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Exp.

2004-000635

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Ponencia del Magistrado: CARLOS OBERTO VÉLEZ

Mediante escrito presentado ante la Secretaría de esta Sala de Casación Civil, el


ciudadano GUSTAVO JOSÉ CABRÉ , de nacionalidad venezolana, patrocinado judicialmente
por la abogada en ejercicio de su profesión Lénor Rivas de Lárez, solicitó el exequátur de la
sentencia dictada por la Corte del Circuito del Circuito del Onceavo Circuito Judicial en y
para el Condado de Miami-Dade, Estado de Florida, de los Estados Unidos de Norteamérica,
de fecha 4 de enero de 2000, mediante la cual se declaró disuelto el vínculo matrimonial por
divorcio entre el solicitante y la ciudadana DANIZZA JOSEFINA SARMIENTO RODRÍGUEZ.

El 27 de julio de 2004 se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado que


con tal carácter suscribe la presente máxima decisión procesal .

El primero de abril de 2005, el precitado Juzgado admitió la petición de exequátur por


haberse cumplido con los requisitos de admisibilidad establecidos en el artículo 852 del
Código de Procedimiento Civil, ordenó notificar de la solicitud propuesta al ciudadano
Fiscal General de la República y se ofició a la Dirección General de Control de extranjeros
del Ministerio de Interior y Justicia, solicitando el movimiento migratorio de la demandada.

El 8 de junio de ese mismo año, se recibió el Oficio Nº 2097 de fecha 25 de mayo de


2005, emanado de la Dirección de Migración y Zonas Fronterizas de la ONIDEX, informando
del movimiento migratorio de la accionada, y el 22 de junio de ese año el Juzgado de
Sustanciación ordenó su citación personal.

El accionante mediante diligencia de fecha 14 de julio de 2005, solicitó la citación por


carteles por desconocer el domicilio de la demandada, lo cual fue negado mediante auto de
fecha 21 de julio de 2005, ya que la citación en términos generales es consecuencia de la
iniciativa o resultante de la actividad en el proceso por el interesado, por lo que debe
suministrar los datos necesarios para agotar la citación personal, por cuanto ‘es formalidad
necesaria para la validez del juicio, la citación del demandado, de conformidad con el
artículo 215 del Código de Procedimiento Civil.
El demandante mediante citación procesal de fecha 22 de septiembre de 2005, solicitó
se oficie nuevamente a la Dirección de Migración y Zonas Fronterizas de la ONIDEX, para
que informe sobre el último domicilio registrado por la demandada, procediendo el Juzgado
de sustanciación a oficiar según lo indicado.

Para decidir la Sala observa:

La perención de la instancia ocurre de pleno derecho cuando las partes no impulsan el


procesal para su continuación durante el lapso de un año, siendo el espíritu, propósito y
razón de dicha institución sancionar la inactividad de las partes mediante la extinción de la
causa.

La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, regula la perención de la instancia


en su artículo 19 Décimo quinto aparte, al señalar:

“La instancia se extingue de pleno derecho en las causas que hayan estado
paralizadas por más de un (1) año, antes de la presentación de los informes.
Dicho término empezará a contarse a partir de la fecha en que se haya
efectuado el último acto procesal. Transcurrido dicho lapso, el Tribunal
Supremo de Justicia deberá declarar consumada la perención de oficio o a
instancia de parte, la cual deberá ser notificada a las partes, mediante un
cartel publicado en un diario de circulación nacional. Luego de transcurrido
un lapso de quince (15) días continuos se declarará la perención de la
instancia”.

Sin embargo, la Sala Constitucional, mediante decisión N° 1.466, de fecha 5 de


agosto de 2004 (Caso: Juan Manuel Vadell González), declaró la desaplicación de la
norma establecida en el décimo quinto aparte 15º del artículo 19 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia , al considerar que es “… contradictoria y
de imposible entendimiento …”, pues se prestaba a confusión la expresión que ordenaba
la publicación de un cartel de notificación a las partes, a pesar de que la perención
ocurre de pleno derecho, además de que no se señala a quien corresponde sufragar los
gastos de publicación. A tal efecto, se cita la motivación expresada en la referida
decisión de la Sala Constitucional:

“…En efecto, es evidente que la norma obliga a las Salas que componen este
Tribunal Supremo de Justicia a aplicar una consecuencia jurídica de manera
indefectible, esto es, declarar consumada la perención, como consecuencia de
la verificación del supuesto de hecho previamente establecido en el
dispositivo normativo, cuál es la existencia de causas que hayan estado
paralizadas por más de un (1) año, antes de la presentación de los informes.
De manera que, pareciera que no existe ni otra opción ni otra actuación que
logre desvirtuar el inminente acontecimiento del decreto de perención, como
una decisión ineludible derivada de la falta de actuaciones procesales de las
partes en el expediente. Sin embargo, la norma ordena otras actividades a
continuación que hace absolutamente inoperante a la norma y en consecuencia
a la institución de la perención en las causas seguidas ante este Supremo
Tribunal.

Se aprecia al respecto que carecería de sentido que antes de que se declarase


la perención fuese obligatorio que se ordenase la publicación de un cartel,
toda vez que la norma es inequívoca cuando establece que la “instancia se
extingue de pleno derecho en las causas que hayan estado paralizadas por
más de un (1) año”, lo que implica que en poco o nada puede incidir cualquier
alegato de la parte para enervar los efectos de su inactividad, que pudiese
eventualmente sostener como consecuencia del llamado recibido a través del
cartel, pues como se expresa aquella opera ipso jure. Aunado a ello, la falta
de sentido práctico que sugiere ordenar notificar a una parte para quizás
“avisarle” de la inmediata decisión que el Tribunal tomará, o de lo que es
obvio, es decir, de su falta de interés o inactividad, o del incumplimiento de la
carga que tenía y que como tal sólo a ella concernía cumplir.

Por otra parte, si se prefiere interpretar que la notificación es posterior a la


decisión de perención, resulta igualmente absurdo ya que el Tribunal entonces
estaría avisándole a la parte, cuya falta de interés precisamente motivó la
declaratoria de perención, que el Tribunal está muy interesado, no obstante su
desinterés, en que se interese de la decisión, para poder volver a “redecretar”
o decretar “reperimida” la instancia.

En adición a lo anterior, cabe preguntarse, si la publicación del cartel es


obligatoria, ¿quién habría de sufragar los altos costos que estas publicaciones
comportan? La respuesta probablemente sería: la parte interesada, y cuál es
entonces esa parte interesada que debe soportar los gastos de su desinterés,
ello equivaldría a mantener archivados indefinidamente, sin ser enviados a
legajo, todos aquellos expedientes, en cuyas causas hubiese operado el
supuesto de hecho establecido en la norma, en espera de que la parte
apareciera a sufragar los gastos de un cartel cuya causa está indefectiblemente
destinada a extinguirse. Claro está, no corresponde a la interrogante que el
Tribunal deba soportar los gastos de las publicaciones que por tal motivo se
produzcan en todas las Salas de este Alto Tribunal, ello causaría una
erogación de recursos para el órgano absolutamente injustificada, inoficiosa e
injusta en relación con asuntos que merecen esa inversión. No obstante que en
fallos núms. 1.379 y 1.265/2004 se ordenó tal publicación en un esfuerzo por
hacer aplicativa la norma (núm. 1.245/2004), criterio que se abandona.

Ahora bien, la norma, en esos términos concebida, colide con la necesaria


celeridad que debe informar el proceso, así como la prohibición de dilaciones
indebidas establecida en la Constitución. Es absurda y carece de elemental
lógica. Así las cosas, tomando en consideración la ambigüedad y oscuridad de
la norma es imperativo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19
(sic) del Código Civil, arbitrar una solución a la institución de la perención de
la instancia de las causas que cursan ante el Tribunal Supremo de Justicia.

En tal sentido, la Sala acuerda desaplicar por ininteligible la disposición


contenida en el párrafo quince del artículo 19 de la novísima Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que pareciera obedecer a
un lapsus calamis del Legislador y, en atención a lo dispuesto en el aludido
artículo 19 (sic) del Código Civil, acuerda aplicar supletoriamente el
Código de Procedimiento Civil, de carácter supletorio...” (Negrillas de la
Sala).

Por consiguiente, la Sala Constitucional ordenó la aplicación supletoriamente de las


disposiciones contenidas en el Código de Procedimiento Civil , para los procesos seguidos
ante este Alto Tribunal en los cuales ocurriera la perención de la instancia, ello de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 14 del Código Civil.

En tal sentido, en posterior decisión Nº 2.162, de fecha 14 de septiembre de 2004,


expediente N° 02-0162, Caso: Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela, la Sala
Constitucional, dejó establecido lo siguiente:

“...Mediante decisión N° 1466 del 5 de agosto de 2004, la Sala desaplicó


por ininteligible la disposición contenida en el párrafo quince del artículo
19 de la novísima Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, y
acordó aplicar supletoriamente el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil en lo relativo a la perención de la instancia .

En tal sentido, la Sala constató que el último acto de procedimiento


ejecutado por la parte recurrente en el expediente se efectuó el 10 de junio
de 2003, no habiéndose realizado, a partir de la referida oportunidad,
actuación alguna por las partes dirigida a movilizar y mantener en curso
el proceso. (Subrayado de la Sala).

Por lo tanto, no tratándose de la inactividad del Juez después de vista la


causa, como lo dispone el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil; no
versando la presente causa sobre la materia ambiental o penal; y por cuanto el
recurso de nulidad de autos no va dirigido a sancionar los delitos contra los
derechos humanos, contra el patrimonio público o contra el tráfico de
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, conforme a lo previsto en el
párrafo 16 del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, la Sala considera que, la instancia se extinguió de pleno derecho, y
que debe ser, por tanto, declarada la perención de la instancia, conforme a las
disposiciones citadas.

En virtud de lo expuesto esta Sala Constitucional declara consumada la


perención y extinguida, en consecuencia, la instancia en la presente causa. Así
se declara...” (Negritas de la Sala).

Por las anteriores consideraciones, es fuerza concluir, que en los casos de perención de
la instancia, “…por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún acto de
procedimiento por las partes corresponde a esta Sala de Casación Civil, aplicar las
disposiciones del Código de Procedimiento Civil, vale decir, el artículo 267, el cual señala
en su encabezamiento lo siguiente:

“Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado


ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad del juez después
de vista la causa, no producirá la perención.”

En el asunto planteado, la última actuación procesal del solicitante lo fue la diligencia


del 22 de septiembre de 2005, mediante la cual solicitó al Juzgado de Sustanciación se
oficiara a la Dirección de Migración y Zonas Fronterizas de la ONIDEX, para que
suministrara el último domicilio registrado por la demandada en República Bolivariana de
Venezuela, con el objeto de agotar su citación personal, de acuerdo con lo ordenado por el
Juzgado de Sustanciación en auto de fecha 21 de julio de ese año.
Ahora bien, desde el 22 de septiembre de 2005, hasta la presente la sala no ha recibido
del demandante ni de ningún Organismo Oficial la indicación del domicilio del accionado;
tampoco del accionante se ha producido actuación alguna que demuestre su interés en la
proseguir el juicio, pues no ha suministrado a esta Sala, tal como se dejó, dirección alguna
en la que deba citarse a la accionada, ni ha presentado ninguna otra solicitud que pudiera ir
dirigida a impulsar la citación personal, lo cual constituye su exclusiva carga, so pena de
la perención.

En consecuencia, desde el 22 de septiembre de 2005, a la fecha de este


pronunciamiento ha transcurrido más de un año, vale decir, el lapso perentorio de un año, y
visto que no existen en los autos actuación alguna que demuestre la intención del
demandante de impulsar y proseguir la solicitud del exequátur, es necesario declarar la
perención de la instancia y la extinción del proceso, de conformidad con lo establecido en el
artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, tal como se hará de manera expresa, positiva
y precisa en el dispositivo del fallo. Así se declara.

DECISIÓN

Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, declara la PERENCIÓN DE LA
INSTANCIA y la EXTINCIÓN DEL PROCESO en la solicitud de exequátur de la sentencia
dictada por la Corte del Circuito del Circuito del Onceavo Circuito Judicial en y para el
Condado de Miami-Dade, Estado de Florida, de los Estados Unidos de Norteamérica, de
fecha 4 de enero de 2000, mediante la cual se declaró disuelto el vínculo matrimonial por
divorcio entre el solicitante GUSTAVO JOSÉ CABRÉ y la ciudadana DANIZZA JOSEFINA
SARMIENTO RODRÍGUEZ.

No hay condenatoria en costas, dada la naturaleza de la decisión dictada, de


conformidad con lo establecido en el artículo 283 del Código de Procedimiento Civil.

Publíquese y regístrese. Archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintiún (21) días del mes de febrero de dos mil siete. Años: 196º
de la Independencia y 147º de la Federación.

Presidenta de la Sala,
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado,
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado Ponente
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
LUIS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
Secretario,
ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ
Exp. AA20-C-2004-000635

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