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DERECHOS E INFANCIA: CON-JUGANDO UNA MIRADA ÉTICA

Se escapa.. o como dice mi hija de 3 años, se espaca. Se espaca, revolotea como barrilete, se
nos escurre. Siempre que queremos, intentamos y hacemos el esfuerzo de definir qué es unx niñx,
algo de lo imposible se nos enfrenta. Queremos atrapar una definición que nos deje tranquilxs, que
deje de interrogarnos, porque en esa interrogación indefectiblemente está una pregunta por nuestro
propio tiempo que conjugamos con la niñez.
¿Es acaso esx pequeñx, ingenux, un dulce tormento, terrible e indomable? ¿Es lx que se la
pasa perdiendo el tiempo jugando y desordenando o por lo contrario lx que desarrolla una inteligencia
y un orden que le permite dominar ese mundo nuevo desde el minuto cero en que sus pulmones se
llenan de aire? ¿Son lxs angeles celestiales de los techos de las iglesias o ese pequeño demonio al
que Homero Simpson estrangula con sus manos cada vez que puede?
Los obstáculos con los que creemos encontrarnos se alinean, se reorientan cuando esa
pregunta se conjuga con el lugar de lxs otrxs que posibilitan el ingreso de ese cachorro humano, al
campo de la subjetividad, de la constitución de sujeto, de esa sujeción a lxs otrxs por la indefensión
originaria que caracteriza a nuestra especie: Somos en tanto hay otrxs que nos incluyen en un mundo,
en una filiación, en un lugar, en una cultura. Somos desde el inicio, en ese vínculo.
Pensar en esta articulación entre derechos e infancias es profundizar de qué modo se pone en
juego un paradigma de entendimiento de lo que unx niñx es, justamente desde esa mirada que
construye ese otrx. No siempre fue igual y ya sólo acercar estas dos palabras da cuenta de una forma
de abordaje.
Recién en el año 1948 se adopta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Estos
son: innatos a las personas y no sólo responsabilizan sino que también, algo sumamente importante,
FIJAN un límite a la intervención del Estado en lo que respecta a la vida de las personas. Los
Derechos Humanos son también universales, por ende, iguales para todxs y su negativo es que el
Derecho que no es universal se lo llama Privilegio. Son imprescriptibles, es decir que no caducan a lo
largo de la vida, son jurídicamente exigibles, integrales a los otros derechos existentes, tienen
coherencia con los otros derechos, progresivos porque se avanza en el reconocimiento de los
derechos, serán derechos que se sumen unos a otros pero nunca que se quiten y operativos, lo que
implica que serán derechos que no deberán esperar la habilitación por parte de ninguna
reglamentación interna local para poder ser ejercidos.
Lxs niñxs y adolescentes tienen los mismos derechos humanos que lxs adultxs. Sin embargo,
para poder gozar plenamente de estos, se establecieron en función de las características específicas
que se presumen de ese ciclo vital que atraviesan.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es el tratado internacional constituído por la
Asamblea General de Naciones Unidas en el año 1989 y adoptado por todos los países del mundo,
exceptuando los Estados Unidos. De la mano de la Convención, accederemos también a las
Observaciones Generales que son documentos que de forma periódica elabora el Comité de los
Derechos del Niño para ayudar a la adecuada interpretación y aplicación de los derechos de la infancia
según la CDN.
Este hecho mundial se plasma con la Ley 23.849, la cual es la adopción en la legislación
nacional argentina de la Convención de los Derechos del Niño promulgada en octubre de 1990. Hasta
ese entonces, en materia de infancia se encontraba vigente la Ley del Patronato de Menores
promulgada en el año 1919 y la cual tenía sus cimientos en intervenir respecto de lxs niñxs pobres
considerándolos menores "peligrosos" objetos de tutela. Hacia fines del 2005, entra en vigencia la Ley
26061, de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Allí se consolida, al
menos en el plano legislativo, la introducción de un paradigma que venía gestándose, donde
encontramos la nominación de niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos, donde el
derecho a ser oidx, la autonomía progresiva y el interés superior de lx niñx constituyen la tríada
hacía un trato ético de las infancias y las adolescencias de nuestro país. Finalmente, la Ley 26.994: La
reforma del Código Civil y Comercial de la Nación, promulgada el 7/10/2014, donde se actualizaron,
precisamente en el libro segundo: Derechos de Familia, una amplia cantidad de artículos relacionados
con niñez, adolescencia y familia.

Ley 26061
Artículo 3º.- Interés superior. A los efectos de la presente ley se entiende por interés superior de la
niña, niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en esta ley. Debiéndose respetar:
a) Su condición de sujeto de derecho;
b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta;
c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural;
d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales;
e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las exigencias del
bien común;
f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde las niñas, niños y adolescentes
hubiesen transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su existencia.
Este principio rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán el ejercicio de la misma,
filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción, emancipación y toda circunstancia
vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito donde deba desempeñarse.
Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros
derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros.

Este artículo condensa la tríada mencionada. La posibilidad de establecer la integralidad de los


derechos recae en la posición ética de lxs adultxs que tengan capacidad de escucha, lectura e
interpretación para que el derecho a ser oidx sea garantizado, que puedan identificar en función de la
autonomía progresiva a la que accede todx niña, niño y adolescente, qué capacidad de
representación requieren para poder tomar decisiones respecto de su propia vida en función de su
grado de madurez y cómo todo esto se apuntala en la máxima satisfacción, integral y simultánea de
los derechos en el interés superior de lxs niñxs y adolescentes.
Elegimos este recorrido como preámbulo para poder acercarnos a los contenidos de esta
materia llamada Psicología del Ciclo Vital 1 realizando un enlace en clave de derechos humanos.
Vamos a trabajar respecto del lugar primordial de lx adultx en la configuración de las infancias.

Observación General Nº 7. Realización de los derechos del niño en la primera infancia. Comité de los
Derechos del Niño. (2005)
II. DERECHOS HUMANOS Y NIÑOS PEQUEÑOS
4. Definición de primera infancia.
(...) En consecuencia, el Comité propone, como definición de trabajo adecuado de la primera infancia,
el período comprendido hasta los 8 años de edad (...).
6. Características de la primera infancia.
b) Los niños pequeños crean vínculos emocionales fuertes con sus padres u otros cuidadores, de los
que necesitan recibir cuidado, atención, orientación y protección, que se ofrezcan de maneras que
sean respetuosas con su individualidad y con sus capacidades cada vez mayores.
e) Los primeros años de los niños pequeños son la base de su salud física y mental, de su seguridad
emocional, de su identidad cultural y personal y del desarrollo de sus aptitudes.
14. Respeto a las opiniones y sentimientos de los niños pequeños.
(...) Como portadores de derechos, incluso los niños más pequeños tienen derecho a expresar sus
opiniones, que deberían "tenerse debidamente en cuenta en función de la edad y madurez del niño"
(art. 12.1). Los niños pequeños son extremadamente sensibles a su entorno y adquieren con rapidez
comprensión de las personas, lugares y rutinas que forman parte de sus vidas, además de conciencia
de su propia y única identidad. Pueden hacer elecciones y comunicar sus sentimientos, ideas y deseos
de múltiples formas, mucho antes de que puedan comunicarse mediante las convenciones del
lenguaje hablado o escrito.

Vamos a abordar el lugar del juego como elemento subjetivante, constitutivo de lxs niñxs. Del
lugar de la vida social, de la identidad.

Observación General Nº 17. El derecho del niño al descanso, el esparcimiento, el juego, las
actividades recreativas, la vida cultural y las artes (Art. 31º). Comité de los Derechos del Niño. (2013)
III. Importancia del artículo 31 en la vida de los niños
9. El juego y la recreación son esenciales para la salud y el bienestar del niño y promueven el
desarrollo de la creatividad, la imaginación y la confianza en sí mismo y en la propia capacidad, así
como la fuerza y las aptitudes físicas, sociales, cognitivas y emocionales. El juego y la recreación
contribuyen a todos los aspectos del aprendizaje; son una forma de participar en la vida cotidiana y
tienen un valor intrínseco para los niños, por el disfrute y el placer que causan.
11. La participación en la vida cultural de la comunidad es un elemento importante del sentido de
pertenencia del niño. Los niños heredan y experimentan la vida cultural y artística de su familia,
comunidad y sociedad y, a través de ese proceso, descubren y forjan su propio sentido de identidad y,
a su vez, contribuyen al estímulo y la sostenibilidad de la vida cultural y las artes tradicionales.

De las infancias y género…

Ley Nacional 26.743: Identidad de Género


Artículo 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:
a) Al reconocimiento de su identidad de género;
b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;
c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo
en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con
los que allí es registrada.
Artículo 5° — Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18)
años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus
representantes legales y con expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de
capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención
sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños
y adolescentes. Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del
niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061.

Hablamos de derechos, hablamos de las infancias. Para llegar al final sumamos la ética, que
viene desde Silvia Bleichmar con esta definición:
Un sujeto ético debe tener en cuenta la presencia, la existencia del otro; esto es, lo que yo
hago tiene que ser bueno para mí y para el otro. La ética está basada en eso, en el principio del
semejante, o como diría Lévinas, por la obligación al semejante, por nuestra responsabilidad hacia él.
Esperamos fervientemente que conjuguemos estos tres conceptos que nos inquietan, nos
interpelan y que se nos espacan una y otra vez, con tal de sembrar interrogantes para la producción de
aprendizajes que sean genuinamente significativos.

Leila Kivatinetz
Agosto 2022

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