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La Sala Nº 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, integrada por los Jueces BEATRIZ MARÍN DE ODREMÁN (PONENTE), EVELINDA
ARRÁIZ y OSWALDO REYES CAMACHO, en fecha 01 de abril de 2005, declaró con lugar el
recurso de apelación propuesto por el ciudadano HÉCTOR MARCANO TEPEDINO, en su
carácter de apoderado judicial del ciudadano LINO LINARES MARTÍNEZ (INTIMADO), contra
la sentencia dictada por el Juzgado Undécimo de Juicio del referido Circuito Judicial, de fecha 17 de
septiembre de 2004, mediante la cual se emitieron los siguientes pronunciamientos: 1) declaró sin
lugar las defensas opuestas por el intimado y 2) con lugar el derecho a cobrar honorarios
profesionales por parte de los abogados DAVID TERÁN GUERRA, JAVIER IRANZO HEINZ y
JUAN CARLOS PAPARONI VALERO.
-I-
En fecha 25 de septiembre de 2001, el Juzgado Undécimo de Juicio del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, absolvió a los ciudadanos TULIO MINUTA ARENA y EMIR
JOSEFINA BERROTERÁN ROJAS DE GARCÍA, imponiéndole a la parte querellante,
ciudadano LINO RAFAEL LINARES MARTÍNEZ, el pago de las costas procesales.
En fecha 31 de julio de 2002, los ciudadanos abogados DAVID TERÁN GUERRA, JAVIER
IRANZO HEINZ y JUAN CARLOS PAPARONI VALERO, quienes actuaron como defensores
de los ciudadanos TULIO MINUTA ARENA y EMIR JOSEFINA BERROTERÁN ROJAS DE
GARCÍA, interpusieron demanda de intimación y estimación de horarios ante el Juzgado Cuarto en
Funciones de Ejecución del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, causados en
el juicio que por Difamación Agravada Continuada intentó el ciudadano LINO LINARES
MARTÍNEZ contra los referidos ciudadanos.
Contra la referida sentencia anunciaron recurso de casación los abogados JUAN CARLOS
PAPARONI, DAVID TERÁN GUERRA y JAVIER IRANZO HEINZ, inscritos en el Instituto
de Previsión Social del Abogado bajo los Nros. 53.975, 58.612 y 58.696, respectivamente. Admitido
en fecha 22 de abril de 2005 , se ordenó la remisión del expediente a esta Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia. Recibido el mismo en fecha 27 de abril de 2005, se dio cuenta en Sala
de Casación Penal y se designó ponente al Magistrado Doctor HÉCTOR MANUEL CORONADO
FLORES, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
Dentro del lapso legal, presentaron escrito de formalización del recurso de casación anunciado,
en los siguientes términos:
DEL RECURSO
UNICA DENUNCIA
Al amparo del ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncian la
violación del ordinal 5º del artículo 243 eiusdem, y de los artículos 12 y 15 ibidem, al incurrir la
sentencia recurrida en el vicio de incongruencia positiva, al emitir pronunciamiento sobre alegatos
que no fueron planteados en la demanda, ni en los informes presentados por el apoderado judicial del
demandado, lo cual en criterio de los impugnantes ha generado un estado de indefensión y
desigualdad en el proceso. En tal sentido, aducen que la sentencia dictada por la Sala Nº 1 de la
Corte de Apelaciones, no sólo constituye un exceso judicial, sino que además deduce defensas que la
parte demandada no ha opuesto, vulnerando el principio dispositivo del derecho civil “Iudex
secundum alligata et probata decidere debet”. Agregan que la sentencia del a-quem, se sustituyó en
lugar de la parte demandada (intimado) y estableció defensas que ésta nunca opuso, toda vez que en
la contestación de la demanda fue aceptado el derecho que asiste a los abogados intimantes a cobrar
honorarios profesionales, pretendiendo sólo impugnar las actuaciones que podían o no ser objeto de
estimación. Finalmente, alegan que constituye un error inexcusable de derecho, pretender desconocer
el derecho de acción que tienen los abogados de intimar y estimar los honorarios profesionales
ocasionados en un proceso judicial, a la parte totalmente vencida. Para concluir exponen, que la
violación del deber del juez de dictar un fallo considerando los límites del problema judicial que le
fue sometido, constituye el defecto de actividad que se denuncia como incongruencia positiva.
-II-
DE LA DECISION RECURRIDA
Ahora bien, la Sala Nº 1 de la Corte de Apelaciones al resolver el fondo del recurso, señaló:
“La decisión objeto de recurso de apelación, resuelve cuatro defensas opuestas, siendo la
primera de ellas la impugnación del derecho de los accionantes a cobrar honorarios
profesionales, señalando que se trata de una defensa de fondo, por “errónea petición en el
libelo de la demanda”, pues a su decir, en el libelo de la demanda no existía ningún tipo de
solicitud de tipo declarativa, constitutiva o de condena; que no se había solicitado
propiamente al tribunal un correcto pronunciamiento ni de condena, ni declarativo, para
que se proceda a cancelar a los abogados accionantes los conceptos reclamados y lo
correcta era formalizar la petición conforme a una fórmula distinta a la empleada por los
accionantes.
Esta Sala 1 de la Corte de Apelaciones, analiza el artículo 340 del Código de
Procedimiento Civil, que exige que los libelos de demandas expresen:
1º - La indicación del Tribunal ante el cual se propone la demanda.
2º - El nombre, apellido y domicilio del demandante y el carácter que tiene.
3º - Omisis.
4º - El objeto de la pretensión.
5º - La relación de los hechos y fundamentos en que base la pretensión, con las
pertinentes conclusiones.
6º - Los instrumentos en que se fundamente la pretensión, esto es, aquellos de los cuales se
derive inmediatamente el derecho deducido, los cuales deberán producirse con el libelo.
7º - Omissis.
8º - El nombre y apellido del mandatario y la consignación del poder.
9º - La sede o dirección del demandante a que se refiere el artículo 174.
Se revisa la demanda de cobro de honorarios presentada por los abogados y al efecto
observa que en ella se señala:
“Omissis”
Actuamos profesionalmente como defensores privados del ciudadano TULIO MINUTA
ARENA … también … de la ciudadana EMIR JOSEFINA BERROTERAN ROJAS de
GARCÍA … en el juicio que por difamación agravada continuada intentó en contra de
ambos el ciudadano LINO RAFAEL LINARES MARTINEZ (…).
Dicho proceso judicial culminó el día 25 de Septiembre de 2001, mediante sentencia que
al efecto dictara el Juzgado Undécimo de Primera Instancia del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas en función de Juicio, la cual declaró absuelto a nuestros
prenombrados defendidos del delito imputado, imponiéndole a la parte actora, ciudadano
Lino Linares Martínez, antes identificado, el pago de las costas procesales, confirmada por
la Sala Séptima de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del área
Metropolitana de Caracas, en fecha 08 de noviembre de 2001, (…).
Con base en la condenatoria expresa en costas y en virtud de haber quedado
definitivamente firme la referida Sentencia, con fundamento en los artículos 271, 265, 266 y
274 del Código Orgánico Procesal Penal, en relación con los artículos 1 y 22 de la Ley de
Abogados, en concordancia con el artículo 19 del Reglamento e la Ley de Abogados, así
como el artículo 39 del Código de Ética del Abogado, es que recurrimos ante este honorable
tribunal para intimar nuestros honorarios profesionales causados en el proceso y los cuales
estimamos en capítulo separado.
“Omissis”.
Se pretende el cobro por honorarios profesionales como parte de la condenatoria en
costas, realizada contra el ciudadano LINO RAFAEL LINARES MARTÍNEZ, quien actúo
como parte querellante en el juicio que se intentó contra los ciudadanos TULIO MINUTA
ARENA y EMIR JOSEFINA BERROTERAN ROJAS DE GARCIA, y donde actuaron como
defensores los ciudadanos DAVID TERAN GUERRA, JAVIER IRANZO HEINZ y JUAN
CARLOS PAPARONI VALERO.
Ahora bien, los mencionados abogados actúan en su propio nombre, pues así se
desprende de su demanda de cobro de honorarios, y de la no consignación de poder alguno
que los faculte para actuar en nombre de los ciudadanos TULIO MINUTA ARENA y EMIR
JOSEFINA BERROTERAN ROJAS DE GARCIA, de quienes los abogados demandantes se
desempeñaron como defensores.
“Omissis”.
Las costas como efecto económico del proceso tienen como característica que son
personales, y por ello sólo pueden imponerse a las partes. En este caso al haber sido
absueltos los ciudadanos TULIO MINUTA ARENA y EMIR JOSEFINA BERROTERAN
ROJAS DE GARCIA, contra quienes se querelló el ciudadano LINO LINARES MARTINEZ,
hoy demandado por cobro de honorarios, son estos ciudadanos los únicos legitimados para
demandar en costas, que en virtud del principio constitucional de la gratuidad de la justicia,
quedaron reducidas básicamente a los emolumentos y honorarios de los auxiliares de
justicia que no sean integrantes de cuerpos de funcionarios del Estado, previsto en las leyes
…
“Omissis”.
El Juez de la recurrida al admitir la demanda de cobro de honorarios, como juez de
mérito, debió explicar “los motivos de hecho y de derecho por los que le reconoce el
derecho de cobro de honorarios profesionales, lo cual comprende el examen y
establecimiento de los hechos y pruebas relacionados con dicho derecho”. Debe verificar
que los abogados demandantes den cabal cumplimiento a los requisitos exigidos para
interponer la demanda, según el artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, entre el
que se encuentra la indicación del nombre y apellido del mandatario y la consignación del
poder, para actuar en nombre de aquellos a quienes se adeudan las cosas, que en este caso
específico son los ciudadanos TULIO MINUTA ARENA y EMIR JOSEFINA BERROTERAN
ROJAS DE GARCÍA, pues es a ellos a quienes corresponde cobrarlas como consecuencia de
la sentencia absolutoria, dictada en el juicio que se les siguió y donde actúo como
querellante el ciudadano LINO LINARES MARTÍNEZ, y luego cancelar los honorarios de
sus abogados, si no los hubieren cancelado, o recuperar para sí, los montos que ya
cancelaron por dichos honorarios, y a los que tienen derecho, por mandato expreso del
artículo 258 del Código Orgánico Procesal Penal, una vez dictada la sentencia absolutoria,
y donde se condenó en constas.
Además observa esta Sala, la práctica común es que algo o la totalidad de los honorarios
se hayan cancelado a los abogados defensores que actuaron en el juicio, pudiendo
concretarse un pago de lo indebido en el caso de volver a cobrar honorarios profesionales
en nombre propio, que ya fueron cancelados por el cliente.
“Omissis”. (Sic)
-III-
De lo que se colige que ciertamente, la primera defensa incoada se refiere al derecho para
cobrar honorarios.
Ahora bien, para analizar ese derecho es necesario tener en cuenta lo dispuesto en el artículo
23 de la Ley de Abogados que señala:
“Las costas pertenecen a la parte, quien pagará los honorarios a sus apoderados,
asistentes o defensores. Sin embargo, el abogado podrá estimar sus honorarios y pedir la
intimación al respectivo obligado, sin otras formalidades que las establecidas en esta Ley.
(Resaltado de la Sala)
“… las partes del litigio y las partes del proceso, por lo que surge la clasificación de
partes en sentido material y en sentido procesal. Se entiende por parte en sentido material,
los sujetos mismos del litigio o de la relación jurídica sustancial sobre la que versa el pleito;
y por parte en sentido formal, las partes del proceso, que incluye a los representantes y
apoderados de las partes litigantes…” (Resaltados de la Sala)
Es evidente, que las partes en sentido material únicamente pueden ser el acreedor y
deudor, y es sobre ellos que recaen las costas, las cuales le confiere al acreedor un derecho de crédito
contra el deudor, que se convierte en título ejecutivo únicamente cuando se procede a su liquidación.
Las partes en sentido formal, vienen a ser los representantes de las partes en el juicio o sus
apoderados judiciales, quienes no pueden ser considerados sujetos activos o pasivos a los efectos de
la condenatoria en costas, de allí que el artículo 23 de la Ley de Abogados señala que las costas
pertenecen a la parte, quien pagará los horarios a sus apoderados, asistentes o defensores.
La regla de que los representantes y apoderados de las partes no puedan ser condenados al
pago de las costas se aplica siempre que éstos no actúen de modo personal en el asunto, promoviendo
una incidencia que atañe únicamente a su persona, como lo es el caso en la relación abogado cliente.
Ahora bien, habiéndose establecido que la condenatoria en costas recaen sobre las partes en
sentido material, acreedor-vencedor y deudor-vencido, es al vencido en el juicio o en la incidencia a
quien le corresponde reembolsarle al vencedor los gastos y los honorarios de abogados que el pleito
le haya ocasionado, y éste a su vez, será quien pague los honorarios a sus apoderados, asistentes o
defensores, tal y como lo establece el artículo 23 de la Ley de Abogados.
“Analizados como han sido el libelo de la demanda, el escrito de oposición y cada una
de las pruebas aportadas por las partes, este Juzgado considera, que ha quedado
demostrado en autos; en primer término, que ciertamente mediante sentencia dictada en
fecha 25 de marzo de 2003, la Sala Político-Administrativa de este Tribunal Supremo de
Justicia, declaró sin lugar la demanda intentada por la sociedad mercantil American
Airlines INC., contra la República de Venezuela (hoy República Bolivariana de Venezuela) y
el Banco Central de Venezuela, condenando en consecuencia, a la mencionada empresa en
costas de conformidad con lo dispuesto en el artículo 274 del Código de Procedimiento
Civil, por resultar totalmente vencida en el juicio indicado e, igualmente, quedó demostrado
que los abogados Marisol Concepción de Gois Olin y Alexander Velásquez Carreño,
realizaron actuaciones en el decurso de dicho juicio actuando en representación de la
República Bolivariana de Venezuela.
“Omissis”.
En lo atinente al argumento referido a que los honorarios intimados pertenecen
exclusivamente al patrimonio de los abogados que en ejercicio de su profesión obraron en
juicio y no al Fisco Nacional, estima este Juzgado que al establecer anteriormente que la
intimación de honorarios formulada por Alexander Enrique Velásquez Carreño y Marisol
Concepción de Gois Olin, abogados adscritos a la Procuraduría General de la República y
actuando en su carácter de representantes de la República, se interpuso con fundamento
en el artículo 88 del Decreto con fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, debe entenderse que la naturaleza de dicha solicitud revela un carácter
especialísimo por ser el propio Procurador o Procuradora General de la República o quien
actúe en su nombre, quien deba estimar el valor de las actuaciones realizadas por sus
abogados, por tanto, es concluyente que los honorarios devengados para sí, forman parte
de las costas por cobrar a favor de la República y, por consiguiente, pertenecientes al
Fisco Nacional; en cuya virtud, este Juzgado desecha por improcedente el argumento que
dio pie al presente análisis. Así se decide.
Con respecto a los alegatos de oposición discriminados como segundo y tercero, en la
narrativa de esta decisión, referidos a la falta de legitimidad de los representantes de la
República para ejercer esta acción, por cuanto –según aducen– es ilegal la sustitución de
poder realizada en los abogados Marisol Concepción de Gois Olin y Alexander Velásquez
Carreño, por la Gerente General de Litigio de la Procuraduría General de la República,
pues, atendiendo al contenido del artículo 88 eiusdem, debió ser conferida directamente por
la Procuradora General de la República y, que además, señalan que conforme lo prevé el
artículo 35 de la Ley Orgánica de Administración Pública, la Gerente General de Litigio de
la Procuraduría General de la República, Gloria Rodríguez Rivadeneyra, no podía sub-
delegar su representación por segunda vez; este Juzgado observa:
La Resolución N° 210-2002, emanada de la Procuraduría General y publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 37.606, de fecha 9 de enero de
2003, en su parte pertinente establece que:
“Artículo 1: Se delega en la ciudadana Gloria Rodríguez R., titular de la cédula de
identidad N° 12.403.030, en su carácter de Gerente General de Litigio de la Procuraduría
General de la República, la atribución y firma de los siguientes actos y documentos:
(...Omissis...)
6. Sustituir la representación de la República en los abogados del organismo”.
Asimismo, de la revisión de las actas procesales, este Juzgado constata que los
mencionados abogados, actuando como representantes de la República Bolivariana de
Venezuela, al interponer la presente demanda por estimación e intimación de honorarios,
anexaron oficio poder original Nº 000627 de fecha 27 de agosto de 2003 (folio 10 del
cuaderno de intimación), emanado de la Gerencia General de Litigio de la Procuraduría
General de la República, mediante el cual se constata que les fue otorgada facultad para
intervenir en este proceso, en los siguientes términos:
“Omissis”.
En lo que respecta a los argumentos de oposición discriminados como cuarto, quinto y
sexto, en la narración de este fallo, los apoderados de la intimida Americans Airlines INC.,
expusieron lo siguiente: la falta de legitimación de la República, para estimar e intimar
honorarios profesionales, por virtud de lo previsto en el artículo 23 de la Ley de Abogados,
según el cual este derecho es personal y sólo le corresponde ejercerlo al abogado en su
propio nombre; que la República, en su condición de parte demanda, no puede reclamar
“el reembolso” de gastos por el procedimiento especial de intimación de honorarios; y que
los representantes de la República son funcionarios públicos que laboran para la
Procuraduría General de la República, y como tales, sólo tienen derecho a percibir un
salario y no a exigir el pago de honorarios profesionales; este Juzgado observa:
En primer término, al plantear el aspecto de la legitimidad de la República para estimar
o intimar honorarios profesionales y reclamar así el reembolso de los gastos causados por
el juicio instaurado, conviene destacar que las costas del proceso comprenden los gastos
imprescindibles y directos que se traducen en aquellos gastos procesales hechos por las
partes en la sustanciación de los asuntos judiciales tanto los expresamente previstos en la
Ley, como todos los demás gastos diversos realizados en el proceso y con ocasión de él,
desde su inicio hasta su correspondiente conclusión, como por ejemplo, copias certificadas,
evacuación de pruebas intervención de testigos, honorarios de asociados y asesores,
honorarios de médicos ingenieros, intérpretes, contadores y otros expertos, peritos
avaluadores y tasadores, honorarios de depositarios y entre otros honorarios de abogados.
Ahora bien, como quiera que el fallo dictado por esta Sala en fecha 26 de marzo de 2003,
declaró “...SIN LUGAR la demanda que por daños y perjuicios siguió la sociedad mercantil
AMERICAN AIRLINES INC., en forma solidaria contra la REPÚBLICA DE
VENEZUELA (AHORA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA) Y EL BANCO
CENTRAL DE VENEZUELA...<y por consiguiente>...condena en costas a la parte
demandante por haber resultado totalmente vencida en este juicio, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil”, estima este Juzgado que
mal podría alegarse falta de cualidad de la República de Venezuela por la interposición de
una solicitud de intimación de honorarios profesionales formulada por abogados que la
representan, si el fundamento de tal acción se deriva de la declaratoria del vencimiento total
de la sociedad mercantil American Airlines INC., en el juicio principal y por ende, del
nacimiento del derecho para la República de cobrar las costas procesales que como ya se
indicó anteriormente, incluyen entre otros gastos los honorarios de abogados devengados
durante el decurso del juicio; por tanto resulta a todas luces improcedente el argumento de
falta de cualidad alegado por los apoderados de la intimada.
En segundo lugar, ya este Juzgado en párrafos anteriores dejó establecido que la
presente intimación de honorarios profesionales interpuesta por los abogados Marisol
Concepción de Gois Olin y Alexander Velásquez Carreño, fue ejercida con fundamento en
el artículo 88 del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, el cual dispone que en los juicios en que haya recaído sentencia definitiva a favor
de la República, el Procurador o Procuradora General, o quien actúe en su nombre, debe
estimar el valor de las respectivas actuaciones realizadas y al observar que este Juzgado
determinó igualmente, que dichos abogados actuaron en su condición de sustitutos de la
Procuradora General de la República, es decir en nombre y representación de ésta última,
resulta forzoso concluir que los abogados intimantes están legitimados tanto por la
sustitución realizada por la Gerente General de Litigio como por la Ley que rige las
funciones de dicho organismo (artículo 88), para estimar las actuaciones realizadas, por
consiguiente, resulta en este caso irrelevante la calificación de funcionarios públicos que
ostenten, por cuanto, el pago de dichos honorarios forman parte de las costas pertenecientes
a la parte vencedora en este caso la República y los cuales deberán ser enterados al Fisco
Nacional y no al patrimonio personal de los abogados Marisol Concepción de Gois Olin y
Alexander Velásquez Carreño. Así se declara.
En relación con el sexto alegato esgrimido por los apoderados de la intimada, referido a
que la República, al pretender cobrar ilegalmente los honorarios que han sido estimados,
estaría en presencia de un enriquecimiento sin causa apropiándose indebidamente de una
parte del patrimonio de la sociedad mercantil American Airlines INC., que no le
corresponde y que la actuación de los abogados intimantes estaría reñida con lo dispuesto
en el artículo 61 de la Ley de Corrupción y lo establecido en el numeral 7, del artículo 1 del
Código de Etica del Funcionario Público, considera este Juzgado, que tales argumentos
carecen de todo sustento jurídico, toda vez que, como se ha señalado en el transcurso de la
presente motivación, el concepto objetivo del vencimiento total, es el que genera la
condenatoria en costas de la parte perdidosa, por tanto, no puede argumentarse de
apropiación indebida ni enriquecimiento sin causa de la República, si el fundamento de tal
pretensión deviene del derecho que surgió para la República de cobrarle a la empresa
vencida, los gastos generados durante el pleito instaurado, así como tampoco, puede
considerarse incurso en alguna falta aquel funcionario que actúe en nombre de la
Procuradora, si dicha potestad se circunscribe al régimen que para ello establece el Decreto
con fuerza de Ley Orgánica a la Procuradora General de la República; en cuya virtud se
desestima por improcedente el referido alegato. Así se decide.”
Sobre el mismo particular, que las costas no corresponden a los abogados sino al que resultó
vencedor, quien a su vez, cancelará los honorarios a sus apoderados, asistentes o defensores, tal y
como lo establece el artículo 23 de la Ley de Abogados, la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en decisión de fecha 05 de enero de 2002, expediente Nº 2001-000091, con
ponencia del Magistrado CARLOS OBERTO VELÉZ, ha señalado lo siguiente:
En igual sentido la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, del 31 de mayo
de 2005, expediente Nº 2003-001040, con ponencia del Magistrado ANTONIO RAMIREZ JIMENEZ,
ha sostenido:
“Ahora bien, la sentencia impugnada por la accionante fue dictada en la fase ejecutiva
del proceso de estimación e intimación de honorarios, en virtud de haber finalizado la etapa
declarativa como consecuencia de su falta de impugnación del derecho reclamado y por
haberse acogido a la retasa de los montos intimados. En tal sentido, se ha dicho que el
juzgado de retasa sólo podrá pronunciarse sobre el quantum de los emolumentos, no sobre
la procedencia del cobro de los mismos, ni sobre su carácter judicial o extrajudicial, ya que
esta cuestión debe ser dirimida por el juez de la causa en la fase declarativa del juicio de
intimación de honorarios.
No obstante lo anterior, la Sala estima que el rol del juez como director del proceso no
se agota con este pronunciamiento, porque de existir circunstancias que hagan presumir
la inadmisibilidad de la pretensión, como la misma está estrechamente vinculada con la
constitución válida del proceso, debe ser analizada, incluso en la fase ejecutiva.
“Omissis”.
En la sentencia consultada se indica que esta circunstancia debió exponerse al juez
de la causa principal y no al Juez de Retasa; pero la Sala considera que éste último, quien
igualmente es director del proceso, sin necesidad de que la inepta acumulación haya sido
denunciada, debió declararla.
Se insiste que para verificar el cumplimiento de los llamados presupuestos procesales, tanto las
partes como el Juez, están autorizados para controlar la válida instauración del proceso, con la
advertencia de los vicios en que haya incurrido el demandante respecto de la satisfacción de los
presupuestos procesales y la falta de oposición por el demandado de las cuestiones previas a que se
refiere el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil o de cualquier otro mecanismo de defensa
de cuestiones procesales, no obsta para que el Juez, que conoce el derecho y dirige el proceso,
verifique en cualquier estado y grado de la causa –v.g.: en la ejecución o en la alzada-, el
cumplimiento de los presupuestos procesales, aunque al momento en que fue admitida la demanda
por el Juez de la causa, no se hubiere advertido vicio alguno para la instauración del proceso.
El Juez como director del proceso y en garantía de una recta administración de justicia, tiene
la obligación de verificar la legitimidad de quienes intentan los recursos, en el presente este caso, la
acción de cobro de honorarios fue ejercida por los abogados que actuaron como defensores de un
imputado absuelto, siendo por la comisión de un delito solo enjuiciable a instancia de parte
agraviada, siendo condenado en costa la parte que resulto vencida. Los referidos, Profesionales del
Derecho pretenden cobrar honorarios sin que conste que actúan en nombre de quien es el legítimo
favorecido con ellas.
En el presente caso, los abogados que pretenden cobrar honorarios como consecuencia de una
condenatoria en costas, debieron consignar un poder que los facultara para cobrarlas, pues, no es a
los abogados a quienes les corresponde, ya que, los honorarios por expresa disposición del artículo
23 de la Ley de Abogados, le son cancelados por su contratante, en este caso, el ciudadano que
resultó absuelto, y es él quien tiene derecho a recuperar esos honorarios en caso de haberlos
cancelados y de pretender cobrarlas costas a posteriori, deben acudir a su mandante quien les podrá
otorgar poder para que los abogados actúen en su nombre.
Permitir que el abogado cobre por concepto de honorarios profesionales las costas que debe
pagar el vencido, cuando es al mandante a quien en definitiva le corresponden y es éste quien debe
cancelar los honorarios a sus abogados, en caso de no haberlos hecho con antelación sería permitir
un enriquecimiento sin causa.
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Penal, administrando Justicia en nombre de la República y por Autoridad de la ley, emite los
pronunciamientos siguientes: declara SIN LUGAR el recurso de casación interpuesto por los
abogados JUAN CARLOS PAPARONI, DAVID TERÁN GUERRA y JAVIER IRANZO
HEINZ, inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los Nros. 53.975, 58.612 y
58.696, respectivamente y CONFIRMA la decisión de la Sala Nº 1 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, de fecha 01 de abril de 2005, que
estableció la falta de cualidad para cobrar honorarios de los abogados intimantes.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
de Casación Penal, en Caracas a los nueve (09) días del mes de diciembre de dos mil cinco. Años:
195° de la Independencia y 146° de la Federación.
El Magistrado Presidente,
Ponente
La Magistrada, El Conjuez
HMCF/mj
Exp. N° 2005-000185