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HORA SANTA

1. CANTO DE INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Bendito y alabado sea Jesús en el santísimo sacramento de alta…

2. ANTÍFONA DE ENTRADA: SACERDOTE

¡Levantamos nuestros ojos de donde viene nuestra esperanza!

Gloria al padre y al hijo y espíritu Santo…

Padre nuestro…

¡Levantamos nuestros ojos de donde viene nuestra esperanza!

2. MEDITACIÓN: momentos de silencio

3. CANTO DESPUÉS DE LA MEDITACIÓN

4. REFLEXIÓN: SACERDOTE

Señor Padre Misericordioso, nos presentamos ante ti como tus hijos y te pedimos valor y
lucidez para afrontar todas nuestras dificultades y todos los problemas, no permitas que
nuestro ánimo decaiga. Tú eres el único que nos puede ayudar, dándonos la fortaleza en
medio de las aflicciones y la roca firme, eres nuestro escudo protector en medio de todas
las dificultades.

Muchos somos los que confiamos en ti y nos presentamos delante de ti, te pido que nunca
quedemos confundidos, que seamos recompensados porque nuestra fe y nuestra
esperanza eres solo tú.

Ayúdanos Padre a ser digno de ti y de tu presencia, queremos entregarnos plenamente a


la bondad y pureza de tu amor, queremos que tu palabra sea nuestro centro, que nos
sostenga y que nos impulse superar todos los obstáculos que el día de hoy se nos
presentan. Ayúdanos a conocer completamente, escudríñame padre y quita todo aquello
que estorbe dentro de nosotros, revela nuestros dones y talentos que tú nos has
otorgado, sé que lograremos el éxito y tendremos la felicidad en medio de todo.

5. CANTO
6: REFLEXIÓN: SEM. CARLOS ESTRADA

4 de manera que nosotros mismos hablamos con orgullo de vosotros entre las

iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en medio de todas las

persecuciones y aflicciones que soportáis. 

5 Esta es una señal evidente del justo juicio de Dios, para que seáis considerados

dignos del reino de Dios, por el cual en verdad estáis sufriendo.

Salmo de Esperanza

A ti, Señor, levanto mis ojos a ti que habitas en el cielo y entre los hijos de los hombres.

Levanto mis ojos de donde viene mi esperanza.

La esperanza me llega a borbotones de tu inmenso amor, de que no te olvidas nunca de mí.

Muchos hombres ponen su esperanza en que tengan suerte en el juego, en que todo les salga bien,
en la solución de sus problemas.

Mi esperanza es pronunciar tu nombre.

Mi alegría se llama conocerte, saber de tu bondad infinita, más allá de donde alcanza mi razón.

Tú eres una puerta abierta, una ventana llena de luz.

Cuando los hombres me miran, me preguntan por qué sigo creyendo, por qué tú sigues siendo mi
esperanza, me digo:

Si te conocieran,

Si supieran sólo un poco de ti,

Si ellos descubrieran lo que tú me has dado,   estoy seguro de que no dirían lo que dicen; pues tú
eres maravilloso, acoges mis pies cansados.

Por eso, por todo y por siempre,

Tú, señor, eres mi esperanza.

Amén

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