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Bases generales del Medio Ambiente

Introducción a la Unidad 1
Unidad 1 “Bases constitucionales de la regulación medioambiental”. Elaborada por Raúl Bertelsen Repetto, Doctor
en Derecho, Universidad de Navarra, España. Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de los Andes
(Uandes).

Vea este video en la versión online de la clase.

Objetivos
Tras realizar esta unidad el alumno será capaz de:

Explicar la evolución histórica del derecho constitucional en materia ambiental, a través de los ejemplos del
derecho comparado.
Analizar las normas constitucionales en materia medioambiental, su contenido y enfoque.
Apreciar las diferencias que se dan entre los distintos textos constitucionales.
Bases generales del Medio Ambiente

Glosario Unidad 1
Glosario

Medio Ambiente: El sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física,

química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación por la acción humana o

natural y que rige y condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones (Ley N°

19.300, art. 2, letra ll).

Derecho subjetivo: La facultad para gozar y exigir un bien determinado que le corresponde a la persona en

justicia (Corral Talciani, Hernán. Curso de derecho civil. Parte General, 2018, p. 473).

Derecho colectivo: Es un derecho de tipo supraindividual que involucra a la comunidad y cuya titularidad es

conjunta.

Protección del Medio Ambiente: El conjunto de políticas, planes, programas, normas y acciones destinados a

mejorar el medio ambiente y a prevenir y controlar su deterioro (Ley N° 19.300, art. 2, letra q).

Conservación del Patrimonio Ambiental: El uso y aprovechamiento racionales o la reparación, en su caso, de

los componentes del medio ambiente, especialmente aquellos propios del país que sean únicos, escasos o

representativos, con el objeto de asegurar su permanencia y su capacidad de regeneración (Ley N° 19.300, art.

2, letra b).
Bases generales del Medio Ambiente

Panorama general del origen y desarrollo de la protección


constitucional del medio ambiente
En esta unidad, se abordará el panorama general del origen y desarrollo de la protección constitucional del medio
ambiente, así como el proceso experimentado en diferentes países.

La aparición de disposiciones constitucionales sobre el medio ambiente es un fenómeno de las últimas décadas que
comienza a generalizarse a partir de los años setenta del siglo pasado. En el mismo han influido las Declaraciones
de Estocolmo (1972) y Rio de Janeiro (1992), resultado de las conferencias internacionales organizadas por las
Naciones Unidas en esas ciudades sobre el medio ambiente.
Antes, lo que encontramos son disposiciones aisladas, no específicamente dedicadas al medio ambiente, pero que
han sido utilizadas como base para la aparición de la legislación medio ambiental. Así ocurre, entre otros países, en
Italia, Alemania Federal y Francia.

En Italia, el artículo 9°, 2 de la Constitución de 1947, menciona como uno de sus


“Principios fundamentales” que la República “Salvaguardará el paisaje y el patrimonio
histórico y artístico de la Nación”.

Y el artículo 32, que es una disposición incluida en el título II “De las relaciones ético-sociales”, de la Primera Parte de
la Constitución “Derechos y deberes de los ciudadanos”, prescribe, en lo que nos interesa, que es su párrafo o inciso
primero, que “La República protegerá la salud como derecho fundamental del individuo e interés básico de la
colectividad y garantizará asistencia gratuita a los indigentes”.
Según Ruiz-Rico, esta base constitucional más bien escasa, ha permitido, no obstante, el desarrollo de la legislación
medioambiental, a la que se añade una valiosa jurisprudencia de la Corte Constitucional 1.
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En Alemania Federal, en el texto originario de la Ley Fundamental de 1949 encontramos


la asignación de competencias legislativas específicas sobre determinados componentes
del medio ambiente.

Así el artículo 74, entre las materias de legislación concurrente entre la Federación y los Estados, incluye algunas
relacionadas directa o indirectamente con el medio ambiente, como las incluidas en los números 11, 20 y 24:
legislación económica, sobre minería, industria y energía; protección de plantas y animales, y eliminación de
residuos, purificación de la atmósfera y lucha contra el ruido.
Y el artículo 75, entre los supuestos de leyes de bases o leyes marco que la Federación puede dictar, incluye la caza,
la protección de la naturaleza y la defensa del paisaje (N° 3), como también la distribución del suelo, la ordenación
territorial y la defensa del paisaje (N° 5).

Francia, a su vez, en el Preámbulo de la Constitución Francesa de 1946 “Garantiza a


todos, especialmente al niño, a la madre y a los trabajadores ancianos, la protección de
la salud, la seguridad material, el reposo y el esparcimiento”.

Este Preámbulo, como es sabido, se ha mantenido a su vez bajo la Constitución de 1958 por la referencia a que él
hace el Preámbulo de la Constitución de la V República. Según el mismo Ruiz-Rico, “El silencio constitucional ha
sido afortunadamente superado en Francia por el esfuerzo que ha realizado el legislador y el Ejecutivo, a partir de los
años setenta, al un auténtico derecho ambiental"2.
Sin embargo, existen a la fecha países en cuyas constituciones no figuran normas relativas a la protección
medioambiental. Estados Unidos, ha sido, sin embargo, pionero en el desarrollo del derecho medioambiental y en la
creación y aplicación de instrumentos de gestión ambiental. Ello es una muestra de la posibilidad de enfrentar
exitosamente problemas públicos sin una base expresa en el texto constitucional.
Desde una óptica estatista, enfatizando que es tarea del Estado y también fuente de deberes para los ciudadanos, a
partir de los años sesenta aparecieron en las Constituciones de Europa Oriental una serie de referencias explícitas al
medio ambiente o a alguno de sus componentes. Tal ocurrió en las de Alemania Oriental, Bulgaria y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, todas las cuales hoy día no existen.
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Valga como ejemplo de esta tendencia la Constitución de la República Democrática Alemana de 1968, la que -tal
vez- sea la primera referencia al medio ambiente que apareciera en una constitución.
Decía su artículo 15, 2:

El Estado y la sociedad velarán, en interés del bienestar del pueblo, por la protección de la naturaleza.
Deberán ser garantizados por los órganos competentes, y serán, además, tarea de todo ciudadano la
limpieza de las aguas y del aire, así como la protección de la flora y de la fauna y de las bellezas
paisajísticas de la Patria."
Constitución de la República Democrática Alemana de 1968.

Un fuerte impulso a la consagración constitucional del medio ambiente encontramos en las Constituciones de tres
países del sur de Europa que en la década del setenta cambian sus sistemas autocráticos de gobierno por regímenes
políticos democráticos. Nos referimos a las Constituciones de Grecia (1975), Portugal (1976) y España (1978).
La de Grecia, como es comprensible por la riqueza de su patrimonio cultural, protege tanto este como el medio
ambiente natural. Así en el artículo 24,1 señala que “Constituye obligación del Estado la protección del ambiente
natural y cultural. El Estado estará obligado a adoptar medidas especiales, preventivas o represivas, con vistas a la
conservación de aquél”.
Y específicamente respecto al patrimonio cultural, el párrafo 6 del mismo artículo 24 prescribe que “Quedan bajo la
protección del Estado los monumentos, así como los lugares históricos y sus elementos. La ley fijará las medidas
restrictivas de la propiedad que sean necesarias para la realización de esta protección, así como las modalidades y
la naturaleza de la indemnización a los propietarios afectados”.
Al año siguiente en Portugal, la Constitución de 1976 dedica un artículo al medio ambiente. Es el artículo 66, que
tiene por epígrafe “Del ambiente y la calidad de vida”, inserto en el título III “De los derechos y deberes económicos,
sociales y culturales”, de la primera parte de la Constitución que se titula “De los derechos y deberes fundamentales”.
Conviene reproducir el precepto que nos ocupa:
“Artículo 66 Del ambiente y la calidad de vida:
1.- Todos tendrán derecho a un ambiente humano de vida, salubre y ecológicamente equilibrado y el deber de
defenderlo.
2.- Corresponde al Estado, mediante órganos propios y la apelación a iniciativas populares:

Prevenir y controlar la contaminación y sus efectos y las formas perjudiciales de erosión.


Ordenar el espacio territorial de forma tal que resulten paisajes biológicamente equilibrados.
Crear y desarrollar reservas y parques naturales y de recreo, así como clasificar y proteger paisajes y lugares,
de tal modo que se garantice la conservación de la naturaleza y la preservación de valores culturales de interés
histórico o artístico.
Promover el aprovechamiento racional de los recursos naturales, salvaguardando su capacidad de renovación y
la estabilidad ecológica.

3.- Todo ciudadano perjudicado o amenazado en el derecho a que se refiere el número 1 podrá pedir, con arreglo a
lo previsto en la ley, la cesación de las causas de violación del mismo y la correspondiente indemnización.
4.- El Estado deberá promover la mejora progresiva y acelerada de la calidad de vida de todos los portugueses”.
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Acierta Ruiz-Rico cuando señala que la Constitución Portuguesa inaugura una técnica regulativa que se repetirá en
adelante, al concebir el medio ambiente en una triple dimensión de derecho subjetivo, deber individual e imposición
a los poderes públicos. Un diseño que aparece nítidamente expuesto en el artículo 66 de la Constitución de 1976.
De este modo, al << derecho a un medio ambiente de vida humano saludable y ecológicamente equilibrado>> se
acompaña un << deber de defenderlo>>.

La primera vertiente (negativa) significaría la obligación por parte del Estado de abstenerse de realizar actuaciones
lesivas contra el ambiente (derecho de abstención).
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Esta segunda perspectiva (positiva) se traduce en cuanto facultad para reclamar de los distintos poderes estatales
una intervención positiva en defensa y promoción de los recursos naturales.

Y en España dos años después de Portugal, la Constitución de 1978 incluyó una disposición, el artículo 45, que tiene
igualmente por epígrafe “Medio ambiente. Calidad de vida.” Su texto es el que sigue:

1 "Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como

el deber de conservarlo.

2 Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y

mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable


solidaridad colectiva.

3 Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán

sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado".

A su vez, algunos países de Europa Occidental modifican por estos años sus constituciones para incluir disposiciones
que, ahora, se refieren específicamente al medio ambiente. Es el caso de Suiza, de Alemania Federal y también de
Francia.
En Suiza, una reforma de 1971 añadió el artículo 27 septies a la vieja Constitución Helvética de 1874. Dice:

"La Confederación legislará sobre la protección del hombre y de su ambiente natural contra las interferencias
nocivas o molestas que se le inflijan y combatirá, en especial, la contaminación del aire y el ruido.
Compete a los cantones la ejecución de las normas federales, a menos que la ley la reserve a la
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Confederación”.

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En Alemania Federal encontramos asimismo una reforma a la Ley Fundamental que se refiere específicamente al
medio ambiente, aunque reviste un carácter más bien programático. Es el artículo 20a:
“Asumiendo la responsabilidad frente a las generaciones venideras, el Estado protege las bases naturales de la vida,
y lo hace, en el marco del ordenamiento constitucional, a través de la legislación y de la actuación conforme a la ley y
al derecho de los poderes ejecutivo y judicial”.
Al terminar el siglo XX, en 1999, Suiza se dio una nueva Constitución. En ella, el título III “Confederación, Cantones y
Comunas”, se ocupa del federalismo a lo largo de casi un centenar de detallados artículos –del artículo 42 al artículo
135-, agrupados en tres capítulos: “Relaciones entre la Confederación y los Cantones”, “Competencias” y “Régimen
de Finanzas”.
En uno de ellos, en el capítulo 2 “Competencias”, la sección 4 se dedica a “Medio ambiente y fomento de los recursos
naturales”, la que incluye los artículos 73 a 80. El artículo que abre la sección es una disposición más bien
programática y cuyo epígrafe es el de “Desarrollo sostenible”, en cuya virtud “La Confederación y los Cantones
procurarán el establecimiento de un equilibrio duradero en la naturaleza, en particular, su capacidad de renovación y
su utilización por el ser humano”.
A su vez en Francia, en 2005 se aprobó una Carta del Medio Ambiente, la que tiene rango constitucional. En ella se
reconocen tanto derechos y deberes de las personas respecto al medio ambiente, como los principios inspiradores
de las políticas públicas sobre la materia.
El desplome del bloque soviético y la desintegración de la Unión de Repúblicas Soviéticas a fines del siglo pasado,
unido a la aparición de nuevos países provocó, asimismo, la aparición en las constituciones que se han dado de
variadas disposiciones sobre el medio ambiente 3.

América Latina

En América Latina se ha desarrollado también con fuerza la tendencia que reconoce de modo expreso en las
Constituciones la protección del medio ambiente. Así, entre otros países, encontramos disposiciones constitucionales
en Brasil, Colombia, Ecuador, Argentina y Chile.
Brasil aprobó en 1988 una Constitución muy extensa que, entre otras características, se distingue por una
abundancia de disposiciones medioambientales.
Sin pretender agotar el análisis de todas las disposiciones que se refieren al medio ambiente, de señalar las que
resultan más significativas.
Un capítulo completo del título VIII “Orden social” de la Constitución Brasileña se dedica al tema que nos interesa. Es
el capítulo VI “Del Medio Ambiente”, con un solo artículo, el 225, que es sin embargo muy extenso para citarlo
íntegramente. La clave de esta disposición está en su inciso primero, conforme al cual:

Todos tienen derecho a un medio ambiente ecológicamente equilibrado, bien de uso común del pueblo y
esencial para una sana calidad de vida, imponiéndose al Poder Público y a la colectividad el deber de
defenderlo y preservarlo para las generaciones presentes y futuras."

Luego, el artículo impone diversos deberes al Estado encaminados a preservar el medio ambiente y sus elementos, y
también señala los deberes y responsabilidades de los particulares sobre la materia.
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En concordancia con el artículo 225, la Constitución de Brasil contempla una serie de preceptos que tangencialmente
se refieren al medio ambiente. Así, conforme al artículo 170, uno de los principios del orden económico es la defensa
del medio ambiente; el artículo 186, por su parte, incluye como uno de los componentes de la función social de las
propiedades rurales la “utilización adecuada de los recursos naturales disponibles y preservación del medio
ambiente”, y el artículo 200, asigna como uno de los cometidos del sistema único de salud la colaboración en la
protección del medio ambiente.
Es asimismo muy importante el artículo 5°, LXIII, que entre otros supuestos, señala que cualquier ciudadano es parte
legítima para proponer la acción popular que pretenda anular un acto lesivo para el medio ambiente.
Otra Constitución reciente de interés en Latinoamérica es la de Colombia de 1991, en la que también abundan las
disposiciones de contenido medioambiental. Las más importantes son las que están incluidas en el capítulo 3 “De los
derechos colectivos y del ambiente” del título II de la Constitución que tiene por epígrafe “De los derechos, las
garantías y los deberes”, pero también las hay en otros lugares de la misma.
La norma central es el artículo 79 cuyo texto conviene reproducir:

“Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la
participación de la comunidad en las decisiones que pueden afectarlo. Es deber del
Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial
importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines”.

Más específicamente, el artículo 80 contempla ciertas obligaciones del Estado en materia medioambiental. Ellas se
refieren al manejo y aprovechamiento de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su
conservación y restauración, a la prevención y control de los factores de deterioro ambiental, a la imposición de
sanciones y la exigencia de reparaciones por los daños causados, y a la cooperación con otras naciones en la
protección de ecosistemas situados en zonas fronterizas. Y el artículo 81, a su vez, entre otras prohibiciones
específicas, contempla la introducción al territorio nacional de residuos nucleares y desechos tóxicos.
Tal como ocurre con la Constitución Brasileña, la de Colombia, que es también muy extensa, contiene numerosas
referencias al medio ambiente en su articulado. Sin pretender agotar estas referencias, cabe mencionar el deber que
pesa sobre las personas de “Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un
ambiente sano” (artículo 95 N° 8); la función asignada al Procurador General de la Nación en el artículo 277 N° 4 de
“Defender los intereses colectivos, en especial el ambiente”; la competencia asignada a la ley en el artículo 333,
inciso quinto, para delimitar el alcance de la libertad económica, entre otros supuestos, cuando así lo exija el
ambiente y el patrimonio cultural de la Nación, y la interesante acción popular del artículo 88 para proteger los
derechos e intereses colectivos, entre los cuales se incluye el medio ambiente, y cuya regulación corresponde a la
ley.
Para finalizar este rápido recuento, se hará referencia a Argentina . La vieja Constitución de 1853, por cierto, no hacía
referencia alguna al medio ambiente. Pero en la amplia reforma de 1994 aparece una norma sobre la materia, que es
el actual artículo 41 de la Constitución cuyo texto se reproduce a continuación:
Bases generales del Medio Ambiente

“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que
las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y
tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo
establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la
preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las
provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el
ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radioactivos”.
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Aparición y reforma en Chile de disposiciones


constitucionales de contenido medioambiental
Continuando con la revisión de las bases generales del medio ambiente, en este artículo revisaremos la Constitución
chilena, y sus disposiciones en referencia a este tema.

La Constitución chilena cuenta actualmente con un conjunto de disposiciones de contenido medioambiental que,
junto a otras relativas a la organización, competencia y procedimientos de actuación de los órganos del Estado, en su
conjunto configuran los fundamentos constitucionales del Derecho Ambiental.
Su aparición ha sido progresiva y de ahí el interés en recordar los textos en que tales normas se anuncian o
aparecen.
a) El primero de tales textos es el que lleva por título “Metas u objetivos fundamentales para la nueva Constitución
Política de la República”. En este documento, aprobado por la Comisión de Estudio para la Nueva Constitución” o
Comisión Ortúzar, el 26 de noviembre de 1973, en relación con la vida y la salud encontramos una referencia al
medio ambiente que viene a ser el antecedente de las normas constitucionales que aparecerán posteriormente en
1976 y 1980.
“El Estado –leemos en uno de los principios sobre derechos humanos del documento- reconocerá el libre acceso a la
Salud, considerándola como un todo indivisible en sus acciones para promoverla, protegerla, restituirla o revalidarla.
Será de su deber, en cumplimiento de su fundamental misión de velar por la vida de los ciudadanos, implícita en
todas las Constituciones del mundo, consagrar normas que tiendan a evitar la contaminación del
medioambiente” (énfasis agregado).
b) La discusión en la Comisión de Estudio de la Constitución. Dejando aparte algunas referencias ocasionales
relativas al medio ambiente, la Comisión abordó la conveniencia de introducir en el listado de derechos que la
Constitución aseguraría el de vivir en un medio ambiente libre de contaminación, en la sesión 186, de 9 de marzo de
1976, y siguientes.
c) Acta Constitucional N° 3, de 1976, “De los derechos y deberes constitucionales”. Esta acta, que fue aprobada por
la Junta de Gobierno en ejercicio de su potestad constituyente, es el antecedente del capítulo III de la Constitución de
1980 e incluye por primera vez en Chile –no en el mundo como dice su considerando 9°- una referencia al medio
ambiente.
Decía su considerando 9°:
“Que no puede tampoco el constituyente ignorar el peligro de la contaminación ambiental, el que, aunque no tratado
todavía por otras Cartas Constitucionales, implica un riesgo permanente para la vida y desarrollo del hombre”.
De ahí que en el artículo 1°, el Acta Constitucional aseguraba a todas las personas:
Bases generales del Medio Ambiente

“N° 18.- El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar por que este
derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza. La ley podrá establecer restricciones específicas
al ejercicio de algunos derechos o libertades para proteger el medio ambiente. La integridad territorial de Chile
comprende la de su patrimonio ambiental”.
Sin embargo, a pesar que en esta Acta Constitucional se creó el recurso de protección, su artículo 2° no incluyó el
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación entre los derechos susceptibles de tutela jurisdiccional
por esa vía.
d) La propuesta de extender el recurso de protección a la tutela del derecho a vivir en un medio ambiente libre de
contaminación.
En una de las últimas sesiones que celebró la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución, la sesión 414, uno de
los comisionados defendió la inclusión como derecho susceptible de protección constitucional el derecho a vivir en
un medio ambiente libre de contaminación :
e) La propuesta del Consejo de Estado que incluyó como uno de los componentes de la función social de la
propiedad “la conservación del patrimonio ambiental”.
La innovación fue introducida por el Proyecto del Consejo de Estado y de ahí pasa al texto definitivo que aprueba la
Junta de Gobierno. De acuerdo con el acta de la 64ª sesión del Consejo de Estado, celebrada el 23 de enero de
1979, la razón para introducir como componente de la función social de la propiedad “la conservación del patrimonio
ambiental”, fue una sugerencia del Colegio de Arquitectos. (Actas, pág. 406).
f) Constitución Política de 1980. Texto original. Tres de sus disposiciones se refieren específicamente al medio
ambiente. Son:
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El artículo 19 N° 8 que asegura a todas las personas: “El derecho a vivir en un medio ambiente libre de
contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la
naturaleza. La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades
para proteger el medio ambiente”.
El artículo 19 N° 24, inciso segundo, que incluye “la “conservación del patrimonio ambiental” como uno de los
componentes de la función social de la propiedad, lo que no aparecía en el Anteproyecto de la Comisión
Ortúzar.
El inciso segundo del artículo 20 de la Constitución que amplió el recurso de protección al medio ambiente en
los siguientes términos: “Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N° 8° del artículo 19,
cuando el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto arbitrario e
ilegal imputable a una autoridad o persona determinada”.

g) Reforma constitucional contenida en la Ley N° 20.050, de 2005, que sustituyó el inciso segundo del artículo 20, de
la Constitución, por el siguiente:
“Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N° 8° del artículo 19, cuando el derecho a vivir en un
medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto u omisión ilegal imputable a una autoridad o
persona determinada”.
El nuevo texto tiene como antecedente los numerosos proyectos de reforma constitucional presentados sobre la
materia a partir de 1990. Véase, sobre el particular, los datos que proporciona Pfeffer Urquiaga, Emilio: “Reformas
constitucionales 2005. Antecedentes. Debates. Informes”. Editorial Jurídica de Chile. Santiago 2005, págs. 97-109.

Normativa constitucional
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Avanzando en la unidad, revisaremos a continuación la normativa constitucional sobre el medio ambiente en Chile.
Las normas específicas son únicamente tres:
1.- La principal, sin duda, es el artículo 19 N° 8 que en su inciso primero reconoce “el derecho a vivir en un medio
ambiente libre de contaminación”, que luego, en la segunda parte del mismo inciso, impone al Estado un doble
deber, “velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza”, y que por último, en el
inciso segundo, otorga competencia al legislador para limitar otros derechos constitucionales en favor del medio
ambiente, lo que hace en los siguientes términos: “La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de
determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente”.
2.- La segunda norma constitucional que, específicamente, se refiere al medio ambiente, es el N° 24 del mismo
artículo 19, que asegura “el derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales o
incorporales”, y que al dar competencia a la ley para establecer limitaciones y obligaciones a la propiedad, derivadas
de su función social, señala que la misma “comprende cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la
seguridad nacional, la utilidad y la salubridad pública y la conservación del patrimonio ambiental”.
3.- Y la última es el actual inciso segundo del artículo 20, que después de la Reforma Constitucional de 2005,
dispone que:

Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N° 8 del artículo 19, cuando el derecho a vivir en
un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto u omisión ilegal imputable a una autoridad
o persona determinada.

Además de las disposiciones citadas, la Constitución, en su articulado, trata diversas materias relativas a la actuación
de los poderes del Estado en general, y que han servido para el desarrollo del Derecho Ambiental. A continuación se
mencionan las más importantes:

Competencia para legislar

El artículo 63 de la Constitución, en su texto y en las remisiones que hace a otros preceptos constitucionales,
establece las materias sobre las cuales se puede legislar en Chile, y que en su conjunto configuran el llamado
dominio máximo legal. En lo que se refiere al medio ambiente, tiene especial relieve lo dispuesto en el N° 20
del artículo 63 de la Constitución, que señala como materia de ley “toda otra norma de carácter general y
obligatoria que estatuya las bases esenciales de un ordenamiento jurídico”. Este precepto es el fundamento
constitucional de la Ley N° 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente.

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Organización de la Administración

El artículo 38, inciso primero, de la Constitución, establece que una ley orgánica constitucional determinará la
organización básica de la Administración Pública. A esta ley, que es la Ley N° 18.575, y cuyo texto refundido fue
fijado por el Decreto con Fuerza de Ley N° 1-19.653, es a la que debe someterse la institucionalidad ambiental,
salvo que, mediante leyes de rango orgánico constitucional, se aparte de ella. Y en cuanto a los procedimientos
administrativos, tan importantes en materias ambientales, la Constitución exige en el N° 18 del artículo 63, que
la ley, que es ley ordinaria o común, fije las bases de los procedimientos que han de utilizarse en los actos de la
Administración.

Tribunales

La organización y atribuciones de los tribunales es propia de una ley orgánica constitucional de acuerdo al
artículo 77 de la Constitución, disposición que exige que en la tramitación de dicha ley y en sus reformas, se
oiga previamente a la Corte Suprema, que es lo que ocurrió al crearse los Tribunales Ambientales. Los
procedimientos judiciales, sin embargo, son propios de ley ordinaria o común, los cuales, deben satisfacer
siempre las exigencias de racionalidad y justicia para dar igual protección de la ley en el ejercicio de los
derechos a todas las personas. Es lo que asegura el artículo 19 N° 3 de la Constitución.

A continuación le invitamos a revisar la siguiente unidad, en la que ahondaremos en temas relacionados a la colisión
del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación con otras garantías constitucionales.
Bases generales del Medio Ambiente

Resumen Unidad 1
Resumen
La formulación de normas constitucionales que abarcan explícitamente el tema medioambiental es un fenómeno
relativamente reciente, que comienza a generalizarse a partir de la década de los setenta del siglo pasado. En las
constituciones anteriores existían algunas disposiciones que fueron utilizadas para desarrollar la legislación
ambiental, pero estas no se refieren expresamente al medio ambiente o, cuanto menos, no en los términos de las
constituciones más recientes.
La Constitución portuguesa de 1976 merece ser nombrada, entre las de los años setenta, porque adopta una técnica
de regulación que se reiterará en textos siguientes, al concebir el medio ambiente en una triple dimensión de
derecho subjetivo, deber individual e imposición a los poderes públicos.
En fin, cabe recordar que la Constitución de la república de Chile de 1980 en su artículo 19, N° 8, por un lado,
consagra el “derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación” y, por el otro, establece que es “deber del
Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza”. También precisa que
se podrán por medio de la ley establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades
para proteger el medio ambiente.
Bases generales del Medio Ambiente

Referencias bibliográficas Unidad 1


Bermúdez Soto, Jorge. Fundamentos de Derecho Ambiental. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Valparaíso
2014 2ª edición. Capítulo segundo "Protección ambiental y Constitución".
Bermúdez Soto, Jorge, Derecho a Vivir en un medioambiente Libre de Contaminación, en Revista de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, N° 21, 2000. Disponible en: https://bit.ly/3dmblUQ
Guzmán Rosen, Rodrigo. La regulación constitucional del ambiente en Chile. Aspectos sustantivos y adjetivos.
Historia, doctrina y jurisprudencia. AbeledoPerrot-LegalPublishing. Santiago 2010 2ª edición. Capítulo II
"Aspectos sustantivos de la regulación constitucional del ambiente. El derecho a vivir en un ambiente adecuado
y los deberes del Estado en materia ambiental".
Pfeffer Urquiaga, Emilio. Reformas constitucionales 2005. Antecedentes. Debates. Informes. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago 2005.
Simón Yarza, Fernando. Medio ambiente y derechos fundamentales. Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales. Madrid 2012.
Ruiz-Rico Ruiz, Gerardo. El derecho constitucional al medio ambiente. Dimensión jurisdiccional, Tirant Lo
Blanch, Valencia 2000.
Bases generales del Medio Ambiente

Material de Profundización Unidad 1


Aguilar, Gonzalo. Las deficiencias de la fórmula "derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación",
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Acuña, Guillermo. Marcos regulatorios e institucionales ambientales de América Latina y el Caribe en el contexto
del proceso de reformas macroeconómicas: 1980 – 1990. Disponible en: https://bit.ly/2CB4KJx
Bermúdez, Jorge. Derecho a Vivir en un medioambiente Libre de Contaminación, en Revista de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, N° 21, 2000. Disponible en: https://bit.ly/3195ujh
República de Chile, “Actas de la Comisión Ortúzar”. Disponible en: https://bit.ly/3dzw5IZ

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