Está en la página 1de 3

Notas

Agregar textoLOS ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN SECUNDARIA:


CARACTERÍSTICAS Y CONTEXTOS DE DESARROLLO Y SOCIALIZACIÓN.
Los adolescentes en sus contextos
En primer lugar, sabemos que los estudiantes de educación secundaria se encuentran en la etapa que denominamos adolescencia,
entre los 12 y los 18 años aproximadamente. Este término, frente a estereotipos contrarios, posee en su origen una connotación
positiva. Deriva del verbo adolescere, que significa «madurar» y «crecer». De hecho, una persona adolescente puede tomarse como un
éxito de la naturaleza y de la sociedad, ya que ha conseguido atravesar la infancia y alcanzar el momento a partir del cual podrá
contribuir a la perpetuación de la especie.
En la profesión docente no debemos perder de vista el hecho de que, a pesar de que en este momento se alcance la madurez física,
estamos tratando con personas en desarrollo. Sus capacidades, acciones y actitudes no constituyen una forma acabada de estar y ser
en el mundo. Se están y los estamos construyendo como personas, por lo que la labor de formación integral nos sigue competiendo en
la educación secundaria. Así pues, la intervención en esta etapa cuenta afortunadamente con más probabilidades de éxito que en una
personalidad definitivamente conformada.
Los cambios físicos
1) La pubertad
 Con independencia de la edad, las mutaciones corporales no dejan impasible. Imaginemos lo que
sucede cuando esas transformaciones se traducen por un adiós a la infancia, es decir, la adquisición de las características adultas del
propio sexo y, por tanto, la madurez física y sexual. Este proceso,
5

la pubertad, se demora durante unos cinco años y comprende resumidamente dos categorías de cambios: Por un lado, el «estirón»,
que incluye un cambio brusco en la velocidad de crecimiento, así como el aumento de talla y de masa corporal. • Por otro lado, las
transformaciones ligadas a la madurez sexual: desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios así como la primera
menstruación (menarquia) en las chicas o eyaculación (esperma quía) en los chicos.
 Por último, en la adolescencia buena parte de la atención se dedica a las experiencias sentimentales, de amor, o como suelen decir, a
los «rollos». Estos enamoramientos cumplen funciones positivas en tanto ayudan a los adolescentes a conocerse y definirse mejor ante
ellos mismos y los otros, a despegarse en parte de los apegos adultos y así desarrollar una nueva identidad más autónoma.
2) El desarrollo cognitivo
Los adolescentes generan preguntas nuevas sobre diversos aspectos del mundo y de sí mismos, les dan vueltas en su cabeza y
construyen teorías. En descripción piagetiana, el adolescente, antes de actuar, planifica sus acciones, imagina todas las posibles
relaciones causa-efecto que pueden explicar una situación, utiliza estas posibilidades como hipótesis, pasa luego a contrastarlas en la
realidad y llega, por último, a elaborar sus conclusiones por medio de la deducción lógica. De esta manera, la forma de actuar del
adolescente se acerca cada vez más al modelo académico del científico y el lógico.
3) El desarrollo de la identidad
El desarrollo de la identidad La reelaboración del auto concepto y la confianza en sí mismo forman parte
de uno de los desafíos centrales de este período, reconstruir la identidad. Una vez pertrechados con un
nuevo cuerpo, instrumentos intelectuales y experiencias, las percepciones infantiles de sí mismos se
vuelven caducas, y los adolescentes redibujarán sus propios retratos para incluir preponderantemente
rasgos psicológicos, sistemas de creencias, y valores sociales y morales (Damon y Hart, 1988). Esta
necesaria transformación de la definición de uno mismo deriva en que el adolescente se pregunte
metafóricamente por «quién es». La interrogación se amplía a «quién quiero ser», a qué modelo
parecerse. Debe encontrar un nuevo guión para ser y estar en un mundo personal y social ampliado.
La identidad personal incluye identidades grupales, sean las de género o las étnicas. En ambos casos, la
adolescencia es un momento clave. Respecto a la primera, en los inicios de esta etapa se produce una
exaltación de los estereotipos femeninos y masculinos en el deseo adolescente de subrayar su identidad
de acuerdo con el estereotipo valorado grupal y socialmente. Las conductas se van igualando, pero
todavía perviven los prejuicios sexistas con nuevos ropajes más «benevolentes». La desproporción de
chicas frente a chicos que realizan deportes, la imagen femenina del amor romántico y su correlato de
admisión de prácticas de maltrato (Sastre, Arantes y Gonzales, 2007), la homofobia son algunas de las
caras de estos prejuicios.
4) Agentes y contextos de desarrollo y socialización
En esta época de la vida todo crece: el cuerpo, la mente y al unísono, como condición y efecto, se
ensanchan de manera extraordinaria los lugares, circunstancias, personas con los que interactuar. La
construcción de la identidad implica definir la propia individualidad manteniendo las relaciones con las
personas significativas y en el seno de los grupos e instituciones sociales. La familia ha cumplido un
papel decisivo en la infancia y, evidentemente, los adolescentes continúan vinculados afectivamente a
sus padres, aunque con la edad, los amigos pasen a ser fi guras centrales y, sobre todo, cambie la
relación. No podía ser de otra manera en un momento en que resulta clave lograr la autonomía
personal. La conexión no se pierde durante estos años, a pesar de que los adolescentes dejen de
6

reverenciar a los progenitores y les sometan a crítica en su faceta individual y por el papel
representado, con una dosis estimable de ambivalencia, mezcla de amor y rechazo. En este momento,
no podemos abonar la idea de un perpetuo conflicto entre adolescentes y progenitores. Los hijos
sentirán y expresarán su malestar en torno a problemas del día a día, pero esto no tiene que llevarles al
rechazo de sus progenitores. Desde un perspectiva novedosa, los conflictos familiares se han estudiado
como situaciones de evaluación de las conductas de ayuda y cuidado de los adolescentes hacia sus
progenitores y como ocasiones propicias para el aprendizaje en relación con la mente de los otros

También podría gustarte