFUJ3I.ÏCA.
j V I V A LA R E P Ú B L I C A D E L P A R A G U A Y /

t-Asimcion Manto 14 de IS54, el ciinclrngésímo


\ segundo de IB Independencia Nacional—

ICt. P R E S I D E N T E >
DF, LA REPÚBLICA. )

A LOS MUY HONORABLES SEÑORES REPRESENTANTES


DE LA N A C I Ó N —

SlENTO la mas viva complacencia, viendo reunida en su


período constitucional la Honorable Representación Nacional,
y esta reunión me presenta la oportunidad d e felicitar á la Re-
pública toda en sus Honorables Representantes por que su reu-
nión actual se efectúa bajo de auspicios, y circunstancias, mucho
mas felices, que las que dominaban la situación de la República
al tiempo de su pasada sesión en 1849. U n suceso feliz que
hará época en la historia de la República ha cambiado aquellas
azarosas circunstancias, y este es un nuevo, y justo motivo que
tiene el Gobierno de la República en tributar sus humildes
gracias al Autor Supremo de todo bien, y de felicitar á la Re-
presentación Nacional por tan próspero suceso.
L A INDEPENDENCIA de nuestro pais fué declarada y procla-
mada por el Congreso reunido en Octubre de 1813 : pero por
una negligencia inespiicable ni se consignó esa declaración en
un acto formal, ni se promulgó,*n¡ se juró, ni se comunicó al
esterior, y quedó por consiguiente desconocida, y como si no
existiese esa independencia.
En el Congreso general estraordinario reunido en Noviem-
bre de 1842 se ratificó aquella declaración : se consignó en
una acta solemne, que firmaron todos los Diputados : se juró en
toda la República, y se encargó al Gobierno comunicarla á todas
las demás Naciones, así de América, como de Europa, con el
fin de anunciar á todas que el Paraguay se abria á la comunica-
ción, y comercio de todo el mundo, y para recabar su reconoci-
miento de Nación Soberana é Independiente.
El Gobierno de la República ha cumplido con zelo, y activi-
dad con el encargo que le hizo aquel Congreso, participando
á las Naciones aquella declaración, y tiene la satisfacción de ver
que la nacionalidad paraguaya ha sido reconocida primero por
el Brasil, que como lo anuncié á ia Nación en 1849, ratificó en
1844 por una declaración esplícita, el reconocimiento implícito
4 MENSA.GE DEL EXMO. SR. F,KESIDENT.E.

que habia hecho desde 1824, enviando un agente público cerca,


del Gobierno cíe la República. Siguiéronse á este reconoci-
miento el que hicieron algunos de los nuevos Estados de Amé-
rica, como Boliyia, Chile, el Estado Oriental de Uruguay, y
Venezuela, y algunos Estados euéopeos.
Sabéis, Señores Representantes, que el gobernador de Bue-
nos Aires D . Juan Manuei Rosas, encargado por las provincias
árjentinas de representar en el estertor la Confederación, con-
ducido de una desacordada ambición, y engreído, con su fortu-
na, concibió el pensamiento quimérico de reconstruir el antiguo
virreinato de Buenos Aires, y sometido ó su influencia, se negó
á este reconocimiento, que era un hecho consumado, y respeta-
do por los diferentes Gobiernos generales que hasta 1830 tu-
vieron las provincias unidas del Rio de la Plata, como se
titulaba entonces la que hoy se llama Confederación argentina.
T r a s la negativa del Gobernador de Buenos Aires vinieron
muy pronto, y bajo prestestos los mas frivolos, hostilidades de
todo género contra el Paraguay, y su Gobierno, anunciándose
á las claras, oficialmente, que se hacían grandes preparativos, y
armamentos fluviales y terre.tres para invadir al Paraguay,
conquistarlos, y reducirlo á la condición de provincia argentina.
T a l era la situación do esta República al reunirse en su pe-
ríodo constitucional el Congreso de 18,49, y hasta principios de
d e 1852, El porvenir de la República se presentaba entonces
bajo un aspecto alarmante. El peligro, y los males consiguien-
tes á una invasión inminente, preocupaban, al Gobierno, y á los
habitantes., El comercio estaba interrumpido: nuestros puer-
tos solitarios ; y no se sentían mas actividad, y movimiento,
que el de las armas : los trabajos que se emprendían eran re-
ducidos, por que se trabajaba en medio de una incertidumbre
funesta. Nuestra existencia misma la ponía el Gobernador
llosas, en prob)ema,que las armas debían resolver sobre nuestios-
campos, y en nuestros rios,
E q precaución, y con la mira de dificultar la invasión que
anunciaba el. Gobernador Rosas, el Gobierno de la República,
consideró conveniente aumentar los ostá.culos á esa invasión, y
resolvió despoblar, y convertir en desierto la izquierda del
Paraná. Ese territorio estaba ocupado por algunos estableci-
mientos que habiati formado emigrados de todos los puntos en
que se hacia sentir la guerra que desolaba las Repúblicas Ar-
gentina y Oriental: establecimientos poco numerosos, pero que
á pesar de su corto número, serian muy buenos auxiliares de
los invasores.
DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY. 5

Para conseguir el Gobierno de la República su objetó, desta-


có úñá división del Ejército paraguayo, qué llenó perfectamen-
te las miras é intenciones del Gobierno, y demostró las excelen -
tés calidades que tiene el soldado paraguayo: logrado el objeto
de ese rriovimiento, lá división se. replegó á las fuerzas d e la
garganta de Loreto, en la de San Miguel, pronta á obrar según
to exigiesen las circunstancias. Estas Kan convertido contra e l
tínico enemigo que hostilizaba la República, y con la desapari-
ción dé esté enemigo han renacido la seguridad, y tranquilidad
d é l a República.
El futuro de la República hoy es mas alhagueño y lisongero.
El riesgo, y los males de una invasión han d e s a p a r e c i d o : una
esperanza muy fundada d e larga paz, y tranquilidad ha sucedi-
do á lá inquietud g e n e r a l : los trabajos comienzan á tomar a c -
tividad, y estension : nuestro rio es surcado por numerosas
embarcaciones; nuestros puertos animados por un movi-
miento, que estimula á nuevos trabajos; y la cuestión de vida,
ó muerte, que nos había puesto el Gobernador Rosas, se ha de-
cidido lejos de nuestro territorio.
El Autor dé todo bien, lia querido poner un término á tantas
inquietudes, y preservarnos de tantos males, como hubiera se-
guramente producido la continuación al frente de la Confedera •
cion Argentina, del hombre que la ha oprimido por tantos años.
Este cambio tan feliz de situación, es debido á los esfuerzos
combinados de todos los que tenia en continua hostilidad, ó alar-
ma la ambición turbulenta, y la sangrienta tiranía del Goberna-
dor Rosas.
El Gobierno de ta República fué invitado á tomar parte en
esta gloriosa cruzada de humanidad, y civilización: se prestó á
este convite con la mejor voluntad, y decisión. L a prudencia
le aconsejaba tomar algunas precauciones, y obtener segurida-
des de que los sacrificios, y esfuerzos que iba á hacer la Repú-
blica, no serian infructuosos, y que darían por resultado la solu-
ción de todas las cuestiones que habia movido D . Juan Manuel
Rosas. Pendientes estas gestiones los sucesos marcharon con
tal rapidez, que llegaron á un desenlase, antes que la República
del Paraguay pudiese presentarse sobre el campo de batalla.
El General, Gobernador de Entre-Rios, Don Justo José d e
Urquiza, vencedor en Caceros, fué constituido Director provi-
sorio de la Confederación Argentina, Encargado de conducir
sus relaciones esteriores, y reconocido en ese carácter por t o -
dos los Agentes diplomáticos de las diferentes Potencias, resi-
dentes en Buenos Aires.
6 ME.\SAGE D I X EXMO. SK. ntESIDEKTI,,

El Director provisorio de la Confederación reconociendo


sin duda, lo. injusto, é impolítico que era seguir la conducta
que Don Juan Manuel Rosas babia observado con el Paraguay,
y obrando en nombre de la Confederación Argentina, diputó
cerca del Supremo Gobierno de la República un enviado espe
eial con suficientes poderes para la solución, y arreglo de todas
las cuestiones pendientes entre ambos Estados.
E n esta virtud se ajustó, concluyo, y firmó con el Enviado
especial argentino Doctor D . Santiago Derqui, el 15 de Julio
de 1852 un T r a t a d o de límites, navegación, y comercio. Con
ese T r a t a d o quedan resueltas las tres graves cuestiones que
habia entre esta República, y la Argentina. Esta ba recono-
cido que el Paraguay es una Nación Soberana c independiente
de todo poder estraño. S e han determinado, y fijado los lími-
tes que separan ambos Estados, y se ha declarado que la nave-
gación del río P a r a n á , y sus afluentes es libre al pabellón para-
guayo, como ío es al argentino el rio Paraguay, y sus afluentes.
El Gobierno Nacional ha ratificado, y cangeado el T r a t a d o
de 15 dé Julio, con la calidad espresa de presentarlo al conocí
miento y deliberación del Soberano Congreso, y tiene la con-
fianza de que la Honorable Representación Nacional después
de considerarlo detenidamente, reconocerá que con ese T r a t a -
do se han obtenido los objetos todos de los constantes esfuerzo»,
y gestiones que ha hecho el Gobierno Supremo en los diez añoa
pasados, y que no trepidará en dar su sanción á ese T r a t a d o
siendo aprobado por el Soberano Congreso general argentino.
Este se ha reunido en Santa F é el 20 de Noviembre de
1852 : contestando al mensage, ó alocución que el Director
Provisorio le dirijió á su apertura, ha dado plena y completa
aprobación á todos los actos del Directorio Provisorio ; y aun-
que en esa contestación no se hace mención especial del T r a t a -
do de 15 de Julio, era natural creerlo incluso en esa aprobación
general, y no debía temerse que sea desaprobado por el Con-
greso Argentino.
Después de la cuestión de Independencia, restaban las de
límites, y navegación, también graves, y vitales para la Repú-
blica : las dos han sido resueltas por el mismo Tratado. El
Gobierno de la República ha cedido al de la Confederación
Arjentina el territorio, que desde tiempo immcniorial tenía so-
bre la izquierda del Paraná. Esta cesión es compensada con
el reconocimiento de que el rio Paraguay pertenece de costa á
costa en perfecta soberanía á la República del Paraguay hasta
su confluencia en el Paraná,
DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY.

El Gobierno de la República no ha trepidado en hacer la


cetion del territorio expresado de la izquierda del Paraná, por
que han pesado en su ánimo, consideraciones graves, y trascen-
dentales. E s de la mayor importancia para los Estados, tener
límites naturales, fijos, é invariables : su tranquilidad, y seguri-
dad están mejor garantidas cuando una barrera fuerte los sepa-
ra del Estado vecino : una línea matemática, ó geográfica, mal
definida, por que nunca puede ser bien determinada, es un mo-
tivo perpetuo de contestación, y conflictos: y sobre todo es
mas conveniente concentrar la atención del Gobierno, y de las
fuerzas de la República, que estenderlas por un estenso desier-
to que ha formado la anarquía; y si ( lo que Dios no permita)
sobreviniese una guerra con la Gonfederacion Aijentina, indife-
rente es que ese territorio sea de la República, ó de otro.
E n fé de lo convenido, y estipulado en el T r a t a d o de 15 de
Julio, y en la confianza que inspiraba la ratificación y cange
por las altas partes contratantes, el Gobierno de la República
hubo de estar dispuesto á evacuar las gargantas de Loreto, y
S a n Miguel, y mandó empezar la retirada de las tropas para-
guayas .- pero aun se conservaban allí bastantes fuerzas, cuan-
do se supo que habia estallado en Buenos Aires un movimiento
que causó un desacuerdo, y disidencia entre el Director Pro-
visorio, y aquella Provincia: desacuerdo que podria producir
sucesos muy graves, v. de trascendencia: en precaución d e
cualquier eventualidad, el Gobierno resolvió mantener la ocu-
pación de la margen izquierda del P a r a n á ; y comunicó al Mi-
nistro Arjentino para que lo trasmitiese al Señor Director
Provisorio su nueva resolución de continuar guardando el terri-
torio de la izquierda hasta que concluyese Ta nueva crisis que
surgía en Buenos Aires.
Después de esta comunicación recibió el Gobierno de la Re-
pública la que hizo el Ministro de Relaciones Esteriores del
Directorio, pidiendo que las tropas paraguayas continuasen esa
ocupación hasta otras circunstancias. P o r contestación notició
el Gobierno de la República al del Directorio, el aviso que ha-
bía dado al Ministro Argentino sobre este negocio, que supo-
nía ya en conocimiento del Señor Director Provisorio, con la
protesta de que se evacuará tan pronto como el T r a t a d o de 15
de Julio quede esento de toda eventualidad. En fuerza de estos
antecedentes permanecen por ahora guarnecidas por T r o p a s
de la República las gargantas de Loreto y San Miguel.
En esta positura el Gobierno de la República ha recibido,
no sin sorpresa, en Octubre del año pasado, la nota del 8 de
8 MENSÁGE BEL ÉXlitO. SR. PRESIDENTE,

Agosto anterior en que el Exmo. Señor Director Provisorio de


la Confederación Argentina, Brigadier General Don Justo
José de Urquiza ha pedido la entrega de las Misiones que lla-
ma argentinas, desentendiéndose del predicho T r a t a d o del 15
de Julio de 1852, y de su aprobación, ó desaprobación por el
Congreso general argentino : el Presidente de la República ha
contestado el 28 de Octubre citado, que estaba pronto á la en-
trega del terreno demandado, desde que los Congresos gene-
rales paraguayo y arjentino aprueben el T r a t a d o referido de
15 de Julio, y es la misma contestación que se ha dado á la
referida comunicación del Ministro del Directorio. El Gobier-
no Nacional Delegado de la Confederación Argentina en oficio
del l . ° de Diciembre último avisó recibo del citado d e 28 d e
Octubre, ofreciendo contestarla satisfactoriamente en
oportunidad, pero hasta hoy no lo ha cumplido.
Asi mismo no se ha contestado la nota de este Gobierno fe-
cha 16 de Febrero del año próximo pasado relativa á la cues-
tión suscitada por el de Corrientes, con motivo de que no se
dejó arribar al Bermejo la espedicion mercantil que destinó
hasta Oran de la provincia de Salta, sin previo acuerdo, ni n o -
ticia del Gobierno de la República, y sin consideración á lo
estipulado en el T r a t a d o de 15 de Julio para hacer efectiva y
practicable la navegación del Bermejo.
Seguidamente á este suceso, el Gobiarno de Corrientes c o -
bró el impuesto de tránsito del 5 por 100 á los productos de
la República que bajaban á otros puertos. El Gobierno de la
República no podia ni debía dejar inapercibido un tal procedi-
miento á toda luz contrario á lo estipulado en el artículo 7 . °
del T r a t a d o de 15 de Julio, y usando de su buen derecho pú-
blico la protesta del 26 de Mayo de 1853, y para las resultas
el decreto de la misma fecha que preparaba el recobro de las
cantidades, que en razón del citado impuesto de tránsito cobra-
se la aduana de Corrientes al comercio paraguayo.
/ Mas adelante, el 24 de Setiembre, ha decretado este Gobier-
/ no la esclusion de la bandera comercial de Corrientes, del co-
mercio de la República, mientras el Gobierno de esa provincia
continuase recargándolo con impuesto de tránsito, y con arri-
bada forzada de los buques mercantes, que bajan á otros
puertos.
Este decreto fué revocado por el de 10 de Diciembre último,
en mérito de la participación oficial que el Exmo. Gobierno de
Corrientes hizo al de la República, de que ha ordenado el cese
del dicho impuesto de tránsito del 5 por 10ü, y la devolución
DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY. 9

consiguiente de las cantidades recaudadas á los interesados, con


Ja importante espresjori de—aunque fuese b a j o su esclusiva
responsabilidad, en el viyo interés de acreditar al Exmo. Go-
bierno de la República ¡Q mucho en que estima sus amigables
relaciones, y buena inteligencia, visto que el Directorio no le
ha dado respuesta en mas de tres meses, á la consulta que le
hizo el 5 de Setiembre sobre el referido impuesto de tránsito,
á consecuencia de la citada reclamación oficial de este Gobier-
no al de í a Confederación Argentina. De este modo han sidq
perfectamente restablecidas las D u e ñ a s relaciones de. la Repú-
blica c o n la provincia, de Corrientes..
Este agradable suceso comunicó el Gobierno de la República
al Exmo. g o b i e r n o Delegado de la Confederación Argentina,
y este ha contestado en su nota 19, de Enero próximo pasado,
que se felicita por el resultado que han tenido las diferencias
que surgieron entre el Gobierno de esta República, y el de la
provincia de Corrientes.
Eojel Mengage de 1849 os he comunicado que la única deu-
d a esterior de la República, ha sido la de auxilios que el G o -
bierno de Corrientes ha prestado al Ejército ausiliar paraguayo,
en la campaña de 1846, y que se hallaba en, djscujsion. pendren r
t e . Esta cuenta hoy queda pagada^ y c4a.ncelada en buena,
armonía en la parte que este Gobierno ha reconocido..
El Gobierno d,e la República ha guardado perfecta neutrali-
dad en la disidencia entre el Exmo. S r . Director provisorio de
la Confederación Argentina, y el E x m o . Gobierno de la pro-,
vincia de Buenos. Aires, manteniendo con esmero sus relacio-
nes de amistad, y buena inteligencia.
Después de haber informado, á la Representación, Nacional,
del pie y estado en que se hallan las, relaciones, de la República,
con la Confederación, Argentina, el Gobierno tiene la satisfac-
ción de asegurarle que se ha mantenido en perfecta amistad, y
buena armonía con lo§ demás Estados, vecinos, no estante que
en Mayo de 1850 ocurrió un hecho muy desagradable, que pu-
do comprometer muy seriamente nuestras relaciones, y buena,
inteligencia con el Gobierno de S . M . el Emperador del Brasil.
L a Honorable Representación sabe, por notoriedad, que una
fuerza destacada por el Presidente de la provincia de Mato-
groro descendió del alto Paraguay, y se apoderó, de la isla del
P a n de Azúcar como por sorpresa, sin previo aviso, ni la me-
nor participación, y cuando estaba pendiente un arreglo de lí-
mites por esa parte, y cuando residía cerca del Gobierno de la
República un Agente diplomático brasilero, el Ilustrísimo Señor
10 MENSACE DEL "EXMO. Sil. PRESIDENTE.

D . Pedro Alcántara Bellegarde, especialmente incumbido de


estudiar esa cuestión de límites para ilustrar á su Gobierno.
Un hecho de esta naturaleza debía forzosamente ofender al
mas alto punto, el honor, los intereses, y derechos de la Repú-
blica, y poner al Gobierno en la desagradable necesidad de
adoptar medidas prontas, y enérgicas a repeler este nuevo ge--
ñero de invasión de un territorio á que la República se considera
con derecho.
El Gobierno sin disminuir la prontitud, y vigor de su3 medi-
das, quizo emplear todo arbitrio que pudiese impedir llegar á un
conflicto sangriento ; y al efecto acordó con el Sor. Bellegarde
Encargado de Negocios de S. M. el Emperador del Brasil, que
este se encargase, como se encargó de aconsejar al Presidente
de Matogrosó, sobre su responsabilidad, la retirada de las fuer-
zas brasileras, y la evacuación del punto ocupado hasta la solu-
ción de la negociación pendiente de límites. Desgraciadamente
no produjeron efecto los buenos oficios del Sor. Bellegarde, y
fué necesario emplear la fuerza para desalojar la guarnición
brasilera.
Por razones enteramente peculiares de administración inte-
rior, juzgó el Gobierno conveniente r e t i r a r l a guarnición de
Olimpo, antiguamente Borbon, y evacuar el Fuerte. Este
acto, mandado, como se ha dicho, por consideraciones de admi-
nistración interior, de ningún modo afecta, ó perjudica los de-
rechos de propiedad y dominio que la República tiene en el
territorio, y adyacencias del Fuerte de Olimpo, ni puede tomar-
se como renuncia, ó abandono del territorio, y sus derechos.
El Supremo Gobierno ha hecho en tiempo una declaración for-
mal sobre esto, que para constancia en todo tiempo, y evento,
ha mandado deponer en el archivo del Consejo de Estado; y ha-
ce esta manifestación al Honorable Congreso Nacional p a r a rei-
terar, corroborar, y dar publicidbd á la citada declaración.
El Gobierno de S. M. I. del Brasil no tardó en dar al de la
República una prueba inequívoca de sus intenciones pacíficas,
espidiendo las órdenes convenientes, reprobando semejantes
avances, y dejando todo en el estado en que estaba hasta un
arreglo pacífico de límintes por esa parte de la República.
Este Gobierno ha hecho desde 1844, reiterados esfuerzos, é
instancias para llegar á ese arreglo tan conducente á mantener
las buenas relaciones entre los Gobiernos, y subditos de ambos
Estados, y evitar vías de hecho, como la ocurrida de Pan de
Azúcar—
DE LA REFUBLICA DEL PARAGUAY. 11
A.

El Gobierno de la República tiene el pesar de decir á la H o -


norable Representación Nacional, que sus esfuerzos hasta aho-
ra, no han producido el deseado arreglo.
Nuestro Encargado de Negocios en la Corte del Brasil llegó
a proponer en Enero d e 1847 un proyecto de acuerdo de
límites con la base de neutralidad del terreno sito entre los ríos
Apa, y Blanco para servir de separación entre los territorios
de ambos Estados, y tuvo que regresar en 1849 sin el mínimo
resultado de su misión. El Gobierno de la República acreditó
otra misión en la Corte del Imperio del Brasil el año de 1852
en el ínteres de obtener una solución al proyecto citado de
1847, y entonces el Gobierno I m p e r b l brasilero repulsó defini-
tivamente la indicada base de neutralidad, y se rompió la nego-
ciación á principios de 1853.
En Mayo del mismo año el Illmo. Señor Felipe José Pereira
Leal, Encargado de Negocios del Brasil, presentó un proyecto
de navegación, y conjuntamente de un T r a t a d o de límites con
el ultimátum de que el Paraguay reconozca al Brasil la d e r e -
cha del Apa ; no era posible hacer lugar á esta pretensión
exorbitante, y menos esperada, desde que ella motivó el citado
rompimiento de negociación ; pero el Gobierno de la Repúbli-
ca espera confiadamente que el de S. M . el E m p e r a d o r del
Brasil llegará á reconocer la conveniencia, y necesidad de, ar-
ribar Á un acuerdo que haga desaparecer los graves inconve-
nientes que nacen de la incertidumbre de límites entré ambos
Estados.
Otro acontecimiento desagradable ha sido la necesidad en
que se ha visto el Gobierno de la República, de enviar sus pa-
saportes al referido Señor Leal por la estraña conducta que ha
llevado con el Gobierno de la República ; el del Imperio del
Brasil todavía no ha contestado la nota que el 12 d é Agosto
último le fué dirigida sobre la despedida del Sr. Leal.
Al concluirse el año 52, llegó á la Capital el Comodoro Sir.
Charles Hotham, anunciándose con el carácter de Ministro Ple-
nipotenciario, y Enviado Estraordinario de S. M. la R e y n a d e l
Reyno Unido de la Gran Bretaña é Irlanda. Al ser recibido
c o m o correspondía, puso en manos del Presidente de la Repú-
blica la carta autograf i en que su augusta Soberana le acredi-
taba aquel carácter, y en nombre de la misma reconoció la In -
dependencia de la República. El Gobierno Nacional ha apre-
ciado como debe, y ha agradecido este acto tan espontáneo, y
tan importante de S. M. la Reyna de Inglaterra.
Posteriormente ha llegado el Caballero de Saint Georges
2
Í2 JÍENSAÓE DEL I.XÍIO. 8K. PRESIDENTE.

con igual carácter de Enviado Estraordinario y Ministro Pleni-


potenciario del Príncipe Luis Napoleón, Presidente d e la Re-
pública Francesa, suficientemente acreditado cerca del -Presi-
dente de la República.
Llegaron también el Sr. Marcelo Cerruti, con el c a r á c t e r d e
Encargado de Negocios de S . M. el Rey de Cerdeña, y el S r .
Juan S. Pehdletpn, encargado de Negocios del Gobierno de
los Estados Unidos de la América del Nort.
Muy grato y lisongero ha sido para el Gobierno de la Repú-
blica el envió de estos agentes diplomáticos : por que el hecho
solo de haber sido enviados cerca del Gobierno nacional, im-
porta un acto de reconocimiento de la Soberanía, y perfecta
independencia de la República. El Gobierno ha recibido estos
Ministros con lodos los miramientos y consideraciones que se
deben á sus altos comitentes, y á que son acreedores los E n -
viados, por sus calidades conocidas, y carácter personal. Los
Ministros Plenipotenciarios de Francia é Inglaterra propusie-
ron al Gobierno abrir negociaciones para el ajuste, y conclu-
sión de un Tratado de amistad, comercio, y navegación, de
que presentaron el respectivo proyecto.
El Gobierno de la República habia reconocido, y publicado
desde Mayo de 1845 los principios, derechos y garantías que to-
do Gobierno cristiano.é ilustrado tiene el deber de profesar, y res-
petar en todo estranjéro que llegue á su territorio : desde que los
tratados propuestos por los Ministros de Francia, Inglatera, Cer-
deña, y Estados Unidos, se fundasen en aquellos principios, y
pidiesen los mismos derechos, que el Gobierno se había obliga-
do á respetar, ningún inconveniente podia haber en consignar
én un Tratado, lo que era una ley en el pais.
Consideró ademas el Gobierno para el ajuste, y conclusión
de un Tratado de amistad, comercio, y navegación con las pri-
meras potencias del mundo, que era de la mayor importancia,
y conveniencia para la República, que el mundo culto tuviese
conocimiento, y noticia de la liberalidad, y moderación de
principios que rigen a) Gobierno, y habitantes de esta Repú-
blica. Ese conocimiento sería un origen fecundo del incre-
mento rápido en todo sentido : el estimulante mas eficaz de
nuevos trabajos y empresas que aumenten en pocos años, el bien
estar material, y moral de la población, y repararía en breve
los males d e nuestro pasado aislamiento.
La paz, y tranquilidad de que se ha gozado siempre en la
República en todas circunstancias ; y la seguridad, y confianza
que inspiran los hábitos, y carácter del Pueb'o paraguayo, de
DE LA. REPÚBLICA DEL PARAGUAY 13
<jlie es» paz será inalterable, atraerán irresistiblemente capita-
les, artesanos, hombres industriosos, agricultores inteligentes
que estenderán, y aumentarán la riqueza pública; por que IOT
dos encontrarán facilidad de adquirir en un pais tan feraz, y
tan nuevo : todos tendrán seguridad de conservar, y certeza
de trasmitir lo que hubieren adquirido.
Por tan poderosas consideraciones y motivos, el Gobierno
d e la República ajustó, concluyó, y firmó los T r a t a d o s de amis-
tad, comercio, y navegación que se han publicado.. E n un
mismo dia, en el mismo lugar, y momento, y un mismo T r a t a -
do se ha firmado con los agentes diplomáticos de cuatro gran-
des poderes los mas industriosos y comerciantes del ¡ mundo
culto, N a d a hay e n ellos que en algún sentido, ó en algún
caso pueda perjudicar los intereses, derechos, ó dignidad de la
República ; y ellos contienen el principio, y origen ele nuevas,
y mas estrechas relaciones de todo género, que puedan ser
útiles, y ventajosas á nuestra querida Patria. Estos Tratados
fueron ratificados el 12 de Marzo por el Presidente dé la Repú-
blica, con el cargo de someterlos á vuestra alta consideración
como hoy tiene el honor de cumplirlos-
E r a propio del honor, y dignidad de la República, y confor-
me al uso establecido entre todas las Naciones, corresponder
á esta demostración honorífica de los Soberanos, enviando cerca
de ellos una Legación de igual carácter. Por esta razón, t e -
niendo el Gobierno que cangear las ratificaciones, y desean/o
á demás hacer algunas adquisiciones importantes para la Repú-
blica, que no podían encomendarse, sino á persona de toda
confianza, y que conociese las necesidades del pais, ha nom-
brado Enviado Estraordinario, y Ministro Plenipotenciario cer?
ca dé varias Cortes, en Europa, al Brigadier General de la
República Ciudadano Francisco Solano López. El Gobierno
mantiene la confianza d e que esta misión diplomática traerá
á la República ventajas de todo género.
S . M. la Reina del Reino Unido de la gran Bretaña é Irlan-
da ha ratificado el T r a t a d o de 4 de Marzo, y de consiguiente
tuvo lugar el cange entre el Plenipotenciario de la República,
y el Exmo. Sor. Ministro de Negocios Estrangeros de Inglaterra.
£1 Gobierno ha recibido estos dias la importante comunicación
oficial de que el 28 de Diciembre, el Gefe de la Legación Pa^
raguaya en varias Cortes de Europa, entregó en audiencia
pública á S. M. el Emperador de los franceses la carta que le
acredita Enviado Estraordinario y Ministro Plenipotenciario,
de la República.
14 MENSAGE DEI/ EXMO. SB. PRESIDENTE.

El Brasil, la Confederación Argentina, la Francia, Portuga},


Estados Unidos, y la Provincia de Buenos Aires lian nombrado
sus agentes consulares en el Paraguay. S. M. el Emperador
de los franceses ha nombrado Enviado Extraordinario, y Minis-
tro Plenipotenciario de la Francia al Caballero A. L e M o y n e -
S. M. el Rey de la Bélgica acreditó en el carácter de Ministro
residente en la República al Caballero Lannoy : ambos Seño-
res Ministros han comunicado á este Gobierno sus credenciales
el primero desde Buenos Aires, y el segundo desde Montevideo,
anunciando cada uno su pronto arribo á esta Capital.
Tal es H . H . R. R. el estado de los negocios estertores de
la República del Paraguay.
En el interior, todos los ramos de administración publica
han debido resentirse necesariamente del Estado violento, dis-
pendioso, é incierto en que el Gobernador Rosas puso, y man-
tuvo, en los diez años pasados, al Gobierno de la República.
Cuando el Gobernador Rosas descubrió sus pretensiones y
miras sobre el Paraguay : cuando la invasión fué inminente, y
solo era cuestión de cuando se realizaría, la República ( e s
preciso que lo sepáis H . H . R . R . ) no tenía ni armas, ni muni-
ciones suficientes para su defensa. No habían ni Gefes, ni
Oficiales, ni soldados: habían hombres armados, pero estaban
completamente faltos de instrucción, y disciplina, y por consi-
guiente incapaces de una resistencia seria.
En tal estado fué necesario convertir toda la atención del
Gobierno á procurarse, y reunir los elementos de defensa.
Todo su tiempo, toda su actividad, diligencia, y recursos, eran
pocos para sacar á la República de esta crisis peligrosa, y po-
nerla en la aptitud en que se le ha puesto de hacerse respetar.
El Gobierno ha sido perfectamente segundado por la deci-
sión, y patriotismo del pueblo paraguayo. Todos á porfía, y
cada uno en su esfera, han coadyuvado las disposiciones del
Gobierno. No merecería este la estimación, y confianza que
siempre le han mostrado sus conciudadanos, si dejase pasar
esta ocasión solemne de tiibutar ante la Representación Nacio-
nal un homenage de reconocimiento, y gratitud al General, á
los Gefes, oficiales.y tropas, que á fuerza de aplicación, constan-
cia abnegación, y paciencia han logrado dotar á la República
con un Ejército instruido, disciplinado, obediente, y fiel, capaz
de arrostar con suceso los azares, y peligros de la guerra. E s
un ejemplo memorable en la historia militar de las Naciones
que en siete años que han estado campados sobre la frontera
tM3 r,A REPÚBLICA DEL PARAGUAY. 15

4e la República quince mil paraguayos, no ha habido mas que


dos desertores al estertor, y cuatro, ó cinco al interior.
En la situación en que se vio colocado el Gobierno Nacio-
nal, de convertir su atención esclusivamente, á asegurar nuestra
existencia política no era posible pensar, y ocuparse de otra coso.
Habéis sido H . H . R.R. testigos oculares del cuadro lúgubre,
q u e presentaba la República á todos aspectos, al fallecimiento
del D i c t a d o r : por la concentración desmedida que estableció
e n la Administración, no había establecimiento, ni institución
alguna de las que e n todas partes del mundo culto sirven d e
resortes á {a Administración, y ayudan la acción del Gobierno.
Asi es, que no habían sino meros escribientes, ni se habían po-
dido formar capacidades administrativas, judiciales, policiales &,
que pudiesen segundar las, miras, y trabajos del G o b i e r n a N o
había establecimiento ninguno d e educación, é instrucción ele-
mental, moral, y religiosa: habían algunas escuelas primarias
d e particulares mal m o n t a d a s : y el tiempo había reducido al
clero á un número m u y diminuto de Sacerdotes.
E n k> material ja Capital, y las villas todas ofrecían el aspecto
m a s d e s a g r a d a b l e : templos apuntalados, y amenazando des-
plomarse : cuarteles desaseados, incómodos, e insalubres: casas
particulares rodeadas d e escombros, ó próximas á arruinarse.
L a s calles en su mayor parte oponían al tránsito hondos surcos
q u e formaban los torrentes de. tas copiosas lluvias. El rio con
sus avenidas socababa rápidamente la parte d e la Capital
q u e mira al rio. En muchos lugares d e la Capital, ver-
tientes subterráneas, y permanentes de agua, hacían poco se-
guras, é insalubres las habitaciones. El esterior é interior de
ja casa de Gobierno era indecoroso.
En medio de este caos que solo con el tiempo podía desem-
brollarse, forzoso é inevitable fué dejar seguir tal estado d e
cosas hasta mejer oportunidad. El Gobierno solo pudo cuidar
d e regularizar lo mas u r g e n t e : de plantear las instituciones
mas indispensables: males de tan antiguo, y profundo origen,
como los que aquejaban á la República, no pqdiaq remediarse
pronta.y repentinamente: se dio un orden mas regular á la admi-
nistración de justicia: se crió un departamento de policía, y sé
reglamentó su acción, fijándole sus atribuciones: se establecie-
ron y generalizaron escuelas primarias, y una Academia literaria
á cargo del Tesoro público, y bajo una inspección mas inme-
diata de la autoridad : se organizó una Tesorería, ó Comisa-
riato de guerra, que simplificaba la contabilidad, y facilitaba el
despacho. T o d a s estas instituciones no podían considerarse
i.6 MENSAGE DEL EXMO. SK. PRESIDENTE.

sino 'como provisorias, como espedientes de ensayo para t m


pezar á regularizar el orden administrativo.
L a religión, y el culto público ejercen una gran influencia
en la rhoral y creencia del pueblo: esfá influencia estaba redu-
cida á Ja mínima espresion al entrar en Funcjon ej Gobierno
a c t u a l : 'el obispado estaba v a c a n t e : la Catedral sin su cabildo :
muy pocas iglesias de la campaña tenían Cura ; y con un vica-
rio general, cuya jurisdicción parecía problemática. P a r a ob-
viar todo inconveniente ocurrió el Gobierno á la Silla apostólica,
y obtuvo de Su Santidad la confirmación d e ese Prelado, y la
aprobación de sus ¿ejes jurisdiccionales. Después presentó á Su
Santidad un Sacerdote para Obispo Diocesano, y otro para au-
xiliar, á quienes espidió Su Santidad las correspondientes bulas.
El fallecinñento del Reverendo Obispo Auxiliar y la falta
qué hace al Reverendo Obispo Diocesano, en circunstancias
dé sus notorias graves enfermedades habituales, ha constituido
al Gobierno de Ta República en el deber de A p r o v e c h a r la opor-
tunidad de la Legación paraguaya en varias Cortes de Europa
para elegir y presentar al Santísimo Padre Pió I X , como ha
elejigo y presentado para Obispo Auxiliar de esta Diócesi al
Provisor y Vicario general Ciudadano Juan Gregorio Urbieta.
El Reverendo Obispo Diocesano en medio de sus indicadas
dificultades continúa con esmeró las funciones de su ministerio:
:ha ordenado trias d e 40 Sacerdotes paraguayos, y con ellos se ha
proveído en parte los muchos curatos vacantes, constituyéndolos
Curas de unas parroquias, y escusadores de o t r a s , mientras se
pueda Hepar el vacío de Ministros del altar, que demanda la
provisión de todos los curatos de la República.
E n la parte material, el Gobierno ha hecho cuanto le era da-
ble,en circunstancias tan azarosas : comenzó por limpiar el ter-
reno para prepararlo á nuevas obras : derribó en la Capital los
templos ruinosos, como la Catedral, San Roque, Recolección,
y Lambaré, erigiéndolos de nuevo : derribó, y renovó lá ruino-
sa frontis del antiguó templo 'de Santo Domingo ; le hizo cons-
truir una torre. H o y lleva la invocación de la Encarnación,
como.iglesia parroquial de este distrito.
Nuevos templos se levantaron también en las Villas del P i l a , r

y Rosario, e n C ^ r i m b a t a y , en la Unión, San Lorenzo del Cam-


po grande, Caapucú, y Carayaó. Se han renovado las iglesias
de San Isidro, San Joaquín, San Estanislao, Átirá, y Guaram-
baré. Se continúa edificando nuevos templos en el Nort de la
Recoleta, en el Carmen del Paraná, dos Arroyos, y Guazucúó,
Se mandó hacer reparos importantes en la antigua iglesia de
, D É Í¡\ REPUtfl.ICA DEL PARAGUAY. 17

Santa Rosa de las Misiones. S e ha mandado apíonlaf mate-


riales para nueva Iglesia parroquial dé Arroyos y Esteros.
Se nivelaron, y terraplenáronlas calles de la C a p i t a l : se
formaron ramplas de piedras en algunas": se construyeron cal-
zadas firmes, y transitables, dando á las calles dirección, y figu-
ra mas regular, designándolas por denominaciones que las hi-
1

ciesen mas conocidas ; se han construido gruesos, elevados, y


sólidos muros para impedir loa estragos que causan las avenidas"
del rio. Se han construido otras murallas firmeá en los puertos"
de Aduana de ribera, de Marte, y del arroyo de Jaén. Actual-
mente se sigue con empeño la obra de la gran muralla que en
la estension de mas de trescientas varas debe asegurar los puer-
tos destinados á la construcción de muelles de madera.
Se ha mejorado interior y esteriormente Ja antigua.casa de
G o b i e r n o : se ha reformado y concluido para Palacio del Go-
bierno, con la comodidad de dos pisos, la casa que había e m -
pezado el cabildo de los patricios, y estaba abandonada desde
que fué suprimida aquella corporación.
S e ha mejorado la casa de Aduana, y se han establecido allí
dos espaciosas salas de armas. S e ha dado una nueva forma
al cuartel establecido en el antiguo colegio; se habilitaron en
el segundo c u a d r a d o s dilatados salones de armas ; y se h a
construido un cómodo parque de artillería.
Comunicaciones fáciles de los distintos puntos de la Repú-
blica entre sí, y con la Capital, son condiciones indispensables
p a r a l a civilización, prosperidad, y riqueza de las Naciones:
donde la comunicación, y tráfico son fáciles, y activos, las co-
modidades, luces y riqueza se adquieren insensible, y pronta-
mente : la población se multiplica, y se mejora.
Conducido el Gobierno por estos principios,- ha mandado
abrir caminos espaciosos, cómodos, y tan rectos, corno lo per-
mitía el terreno en las inmediaciones de la Capital, y én los de-
partamentos de campaña. S e han perforado bosques en la es-
tension de muchas leguas, para disminuir las distancias, y r o -
deos de los caminos. S e han construido en la compréhension'
d e la Capital, y en la campaña muchos puentes, seguros y có-
modos para facilitar el tránsito de los arroyos, zanjas, y fangos.
E n algunos distritos las grandes secas agotaban ios arroyos,
y vertientes de aguas que servían de abrebaderos á numerosas
haciendas de ganados, y los dueños de estancias sufrían enor-
mes perjuicios por la dispersión, y perdida consiguiente de sus
ganados. Esto imponia á la autoridad el deber de procurar
impedir tan graves perjuicios á los particulares, y al público ;
38 MÉNSACE DEL EXMO. SR. PRESIDENTE.

perjuicios que no podían evitarse, sino canalizando varias ver-


tientes de agua, y arroyos para hacerlos confluir á otro mas
permanente", ó á un punto conveniente, y contener su desagüe
por fuertes represas. El Gobierno acometió la empresa que pa-
recía sino imposible,muy difícil,y ha tenido la satisfacción de ver
que el resultado ha correspondido á sus cálculos, y esperanzas.
E n lugares menos favorecidos se han formado grandes lagunas,
depósitos de aguas lluvias. S e han terraplenado lagunas que
embaraaabat) los caminos, y se ha dado curso á las que por su
situación s é prestaban á este arbitrio.
Algunos departamentos, ó distritos que por so demasiada es-
tension hacían trabajosa, y difícil la acción de la autoridad, se
han dividido con demarcaciones fijas.
Nuestra frontera en el alto Paraguay, rica en feraces cam-
pos, estaba despoblada, por que no era segura ; ha sido cubier-
ta con nueve fortificaciones, inclusa la antigua d e S a n Carlos
sobre la izquierda del Apa, que ponen á cubierto esos campos,
de las incursiones de los salvages del Chaco, y de Miranda.
E s t o ha permitido formar establecimientos de estancias del
Estado, y de particulares. Esta medida ha hecho inútiles los
destacamentos que guarnecían la costa izquierda del Aquida-
ban, y .por tanto se han despoblado.
L a República es rica en mineros de varios metales, mas ó
menos preciosos, y útiles para diferentes -aplicaciones. El que
mas abunda es el fierro, y es también él mas provechoso por
las muchas aplicaciones que tiene este metal.
P o r tales consideraciones el Gobierno empezó un estableci-
miento deésplotack>n,y fundición de fierro en el arroyo de Ibicuy
del distrito de este nombre. S e han levantado los grandes hornos
y se ha abierto un canal, cuyas aguas sirviesen de fuerza motriz
á la distintas m á q u i n a s : se levantaron los edificios necesarios
á la habitación de la guarnición, y operarios del establecimien-
to, y empezó á funcionar. L a falta de operarios inteligentes
ha paralizado los trabajos, y ha sido necesario suspenderlos.
Este acciden/e es común aun á los países, y Gobiernos que
tienen mas medios de evitarlos : el de la República informado
d e personas inteligentes de que los altos hornos están construi-
dos en regla, y el fierro es de exélente calidad, ha determinado
traer operarios inteligentes, que enseñen y adiestren los del
país, contando con que la fábrica cubrirá con sus productos los
gastos de su establecimiento. E n efecto fueron contratados
cinco cstrangeros, incluso el encargado del establecimiento D .
Augusto Lidiedat que los ha escogido, y según los últimos
DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY. 19

informes se halla la máquina en estado de funcionar, y todo


pronto para el primer ensayo.
E l Gobierno adquirirá los medios de hacer un reconocimiento
y examen geológico en todo el territorio, para conocer los mi-
nerales que encierra, y saber que esplotaciones conviene
establecer.
El tesoro público, sin gravar jamas al pueblo paraguayo, ha
hecho frente á todos los gastos extraordinarios, que demandaba
la situación exepcional en que se ha visto la República hasta
ahora poco —Queriendo el Gobierno no aumentar las cargas
públicas, hizo un ensayo en materia de crédito, criando los bi-
lletes de Tesorería, como lo anunció en 1849 á la Representa-
ción Nacional: el resultado de esta operación ha correspondido
á las miras y esperanzas que tuvo el Gobierno al criar y emitir
á la circulación esos billetes: hubo de resolverse á recogerlos
de la circulación, al cerrar el período de su administración,
pero considerando luego la conveniencia pública de mantener-
los hasta la deliberación del Soberano Congreso, ha ordenado,
la renovación de billetes en la forma de la primera emisión,
mientras se consigue mejores planchas.
Se ha mandado recoger y depositar en la Colecturía general
la plata bastarda boliviana desde cuatro reales abajo que al
descuido se habia estado introduciendo en la República.
Atendiendo el Gobierno á los deseos que han manifestado
algunos nacionales, de hallar medios de ocuparse en el comer-
cio, y la industria, ha pasado ordena la Colecturía general
p a r a franquearles del tesoro naciona 1 hasta treinta mil pesos
bajo de buenas fianzas, al rédito anual del 6 por 100 á estiló
d e comercio, por un término conveniente. Esta concesión se
ha estendido á algunos estrangeros con las mismas calidades.
T e n g o la confianza de que serán de vuestra aprobación sobe-
rana estas providencias tendentes al bien de los hijos del pais,
y á la protección de la industria, desde que no son gravosas al
Tesoro nacional, por su buen estado.
L a viruela que ha causado tanto estrago en el esterior, ha
llegado á las fronteras de la jurisdicción de la villa del Pilar
por unos pasados al Campamento general del Paso de la Patria,
pero felizmente no ha dado mayor cuidado, y declinó pronta-
mente : en el dia ha cesado casi enteramente, según los últimos
informes de las autoridades de las fronteras, y del interior. Mu-
cho se debe á la administración de vacuna que se ha estableci-
do en la Capital, y se ha comunicado en todo el pais, propagán-
dola de brazo en brazo.
20 MENSABE DEL EXMO. SR. PRESIDENTE.

La antigua tribu de payaguas fué sorprendida en sus deslea-


les correspondencias con los salvages del chaco, y no siendo
dable ocuparse las tropas, ni los pobladores de las costas, en
observar también á los payaguas, se ha tomado la providencia
• le confinarlos en las márgenes del rio Caañavé en número to-
tal de mas de trecientos individuos de todos sexos y edades,
proporcionándoles por cuenta del Estado mantenimiento y todo
ausiiio para sus ocupaciones agrícolas con las convenientes me-
didas de policía para que se dediquen útilmente al trabajo,
y no puedan volver en las márgenes del rio Paraguay. El
Gobierno ha tenido la satisfacción de ver los buenos efectos de
esta providencia, á la que s¿ han sometico espontáneamente :
se hallan bien avenidos con los vecindarios agenciando su pa-
sada en varios ramos de industria : han comenzado á pronun-
ciarse algunas familias por la religión, y desde luego se les ha
separado á cargo de personas que han querido encargarse de
darles In educación y asistencia conveniente.
. Bien poco es lo que el Gobierno de la República ha hecho;
comparando con lo que esta necesita en todos respectos: pero eso
poco, muestra que el Gobierno ha estado siempre animado de
una constante solicitud en promover, y efectuar todo lo que de
algún modo podia contribuir á la mejora, y adelanto moral, y
material de la República. Las circunstancias no le han per-
mitido llenar en toda su estension las necesidades, y deseos de
ia República. Pero os espondrá á esie respecto sus miras, é
intenciones.
El Cambio feliz de situación que os he anunciado H . H . R. R.
disminuirá consideiablementa los gastos del tesoro, por que
permitirá licenciar el Ejército, reduciéndolo al pie de paz :
hará innecesaria la circulación de esos billetes, y las rentas pú-
blicas ordinarias podrán destinarse á objetos de mayor utilidad,
é importancia. Las cuentas que presentarán la Colecturía ge-
neral y el Ministerio de guerra instruirán a la H . R. N . , de
ios gastos desde 1849, y la existencia en caja.
Hemos conseguido H.II. R.R. que la Independencia, y So-
beranía de ¡a Nación, fuese reconocida por el Estado vecino
que la combatía ; y debemos por consiguiente esperar que el
- P a n gozará de una larga, y segura paz. Ektn era nuestra pri-
mera, y mas premiosa necesidad. Pero no por esto debe creerse
que se ha hecho todo, y que nada resta que hacer. Pensar así
.sería incurrir en un error funesto.
l'A Gobierno os ha representando I I I I . R.R. con la noble
franqueza y lealtad quo profesa en todos sus actos, cual 'era el
P E LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY 21

estado político, y social de la República, cuando la confianza


pública de la Nación lo elevó al puesto que o c u p a : os ha dicho
las contrariedades que se le opusieron, y la forzosa necesidad
en que se vio, de no pensar, ni hacer otra cosa, que lo necesa-
rio a la defensa de nuestra querida patria, amenazada de inva-
sión, y conquista, y dejar para tiempos mas regulares, y tran-
quilos todo lo tendente a mejoras políticas y sociales.
La paz de que goza la Nación, resultado de] tratado de 15
de Julio, y el estado de las relaciones que hemos establecido
con las primeras Potencias del mundo culto, han traído ese
tiempo regular, y tranquilo, que esperaba el Gobierno, y nos
bailamos en el caso de pensar en nosotros, y de procurar ahora
formar, y establecer Jo que circunstancias demasiado desagra-
ciadas no nos han permitido procurar antes. Mucho nos falta
H . H . R.R. para ser una nación independiente, en todo el rigor
de la p a l a b r a : para llegar á esa elevada y gloriosa posición, es
necesario que l a Nación se baste á sí misma : es necesario que
encierre en su seno todos los elementos de saber, poder, y res-
petabilidad. E s necesario que pueda desplegar toda la fuerza
intelectual y moral que prometen las exelentes calidades que
forman el fondo del carácter paraguayo : para esto es necesa-
rio empezar por regenerar el pueblo : por ponerlo, y guiarlo en
el camino por donde debe ir, para llegar, sin riesgo de estravios,
y caídas al punto á que torzosa é inevitablemente le han de
conducir las ideas dominantes del siglo, y la fuerza del ejemplo.
Grande, y difícil, pero gloriosa es la empresa y tarea que el
Gobierno os propone : para la guerra, para habernos defendido
con suceso hubiera bastado el valor del pueblo paraguayo : para
emprender, y obtener la regeneración de la República, no bas-
ta el vaior de emprenderla : se necesita paciencia, perseveran-
cia, un patriotismo generoso, y una confianza nacional, pero
completa en aquellos, á quienes se encomiende la ejecución de
esta empresa ; debe ser el fruto de muchos años de trabajo, por
que es imposible destruir en pocos años la obra de tres siglos,
Dirijiéndose el Gobierno á la H . R. N.,y hablándolc de lo que
nos resta que hacer, y de los trabajos que la Patria nos deman •
da, no correspondería á la confianza, y afecto que constante-
mente le ha mostrado el pueblo paraguayo, y faltaría á un im-
perioso deber, si por una modestia hipócrita no ofreciese al
H . O. N . las luces que le han dado la Administración práctica
de h República, y el estudio muy detenido de la historia de los
nuevos Estados de América.
StENS.VGE DEL I.XM0. SU. PRESIDENTE.

El Gobierno os ha dicho I I . H . R.R. que todas las institucio-


nes que ha formado durante el período que ha ejercido el po-
der, no podían considerarse sino como provisorias: como espe-
dientes de ensayo para empezar á regularizar de algún modo
el orden administrativo hasta ver lo que la esperiencia mostra-
re de peí judicial, ó útil. El Gobierno esta cada vez mas con-
vencido de que obró con buen tino, cuando indicó, y pidió al
Congreso Nacional tales instituciones con ese carácter.
El tiempo ha mostrado que esas instituciones contienen algunas
disposiciones que es necesario corregir: y ha mostrado tam-
bién que antes que la República del Paraguay llegue á organi-
zarse, y constituirse, en el sentido en que hoy se toman estas
palabras, es necesario que por muchos años continúe en ese or-
den, y régimen provisorio.que permite mejorar, y aun perfeccio •
nar, poco, á poco, las instituciones: modificando gradualmente
las que existen, y criando las que aconseje la esperiencia, para
que el pueblo se acostumbre al uso regular, y moderado de
derechos que aun no conoce : si no se procede de este modo, el
Paraguay no podrá gozar de paz, y sufrirá á su turno las gran-
des calamidades que han atormentado los Estados vecinos.
El Gobierno, H . H . R.R., está convencido que ese régimen
provisoro, y gradual, es el único preservativo contra tales cala-
midades : el único p a r a - r a y o político que puede descargar in-
sensiblemente, sin fulguración, sin truenos, las nubes tempestuo-
sas que se acumulan en la admosfera de todo el mundo, y es-
pecialmente en la del mundo nuevo.
No hay una sola d e j a s nuevas Repúblicas de la América an-
tes española, á exepcion del Paraguay, que arrastrada de un
inmoderado deseo de libertad, que no comprehendía, no se ha-
ya apresurado á establecer leyes, llamadas fundamentales ; y
a organizarse, dándose una constitución. Todas estas, m a s ó
menos, teóricamente, perfectas, están basadas sobre los princi-
pios ir.as luminosos : encierran las ideas mas elevadas, justas, y
liberales : todas otorgan á sus ciudadanos, amplios é importan-
tes derechos políticos : todas garanten los derechos primordia-
les del hombre, su libertad, su propiedad, su seguridad, y su
igualdad ante la ley : todas están marcadas con el sello de per-
manencia, é inmutabilidad : todas hau debilitado la autoridad;
creyendo hacer difícil el despotismo, no han hecho mas que fa-
cilitar la anarquía. Ninguna de esas nuevas Repúblicas han
escapado á un despotismo, mas ó menos brutal, y sangriento ;
ó á las revoluciones, y desórdenes mas ó menos frecuentes :
prueba incontestable que para conservar la paz, el orden públí-
t)E 1..K REPtJBLtCA DEL PARAGUAY. 23
co, y la libertad, algo mas se necesita que constituciones escri-
tas, y vaciadas de un golpe.
L a causa de esa instabilidad y desorden, es mas profunda,-y
muy difícil de destruirse, si con previsión y tiempo no se ponen
los medios de neutralizar sus funestos efectos. Todos los hom-
bres sensatos, de cualquier color político, ó partido, que sean,
reconocen hoy, y confiesan que los Pueblos de la América antes
española, no estaban preparados, ni tenian la educación, y c a -
lidades necesarias, y adecuadas para gozar, sin perturbaciones,
de la libertad, y derechos,.á que les empujaron algunas imagi-
nacianes exaltadas, é inexpertas. Escritores, Republicanos e n -
tusiastas : Demócratas fervorosos, confiesan en sus escritos,
que en América es imposible un completo sistema representa-
tivo, por que las masas no lo comprenden, y no saben usar d e
los instrumentos, y resortes que hacen funcionar ese hermoso,
p e r o complicado mecanismo político; el que no sabe usar de
una cosa,precisamente abusa de ella.
E n t r e el despotismo, y la tiranía de un lado, que detesta todo
iiombre de corazón bien puesto, y de cabeza fría, y entre una
libertad racional, que civiliza, morigera, y hace prosperar los
Pueblos, hay un abismo : todos los pueblos que han querido
salvar ese abismo de un salto, y pasar repentinamente de un
e s t r e m o á otro, han caido en él. Ese abismo se pasa á pie fir-
me, y sin temor de precipitarse en él, si se tiene la precaución
d e llenarlo poco á poco, y gradualmente.
Muy disculpables son nuestras hermanas las nuevas Repúblicas,
d e los errores en que han caido, y que tantas desgracias les han
c a u s a d o : sucesos imprevistos, y superiores á toda prudencia
humana, las impelieron en una senda e s t r a v i a d a : no tenian
ejemplos recientes que les advirtiesen su desvío, y cuando lo
advirtieron, ya estaban desatinados, ya les fué imposible volver
atrás, ó salir del laberinto para tomar otro camino. Pero la
República del Paraguay que por un favor de la Providencia
aunque muy costoso, tiene toda la deliberación, y libertad para
escoger la senda mas segura, y que tiene á la vista, ejemplos
tan inmediatos, y recientes, que como otros tantos faros, le ad-
vierten los peligros que corre, si toma el mismo camino, que
sus hermanas, no tendría disculpa, y en sus desgracian, no me-
recería ni la compasión de la posteridad.
Continuemos EL H . R. R. de la Nación, en la marcha lenta
d e tanteamiento, y esperiencia, pero de mejora, y progresos
sensibles que hasta a q u í : reformemos gradualmente nuestras
instituciones, y leyes que pidan reforma : establezcamos, y re-
MENSAGE DEJL EXMO. 3K. l'IiESIDENTE.

conozcamos los principios, que al fin han de entrar en el cua-


dro de la organización, y constitución permanente de la Repú-
blica : pero aplázemos su ejecución, y aplicación práctica, para
el tiempo en que la República tenga la capacidad suficiente
para saber aplicar esos principios, y usar de ellos con diserni-
mierito : proclamemos y respetemos con la mayor escrúpulo-
cidad ; los derechos civiles, esenciales, y primordiales de todo
hombre, la libertad, propiedad, seguridad, é igualdad ante la
ley : pero escusemos por ahora establecer libertades, y dere-
chos políticos hasta que se entienda, y conoscalo que importan,
y significan esas palabras : la inteligencia de la cosa debe pre-
ceder al uso del derecho de esa cosa. H a sido un absurdo fu-
nesto querer que todos los Pueblos, y Naciones se imiten, y
copien ciega y servilmente : cada Nación tiene sus condiciones
de existencia : cada una se desarrolla según sus necesidades :
unas con mas lentitud, pero con mas seguridad ; otras con m a s
rapidez, pero con menos fuerza y solidez. E n unos paises casi
todo lo hace el espíritu público de empresa y asociación, y
ahorran á los Gobiernos mucho trabajo : en otros hay que es-
perarlo todo de la acción de los Gobiernos, que por lo mismo
son Gefes, y guias de la Nación. Por último, mantengamos,
H . H . R. R., un poder fuerte; sin un poder fuerte, no hay justicia,
no hay orden, no hay libertad civil, ni política. Un poder fuerte
por la ley, no es, ni quiere decir un poder arbitrario,y tiránico que
nada respete : un poder fuerte, ilustrado, y prudente, es la pri-
mera condición, es el primer elemento de organización, y cons-
titución de una República. U n poder débilmente constituido
de nada sirve mas que para formar un personage teatral. In-
clinémonos para que el pueblo se incline ante la Autoridad Su-
prema, y ante iodos los que por sus funciones participan de
ella, no en una postura humillante, y servil, sino respetuosa-
mente, como conviene á hombres verdaderamente libres.

Cumplido el término que la ley ha señalado al ejercicio del


Poder Supremo, con la satisfacción de haber llenado mi princi-
pal misión, y cuando mi edad, y el estado valetudinario de mi
talud, me hacen desear el descanso de la vida privada, no pue-
do ofreceros estos consejos, sino en el interés de nuestra que-
rida Patria. Así es que desprecio.y debéis despreciar II H . R.R.,
las críticas ligeras, y las censuras infundadas que hacen del
Paraguay, su Gobierno, y sus instituciones, algunos Aristarcos
políticos que se han erigido cu Maestros, y Legisladores de las
nuevas Repúblicas. La comparación de lo que fué el Paraguay
r>E L A R E P T J Ü M C A D E L PARA'GUAYÍ 25

hasta 1840, y de lo que es en 1854, es la contestación mas


conclnyenle á toda crítica y censura.
Persuadido el Gobierno Supremo, d é l a verdad,y fuerza de las
graves consideraciones que preceden, os presenta, H . H . R.R., el
proyecto dé reformas que considera necesarias en la ley de 13
de Marzo de 1844, que establece la administración política d e
la República, y de las resoluciones, y declaraciones que á jui-
cio del Supremo Poder Ejecutivo debe tomar, y dar el sobera-
no Congreso.
La citada ley de 13 de Marzo de 844 fué, como se ha di-
cho, una ley provisoria, un espediente para empezar á in-
troducir algún orden en la administración de los negocios pú-
blicos, demasiado embarazosa por la excesiva centralización.
Fué una ley que la esperiencia debía acrisolar mostrando sus
ventajas, é incoveriientes para poderse mantener las unas y
corregir ó reparar los otros.
Esa ley estableció la separación de los poderes públicos : sé-
llalo sus respectivas atribuciones 4 y lijó sus límites. Esto fué
una mejora importante. Atribuyó la administración de justicia
á jueces, y tribunales, separándola, como debe ser, del Poder
Ejecutivo : pero en el estado en que se hallaba, y aun se halla
ej país, esa separación no ha sido, ni ha podido ser tan cabal y
completa, como es nececesario, p a r a que sea una de las prime-
ras y mas eficaces garantías L a justicia debe ser
administrada por hombres especiales que hayan hecho de (a
aplicación de las leyes, un estudio particular, y una larga prác-
tica. No había., ni hay esos hombres especiales, y se estable-
cieron jueces legos que al menos sirviesen para demostrar que
se conocía la necesidad, y conveniencia de separar los poderes,
y facilitasen el curso de la justicia; y se crió un juzgado de
apelaciones para las diferentes instancias.
A este juez superior de apelaciones se confirió la V i c e - P r e -
sidencia de la República para los casos muy naturales, y obvios
de ausencia, enfermedad, ó muerte del Presidente. L a espe-
riencia ha hecho ver que esto traia inconvenientes, que ninguna
ventaja compensaba. El llamamiento del juez de apelaciones
á la Vice-Presidencia de la República en las ausencias tempo-
rales del Presidente, ni descarga á este del cúmulo de negocios,
que cargan sobre él, ni facilita el despacho de los asuntos : y
sobre todo tiene el incoveniente de poner el Poder Ejecutivo
en manos de un miembro principal del Poder judicial, y para-
liza la administración de justicia, por que no hay medio de ha-
26 MEISS.iGE DEL EXMO. S U . FRESIDENTE.

cer efectiva la disposición del articulo 7. ° del titulo 4 . ° d e


la ley de la materia.
N o llenando el juzgado superior de apelaciones las miras, ó
intenciones de la ley ; y pudiéndose suplir de otro modo los
diferentes grados, é instancias de los juicios, el Gobierno juzgó
conveniente suspender el juzgado do apelaciones, y para llenar
el objeto de la ley en los casos que previene el artículo 5 . °
del mismo título, considera el Poder Ejecutivo Nacional m a s
espedito, el que la ley le atribuya la designación en pliego re-
servado, y puesto de un modo solemne, y auténtico, en una
oficina pública, de la persona que haya de ejercer la V i c e -
Presidencia en los casos que espresa eJ citado artículo 5 . °
E l Supremo Gobierno juzga conveniente esta alteración, ó r e -
forma en la ley de 13 de Marzo de 1844.
En el pliego de reserva que hallareis entre las piezas oficia-
les, conteniendo el nombramiento, y las instrucciones conve-
nientes para el evento de una muerte súbita del Presidente de
la República, en la vacante del Vice-Presidente eventual d e -
signado por la ley del 13 de Marzo de 1844, se ha tenido pre-
sente todo lo que á mi débil juicio puede, y debe prevenirse á
evitar conflictos durante la convocación, y reunión del.Soberano
Congreso general.
Cuando el Gobierno suspendió el juzgado de apelaciones,
creó para mantener los diferentes grados é instancias en los jui-
cios, dos jueces de 2 . instancia, uno en lo civil, y otro en lo
a

criminal, sirviendo de jueces de apelación de los de I . instan-


a

cia de lo civil, y del crimen ; y estableció un reglamento de juz-


gados eventuales de súplica, y de nulidad, ó injusticia notoria, so-
bre el pie de las disposiciones del estatuto provisorio de adminis-
tración de justicia. No es posible escusar estos espedientes-
miéntras nuestra sociedad no pueda llenar los vacíos que tiene.
L a falta de hombres especiales para los diferentes destinos,
y ramos de la administración ( n o n o s avergonzemos H H . R R .
de reconocerlo, por que no es culpa nuestra, sino de circuns-
tancias que no hemos podido evitar ) es completa, y prepara al
Pais gravísimos inconvenientes, que el Supremo Gobierno pro-
vee, y que procurará disminuir, y alejar para siempre, empe-
ñando para ello todos sus esfuerzos, y zelo : pero entretanto es
preciso remover todo io que pueda obstar á que tengamos,
cuanto antes sea posible, esas capacidades.
L a ley de 13 de Marzo quizo seguramente dar al pais mas
garantías, de una elección mas acertada del Presidente, bus-
cando en la edad, y en la clase de los ciudadanos, indicios y
DE' LA E E P U B t l C A DEL PARAGUAY. 27

presunciones de capacidad, y moderación, fijó una edad e n


que parecen naturales la madurez del juicio, la fuerza de la r e -
fección ; y dispuso que la edad del candidato á la Presidencia-
fuese la de cuarenta y cinco años, y su clase la del fuero c o m ú n .
Con tales condiciones la República se ve espuesta á privar-
se de los servicios que pueda hacerle alguna capacidad, que
pueda formarse, y en quien no concurran las dos circunstancias
que menciona el articulo 2. ° del título 4.° de la ley de 13 de
Marzo de 1844. E n medio de los progresos tan rápidos que
hacen en el dia la instrucción de la juventud : cuando se han
facilitado tanto los modos de adquirir en pocos años esa instruc-
ción, seria inconveniente, y peligroso mantener esas condiciones:
así es que á juicio del Supremo Gobierno deben reformarse,
admitiendo á la candidatura de la Presidencia á los ciudadanos
de todas clases, y reduciendo la edad á la de treinta años, cum-
plidos, ó aproximados.
El M . H . C. debe también fijar su consideración en el artí-
culo f ! ° , título 2 . ° que establece que los diputados al Con-
greso sean en número de doscientos, electos e n la forma hasta
aquí acostumbrada. Todas lasleyes,pero en especialidad las que
tienen un carácter de permanencia, y cuyos resultados solo se
han de mostrar con el tiempo, deben dictarse con previsión del
tiempo venidero. L a s Sesiones de la Representación Nacional
han de ser, forzosamente, mas largas, y detenidas, que lo q u e
h a sido hasta aquí, y que lo serán aun por algún tiempo, y en-
tonces se han de hacer sentir los inconvenientes de un Congreso
demasiado numeroso, y cuyos miembros son electos en la forma
que hasta aquí, que es la del sufragio universal.
L a Representación Nacional, con el andar del tiempo, se ha
de dividir, necesariamente, en dos Cámaras, como lo acon-
seja la conveniencia pública, y la esperiencia de todos los paises
que tienen una organización, y constitución permanente : y
entonces el número de doscientos diputados en la Cámara tem-
poraria, seria gravoso á los habitantes, si tales funciones fuesen,
como deben ser cargas gratuitas, y puramente honoríficas.
S e r á pues conveniente, y necesario reducir ese número de
diputados, y mas conveniente todavía no conferir el derecho
electoral, sino á persona revestida de ciertas condiciones. La
esperiencia de todas las Naciones en que rige el sistema repre-
sentativo, tanto en Europa, como en América, ha mostrado los
gravísimos males, é inconvenientes que trae el sufragio universal.
P o r lo que será necesaria una ley de elección, y de elegibili-
dad, que determine las condiciones que deben reunir los elec-
tores, y lo3 elegibles : la condición de la propiedad y la de una
capacidad regular, á mas de la probidad, buena fama, cono-
4
28 MENSAGE DEL EXMO. SR. PRESIDENTE.

cido patriotismo, y el goce de todos los derechos civiles, deben


ser requisitos: esenciales en unos y otros. El Gobierno ha
tenido el cuidado de limitar á estas condiciones las convocatorias
de los Congresos generales. Así es que no se propone una in-
novación en la elección de diputados, sino la Sanción de esas
calidades én Ley Nacional. .
Si la actual Honorable Representación Nacional decidiese
que las reformas indicadas son necesarias, y convenientes, otro
Congreso con poderes especiales, realizará esas reformas, y
entonces será el caso que el Supremo Poder Ejecutivo presen-
te los respectivos proyectos en todo su detall.
El Supremo Gobierno, 11. H . R. R., al presentaros las indi-
caciones que preceden, ha querido formular en esta ocasión
solemne, de un modo simple, y neto, ante la República, y el
Mundo culto, sus principios, y su política interior. El Gobier-
no quiere evitar, con tiempo, y con previsión, los dos peligros
que amenazan á la República : el mal, y el peligro de quedar
estasionario en medio de las mejoras, y progresos de todo gé-
nero, que hacen las sociedades modernas ; y el peligro revolu-
cionario, que quiere precipitar todo, y trastornar todo á pretes-
to de mejoras.
El Gobierno de la Rej ública del Paraguay no es, ni quiere,
ni puede ser estacionario: conoce que se han de criar en la
República, necesidades sociales, que es necesario satisfacer:
han de presentarse mejoras, que ha dé ser preciso satisfacer, y
para realizar con buen suceso, es preciso preparar el pais.:
pero lejos de dejarse influir por un espíiitu precipitado, y revo-
lucionario, se resistirá con firmeza y prontitud, por que el espí-
ritu precipitado, y revolucionario es enemigo del orden públi-
co ; y sin orden público no hay libertad, paz, ni progreso.
Conducido el Supremo Gobierno por esta política, no solo se
permite aconsejar á la Honorable Representación Nacional, la
marcha gradual, y de tanteamiento, que ha espresado, sino que
está decidido, y resuelto á proporcionar á la República, sin
trepidar, pero sin ruido, como conviene á todo Gobierno regu-
lar, y á toda costa, todo lo que pueda hacer marchar el pais á
su preparación, y mejora, pero sin c o n er aventuras.
La conservación de la Repúblicii, H.H. R.R., nos proporcio-
nará el medio seguro de reparar nuestras pasadas desgracias,
mejorar nuestras intituciones, é introducir mas regularidad en
nuestn administración, y entonces tendremos con toda verdad,
PATRIA, Y L I B E R T A D —

J \ C A R I . O S A N T O N I O JLOPEZ.

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