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PROYECTO DE PASTORAL VOCACIONAL

INTRODUCCIÓN:

La experiencia de ser llamados al seguimiento de Cristo al estilo de


Jesús Buen Pastor, es el motor que nos motiva a despertar las vocaciones a la
vida no solo sacerdotal del pueblo cristiano en nuestra Iglesia particular,
también, a despertar el compromiso cristiano de toda una Diócesis, desde hace
varios años se vienen haciendo esfuerzos para mejorar la Pastoral Vocacional
obteniendo buenos resultados así como la ordenación de sacerdotes
comprometidos al pastoreo de la grey encomendada, pero ciertamente aún
falta muchos caminos por recorrer sobre todo luego del duro golpe que la
pandemia ha dejado en el deceso de buenos miembros del cuerpo sacerdotal,
todo esto aunado a las nuevas ideologías y estilo de vida que se perfilan en la
actualidad, lo que hacen
cada vez menos visibles y convincentes tanto los signos como los escenarios
en
los que se podría percibir o experimentar la llamada que Dios continúa
haciendo al ser humano1.

En el marco de la sinodalidad en nuestra Diócesis de Cabimas, nuestro


Padre y Pastor Mons. Ángel Francisco Caraballo Fermín, nos ha hecho un
llamado y una exhortación a toda la feligresía a colaborar con él en la tarea
específica de acompañar los procesos de discernimiento y las vocaciones a la
vida consagrada, sacerdotal y en particular al presbiterado diocesano.

Ciertamente la vocación es un fenómeno divino; parte de la libre


iniciativa de Dios de llamar a los que él quiere a una misión concreta,
específica2, como lo es la Vida Consagrada en sus distintas formas. Pero es de
gran importancia tomar conciencia que a quien llama, es a una persona
concreta, con sus cualidades y límites, con sus alegrías y tristezas. De aquí la
importancia del fenómeno Divino-Humano de la vocación. Al llamado de
Dios corresponde una respuesta de la persona concreta que es llamada.

Por tal motivo la Pastoral Vocacional está llamada a asumir el desafío


de cultivar una especial dedicación al discernimiento y acompañamiento de las
vocaciones que Dios no deja de suscitar para el cuidado de su pueblo, como Él
mismo lo prometió: “Les daré pastores según mi corazón” (Jer 3,15). Sin
1
Cfr. Hb. 5, 1
2
Cfr. Jn. 15, 16
embargo, esta particular dedicación no es excluyente, pues no agota ni
encierra la pastoral que discierne y acompaña también a otras vocaciones.

El proceso de todo crecimiento humano, es el lugar de desarrollo


vocacional. Dios llama, a compaña y ayuda a la formación-maduración del
hombre. Por su parte esta persona busca en su realización, en su felicidad, en
el conocimiento de sí mismo dar una respuesta a Dios.

Es por eso que el Proyecto de Pastoral Vocacional que presentamos,


contiene casi todos los elementos orientadores y la fundamentación, para tener
en las manos una guía autorizada y bastante completa que pueda servir como
instrumento de acompañamiento a quienes, en algún momento de su vida,
sienten la inquietud que les produce la llamada.

Lo que pretendemos es que dentro del trabajo vocacional el


vocacionado pueda discernir con la ayuda del Espíritu Santo, ¿que desea Dios
para su vida?, descubrir si es o no el hombre concreto que es llamado a un
estilo de vida especifico como el sacerdocio, y cuál es la respuesta concreta a
dicho llamado, por lo que nuestro objetivo es el de acompañar a aquellos
jóvenes que se sientes llamados a seguir con valentía el estilo de vida Jesús
Buen Pastor.

Esta no es una tarea fácil, no debemos olvidar que esto solo es posible si
cada miembro y articulación pastoral de nuestra Iglesia particular se integran
hacia la atención espiritual de muchas personas que desean conocer a Dios y
participar de la Vida abundante de Cristo 3. En la Iglesia particular, cada
cristiano está llamado a responsabilizarse de su propia vocación y la de sus
hermanos en la fe, sabiendo que quien llama siempre es Dios 4, a fin de que
pueda responder con fidelidad al llamado recibido, siendo signo de la
presencia salvadora de Cristo en la historia del mundo. Por eso, una auténtica
dimensión vocacional de la pastoral de la Iglesia no deberá reducirse ni a una
visión genérica de la respuesta vocacional, ni a absolutizar ninguna de sus
formas específicas5. Los caminos de la Pastoral Vocacional se identifican, en
cierta manera, con los que llevan a la maduración integra de la fe, en donde el
rol mediador de la Iglesia es acompañar a cada bautizado, con la misión de
realizar un aporte armónico de todas las vocaciones suscitadas en su seno por
el Espíritu del Señor.
3
Cfr. Juan Pablo II, “Exhortación Apostólica Postsinodal: Pastores Dabo Vobis” - (PDV). No. 39.
4
Jn. 15,16
5
Cfr. (NBFSV) – “Normas Básicas para la Formación Sacerdotal en Venezuela”. No. 95.
Como pueblo de Dios que peregrina hacia los bienes eternos, debemos
reconocer que una educación en la fe que no se pregunte por la vocación,
no es auténtica educación en la fe, y un acompañamiento vocacional que no
hunda sus raíces y se alimente de la fe, se fortalezca en la esperanza y se
mueva en la caridad, no podrá ser fecundo. Sobre estas certezas habrá que
recorrer y acompañar los itinerarios específicos propios de cada vocación
particular. Por esencia, la Pastoral Vocacional no desconoce ni olvida el
ámbito más amplio de todas las vocaciones a las que somos llamados los
bautizados.

El llamado es a trabajar desde nuestras realidades y especificaciones en


el ámbito eclesial, pero sin desligarnos de esta realidad, pues debemos
reconocer que en el caso del sacerdocio diocesano este forma parte
fundamental de toda la Iglesia Universal por lo que debemos apoyarnos para
esta tarea en el humus de una Pastoral Orgánica Integral, que está siempre
atenta a sus expresiones y sus necesidades 6; así, la Pastoral Vocacional es la
acción constante y coordinada de la comunidad cristiana a fin de que cada uno
de sus miembros reconozca la llamada que Dios le hace y a la que ha de
responder con generosidad para vivir en plenitud la consagración bautismal en
la vida laical, religiosa o sacerdotal. Busca que cada persona pueda descubrir
el camino para la realización de un proyecto de vida según lo quiere Dios y
necesita el mundo de hoy.

El Proyecto de Pastoral Diocesano que se presenta parte de una


teología, una eclesiología y una antropología que tiene como referente a la
persona de Jesús de Nazaret, Sumo Sacerdote y Buen Pastor, a través de esta
pastoral se hace posible la propuesta de un Dios amoroso y misericordioso,
que con su amor nos hace libres y que con su vida nos propone un proyecto de
plenificación de la persona humana a partir de la construcción de su reinado.

A través de ese proceso y por medio de una serie de itinerarios


formativos la persona descubre el sentido de la vida y su misión en el mundo.
En la salida generosa de sí misma en búsqueda de la trascendencia, que no
está en sí misma sino en el otro, definiendo así su vida a través de diferentes
caminos que la Santa Iglesia propone y que le permite descubrir el
compromiso al que ha sido llamado(a).

6
Cfr. (PDV) No. 34.
URGENCIAS PASTORALES:

Como Iglesia peregrina debemos reconocer la importancia e influencia


de los siguientes elementos como factores urgentes a abordar para el
crecimiento vocacional que nos conlleva a la santificación, fin último del ser
humano y que has sido descuidadas.

 DEBE UNA UNIDAD ESENCIAL ENTRE LA PASTORAL


JUVENIL Y LA PASTORAL VOCACIONAL: La pastoral juvenil, sea
esta escolar, parroquial o diocesana ha de ser un espacio vital de la
pastoral vocacional. Los jóvenes en la actualidad son una
generación un tanto abandonada pero no debemos olvidar las palabras
de San Pablo, que “donde abundo el pecado, sobreabunda la gracia”7 y
Dios sigue llamando a jóvenes a seguir su camino, por lo que dentro de
una Pastoral Juvenil bien estructurada y organizada suelen surgir
inquietudes vocacionales que deben ser orientadas a u buen fin. La
pastoral juvenil viene a ser completa sólo cuando se abre a la dimensión
vocacional. Entonces, llega a ser una formación juvenil cristiana
verdadera.

 LUGAR ESENCIAL DE LA ORACIÓN EN LAS COMUNIDADES


DE NUESTRA DIÓCESIS: La vocación es, ante todo, un don de Dios.
Así que, tiene que ser pedida a través de la oración constante 8, esto es
punto de partida para que en todas las parroquias del territorio
diocesano dedique tiempo a elevar una oración por esta causa ya sea
dentro del acto litúrgico eucarístico o en la adoración eucarística de los
jueves, todo esto sin dejan de lado a María, Madre de Cristo, su Iglesia
y de todas las vocaciones. También la Jornada Mundial de Oración por
las Vocaciones, ha de tener un lugar importante en nuestra
organización, ya que llega a ser un servicio de evangelización
vocacional.

 CATEQUESIS Y PREPARACIÓN DE LOS CATEQUISTAS: La


catequesis tiene una tarea fundamental en el campo de la vocación 9; es
de suma importancia el papel también de los nuevos catecismos y los
mismos catequistas para vocacionalizar la catequesis, presumiendo que
7
Cfr. Rm. 5, 20
8
Cfr. Lc. 10, 2
9
Cfr. (PDV) No. 39.
una buena educación en la fe tiende a los educandos a cuestionarse
sobre la vocación a la que Dios les llama a servir a su Iglesia y al
prójimo10.

 URGENCIAS DE CARÁCTER DOCTRINAL: La carencia de las


diversas vocaciones, incluso la de matrimonios, tal y como sucede hoy
en día en la mayoría de nuestras comunidades, es prueba de una
necesidad eclesiológica sólida como fundamento en las parroquias; los
sacerdotes la cual deben velar por el crecimiento espiritual de la porción
del pueblo de Dios encomendada, no pueden y deben dejar a un lado
esta realidad que a la vez contribuye con el esfuerzo del obispo a cargo
de velar por el incremento de las vocaciones 11. La Pastoral Vocacional
solo se ha dirigido sólo para colmar las necesidades de la Iglesia, en
cuando al ámbito sacerdotal; pero toda la Iglesia unida debe
preocuparse por estudiar una teología buena de las vocaciones
(sacerdotal, religiosa, laical y las distinciones entre ellas).

 LAS COMUNIDADES ESCOLAR Y PARROQUIAL, COMO


LUGAR ORDINARIO DE ORIENTACIÓN Y DE ITINERARIO
VOCACIONAL: La tarea respecto a la vocación no es un “añadido”
entre los apostolados de la parroquia o de la pastoral escolar; tienen que
ser el alma de todo el apostolado, de toda evangelización12.

 NECESIDAD DEL ACOMPAÑAMIENTO PERSONAL: Se habla


mucho de la necesidad, pero a la hora de hacerlo, hay pocos que lo
quieran hacer, mientras muchos jóvenes sienten la necesidad de que se
les acompañe. Hace falta que haya sacerdotes y religiosos que lo
quieran hacer efectivamente y no como cosa exclusiva de la Pastoral
Vocacional, (todos somos promotores de las vocaciones santas en
nuestras comunidades)13.

 ATENCIÓN A LAS VOCACIONES RELIGIOSA Y LAICAL: Es


imprescindible saber subrayar un poco más la vocación religiosa no-
clerical (hermanos y religiosas) en nuestra Diócesis. Una verdadera
pastoral vocacional no debe tampoco excluir la vocación que no sea la

10
Cfr. Concilio Plenario de Venezuela: “OBISPOS, PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS AL SERVICIO DE UNA IGLESIA
COMUNIÓN - vocaciones y seminarios: prioridad para nuestra iglesia”. No. 192.
11
Cfr. Ibidem. No. 196.
12
Cfr. (PDV) No. 40.
13
Cfr. (PDV) No. 41.
de especial consagración al sacerdocio, esta debe estar dirigidas a las
diversas formas que la Iglesia Universal ha establecido y que sirven de
guía hacia la vocación suprema que es la santidad, tal como lo es
también la vocación laical y dentro de ésta, la matrimonial.

En resumen, la Iglesia por naturales y mandato de su fundador, es


misionera y garante del incremento del pueblo de Dios, por lo que una buena
articulación de los miembros pastorales eclesiales supone desencadenar un
proceso de maduración integral que consiga que los adolescentes y jóvenes
que en ella participan, puedan alcanzar el grado de madurez humana y
cristiana, que les haga conscientes de su misión en la Iglesia y en el mundo 14.

Estos miembros pastorales deben estar en la capacidad de entender que es a


todo hombre y mujer a quien hay que evangelizar en su dimensión personal,
comunitaria, social y de fe. Cuando no se logra alcanzar el objetivo de que los
jóvenes hagan una opción de vida, entonces no ha cumplido con su objetivo
fundamental de la misión eclesial. Por eso, si no les hace una propuesta
vocacional clara, objetiva, integral, con todas las opciones que la Iglesia les
presenta, los jóvenes no se insertarán como cristianos en la realidad que les
toca
vivir15.

14
MONTERO, J.F.: “VEN Y SIGUEME: La Invitación vocacional consecuencia del seguimiento de Jesús, a partir
de Jn 1,35-51, en tres temas sobre la Vocación”. Caracas, 1994. Pág.: 66.
15
Concilio Plenario de Venezuela: “OBISPOS, PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS AL SERVICIO DE UNA IGLESIA
COMUNIÓN - vocaciones y seminarios: prioridad para nuestra iglesia”. No. 192.
CAPÍTULO I
FUNDAMENTACIÓN DEL PROYECTO

1.1. Objetivos del Proyecto de Pastoral Vocacional:


El Proyecto de Pastoral Vocacional de la Diócesis de se enmarca en los
siguientes objetivos:

1.1.1. General:
Propiciar Itinerarios Vocacionales que desarrolle en las personas
procesos de crecimiento humano y cristiano que les ayude a descubrir
su vocación concreta en la Iglesia.

1.1.2. Específicos:
 Despertar en las personas la capacidad de escuchar la llamada de Dios
y el deseo de responderle positivamente (Fase Informativa).
 Proporcionar la ayuda necesaria a las personas con inquietudes
vocacionales, para que puedan asimilar en qué consiste el proceso
vocacional, cada una de sus etapas y sus implicaciones.
 Proporcionar la ayuda necesaria para que las personas estructuren la
jerarquía de valores en la que se asienta el proyecto de vida
(motivaciones fundamentales).
 Profundizar la opción fundamental próxima a una decisión vocacional
concreta en la Iglesia.

NOTA: Cada uno de los objetivos formulados están enmarcado dentro de las
realidades propias nuestra diócesis, pero manteniendo los criterios estipulados
dentro de las “Normas Básicas para la Formación Sacerdotal en Venezuela”,
en su tercer capítulo dedicado a la Pastoral Vocacional.

ITINERARIOS FORMATIVOS Y DE ACOMPAÑAMIENTO


El Proyecto de Pastoral Vocacional posibilita la definición de itinerarios
vocacionales a partir de un dinamismo pastoral que favorezca el
enriquecimiento de las diferentes formas de vida estipuladas por la Iglesia.

Un itinerario es un camino, un recorrido de búsqueda intencional,


persona y grupal, propuesta por esta pastoral. Un itinerario formativo no se
reduce a una sumatoria de cursos y actividades; se opone a la
homogeneización y a la inclusión de un todo cerrado y prearmado; no es un
proceso solamente intelectual, ni solamente afectivo. Un itinerario formativo
tendrá que tener en cuenta condiciones, intencionalidades, destinatarios,
etapas, así como procesos, metodologías y contenidos.

Es importante tener presente la especificidad de las siguientes nociones


para poder comprender la propuesta metodológica de itinerarios:

Horizontes
 Los horizontes representan los sueños, ideales y utopías hacia dónde
queremos caminar.
 En la medida que caminamos nos encantamos, nos ilusionan y
fascinan.
 Establecen distancias, criterios, prioridades y plazos.
 Los horizontes se modifican y se expanden y desarrollan capacidades y
cambian nuestra estructura existencial.

Itinerarios
 Son caminos, rutas que nos orientan hacia los horizontes.
 Representan una búsqueda intencional, tanto personal como grupal.

Trayectos
 Son determinados intervalos en el itinerario.
 Implica experiencias de cambio creativo.
 Los trayectos formativos pueden favorecer el ejercicio de libertad.
 El conjunto de juicios y decisiones puede modificar el horizonte.
 Considera el recorrido subjetivo y las exigencias institucionales.
 Requieren condiciones para ser construidos.

Tramos
 Son los segmentos en que se pueden dividir los trayectos.
 Son las actividades o experiencias formativas puntuales (retiros,
encuentros, etc.)

Narrativas
 Son relatos que al ser contados adquieren coherencia que no tenía
antes.
 Abren la posibilidad de transformar eventos e incidentes variados en
una historia que se organiza según una trama, un hilo conductor.
 El contacto con otros horizontes puede enriquecerla y reconfigurarla.

ORIENTACIONES DEL PROYECTO

Acompañar en el descubrimiento del sentido de la propia vida y del


proyecto que Dios ofrece a cada uno de sus hijos e hijas, especialmente a
aquellos que han recibido el llamado a servirle en la Iglesia, es la misión
principal de la Pastoral vocacional. Con clara conciencia sobre la tarea y
contexto en que ésta se realiza, el presente proyecto reconoce en Aparecida,
elementos fundamentales para orientar su quehacer:

“En lo que se refiere a la formación de los discípulos y


misioneros de Cristo ocupa un puesto particular la pastoral
vocacional, que acompaña cuidadosamente a todos los que el
Señor llama a servirle a la Iglesia en el sacerdocio, en la vida
consagrada o en el estado laical. La pastoral vocacional, que es
responsabilidad de todo el pueblo de Dios, comienza en la familia
y continúa en la comunidad cristiana, invitando y acompañando a
los niños y jóvenes a descubrir el sentido de la vida y el proyecto
que Dios tenga para cada uno, plenamente integrada en el ámbito
de la pastoral ordinaria, la pastoral vocacional es fruto de una
sólida pastoral de conjunto, en las familias, en la parroquia, en las
escuelas católicas y en las demás instituciones eclesiales” 16

Para encaminarse eficaz y correctamente hacia las finalidades


propuestas
para la Pastoral Vocacional, es necesario entonces centrarnos en tres
características básicas:

- Pastoral específica y orgánica, es decir, centrada en cuidar y acompañar


todas las vocaciones: bautismal, laical, matrimonial, sacerdotal y religiosa.
16
Documento Aparecida 314.
Las pedagogías que favorecen este compromiso son: cuidar que lo
“vocacional” sea una dimensión transversal de toda pastoral específica (la
catequesis y sacramentos, pastoral juvenil, experiencias solidarias, misioneras
y comunitarias, litúrgicas, pastoral matrimonial, entre otras); desarrollar y
valorar todas las vocaciones (las religiosas, diaconales, matrimoniales,
laicales) presentes en la propia comunidad, procurando que cada una sea
vivida en complementariedad y comunión con las demás.
La manera en que respondemos al Señor, debe estar en armonía con la
“totalidad” de la persona, lo que implica una madurez humana, intelectual,
social, espiritual, apostólica y en el componente eclesial.
Es necesario visibilizar la pluralidad de las vocaciones y poder
acompañar en el cierre de procesos que invitan a los jóvenes a la vida
presbiteral y consagrada.

- Pastoral contextualizada culturalmente, teniendo siempre presente el


ambiente histórico- cultural de las personas llamadas, las posibilidades que les
ofrece, como también los obstáculos y dificultades que les presenta. En
particular, es relevante conocer las “culturas juveniles” y sus diversas
manifestaciones, puesto que la Pastoral Vocacional es una propuesta
pedagógica cuya finalidad es apoyar y acompañar a las personas a responder
al llamado recibido del Señor, en un proceso que conduce a la acogida gozosa
del mismo. Los agentes pastorales, religiosas y sacerdotes que acompañan a
jóvenes en el discernimiento vocacional, debieran tener siempre presente que
el Señor no elige a personas ya formadas o preparadas, sino que va formando
y preparando a quienes elige.

- Pastoral acompañada, ya que el acompañante espiritual tiene una misión


particularmente delicada y necesaria tanto para el candidato como para la
Iglesia. En efecto, el director o acompañante espiritual, debe ser un mediador
a fin de que el candidato discierna el llamado de Dios en la propia vida y, al
mismo tiempo, para que la Iglesia reconozca en él o ella los signos de una
auténtica vocación, ya sea a la vida matrimonial, religiosa o al presbiterado
diocesano. Su misión se extiende a la formación cristiana y al
acompañamiento espiritual del joven hasta que, sin presiones externas o
internas, madure la decisión de entrar al Seminario u otras casas de formación.

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