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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO

LEGISLACIÓN CONSOLIDADA

se articula en la Ley en base a los principios de eficacia, coordinación y participación,


ordenando tanto la actuación de las diversas Administraciones públicas con competencias
en materia preventiva, como la necesaria participación en dicha actuación de empresarios y
trabajadores, a través de sus organizaciones representativas. En este contexto, la Comisión
Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo que se crea se configura como un instrumento
privilegiado de participación en la formulación y desarrollo de la política en materia
preventiva.
Pero tratándose de una Ley que persigue ante todo la prevención, su articulación no
puede descansar exclusivamente en la ordenación de las obligaciones y responsabilidades
de los actores directamente relacionados con el hecho laboral. El propósito de fomentar una
auténtica cultura preventiva, mediante la promoción de la mejora de la educación en dicha
materia en todos los niveles educativos, involucra a la sociedad en su conjunto y constituye
uno de los objetivos básicos y de efectos quizás más transcendentes para el futuro de los
perseguidos por la presente Ley.

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La protección del trabajador frente a los riesgos laborales exige una actuación en la
empresa que desborda el mero cumplimiento formal de un conjunto predeterminado, más o
menos amplio, de deberes y obligaciones empresariales y, más aún, la simple corrección a
posteriori de situaciones de riesgo ya manifestadas. La planificación de la prevención desde
el momento mismo del diseño del proyecto empresarial, la evaluación inicial de los riesgos
inherentes al trabajo y su actualización periódica a medida que se alteren las circunstancias,
la ordenación de un conjunto coherente y globalizador de medidas de acción preventiva
adecuadas a la naturaleza de los riesgos detectados y el control de la efectividad de dichas
medidas constituyen los elementos básicos del nuevo enfoque en la prevención de riesgos
laborales que la Ley plantea. Y, junto a ello, claro está, la información y la formación de los
trabajadores dirigidas a un mejor conocimiento tanto del alcance real de los riesgos
derivados del trabajo como de la forma de prevenirlos y evitarlos, de manera adaptada a las
peculiaridades de cada centro de trabajo, a las características de las personas que en él
desarrollan su prestación laboral y a la actividad concreta que realizan.
Desde estos principios se articula el capítulo III de la Ley, que regula el conjunto de
derechos y obligaciones derivados o correlativos del derecho básico de los trabajadores a su
protección, así como, de manera más específica, las actuaciones a desarrollar en
situaciones de emergencia o en caso de riesgo grave e inminente, las garantías y derechos
relacionados con la vigilancia de la salud de los trabajadores, con especial atención a la
protección de la confidencialidad y el respeto a la intimidad en el tratamiento de estas
actuaciones, y las medidas particulares a adoptar en relación con categorías específicas de
trabajadores, tales como los jóvenes, las trabajadoras embarazadas o que han dado a luz
recientemente y los trabajadores sujetos a relaciones laborales de carácter temporal.
Entre las obligaciones empresariales que establece la Ley, además de las que
implícitamente lleva consigo la garantía de los derechos reconocidos al trabajador, cabe
resaltar el deber de coordinación que se impone a los empresarios que desarrollen sus
actividades en un mismo centro de trabajo, así como el de aquellos que contraten o
subcontraten con otros la realización en sus propios centros de trabajo de obras o servicios
correspondientes a su actividad de vigilar el cumplimiento por dichos contratistas y
subcontratistas de la normativa de prevención.
Instrumento fundamental de la acción preventiva en la empresa es la obligación regulada
en el capítulo IV de estructurar dicha acción a través de la actuación de uno o varios
trabajadores de la empresa específicamente designados para ello, de la constitución de un
servicio de prevención o del recurso a un servicio de prevención ajeno a la empresa. De esta
manera, la Ley combina la necesidad de una actuación ordenada y formalizada de las
actividades de prevención con el reconocimiento de la diversidad de situaciones a las que la
Ley se dirige en cuanto a la magnitud, complejidad e intensidad de los riesgos inherentes a
las mismas, otorgando un conjunto suficiente de posibilidades, incluida la eventual
participación de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, para
organizar de manera racional y flexible el desarrollo de la acción preventiva, garantizando en
todo caso tanto la suficiencia del modelo de organización elegido, como la independencia y

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protección de los trabajadores que, organizados o no en un servicio de prevención, tengan


atribuidas dichas funciones.

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El capítulo V regula, de forma detallada, los derechos de consulta y participación de los
trabajadores en relación con las cuestiones que afectan a la seguridad y salud en el trabajo.
Partiendo del sistema de representación colectiva vigente en nuestro país, la Ley atribuye a
los denominados Delegados de Prevención -elegidos por y entre los representantes del
personal en el ámbito de los respectivos órganos de representación- el ejercicio de las
funciones especializadas en materia de prevención de riesgos en el trabajo, otorgándoles
para ello las competencias, facultades y garantías necesarias. Junto a ello, el Comité de
Seguridad y Salud, continuando la experiencia de actuación de una figura arraigada y
tradicional de nuestro ordenamiento laboral, se configura como el órgano de encuentro entre
dichos representantes y el empresario para el desarrollo de una participación equilibrada en
materia de prevención de riesgos.
Todo ello sin perjuicio de las posibilidades que otorga la Ley a la negociación colectiva
para articular de manera diferente los instrumentos de participación de los trabajadores,
incluso desde el establecimiento de ámbitos de actuación distintos a los propios del centro
de trabajo, recogiendo con ello diferentes experiencias positivas de regulación convencional
cuya vigencia, plenamente compatible con los objetivos de la Ley, se salvaguarda a través
de la disposición transitoria de ésta.

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Tras regularse en el capítulo VI las obligaciones básicas que afectan a los fabricantes,
importadores y suministradores de maquinaria, equipos, productos y útiles de trabajo, que
enlazan con la normativa comunitaria de mercado interior dictada para asegurar la exclusiva
comercialización de aquellos productos y equipos que ofrezcan los mayores niveles de
seguridad para los usuarios, la Ley aborda en el capítulo VII la regulación de las
responsabilidades y sanciones que deben garantizar su cumplimiento, incluyendo la
tipificación de las infracciones y el régimen sancionador correspondiente.
Finalmente, la disposición adicional quinta viene a ordenar la creación de una fundación,
bajo el protectorado del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y con participación, tanto de
las Administraciones públicas como de las organizaciones representativas de empresarios y
trabajadores, cuyo fin primordial será la promoción, especialmente en las pequeñas y
medianas empresas, de actividades destinadas a la mejora de las condiciones de seguridad
y salud en el trabajo. Para permitir a la fundación el desarrollo de sus actividades, se dotará
a la misma por parte del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de un patrimonio
procedente del exceso de excedentes de la gestión realizada por las Mutuas de Accidentes
de Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Con ello se refuerzan, sin duda, los objetivos de responsabilidad, cooperación y
participación que inspiran la Ley en su conjunto.

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El proyecto de Ley, cumpliendo las prescripciones legales sobre la materia, ha sido
sometido a la consideración del Consejo Económico y Social, del Consejo General del Poder
Judicial y del Consejo de Estado.

CAPÍTULO I
Objeto, ámbito de aplicación y definiciones

Artículo 1. Normativa sobre prevención de riesgos laborales.


La normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida por la presente Ley,
sus disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas otras normas, legales o

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