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Giancarlo Rolla
resumen - abstract
palabras claves - key words
Homenaje a Peter Häberle (I).
SUMARIO
En los últimos años se aprobaron nuevas cartas constitucionales, las cuales –más allá de
las especificidades históricas, de la diversidad de las formas de gobierno y de Estado –tienden a
homologarse en la lista de los derechos de la persona reconocidos como fundamentales y en las
técnicas de garantía[1].
Las nuevas Constituciones tienen en común la voluntad de reservar una amplia parte del
texto a la enumeración de una vasta gama de derechos fundamentales y a la identificación de
instrumentos específicos y órganos para su tutela.
Sobre todo, las nuevas Constituciones han supuesto una verdadera e importante
discontinuidad respecto a la precedente y traumática historia constitucional y política del
continente europeo, marcada por el hecho de que estas áreas geográficas se vieron afectadas por
un amplio proceso de democratización.
Esta integración influye sobre la naturaleza constitucional de los derechos, que no sólo
reconocen posiciones subjetivas y garantías individuales, sino que representan también un
elemento cualificador en el sistema de valores que se expresa a través de la Constitución.
Utilizando las palabras del juez constitucional español, a propósito de esta cuestión, puede
hablarse de “elementos esenciales de un ordenamiento objetivo de la comunidad nacional, en
cuanto ésta se configura como marco de una convivencia humana justa y pacifica”[4].
Además las Constituciones propias del Estado democrático y social, aún remitiéndose
idealmente y en algunos casos formalmente a las codificaciones liberales (por ejemplo, el
preámbulo de la Constitución francesa de 1958 afirma que “el pueblo francés proclama
solemnemente su fidelidad a los derechos del hombre y a los principios de la soberanía nacional,
definidos de la Declaración de 1789, confirmada e integrada por el Preámbulo de la Constitución
de 1946”), presentan algunos elementos innovadores.
Se elabora tambièn una noción más evolucionada de la persona, que no está constituida
por el individuo aislado o por la persona en su dimensión iusnaturalista, sino por la persona
considerada en su proyección social.
Con tal decisión se ha producido una importante consecuencia desde la perspectiva del
Derecho constitucional: esto es, se ha reforzado la capacidad de integración del ordenamiento
europeo en virtud de la existencia de un ámbito supranacional tanto con las dos Cartas de
derechos – el Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Carta de los derechos fundamentales
de la Unión Europea-, cuanto por dos jueces supremos - El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea - como, finalmente, red de jueces
comunitarios ramificada, constituida por los magistrados pertenecientes al sistema judicial de cada
uno de los países integrantes de la Unión Europea.
Este proceso es asimilable a los procesos federales. Tal vez, la experiencia histórica de la
Unión Europea constituya hoy el único ejemplo de tendencia hacia la federalización, en una
realidad en la cual prevalece sobre todo la tendencia hacia la descentralización.
Históricamente, los Estados federales nacieron para satisfacer una exigencia de mayor
unidad, diversos territorios han renunciado a parte de la propia soberanía originaria para, juntos,
afrontar mejor los problemas comunes[8].
El principio federalista se mostraba como la solución idónea para asegurar una mayor
unificación jurídica, una mejor amalgama de culturas y tradiciones: pero, sobre todo, para
favorecer la creación de un mercado y de relaciones económicas comunes. Hoy, en la era de la
globalización, este impulso se manifiesta dando vida a ordenamiento supranacionales, como en el
caso de la Unión Europea, donde los procesos de integración fueron inicialmente originados por la
exigencia de crear un mercado económico común y, sólo con posterioridad, dando vida a una
comunidad política.
A este fin, pueden aludirse dos ejemplos: por un lado, el ordenamiento federal de Canadá
y, por el otro, la Constitución de los Estados Unidos.
síntesis. Podemos hablar al respecto, de una babel de lenguajes que inducen a considerar que se
está en presencia de una “carencia casi absoluta de sistematización”[12].
Por ello existen Constituciones que no introducen distinciones entre los derechos
clasificados como fundamentales o constitucionales (Alemania, Bélgica, Finlandia, Holanda,
Suecia, Estonia, Hungría), Constituciones que optan por un reparto tradicional distinguiendo entre
derecho civiles, políticos, sociales y económicos (Italia, Portugal, Polonia, Eslovaquia) y,
finalmente, Constituciones que introducen clasificaciones más amplias, distinguiendo los derechos
en derechos de primera, segunda y tercera generación.
Entre estos derechos específicos no faltan “nuevos” derechos: han sido codificados tanto
derechos que son consecuencia de innovaciones – como, por ejemplo, la biomedicina y la
manipulación genética— como derechos reconducibles a comportamientos sociales actuales –
como es el caso, por ejemplo, de la prohibición de discriminación basada en las características
genéticas y en la orientación sexual, la libertad de cambiar de credo, o la tutela de la libertad
cultural[13].
b) otros que han sido introducidos por la normativa europea – reglamentos y directivas--
(protección de datos personales, derecho a constituir una familia, liberta de ejercitar una
profesión…);
A título de ejemplo se puede tomar en consideración el Titulo III que la Carta de los
derechos fundamentales de la Unión dedica al principio de igualdad.
Del principio de igualdad reconoce, sobre todo, la necesidad que a todos, hombres y
mujeres, debe ser asegurada igual capacidad jurídica, esto es, igual capacidad de ser titulares de
derechos y de deberes. Es esta la acepción de la igualdad que nosotros tomamos ya en la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, la cual afirmaba que “todos
los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo
pueden ser fundadas sobre la utilidad común”. Con este significado el art. 20 de la Carta reconoce
la igualdad de todos los individuos ante la ley.
Según esta perspectiva el principio de igualdad se propone ofrecer a todos los ciudadanos
aquella igualdad de oportunidades y de condiciones que la sociedad, en razón de su estructura
económica y social, no está en aptitud de ofrecerla autónomamente. Se habla, entonces, de
igualdad en sentido sustancial y se admite la legitimidad de acciones positivas a favor de los
llamados “sujetos débiles”, de aquéllos –esto es— que ven obstaculizada por razones económicas
y sociales la posibilidad de un ejercicio efectivo y paritario de los derechos constitucionales: la
mujer respecto del hombre, el trabajador respecto al empleador, los marginados sociales respecto
de los sectores más favorecidos. Diversos son, a propósito, las acciones positivas en relación a las
mujeres, a los menores, a los ancianos, a personas discapacitadas previstas por los arts. 23, 24, 25,
26 de la Carta.
Más recientemente, en fin, ha adquirido relevancia una ulterior visión del principio de
igualdad, consistente en el hecho que la sociedad tiende a transformarse en multiétnica y
multicultural.En tal contexto, la igualdad debe comprender también la posibilidad de reconocer las
diferencias y de legitimar, a tal fin, regulaciones diferenciadas a favor de los pertenecientes a
determinados grupos provistos de una específica identidad cultural, expresamente reconocida por
la Constitución.
Interesante es, a propósito, la codificación del art. 22 de la Carta que impone el respeto a
las diferencias culturales, religiosas y lingüísticas[14].
Este artículo es parte de la relevancia que no sólo las Constituciones nacionales, sino
también la Unión Europea reservan a las minorías nacionales y étnicas[15]. En Europa,
disposiciones constitucionales específicas se encuentran presentes como garantía de las minorías
étnicas y nacionales –por ejemplo- en las Constituciones de Eslovaquia (arts. 33 y 34), de Hungría
(art. 68), de Finlandia (art.14) de Suecia (art.2), de Estonia ( art. 49), de Lituania (art.114), de
Romania (art.6).
linguísticas (art.8), mientras la España considera “la riqueza de las distintas modalidades
linguísticas de España un patrimonio cultural que debe ser objeto de especial respeto y protección
(art.3 Cost.).
Sobre este punto también ha manifestado una especial atención la Unión Europea, la cual,
antes de codificar en la Carta de los Derechos de la Unión el principio de respeto a las
diversidades étnicas y culturales (art.22) ha aprobado diversos actos internacionales.
Por otra parte, estas codificaciones terminan por recoger algunos documentos
internacionales recientes, como la Declaración de los derechos y de las personas pertenecientes a
minorías nacionales o étnicas, religiosas o lingüísticas, adoptada por la Asamblea General de la
ONU, la cual establece que «minorities may exercise their rights (…) individually as well as in
community with other members of their group without any discrimination»[16]. .
programas de ayuda al empleo, la sanidad, las políticas juveniles) como derechos de autogobierno,
reconocidos mediante una pluralidad de soluciones institucionales de intensidad variable[17].
Por último, carácter particular poseen las disposiciones constitucionales que reconocen a
las comunidades étnicas un derecho de representación en el seno de los órganos constitucionales
del Estado. La representatividad de los componentes étnicos en los poderes públicos es, por
ejemplo, el elemento característico de la Constitución de Bosnia- Herzegovina de 1995. A su vez,
la Constitución rumana atribuye un escaño de la Cámara de los Diputados a cada uno de los
grupos minoritarios; mientras los arts. 5 y 64 de la Constitución eslovena permiten la participación
en las asambleas electas locales y nacionales de los miembros de las minorías radicadas sobre el
propio territorio[18].
Los derechos no deben ser solamente codificados, sino que deben ser aceptados y
convalidados por la cultura jurídica y política de un determinado país. En otras palabras, las
modalidades de tutela de los derechos de la persona se encuentran reguladas por las cartas
constitucionales, pero la idea de tutela se forma necesariamente en el seno de la comunidad y sólo
de esta manera se vuelve parte de la Constitución en un sentido substancial.
Lo anterior pone en evidencia un dato importante, que no puede ser olvidado por el
jurista o por el intérprete jurisdiccional: el hecho de que en muchos casos se está en presencia de
documentos que asumen la forma de las Constituciones propias de la tradición liberal y
democrática pero que no tienen tal espíritu. En este caso, según una feliz expresión, se dice que se
está en presencia de «Constitutions without constitutionalism».
Tales formulaciones no solo amplian las concretas posiciones subjetivas tuteladas, sino
también intentan satisfacer una exigencia de integración entre ordenamientos diferentes. La
integración, en Europa, ha obtenido resultados muy progresivos, pero este fenómeno es, sin
embargo, parte de una tendencia general, a la luz de la cual se podría considerar que el fenómeno
de la globalización se está extendiendo de la economía a las estructuras constitucionales, de los
mercados financieros al sector de los derechos humanos de la persona, como si estos últimos
representasen incluso una “ideal moneda única”, de curso legal en la mayor parte de los
ordenamientos.
jurídicas homogéneas.
A su vez, el art. 11 de la Const. Estonia prevé que los derechos constitucionales puedan
ser limitados siempre que ello sea necesario en una “sociedad democrática”; además, el art. 44 de
la Constitución de Lituania consiente que el legislador introduzca las restricciones necesarias
sobre los derechos y libertades para garantizar la seguridad, el orden público y la paz. Mientras,
según el art. 12 de la Const. Sueca las limitaciones a los derechos pueden ser impuestas sólo para
satisfacer finalidades compatibles con una sociedad democrática; además tales limitaciones no
pueden extenderse hasta el punto de amenazar la libre formación de las opiniones, en tanto que
principio fundamental de la democracia.
De una parte, resulta de particular interés el art. 1 de la Carta canadiense de los derechos
y libertades, la cual afirma que no pueden ser impuestas restricciones a los derechos y libertades
enunciados en la Carta, más allá de aquellas establecidas por la ley, dentro de los límites de la
razonabilidad y de las que se pueda demostrar su justificación en el marco de una sociedad libre y
democrática[29]. Por otra parte, el art. 33 de la Constitución de Sudáfrica contiene una disposición
claramente inspirada en la Carta canadiense de los derechos y libertades –aunque “contaminada”
por la fórmula de la Constitución alemana sobre la salvaguarda del contenido esencial de los
derechos- la cual consiente en someter a los derechos fundamentales, a límites razonables y
justificables en una sociedad abierta y democrática fundada sobre la dignidad, la libertad y la
igualdad, siempre que no sea violado el contenido esencial del mismo derecho[30].
En estos casos, se hace necesario un balance que puede ser llevado a cabo, en cada
ocasión, por el intérprete competente para solucionar el caso – «ad hoc balancing»- o bien
realizado directamente por el legislador en virtud de disposiciones normativas puntuales
-«definitional balancing»-.
Tal actividad hermenéutica, por lo general, viene facilitada por la inserción en las
Constituciones de cláusulas específicas que favorecen una conjugación equilibrada entre derechos
constitucionales contrapuestos. Entre éstas, las más significativas son, sin duda., aquellas que
aluden al principio de proporcionalidad, o bien a la tutela del contenido esencial de los derechos.
precisan las operaciones lógicas que el intérprete debe acometer en sede interpretativa-, el resto de
Constituciones se limitan a realizar un reenvío dinámico al principio de proporcionalidad, tal y
como es entendido por la jurisprudencia. Compete, por tanto a los jueces determinar el test sobre
la base del cual evaluar la conformidad de las normas al principio de proporcionalidad; en ese
momento, tales reglas deben encontrarse verificando:
previsiones constitucionales), en la Const. húngara, que prohíbe la limitación de los derechos que
menoscabe su significado y contenido esencial (art.8 )[36].
Por su parte, la Carta de los derechos fundamentales de la Unión europea opta por una
solución diversa, en el sentido de que el principio de proporcionalidad y el respeto al contenido
esencial se encuentran insertos en el mismo artículo: las limitaciones del ejercicio de los derechos
y libertades deben respetar el contenido esencial de tales derechos y libertades, además de ser
diseñadas en el respeto del principio de proporcionalidad.
Por otra parte, la jurisprudencia ha precisado que la proporcionalidad requiere que las
intervenciones sobre los derechos no sean desmesuradas o generen efectos intolerables, tales que
atenten contra la sustancia del derecho garantizado[38].
Resumen: Este estudio aborda desde una perspectiva comparada el proceso de recepción
y codificación de los derechos fundamentales en los textos constitucionales. La fuerza atractiva de
la Unión Europea, la amplitud y detalle de los catálogos de derechos fundamentales y la idea
compartida de que los derechos fundamentales constituyen un elemento configurador del Estado
democrático de Derecho, son rasgos que definen tal proceso en el ámbito europeo. Desde este
punto de partida, el presente estudio analiza en primer lugar las dos técnicas fundamentales de
constitucionalización de los derechos fundamentales, destacándose la pluralidad de lenguajes y
métodos de clasificación constitucional de los derechos de la persona. Por otra parte, junto a la
referencia de la relevancia que las Constituciones nacionales y la Unión Europea conceden a las
minorías nacionales y étnicas, se destaca el grado de integración entre ordenamientos
constitucionales a través de las cláusulas de intepretación de los derechos de la persona, así como
la existencia de cláusulas constitucionales de suspensión o limitación de los derechos
fundamentales y, por último, de cláusulas específicas que favorecen un adecuado equilibrio entre
derechos constitucionales contrapuestos y entre las que destacan las referidas al principio de
proporcionalidad o a la tutela del contenido esencial de los derechos.
Abstract: Professor Rolla starts describing the three “waves” of catalogs of rights that
have ocurred in European constitutions after the Second World War. In that context, he shows the
Charter of Fundamental Rights of the European Union as a step in the evolutionary path of
constitutionalism. However, he finds new elements. With these assumptions analyzes the key
features of the Charter, especially the protection of minorities and the integration clauses, those
clauses which allow the limitation of rights and those ensuring the balance of rights.
Key words: Charter of Fundamental Rights of the European Union, fundamental Rights,
protection of minorities.
_____________________________
[1] En general, sobre las recientes transiciones constitucionales acaecidas: G..DE VERGOTTINI, Le transizioni
costituzionali, Bologna,1998; E. CECCHERINI, La codificazione dei diritti nelle recenti Costituzioni, Milano, 2002;
L. MEZZETTI, Teoria e prassi delle transizioni costituzionali e del consolidamento democratico, Padova, 2003; S.
GAMBINO (cur),Costituzionalismo europeo e transizioni democratiche, Milano, 2003; AA.VV., Limitazioni di
sovranità e processi di democratizzazione,Torino, 2004.
Para referencias más amplias relativas a las codificaciones de los derechos fundamentales véase: G. ROLLA,
Derechos fundamentales,Estado democratico y justicia constitucional, Mexico, 2002, pp33 y ss.
[2] Cfr. S. BARTOLE- P. GRILLI DI CORTONA, Transizione e consolidamento democratico nell’Europa centro-
orientale, Torino, 1998; S. BARTOLE, Riforme costituzionali nell’Europa centro-orientale: da satelliti comunisti a
democrazie sovrane, Bologna, 1993; M. CALAMO SPECCHIA (cur.), I balcani occidentali: le costituzioni della
transizione, Torino, 2008.
[3] G. ROLLA, “I diritti fondamentali nel costituzionalismo contemporaneo:spunti critici”, en (G. ROLLA cur.)
Tecniche di garanzia dei diritti fondamentali, Torino, 2001, pp 4 y ss.
[5] Cfr.G. ROLLA, Profili costituzionali della dignità umana, in (E. CECCHERINI cur.) La tutela della dignità
dell’uomo, Napoli, 2008, pp. 57 y ss; IDEM, “El valor normativo del principio de la dignidad
humana.Consideraciones en torno a las Constituciones iberoamericanas”, en Anuario iberoamericano de justicia
constitucional, Madrid, 2002, pp.463 ss.;E. FERNANDEZ, Dignidad humana y ciudadanía cosmopolita, Madrid,
2001; F. FERNANDEZ SEGADO, La dogmática de los derechos umanos, Lima,1994; C. LANDA, Dignidad de la
persona, en Cuestiones constitucionales, 2002, pp. 109 yss.
[7] Sobre las caracteristicas del proceso constituyente europeo: L. DIEZ PICAZO, “¿Tratado o Constitución? El
valor de la Constitución para Europa”, en (E.ALVAREZ CONDE-V.GARRIDO MAYOL dir.) Comentarios a la
Constitución europea,Valencia, 2004, p.59; P. BILANCIA (cur.), Il processo costituente europeo, Milano, 2002; G.
FLORIDIA, Il cantiere della nuova Europa, Bologna, 2003; G. STROZZI, “Il trattato costituzionale. Entrata in
vigore e revisione”, en (P.CARETTI,F.DONATI cur.) Una Costituzione per l’Unione europea, Torino,2006, pp.63 y
ss.
[8] Vèase: G. ROLLA, L’autonomia delle comunità territoriali.Profili costituzionali, Milano, 2008.
[9] Así:A. D’ATENA, La vinculación entre constitucionalismo y protección de los derechos humanos, en Memoria
del seminario de justicia constitucional y derechos humanos, San José, 2004, pp.139 y ss.
[10] Cfr., CODIGNOLA- L. BRUTI LIBERATI, Storia del Canada,Milano,1999; T. GROPPI, Il Canada, Bologna,
2006; G. ROLLA (cur.), Lo sviluppo dei diritti fondamentali in Canada,Milano,2000; E. MITJANS, J. CASTELLA
ANDREU (coord.), Derechos y libertades en Canadá, Barcelona, 2005.
[11] En tema: R. BIFULCO, M. CARTABIA, A. CELOTTO, L’Europa dei diritti, Bologna, 2001; G. FERRARI, I
diritti fondamentali dopo la Carta dei diritti, Milano, 2001; P.COSTANZO (cur.), La Carta europea dei
diritti,Genova,2002; AA,VV, I diritti fondamentali in Europa, Milano, 2002.
[12] Cfr. CASTRO CID, Derechos humanos y constitucion,en Revista de estudios politicos, 1980, p.132.
[13] Cfr. C. CASONATO, “La Carta dei diritti fondamentali dell’Unione europea:tra conferme,novità e
contraddizioni”, en (R. TONIATTI cur.) Diritto,diritti,giurisdizione, Padova, 2002, pp. 99 y ss
[14] Cfr., G. ROLLA, “La problematica del multiculturalismo en la Unión Europea”, en (E. ALVAREZ
CONDE,V.GARRIDO MOYOL coords), op. cit., 2004, pp.815 y ss.
[15] En tema de minorías: S. BARTOLE – N.OLIVETTI RASON – L. PEGORARO (cur) , La tutela giuridica delle
minoranze, Padova, 1998; E. PALICI DI SUNI, Intorno alle minoranze, Torino, 2002; A. PIZZORUSSO,
Minoranze e maggioranze, Torino, 1993; T. BONAZZI, M. DUNNE (cur.), Cittadinanza e diritti nelle società
multiculturali, Bologna, 1994;V. PIERGIGLI, Lingue minoritarie e identità culturali, Milano, 2001; T.W.SIMON,
Minorities in International law,in Canadian journal of law and jurisprudence, 1997, pp. 512 y ss; D. FOTTRELL –
B. BOWRING (a cura di), Minority and groups rights in the new millennium, London, 1999; M. CARBONELL, La
Constitución en serio. Multiculturalismo,igualdad y derechos sociales, Mexico, 2001; J. A. LAPONCE, The
protection of minorities,Berkeley,1960; R. TONIATTI, “Los derechos del pluralismo cultural en la nueva Europa”,
en Revista Vasca de Administración Pública, 2000, nº 58, pp. 17 y ss; V. PIERGIGLI, Lingue minoritarie e identità
culturali, Milano, 2001.
[16] Para referencias ulteriores, permítaseme reenviar a: G. ROLLA, “La tutela costituzionale del diritto all’identità
culturale”, en (G.ROLLA) Lo sviluppo dei diritti fondamentali in Canada, Milano, 2000, 111 ss. Véase también, en
referencia a la tutela nacional e internacional de los derechos a la identidad cultural: E. CECCHERINI, “Diritti
individuali v.diritti comunitari”, en (G. ROLLA) Lo sviluppo dei diritti fondamentali in Canada, Milano,
2000,pp.163 y ss
[17] Cfr., R. TONIATTI, Los derechos del pluralismo cultural en la nueva Europa, op. cit. pp. 17 y ss; G. ROLLA –
E. CECCHERINI, The constitutional protection on linguistic diversity in some of the EU countries, en The theory
and the pratice of linguistic policies in the world, Iasi, 2003, pp.79 y ss.
[19] Cfr.,G. ROLLA, “I diritti fondamentali nel costituzionalismo contemporaneo:spunti critici”, en (G. ROLLA
cur.) Tecniche di garanzia dei diritti fondamentali, op. cit., pp. 10 y ss.
[20] Comisión Europea, Relazione del gruppo di esperti in materia di diritti fondamentali:per l’affermazione dei
diritti fondamentali nell’U.E., Bruxelles, 1999.
[21] Véase, sobre las cláusulas de apertura al ordenamiento internacional: A. SAIZ ARNAIZ, La apertura
[23] Cfr.,G. ROLLA, Garantía de los derechos fundamentales y justicia constitucional, op. cit., pp. 66 y ss
[25] G. ROLLA, “Le prospettive dei diritti della persona alla luce delle recenti tendenze costituzional”, en Quaderni
costituzionali, 1997, pp. 419 y ss.
[26] Véase:A. BENAZZO, L’emergenza nel conflitto fra libertà e sicurezza, Torino, 2004; J. DE BARTOLOME
CENZANO, El orden público al ejercicio de los derechos y libertades, Madrid, 2002; T.GROPPI (cur.),
Democrazia e terrorismo, Napoli, 2006.
[27] Véase: J.GARCIA ROCA, “Abuso de los derechos fundamentales y defensa de la democracia”, en (J.GARCIA
ROCA- P.SANTOLAYA cur.) La Europa de los derechos, Madrid, 2005,727ss; C. PINELLI, “Divieto dell’abuso di
diritto”, en S. BARTOLE- F.CONFORTI-G.RAIMONDI (cur.) Commentario alla convenzione europea per la tutela
dei diritti dell’uomo e delle libertà fondamentali, Padova, 2001, pp. 455 y ss.
[28] Cfr.,R. BUSTOS GISBERT, “Los derechos de libre comunicación en una sociedad democrática”, en J.
GARCIA ROCA-P. SANTOLAYA (coords.) La Europa de los derechos, Madrid, 2005, pp. 529 y ss.
[29] Véase: S. RODRIQUEZ, “La Corte suprema del canada e l’art.1 della Carta dei diritti e delle libertà. una “free
and democratic society” in continua evoluzione”, en G. ROLLA (cur.), L’apporto della Corte suprema alla
determinazione dei caratteri dell’ordinamento costituzionale canadese, Milano, 2008, pp. 241 y ss; P. TELESE, “Le
limitazioni al godimento dei diritti fondamentali secondo i principi generali elaborati dalla Corte suprema del
Canada”, en (G. ROLLA cur.) Lo sviluppo dei diritti fondamentali in Canada,Milano, 2000, pp. 83 y ss; F. ROSA,
“The Canadian Charter as a model for the codification process of fundamental human rights in common law
countries:the justified limitatio clause and the notwithstanding clause” en M. RUBBOLI (cur.) The Canadian
Charter of Rights and freedoms:t he first twenty years, Genova, 2003, pp. 89 y ss.
[31] Por ejemplo, el Tribunal Supremo de Canadá ha elaborado un auténtico Test – que tomó el nombre de la
autorizada opinión del juez Dickinson- basado en cuatro elementos: el objetivo que se pretende perseguir con la
limitación debe ser de importancia suficiente; debe subsistir una conexión racional entre dicho objetivo y el
contenido de la limitación; la limitación debe suponer la menor restricción posible al ejercicio del derecho; los
efectos de la limitación del derecho no deben ser desproporcionados repecto del objetivo que se persigue.
[32] Existe concurrencia cuando la conducta de un determinado sujeto puede ser reconducida a una pluralidad de
derechos garantizados – reunión y manifestación del pensamiento; asociación y libertad religiosa; manifestación del
pensamiento e iniciativa económica,etc.-; los conflictos se producen cuando el derecho de un sujeto debe ser
comparado con los derechos de otros (por ejemplo, reserva y prensa, iniciativa económica y dignidad humana,
huelga y salud o libertad de circulación) o bien con valores y principios de naturaleza general (derechos de libertad y
seguridad, secreto de las comunicaciones y legalidad).
En Italia el principio de proporcionalidad ha sido por lo general asociado al criterio de razonabilidad como canon
interpretativo, véase:L .PALADIN, Ragionevolezza (Principio di),en Encl.dir.,Agg.1, Milano, 1997, pp. 901 y ss;
AA.VV., Il principio di ragionevolezza nella giurisprudenza della Corte costituzionale. Riferimenti comparatistici,
Milano, 1991; M. P. VIPIANA, Introduzione allo studio del principio di ragionevolezza nel diritto pubblico,
Milano,1993; L. D’ANDREA,Ragionevolezza e legittimazione del sistema ,Milano, 2005;
Véase: T. DOMINGO PEREZ, “La argumentación jurídica en el ámbito de los derechos fundamentales:en torno al
denominado “chilling effect” o “effecto desaliento””, en Revista de Estudios Políticos, 2003, pp. 141 y ss
[35] Así J. JIMENEZ CAMPO, Derechos fundamentales. Concepto y garantías, Madrid, 1999, p. 69
[36] En general, véase: C. BERNAL PULIDO, El principio de proporcionalidad y derechos fundamentales, Madrid,
2003; J. C. GAVARA DE CARA, Derechos fundamentales y desarrollo legislativa: la garantía del contenido
esencial de los derechos fundamentales en la Ley Fundamental de Bonn, Madrid, 1994; M. LORENZO
RODRÍGUEZ, Análisis del contenido esencial de los derechos fundamentales enunciados en el art. 53.1 de la
Constitución española, Granada, 1996; A. L. MARTÍNEZ PUJALTE, La garantía del contenido esencial de los
derechos fundamentales, Madrid, 1997; P. HABERLE, La garantía del contenido esencial de los derechos
fundamentales, Madrid, 2003.
[37] L. PRIETO SANCHIZ, “La limitación de los derechos fundamentales y la norma de clausura del sistema de
libertades”, en Derechos y libertades, 2000, p.438
[38] STJCE del 22 de octubre de 1991. Interesante resulta la sentencia nº. 43 de 24 de febrero de 1987 del Tribunal
Constitucional de Chile según la cual los derechosi “pueden en consecuencia ser canalizados en sus diferentes
expresiones, sin ser desconocidos de plano; ellos pueden ser moldeados pero no pueden ser objeto de
desnaturalización”, vivecersa no pueden ser privadosi de aquello que le es consustancial, de manera tal que deja de
ser reconocible y que se impide "el libre ejercicio" en aquellos casos en que el legislador lo somete a exigencias que
lo hacen irrealizable, lo entraban más allá de lo razonable o lo privan de tutela jurídica”.