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SALA DE CASACIÓN SOCIAL

Ponencia del Magistrado Doctor Juan Rafael Perdomo

El ciudadano JORGE LUIS ORTEGANO, representado por el abogado


Ricardo Gómez Scott, demandó por cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo a la sociedad mercantil AZUCARERA GUANARE,
C.A. (AGUACA), representada por el abogado Jesús Armando Alfaro Brito, por ante el
Juzgado de Primera Instancia del Trabajo y Agrario del Primer Circuito de la
Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa.
 
El Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de
Protección del Niño y del Adolescente de la misma Circunscripción Judicial, conociendo
en apelación, dictó sentencia definitiva el 4 de abril de 2001, en la cual declaró
parcialmente sin lugar la apelación ejercida por la parte accionada y parcialmente con lugar
la demanda, modificando el fallo apelado.
 
Recibido el expediente se dio cuenta en Sala el 17 de mayo de 2001, y fue
designado ponente el Magistrado Doctor Juan Rafael Perdomo.
 
El apoderado de la accionada formalizó el recurso de casación anunciado
oportunamente. No hubo contestación a la formalización.
 

Cumplidos los trámites de sustanciación, y siendo la oportunidad para


decidir, lo hace esta Sala, previas las siguientes consideraciones:

-I-

FUNDAMENTO DE LO DECIDIDO POR LA ALZADA

 
La sentencia impugnada fundamentó su dispositivo en las siguientes
razones:
 
“Que habiendo convenido el sindicato que agrupa a dichos
trabajadores, en la forma de liquidación de prestaciones
sociales y los demás conceptos, debemos señalar por una
parte que la relación que existe entre el trabajador o cada
uno de los trabajadores para con la empresa en cuanto a
los conceptos y montos que le corresponden por virtud de
la relación laboral, tiene carácter individual,
indiferentemente de que exista una convención colectiva
entre la patronal y los trabajadores y en estas razones una
transacción celebrada en forma genérica sin contener una
relación circunstanciada de los hechos que la motiven y de
los derechos en ella comprendidos, en el sentido de que en
estos documentos de transacción debe constar no sólo el
tiempo de trabajo, las horas extras si hubiere lugar y el
montante a que asciende la reclamación del trabajador y
por otra parte se exige que quien represente a un
trabajador o trabajadores tenga capacidad para convenir o
transigir a los efectos de los conceptos laborales que le
correspondan al trabajador representado y un sindicato no
está facultado para disponer de la forma en que debe
llevarse una transacción por los conceptos laborales del o
de los trabajadores.”
 
- II -
DENUNCIA POR ERROR DE JUZGAMIENTO
 
Con fundamento en los artículos 313, ordinal 2º, y 320 del Código de
Procedimiento Civil, la parte formalizante denuncia la violación por falta de aplicación del
artículo 408, literal d, de la Ley Orgánica del Trabajo y por falta de aplicación de los
artículos 1.169, 1.361 y 1.363 del Código Civil y 429 del Código Procesal.
 
Alega la parte demandada formalizante que la recurrida quebrantó las
normas antes referidas, al negarle el efecto de cosa juzgada a la transacción celebrada entre
ella y el sindicato de los trabajadores de la empresa y que constaba en copia simple del acta
que al respecto se suscribió por ante la Inspectoría del Trabajo del Estado Portuguesa.
 
Alega la parte formalizante que al Sindicato le deviene la representación de
los trabajadores de la empresa, tanto de los afiliados al ente gremial como de los no
afiliados, por previsión legal contenida en el artículo 408, literal d, de la Ley Orgánica del
Trabajo, y que para el ejercicio de tal representación no requiere de mandato expresamente
conferido por cada uno de los trabajadores; por tanto, alega, la recurrida violó por falta de
aplicación la norma referida cuando al negar el efecto de cosa juzgada a la transacción por
carecer el sindicato de facultades para disponer de los derechos del trabajador.
 
Para decidir, la Sala observa:

 
Ciertamente, por ser de la naturaleza propia de la institución, corresponde a
los sindicatos la representación de los intereses y derechos de los trabajadores, pero en
ningún caso esta representación deviene de pleno derecho y por mandato expreso de la
Ley, sino que tiene que ser expresamente conferida por el trabajador o el colectivo de
trabajadores.
 
Así, cuando en ejercicio de las facultades conferidas en el ordinal b, del
artículo 408 de la Ley Orgánica del Trabajo, el sindicato que agrupe a la mayor parte de
los trabajadores de una empresa o de una rama de actividad,
represente los intereses de los trabajadores en los conflictos colectivos tendientes a la
negociación de nuevas condiciones de trabajo o cumplimiento de las ya pactadas, el ente
gremial debe tener autorización para tal negociación otorgada mediante Asamblea del ente
sindical, de conformidad con lo previsto en el artículo 516 de la Ley Orgánica del Trabajo.
 
De igual manera, para representar los intereses individuales y subjetivos de
los trabajadores, afiliados o no, de conformidad con lo previsto en el literal d, del artículo
408 de la Ley Orgánica del Trabajo, debe constar que los trabajadores otorgaron mandato
expreso al Sindicato. Si bien es cierto que para representar ante los órganos administrativos
a un trabajador, el sindicato no requiere de un instrumento poder otorgado con todas las
formalidades previstas para un mandato judicial, tal ausencia de formalidades se traduce en
la suficiencia de una carta poder para acreditar tal representación, pero en ningún momento
puede suponerse que el sindicato no requiere de mandato conferido por el trabajador.
 
Por tanto, si en el acta levantada ante la Inspectoría del Trabajo del Estado
Portuguesa, no se hace mención, ni consta a las actas del expediente que se haya celebrado
una Asamblea autorizando a la Junta Directiva del Sindicato a actuar en representación de
esos derechos subjetivos y, en definitiva, no consta el poder individual del ciudadano Jorge
Luis Ortegano otorgado al Sindicato para tal representación, el acuerdo al que haya llegado
la corporación gremial y la empresa demandada no obliga al trabajador ni está investida del
efecto de cosa juzgada.
 
Por las razones antes expuestas, se desestima la presente denuncia.

- III -
DENUNCIA POR ERROR DE JUZGAMIENTO
 
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, la parte formalizante denuncia la violación por error de interpretación
en cuanto al contenido y alcance del artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo.
 
Alega la parte formalizante que la recurrida interpretó erróneamente el
artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo cuando condenó a la demandada al pago de los
intereses devengados por las cantidades condenadas a pagar por todos los conceptos
demandados; es decir, se condenó al pago de los intereses que devengara las cantidades
que se condenó a pagar por concepto de: a) antigüedad; b) vacaciones; c) bono vacacional;
d) bonificación de fin de año y f) salarios retenidos.
 
Alega la parte demandada y ahora recurrente que, según dispone el artículo
108 de la Ley Orgánica del Trabajo, sólo devengan intereses las cantidades
correspondientes a la prestación de antigüedad.
 
Para decidir, la Sala observa:
 
Según lo estableció la sentencia recurrida, la terminación de la relación de
trabajo se produjo el 27 de mayo de 1997, por tanto la ley aplicable es la Ley Orgánica del
Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990 y vigente para el momento de
terminación de la relación de trabajo.
 
Ahora bien, en la formalización de la presente la parte recurrente se limita a
delatar la violación del artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo, sin precisar que se
delata la violación del artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo derogada, y no de la
Ley vigente desde el 19 de junio de 1997, lo que en principio constituiría un defecto en la
técnica de formalización que llevaría a la Sala a desechar la presente denuncia. No
obstante, el artículo 257 del texto constitucional establece que la justicia no debe ser
sacrificada en virtud de formalidades no esenciales, la Sala entra a conocer la presente
denuncia entendiendo que se refiere a la violación del artículo 108 de las Ley Orgánica del
Trabajo derogada, desprendiéndose ello del texto de la denuncia bajo examen, pues la parte
recurrente pide a la Sala que ratifique el criterio sostenido en la sentencia dictada el 29 de
marzo de 2000, recaída en el juicio seguido por Carmona Almenar contra Biotech
Laboratorios C.A., la cual estaba referida al contenido de las normas contenidas en la Ley
Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990.
 
Expuesto lo anterior, debe la Sala observar que el artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo derogada, expresaba:

“Cuando la relación de trabajo termine por cualquier causa


después de tres (3) meses de servicio, el patrono deberá
pagar al trabajador una indemnización equivalente a diez
(10) días de salario si la antigüedad no excede de seis (6)
meses y de un mes de salario si la antigüedad no excede de
seis (6) meses, y de un (1) mes de salario por cada año de
antigüedad a su servicio o fracción de año mayor de seis
(6) meses”.
”Parágrafo primero: La indemnización consagrada como
derecho adquirido del trabajador en este artículo estará
sometida a las reglas siguientes:
a) La indemnización que corresponda al trabajador irá
siendo depositada cada año en una cuenta que será abierta
a su nombre y en la contabilidad de la empresa y
devengará intereses a una rata no menor a de la que fije el
Banco Central de Venezuela, tomando en cuenta los
intereses pasivos del mercado de ahorros del país, las
condiciones del mercado monetario y la economía en
general…”.
 
 
La norma parcialmente transcrita sólo está referida a los intereses que
devengarán las cantidades abonadas en cuenta por concepto de indemnización de
antigüedad (hoy denominada mas exactamente como “prestación de antigüedad”), no
existiendo previsión legal especial alguna referida a intereses generados por otras
prestaciones causadas por la relación de trabajo.
 
Como consecuencia de lo anteriormente asentado, debe considerarse que la
recurrida interpretó erróneamente el contenido y alcance del artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990, cuando ordenó el cálculo
de los intereses sobre las cantidades debidas por conceptos diferentes a la “indemnización
de antigüedad”.
 
 
Por las razones antes expuestas, se declara con lugar la presente denuncia.
- IV -
DENUNCIA POR ERROR DE JUZGAMIENTO
 
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, la parte recurrente
denuncia la violación por parte de la recurrida de los artículos 98, 104 y 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
 
Aduce la parte formalizante que la recurrida erróneamente aplicó el artículo
104 de la Ley Orgánica del Trabajo y sumó al tiempo efectivo de servicio el lapso del
preaviso acordado, y cuyo pago no constató, por lo que ordenó el pago de todas los
conceptos adeudados calculados al 29 de agosto de 1997 y no al 29 de mayo de 1997,
fecha en que la relación de trabajo terminó por mutuo acuerdo de conformidad con lo
previsto en el artículo 98 eiusdem, es decir, los pagos debían hacerse conforme a un lapso
de servicio de 13 años, 3 meses y 5 días y no por un lapso correspondiente a 13 años y 5
días.
 
Igualmente, alega la parte recurrente la violación del artículo 108, parágrafo
primero, literal c, de la Ley Orgánica del Trabajo cuando, obviando que la relación de
trabajo terminó por acuerdo entre las partes, consideró que en virtud de haber un despido
injustificado correspondía al trabajador el pago doble de la prestación de antigüedad, de
conformidad con lo previsto en el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo derogada, y
dejando de aplicar el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente desde el 19 de
junio de 2001, que prevé "sesenta (60) días de salario después del primer año de
antigüedad cuando la relación de trabajo termine por cualquier causa".
 
Para decidir, la Sala observa:
 
El artículo 98 de la Ley Orgánica del Trabajo prevé la posibilidad que la
causa termine por mutuo acuerdo entre empleador y trabajador, lo cual es aceptado por
ambas partes en el presente juicio y no sujeto a discusión, por lo tanto, correspondía al
trabajador por concepto de prestación de antigüedad la cantidad de 390 días de salario,
calculados al último sueldo devengado, por 13 años de servicio, de conformidad con lo
previsto en el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre
de 1990.
 
Cuando el Juez de la recurrida condenó a la demandante al pago de 780 días
por concepto de antigüedad, es decir, el pago doble de la antigüedad correspondiente, está
aplicando la previsión contenida en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo
derogada, para la indemnización por despido injustificado. Es decir, el juez de la recurrida
obvia que la relación de trabajo terminó por acuerdo entre las partes, quebrantando el
citado dispositivo contenido en el artículo 98 de la Ley Orgánica del Trabajo.
 
Igualmente, cuando el Juez de la recurrida ordenó el cálculo de todos los
conceptos que se debían pagar con la inclusión del equivalente a los tres meses de preaviso
acordado, está aplicando falsamente el artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo, pues el
pago del preaviso no deviene de ninguno de los supuestos previstos en la norma, sino en el
mutuo acuerdo entre las partes por tanto las previsiones del artículo 104 para el caso del
preaviso omitido no son aplicables.
 
Finalmente debe acotar la Sala, que habiendo terminado la relación de
trabajo el 29 de mayo de 1997, no es aplicable a la resolución del presente caso la
previsión contenida en el literal c, del parágrafo único de la Ley Orgánica del Trabajo,
promulgada el 19 de junio de 1997. Por dicha razón se desestima la denuncia de violación
de la norma mencionada.
 
Con base en las razones antes expuestas, se declara procedente la presente
denuncia.
 
DECISIÓN
 
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la
ley, declara CON LUGAR el presente recurso de casación, formalizado contra la sentencia
del 16 de abril de 2001, dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito,
del Trabajo y de Protección del Niño y del Adolescente del Primer Circuito de la
Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa. En consecuencia, SE CASA la sentencia
recurrida y se ordena al juzgado Superior que resulte competente que dicte nueva sentencia
acogiendo la doctrina establecida en el presente fallo.
 
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Tribunal Superior de
origen, Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Protección
del Niño y del Adolescente del Primer Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado
Portuguesa. Todo de conformidad con lo previsto en el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.
 
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintinueve
(29) días del mes de noviembre del año dos mil uno . Años: 191° de la
Independencia y 142° de la Federación.
 
 
El Presidente de la Sala,
 
 
_________________________
OMAR ALFREDO MORA DÍAZ
 
El Vicepresidente y Ponente,
 
 
______________________
JUAN RAFAEL PERDOMO
 
Magistrado,
 
 
_____________________
ALFONSO VALBUENA C.
 

La Secretaria,
 
 
_________________________
BIRMA I. TREJO DE ROMERO
 
 
R.C. N° 2001-000309

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