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Curso de la materia de Residuos

Una correcta gestión de residuos, que empieza por no generarlos, puede aportar
numerosos beneficios a las empresas: por ejemplo, una mayor eficiencia en todos
sus procesos, la reducción del consumo de recursos y energía, la mejora de
su imagen corporativa y por todo ello, un incremento de la competitividad a largo
plazo. Sin olvidar, claro, el valor que tiene esta responsabilidad empresarial en la
mejora de la protección del medio ambiente
Cada vez son más las empresas que lo ven así y priorizan unas buenas prácticas
en la gestión de sus residuos, que les permiten, además, cumplir con las
normativas que regulan este tema.
Todas las actividades generan algún tipo de residuo en cantidades y
características muy diversas pero, en todos los casos, merece la pena
conocerlos y planificar su correcta gestión como parte de la actividad.
Para poder definir un plan de gestión de residuos en la empresa el primer paso
sería identificarlos todos, cuantificarlos y saber clasificarlos. Las personas
designadas para esta tarea deben poder distinguir si se trata de residuos
peligrosos o no, para poder saber las medidas específicas que es
necesario aplicarles.
Este tema es de gran importancia, ya que la clasificación de un residuo como
peligroso conlleva una serie de obligaciones legales en cuanto a su etiquetado,
envasado, mezcla, almacenamiento y transporte. A nivel de la UE, la clasificación
de los residuos como peligrosos o no peligrosos se ha especificado en la Lista
europea de residuos (Lista de códigos LER). También la GUÍA TÉCNICA PARA
LA CLASIFICACIÓN DE LOS RESIDUOS del Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) proporciona unas directrices básicas
para clasificar un residuo como peligroso o no.
Además del nivel de peligrosidad, la persona que gestione los residuos debe
poder identificar su origen y efectos sobre la salud y el medio ambiente, asi
como poder tipificarlos, por ejemplo si se trata de Residuos sólidos urbanos
(RSU), Residuos industriales (RI) o Residuos especiales (RE), y conocer
cómo debe eliminarse de forma segura cada uno de ellos, según la normativa
vigente.
En el caso de muchas empresas la gestión de residuos no es una opción sino una
obligación que les viene impuesta por ley. Pero, incluso en aquellas que no tienen
la obligación de realizar un proceso de este tipo es una opción a tener en cuenta.
Implantar un plan de gestión de residuos puede verse como un coste, pero, si la
gestión es buena, esta actividad puede ayudar a optimizar la eficiencia de los
procesos, reducir el consumo de recursos y generar un rendimiento económico,
asi como una imagen corporativa asociada al valor de la sostenibilidad.

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